Detective Conan es una producción de Gosho Aoyama, todos sus derechos le pertenecen a él y a sus respectivos proveedores. Este fic no está hecho con fines de lucro, simplemente escribo por el gusto de escribir y para dar gusto a los lectores, así que, por favor, no me denuncien. Gracias n_n;
NA – Esta serie sigue el hilo del tomo 26, justo después de la reaparición de Shinichi (Shinichi's Rebirth). Este tomo aún no ha sido traducido al español y por eso mismo y para que entendáis más este fic, ya estoy en ello. De momento, os recomiendo que leáis esto para entenderlo mejor. Será un pequeño resumen, sólo para no perderos mucho en los primeros capítulos n_n
Tomo 26, capítulo 7 – Desenlace – Conan vuelve a ser Shinichi gracias al antídoto de Ai, pero este sólo dura 24 horas y justo cuando se había decidido a hablar con Ran (ya estaban los dos en un restaurante) se vuelve Conan.
::Simbología::
"…" Lo que dice un personaje
*…* Lo que piensa un personaje
* * * * * Cambio de escena
~ ~ ~ Flash Back
Empezando a Olvidar
Cap. 11 – 'El momento de la verdad: la promesa'
A Great Karateka in Love Fanfic,
bye CiNtUrO-cHaN
De nuevo, otro horrible grito que dejó helado a Agasa. Miró con recelo la puerta cerrada que había delante suyo. Instantes antes, Shiho había salido un momento para coger una toallita con agua fría y había vuelto a entrar, dándole órdenes claras y directas de no acceder a la estancia hasta que terminara el proceso, pues para ello necesitaba la máxima concentración. Y él se preguntaba: ¿concentración para qué? ¿Es que no estaba yendo bien la transformación? Tal vez… tal vez, como Shinichi había vuelto ya tantas veces, había algún punto anormal, diferente en ella, puesto que Shiho sólo había vuelto a ser ella una vez, mientras que Shinichi había vuelto a su estado tres veces (NA1). Y otro grito más. *¿Qué estará pasando ahí dentro?*
De repente la puerta se abrió y Shiho apareció algo pálida; cerró la puerta suavemente y miró al doctor "No ha sido como me esperaba. Esto va a ser más complicado de lo que me temía" advirtió la chica.
Agasa arqueó las cejas, asustado "¿Y eso?"
La ahora grande científica atravesó el corredor y se sentó en la butaca del comedor, resoplando "Bueno… me temo que el hecho de haber hecho tantos cambios de estado ha afectado en cierta manera a su organismo… No hay de qué preocuparse, es sólo que el proceso va a ser más lento y doloroso que las otras veces"
"Pero tú cambiaste rápido…" respondió el profesor, sentándose a su lado.
"Ya, porque yo sólo había vuelto a ser yo misma una vez" replicó ella, haciendo constar la evidencia en las sospechas anteriores del doctor. Hubo unos instantes de silencio, y la voz de Conan volvió a sonar.
"Pobre Shinichi…" terminó por decir él.
Shiho miró el reloj de la pared "Dentro de diez minutos entraré a cambiarle la toalla. Tiene unas fiebres altísimas"
El doctor asintió con pesar a modo de respuesta, mientras que los gritos ahogados del pequeño detective sonaban una y otra vez.
Por su parte, Conan lo estaba pasando realmente mal. Pero no por lo que creían Shiho y Agasa, por el cambio; su dolor provenía de dentro, del corazón, pues la imagen de Ran observando a Shiho no se le iba de la mente; sabía exactamente qué es lo que se le habría pasado por la cabeza, exactamente lo mismo que se le pasó esa vez que una chica vino al departamento de Kogoro sorprendiéndoles a todos diciendo que era su novia. (NA2)
El pequeño miró cansadamente hacia la mesita del reloj. Al lado de la esfera del mundo vio el reloj: las once de noche. Seguramente, Ran ya habría vuelto a casa de donde fuera que hubiese ido a desahogarse. Al lado del pequeño aparato estaba su teléfono móvil, y una idea se le pasó por la cabeza. Lo tomó con decisión y ajustando con el invento del cambio de voz se puso la voz de Shinichi, mientras empezaba a marcar los números de la chica.
*Espero que salga bien. Al menos le diré quién es, le debo una explicación…*
El teléfono dio señal por fin y el chico se quedó pegado al teléfono. Fue sonado y sonando el móvil y Ran que no respondía. Bien pensado, en su teléfono debía aparecer su nombre, ya que tenía su número guardado. Así que había la posibilidad de que la chica no se dignase a contestar. Pero sin embargo lo hizo para sorpresa suyo.
"Qué"
Conan se quedó algo sorprendido. Evidentemente, Ran sabía con quién hablaba, su tono de voz la delataba. Esto le puso en un pequeño compromiso al detective "¡Ho-Hola, Ran! El profesor me ha dicho que antes has venido a verme… ¿querías algo?" preguntó como si nada.
"Simplemente iba a verte para saber cómo te iba todo, y ya he visto que te va de maravilla. ¿Cuándo pensabas decirme que te habías echado novia? Por favor, un poco de confianza" dijo con una ironía que le congeló las venas al chico. Pero de todas maneras ya se esperaba que ella tiraría hacia esa conclusión, así que estaba preparado.
"¿Novia? ¡¿Qué dices?! Es una amiga mía. Ha venido porque quería pedirme consejo para un tema de ciencias, porque ella está estudiando para ser científica y como yo soy el mejor en todo, pues recurrió a mi."
