Disclaimer: Todos los personajes, lugares, etc.… pertenecen a JKR, excepto Rella Turner y su familia que es mía.

Disclaimer 2: los libros con que se comunican, están sacados de una saga de libros de fantasía épica llamada "La espada de la Verdad", y pertenecen a Terry Goodkind.

Nota del Autor: Perdón por el retraso, pero tengo dos buenas excusas, la primera la falta de inspiración... y la segunda... Selectividad (si alguien la ha hecho sabrá a que me refiero). Bueno, aquí está el quinto capítulo... espero que os guste.

Capítulo 5º

La Tregua

Rella se despertó bruscamente debido al ruido proveniente de la ventana; se levantó y la abrió para dejar paso al águila que se posó encima de la mesa, dejando una carta sobre ésta que la chica recogió inmediatamente para abrirla:

"Apreciada Señorita Turner:

Sólo queremos desearle un feliz cumpleaños y hacerle saber que las cosas por el Departamento van bastante bien desde su partida.

Atentamente:

Atrus Tarsit, Jonah Martin y Lori Anders.

PD: esperamos que le guste el regalo; hasta pronto."

Abrió el paquete y sacó un libro que dejó en una de las estanterías mientras pensaba extrañada "Vaya, ni siquiera me acordaba que ya estábamos a final de Octubre, que rápido se me ha pasado este año. Y lo del libro... ¿por qué siempre me regalan libros?, creo que va siendo hora de decirle a la gente que nunca los he leído... o mejor encontrar algo de tiempo..."

Se vistió y bajó al Gran Comedor para desayunar, y ya abajo se sentó junto al director que sonreía feliz mientras comía y charlaba con Minerva. Rella se sirvió algo de comida.

La revolvió un poco en el plato mientras daba pequeños sorbos al café hasta que Albus se volvió hacia ella.

-Feliz cumpleaños, Rella.-

-Gracias.- dijo cortando al mago, que a pesar del humor de ella continúo hablándole.-

-y ¿qué tal te sienta?.-

-Igual que todos los demás, Albus, no creo que cumplir años sea algo tan excepcional, encima no ha cambiado nada desde el año pasado, bueno sí unas cuantas cosas que no creo que te interesen, Albus.-

-Sí, eso es exactamente lo que yo digo, pero nadie me escucha.-

Rella volvió a jugar con su desayuno, mientras el director continuaba su charla con la profesora de Transfiguraciones, hasta que volvió a interrumpir la batalla que la chica mantenía con su comida.

-Y ¿cómo se encuentra Severus?.-

-Ayer cuando me marché a mi habitación estaba bien, así que supongo que seguirá...-

-y... ¿cómo sabes eso?.- le cortó el director.

-Porque ayer cuando volvía de la Sala Común de Sly...-

-¿No le odiabas?.-

-Claro que lo...-

-Y por eso te preocupas por él, ¿verdad?.-

-Albus, yo... Sabes qué, deberías hacer un grupo con Jeff, seguro que ganábais mucho dinero juntos.-

-Sí, seguro el viejo Jeff siempre fue un tipo muy listo.-

El director se perdió en sus propios recuerdos y Rella aprovechó para salir del Gran Comedor, en dirección a la enfermería, donde la Señora Pomfrey se le acercó rápidamente.

-Profesora Turner ¿le ha ocurrido algo?.-

-No, sólo venía a ver cómo estaba el chico.-

-Ah bueno, pues está bastante mejor, aunque aún no ha despertado.-

-¿Aún no?.- la enfermera negó con la cabeza-Bien, pues avísame cuando se despierte, estaré en mi despacho.-

- Creía que hoy le tocaba vigilar la visita a Hogsmeade, profesora.-

-Oh, sí es cierto lo había olvidado. Bueno, ya me pasaré luego.-

-Hasta luego.-

-Adiós.-

La joven salió de la enfermería y fue hasta el vestíbulo donde todos loa alumnos esperaban en una fila pacientemente mientras Minerva anotaba sus nombres en la puerta del colegio, y se acercó a ella.

- Hola.- le saludó la mujer.

- ¿mucha gente hoy?.- preguntó Rella.

-Como siempre, desde el año pasado.-

-Ya, la mayoría prefieren quedarse en el castillo por la protección que Albus ejerce en él, ¿no?.-

-Sí, eso es. ¿Crees que deberíamos decirles que nunca se queda?.-

-Mejor no, Minerva. Nos vemos.- le contestó saliendo a los terrenos donde los carruajes ya esperaban a los alumnos.

