Detective Conan es propiedad privada de Gosho Aoyama y sus respectivos proveedores, tales como Shogakukan entre otros. Mediante este fic no pretendo copiar ni plagiar ningún tipo de personaje o trama de dicha serie, todo al contrario, intento mediante mis palabras propagarla aún más de lo que por sí ya está. Por lo tanto, no infrinjo ninguna ley.

Datos de interés

Cambio de escena

"…" Lo que dice un personaje

… Lo que piensa un personaje

=AMBER MEMORIES=

: : Capítulo 1 : :

PARTE 1 Ella y su historia

Había sido un día realmente movido. Papá y mamá no paraban de ir de aquí para allá, con prisas; mamá la peinó como unas diez veces, y papá le recordó que de ninguna manera permitiera que los niños la acompañaran al salir de la escuela ni la invitaran a nada. Ella iba asintiendo, diciendo que sí con devoción, aunque por dentro se estaba haciendo un cacao mental de grandes dimensiones. Pero tampoco lo importaba; siempre le pasaba lo mismo cuando hablaba con su padre. Mamá le dio un tierno y a la vez sonoro beso en la mejilla – tuvo que fregar fuerte para quitarse el pintalabios – y papá le soltó un último consejo que tampoco logró entender. Algo acerca de ir con cuidado con los niños. ¿Tan peligrosos eran? El vecino de al lado, un año más pequeño, era de lo más mono y tranquilo; aunque la pequeña Masayo no paraba de llorar. Ésa sí era una…

La pequeña se despidió con la mano de nuevo y bajó las escaleras de una en una, ilusionada, con la nueva mochila a su espalda. También llevaba ropa nueva que le compró su madre el fin de semana pasado; lucía toda ilusionada, ya que ese era el primer día de colegio. Tenía ya seis a siete años, y se sentía más grande que nunca. Ahora iba a la Escuela Teitan, a unas cuantas manzanas más; el día antes su madre y su padre la habían acompañado para mostrarle el camino para que no se perdiera, ya que ni el uno ni la otra podrían, muy a disgusto suyo, acompañarla. Pero a ella no le importaba, porque por fin podía ir sola al colegio. Le hacía tanta ilusión…

Ran Mouri y su primer día de escuela… ¡Sí, sonaba bien! La pequeña iba dando saltitos de aquí para allá, mirando de reojo su mochila nueva, sin percatarse que estaba a punto de cruzar un paso de peatones. Ella estaba en su mundo, sin darse cuenta de nada, y todo pasó muy rápido: un coche pitó y frenó, y alguien la empujó hacia atrás, haciéndola caer a ella y al salvador al suelo, uno bajo el otro.

La pequeña se alzó rápidamente, consternada por lo sucedido, y justo cuando iba a pedir mil disculpas al que la había salvado, éste se anticipó a ella.

"¡Idiota, casi te matan!"

La pequeña se le quedó mirando "Perdona, iba algo despistada…." Intentó excusarse ella, ignorando el comentario impertinente. Sin embargo, el chico continuó en sus trece. Ya de pies, se cruzó de brazos.

"¡Ya lo creo! Vigila por donde vas. No siempre tendrás chicos valientes y apuestos dispuestos a salvar a niñas despistadas"

Ran se quedó a cuadros, mirando a ese sujeto con nombre de ser humano. ¡¿Quién se había creído que era para ser tan egocéntrico y maleducado?! ¡Ella había admitido que había sido culpa suya y se había disculpado! Y aún as

Otros niños que había allí empezaron a reír. El chico que la había salvado se dirigió hacia ellos, algo fastidiado, dejando a Ran allí sola. Todo el grupo se fue riendo y burlándose de él, diciéndole cosas como "Ya te has echado novia, ¿eh Superman?" y semejantes. Toda la cara de la pequeña enrojeció. ¡¡Ella no necesitaba de Supermans ni de estúpidos chicos con alter ego!! Además, su madre y su padre le habían enseñado judo, y además ella había aprendido kárate por su cuenta, así que cuidadín con ella…

Con el vestido sucio, la cartera desgarrada y el pelo despeinado, Ran retomó a regañadientes el camino a su primer y ya no tan alegre día de escuela.