"¡Ja!" Ran lo fulminó imaginariamente con la mirada "¿Te crees que soy tonta? Esa chica no estaba allí de paso. Además, oí como el profesor la llamaba por su nombre, y eso es que tienen confianza, y eso significa por consiguiente que ha venido más de una vez. Y si hay confianza y estaba en tu casa significa que vete tú a saber lo que estaríais haciendo. ¡Pero tú tranquilo! ¡Eres mayor de edad, tienes 18 años! ¡Haz lo que te venga en gana, no te tomes esto como un reproche! Yo, por ejemplo, hago lo que quiero, como irme al Tokyo Karate Asosation. Pero eso a ti ni te va ni te viene, ¿no? ¡Seguro que es la primera vez que lo oyes nombras, ¿no?! ¡Interés por tus estúpidos casos sí que tienes, pero para lo demás no! ¡¡Bueno, ¿quieres algo a parte de contarme tu vida sentimental?!!"
Conan se separó un poco el auricular de la oreja. Había sido mucha información de golpe. De hecho, las deducciones de Ran no estaban nada desencaminadas, por no decir que era exactamente eso, excepto en la parte de 'hacer cosas'. Pero sin darse cuenta la chica le había pasado del tema de Ai al tema del T.K.A. Esa era su oportunidad.
"¡Tonta!" le recriminó él "Claro que sé que es eso, y sé que es importante para ti. Quizás no lo sepas, pero yo fui a verte a la final contra la tía esa de Uebara" dijo él.
Ran parpadeó incrédulamente "¡Sí, y yo soy tan tonta que me lo creo!"
"Ushirimawashiheri" dijo él simplemente.
La chica se quedó paralizada. Conan comprendió que había dado en el clavo y prosiguió "Fue el movimiento que utilizaste. Y puedo probarte que estuve desde el primer momento hasta el final, con la entrega de premios. Pobre… ¿Conan? Sí, eso. Pobre chico, le obligaste a subir al podium… y ahora que sacas el tema, me diste un buen susto cuando Michi te tiró al suelo… ¡Pero sabía que ganarías! ¡Eres una campeona!"
Desde el otro lado del auricular, Ran se sentó lentamente en el sofá. Estaba a oscuras, pues su padre estaría durmiendo la mona. Notó que sus ojos empezaban a humedecerse y se olvidó por completo de toda la escena de esa misma tarde y de sus sentimientos dolidos. Lo único que contaba ahora es que él había venido a su partido "¿En-En serio…? Tonto, ¿por qué no me viniste a saludar? Creí que… creí que…" Ran empezó a llorar silenciosamente "Que te habías olvidado…"
Conan respondió con un falso dolido orgullo "¡Idiota! ¿Cómo quieres que me olvide de eso? Y bueno, preferí estar de incógnito. Piensa que si llego a mostrarme en público un montón de jovencitas guapas me hubieran asaltado, y lo último que quería era hacerte poner celosa en tu día del triunfo" Conan dijo esas últimas palabras algo rojo y bastante divertido.
"¡¿Q-Qué dices?! ¡¿Por qué debería afectarme a mí eso?! ¡Ni me va ni me viene! Pero… ¿seguro que esa chica, Miyano, es sólo una conocida?" preguntó la chica, rogando interiormente que fuese cierto.
"Absolutamente" respondió él con total sinceridad. Ran se secó las lágrimas con la manga y cerró los ojos mientras hablaba, como si su alma se hubiera quedado tranquila.
"O-Oye, ¿y ya te quedas aquí definitivamente o te irás de nuevo?" preguntó la chica con un deje de tristeza.
Conan lo meditó un instante "Ahora estoy terminando de hacer unas cuantas cosillas, pero entre hoy o pasado mañana seguramente ya me quedaré. El caso ya se ha solucionado, y sólo me falta hacer algunos papeluchos sin importancia"
"¡¿E-En serio?! Quiero decir, vale…" rectificó la chica al ver el ímpetu con el cual había pronunciado las primeras palabras "¿Quieres que vaya mañana por la mañana a tu casa a sacar un poco el polvo?" preguntó ella inocentemente.
El pequeño detective respondió sin contemplaciones "¡NO!" Ran se quedó algo parada "Quiero decir, no. No hace falta, de eso ya se ocupará Agasa. Además, me sabe mal… Tú no te preocupes, ¿vale?"
Ran frunció el ceño preocupada "Parece como si no quisieras que me acercara a tu casa…" de repente se le pasó un pensamiento por la cabeza "Supongo que esa Miyano no estará aquí contigo… ¿no?" a Ran no le importó que en ese último mensaje pudiera entreverse un poco de celos mezclados con amenaza. Lo único que contaba era su respuesta.
Conan empezó a sudar "¡Qué va, confía en mí! ¿Para qué tendría que estar aquí a estas horas de la noche? Ya se ha ido hace rato…"
Ran dio un suspiro "¿Seguro?"
Conan asintió "Seg…"
"Hey, Kudo, ¿qué haces llamando en tu estado? Cuelga ahora mismo. Tienes fiebre"
Hubo un momento de tensión. Conan se giró rápidamente hacia la puerta, donde residía Shiho mirándole con cara de médico recriminando a su paciente. Pero de repente sintió una opresión en el pecho. No es que Shiho hubiese gritado, pero Ran lo habría oído.
"Esto… ¿Ran? ¿Ran, me oyes? ¡Contesta!" el chico notó que la situación se le iba de las manos. Al otro lado del auricular sólo había silencio. *Maldición, ahora que por fin… ¡¡maldita sea!!* "¡¡Ran, no es lo que piensas!!"
