Capítulo 5: POTTER.
Despertó sin necesidad de que el reloj despertador lo hiciera. Miró el techo blanco de su habitación y quiso cerrar otra vez los ojos, con el fin de seguir durmiendo, pero le fue imposible. Dio vuelta la cabeza, observó la hora que era. Las 5.45 de la madrugada. Pronto sonaría la alarma del reloj avisándole que debía levantarse e irse al trabajo. Un trabajo que jamás pensó en ejercer, pero que le agradaba desde que lo hacía. 5.50 de la mañana. "Hoy es un día normal, pero yo voy a hacerlo intenso" cantaba Juanes en la radio.
-Ese es mi lema - dijo Harry para sí mismo, al instante en que se ponía de pie de la cama y se dirigía al baño. Tomó una breve ducha y salió de ella, con una toalla atada a la cintura. Se miró al espejo del baño, limpiándolo del agua de vapor que lo empañaba, y vio reflejada la imagen de un joven sano y buen mozo, de refulgentes ojos esmeraldas y tez trigueña. Debía afeitarse, si no quería que la barba le creciera por todos lados. Su profesión le obligaba a mantenerse limpio y presentable.
-Mírate donde estás, Harry Potter - le dijo al reflejo y se dirigió otra vez a su habitación para vestirse. Colocó sus papeles en orden y miró la pantalla de su celular por si tenía llamadas perdidas o mensajes. Siete llamadas perdidas y dos mensajes. "Victoria", "Doctor Hunneus", "Seamus Finnigan", "Longbottom"... los mensajes eran de Cho Chang. Harry los revisó.
"Harry, necesito hablar contigo, llámame"
El otro decía:
"Harry, por favor, te necesito más que nunca"
Chasqueó la lengua en señal de desaprobación. Después de lo que Cho le había hecho con el imbécil de Michael Corner, decidió no hacerle más caso y dedicarle tiempo completo a su trabajo.
-¿Qué se cree, qué soy idiota? - se preguntó Harry. Borró los mensajes y salió disparado. Se le hacía tarde. El mini cooper rojo de Harry esperaba en la cochera de su casa.
Llegó al hospital algo atrasado por la congestión que se había producido en la Av. Central. Entró en su oficina y se colocó la túnica blanca que ocupaban como uniforme, revisó la lista de pacientes que debía atender aquella mañana y se dirigió hasta el segundo nivel, "Enfermedades contagiosas". Sabía que en aquella sala su vida corría algo de peligro, por lo que se colocó una mascarilla bastante grande, que le cubría de la nariz hasta el cuello.
-¡Buenos días señor Jump! ¿Cómo sigue hoy? - preguntó Harry a unos de los enfermos que había a la entrada de la sala y que tenía el cuerpo lleno de manchitas negras producto de la viruela de Dragón.
-¡Muy bien Doctor Potter! - respondió el brujo de aspecto cansino y viejo, al tiempo que se esforzaba por sonreír.- Mejoro todos los días un poquito.
-Eso está muy bien... pero ahora le toca su inyección de Gublina de la mañana - dijo Harry, sacando de uno de los armarios del lugar una gran jeringa metálica llena de un líquido rojo.
-Doctor, ¿No me podrían dar la Gublina en la sopa? - preguntó el viejo, con claros signos de miedo.
-No sea cobarde hombre, si esto no duele nada. - respondió Harry divertido.- Además, si le diéramos la Gublina en la sopa, sería muy fuerte para usted.
El viejo, resignado, soportó el dolor que le producía la inyección y refunfuñó algo ininteligible mientras Harry daba la vuelta. Este último, recorrió toda la sala revisando a los enfermos que tenían enfermedades similares a la del Señor Jump y salió de ella con la túnica llena de jeringas vacías. Por el altavoz del hospital oyó que lo llamaban y que lo necesitaban en el subterráneo, que correspondía a la sala de autopsias. Se extrañó de aquello. Pocas personas habían muerto desde el día en que Voldemort había dejado de existir y los que llegaban, eran casi siempre por vejez, por envenenamiento o por accidentes en el trabajo. Bajó entonces hasta el subterráneo y vio que llevaban en una camilla un cuerpo cubierto con mantas negras. Se acomodó bien las ropas a fin de abrigarse un poco más, ya que ese lugar siempre permanecía frío y avanzó hasta la camilla, resguardada por dos viejas curanderas. Tomando un poco del frío aire, descubrió el rostro del muerto. Se trataba de una mujer de cabellos claros manchados por la sangre que había corrido en abundancia por ellos. Tenía el cráneo roto y los labios agrietados y azules. Pero lo más impactante para Harry fueron sus ojos, abiertos de par en par como si antes de morir hubiera visto al mismísimo... pero no. No se podía tratar de él, aunque la expresión de terror de su rostro era muy similar a la que había visto en los rostros de muchas otras personas victimas del Avada Kedavra.