La señorita Akiko Yonehara, de aproximadamente 20 años (NA1) y con su larga melena rubia y ondulada, sus grandes gafas y sus labios rojizos, abrió la puerta de la clase con algo de nerviosismo y entró en la estancia. Los pequeños siguieron hablando como si nada, y ella pegó un grito para que callaran. Empezó a decirles que de ahora en adelante ella sería su tutora, y que la clase de primero B sería su aula.

Ran miró tímidamente a su alrededor. Se encontraba a segunda fila, al lado que daba a la ventana. A su vez, esta daba al patio, y desde allí podía observar cómo ya había algunos niños allí fuera, esperando ser distribuidos a sus clases. Luego miró a la suya propia: niños y niñas conversaban riendo y gastando bromas; según parecía, se conocían ya de párbulos muchos de ellos; sin embargo, ella no… Acababa de llegar a Beika hacía apenas dos meses, y aún no tenía ninguna amiga ni amigo. Al parecer, habían ascendido a su madre y ahora trabajaba en una empresa de Beika, por lo que tuvieron que mudarse.

"¡Hola!"

Ran parpadeó y miró a la niña que estaba a su lado y que le estaba hablando. Ella sonrió tímidamente y contestó "Ho…hola"

"¿Cómo te llamas? ¿Eres nueva?" preguntó la niña con interés. Ran asintió.

"Me…me llamo Ran Mouri, encantada. Y sí, soy nueva… todos lo somos, ¿no?"

Ella frunció el ceño "Bueno, somos nuevos aquí, pero nos conocemos porque íbamos todos a la escuela infantil Teitan, que hay justo al lado de aquí, detrás del patio" dijo la niña "Por eso te digo que si eres nueva, porque no me suenas de haberte visto allí…"

Así que se conocen todos… pensó Ran, algo entristecida. Le daba algo de vergüenza ser la única nueva "Pues sí, soy nueva… me he mudado a Beika hace dos meses. ¿Cómo te llamas tú?"

La niña de cabello castaño y diadema sonrió "¡Sonoko Suzuki! Disculpa, me llaman" y tan rápido como vino, se fue.

Las primeras clases fueron algo flojas; más que nada, los profesores se presentaban y daban un poco de seguimiento de lo que iban a hacer durante el curso. Todos parecían muy buenos profesores y les cayeron bien a todos los niños. Y finalmente llegó la tan esperada hora del recreo, donde todos los chicos y chicas salieron disparados del aula. Ran salió al patio algo entristecida, ya que no había logrado encontrar a nadie con quien compartir la comida. Así que, para pasar el rato, se dirigió al patio mayor donde había una pequeña elevación y se podía ver el campo de fútbol, el cual estaba ya lleno de jugadores jugando. Ran se sentó a la hierba y empezó a comer tranquilamente, observando el partido sin ningún interés.

"¡¡MÍA, MÍA!!"

Ran miró al partido. Uno de los once jugadores había pedido la pelota y ahora estaba esperándola; el que hacía el pase, un chico moreno y de pelo rubio castaño, se la pasó al instante. El primer jugador saltó de una manera brutal y, superponiéndose a todos los demás defensas hizo un remate de cabeza potentísimo que envió el esférico hasta el fondo de la red.

Uau… Ese chico es muy bue… ¿Uh? Ran frunció el ceño y observó con más claridad quién era ese jugador fantástico. Y para su sorpresa era… "¡¿E-Ese engreído de la mañana…?!" Ran observó con más detenimiento. Sí, sin lugar a dudas era ese chico que había chocado con ella y que la había puesto en ridículo. Inmediatamente giró la cabeza ofendida, como si estuviera hablando cara a cara con él, y cogió el almuerzo y se marchó.

Lo que Ran no sabía es que el joven futbolista, Shinichi Kudo, la vio irse y frunció el ceño…

La puerta se abrió con un ligero gruñido, y acto seguido se cerró. Ran andó a tientas buscando la luz y fue hasta el recibidor de la oficina, en la mesa principal, para dejar la cartera del colegio. Miró a tientas en la casa; desde fuera ya se había fijado en las ventanas, que no tenían luz. Creía que con el cambio de vida las cosas mejorarían un poco más, pero parecía que todo seguía igual: su padre seguramente habría descubierto un nuevo bar donde alojarse, y su madre estaría en la oficina hasta tarde. Miró el reloj: eran las siete y media, y su estómago empezaba a rugir (NA2).

