Traducido por Mitchan. Es la primera vez que traduzco, así que si cometo algún error (seguro que lo haré) que alguien haga el favor de corregirme. ¡Gracias! ¡Espero que les guste tanto como a mí!
LOVE POTION HP
Por Tavalya Ra
E-mail: clearbluedelphia@yahoo.com
Perfil de FF.net:
Disclaimer: Esta historia está basada en los personajes y situaciones creados por J.K. Rowling, propiedad de J.K. Rowling y varios editores incluyendo pero no limitados a Bloomsbury Books, Scholastic Books, y Raincoast Books, además de Warner Bros., Inc. No se gana dinero con este escrito ni se tiene la intención de infringir ninguna marca registrada o copyright. Rowling es una diosa, ojalá se apiade de mi alma por escribir esto.
Nota: Gracias a Stacey de "Thin Line" por revisar este fic, a Anna por permitir y apoyar esta locura, y a Simeone por prestarme su ejemplar de "El Cáliz de Fuego" sin el cual nunca me hubiera inspirado para escribir esta absurdamente larga y completamente inquietante historia.
Capítulo 4: El Acuerdo
-¿Porqué estamos haciendo esto?- gimió Sirius. –Oh, porqué, porqué, porqué... ¿puedes parar de hacer eso, por favor?
Con lentitud agonizante, Severus sacó sus uñas de la espalda de Sirius. ¿Cómo podían estar mucho más largas (y afiladas) que ayer? Indudablemente, Severus había preparado una poción especial para hacerlas crecer.
-Necesitamos hablar.- dijo.
Severus hizo una mueca. –Oh, detesto el sonido de tu voz.
-Bueno, parece que te gustan otras partes de mí.
-Es fácil... no hay mucho de eso.
-Muy gracioso- replicó. Entonces se puso serio.- Severus, ¿por qué estamos haciendo esto? Quiero decir, tú... yo... ugh...
Severus bostezó y murmuró-: Dumbledore dijo que lo hiciéramos.
-¿Ahora quién está poniendo un pretexto?
Severus le lanzó una mirada hostil.
-Esto no es saludable- dijo Sirius.- Y no lo digo por ser tu palo de rascar personal. No podemos seguir sólo apareciendo al azar en la cama del otro.
-No ha sido al azar. Ésta es la tercera noche consecutiva.
-¡Gah!- gritó- ¡Sabes a lo que me refiero! Mira, cada noche nos enfrentamos, nos insultamos, nos decimos cuánto nos odiamos y cuánto nos disgusta el otro y lo que hacemos... ¡y entonces vamos y lo hacemos de nuevo! ¿Por qué?
Severus estuvo pensativo unos momentos antes de replicar suavemente-: No te puedo resistir.
-Oh, qué dulce- dijo Sirius sarcásticamente.
-¡Hablo en serio!- bramó. -¡No puedo! Lo intento y la Marca Oscura me empieza a quemar y mi cerebro arde y no puedo pensar en nada que no sea acercarme a ti lo suficiente para hacerte pedazos... y siempre acercarme en peor manera posible. ¡Es un hechizo!
Sirius estuvo silencioso por un minuto antes de susurrar-: ¿La Marca Tenebrosa?
No había pensado en ello, pero ahora se daba cuenta de que esa cosa estaba presionada contra su piel... Tembló y empujó a Severus lejos de sí.
-¿Así que es magia negra?
-Creo que sí.
-Pero Dumbledore dijo que no lo era.
-No sé.
-Entonces, ¿vamos a seguir haciendo esto?
Severus no contestó.
-¿Bueno?- preguntó Sirius- ¿SEGUIREMOS?
Le echó una hojeada al rostro de Severus. El maestro de Pociones se veía como si quisiera vomitar. –Creo que sí.
Ninguno dijo nada en varios minutos hasta que Sirius habló. –No lo capto. Siento atracción por ti, pero no te encuentro atractivo. Quiero decir... gah, ¡ni que fueras guapo!
-Oh, lo siento- dijo Severus con voz sedosa- ¿preferirías que me pintara los labios y usara un vestido rojo? ¿Lo haría eso mejor?
-¡GAH!- gritó Sirius y casi se cae de la cama.
-¿De verdad que te gusta esa palabra, no?-comentó secamente.
-¡Nunca más me des esa imagen mental!
Un incómodo silencio cayó sobre la habitación, roto cuando Sirius dijo finalmente-: Lo siento.
-¿Oh, por qué esta vez?- le espetó, exasperado.
-Por insultar tu apariencia.
-En realidad no me importa.- contestó francamente.
Sirius lo miró raro. -¿Por qué estás siendo tan amistoso?
-No estoy siendo amistoso- replicó Severus como si lo hubiera insultado.
-Para tu estándares sí.
-Es porque estoy cansado. Buenas noches.
Severus cerró los ojos y pareció quedarse dormido. Sirius se alejó retorciéndose de él y se acostó en la oscuridad, reflexionando. ¿Por qué estaba aquí? En la habitación de Severus... ¿con Severus? El recuerdo de lo que había hecho esa noche y las dos noches anteriores le daba náuseas... y aún así sabía que lo haría de nuevo.
