Detective Conan es propiedad privada de Gosho Aoyama y sus respectivos proveedores, tales como Shogakukan entre otros. Mediante este fic no pretendo copiar ni plagiar ningún tipo de personaje o trama de dicha serie, todo al contrario, intento mediante mis palabras propagarla aún más de lo que por sí ya está. Por lo tanto, no infrinjo ninguna ley.

Datos de interés

Cambio de escena

"…" Lo que dice un personaje

… Lo que piensa un personaje

=AMBER MEMORIES=

: : Capítulo 2 : :

Un día para recordar

El día había amanecido lluvioso, y soplaba un viento frío y cortante que arrastraba con crueldad las hojas de los árboles circundantes, y a su vez haciendo ondear paraguas y largas cabelleras. Eso entristeció en cierta manera a Ran, porque el día de hoy tenían planeado ir de excursión a Tropical Land, un parque de atracciones que acababan de inaugurar en Beika, y que no quedaba muy lejos. Realmente le hacía mucha ilusión ir, pero lloviendo, según sus padres, era mejor posponerlo para otro día.

Pero en compensación, Eri, su querida madre, le había dicho que irían juntas después de clases a comprarle a Ran un vestido nuevo, y que de vuelta a casa pasarían por la comisaría para volver así con su padre, Kogoro.

Así pues, con un paraguas violeta fuertemente agarrado, Ran estaba emprendiendo el viaje de camino a colegio entre la lluvia, pensando en el tipo de vestido que le gustaría que le compraran.

Como se acerca la primavera, un estampado estaría bien. Algo de colores alegres. ¡Rojo, mi color favorito! la niña sonrió al imaginarse lo que para ella era un vestido perfecto.

Miró el reloj. Iba bien de tiempo; de hecho había salido antes de casa a propósito, porque hoy empezaban a abrirse las suscripciones para los distintos clubes de las actividades extraescolares. La noche pasada, Ran comentó a sus padres que le encantaría hacer kárate, y ambos se mostraron la mar de felices al ver que los entrenamientos que le hicieron de pequeña de judo habían hecho que la chica demostrara interés por el Arte. Eso también le hacía ilusión: vestir el kimono negro y el cinturón blanco. Uno de sus muchos sueños era lucir el negro. Pero, claro, para eso aún quedaba algo de tiempo… Años y años de práctica. Pero sabía que con tenacidad todo, absolutamente todo, se conseguía. Su lema era: si uno quiere, puede. Y siempre le había funcionado.

Finalmente llegó a la escuela Teitan. No había mucha gente, por no decir nadie. Los pocos chicos y chicas que habían llegado temprano, seguramente se encontrarían dentro del centro para refugiarse de la llovizna. Ella, en cambio, se dirigió sin vacilar hacia el pabellón. Abrió la puerta principal y entró. Allí sí que había gente; algunos profesores y pocos alumnos, que hacían una pequeña cola de inscripción.

Ran cerró el paraguas, se limpió las botas y entró por la parte donde había el suelo expreso para andar, hasta llegar a la cola. Y a medida que se iba acercando, iba frunciendo el ceño y curvando los labios. Allí había un sujeto que no le gustaba mucho, que ahora mismo justo a la última posición de la fila, por lo cual debería tenerlo delante: Shinichi Kudo.

Ran se situó detrás de él sin decir nada. Shinichi notó la presencia de alguien detrás suyo y se giró rápidamente. Aún se sorprendió más cuando vio de quién se trataba.

"Buenos días" dijo él, no de muy buena gana.

"Buenas" respondió ella, sin mirarle.

Ambos se quedaron en un incómodo silencio. La fila no avanzaba, y esa situación empezaba a incomodarles a ambos. Entonces, de repente, él habló: "¿De qué conoces a mi madre?"

Ran se giró y parpadeó, ya que no se esperaba que él le dirigiera la palabra. Mas aún así, intentó ser lo menos abierta posible "La señora Yukiko es muy amiga de mamá y papá porque iban a la misma escuela. De vez en cuando nos viene a hacer una visita."

El pequeño se quedó un instante meditabundo, y entonces sonrió "Así que tú eres esa niña pequeña y educada de la que hablaba… Mamá normalmente se suele guiar únicamente por las apariencias"

"¿Qué?" Ran le miró como quien va a perforarle con la mirada, y el chico rió con sorna. "Entonces tú debes de ser el 'hijo alborotoso e impertinente' del que tanto hablaba la señora Yukiko…" Ran le miró, sonriendo "¿Seguro que se guía por las apariencias?"