Eri, que era muy previsora, ya le había enseñado a sus siete años de edad a cocinar perfectamente; aunque de vez en cuando se equivocaba en algo, Kogoro siempre le decía que a aquel ritmo superaría las comidas de su esposa.

Ese también era un buen punto. Últimamente, Ran no paraba de oír riñas en la pareja; a decir verdad, las oía siempre, pero últimamente eran algo más groseras, de más duración y con más voz. Ellos no sabían que ella lo oía, porque la creían dormida, pero desde su nueva cama lo oía, noche tras noche.

Riiiing, riiiiing

Ran rápidamente se dirigió hacia el teléfono que había al lado de la 'mini-oficina' de su padre y cogió el teléfono "¿Moshi moshi? Casa Mouri"

"¡Ah, Ran-chan, eres tú!" una voz familiar se escuchó al otro lado del aparato "Soy yo, el amigo de tu padre, el detective Megure"

"Ahhh… Sí, ya me acuerdo. ¿Cómo está? ¿Quiere hablar con mi padre?" preguntó la niña con voz calmada.

"Pues sí, ¿no está en casa?"

"No."

El detective Megure hizo un pequeño gruñido de desaprobación "Qué raro, le dije que le llamaría alrededor de estas horas… ¿Está Eri? Así le doy el recado a ella"

"No, mamá tampoco está. Megure-san, dígamelo y tomo nota; cuando lleguen papá o mamá se lo digo, ¿vale?" dijo Ran, cogiendo papel y bolígrafo y encendiendo una luz del escritorio de la mesa.

El hombre no parecía muy satisfecho; se le notaba visiblemente que no confiaba mucho en que el recado llegara, pero igualmente se lo dijo; por si acaso, llamaría luego "Bueno, es sobre asuntos policiales, ya sabes… Mañana interrogaremos al señor Murashi, allá al mediodía; dile a tu padre que venga, ¿vale?"

Ran lo apuntó todo con buena caligrafía y asintió "Hai. Ya se lo diré. Adiós, Megure-san"

"Adiós, Ran-chan" y colgó. Ran cogió el papelito y lo colgó en un lugar visible, y volvió a sus quehaceres de la cocina. No le gustaba mucho la vida que llevaba… Últimamente se solía sentir sola, triste… Con el cambio de escuela, las cosas habían empeorado; vale, era sólo el primer día, pero aún así… En casa era donde más apoyo necesitaba, y en realidad era donde menos lo tenía. Su padre no le hacía caso; siempre estaba mirando programas en la televisión que a ella no le dejaban ver, y su madre, aunque intentaba atenderla, siempre se veía interrumpida por la llamada de su busca o su móvil.

Ciertamente, se sentía sola. Le faltaba algo, pero aún era demasiado pequeña para saber el qu

"…Y entonces le dije: ¡tú eres el secuestrador! ¡Hic! Pero… el muy… Iba negando y negando, y claro, yo ya no tenía más pruebas y… ¡hic!"

Eri frunció el ceño y le ignoró; cambió de canal y puso las noticias. Ran, a su lado, iba comiendo despacito lo que había preparado.

"Hmmm… aquí falta un pellizquito de sal, cariño" dijo Eri, tomando el salero y haciendo ademán de verter su contenido en el plato de la pequeña. Ella, con una sonrisa nerviosa, negó con la cabeza y puso sus manos como defensa.

"A-A mí ya me gusta así…"

Eri hizo un gesto de indiferencia y siguió comiendo; Kogoro, que lo había observado todo, hizo una risita y Ran bajó la vista. Ambos sabían que Eri no era una gran cocinera, y que ciertos días tendía a salinizar, azucarar o mil cosas más la comida. Lo mejor era evadir la frase educadamente, como ya había aprendido a hacer Ran.

"¿Y qué, cómo ha ido el primer día, cariño?" preguntó Eri, con los palillos del arroz en los labios y mirando cariñosamente a su hija.