"¿Cómo…cómo has…?" La frágil y vulnerable voz de la chica, con la cual se podía percibir claramente que estaba a punto de romper en llanto, fue como una espina que se le clavó sin piedad en lo más hondo de su ser "Men…menti…mentiroso…"
"¡¡No, Ran!! ¡¡No es lo que piensas!!" intentó gritar él en vano.
Tut-tut-tut…
"¡¡RAN!!" Conan tiró el teléfono contra la pared y este se partió en varios pedazos, dejando algo sorprendida a Shiho, la cual se olía más o menos lo que había ocurrido.
La científica frunció el ceño y se encogió de hombros "Si me hubieras escuchado cuando te dije que hicieras reposo, no habrías llamado y nada de esto hubiera pasado"
Conan se giró hacia ella con fuego en los ojos "¡¿Cómo quieres que haga reposo sabiendo que…?!"
"Vamos, vamos" el profesor Agasa salió en defensa de Shiho "Ai…digo Shiho, tiene razón, Shinichi. No tendrías que haberla llamado ahora. Y no es culpa suya, ella venía con toda la buena fe de cambiarte la toalla…"
Conan no dijo nada. *Mierda, mierda… ¡¡MIERDA!! Ahora que todo iba bien… ahora que iba perfecto… ¡tenía que ocurrir esto! ¡Maldición! ¡¡MALDI…!!*
Tum-tum…
*¿Ah…?*
De repente, el pequeño detective notó un dolor muy fuerte en el pecho, el cual le obligó a acurrucarse en él mismo. Se puso sus dos manos en el corazón, apretándolo para así tal vez aliviarle el dolor, pero este no cedía.
Tum-tum, tum-tum…
Un nuevo espasmo.
Shiho y Agasa se dirigieron hacia él rápida y preocupadamente, mientras el chico empezaba a sudar… y a sudar…
* * * * *
"¡¡Tengo haaaambre…!!" repitió Kogoro por enésima vez en un minuto. Ran se giró enfadada desde la cocina, a punto para recriminarle algo, pero al final se desdijo y continuó cocinando. No se encontraba de humor para recriminarle nada. La conversación con Shinichi, hacía escasas horas, la había marcado y no se le quitaba de la cabeza. La había engañado, de nuevo. Había sido tan tonta e inocente de pensar que quizás él volviera y que, tal vez, sintiera algo por ella. Y no solamente no era cierto, sino que encima se encontraba con que esa Miyano estaba aún ahí, lo cual hacía que Shinichi hubiese estado mintiendo toda la parte de la conversación final. Y si había mentido entonces, ¿quién no le aseguraba que no habría mentido también al hablar del T.K.A y del partido final? Al fin y al cabo, el doctor Agasa o el mismísimo Conan se lo podrían haber contado, ¿no?
"¡¿Dónde echtá Ghonan…?!" dijo el detective privado con cerveza en mando, mirando la televisión donde la mujer del tiempo decía el tiempo de mañana.
Ran suspiró "El profesor me ha llamado antes y ha dicho que se quedaría unos días en su casa para probar un invento suyo"
"Puech yo antech he oído que llamabach a alguien…" dijo él, volviendo a beber. Ran suspiró pesada y melancólicamente.
"Sí, he llamado a Sonoko para… hablar. Me ha dicho que ya ha presentado a Kyogoku a sus padres, y que están encantados. Dice que no van a casarse aún, sino que quieren disfrutar un tiempo como pareja estable… Estaba realmente feliz. Qué envidia…" De no ser porque su padre volvió a insistirle con la cena, ella se hubiera perdido otra vez en el mar de los recuerdos. Porque realmente era cierto, tenía celos de lo bien que le iba a Sonoko. Ella era la primera que se alegraba por el compromiso, pero ahora más que nunca se sentía sola. Sonoko pronto se iría, y pronto se iría ella también. De hecho, sólo faltaban dos días para la partida, cosa que no parecía importarle a nadie. Llamó a su madre para darle la nueva y ella la felicitó; después fue a su despacho y ambas tuvieron una laaarga conversación de mujer a mujer y no de madre a hija, que era habitualmente como lo hacían.
Se secó las lágrimas que habían aparecido sin permiso con fuerza *Él ha escogido. Y yo también. No tengo por qué arrepentirme de nada; yo no he hecho nada malo, todo al contrario. Ha sido él que… En fin, todo olvidado a partir de ahora. No pienso…. No pienso derramar una lágrima por él nunca más.*
Se dirigió hacia el espejo de su habitación hasta quedar cara a cara con su otro yo. Se miró con decisión y poco a poco fue curvando sus labios hasta conseguir una sonrisa. Ahora debía ser fuerte. Ahora empezaba todo para ella.
* * * * *
El día había amanecido lluvioso y algo inestable, algo típico de la estación de marzo. De vez en cuando aparecían unas pocas nubes azules, pero como si de una guerra se tratase, las grises se las zampaban y no quedaba ni rastro de ellas en pocos segundos. Las casas del vecindario parecían incluso más tristes y solitarias, y la mansión Kudo no era una excepción. En ella, sus inquilinos también estaban algo inestables.
El profesor había pasado toda la noche en vela, moviéndose de aquí para allá, mojando y remojando toallitas a mandato de Shiho, la cual, como un doctor profesional, entraba y salía de la estancia donde se encontraba Conan a su antojo, dejando preocupado al doctor como si estuviesen en una sala de espera. La única respuesta que obtenía era la cara flácida de la chica, mirándole con expresión neutra.
Por fin era de día, y los gemidos del detective se fueron calmando. Alrededor de las diez de la mañana la científica salió de la habitación y cerró la puerta cuidadosamente. El doctor se dirigió rápidamente hacia ella con visible preocupación.