Severus decía que eran las Artes Oscuras. Dumbledore decía que no. Sirius confiaba en Dumbledore mucho más que en Severus. Si era verdad...
Sirius nunca había sido de los que negaban la verdad. Sintió un escalofrío al imaginar qué otra cosa podría haber sucedido si hubiera dudado cuando descubrió que Peter Pettigrew era un Mortífago. Era la última cosa en la que quería creer hace catorce años, justo como su atracción por Severus era la última cosa en la que quería creer ahora. Era repugnante, pero eso no cambiaba el hecho de que era. Era la verdad, tanto si la aceptaba como si no.
-¡Severus!
Severus se levantó y gritó-: ¿QUÉ?
-Necesitamos hablar.
Las manos de Severus se apretaron en puños y alzó los brazos exclamando-: ¿¡Cuántas veces vas a decir eso!?
-¡Maldita sea, escucha! Si vamos a seguir haciendo esto (y no me des esa mirada, porque sabes que seguiremos haciéndolo) deberíamos estar de acuerdo. Hablo de ser francos con el otro sobre esto. No más negar que sentimos atracción porque sí la sentimos. Ahora bien, yo todavía te odio y estoy seguro de que todavía me odias, ¿pero en realidad me encuentras tan repugnante?
-Bueno...- Severus se movió nerviosamente- Así era hace unas semanas...
-Severus.
-¡De acuerdo!- escupió- ¡De acuerdo! Ya no creo que eres repugnante, ¿vale?
Sirius asintió. –Vale. Y acordamos... que haremos esto por nuestra propia voluntad.
-Ya que no podemos hacer nada más...- refunfuñó Severus, aunque no sonaba muy convencido.
-Te das cuenta de lo que significa esto...
-Sí- replicó Severus con una mezcla de aprehensión y repugnancia. –Somos una jodida pareja. Oh Dios. Voy a vomitar.
-¿Vas a?
-¡Oh, cállate!- Dijo Severus secamente y golpeó a Sirius en la cara con una almohada.
***
Sirius nunca se quedaba por mucho tiempo después de que Severus se hubiera dormido. Una sabia decisión de su parte, reflexionó Severus la mañana siguiente, porque probablemente lo destrozaría miembro por miembro si alguna vez lo encontrara inconsciente. Se tocó la nariz. Sirius le había mordido ahí de nuevo. ¿Cuál era su fijación con su nariz?
Severus sintió una oleada de repulsión subir desde su estómago. ¿Qué había pactado anoche? ¿Aceptar voluntariamente una relación con Sirius? ¿Una relación basada en qué? ¿Un deseo mutuo de mutilar, si no matar, al otro?
¿Cómo podía Severus estar de acuerdo con eso? ¿Cómo podía uno estar de acuerdo con algo si no tenía elección? Cualquier hechizo bajo el cual estuviera no iba a dejar de funcionar simplemente porque a él no le gustara. Aceptarlo no tenía sentido. Aceptarlo- simplemente porque no lo controlaba- era una cobardía. Era un método de rajados para conformarse en vez de resolver el problema.
Severus se sintió todavía más disgustado con Sirius. Habría que olvidar su así llamado acuerdo- sólo había dicho que sí para hacer callar a Sirius. No iba a seguir la corriente para que Sirius pudiera tener un amortiguador para su frágil ego. Él iba a resistir y lucharía contra lo que sea que fuera esta cosa.
Pero cuando ardía la Marca Oscura...
Severus sacudió la cabeza. No, él estaba en control, e iba a romper el hechizo.
***
Sirius no regresó a la habitación de Severus la noche siguiente. En vez de eso, yacía acurrucado en su forma de perro frente al fuego en la sala común de Gryffindor. Hermione Granger estaba sentada a su lado, acariciándole la cabeza distraídamente, mientras estudiaba su libro de hechizos. Momentos después, miró su reloj.
-Es medianoche. Iré a por Harry.
Sirius hizo un pequeño sonido de comprensión y ella lo dejó. Cinco minutos después, escuchó pasos provenientes del dormitorio de los chicos. Alzó la vista y, viendo a su ahijado, volvió a su forma humana.
Harry sonrió ampliamente al mirar a su padrino, aunque Sirius percibió un indicio de ansiedad en sus ojos. Naturalmente le devolvió el gesto y se abrazaron cálidamente.
-Hola Harry.
-Hola Sirius- replicó. –Te extrañé.
Cada uno se sentó en un sillón al lado del fuego.
-Siento no haber venido antes- se disculpó Sirius con una punzada de culpa. Cualquiera que fuera el problema con Severus, no era una razón para dejar de lado a su ahijado. –He estado... ocupado.
Harry aceptó sus palabras inmediatamente. –Está bien. Entiendo.
Empezaron a hablar, especialmente sobre la rutina diaria de Harry; Sirius le preguntó acerca de sus clases, Quidditch, Hogsmeade, y (lo más importante de todo) su cicatriz. Se sintió aliviado cuando Harry le aseguró que no había sentido nada, pero que todavía sentía que algo iba mal.