Ella se encogió de hombros y sonrió "Bien, todo bien. ¡Ahh!" Ran se giró hacia Kogoro y le dio el papel "Megure-san ha llamado antes, y ha dicho que mañana interrogaréis a un sospechoso al mediodía, y que no faltes…"

Kogoro tomó el papel y se lo leyó. Eri no parecía tan contenta "Ey, te recuerdo que mañana es martes, y tenemos reservados las entradas para Tropical Land" dijo Eri, sacando tres entradas.

Él frunció el ceño "Idiota, eso es por la tarde; el interrogatorio será a mediodía…"

La mujer se cruzó de brazos y refunfuñó "No sería la primera vez que un interrogatorio dura todo el día. Por si acaso, Ran y yo iremos a buscarte una hora antes, así nos aseguramos"

"¡Eres una pesada! ¡Te digo que acabaré pronto!"

"¡Y yo te digo que vendré con Ran a buscarte!"

Ran terminó de cenar, cogió sus platos silenciosamente y se alzó de la mesa, evitando oír la nueva discusión de sus padres. Sus grandes ojos azulados empezaron a llenarse de lágrimas; esa situación empezaba a entristecerla sobremanera… ¿Por qué? ¿Por qué sus padres tenían que estar peleándose constantemente? ¿Por qué…?

Sin que nadie lo supiera, Ran se encerró en su habitación y empezó a llorar desconsoladamente.

"¡Heeeey! ¡Hola! ¡Ran!"

Ran se giró sorprendida a que alguien la llamara. Era la hora del recreo, y todos los niños y niñas estaban aquí y allá, corriendo y jugando; ella, de nuevo, estaba sola a la sombra de un árbol, comiendo tranquilamente. Por eso le sorprendió (y también asustó) la repentina apariencia de la chica de la diadema.

"Ah, Sonoko-chan" dijo Ran complacida al tener compañía. Entonces se percató de que tras Sonoko había un montón de niñas, de su misma edad.

"No me trates como si fuera tan pequeña, Ran. Dime Sonoko a secas" dijo ella, guiñándole un ojo. Ran asintió con una gotita en la nunca "Mira, quería presentarte a mis amigas. Ahora vamos al césped para ver algunas vistas…"

Ran frunció el ceño sin entender, pero aceptó la invitación nuevamente. Las nuevas compañeras, que reconoció al instante como compañeras de clase, resultaron ser de lo más amables y divertidas; cada una parecía haber encontrado una amiga nueva en Ran, y eso la complació.

"Mirad, mirad… Kudo ha hecho otro gol" dijo Minami, una chica con dos colitas y un vestido verde de verano "Es un genio… Seguro que de mayor será un futbolista profesional…"

Ran miró con sorpresa a Minami. ¿Estaba hablando del Kudo que ella conocía? Miró hacia la pista de fútbol.

"Uauh… qué vistas…" musitó Sonoko, sentándose algo roja y empezando a comer "¿Qué, Ran? ¿Te gusta alguno de ellos? Te aviso que aquí está lo mejorcito de todo el curso. Los chicos más apuestos están jugando allí abajo…"

Ran titubeó y sonrió "Vaya…"

"Hey, Sonoko, ¿es cierto que Kagoya te pidió para salir?" preguntó Minami con interés. Sonoko asintió fastidiada "¿Y qué le dijiste?"

"¿Qué querías que le dijera? ¡Pues que buen viento! ¡JA! ¿Se cree que la Gran Sonoko Suzuki puede ir con el primero que se lo pida? Para empezar, Kagoya no es mi tipo" dijo Sonoko. Ran frunció el ceño, algo divertida. Parecía que todas pensaban en chicos; a ella, sin embargo, eso no le interesaba mucho… Nunca había estado enamorada, y eso era mejor. Te ahorrabas penas, desengaños y miles de cosas más que experimentabas cuando estabas 'in love'.

Minami se acercó silenciosamente a Sonoko "Oye… Kudo está mirando hacia aquí de vez en cuando, ¿no?" dijo la chica. Sonoko asintió débilmente "¿Crees que se ha fijado en alguna de nosotras?" preguntó ella, esperanzadamente.