"¿Cómo está Shinichi, Ai… digo Shiho?" dijo él rectificando al instante. La ahora mujer no dio importancia al desliz y se dirigió a la cocina a prepararse un poco de café, pues ella también se había visto obligada a pasar la noche en vela cuidándole.
"Bien, ahora duerme" dijo sentándose en la mesita de la cocina de los Kudo y meneando la cucharita en la taza "Ha sido una noche dura…"
El doctor la siguió y se sentó a su lado "Y… ¿y ha habido resultados?" preguntó él temerosamente. La chica se giró hacia él y le sonrió de esa manera tan enigmática que sólo ella podía hacer.
"Vaya y compruébelo"
Haciéndole caso, Agasa, ni corto ni perezoso, se dirigió al piso de arriba para ver al detective que allí dormía. Abrió su puerta con cierto pavor, y sus ojos rápidamente fueron derechos a la cama. Allí descansaba la silueta indudable de un joven de ahora dieciocho años, con una respiración un tanto ajetreada. Agasa sonrió y suspiró aliviado, cerrando la puerta silenciosamente. Así pues, todo había terminado.
O no…
*Me alegro por ti, Shinichi. Después de tanto tiempo, parece que las cosas te empiezan a ir bien, y con este nuevo cuerpo te será más fácil lograr capturar a la organización. Pero…* La vista del doctor se posó en la ventana del corredor del primer piso, la cual daba a la parte urbana de Beika, donde se encontraba la agencia de detectives Mouri *Pero ella también lo ha pasado muy mal. Estoy feliz por ellos porque todo haya terminado ya*
"¿Y bien, profesor, qué le ha parecido?" dijo Shiho al oír los pasos del profesor bajar, mientras sorbía un poco de te. Él se encogió de hombros algo sonriente y se volvió a sentar delante de ella con expresión preocupada.
"¿Y este ya es el antídoto definitivo?" preguntó Agasa no muy convencido. Shiho lo miró rápidamente con expresión severa, como si lo que acabara de decirle le afectara a su nombre de científica, cosa que no dejaba de ser del todo cierta, porque odiaba que dudasen de su capacidad. Cierto, los otros antídotos habían sido inestables, pero ella ya había advertido a Kudo en todas las ocasiones de su peligro e inestabilidad; pero este era diferente, este era el definitivo. Ahora ya podrían ser ellos mismos para siempre.
"Sí, doctor. Sí" dijo ella cerrando los ojos y sorbiendo un poco más de te sutilmente.
* * * * *
Los minutos parecían horas; las horas, días; y los días, semanas. El tiempo parecía no correr para Ran. Le parecía que cada vez que miraba al reloj, este se encontraba igual, o incluso antes de la hora que marcaba antes. Ya habían pasado cuatro días desde la discusión de Shinichi, y por mucho que intentara olvidarla, no podía, no lo lograba. Por mucho que se intentaba autoconvencer de que el asunto carecía de importancia, su corazón lloraba por dentro. Y lo que también le dolía es que en esos cuatro días, él no fue al instituto, a pesar de ser la última semana del curso, ni intentó comunicarse con ella ni tampoco fue a la fiesta de graduación Teitan.
Esos últimos días habían sido muy movidos, porque al fin finalizaban el instituto y era la hora de decir adiós a muchas caras; Teitan, como era costumbre a cada último curso, hicieron una fiesta de despedida. Cabe decir que incluso la fiesta logró despejarla durante unas horas, pero al volver a casa, ya de noche, la realidad se posó irremediablemente sobre sus hombros de nuevo, añorando esos días en que no tenía preocupación más importante que aprobar algún examen.
Y al pasar los días, también se había acortado la fecha de solicitud del T.K.A. Sí, hoy mismo se iba, por la tarde, a Yokohama. Allí se instalaría en el campus de Hyanko, la universidad que iba ligada al T.K.A, donde iba la gente que quería seguir estudiando de una manera un poco más ligth a parte de practicar el kárate, y eso era lo que ella quería precisamente.
*Yokohama… Está cerca de aquí. Y tengo los fines de semana libres, pero supongo que no vendré todos, además allí haré algunos amigos, también iremos a dar paseos entre nosotros… ¿Qué hora es?* Ran volvió a mirar por undécima vez en un mismo minuto el reloj. Eran las dos y media, y estaba preparando la comida. Conan seguía en casa del doctor Agasa, y ella se preguntaba qué tipo de juego sería el que necesitaba una persona durante cuatro días. Pero de hecho no tenía muchas ganas de irlo a recoger, no porque no quisiera, sino porque eso implicaría acercarse demasiado a la mansión Kudo, cosa que no pensaba hacer en su vida.
Ran cogió el panfleto que le dio el señor Jinzai ese día a la hora de gimnasia donde le propuso todo lo del T.K.A. Se volvió a mirar los horarios una vez más: entrenaría de lunes a sábado, seis horas y un sábado de cada mes lo tendría libre; los domingos por la mañana se hacían los partidos, y la universidad de Hyanko tenía las puertas abiertas de ocho a once de la noche, ya que se suponía que el resto del día los alumnos tenían clase de kárate.
La chica suspiró de nuevo *Será duro. No sé si aguantaré tantas horas seguidas… Aunque haremos cuatro por la mañana y dos a la tarde, con el almuerzo en medio. Pero aún así…*
"Eh, hija, ¿irás en tren?" Ran se giró hacia su padre, el cual estaba de espaldas a él observando la televisión, algo apagado. Últimamente lo había notado extraño, no se emborrachaba tanto y parecía un poco más responsable. Tal vez estaba triste con su partida…
"Sí. Saldrá de la estación de Tokio a las cinco, y para ir bien de tiempo iré allí a las cuatro, por si acaso. ¿Has avisado a mamá?" preguntó ella girándose hacia él y dejando de lado los fideos chinos.