-¿Cómo se llamaba la difunta? - preguntó Harry a las curanderas, quienes revisaron la ficha médica en ese instante.
-Parkinson Pansy, Doctor Potter - respondió una de ellas.
-¿Quién ha dicho, señorita Louis? - volvió a preguntar, negándose a creer lo que sus oídos escuchaban y lo que su mente le transmitía.
-Parkinson Pansy, Doctor. Murió ayer en un accidente automovilístico.- le respondió la otra.
Pansy Parkinson, la novia de Draco Malfoy. Su ex compañera de colegio. ¿Iría sola o con él? Pronto lo averiguaría. Comenzó a revisarla y a hacer los cortes necesarios para llegar a su interior. Su corazón estaba recogido de tal forma que lo único que Harry pudo pensar era que se trataba de un paro cardiaco. No había signos de otra respuesta y aquel ataque fulminante sería la causa de su deceso, acompañado de los sucesivos golpes que había marcados en su cuerpo. Anotó todos los datos reunidos y volvió a su oficina, dejando a las curanderas el trabajo de cerrar el cuerpo y entregarlo a sus familiares. Subió hasta el primer piso y consultó con la recepcionista si lo habían solicitado mientras él estaba en autopsias. Nada importante. Otras visitas al segundo piso, un par de vueltas por su oficina y nada más. Aquella mañana había resultado calmada para Harry, a excepción de lo de Pansy. Subió hasta la cafetería a desayunar y bebió café mientras miraba por la ventana. Un auto azul había llegado a las afueras del hospital y una mujer joven y de buen aspecto había bajado de él. Tenía los cabellos oscuros y lisos y llevaba un vestido corto y amarillo sujeto por unos tirantes alrededor del cuello. Pasados unos instantes, volvió a escuchar su nombre por el altavoz, pero esta vez para que bajara nuevamente a recepción. Quizás aquella mujer venía a visitarlo a él. Dirigió sus pasos hasta el lugar y se encontró frente a frente con...
-¡Cho, ¿qué haces aquí?! - preguntó Harry, atónito.
-No has respondido mis mensajes ni mis llamadas y necesitaba hablar contigo - exclamó Cho, con ojos suplicantes.
-Sí, pero no en este lugar - dijo Harry tomándola fuertemente del brazo y conduciéndola hasta su oficina. ¿Cómo se atrevía siquiera a pedirle que hablara con él? ¡Descarada! Cho le había roto el corazón en mil pedazos. Se habían vuelto a acercar cuando Harry estaba en sexto curso, quizás por que él aún la extrañaba o por que necesitaba de alguien que estuviera a su lado, no sólo como amiga, sino como novia. Esta vez Cho ya no era la tonta y celosa niña del año anterior; no, estaba cambiada, algo más "madura". Ya no le hacía escándalos cada vez que Harry debía hablar a solas con Hermione y Ron, o cuando alguna niña de cursos inferiores le pedía ayuda en alguna tarea. Se portaba bien con él, le mimaba, lo consolaba si tenía algún problema y lo acompañaba a todos lados (entiéndase, todos los lados posibles... eso excluye el baño, la ducha y la cama. Aunque la cama es más posible, pero mi fic aún no es "R") compartiendo incluso las aventuras de sus amigos. Pero algo tenía que fallar, una pequeña idiotez que rompiera con todo...
-- Flash Back --
Harry había terminado su cena y buscaba a Cho en la mesa de los Revenclaw's. No estaba allí, quizás había terminado antes y tenía algo que hacer. Se disculpó con Ron y Hermione y caminó entre las mesas de Gryffindor y Hufflepuff, mirando a cada costado, con la esperanza de hallarla. Subió por las escaleras hasta el tercer piso con dirección al baño. No se escuchaba ningún murmullo. Todos estaban en el gran comedor terminando su cena. Acababa de meterse a un cubículo cuando oyó que alguien más entraba en el lugar. Se extrañó demasiado. Era una voz femenina... seguida por la de un muchacho.
-No seas tontito... aquí no nos van a pillar - decía la chica entre pequeñas risitas.
-¿Sabes por qué me encantas? - preguntó el chico, al tiempo que le daba un beso a la muchacha.
-¿Por qué? - preguntaba la chica con voz melosa.
-Por que te arriesgas por mí... - decía el chico.- Y por que eres la mujer más linda de esta escuela.
-Y la más loca... - decía la muchacha al tiempo que le robaba un audaz beso al chico.
Harry escuchó todo con atención. Había algo en la voz de la chica que le parecía curiosamente familiar. Pero no se atrevía a salir. Quizás para no incomodar o porque su instinto le decía que no debía salir, que si lo hacía tendría un mal rato. La voz del chico era reconocible. Michael Corner, el tipo con el que estuvo saliendo Ginny el año anterior; pero no lograba reconocer la voz de la mujer. Pensó y pensó... pero ninguna de las que conocía tenía aquella voz. Su cuerpo le decía que debía avanzar, pero su corazón no. Mientras pensaba, la pareja había continuado su conversación.