-Rella...- se dio la vuelta y vio al pequeño profesor Flitwick que corría hacia ella.- Por fin te alcanzo, verás va a haber una reunión luego, en Hogsmeade, en Cabeza de Puerco, ¿de acuerdo?, tenemos que hablar sobre lo ocurrido.-

-Genial, ¿a qué hora será?.-

-Oh, a eso de las 10:30, creo.-

-Allí estaré.- le contestó subiendo a la primera carroza que encontró. Poco tiempo después, empezó a llenarse con casi todo el resto del profesorado que subió en tropel al carruaje como si temieran que fuese a irse sin ellos, hasta que subió por último el director y puso un poco de orden entre los nerviosos profesores, mientras Rella miraba por la ventana sin prestar atención a lo que decían sus compañeros.

-Tienen que ser muy hermosos ¿no?, me encantaría poder verlos.-

-Yo preferiría no verlos, Rose, no me mires así, claro que son bonitos pero... es difícil.-

-Creo que merece la pena.-

-Sí merece.- dijo el director.- pero para poder verlos hay que pagar un precio muy alto, y ver morir a alguien no es algo agradable.-

-Aún así me gustaría tener la oportunidad de verlos, ¿puedes verlos tú, Albus?.-

-Sí.- dijo el director intentando cerrar el tema.

-¿Y tú Minerva?.-

-No.- respondió la profesora.

-¿Chicos?.- preguntó la profesora Sprout girándose hacia la derecha, mirando fijamente a Rella y a Severus que parecían bastante perdidos.

-¿Qué?- preguntó la joven extrañada.

-¿Puedes ver a los caballos invisibles?.-

-¿Caballos invisibles? Ah, los thestrals, sí.- dijo volviéndose hacia la ventana.

La profesora Sprout seguía con la vista fijada en el profesor de Pociones, que se volvió sin siquiera responderle a la pregunta.

El carruaje se mantuvo en un silencio más o menos aceptable a excepción de la conversación que en bajo mantenían Flitwick y Sprout, que de vez en cuando se reían en voz baja, hasta que llegó a Hogsmeade y paró en la calle principal del pueblo; los profesores descendieron detrás de Albus que daba las últimas indicaciones a los alumnos.

-Y a las 17:00 los carruajes saldrán para la escuela, si alguno no está aquí para esa hora tendrá que volver por sus medios, y tendrá que cumplir una semana de detención. ¡Ah!, los lugares a los que podéis ir son: Las tres escobas, Zonko's y Honeydukes. Si tenéis que ir a algún otro lugar por causas de fuerza mayor, avisad a uno de los profesores; estarán paseando por el pueblo de vez en cuando. Que os divirtáis.- concluyó dirigiendo a la comitiva de profesores por las calles de Hogsmeade hasta divisar la taberna Cabeza de Puerco donde entraron.

En una de las mesas más apartadas de Las tres escobas, los cuatro Slytherin's de séptimo año charlaban en voz baja delante de unas cuantas cervezas de mantequilla.

-¡Mirad!.- dijo Alexander enseñándoles a los otros un pequeño librito de piel oscura que había estado ojeando en la taberna.- Ha llegado otro mensaje.-

-¿Qué pone?.- preguntó Kyle acercándose más a Alexander.

-A ver..."La misión fue un éxito, por lo cual debo felicitaros; ni mucho menos esperaba que triunfarais en vuestra primera escapada. Espero que sigáis así durante todo nuestro tiempo juntos. Nuestro objetivo fue saqueado y destruido, esperemos que con eso empiecen a tomarnos más en serio; vuestra próxima reunión será de aquí a 55 días; os espero, también será vuestra iniciación, Turner y William. No me falléis. LV.".- los cuatro muchachos se quedaron con la boca abierta, impresionados por la forma en que El-que-no-debe-ser-nombrado había hablado de ellos; y para suerte de Jack, estaban demasiado ocupados enorgulleciéndose como para notar la cara de preocupación que se le había quedado al pobre chico.

-¡Vaya!.- exclamó Steven luego de un rato.- parece ser que no salió tan mal ¿eh, Kyle?.- preguntó al chico que estaba en frente suyo.

-No, parece que no salió nada mal. ¡Y tampoco para vosotros!, os uniréis el día de Navidad; será genial, dominaremos el mundo, chicos.- respondió Kyle, ensimismado en sus sueños de poder.

-Sí, supongo que sí.- dijo Jack algo intranquilo.