El chico ahora se la quedó mirando sin saber qué responderle, mientras ella sonreía triunfalmente.

"Shinichi Kudo, te toca" dijo la voz del profesor que realizaba las inscripciones, desde la mesa de al lado. El chico se giró hacia él y empezó a andar en dirección a la mesa; en un último momento, la miró recelosamente sin que ella se diera cuenta, sacándole la lengua.

"¿Fútbol, no?" dijo el profesor.

"Sip. Como siempre. ¿Empezamos a entrenar esta semana?" preguntó el chico.

El hombre sonrió "Veo que tienes ganas de empezar. Los entrenamientos oficiales empiezan la semana que viene, pero si tú quieres puedes utilizar el campo para tirar a puerta un rato; ningún club empieza todavía, así que lo tendrás todo libre."

"Mmm, vale." Dijo él, cogiendo el balón que había dejado al suelo con el pie. Se giró y empezó a andar hacia la puerta. Como en un efecto de película, él y Ran se cruzaron, y se fueron mirando recelosamente, aguantándose la mirada. Finalmente, Ran giró la cara y se dirigió a la mesa.

"Oh, no me suena tu cara. ¿Eres nueva?" preguntó el hombre, sonriendo amigablemente. Mientras tanto, Shinichi se había quedado esperando al lado, oyéndolo todo.

Ran sonrió inocente y tímidamente "Um, yo…sí… Que-querría apuntarme al club de kárate… " dijo ella, visiblemente nerviosa. El hombre sonrió y le tendió la mano. Ran, frunciendo el ceño, se la chocó. El hombre empezó a reír y negó con la cabeza.

"No, no. Necesito el certificado de tus padres conforme te autorizan a ingresar al club. ¿Me lo das?"

Ran palideció "¿Cer…tifi….cado…?" el hombre la miró, interrogativamente. Ran empezó a sudar "Yo…er… no-no sabía que hacía falta una autorización…"

El hombre frunció el ceño "Lo siento, pequeña, necesitamos autorización. Es obligatorio… Lo siento de verdad, pero no puedes inscribirte sin autorización."

"¿Has-hasta cuando es el plazo máximo?" pregunto ella, con un hilo de voz.

El hombre se rascó la perilla "Hum… empezamos ayer por la tarde y terminaremos hoy a la hora del patio. ¿No puedes conseguirlo para luego?"

Ran negó lentamente con la cabeza, bajando la mirada "M-Mis padres trabajan en sus respectivas oficinas y no pueden dejar el trabajo…"

Parecía que realmente el profesor le supiese muy mal eso, pero no cedió "Pues… con la mano en el corazón, creo que este año no podrás hacer… ¿kárate?"

"Sí, kárate…" los ojos de Ran se borraron entre su mata de pelo. La pequeña recogió la mochila e hizo una pequeña reverencia "Gracias por su atención."

"No hay de qué…"

Ran se dirigió lentamente hacia fuera del pabellón. Mientras, el segundo hombre que estaba con el profesor, la miró recelosamente "¿Sabes? Ayer, justo cuando terminé de entrenarme un poco, vi a esta niña con el chico que había antes. No sé de qué iba la cosa, pero esta chica hizo un perfecto movimiento que dejó paralizado al chico. Un movimiento de kárate. Realmente creo que le hubiera gustado hacer kárate… ¿no podemos aplazarlo un día más?" dijo el hombre, mirándolo.

Él frunció el ceño "Como quieras… pero habrá quejas. Si te haces tú responsable de todo, a mí no me importa."

"Qué bueno eres, Tokugachi. ¿Es que ya has cobrado el sueldo?"

El hombre le miró mosqueado "A callar. Pero te advierto, Kijikata, que tendrás que rellenar bastante papeleo…"

El señor Kijikata sonrió y se encogió de hombros.

Ran tenía la vista perdida en el suelo, ofuscada por las lágrimas de impotencia. Realmente le hubiera gustado hacerlo… Ahora tendría que esperarse un nuevo curso. Porque las actividades extraescolares, si las haces en tu mismo colegio, son mucho más baratas que si vas a clases particulares. Y últimamente había oído oír a sus padres en conversaciones privadas, cuando ambos se la creían dormida, que tenían algunos problemillas para llegar sin problemas a final de mes. Lo último que quería era perjudicarles más.