-Y ¿Cuándo vas a terminar con ese idiota? - preguntaba Michael.
-No le digas idiota... - protestó la chica.- el pobrecito no merece que le trates así.
-¡Ah, por favor! No me digas que piensas seguir con él, a pesar de te intereso más yo - exclamó Corner.
-Sí... es que necesito de los dos - explicó la chica, riéndose bobamente.- necesito de tus besos... (dijo mientras le daba otro beso) y de Harry necesito su presencia, su cariño.
-¿Y acaso yo no te doy cariño? - preguntó Corner.
¿Harry? ¿Había escuchado bien? Probablemente había otro tipo de nombre Harry, pero él aún no lo conocía. No quería pensar que se trataba de él, no quería pensar que la que estaba con Michael era... ¿Cho?¿La única Cho Chang que conocía y que de paso era su novia? Hizo el intento de moverse. Su mano chocó con la manilla de la puerta, pero se detuvo ahí. La pareja seguía con su amorosa conversación, no se habían percatado de la presencia de Harry. Un repentino impulso hizo que su mano empujara levemente la puerta. Ahí estaba Corner, besando apasionadamente a una chica de cabellos oscuros y lisos. Harry no podía verle la cara, así que sin querer sus piernas avanzaron unos pasos, haciendo que el agua esparcida por el piso chapoteara bajo sus pies. La pareja escuchó y se detuvo. Los ojos de la muchacha miraron largamente los de Harry, abiertos de par en par. No lograba articular palabra alguna y comenzó a alejarse de Corner. Harry estaba de piedra, su mente le decía que su propia novia estaba allí, abrazada con ese idiota, pero su corazón se negaba a creerlo. Los segundos se hicieron eternos, el silencio se prolongó hasta el maldito segundo en que Corner abrió la boca...
-¡Potter!...
No alcanzó a decir más cuando cayó en la cuenta de que un feroz puño se cerraba sobre su mandíbula. Cho gritó como una histérica y trató de detener a Harry, antes de que arremetiera contra el chico. Harry se la quitó de encima con un manotazo y la dejó en el suelo, empapada. Se dio la vuelta, sólo para mirar con los ojos llorosos, pero llenos de ira, a una desconcertada Cho. La chica quiso hablar, explicar, dar señales de arrepentimiento, pero Harry la detuvo en seco.
-No quiero oírte, ¿entiendes?
Y salió de ahí, con paso vacilante, directo al dormitorio. Descargó su furia contra todo lo que pilló a su paso y cayó sentado a los pies de su cama, llorando de rabia. Nunca más. Nunca más.
-- Fin Flash Back --
-Habla y no demores demasiado, tengo trabajo que hacer - dijo Harry secamente. Se sentó en la silla, mirando fijamente a la muchacha.
-Deja de tratarme así, Harry por favor - pidió Cho.
-¿y cómo dices tú que te trato? - preguntó Harry.
-Me tratas... como, como una basura - respondió Cho.
-¿Y acaso no lo eres? - preguntó Harry fríamente.- deja de hacerte la mártir y habla de lo que quieres.
-No tienes que insultarme. Yo sólo venía a pedirte otra oportunidad, que me perdones... que podamos mantener una relación civilizada - respondió Cho. Se notaba triste, deprimida, pero eso no le afectó a Harry.
-¿Se te olvidó lo que te dije la última vez? Yo nunca te voy a perdonar... Pídele perdón a Dios si quieres que te perdonen, pero yo no lo voy a hacer - exclamó Harry.
-¡No seas tan duro conmigo! - exclamó Cho. - lo que pasó fue hace más de cuatro años...
-Pero a mí no se me ha olvidado - Harry avanzó hasta la chica y la tomó del brazo.- Tú ya sabes mi respuesta... así que puedes volver por donde viniste.
La guió hasta la salida y le abrió la puerta para que saliera. Cho comenzó a llorar, pero Harry ya se sabía el teatrito de memoria... "ya sabes que te extraño", "No puedes ser tan duro de corazón", "me he sentido muy sola sin ti". ¡Patrañas! ¡Puras idioteces! La sacó fuera de su oficina y cerró la puerta con llave. Debía darse un pequeño respiro antes de continuar, estaba algo alterado.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*
La mañana se le hizo algo corta con todo el trabajo que tuvo que realizar. Habían llegado diez enfermos por comer bizcochos de calabaza rancios en un paseo familiar y Harry tuvo que suministrar bastante poción lava-estómagos para que la familia se compusiera. Se dirigió al piso cuatro, "daño por encantamientos", a revisar a algunos pacientes más cuando escuchó una voz familiar.