Sonoko frunció el ceño "Bah, Kudo sólo piensa en las pelotas de fútbol y en ese estúpido Chelock o como se llame…"

"¿Chelock…?" musitó Ran, sin entender. Sonoko se encogió de hombros, diciendo que ella tampoco sabía quién era… Tal vez una estrella de cine.

"¡Yo conozco a una estrella de cine!" saltó, de repente, Ran. Todas las del grupo se la quedaron mirando, y Ran volvió a sonreír "¡Es cierto! Es una antigua compañera de instituto de mi madre. Se llama Yukiko Fujimine, y de vez en cuando viene a hacernos una visita…"

Todas las chicas abrieron los ojos "¿Yukiko Fujimine? ¡Yo la conozco! Sale en esa telenovela del canal 3…" exclamó Minami.

Sonoko se giró hacia Ran con interés "¡Qué suerte, Ran!"

Ryoko, otro miembro del grupo, una chica algo listilla, con gafas y pelo negro, saltó "Una cosa… ¿esa tal Fujimine… no es la madre de Kudo?"

Sonoko asintió "Sí, lo es. Cada año la vemos en el día de puertas abiertas. Es muy maja…"

Ran parpadeó incrédulamente "¡¿C"MO?! ¡¿Yukiko Fujimine es la madre de KUDO?!"

Un tremendo silencio arrasó en todo el patio. Todas las miradas se posaron sobre la chica, incluida la de Shinichi, el cual había parado de correr para rematar con el balón ante el grito de la chica, a escasos metros.

Ran se sintió ridícula. Toda roja, miró alrededor y se encontró con la mirada interrogante de Shinichi. La chica giró la cabeza al instante y, avergonzada, echó a correr hacia algún sitio que ni ella misma sabía. Sonoko y compañía la siguieron con la mirada…

Ran, cansada de tanto correr, se sentó al pie de un árbol que había justo al lado del gimnasio. Oía voces provenientes de él; seguramente habría gente entrenándose. Se alzó y fue a mirar, para intentar olvidar el ridículo que había hecho. Allí vio algo que le marcó, en cierta manera, su vida: el club de kárate superior, comprendido por un equipo masculino y otro femenino de diecisiete años o así, estaba entrenando haciendo partidos, empezando su riguroso entrenamiento ya desde el segundo día de colegio. La pequeña lo observaba todo a través de la puerta mal ajustada en silencio, observándolo todo. Durante toda su vida, si alguna vez le habían preguntado que cuál era su deporte favorito, esta dudaba si decir kárate o judo, así que decía las dos cosas. Su padre y su madre le enseñaron judo, pero ella también había aprendido kárate por otros medios… Pero al ver a toda esa gente entrenando tan duramente, tuvo ganas de gritar a todo el mundo que quería hacer kárate… Sí, hoy mismo iba a inscribirse al club.

"Heh, ¿qué tiene de malo en que ella sea mi madre?"

La voz repentina hizo que Ran se sobresaltara y pegara un salto. Se giró con el corazón a cien para encontrarse, cara a cara, con la persona que menos quería ver "Ku-Kudo…" Ran estaba pálida; el chico esperaba una respuesta, con una cara de pocos amigos.

"¿Y bien? ¿Qué hay de malo?"

Ran se recobró y retomó su postura defensiva "Nada. Sólo que me pareció extraño cómo una mujer tan amable como la señora Fujimine pueda ser la madre de un chico tan maleducado como tú" dijo ella, contraatacando.

"¡¿Cómo que chico maleducado?! ¡¡Te recuerdo que fuiste tú quien se tiró encima mío ayer por la mañana!!" le reprendió Shinichi.

Ran frunció el ceño "¡Pero yo me disculpé! Y tú, en lugar de aceptar las disculpas, vas y te haces el 'Superman'… ¡Para que lo sepas, yo podría ganarte en una pelea!"

Ahora era turno de incomprensión. Shinichi puso cara de '¿tú a mí? ¿tienes fiebre o algo?' y se puso a reír como un poseso. Eso aún encendió más a la chica y, sin previo aviso, flexionó ambas piernas, una más adelantad que la otra, se puso de perfil y con una mano adelantada y la otra retrasada: la postura inicial para el combate.