Él hizo un gruñido que en su lenguaje significaba respuesta afirmativa "Dice que tiene un pleito a las tres y media, y que intentará llegar a la estación a tiempo. Me ha pedido muchos recuerdos y besos por si no llegase"
Ran se giró por completo mirando a su padre, el cual le estaba dando la espalda. Le vino una oleada de arrepentimiento y se dirigió hacia él. De improvisto, le saltó a la espalda que le salía por el respaldo del sofá, abrazándolo por el cuello por detrás.
"¡Te voy a hacer unos fideos fritos que te chuparás los dedos, papá! ¡Y he comprado unos filetes de carne buenísimos! Eran un poco caros, pero hoy es un día especial. ¡Vamos, hoy te dejo beber dos vasos de cerveza!" acto seguido le ido un beso a la mejilla y le soltó, dirigiéndose otra vez a la cocina mientras se volvía a poner el delantal. Kogoro, por su parte, había permanecido inmóvil todo el rato, pero cuando su hija le soltó se giró hacia ella con expresión triste. Él era consciente de que no había sido el mejor padre del mundo, y aún así le sorprendía tener una hija tan buena que se preocupaba por él en todas horas. Y aunque siempre le recriminaba cosas, lo cierto es que no sabía qué hacer ahora que ella se iba. Y Conan también se sentiría solo sin ella; la casa se quedaría muy vacía…
* * * * *
"¿Cuánto?"
"36 con 1. Ya no tienes fiebre, ya era hora"
Shiho guardó el termómetro a la pequeña cajita y se dirigió a las ventanas para pasar las persianas, ya que ese día el sol relucía sobremanera. En esos cuatro días, el detective había tenido fiebres altísimas, pero nada más lejos de eso; se había pasado los días durmiendo y despertándose poco para comer, en un estado incluso semidormido. Pero en el día de hoy se había despertado como cualquier otra cosa, y eso que ayer tenía 38 con 4. Era como si su cuerpo tuviese una alarma para decirle que todos los males debían abandonar su ser, pues el día de hoy era muy importante para él, y ella lo sabía.
Shiho bajó la cabeza con expresión neutra.
"¡Por fin! Esta maldita fiebre no me dejaba hacer nada… ¡pero ahora noto como las fuerzas vienen a mi!" dijo él, levantándose y estirándose "¡Argh! ¡Mi cuerpo!" exclamó él de repente, mirándose al espejo bastante divertido, tocándose la cara como si fuera un niño que se mirase por primera vez en el espejo "¡Con la fiebre no había reparado que me había transformado de nuevo!"
Pero irremediablemente volvió a reparar en los hechos de cuatro días atrás, en esa conversación telefónica. Hoy sin falta iría a hablar con Ran. Primero la invitaría al hotel Kyoto… o tal vez al Haido. ¿O al Beika City? Daba igual, cualquier servía. No, mejor el Kyoto, porque allí fue donde su padre se declaró a su madre y la pidió en matrimonio. Había que seguir con la tradición. Algo rojo, miró hacia su escritorio, donde permanecía perfectamente guardada una pequeña cajita de piel oscura. Sí, hoy sería el día. No iba a esperar ni un instante más.
Bibi-bibi-bibi
Shiho se levantó y ligera cogió el teléfono móvil que tenía a la mesa del ordenador, a la otra habitación "¿Sí? Ah, profesor. Sí, ya está mejor. Sí, ahora" Shiho se dirigió de nuevo hacia la habitación de Shinichi y le pasó el móvil "Es el profesor, quiere hablar contigo urgentemente"
Shinichi asintió algo asustado *Más malas noticias no, por favor*
"¿Profesor? Sí soy yo. Pues mejor, ya no tengo fiebre" dijo él, mirando el paisaje de su ventana con alegría "¿Eh? ¿Qué ha llamado Ran? ¿Y qué quería?"
"Pues…" Agasa, desde la casa vecina, miró dudoso al suelo "Quería que le diese un recado a Conan. De parte de Ran, que hoy a las cinco sale el tren para Yokohama, y que le gustaría que vinieses a despedirla…"
Shinichi parpadeó incrédulamente. Un frío recorrió su cuerpo y pegó su oreja al reloj "¿C-Cómo…?"
Shiho, que estaba al lado de él y oía la conversación perfectamente, se cruzó de brazos y respondió "Oh, es cierto. ¿No era hoy cuando Mouri se iba a eso del T.K.A?"
El detective juvenil se giró asustado hacia la chica sin dar crédito a lo que estaba oyendo. ¡¿Hoy?! ¡¿Era hoy?! ¡¿Ran se iba HOY?! *No, no, no… Esto no puede estar pasando… Hoy no, por favor, sólo un día más… ¡sólo uno! ¡¡MALDICIÓN!!* Shinichi miró rápidamente hacia su reloj y un nuevo vuelco de corazón se apoderó de él *Las…las cuatro y veinticinco…*
"¡Shinichi, ¿estás ahí?!" gritaba en vano Agasa desde la otra punta del teléfono "¡Shinichi, aún estás a tiempo! Ven a mi casa y te llevaré en coche a la estación, rápido!"