Nuevas lágrimas brotaron en sus ojos sin remedio. Ran cogió el paraguas violeta que había dejado en la pared apoyado y lo abrió al salir al exterior. Allí se encontró con Shinichi, que estaba apoyado a la pared.

"¿No ha habido suerte?"

"Cállate. No es tu problema…" dijo ella, secándose las lágrimas rápidamente. Pero no lo hizo lo suficientemente rápido como para que el chico no se diera cuenta de que había llorado. Shinichi se acercó a ella, ya sin sorna en sus facciones.

"¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?"

Ran frunció el ceño "Yo… no tengo autorización y no he podido apuntarme…"

"¿Autorización de tus padres? ¿Y por qué no les llamas?" dijo él. Si él estuviera en su situación, nada le costaría menos que coger el teléfono público del bar y llamar a uno de sus padres, y ambos vendrían corriendo.

Ran negó con la cabeza, con voz débil y trémula por las lágrimas "No puedo… am-ambos trabajan y… lejos… No quiero molestarles…" la chica de ojos azules cogió un pañuelo donde habían escritas sus iniciales y se secó los ojos, mientras salía del pabellón dirigiéndose al edificio del colegio. Para su sorpresa, Shinichi la iba siguiendo justo a su lado, pero fuera del paraguas, por lo cual el chico se estaba mojando de lo lindo.

Ran frunció el ceño y paró. Shinichi también paró. "¿Qué haces?" preguntó ella, sin entender. Él se encogió de hombros y simplemente respondió "Ando."

"¿Sin paraguas?"

"No lo he traído."

Ran puso cara de circunstancias "Pues ven en mi paraguas, tonto. A no ser que quieras coger una pulmonía…" dijo ella, con un tono un poco más dulce y alargando el brazo que sostenía el paraguas hacia él para compartirlo. Él parecía algo sorprendido por ese cambio de actitud, pero no dijo nada y se puso también debajo del paraguas, y ambos empezaron a andar hacia el colegio.

"Oye…" dijo Ran, mirándole. Shinichi también la miró "¿Entonces tu padre es el famoso escritor de novelas de misterio y policíacas, el señor Yusaku Kudo?" él asintió, como si nada "Increíble…"

Shinichi frunció el ceño "¿Tampoco me parezco a él?"

Ran sonrió "No, no. No lo decía con esa intención… Quiero decir que… ¡No sé! Tienes unos padres que son muy famosos… Yo me sentiría muy orgullosa."

Él se puso ambas manos en la cabeza y miró hacia delante "Bah… Mamá es muy desordenada y extremista, y papá es un matado escritor y un mujeriego… Convivir con ellos es muy pesado, aunque últimamente estoy en el Paraíso."

Ran arqueó las cejas "¿Por qué?"

Él sonrió "Pues porque últimamente les ha dado para viajar mucho y descubrir el mundo… Ahora vivo con Agasa."

"¿Agasa?"

"¡Sí!" dijo él, sonriendo "Es un hombre de unos cuarenta-y-muchos. Es muy amigable y buena persona, pero lo mejor de él son los trastos que inventa. Porque eso no puede llamarse 'invento'. ¡Jajajaja! Ayer intentó hacer una especia de monopatín súper-sónico y casi se cae la casa al suelo de la explosión."

La sorpresa y curiosidad de Ran iban aumentando por momentos "¿Ex…explosión?"

"Una vez acostumbrado, ya es parte de tu rutina. ¿Quieres que te lo presente? Ya verás como te gusta."

Ran sonrió amigablemente "¡Vale! Pero hoy no podrá ser, he quedado con mamá para ir a comprarme algo de ropa, y luego iremos a comisaría."

Ahora el sorprendido era Shinichi "¿Comisaría? ¿Ha ocurrido algo?"

Ella movió la mano delicadamente, negando con la cabeza "No, no, qué va. Es que mi padre es policía y trabaja allí. Hoy tenían que interrogar a un supuesto homicida… Después de esto, iremos mamá y yo a buscar a papá, y los tres iremos hacia casa. Si quieres me lo presentas mañana, ¿va bien?"

Shinichi asintió "Claro."

