Capítulo VIII

Al despertarse, Harry sentía algo raro. Tardó casi diez minutos en comprender lo que había pasado la noche anterior. Fue hasta la cama de Ron, pero éste ya estaba despierto y con unas grandes ojeras. Sin decir ni una palabra, se vistieron a gran lentitud y bajaron a desayunar. Hermione les esperaba.

-¿Dónde estabais?- les dijo, ajena a sus preocupaciones y alegrías.- Tenemos Herbología dentro de 40 minutos.

Ron no probó bocado. En clase de Herbología les tocó podar unos Sauces Boxeadores, quienes eran tan peligrosos como el que protegía el túnel a Hogsmeade.

Ron y Harry acabaron llenos de moratones, y a Harry un sauce le rompió las gafas, que Hermione le arregló con el asombro de ver que Harry no se acordaba del hechizo.

El día transcurrió con total normalidad, lo que supuso que Snape le quitara a Gryffindor 30 puntos porque Ron bostezó, aunque se tapó la boca con las manos. Cómo no, Snape terminó con su frase favorita: "y agradece que no sean más, Weasley".

Los dos días siguientes también transcurrieron con una normalidad anormal, que los Dursley hubieran llamado "algo completamente normal" con total orgullo. Al tercer día después de lo ocurrido, Ron habló a Harry sobre esto:

-Harry- le dijo -, a mí me gusta Hermione, supongo que te habrás dado cuenta.

- Si, me he dado cuenta- dijo Harry sonriendo burlonamente ante la confesión de Ron.

- Ron, tenemos que buscar el pasadizo- prosiguió Harry.

Ron, de inmediato agitó la  cabeza de arriba a abajo y dijo:

- Según el diario, McGonagall cree, y también Dumbledore, que puedes ser el heredero de Godric. Eso explicaría por qué quien-tu-sabes quería matarte a ti y no a tu madre. Sólo a tu padre y a ti. Debes de serlo, estoy seguro.

Pero Harry no lo estaba. Le volvió a atormentar lo que el Sombrero Seleccionador le dijo, que podría hacer un buen papel el Slytherin.

- Esta noche- decidió Harry -, lo buscaremos esta noche.

A las doce, la Sala Común ya se había quedado vacía. Se pusieron la capa invisible y salieron por el retrato de La Dama Gorda, quien no estaba en su cuadro.

Fueron caminando. Caminaron y caminaron pero no sabían ni a dónde iban ni qué tenían que hacer. Volvieron a la Sala Común a la una menos cuarto. La Dama Gorda había vuelto al retrato y, medio dormida, les dejó pasar, sin ni siquiera inmutarse. Hermione estaba en la Sala Común esperándoles.

- Por favor, quitaos la capa- les dijo- tengo algo que deciros.

Harry y Ron la obedecieron, temiéndose lo peor. Se sentaron e unos butacones cercanos al de ella.

- Es que... bueno, veréis, por lo que lloré el otro día... la sonrisa de Malfoy... Os lo contaré desde el principio.

- No hace falta- dijo Harry- ya lo sabemos.

- ¿Así que  lo leísteis?- les preguntó ofendida por la mentira que le soltaron.

- No ese día, lo leímos el Domingo. Entramos en tu habitación mientras comíais y le hicimos el encantamiento repetidor. Por la noche lo leímos.- explicó Harry, con la cabeza gacha. Ron estaba más colorado que sus cabellos. Hermione también lo estaba.

- No importa, lo prefiero así- les consoló Hermione. Se puso nerviosa y preguntó- ¿Desde el principio?

- Sí- dijo Ron, ablando por primera vez. Harry los miró a los dos, tan colorados, y pensó que hacían muy buena pareja.

- Bueno, Hermione, estabamos buscando el túnel- informó Harry -, porque si lleva al Valle de Godric... a la casa de mis padres, donde Voldemort los mató...- Ron se estremeció al oír el nombre- ¿Sabes algo más?

- No, salvo que tú ya estuviste en ese lugar y que allí no se imparten clases- dijo y después, con determinación, decidió- Mañana la capa nos cubrirá a los tres.

Y dicho esto, se levantó del butacón y se fue a la cama. Harry y Ron siguieron su ejemplo. Ninguno de los tres durmió bien aquella noche, el que menos Harry. Si en verdad era el heredero de Godric, si encontraba el túnel... iría a la casa de sus padres.

CONTINUARÁ... (por helena)