-Vamos, Jack, ya no te dejaremos fuera de las reuniones...- dijo Alexander (que sin haber sido iniciado ya se había hecho cargo del pequeño "equipo" formado por los cuatro Slytherin's).- te enterarás de todo, y seguramente que a Jaynie eso le encanta...- acabó el joven sonriendo pícaramente a su amigo.

-Sí, será genial.- respondió Jack con una sonrisa muy forzada.- por cierto, tengo que ir al Apotecario a comprar unas cosas, voy a buscar a algún profesor para que me de el permiso... luego nos vemos.- dijo levantándose rápidamente de la mesa.

-Jack... no tienes por qué pedir permiso, puedes hacer lo que quieras a ti no te va a atacar nadie.-

-Eh... sí, bueno, claro... pero... será mejor que por ahora guarde las apariencias; es mejor que mi tía no sospeche nada ¿no?.-

-Sí, no creo que al Lord le gustara la idea de tener a una fisgona como ella husmeándolo todo.-

-Bueno, pues luego nos vemos.-

-... y al fin y al cabo todos estamos muy preocupados por lo que pueda ocurrir a partir de ahora; y sería una lástima que por un simple fallo técnico perdiéramos todo lo que nos ha costado tanto esfuerzo construir ¿no crees?.- preguntó el profesor de Encantamientos.

-Sí, sí, por supuesto.- contestó Rella.

-No ves, se lo llevo diciendo mucho tiempo a Albus, pero él nunca... ¿Rella?.-

-¿Sí?.- preguntó ella confundida.

-¿Me estás escuchando?.-

-Claro.- dijo sonando muy poco convencida.- Bien, bueno no no te escuchaba; pero al fin y al cabo tampoco en clase te escuchaba así que...-

-¡Tía Rella!.-

Ella se volvió hacia donde su sobrino le gritaba acercándose corriendo hasta donde los dos profesores estaban.

-¿Ocurre algo, Jack?.- le preguntó al joven preocupada.

-Tenemos que hablar.- le dijo el chico parando para recuperar el aliento después de la carrera.

-Claro; Filius... ¿te importa acabar la ronda?. Luego nos vemos.- dijo sin siquiera darle tiempo al pequeños profesor a contestar a su pregunta.

Tía y sobrino se alejaron del lugar y caminaron hasta llegar a una explanada que había a las afueras del pueblo, donde se sentaron.

-¿Qué ha ocurrido?.- preguntó ella.

-Verás, ÉL ha contactado.-

-¿Qué?.-

-Sí, ahora mismo, cuando estábamos en Las tres escobas; Alex tenía una especie de libro de piel, negro; lo abrió y había un mensaje de ÉL.-

-¿Qué quería?.-

-Nos da 55 días para nuestra iniciación. Será igual que la de Steve y Kyle!. Les... les obligaron a entrar a San Mungo a buscar no sé qué cosa; entraron y abrieron el camino a los mortífagos mayores. Luego ellos saquearon el lugar y destruyeron prácticamente todo.- le contó el joven bajando la vista al suelo.

-Tranquilo, Jack. ¿Estabas tú allí?.-

-No, Steve nos lo contó a Alex y a mí esta mañana.-

-Bien, por ahora no te preocupes. Ya encontraremos alguna solución.-

-¡Pero, yo no quiero unirme a ÉL! No quiero acabar igual que... que ella.- le gritó el chico levantándose enfadado.

-No vas a convertirte en ella, Jack; sólo vas a estar aparentando hasta que en Navidad toque la hora de tu iniciación, para entonces ya habremos pensado algo. No te preocupes, todo saldrá bien.-

-¿Bien?, ¿bien? ¿pretendes que yo arriesgue mi vida?, me da la sensación de que esto no te preocupa en absoluto; así que si no te importa me voy con mis amigos, que por si no lo sabes dos de ellos ya son mortífagos!.- gritó Jack muy enfadado, antes de salir corriendo hacia Hogsmeade.

Tiempo después miró su reloj, ya eran las diez y veinte así que echó a andar dirigiéndose al Cabeza de Puerco, pero aún continuaba pensando en la charla que había mantenido con su sobrino. "¿cómo puede pensar que no me preocupo por él?; y ¿cómo puede pensar que llegará a parecerse a ella?, sabe que me preocupo, pero no puedo hace nada. ¿qué quiere que haga?, ¿que le prometa que no permitiré que le pase nada?. Ya hice eso una vez y no salió nada bien, simplemente no puedo prometerle nada, cuando ni siquiera sé si para cuando llegue Navidad yo seguiré aquí... tendré que hablar con él, debe comprender que..."