La conversación quedó parada unos instantes, y ambos chicos observaron con sorpresa cómo ya hacía rato que se encontraban andando por el colegio, en la zona de cambio de zapatos, aún con el paraguas. Rápidamente se separaron y Ran lo cerró. Sonó el timbre que marcaba la entrada de los alumnos al centro. Ahora ya había muchos más chicos y chicas. Los amigos de Shinichi aparecieron por detrás y literalmente lo secuestraron. El chico miró hacia atrás e hizo un pequeño signo de adiós con la mano, signo que Ran correspondió con una sonrisa. Acto seguido, apareció Sonoko, y ambas fueron tirando hacia la clase.

"Así que…" Sonoko se interpuso en su campo de visión, entre sus ojos y la comida, con una sonrisita burlona. Ran se encontraba en su pupitre, mirando el día lluvioso por la ventana, pensativamente, cuando apareció su amiga "¿Al final tú y Kudo…?"

La chica se sonrojó "¡Yo y él nada! ¡Es sólo un amigo!"

Sonoko arqueó los ojos "¿Un amigo? Eso es más de lo que me dijiste ayer… ¿eh?"

Ran frunció el ceño y aún más roja y nerviosa prefirió ignorarla. Otras chicas más se acercaron a ella y se sentaron allí, empezando a almorzar "Vaya chasco… Últimamente el tiempo está inestable; espero que para la salida de convivencia no llueva…" dijo una chica de pelo castaño con diadema llamada Ryoko, sentada junto a la ventana.

Ran arqueó las cejas y la miró "¿Salida de convivencia? ¿La semana que viene?"

Sonoko asintió "Es típico de Teitan. Tanto en la escuela inferior como aquí, se suele hacer una pequeña excursión al campo la segunda semana del inicio del primer trimestre, para conocer las nuevas caras y tal… Creo que este año íbamos a un pequeño pueblo que está a media hora de Beika… pero no sé el nombre."

Ran continuó comiendo silenciosamente Si continúa lloviendo, mañana no podremos ir mamá, papá y yo a Tropical Land… Qué rabia

"Uh, el timbre… ¿qué toca ahora? ¿Mates?" preguntó Sonoko, alzándose. Las chicas asintieron y cada una se fue hacia su sitio, e instantes después apareció el profesor de dicha asignatura. Mas Ran no prestó mucha atención; de hecho, las matemáticas no habían sido nunca su fuerte. Con la mirada perdida, seguía observando la lluvia que caía y caía. ¡Claro! ¡Ya sé! ¡El amuleto para el buen día! Si esta noche lo cuelgo junto a la ventana, seguro que mañana hará sol… Mmmm, creo que hoy me lo he traído al colegio… Ran empezó a buscar disimuladamente entre los bolsillos de su chaqueta, pero no lo encontró. Frunció el ceño. Estaba segura que lo había dejado allí… ¿Dónde estaba?

Terminó la hora de matemáticas. Ahora tocaba historia japonesa. Pero tampoco prestaba atención, seguía nerviosa, intentando hacer memoria de dónde podría habérselo dejado… El amuleto para el buen día era una especie de muñeco envuelto en una tela blanca y atado por la parte del cuello, de manera que pareciera un fantasma con una cara amigable. Le tenía mucha estima, porque según su madre, se lo había regalado su bisabuela a los pocos meses de nacer, y le había cogido cariño… Así pues, ¿dónde estaba? Había quedado con su madre al parque que había delante de Teitan después de clases… Tenía que buscarlo rápidamente. Pero ahora no; la profesora ya le había llamado la atención un par de veces por estar tan absorta, y con razón. Así pues, prefirió esperar a que las clases del día terminaran. Mientras todos iban haciéndose la mochila y otros se iban, ella empezó a buscar en el cajón del pupitre, y por debajo de él. Pero nada.

"¿Ran? ¿Qué haces?" preguntó una extrañada Sonoko, al ver a su amiga a cuatro patas, arrastrándose por debajo de su pupitre.

"He… he perdido una cosa… Y no lo encuentro" dijo la chica, sin parar de buscarlo.

Sonoko se puso la mochila, algo tocada "Yo… Lo siento, Ran, pero mi hermana pasará a buscarme ahora porque hemos quedado para una cena familiar, y no puedo hacer tarde…" la chica se dirigió hasta la puerta. Ran se despidió silenciosamente "Lo siento, y hasta mañana…"

"Adiós, hasta mañana" dijo Ran sin inmutarse. Ahora estaba sola en clase. Seguía lloviendo…

Ran apretó fuertemente los puños y cerró los ojos con fuerza, como si así se olvidara del problema instantáneamente. Empezaron a salir lágrimas agonizantes… Su madre no tardaría en llegar al parque, y para ir bien de tiempo ya debería haberse puesto en camino, pero aún seguía dentro de la clase, y no había encontrado el amuleto para el buen día. ¿Dónde estaba? ¡¿Dónde?!

