Siento haber tardado tanto en actualizar la historia, pero estaba de viaje de fin de curso (sí, ya sé que estábamos en febrero y en pleno invierno) y no pude conectarme. Gracias por vuestros reviews. Me emociona que mi trabajo (y el de Logospilgrim) os guste, sniffff.

Según la autora, en el próximo capítulo, Voldemort llamará a Severus... me encantaría saber lo que pasa.

Bueno, el mismo día en que suba el cuarto capítulo empezaré a traducirlo (si los exámenes me lo permiten). Hasta entonces... aquí os dejo con el tercero.

Lonelyhelen-ss

Touched por Logospilgrim

***

Alguien había alterado su despertador. Nunca había sonado de esta manera. Parecía que un taladro estuviera atravesando su cráneo y haciendo que sus dientes sonaran. Como podía ser ya de día? A penas se había ido a dormir después de hacerse cargo de... una cosa u otra...

No conseguiría orientarse con ese sonido infernal revolviendo su cerebro.

"Uurgh..." Él buscó el reloj a ciegas, preparado para tirarlo a través de la habitación. "Ya cállate, jodido trasto, estoy despierto, maldición-"

Los decibelios subieron de volumen.

"Ya basta, he dicho!" dijo Snape, abriendo sus ojos llenos de sueño. "Qué te pasa esta mañana?" El mecanismo mágico siempre había respondido a sus ordenes, para no mencionar que, si no recordaba mal, no había puesto la alarma para que sonara a las dos de la mañana.

Entonces sus ojos oscuros se fijaron en el mueble inusual que adornaba su habitación.

Una cuna.

¿Qué demo-?

Finalmente su mente recordó los eventos del día anterior y se obligó a despertarse.

"Draco," dijo, y se levantó de la cama. "Ya vengo..."

Se agachó y cogió al bebé, que aún estaba llorando, en sus brazos. "Venga, todo está bien, deja de llorar, Draco. Estás hambriento?"

El pequeño sollozó contra su hombro.

Snape se sentó en el balancín que estaba al lado de la cuna y dijo, "Accio biberón."

Uno de los biberones que estaban alineados en el tocador atravesó la habitación hasta su mano, y el profesor agradeció a Dios que existieran los elfos domésticos. Cuando corrió la voz sobre su pequeño "invitado", Dobby se había ofrecido a ayudar. Snape, tan ocupado como estaba por mil tareas, estaba encantado de aceptar el entusiasmo de esa criatura si eso significaba tener asistencia las 24 horas.

"Aquí está," dijo Snape, ofreciendo el biberón al niño, que inmediatamente empezó a chuparlo. "Veo que tenía razón."

El Maestro de Pociones apoyó su cabeza y, con Draco acomodado en su regazo, empezó a balancear la silla. "Tengo la sensación que vas a ser la causa de mi muerte."

Draco acurrucó contra él y chupó contento.

***

Pasó más o menos una semana. Parecía que todo era trabajo como usualmente en Hogwarts, aparte del extraño hecho de que el imponente Maestro de Pociones nunca era visto sin la forma miniaturizada de Draco medio escondida entre sus voluminosas ropas. La única indicación que tenían de que Snape estuviera durmiendo quizá menos de lo normal eran los círculos oscuros que habían aparecido bajo sus ojos.

Entonces, una mañana, llegó tarde a clase.

Hermione miró hacia la puerta con una expresión preocupada. "Creéis que deberíamos llamar al director?" preguntó a Harry y a Ron.

"Apuesto un galeón a que Draco ha escupido sobre las ropas de ese imbécil grasiento o algo así," dijo Ron, y los compañeros que oyeron su nada discreto comentario sonrieron.

"Acepto," dijo Harry, y él y Ron, ambos empezaron a reír.

Hermione, por otra parte, se limitó a mirarles. "No os habéis fijado en lo cansado que Snape parecía? Quizá esté enfermo-"

"Oh, vamos, Hermione. Yo le veo igual que siempre. A penas dormía, de todas maneras, siempre acechando en los pasillos por la noche, desesperado por sacar puntos a alguna casa," dijo Ron. "Se merece tener que hacer de canguro a Malfoy."

"Sí, se ha estado muy bien por aquí ahora que no hemos de aguantar al chico hurón. Ya era hora de que Snape probara lo que es eso," añadió Harry.

Hermione inhaló. "Hasta ahora, Draco me parece un bebé precioso y con buen comportamiento."

"No puedo creer que estés defendiendo a Malfoy después de todo lo que te ha hecho. Y encima, estás entusiasmada en defender a Snape también, aun con lo antipático que es," dijo Ron.

Antes de que Hermione pudiera pronunciar una respuesta hiriente, el Maestro de Pociones entró en la clase, que abruptamente se quedó callada.

"Abrir vuestros libros por la página ochenta y cinco," dijo Snape, con una voz un poco grave. Estaba más despeinado de lo normal y, para asombro de los estudiantes, iba sin afeitar. Se giró para depositar a Draco en el parque de al lado de su escritorio, y los chicos a duras penas pudieron contener un grito de asombro colectivo cuando vieron el estado de las ropas de su profesor. Estaban ya acostumbrados a la visión de la toalla doblada cuidadosamente que llevaba encima de su hombro para evitar infortunados incidentes, pero igualmente una sustancia blanca bastante sucia estaba haciendo camino en la mitad de su espalda.