-Ya has llegado.- dijo la alegre voz de Albus Dumbledore sacando a Rella de sus pensamientos, que miró a su alrededor, para darse cuenta de que ya estaba dentro de la taberna; y se acercó a la mesa donde los profesores que habían ido a Hogsmeade ya estaban sentados.

-Bien.- empezó Albus.- primero, ¿Queréis tomar algo? No; bien, pues empecemos. Anoche hubo un ataque; no sólo el hecho de que Voldemort.- y con esto la mayoría de los presentes se estremecieron en sus asientos.- pretenda iniciar a algunos de nuestros alumnos; se produjo un ataque en San Mungo. Nadie sabe qué estaban buscando; de hecho no ha desaparecido nada, y ningún paciente ha sido secuestrado. Lo único que hicieron fue torturar y matar a una joven medibruja que trabajaba en la Segunda Planta, encargándose de la investigación de Virus mágicos; pero hasta que no llegue la edición de última hora de el Profeta no sabremos nada más.-

-Y ¿qué haremos ahora?.- preguntó Minerva McGonagall acercándose al director.

-Lo primero es la seguridad de los niños; por lo que a partir de ahora las salidas a Hogsmeade estarán restringidas a unos pocos, y estarán muy vigiladas; reforzaremos la vigilancia del castillo... ¿crees que Cornelius estará de acuerdo en mandar un par de aurores?.- preguntó el director dirigiéndose hacia su profesora de Defensa.-

-No lo sé, aunque si con ello puede desacreditarte y decir que el gran Albus Dumbledore no puede proteger su castillo él solito seguro que te manda un par de ellos; pero si me das un par de nombres hablaré con él a ver que puedo conseguir.- le respondió ella tranquilamente.

-Bien, luego hablaremos. Sigamos: Navidades, o se quedan todos los alumnos o se marchan todos. Personalmente creo que es mejor que todos vuelvan a sus casas, pero no sé si todos los padres estarán dispuestos a ocuparse de los chicos; así que Minerva si no te importa mándales una carta explicándoles que es más seguro que estén en sus casas, que no aquí.- pidió el director.

-Bien, entonces me voy así para mañana ya estarán todas listas para enviar. Luego hablamos. Hasta luego.- dijo la subdirectora de Hogwarts saliendo de la taberna.

-Por ahora no se me ocurre nada más, así que si algo se me ocurre ya os llamaré. Rose, Filius, ¿podéis ir a vigilar a los alumnos? Dar un par de vueltas por ahí y quedaros a comer en Las tres escobas donde podáis vigilarlos, si algo ocurre venid rápidamente.- dijo el director.

Los dos profesores salieron del Cabeza de puerco dejando solos al director con sus dos profesores más jóvenes sentados a la mesa.

-Supongo que has estado hablando con Jack ¿no?.-

-Sí; según lo que me ha dicho, anoche iniciaron a dos de sus compañeros: a Steven Ganner y Kyle Danforth. Fueron los que abrieron camino al resto en el ataque a San Mungo; ah, y Voldemort ha contactado con ellos esta mañana; en Navidad iniciará a los otros dos.-

-¿Cómo contacta con ellos?.- preguntó el director preocupado.

-Con una especie de libros, creo que es algo al diario con el que tuvisteis problemas hace unos años, ¿recuerdas?.-

-Libros de viaje.-dijo el profesor de Pociones.

Los otros dos se volvieron hacia él, asombrados y se le quedaron mirando como si nunca lo hubieran visto.

-Se llaman libros de viaje; y son dos libros gemelos que se usan para comunicarse; parecidos a los espejos: lo que se escribe en un libro aparece en el otro.- explicó mirando al director a los ojos.

-Sí.- exclamó la profesora.- solía mandarlos para las... redadas durante la Primera Guerra; y en el Departamento los han estado estudiando durante algún tiempo. Pero la mayoría se perdieron después de la caída de Voldemort.- prosiguió la joven bajando la voz y acercándose más hacia la mesa.- los pocos que quedaron fueron confiscados por el Ministerio, y están en el Departamento.-

-¿Podría haber quedado alguno más por ahí?.- preguntó el director con curiosidad.

-Ni idea; es posible pero muy improbable.- le respondió la joven negando con la cabeza.