-¡Harry, Harry, aquí atrás!
Se dio la vuelta para encontrarse con una Hermione adulta, quien venía con dos personas más. Le parecían familiares, pero no estaba seguro de ello.
-¡Hermione! ¿Cómo has estado?
-No muy bien, Harry - decía Hermione, al tiempo que lo saludaba con un beso en la mejilla.- Estoy preocupada por Draco... lo deben de haber traído a San Mungo.
¿Draco?... ¿Tendría algo que ver con la muerte de Pansy Parkinson?
-¿A Draco? Hmmm... déjame ver - Harry revisó su ficha médica y con los ojos muy abiertos, expresó: - Es cierto, lo acaban de traer hace cinco minutos. Está en... en el cuarto piso, o sea... ¡Aquí!
Ahora todo concordaba. Pansy iba con Draco al momento del accidente. Efectivamente la ficha médica decía "D. Malfoy. Traslado hospital de Londres, cuadro de inconciencia severo, estado crítico."
-¿Pero en dónde? - preguntó una la chica de al lado, algo urgida.
-Sala 215... -dijo Harry. Luego la miró detenidamente.- ¿Ginny?
-Sí... soy yo, Harry - dijo Ginny.
Estaba muy cambiada, lo que la hacía casi irreconocible. Llevaba el pelo tomado en una alta coleta larga, que le llegaba hasta los codos y se había maquillado la cara. Sus pecas habían desaparecido completamente. Una larga túnica verde acompañaba una falda de cuadrillé y una blusa blanca. "¿Sería profesora?" se preguntó Harry.
-¡Ginny! ¡Tantos años! - exclamó Harry al tiempo que le daba un abrazo a la pelirroja.
-Sí, tres largos años... desde que saliste de Hogwarts, nunca más volví a verte - dijo Ginny, algo nostálgica.
El otro acompañante de Hermione era un tipo alto, de cabellos oscuros y cejas pobladas. "¡Pero como no lo reconocí antes!" pensó Harry. No se podía tratar de nadie más... se dirigió hasta él y le tendió la mano.
-¿Ya no me saludas, Víctor Krum? - preguntó Harry.
-Clarro que sí, Harry Potter - contestó Krum, al tiempo que le daba un fuerte apretón de manos al chico de cabello azabache.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*
Notas de la autora: Fin del quinto capítulo. Por fin he llegado de aquel viaje al sur, que estuvo cargado de sudores y mosquitos ¡¡¡¡PERO QUÉ CALOR HACÍA ALLÍ!!!! Je, je, je... bueno, respondiendo a los reviews :
Lil Granger: ¿Sabes que hasta hace poco pensaba poner a Ron en Egipto, trabajando para Gringotts? jejeje, pero las vueltas del destino dicen otras cosas. Y no te preocupes por Sophie, ella es buena muchacha y se parece mucho a Hermione (por lo menos en lo físico) lo que confundirá mucho al pelirrojo. Por el momento Ginny y Draco son solo amigos... por el momento. Sobre mis escritores favoritos... bueno, está Tolkien, el principal... pero lo admiro tanto que no me atrevo a escribir fics sobre su historia, creo que no estaría a su altura; también están C.S. Lewis (Las crónicas de Narnia) y obviamente Rowling... También me encanta García Márquez, se divierten mucho sus historias y sufro con las de amor. Bueno, saludillos... Qué lo pases bien.
Katie Lupin: Hola amiga mía... pues ya se me pasaron los nervios por que tengo el puntaje suficiente para la carrera de Letras en la Chile. ¡Estoy re feliz! No había leído tus reviews, por que como te podrás dar cuenta, no estuve en Santiago por una semana completa. Pero igual van con mucho cariño. Me gustaría hacer el cosplay igual, pero algo mejor, quizás algún fin de semana de marzo, para tener más tiempo de prepararlo. Igual si tienen alguna idea para seguir con el cuento este, no duden en llamarme. ¿Por qué te quieres quedar con Draco? Pillina, ¿no era Sirius Black el que te gustaba? Ya, saludos y besitos. Tu amiga Tanina.
mariag malfoy: No, no es un fic Ginny/Draco. Originalmente iba a ser un fic Ron/Hermione, pero se me han dado más parejas de lo usual... obviamente tenía que poner algo en los "Character one" y "Character two" así que puse a Hermi y a Ron, pero hay de todo. ¿por qué te molesta tanto Krum? Bueno, debe ser por la misma razón que a mi me fastidia Cho Chang. Yo la encontraba simpática, piola... no sé, pero desde que leí el quinto libro, ¡Arg, la odio con toda mi alma! ¿Me entiendes, verdad? Saludos.
