Traducido por Mitchan. Es la primera vez que traduzco, así que si cometo algún error (seguro que lo haré) que alguien haga el favor de corregirme. ¡Gracias! ¡Espero que les guste tanto como a mí!
LOVE POTION HPPor Tavalya Ra
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Disclaimer: Esta historia está basada en los personajes y situaciones creados por J.K. Rowling, propiedad de J.K. Rowling y varios editores incluyendo pero no limitados a Bloomsbury Books, Scholastic Books, y Raincoast Books, además de Warner Bros., Inc. No se gana dinero con este escrito ni se tiene la intención de infringir ninguna marca registrada o copyright. Rowling es una diosa, ojalá se apiade de mi alma por escribir esto.
Nota: Gracias a Stacey de "Thin Line" por revisar este fic, a Anna por permitir y apoyar esta locura, y a Simeone por prestarme su ejemplar de "El Cáliz de Fuego" sin el cual nunca me hubiera inspirado para escribir esta absurdamente larga y completamente inquietante historia.
Capítulo Once: Cartas de Sirius
-¿Por qué no está Snape desayunando?- preguntó Hermione, mirando hacia la mesa de los profesores.
-¿Por qué debería estarlo?- contestó Ron. –Tiene su propia cabaña.
-Sí, pero Sirius se fue hace seis días. ¿No crees que volvería a su cuarto dentro del castillo?
Se encogió de hombros. -¿Por qué debería hacerlo?
-¿Porque está solo?
-¿Solo? Snape no es exactamente un amante de las personas, Hermione.
-¿Por qué importa?- preguntó Harry irritablemente.
Hermione y Ron no dijeron nada, pero intercambiaron una mirada significativa. Harry no entendía cómo ellos podían aceptar la situación con Sirius y Snape tan casualmente. ¿Cómo podían no darse cuenta de que algo iba radicalmente mal? Harry les había contado muy poco de su cena con Snape hace cinco días, y no había dicho nada del Afródilo, que presentía se había convertido en un tema delicado para Hermione. Ya no podía confiarles sus sospechas y deseaba en verdad que no fuera así. Snape había de todo menos dicho directamente que amaba a Sirius. ¿Qué conclusión se suponía que debía sacar de aquello? La idea se lo estaba comiendo por dentro.
Los sombríos pensamientos de Harry fueron súbitamente interrumpidos por una ráfaga de plumas. Los búhos habían llegado y uno de raza inusual, que no reconocía, descendió y dejó caer dos cartas en su regazo. Identificó la letra de la primera carta, la rasgó para abrirla y leyó:
Querido Harry:
Siento mucho, mucho no haber estado allí para la cena el diez. Surgió un problema la mañana anterior y tuve que marcharme inmediatamente. No me di cuenta hasta mucho más tarde de que había olvidado decirte que no vinieras. ¿Acabaste comiendo con Severus? ¿Se comport? Por favor házmelo saber- y por favor no lo embellezcas por mi bien.
Como siempre, no puedo decirte donde estoy o que estoy haciendo. No sé cuándo regresaré. Por favor contéstame, usando éste búho. Sabe donde encontrarme.
Siento que vaya a perderme tu partido de Quidditch.
Sirius
P.D. Por favor dale la-
-…segunda carta a Severus?- Harry gimió miserablemente. Echó un vistazo al otro sobre y, en efecto, llevaba escrito el nombre de Snape con la letra de Sirius. -¿Por qué no podía simplemente haber mandado otro búho?
-Bueno, piensa en ello, Harry,- replicó Hermione pragmáticamente. –Sería mucho más riesgoso mandar dos y Sirius probablemente tiene problemas para encontrar búhos.
-Sí- convino Ron. –Al menos tuvo el sentido común suficiente como para imaginarse que sería una mala idea darle a Snape una carta para ti.
Harry miró abajo al segundo sobre y frunció el ceño.
-¿Cómo se supone que le tengo que dar esto a Snape?
-Sólo dáselo durante Pociones- dijo Hermione.
-Sí, ¿pero qué pasaría si alguien me viera con esto?- preguntó Harry. –Está dirigido a 'Severus'. Si yo le escribiera una carta a Snape, ciertamente no le llamaría 'Severus'.
-Me sorprende que su madre asumiera que era una buena idea llamarlo 'Severus'- comentó Ron. –Eso asumiendo que tenga madre.