-¿Qué pasa, Harry?- preguntó amablemente- Por favor, dímelo. Podría ser importante.
Harry se mordió el labio. –No es sobre mí, es sólo que... tu cara. Está toda llena de rasguños y yo... me preocupo.
A Sirius se le secó la boca. ¿Cómo podía explicarle la razón a Harry? Él mismo no lo entendía. –Me temo que no te lo puedo decir- respondió con vacilación. –pero estoy bien. Estoy a salvo. No te preocupes por mí. Simplemente cuídate a ti mismo.
Harry asintió, pero no parecía satisfecho. –Si hay algo que pueda hacer...
-Sigue haciendo tus deberes. Y sigue con el Quidditch, por supuesto- añadió.-Buena suerte con el partido de la próxima semana. Ojalá pudiera estar ahí.
-¡Pero sí puedes! Podrías transformarte e ir con Ron y Hermione- sugirió Harry.
Sirius negó con la cabeza. –No, me temo que no puedo. Acabo de descubrir que tengo que irme mañana. Estaré de vuelta en una semana. Lo prometo, intentaré estar ahí en uno de tus partidos este año. Ahora, deberías irte a la cama.
-De acuerdo. Buenas noches, Sirius.
-Buenas noches- replicó, mirando a Harry dejar la sala común con una pequeña sonrisa.
***
Severus estaba ordenando los ingredientes para su siguiente clase cuando Sirius trotó en la estancia. ¿Qué estaba haciendo aquí ese perro? ¿No se daba cuenta que era mucho más peligroso que simplemente viéndolo después de clases?
"Bueno, si lo atrapan, no es mi problema", decidió Severus.
Siguió trabajando, ignorando a Sirius hasta que se transformó y habló-: Me marcho en una hora a otra misión, Severus. Dumbledore me manda a revisar cómo le van las cosas a Remus. Siento no haber podido decírtelo antes.
-Bien- comentó Severus fríamente sin alzar la vista. –Así podré concentrarme en encontrar una cura.
-¿Una cura?
Severus colocó el resto de las botellas con polvos en el escritorio más cercano y se dio la vuelta para encararse con él. –No creo a Dumbledore. Esto es Magia Negra. ¿Por qué si no tendría yo algo que ver CONTIGO?
Sirius entrecerró los ojos. –Acordamos...
-Oh, por favor- hizo una cara de desprecio. -¿Acordamos qué? Nada, sólo lo dijimos para darnos consuelo. No podríamos detenerlo aunque lo intentáramos. Eso es lo que hace la Magia Negra. Todavía odio...
Para su disgusto, Sirius lo agarró por los brazos y lo besó apasionadamente. Severus se separó abruptamente.
-¿A qué vino eso?
-No... no lo sé- los ojos de Sirius estaban distantes. –Es como si no pudiera controlarme a mi mismo.
-¡Eso es porque no puedes!
Sirius lo besó de nuevo y esta vez Severus se encontró rindiéndose. Su mente parecía derretirse, pero entonces su cerebro registró un último pensamiento. "Dos minutos para la campana." En un ataque de pánico, arañó a Sirius, intentando alejarlo de sí.
-No podemos hacer esto ahora... Sirius, tengo clase...
-No hasta dentro de un minuto.
-¡Pero son los de quinto año de Gryffindor!
Sirius estaba tan conmocionado que casi lo deja caer. –Harry.
-¡Exacto!- declaró Severus, separándose de sus brazos. -¿Quieres que tu ahijado se entere-?
Sirius no parecía oírle. Murmuró para sí mismo-: ¿Cómo voy a explicarle esto a Harry?
Severus lo cogió violentamente por el cuello de la camisa. -¡No le dirás nada! ¡Nada!
-Pero, Severus...
-Ese mocoso no tiene porqué saber que hay algo entre nosotros-
Sirius lo fulminó con la mirada. Furioso, habló-: ¿Podrías amablemente dejar...?
-¿... de llamar mocoso a Potter?- terminó por él. -¡Lo es! Y tú deberías reconocer-
Sirius se tragó las palabras de Severus con otro beso. Severus lo empujó.
-¡Deja de hacer eso!- le espetó.
-¡A veces- gritó Sirius- es la única manera de hacerte CALLAR!
Giró sobre sus talones para irse. A mitad del camino hacia la puerta, se detuvo y dijo sobre su hombro-: Espero que encuentres una cura, Severus. Porque no puedo vivir conmigo mismo si tengo que vivir contigo.
Nota de la traductora: Espero que les guste este capítulo! Y si hay alguna frase que no se entiende bien, algún error que se me haya escapado y pueda mejorarse... por favor, dímelo!
Otra cosa que no tiene mucho que ver: a los lectores de Luna Llena: ¡no se desesperen! ¡por favor! ¡Pienso seguirlo hasta el final! Les pido que tengan un poco de paciencia, por favor... Me he retrasado un poco, lo sé, pero ya estoy sacando adelante ese capítulo que tanto se me ha resistido.
Dejad reviews! Los valoro mucho! Gracias a los que me han dejado uno! Les mando muchos besos! ^_^