Esas palabras le hicieron reaccionar. Le dio un 'voy' rápido de respuesta, colgó y se cambió, mientras obviamente Shiho salía de su cuarto con total parsimonia. *Rápido, rápido… ¡ya son y media! Ran, por favor, no te vayas hasta que te lo haya dicho… hasta que te lo haya dado… ¡Por favor!*
Ya eran y treinta y cinco, cuando Shinichi y Shiho montaron el escarabajo del profesor Agasa. Ya llevaban cinco minutos en coche, y por suerte la estación no paraba muy lejos de su casa. Faltaban veinte minutos para las cinco cuando su coche se metió en un gran atasco.
*Maldición, ¡maldición! ¡¡Falta un cuarto de hora!!* Shinichi miró por la ventanilla. A lo largo de la gran avenida, torciendo unos quinientos metros, se encontraba una gran torre del reloj que sobresalía por los demás edificios. Allí estaba la estación. Sin pensárselo dos veces, salió del coche ante la sorpresa de Shiho y Agasa y cogió un objeto del maletero. El monopatín.
* * * * *
Kogoro abrazó fuertemente a su hija con la mayor pena del mundo. Sentía como si, por fin, Ran se hubiera hecho mayor. Como si todo el tiempo que había estado con ella, Ran hubiese sido una niña pequeña aún en el regazo de su papá. Pero hoy se había dado cuenta de cuán equivocado estaba, pues su Ran era ya mayor, y ahora mismo se iba de sus brazos.
"Papá, mamá…" Ran abrazó ahora a Eri Kisaki, la cual se había sonado ya tres veces con el pañuelo. Había conseguido un record, pues terminar un pleito en una hora era tarea difícil, e incluso le sobró tiempo para acompañarlos desde su casa. Ahora estaba abrazando fuertemente a su hija, la cual empezaba a sentirse algo avergonzada "¡Pero que no me voy para siempre! Vendré dos veces al mes como mínimo" dijo ella, sin saber que eso aún causó más trauma a sus padres.
"¡¡Dos veces!!" exclamó Eri, y Kogoro empezó a llorar a cántaros "¡¡Kogoro, nuestra hija sólo nos visitará DOS VECES!!" exclamó ella, como si preparara una obra de teatro, tirándose a los brazos de Kogoro. Él asintió con voz grave.
"Hija mía…¡haré que te sientas orgullosa de tu padre! ¡Voy a resolver un montón de casos por ti! ¡Buaaaah!" Kogoro empezó a llorar y a abrazar a Ran de nuevo, mientras a ella se le caía una gotita.
"Esto… Ran-neechan…"
Ran se giró hacia los tres pequeños que había detrás de ella y sonrió afablemente "¡Ah, sois vosotros! Gracias por venir" dijo ella, sonriendo. Ayumi, Genta y Mitsuhiko se pusieron un poco rojos, y sonrieron también.
"Toma, es un dibujo que hemos hecho entre los tres" dijo Ayumi, dándole un dibujo algo abstracto de ella junto con los Detective Boys, Conan, el profesor Agasa y… *Shinichi…* Pensó ella con amargor. Entonces se encontró con las ilusionadas caras de los pequeños y sonrió lo mejor que pudo "¡Muchísimas gracias! Lo voy a colgar a mi nueva habitación"
Los tres sonrieron ilusionados, mientras Kogoro empezó a llorar de nuevo ante la mención de 'nueva habitación'.
"¡¡Ran!! ¡No te vayas, Ran…!"
Ran se giró sorprendida y Sonoko se le tiró encima, respirando con dificultad "¡So-Sonoko! ¿Qué ocurre?" preguntó alarmada ella. Detrás de Sonoko venía Makoto con cuatro o cinco bolsas de viaje. De no ser por sus duros entrenamientos, seguramente habría caído al suelo desmayado.
"¡Menos mal, creí que no llegábamos!" dijo ella, separándose un poco de su amiga. La miró a los ojos y empezó a llorar "¡Buaaah! ¡Ran, vuelve pronto!" exclamó Sonoko volviéndola a abrazar. Ran le devolvió el abrazo con nostalgia y asintió pesadamente.
"Suerte con Kyogoku" dijo ella, enseñándole el dedo en señal de victoria. Sonoko asintió pesadamente.
"Vas a mejorar un montón allí, Mouri" dijo Makoto, acercándose por detrás de Sonoko y dejando las bolsas al suelo "Cuando vuelvas, espero que me concedas un pequeño amistoso" dijo él, sonriente. Ran asintió contenta.
Por favor, pasajeros con destino a Yokohama, empiecen a pasar al tren. Repito, pasajeros con destinación a Yokohama, para las 17:00 p.m., empiecen a ocupar sus sitios
Todos escucharon la frase con respetuoso silencio y tristes miradas se dirigieron hacia la chica que partía. Ran abrazó de nuevo a todos y agarró las maletas con fuerza, con una sonrisa triste. Entonces, miró alrededor una vez más, como buscando algo, y suspiró.
"Veo que Conan-kun no ha podido venir al final…" suspiró ella, con tristeza. Los tres pequeños se miraron entre ellos sin saber qué decir "Dadle recuerdos de mi parte. Bueno, papá, mamá… tengo que irme" dijo ella, separándose del abrazo que le acababa de dar Kogoro, el cual casi no dejaba ni moverse. Makoto tuvo que ayudar a Eri a que Kogoro la soltara, i con una gotita en la nuca, Ran se despidió con la mano, girándose y avanzando hacia el tren bala.