Eso hizo que Shinichi se la quedara mirando "¿Hablas en serio? Oye, no quiero pelearme con una chica… No es mi hobbie pegar a chicas, aunque sean marimachos…"

Ran se puso roja de ira "'¡¿Qué has dicho, mequetrefe?! ¡Lucha conmigo, si te atreves!"

Él, sin embargo, seguía de guasa "Venga ya, no vas a…"

Ran, sin previo aviso, y velozmente, alzó la pierna derecha y con una velocidad asombrosa para su edad, la colocó justo al lado de la mejilla izquierda de Shinichi, rozándole la oreja. El chico se quedó asombrado. Se la quedó mirando, pero ya sin sorna; la miraba de otra manera, como si hubiera notado que ella no era una chica como las demás, que no era la típica niña débil, la típica princesita en apuros que siempre necesitaba de su caballero. Era una chica que se valía por si misma, al menos en apariencia, y que sabía lo que hacía.

Ran, lentamente, bajó la pierna. En ningún momento había querido pelearse de verdad; lo único que quería era intimidarle un poco para que dejara de molestarla, y lo había conseguido. Sin decir nada, se dio la vuelta. El timbre que anunciaba el fin de clases sonó.

Pero había habido algo extraño, algo diferente… Por un momento, sólo por un pequeño instante, había notado algo diferente en su cuerpo, en su mente… En algún lugar de su ser que aún no sabía concretar cuál era. Había sentido como un cosquilleo en las tripas al ver cómo la había mirado.

¿Qué era eso…?

Fin del cap.1

CONTINUAR

NA1: Akiko Yonehara salió por primera vez en la saga "Detective Ran". En su presentación pone que tiene 30 años, y claro, como aquí todo esto ocurre en un pretérito, la mujer tenía que ser más joven y algo insegura U.

NA2: En Japón, se come y se va a dormir mucho más antes de lo habitual aquí en España y en otros países, así que las siete y media para ellos sería 'algo tarde' y para nosotros 'muuuuy temprano' para cenar.

Notas de la Autora:

¡Hola! ¿Qué tal? Por fin me he terminado el capítulo 1. Lo cierto es que cuesta un poco más escribir este fanfic que no otro, ya que aquí tengo que ir con cuidado de no saltarme ningún hecho, ni de inventármelo todo… Que vale, hay cosas que me inventaré yo sobre la relación de Shinichi y Ran, pero hay otras que quiero conservar, para que haya un paralelismo con los inicios de la serie

No sé os habrá sonado de algo la escena de Eri y Ran yendo a buscar a Kogoro… Sólo la he mencionado de antemano, ya que ocurrirá en el siguiente capítulo. Para los más fans de esta serie, estoy segura que os daréis cuenta de que esto no me lo he inventado, sino que aparece en algún lugar de la serie… ¡en el próximo capítulo lo sabréis!

Tal vez no hayáis entendido lo de "Capítulo 1: Parte 1: Ella y su historia". Bueno, sólo os puedo decir que el capítulo 1 está subdividido en 2 partes: la parte 1 es 'Ella y su historia' y la parte 2 es 'Él y su historia'… Supongo que con eso queda toco aclarado

En fin, espero que os haya gustado . Si tenéis algún comentario, queja, o lo que sea, enviadme un mail a cinturo3xl.net o a cinturohotmail.com y yo responderé encantada. Desde aquí, muchas gracias a todos los que me apoyan constantemente y me dicen que les gustan mis fics… ¡no sabéis cómo me animáis! ; y especiales saludos y agradecimientos a Lex, Haku, Azalea, Sachiko, Ran-chan, Ai, Ran Kudo, Jess, Arzainer, Azalea, Kazuha, Ran Mouri 1987, Kmiloncia, JkRanIV, Pussy0017, kevvy-kev, Silver Lady, An-neechan, Ralfa, Shiku, Det.Hitomi, Mirta 22, Belly-chan, Ran Aoko, Aryma, Kari Ishikawa, Miruru, Sango-chan, ONPU, Natàlia Hattori, a todos los participantes del foro de Shinichi's Memories, a los participantes de la comunidad de Kazuha Hattori y a la gente de Tantei Holmes Sensei.

Nos vemos en la próxima entrega, "Capítulo 1, Parte 1: Él y su historia". ¡Hasta pronto!

CiNtUrO-cHaN

22::Febrero::04

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