"Te debo un galeón," susurró Harry a Ron.

"Diez puntos menos para Gryffindor por murmurar en mi clase, Potter," dijo el Maestro de Pociones, abriendo su bolsa y depositando un montón de pergaminos en su escritorio. Algunos de ellos cayeron al suelo, pero o no se dio cuenta o simplemente no le importó. Se sentó y dijo, "veinte puntos menos por cada persona que diga una sola palabra durante el resto de esta clase, entendido?"

Su amenaza fue recibida por un silencio tenso.

"Ahora empezad a trabajar, y-"

"Gah."

Los estudiantes recularon, pero el sonido había salido del parque, y las facciones de Snape perdieron algo de severidad. "Qué pasa, Draco?"

El bebé miró a Snape con ojos expectantes y levantó sus pequeñas manos. "Gah."

"Ya veo," dijo Snape levantándose. Fue hacia el bebé, buscó por dentro de sus ropas y sacó un pequeño oso de peluche. "Es esto lo que quieres?"

"Gah!" dijo Draco, sonriéndole al profesor.

Los estudiantes alucinaron cuando su odiado profesor, con los labios curvados en una sonrisa cansada, se inclinó para darle el juguete a Draco. Entonces, con un rápido movimiento que le hizo hacer una pequeña mueca de dolor, el Maestro de Pociones se puso recto y penetró la clase con su mirada.

"Diez puntos menos para Gryffindor y para Slytherin por embobarse como idiotas." Volvió a su asiento y mojó su pluma en el tintero. "Debo advertiros que cada poción arruinada será razón para una detención. Empezad."

Pasaron diez minutos sin incidentes, entonces se oyó un suave ruido sordo y todos los ojos se precipitaron hacia el disturbio.

Snape se había quedado dormido mientras estaba calificando sus ensayos; su pluma resbaló de sus dedos, que estaban manchados de tinta roja y, por un momento, nadie se atrevió a moverse.

"Mierda," susurró Ron finalmente.

"Os dije que estaba cansado," dijo Hermione, poniéndose en pie.

"No le despiertes!" dijo Harry. Por las caras llenas de pánico de los demás estudiantes, era evidente que estaban de acuerdo con él.

"Claro que no voy a despertarle," dijo Hermione. Se acercó al durmiente Maestro de Pociones solo lo necesario para transfigurar el ensayo de debajo de su mejilla en una almohada. "Ya está." Ella dudó y ondeó su varita otra vez, volviendo las primitivas ropas del profesor a su estado original.

Draco empezó a lloriquear, y todos se sobresaltaron.

"Haz que el pequeño monstruo se calle!" dijo Ron.

"Y si te hago callar yo a ti, comadreja?" dijo Goyle.

Snape balbuceó mientras dormía; los estudiantes se quedaron paralizados, tanto los Gryffindor como los Slytherin.

Hermione se acercó rápidamente al parque y tomó a Draco en sus brazos. "Shhh, Estáte callado, Draco, el profesor está durmiendo... lo ves?"

El bebé miró a Snape y paró de hacer escándalo "Da," dijo. "Da."

"Sí, ahora estás siendo un buen chico," dijo Hermione, volviendo a su asiento con el chico que no protestaba. "Has estado dejando que el profesor Snape duerma?"

Draco hizo morros y casi consiguió parecer ofendido.

"Esto es demasiado extraño," dijo Ron. "Nunca pensé que diría esto, pero me encantaría que Malfoy volviera a ser un lame culos otra vez."

"Crees que recuerda algo? Quiero decir, a él no parece importarle que le estés cogiendo," le dijo Harry a Hermione.

"A no ser que siempre haya estado secretamente enamorado de ella," dijo Ron.

Hermione hizo rodar los ojos.

"No seas repugnante," dijo Pansy Parkinson. "Dámelo, Granger. Es un Slytherin, nosotros deberíamos estar cuidando de él."

El tono amenazante de Pansy hizo que Draco empezara a lloriquear de nuevo.

"Shhh, shhh," dijo Hermione, calmando al niño. "Todo está bien, Draco."

"Dámelo, sangre sucia."

"Deberías vigilar tu lengua, Parkinson," dijo Ron.

"Y tu deberías meterte en tus propios asuntos," dijo otro Slytherin.

"Si queréis que el profesor despierte y nos encuentre a todos discutiendo y a Draco llorando, seguid," dijo Hermione, acariciando la espalda del bebé.

Como si de repente se acordaran de la presencia del temible Maestro de Pociones, los dos grupos rivales miraron para asegurarse de que aun estuviera durmiendo.



Gracias por vuestros reviews. Dentro de poco, más.

Reiko Noriko – La verdad, no tengo ni idea si Severus estuvo con Draco cuando era un bebé (la primera vez jejejeje). Tampoco sé si Lucius está de malo, a mi también me encantaría saberlo. Y lo de llevar a Draco a clase... creo que la autora lo pensó antes que tú. ;-P

M0NY' G Hiwatari – ¡Me encantaría participar en tu fic! Pero quiero recordarte que este fic no está escrito por mi, esto es solo una traducción. Pero si igualmente quieres que participe, estaría encantada de poderlo hacer.