"En el polideportivo" dijo una voz, tras ella. Ran se giró rápida y sorprendidamente, para ver la cara mojada de Shinichi, con la ropa empapada.

"¿Q…Qué haces aquí?" preguntó ella, secándose las lágrimas.

Él, con los ojos entrecerrados y aparentando estar malhumorado, le tendió la mano. Ran parpadeó incrédulamente. Allí estaba… ¡El amuleto para el buen día!

Ran se dirigió hacia el chico rápidamente, con cara de pasmada. Cogió el amuleto, como si intentara constatarse a si misma de que no era una ilusión, sino que era real. Luego miró interrogativamente a Shinichi "¿C…Cómo…?"

Él se encogió de hombros "Simplemente me fijé que por la mañana, antes de entrar al polideportivo, tenías colgando del bolsillo un muñeco extraño, y que al salir ya no lo tenías… Así que mi brillante mente dedujo que se te habría caído en el pabellón, y evidentemente estaba en un rincón, cerca de la mesa de subscripciones."

Ran cada vez estaba más perdida "Yo… Esto… Mu-muchas gracias, no sé qué habría hecho si lo hubiera perdido…" dijo ella algo nerviosa, haciendo una pequeña reverencia que incomodó al chico.

"Tsk, de nada…"

Ran lo miró de pies a cabeza, como si le viera por primera vez. Shinichi estaba totalmente empapado… ¿Era porque había ido hasta el polideportivo para buscarle el amuleto del buen día? ¿Por qué había hecho semejante cosa…? No lograba entenderlo.

"¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAH!!"

"¡¿Q-QUÉ PASA?!"

Ambos se miraron asustados por un instante. Shinichi miraba inquisitivamente a Ran por haberse puesto a chillar repentinamente. Ella miraba el reloj con pánico "¡¡Mamá estará hecha una furia!! ¡¡Venga, vámonos!!" dijo ella, echando a correr seguida de un sorprendido Shinichi.

"¿Y por eso te pones a chillar, tonta? ¡Me has dado un susto de muerte!"

Ran frunció el ceño "¡Perdón, pero es que no quiero llegar tarde…!" Ran sacó el paraguas e invitó a Shinichi a que se resguardara él también. Ambos empezaron a correr rápidamente, sincronizados.

Finalmente llegaron a una bifurcación. Él tiraba por la derecha, y ella por la izquierda. Ambos pararon al instante "¡Bueno, me voy pitando! ¡Hasta mañanaaaa!" dijo Ran, sonriendo y empezando a correr rápidamente bajo la lluvia.

"¡Eh, el paraguas!" exclamó el chico, gritando en vano. Ran ya se había perdido por las calles. Él frunció el ceño y suspiró inaudiblemente, algo sonrojado Idiota.

Ran corría y corría hacia el parque. No se había olvidado el paraguas, simplemente se lo había dejado como signo de agradecimiento. Además, ella estaría junto a su madre en un santiamén, y ella seguramente llevaría paraguas. Por cierto, su madre debería estar algo enfadada…

"¡Perdona, mamá!" dijo Ran, llegando finalmente al parque donde Eri la esperaba bajo una terraza, con dos paraguas.

"¡Ran, hija, ¿qué hacías?! ¡Vamos, que ya pasa de la hora!" dijo Eri, frunciendo el ceño y empezando a andar, seguida por su hija.

La pequeña sonrió "Lo siento, es que había perdido un talismán, pero me lo han encontrado…"

"¿Y quién te lo ha encontrado, si se puede saber?" preguntó Eri interesada, dando la mano a su hija.

"No te lo creerás, pero… ¡Shinichi Kudo!" dijo ella, sonriendo.

Eri agrandó los ojos "¡¿El hijo de Yuki?! ¡¿Ese pequeñajo sabelotodo?!"

Ran asintió "¡Él mismo! Al principio a mí también me sorprendió, pero ahora veo que no es mal chico."