-Bien; por ahora lo dejaremos ahí. Rella, necesito que vayas a hablar con Cornelius para ver si podría enviarnos a un par de aurores, ya sabes a quién prefiero. Después de la cena nos veremos en Grimmauld Place, reunión de máxima urgencia.- dijo Albus mirándola fijamente, y recogiendo el periódico que el tabernero le tendía.- gracias.- le dijo a éste último.

-Bien.- respondió ella.- entonces hasta la noche.-

Y con eso, salió del local.

-Debería mirar esto primero, director.-

-¿Qué?.- preguntó desconcertado.

Severus extendió el periódico el Profeta en la mesa en la que estaban sentados en un titular en el que se leía:

JOVEN MEDIBRUJA APARECE MUERTA EN SAN MUNGO

L.R. Matheson, de 37 años ha aparecido esta mañana muerta en la Segunda Planta (donde se tratan infecciones por virus mágicos) del Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas.

Según declaraciones del Ministro de Magia, Cornelius Fudge, la muerte de la joven se produjo en circunstancias extrañas:

"Según parece la chica podría haber muerto por alguna enfermedad natural, puesto que padecía del corazón desde que era muy joven; pero no podemos descartar que esto sea parte de un ataque de los servidores de El-que-no-debe-ser-nombrado en su énfasis por volver a alcanzar su poder y conseguir que el caos reine otra vez."

Desde la redacción del periódico queremos pedir tranquilidad, ante lo que, según fuentes muy cercanas al Ministro de Magia, parece ser el primer ataque de los seguidores de El-que-no-debe-ser-nombrado desde que se internaron en el Departamento de Misterios el pasado mes de Junio.

También nos gustaría expresar nuestras condolencias a la familia de la víctima así como a sus amigos y conocidos.

Tras leer el artículo, el director de Hogwarts miró aún sin comprender a su maestro de Pociones.

-¿Y?. Alguien ha muerto por obra de Voldemort, eso ya lo sabíamos.-

-L.R.Matheson ¿no le suena de nada?.- preguntó Severus extrañado.

-Pues ahora mismo no caigo. ¿quién es?.-

-Lisa Matheson.- el nombre pronunciado por el hombre cayó como un jarro de agua fría al director que se quedó con los ojos y la boca abiertos en una expresión muy cómica.-

-¿Li...Lisa Matheson?. La misma que... iba en tu año. La misma que estaba en Gryffindor con... Rella.- Severus asintió.- ¡Por las barbas de Merlín! Ésa Lisa Matheson; por supuesto que la conozco, la amiga de Rella y la compañera de estudios de Lily Evans (Potter); a la que le dieron un premio por servicios especiales y la misma que era incapaz de diferenciar los ingredientes de las pociones más simples... ¿cómo llegó a ser medibruja si era tal desastre en clase de Pociones?.- se preguntó en voz alta el director; que ante la nula respuesta de su compañero volvió a mirar incrédulo al periódico que aún estaba depositado en la mesa, abierto en la página que mostraba una fotografía de una sonriente joven de pelo castaño rizado y brillantes ojos azules que llevaba puesto el uniforme del Hospital mágico.

La zona de entrada al Ministerio de Magia estaba abarrotada de gente, que hacía cola frente al mago que controlaba las visitas, que gritaba y parecía bastante asustada.

Rella consiguió llegar hasta el mago de la entrada empujando a varias personas y ganándose unos cuantos gritos, pero no le dio ninguna importancia; cuando consiguió alcanzar al mago, le saludó con un movimiento de cabeza y pasó al interior, dirigiéndose hacia el ascensor que le llevaría hasta el despacho del Ministro.

Llegó al despacho sin ningún contratiempo, y justo cuando iba a llamar a la puerta; ésta se abrió fuertemente dando paso a un hombre mayor que salió rápidamente bastante enfadado.

-Parece que últimamente a todo el mundo le da por salir corriendo de mi despacho.- dijo la voz de Cornelius Fudge desde dentro del despacho.

-Sí; yo que tú probaría a ofrecerles un té y unas pastitas.- respondió sarcástica la joven.

-Claro, y ya de paso unas vacaciones pagadas… pasa.- le dijo abriendo completamente la puerta de su despacho.

El Ministro cerró cuando ella entró y fue a sentarse tras su mesa, esperando a que ella hablara.

-Ya sabes que anoche hubo un ataque.- empezó la mujer, que ante el asentimiento del Ministro continuó.-Bien, el director Dumbledore cree que después de haber atacado San Mungo es posible que centren su próximo objetivo en Hogwarts, así que me ha pedido que solicite que algunos aurores estén en el colegio como protección.- acabó diciendo esto muy rápido y muy bajito.