Hermione ignoró el comentario de Ron. –Hazlo después de clase. No tiene tanta importancia, Harry.
Suspiró. ¿No entendían lo qué significaba nada de esto?
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Snape echó una mirada sospechosa a las profundidades turbias del caldero de Harry.
-Un sorprendente, y más bien inesperado alarde de aptitud, señor Potter. Veamos qué tan bien lo hace mañana cuando no esté sentado junto a la señorita Granger.
La indignación ascendió hasta las mejillas de Harry. –Hermione no me ayudó, profesor- replicó.
Snape lo miró con dureza. –Entonces podrá probarlo en la próxima clase. Seguramente no será demasiado difícil para el héroe de Hogwarts.
Harry no dijo nada. La carta de Sirius estaba quemando un agujero en su mochila. Se preguntó qué pasaría si simplemente la dejara caer en su caldero y la viera desintegrarse, pero abandonó la idea al instante cuando pensó en qué tan decepcionado estaría su padrino.
Snape regresaba a su escritorio cuando sonó la campana. Los estudiantes salieron corriendo ansiosamente del calabozo, sin embargo Hermione y Ron se rezagaron para esperar a Harry. Aprensivamente, se acercó al escritorio de Snape con la carta en la mano.
Snape lo miró con una mueca desdeñosa. –¿Sí, señor Potter?
Harry colocó el sobre en el escritorio. –Esto es de Sirius.
El cambio en el semblante de Snape fue muy abrupto. Parecía desconcertado. –Oh- dijo. –Gracias.- Las palabras sonaban torpes en su lengua. –Espera aquí- ordenó, e inesperadamente se fue corriendo del salón.
-¿Adónde irá?- meditó Ron en voz alta.
Hermione se acercó lentamente a la puerta. –A su oficina, creo.
Snape regresó quince minutos más tarde, con la carta de Sirius abierta en su mano. –Potter, ¿le vas a enviar un búho a Sirius?- preguntó.
-Sí- contestó Harry nerviosamente.
-Podrías… podrías…- Snape estaba obviamente incómodo. -¿Podrías esperar hasta mañana? ¿Para que te pueda dar una carta para Sirius?
No sabía qué decir. Era la primera vez que Snape le había hablado amablemente y sonaba tímido.
-Por supuesto, profesor- dijo.
-Gracias.
Por un momento, pensó que Snape estaba sonriendo, pero fue tan breve, y tan fuera de carácter, que no estaba seguro.
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Harry miraba su plato como si no existiera. La mano de Hermione se movió rápidamente frente a su cara.
-¿Ho-la?- lo llamó con voz cantarina. -¿Harry?
Harry sacudió la cabeza. –No me lo creo.- dijo débilmente. –De verdad están enamorados. Y es...
¿Repugnante? Sirius era feliz y Snape había sido genuinamente amable sin beberse una poción para cambiar la personalidad. Lo primero era reconfortante, lo segundo era nada menos que un milagro.
-…muy extraño- terminó.
De repente, se sentía muy hambriento.
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Al día siguiente, Snape no cambió a Harry de lugar como había amenazado. Ni hizo ningún comentario sarcástico o despectivo. Exceptuando el final de la clase, cuando dejó clandestinamente un sobre marcado 'Sirius' en su escritorio y asintió ligeramente, ignoró a Harry del todo.
Fue lo mismo al día siguiente, y al siguiente. Harry lo encontraba muy extraño pero pronto se dio cuenta de que era lo más cercano a una muestra de aprobación que recibiría alguna vez de Snape.
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Sirius recibió sus cartas el diecinueve de enero. Leyó la de Harry primero, sonriendo ante el tono casual y hablador de su ahijado, así como su sentido de la ironía. Cuando estaba convencido de que había leído la carta a fondo, abrió la de Severus.
La carta de Severus era corta y estaba escrita en su usual tono cortante.
Querido Sirius,
Esa carta era la cosa más romanticona que he leído jamás.
Te extraño.
Severus
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Notas: ¿Correcciones, dudas, críticas? Expresa tu opinión, ME INTERESA.
¡Gracias por esperar! Con las vacaciones, tengo más tiempo libre para trabajar en esta traducción. Si llevo buen ritmo, podré terminar el fanfic antes de septiembre. Siguiente capítulo: Sombras en el Horizonte!!!!