Sin embargo, Eri se quedó callada. Madre e hija siguieron andando en silencio, hasta llegar finalmente a la comisaría central de Beika. Ran le contó la inesperada sorpresa con la inscripción del kárate, y Eri la tranquilizó diciendo que mañana mismo iría por la tarde si le era posible para hablar con el encargado e intentar inscribirla. Ambas ignoraban lo que estaba por ocurrir… El día fatal.

"¡¡Hola, Ran!! ¿Cómo ha ido el cole hoy?" exclamó Kogoro, al ver la risueña cara de su hija. Ran echó a correr hacia él y Kogoro se la subió a los hombros.

"¡Muy bien, muy bien! ¡La semana que viene nos iremos de excursión! ¿Podré ir? ¡Por favor, por favor, por favor, por favor!" dijo Ran, mirando suplicante desde lo alto de los hombros de Kogoro a Eri. Ella sonrió y asintió. Entonces, la puerta que había justo al lado de Eri, donde se suponía que habían ido a interrogar a ese asesino, se abrió con un golpe seco. Ran lo vio todo muy claramente…

Vio cómo un hombre extraño, con mirada no muy amigable, salía de la puerta con una pistola. Vio cómo el hombre cogía a su madre por rehén, apuntándola con el cañón de la pistola a su cabeza. Notó cómo su padre la bajaba rápidamente de sus hombros con una expresión que nunca antes le había visto, y cómo el detective Megure se la llevaba a un lugar a salvo… En los brazos de Megure, llorando, empezó a alejarse de la escena. Mas aún así, alcanzó a ver una cosa: vio a su padre sacando un arma, una pistola, de su chaqueta, y apuntando hacia su madre y el asesino… Acto seguido, les perdió de vista.

Luego oyó el fuerte ruido de un disparo.

Ese fue el día que sus padres se separaron.

Fin del cap.2

CONTINUAR

NA1: La escena final sucede a lo largo de la segunda película de Detective Conan "El blanco número 14". Como muchos de vosotros sabréis, en esa escena de la película, Ran tiene 2 años aproximadamente. Pero en este fic he adelantado un poco esa edad para que coincida todo.

Notas de la Autora:
¡Buenas! Por fin he terminado el capítulo 2… Este me ha costado más que los otros anteriores porque, evidentemente, había más cosas que narrar. En fin, ya os dije que no todos los capítulos serían una parte para ella, y otra parte idéntica para él. No sé si lo habréis notado, pero este capítulo va más dedicado a Ran… Lo cierto es que el fic en conjunto está más visto a los ojos de Ran que a los de Shinichi, pero igualmente intentaré combinarlos a ambos, ¿eh?

En fin, espero que os haya gustado este capítulo.

Como curiosidad, me gustaría hacer referencia al nombre del señor Kijikata, que de momento sólo ha aparecido en una pequeña escena. Los que se hayan leído mis fics, seguramente ese nombre no les será del todo extraño… ¡Exactamente! Es el mismo señor Kijikata que el de mi otro fic (ya terminado) Empezando a Olvidar. Bueno, lo vi como una cosa curiosa y decidí ponerla .

Otra cosa quería comentar, con respecto a la segunda película: los que la hayan visto, seguramente ya sabrán el motivo REAL por el cual se separaron Kogoro y Eri se separaron… Es el motivo que cuenta Eri al final de toda la película. Pero aquí aún no lo he dicho, ¿ok? No sé si me he explicado bien… Intento no hacer mucho spoiler -.-U

¡Bueno, finalizo ya! Va dedicado a Lex, que precisamente hoy ha visto la octava película de DC en Japón. ¡Pásatelo genial, wapisima!

También muchíiiiiiiisimas gracias a Haku, Azalea, Sachiko, Ran-chan, Ai, Ran Kudo, Jess, Arzainer, Kazuha, Ran Mouri 1987, Kmiloncia, JkRanIV, Pussy0017, kevvy-kev, Silver Lady, An-neechan, Ralfa, Shiku, Det.Hitomi, Mirta 22, Belly-chan, Ran Aoko, Aryma, Kari Ishikawa, Miruru, Sango-chan, ONPU, Natàlia Hattori, a todos los participantes del foro de Shinichi's Memories, a los participantes de la comunidad de Kazuha Hattori y a la gente de Tantei Holmes Sensei. ¡Domo arigatou, mina-san! Cualquier referencia, enviadme un mail a cinturo3xl.net o a cinturohotmail.com, ok?

Nos vemos en el tercer episodio

Jya ne,

CiNtUrO-cHaN

·.·17 de abril del 2004·.·