Toda la estación estaba llena de gente que acababa de llegar, y como consiguiente con caras felices; y a la vez, también había gente, como Ran, que se iba, lo cual hacía que hubiese también caras tristes. A Ran le sorprendió cómo un mismo lugar podía crear tantos sentimientos diferentes. Y dolor. No tristeza por el que se va, sino dolor interior; un dolor que nadie sabía que ella albergaba, porque lo había mantenido escondido en su ser, en el apartado más recóndito de su corazón. Y allí debería quedar: sus sentimientos por Shinichi Kudo, el famoso detective, tenían que desaparecer, porque de lo contrario lo único que conseguiría sería hacerse más daño ella misma. Además, la elección de él era ya bastante clara, de modo que ella ya no podía hacer nada… ¿No podía o no se atrevía?
*Tal vez… si hubiera luchado más por él, esa chica no…*
Última llamada, pasajeros con destino a Yokohama…
Ran meneó la cabeza sacando esos pensamientos de su mente y tiró del carrito de ruedas, mientras sostenía la otra bolsa junto con una mochila. Giró la cabeza por última vez y se despidió con una sonrisa, y entró en el vagón correspondiente.
"¡Buaah, buaaah! ¡Raaaan…, Raaan…!" Kogoro hizo uso de un nuevo paquete de pañuelos. Eri, por detrás, hizo unos pasos hacia él, acercándose, pero paró en seco y giró la cabeza hacia otra parte, roja.
Ran mientras ya se había sentado en su sitio correspondiente, y dejando las bolsas en su sitio abrió la ventanilla (NA3). Los pequeños detectives se acercaron a ella para darle el último adiós.
*Ojalá Conan-kun hubiese podido venir… Le voy a echar tanto de menos, tanto…* dijo Ran, mirando tristemente las puertas de entrada.
Atención, por favor. El tren con destino a Yokohama empieza a ponerse en movimiento. Les rogamos mantengan una distancia prudencial entre el tren y no pasen la línea roja marcada, gracias.
Dicho y hecho, Ran sintió ya el pequeño temblor, y poco a poco el tren empezó a moverse, muy pero que muy lentamente, como si estuviera preparándose. Los pequeños detectives iban andando a medida que el tren avanzaba, para así poder hablar más con Ran, cosa que ella agradecía.
Ran se secó las lágrimas, sin contener la situación. Aunque había intentado aparentar sonrisas e indiferencias, al fin y al cabo era ella la que se iba, era ella la que tenía que empezar de nuevo y estar sola, era ella la que tenía que estar triste y no al revés. *Pero en fin, todos sabemos lo inmaduro que es papá. Necesitará a alguien que le cuide…Creo que ya te has dado cuenta de eso* pensó Ran, observando a la sonrojada Eri mirando al suelo.
El tren empezó a ir cada vez un poco más rápido. En pocos minutos habría pasado ya de largo toda la estación, la cual era bastante grande y larga. Ran sacó una foto de grupo que tenía guardada en su bolsa y la miró unos instantes. Tantos amigos, tantos momentos…
"¡¡Heh, cuidado, chaval!!"
"¡¡Mira por dónde vas, animal!!"
Ran alzó la cabeza. Por lo visto había un poco de jaleo a la entrada. Estaba bastante lejos y no lograba verlo bien, pero al parecer había un joven que estaba dando la lata.
*Bah…* Ran centró su atención a los pequeños detectives, los cuales ya estaban corriendo para que el tren (el cual aún iba bastante lento) no les adelantara.
"¡¡Uaah!!"
Ran alzó la voz. Esa era la voz de Sonoko. Miró hacia todo el grupo, el cual estaba unos quince metros detrás de ella. Allí acababa de llegar un joven con monopatín, cansado y respirando agitadamente. Les preguntó algo muy rápido y ellos le señalaron hacia su dirección.
Ran parpadeó incrédulamente, negándose a creer lo que sus ojos veían. Sacó la cabeza por la ventana, haciendo que su pelo se moviera al ritmo del viento. Sí, efectivamente, no había duda alguna. Shinichi Kudo acababa de hacer aparición con total velocidad con el monopatín de… ¿Conan?
"¡¡RAAAN!!"
Eso le hizo despertar de sus imaginaciones para volver a la realidad "¿Sh-Shinichi…?" dijo ella sin fuerzas, aún sin creérselo "¿Qu…?"
El tren cada vez iba más y más rápido. Los Detective Boys ya hacía rato que habían intentado mantenerse al lado de la ventanilla de Ran.
Shinichi tuvo que apretar el botón acelerador al máximo para intentar llegar hacia ella "¡¡Ran, escucha…lo del otro día…!!"
"¡¿Qué…?! ¡No te oigo!" exclamó ella, viendo como Shinichi cada vez estaba un poco más cerca de ella. De repente, Shinichi tocó algún especie de botón y del monopatín salió un humo oscuro, pero a la vez aumentó sobremanera la velocidad.
"¡L-Lo del otro día… f-fue una equivocación…! ¡Créeme!" repitió Shinichi, haciendo fuerza con ambos pies para intentar alcanzar a Ran. Ahora sólo les separaba un metro, y el tren continuaba aumentando la velocidad.
El rostro de la chica se ensombreció "Shin…"
"¡¡Es verdad!!" dijo él, cortándola "¡Ran, créeme! ¡Lo prometo, lo juro!" por fin ambos estuvieron cara a cara, pese a que el monopatín iba perdiendo fuerza progresivamente.
"¡Me mentiste!" exclamó ella, mirándole fijamente "¿Acaso lo niegas? ¿Por qué me mentiste?"