Merodeadora_Chii: si, escribir bajo un árbol es genial, pero no lo es cuando un montón de asquerosos y molestos mosquitos te hace la vida imposible. Bueno, pero esos son gajes del oficio. ¡Qué bueno que te esté gustando este mejunje de historias que se hace llamar fic! Espero poder desarmarlo sin que ustedes me desarmen a mí primero... jejeje.
He vuelto después de una larga y fastidiosa semana en el sur. Valió la pena porque pude compartir algo más con mis familiares más lejanos, leer, y maquinar más ideas para el fic. Agradezco la colaboración de mi hermano Sergio en todo esto, él me da ideas muy buenas para continuar... ¡Gracias Hermano!
Atte. Tanina Potter.
Despertó sin necesidad de que el reloj despertador lo hiciera. Miró el techo blanco de su habitación y quiso cerrar otra vez los ojos, con el fin de seguir durmiendo, pero le fue imposible. Dio vuelta la cabeza, observó la hora que era. Las 5.45 de la madrugada. Pronto sonaría la alarma del reloj avisándole que debía levantarse e irse al trabajo. Un trabajo que jamás pensó en ejercer, pero que le agradaba desde que lo hacía. 5.50 de la mañana. "Hoy es un día normal, pero yo voy a hacerlo intenso" cantaba Juanes en la radio.
-Ese es mi lema - dijo Harry para sí mismo, al instante en que se ponía de pie de la cama y se dirigía al baño. Tomó una breve ducha y salió de ella, con una toalla atada a la cintura. Se miró al espejo del baño, limpiándolo del agua de vapor que lo empañaba, y vio reflejada la imagen de un joven sano y buen mozo, de refulgentes ojos esmeraldas y tez trigueña. Debía afeitarse, si no quería que la barba le creciera por todos lados. Su profesión le obligaba a mantenerse limpio y presentable.
-Mírate donde estás, Harry Potter - le dijo al reflejo y se dirigió otra vez a su habitación para vestirse. Colocó sus papeles en orden y miró la pantalla de su celular por si tenía llamadas perdidas o mensajes. Siete llamadas perdidas y dos mensajes. "Victoria", "Doctor Hunneus", "Seamus Finnigan", "Longbottom"... los mensajes eran de Cho Chang. Harry los revisó.
"Harry, necesito hablar contigo, llámame"
El otro decía:
"Harry, por favor, te necesito más que nunca"
Chasqueó la lengua en señal de desaprobación. Después de lo que Cho le había hecho con el imbécil de Michael Corner, decidió no hacerle más caso y dedicarle tiempo completo a su trabajo.
-¿Qué se cree, qué soy idiota? - se preguntó Harry. Borró los mensajes y salió disparado. Se le hacía tarde. El mini cooper rojo de Harry esperaba en la cochera de su casa.
Llegó al hospital algo atrasado por la congestión que se había producido en la Av. Central. Entró en su oficina y se colocó la túnica blanca que ocupaban como uniforme, revisó la lista de pacientes que debía atender aquella mañana y se dirigió hasta el segundo nivel, "Enfermedades contagiosas". Sabía que en aquella sala su vida corría algo de peligro, por lo que se colocó una mascarilla bastante grande, que le cubría de la nariz hasta el cuello.
-¡Buenos días señor Jump! ¿Cómo sigue hoy? - preguntó Harry a unos de los enfermos que había a la entrada de la sala y que tenía el cuerpo lleno de manchitas negras producto de la viruela de Dragón.
-¡Muy bien Doctor Potter! - respondió el brujo de aspecto cansino y viejo, al tiempo que se esforzaba por sonreír.- Mejoro todos los días un poquito.
-Eso está muy bien... pero ahora le toca su inyección de Gublina de la mañana - dijo Harry, sacando de uno de los armarios del lugar una gran jeringa metálica llena de un líquido rojo.
-Doctor, ¿No me podrían dar la Gublina en la sopa? - preguntó el viejo, con claros signos de miedo.
-No sea cobarde hombre, si esto no duele nada. - respondió Harry divertido.- Además, si le diéramos la Gublina en la sopa, sería muy fuerte para usted.
El viejo, resignado, soportó el dolor que le producía la inyección y refunfuñó algo ininteligible mientras Harry daba la vuelta. Este último, recorrió toda la sala revisando a los enfermos que tenían enfermedades similares a la del Señor Jump y salió de ella con la túnica llena de jeringas vacías. Por el altavoz del hospital oyó que lo llamaban y que lo necesitaban en el subterráneo, que correspondía a la sala de autopsias. Se extrañó de aquello. Pocas personas habían muerto desde el día en que Voldemort había dejado de existir y los que llegaban, eran casi siempre por vejez, por envenenamiento o por accidentes en el trabajo. Bajó entonces hasta el subterráneo y vio que llevaban en una camilla un cuerpo cubierto con mantas negras. Se acomodó bien las ropas a fin de abrigarse un poco más, ya que ese lugar siempre permanecía frío y avanzó hasta la camilla, resguardada por dos viejas curanderas. Tomando un poco del frío aire, descubrió el rostro del muerto. Se trataba de una mujer de cabellos claros manchados por la sangre que había corrido en abundancia por ellos. Tenía el cráneo roto y los labios agrietados y azules. Pero lo más impactante para Harry fueron sus ojos, abiertos de par en par como si antes de morir hubiera visto al mismísimo... pero no. No se podía tratar de él, aunque la expresión de terror de su rostro era muy similar a la que había visto en los rostros de muchas otras personas victimas del Avada Kedavra.