-Vaya, vaya, Dumbledore pidiendo ayuda al Ministerio; nunca habría imaginado esto. No sé si sabes que no me queda mucho en el puesto, porque tengo la sensación de que van a destituirme dentro de poco, así que… supongo que puedo acabar mi mandato como Ministro de Magia no peleando más con el viejo loco, así que hablaré con el Director de la oficina de Aurores a ver que puede hacer.- se acercó a la chimenea que estaba detrás de su mesa y lanzó polvos flú a ella; en donde inmediatamente apareció la cabeza de un hombre joven y muy sonriente.- ¿puedes mandar a un par de efectivos a Hogwarts?.-

-No me sobra mucha gente en este momento, señor Ministro, pero veré que puedo hacer; creo que Tonks está libre, le asignaré un jefe de equipo y les mandaré cuanto antes, señor.- respondió.

-Bien, que lleguen cuanto antes mejor.-

La cabeza del hombre desapareció de la chimenea, y Cornelius Fudge se volvió, mirando fijamente a Rella.

-Bien, ya tienes tus aurores; siento no poder hacer anda más, pero estamos demasiado liados con el ataque a San Mungo.- intentó disculparse el hombre.

-Tranquilo, sólo son por precaución.-

-Si, claro. Bueno, y ¿qué tal te va? ¿estás bien?.-

-Sí, muy… ¿por qué lo dices?.-

-Por el ataque a San Mungo, por lo de… ¿no te has enterado?.-

-¿del ataque? Sí. ¿ha pasado algo más?.-

El hombre, rebuscó entre los pergaminos que había sobre su mesa, y cuando encontró la última edición del Profeta, se la tendió a la chica, que lo miraba extrañada.

Cogió el periódico y miró la portada ("Ataque Mortífago en San Mungo" más información en las páginas 2-3); pasó la página y se encontró con algo que hizo que un escalofría recorriera su espalda: la foto de una sonriente joven de 36 años, que nada más ver reconoció como una de sus amigas de la escuela que sonreía y saludaba con la mano.

El periódico cayó al suelo permitiéndole ver al Ministro la cara de shock que tenía la joven sentada en su despacho.

CONTINUARÁ…

Notas: esto es sólo la primera parte del capítulo; es que si no me iba salir muy largo…. La otra parte estará acabada para principios de la semana que viene.

Contestaciones: (ya era hora…)

Asero: jeje, tú por aquí, cuanto tiempo… (uhm, creo que nos vimos hace poco, pero da igual). Bueno me alegro que te haya gustado… ( a ver si un día saco tiempo y leo la tuya), y por ahora aquí está la primera parte del quinto, y ahora ya como estamos de vacas y no empezamos la Uni hasta Octubre… espero acabarlo rápido (aunque no tanto como tú ). Bueno, pues ala, a seguir disfrutando (ejem…).

Indira de Snape: vaya, muchas gracias, me encanta que te guste mucho la historia, y aquí está por fin el quinto capi, que se me resistió bastante. Lo de los espíritus del abismo de fuego es un nombre que inventamos unas amigas y yo para usar aquí en ff.net (si queréis leer el fic… ), así que no, no somos admiradoras de Cobain, por lo menos yo no; las otras ni idea (Aunque no lo creo).

Yuna Aoki: bueno… jeje sí que he tardado un poco, pero espero que este capi merezca la pena….

Clau de Snape: Bueno, me alegro que te vaya gustando; y sí, Jack tiene bastante protagonismo en la historia, sobre todo a partir de este capítulo, y también sabremos cosas de sus amigos, en cuanto a Amy, en principio no iba a salir mucho, sólo lo necesario, aunuqe eso puede cambiarse. A mi también me gusta la idea de que se conocieran de antes, no sé, ya se conocen y saben lo que deben eseperarse el uno del otro. Espero que te guste.

Espíritus del Abismo de Fuego: hombre!!!, tú por aquí… aunque no deberías haber usado el nombre de todas (grrrr); bueno, pues como ya sabes, este capi está dedicado a ti por ser una gran beta (aunque como musa…, bueno, dejemos la pelotería), y por tu cumpleaños… que ya tienes 18 añazos (esto de ser la pequeña no me hace gracia… grrrr); ah, y enhorabuena (ya sabes por qué no??, espero que lo sepas ;). Hasta pronto, besitos.

Si me he dejado a alguien, lo siento mucho es que a estas horas de la noche…. Hasta el próximo capítulo; muchos besos.

Fainser.