Shinichi frunció el ceño, notando como el monopatín iba cada vez a menos y el tren cada vez a más. Ahora o nunca, si no se daba prisa la perdería de vista. La perdería "¡¡Rayos, Ran!! ¡¡Si te mentí fue para no preocuparte, porque si te hubiera dicho que Shiho aún seguía allí, te hubieras enfadado, y es precisamente lo que está pasando ahora!! ¡¡Y yo no quiero enfadarme contigo, no ahora!! ¡Nunca más!" dijo él con total convencimiento "¡¿Y sabes por qué?!"
Ran, emocionada, notó como sus ojos se humedecían. Le miró a los ojos fijamente, y él también la miró. No mentía, Shinichi no mentía. Esos ojos nunca mentían. Era ella la que lo malinterpretaba todo. ¡Siempre era ella!
Ran negó con la cabeza lentamente "N-No, por qué" susurró ella contestándole la pregunta.
Shinichi la miró fijamente y le proporcionó esa sonrisa que ningún otro hombre podía igualar, esa sonrisa que hacía que Ran se sintiera la chica más feliz del mundo. Entonces, Shinichi se puso un dedo en los labios "Te lo diré cuando vuelvas. Hasta entonces, guarda esto" dijo él, estirando lo máximo el brazo y forzando al límite la velocidad del monopatín, el cual empezaba ya a ronronear.
Ran sacó todo el brazo fuera de la ventanilla y cogió con dedos titubeantes el pequeño presente, mientras su pulso no paraba de aumentar y aumentar. Era una cajita de piel negra con unas cintas doradas, y en la cual había pegada una pequeña tarjetita que ahora no se molestó en leer.
El monopatín empezó a ronronear más y más hasta que la velocidad empezó a disminuir drásticamente. Shinichi, viendo como Ran empezaba a alejarse de él, puso dos dedos en alto en señal de despedida "Hasta pronto"
Las lágrimas de Ran empezaron a salir con más fuerza, y ella sonrió diciéndole adiós con la mano. Shinichi paró ya el monopatín y dejó que el tren bala corriera, mientras observaba con tranquilidad la figura de Ran alejarse cada vez más y más, aún diciéndole adiós…
*Volveremos a vernos* pensó él, dándose la vuelta y dirigiéndose hacia donde se encontraban los demás, metros atrás.
Fin del cap.11
CONTINUARÁ
NA1 – Shinichi volvió a ser él mismo en tres ocasiones: la primera en el caso del asesinato de un diplomático, coincidiendo con la primera aparición de Heiji; la segunda ocasión fue, como todos sabréis, la de Shinichi's Rebirth (podéis consultarlo a la sección de manga scans de Shinichi's Memories); la tercera fue en la séptima película (en Shinichi's Memories ya tenéis el resumen de ésta ^^).
NA2 – Shinichi se refiere al caso del Chantaje a un futbolista, en que aparece una chica llamada Ryoko que dice ser la novia de Shinichi (causando un gran shock a Conan y Ran), pero en realidad lo único que pretendía era contactar lo más rápido posible con Shinichi para que la ayudara en un caso de chantaje.
NA3 – Lo sé, lo sé… Los trenes balas (y aún más los modernos que hay en Japón) no dan la opción de abrir las ventanillas ya que es un cristal blindado (no ocurre lo mismo con las líneas de trenes que se desplazan dentro de la ciudad, pero en los trenes balas creo que sí), pero es que no tenía otra opción ^_^U
Notas de la Autora:
Konni!!! ¡¡Estoy súper eufórica!! ¡¡Ya he terminado el capítulo 11 de Empezando a Olvidar, kyaaaah!! Y como muchos de vosotros sabréis, ¡sólo falta un cap.! ¡El epílogo (no se si se podría llamarle capítulo, pero weno). ¡¡Qué bien!! Estoy triste y a la vez feliz, porque me da mucha lástima terminar con este fic que me ha llegado al corazón, pero a la vez tendré el gusto de escribir por fin el tan ansiado final, cosa que tengo muchísimas ganas ya de hacer ^^U
Supongo que todos vosotros/as me estaréis mirando así ¬¬ Jur jur, vale vale lo admito… ¡¡es el final más plancha que he hecho nunca, lo sé!! Jur jur pero esto formaba parte de mi querido plan para engancharon aún más de lo que estáis (sí, aún más XD) *^^*, y también sé que me ha quedado bastante más largo que los demás, pero había dos opciones: cortarlo en dos y hacer dos partes, cosa que no me pareció bien porque entonces quedaría demasiado corto y churrutero, o dejarlo así, y lo dejé así, porque ya sé que tampoco es que os disgusten los fics largos, neh? ^_^ A mi me gustan más así, tienen más contenido n_n
Bueno, relativo al capítulo… ¿os ha gustado? ¿Sí, no? ¡¡Esta vez quiero críticas, jur jur!! ¡Y a las que ya me las enviáis, gracias chicas (lo digo porque mayoritariamente son chicas, pero weno ^^U)! Este capítulo se lo dedico especialmente a Tantei Ran, mandándole ánimos y besos desde aquí para que siga con su peazo fic que me tiene en ascuas ^o^. Especiales gracias a Haku, a Kazu, a Jess, a Azalea, a Arzainer, a las chicas de la comu de Kazu, a la peña de mi foro, a la gente del msn, y… y… ¡¡y a mis traductores, cómo no!! Y en especial a ti por continuar leyendo todas estas paranoias mías ¬¬U
Me despido aquí (hoy me ha quedado largo esto, neh? La emoción será). Un cordial saludo a todos vosotros, ¡y mil gracias de nuevo! Os prometo que me voy a esforzar muchísimo en este epílogo ^.^
Ja matta ne!!
CiNtUrO-cHaN
22::12::03