-¿Cómo se llamaba la difunta? - preguntó Harry a las curanderas, quienes revisaron la ficha médica en ese instante.
-Parkinson Pansy, Doctor Potter - respondió una de ellas.
-¿Quién ha dicho, señorita Louis? - volvió a preguntar, negándose a creer lo que sus oídos escuchaban y lo que su mente le transmitía.
-Parkinson Pansy, Doctor. Murió ayer en un accidente automovilístico.- le respondió la otra.
Pansy Parkinson, la novia de Draco Malfoy. Su ex compañera de colegio. ¿Iría sola o con él? Pronto lo averiguaría. Comenzó a revisarla y a hacer los cortes necesarios para llegar a su interior. Su corazón estaba recogido de tal forma que lo único que Harry pudo pensar era que se trataba de un paro cardiaco. No había signos de otra respuesta y aquel ataque fulminante sería la causa de su deceso, acompañado de los sucesivos golpes que había marcados en su cuerpo. Anotó todos los datos reunidos y volvió a su oficina, dejando a las curanderas el trabajo de cerrar el cuerpo y entregarlo a sus familiares. Subió hasta el primer piso y consultó con la recepcionista si lo habían solicitado mientras él estaba en autopsias. Nada importante. Otras visitas al segundo piso, un par de vueltas por su oficina y nada más. Aquella mañana había resultado calmada para Harry, a excepción de lo de Pansy. Subió hasta la cafetería a desayunar y bebió café mientras miraba por la ventana. Un auto azul había llegado a las afueras del hospital y una mujer joven y de buen aspecto había bajado de él. Tenía los cabellos oscuros y lisos y llevaba un vestido corto y amarillo sujeto por unos tirantes alrededor del cuello. Pasados unos instantes, volvió a escuchar su nombre por el altavoz, pero esta vez para que bajara nuevamente a recepción. Quizás aquella mujer venía a visitarlo a él. Dirigió sus pasos hasta el lugar y se encontró frente a frente con...
-¡Cho, ¿qué haces aquí?! - preguntó Harry, atónito.
-No has respondido mis mensajes ni mis llamadas y necesitaba hablar contigo - exclamó Cho, con ojos suplicantes.
-Sí, pero no en este lugar - dijo Harry tomándola fuertemente del brazo y conduciéndola hasta su oficina. ¿Cómo se atrevía siquiera a pedirle que hablara con él? ¡Descarada! Cho le había roto el corazón en mil pedazos. Se habían vuelto a acercar cuando Harry estaba en sexto curso, quizás por que él aún la extrañaba o por que necesitaba de alguien que estuviera a su lado, no sólo como amiga, sino como novia. Esta vez Cho ya no era la tonta y celosa niña del año anterior; no, estaba cambiada, algo más "madura". Ya no le hacía escándalos cada vez que Harry debía hablar a solas con Hermione y Ron, o cuando alguna niña de cursos inferiores le pedía ayuda en alguna tarea. Se portaba bien con él, le mimaba, lo consolaba si tenía algún problema y lo acompañaba a todos lados (entiéndase, todos los lados posibles... eso excluye el baño, la ducha y la cama. Aunque la cama es más posible, pero mi fic aún no es "R") compartiendo incluso las aventuras de sus amigos. Pero algo tenía que fallar, una pequeña idiotez que rompiera con todo...
-- Flash Back --
Harry había terminado su cena y buscaba a Cho en la mesa de los Revenclaw's. No estaba allí, quizás había terminado antes y tenía algo que hacer. Se disculpó con Ron y Hermione y caminó entre las mesas de Gryffindor y Hufflepuff, mirando a cada costado, con la esperanza de hallarla. Subió por las escaleras hasta el tercer piso con dirección al baño. No se escuchaba ningún murmullo. Todos estaban en el gran comedor terminando su cena. Acababa de meterse a un cubículo cuando oyó que alguien más entraba en el lugar. Se extrañó demasiado. Era una voz femenina... seguida por la de un muchacho.
-No seas tontito... aquí no nos van a pillar - decía la chica entre pequeñas risitas.
-¿Sabes por qué me encantas? - preguntó el chico, al tiempo que le daba un beso a la muchacha.
-¿Por qué? - preguntaba la chica con voz melosa.
-Por que te arriesgas por mí... - decía el chico.- Y por que eres la mujer más linda de esta escuela.
-Y la más loca... - decía la muchacha al tiempo que le robaba un audaz beso al chico.
Harry escuchó todo con atención. Había algo en la voz de la chica que le parecía curiosamente familiar. Pero no se atrevía a salir. Quizás para no incomodar o porque su instinto le decía que no debía salir, que si lo hacía tendría un mal rato. La voz del chico era reconocible. Michael Corner, el tipo con el que estuvo saliendo Ginny el año anterior; pero no lograba reconocer la voz de la mujer. Pensó y pensó... pero ninguna de las que conocía tenía aquella voz. Su cuerpo le decía que debía avanzar, pero su corazón no. Mientras pensaba, la pareja había continuado su conversación.
-Y ¿Cuándo vas a terminar con ese idiota? - preguntaba Michael.
-No le digas idiota... - protestó la chica.- el pobrecito no merece que le trates así.
-¡Ah, por favor! No me digas que piensas seguir con él, a pesar de te intereso más yo - exclamó Corner.
-Sí... es que necesito de los dos - explicó la chica, riéndose bobamente.- necesito de tus besos... (dijo mientras le daba otro beso) y de Harry necesito su presencia, su cariño.
-¿Y acaso yo no te doy cariño? - preguntó Corner.
¿Harry? ¿Había escuchado bien? Probablemente había otro tipo de nombre Harry, pero él aún no lo conocía. No quería pensar que se trataba de él, no quería pensar que la que estaba con Michael era... ¿Cho?¿La única Cho Chang que conocía y que de paso era su novia? Hizo el intento de moverse. Su mano chocó con la manilla de la puerta, pero se detuvo ahí. La pareja seguía con su amorosa conversación, no se habían percatado de la presencia de Harry. Un repentino impulso hizo que su mano empujara levemente la puerta. Ahí estaba Corner, besando apasionadamente a una chica de cabellos oscuros y lisos. Harry no podía verle la cara, así que sin querer sus piernas avanzaron unos pasos, haciendo que el agua esparcida por el piso chapoteara bajo sus pies. La pareja escuchó y se detuvo. Los ojos de la muchacha miraron largamente los de Harry, abiertos de par en par. No lograba articular palabra alguna y comenzó a alejarse de Corner. Harry estaba de piedra, su mente le decía que su propia novia estaba allí, abrazada con ese idiota, pero su corazón se negaba a creerlo. Los segundos se hicieron eternos, el silencio se prolongó hasta el maldito segundo en que Corner abrió la boca...
-¡Potter!...
No alcanzó a decir más cuando cayó en la cuenta de que un feroz puño se cerraba sobre su mandíbula. Cho gritó como una histérica y trató de detener a Harry, antes de que arremetiera contra el chico. Harry se la quitó de encima con un manotazo y la dejó en el suelo, empapada. Se dio la vuelta, sólo para mirar con los ojos llorosos, pero llenos de ira, a una desconcertada Cho. La chica quiso hablar, explicar, dar señales de arrepentimiento, pero Harry la detuvo en seco.
-No quiero oírte, ¿entiendes?
Y salió de ahí, con paso vacilante, directo al dormitorio. Descargó su furia contra todo lo que pilló a su paso y cayó sentado a los pies de su cama, llorando de rabia. Nunca más. Nunca más.
-- Fin Flash Back --
-Habla y no demores demasiado, tengo trabajo que hacer - dijo Harry secamente. Se sentó en la silla, mirando fijamente a la muchacha.
-Deja de tratarme así, Harry por favor - pidió Cho.
-¿y cómo dices tú que te trato? - preguntó Harry.
-Me tratas... como, como una basura - respondió Cho.
-¿Y acaso no lo eres? - preguntó Harry fríamente.- deja de hacerte la mártir y habla de lo que quieres.
-No tienes que insultarme. Yo sólo venía a pedirte otra oportunidad, que me perdones... que podamos mantener una relación civilizada - respondió Cho. Se notaba triste, deprimida, pero eso no le afectó a Harry.
-¿Se te olvidó lo que te dije la última vez? Yo nunca te voy a perdonar... Pídele perdón a Dios si quieres que te perdonen, pero yo no lo voy a hacer - exclamó Harry.
-¡No seas tan duro conmigo! - exclamó Cho. - lo que pasó fue hace más de cuatro años...
-Pero a mí no se me ha olvidado - Harry avanzó hasta la chica y la tomó del brazo.- Tú ya sabes mi respuesta... así que puedes volver por donde viniste.
La guió hasta la salida y le abrió la puerta para que saliera. Cho comenzó a llorar, pero Harry ya se sabía el teatrito de memoria... "ya sabes que te extraño", "No puedes ser tan duro de corazón", "me he sentido muy sola sin ti". ¡Patrañas! ¡Puras idioteces! La sacó fuera de su oficina y cerró la puerta con llave. Debía darse un pequeño respiro antes de continuar, estaba algo alterado.
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La mañana se le hizo algo corta con todo el trabajo que tuvo que realizar. Habían llegado diez enfermos por comer bizcochos de calabaza rancios en un paseo familiar y Harry tuvo que suministrar bastante poción lava-estómagos para que la familia se compusiera. Se dirigió al piso cuatro, "daño por encantamientos", a revisar a algunos pacientes más cuando escuchó una voz familiar.
-¡Harry, Harry, aquí atrás!
Se dio la vuelta para encontrarse con una Hermione adulta, quien venía con dos personas más. Le parecían familiares, pero no estaba seguro de ello.
-¡Hermione! ¿Cómo has estado?
-No muy bien, Harry - decía Hermione, al tiempo que lo saludaba con un beso en la mejilla.- Estoy preocupada por Draco... lo deben de haber traído a San Mungo.
¿Draco?... ¿Tendría algo que ver con la muerte de Pansy Parkinson?
-¿A Draco? Hmmm... déjame ver - Harry revisó su ficha médica y con los ojos muy abiertos, expresó: - Es cierto, lo acaban de traer hace cinco minutos. Está en... en el cuarto piso, o sea... ¡Aquí!
Ahora todo concordaba. Pansy iba con Draco al momento del accidente. Efectivamente la ficha médica decía "D. Malfoy. Traslado hospital de Londres, cuadro de inconciencia severo, estado crítico."
-¿Pero en dónde? - preguntó una la chica de al lado, algo urgida.
-Sala 215... -dijo Harry. Luego la miró detenidamente.- ¿Ginny?
-Sí... soy yo, Harry - dijo Ginny.
Estaba muy cambiada, lo que la hacía casi irreconocible. Llevaba el pelo tomado en una alta coleta larga, que le llegaba hasta los codos y se había maquillado la cara. Sus pecas habían desaparecido completamente. Una larga túnica verde acompañaba una falda de cuadrillé y una blusa blanca. "¿Sería profesora?" se preguntó Harry.
-¡Ginny! ¡Tantos años! - exclamó Harry al tiempo que le daba un abrazo a la pelirroja.
-Sí, tres largos años... desde que saliste de Hogwarts, nunca más volví a verte - dijo Ginny, algo nostálgica.
El otro acompañante de Hermione era un tipo alto, de cabellos oscuros y cejas pobladas. "¡Pero como no lo reconocí antes!" pensó Harry. No se podía tratar de nadie más... se dirigió hasta él y le tendió la mano.
-¿Ya no me saludas, Víctor Krum? - preguntó Harry.
-Clarro que sí, Harry Potter - contestó Krum, al tiempo que le daba un fuerte apretón de manos al chico de cabello azabache.
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Notas de la autora: Fin del quinto capítulo. Por fin he llegado de aquel viaje al sur, que estuvo cargado de sudores y mosquitos ¡¡¡¡PERO QUÉ CALOR HACÍA ALLÍ!!!! Je, je, je... bueno, respondiendo a los reviews :
Lil Granger: ¿Sabes que hasta hace poco pensaba poner a Ron en Egipto, trabajando para Gringotts? jejeje, pero las vueltas del destino dicen otras cosas. Y no te preocupes por Sophie, ella es buena muchacha y se parece mucho a Hermione (por lo menos en lo físico) lo que confundirá mucho al pelirrojo. Por el momento Ginny y Draco son solo amigos... por el momento. Sobre mis escritores favoritos... bueno, está Tolkien, el principal... pero lo admiro tanto que no me atrevo a escribir fics sobre su historia, creo que no estaría a su altura; también están C.S. Lewis (Las crónicas de Narnia) y obviamente Rowling... También me encanta García Márquez, se divierten mucho sus historias y sufro con las de amor. Bueno, saludillos... Qué lo pases bien.
Katie Lupin: Hola amiga mía... pues ya se me pasaron los nervios por que tengo el puntaje suficiente para la carrera de Letras en la Chile. ¡Estoy re feliz! No había leído tus reviews, por que como te podrás dar cuenta, no estuve en Santiago por una semana completa. Pero igual van con mucho cariño. Me gustaría hacer el cosplay igual, pero algo mejor, quizás algún fin de semana de marzo, para tener más tiempo de prepararlo. Igual si tienen alguna idea para seguir con el cuento este, no duden en llamarme. ¿Por qué te quieres quedar con Draco? Pillina, ¿no era Sirius Black el que te gustaba? Ya, saludos y besitos. Tu amiga Tanina.
mariag malfoy: No, no es un fic Ginny/Draco. Originalmente iba a ser un fic Ron/Hermione, pero se me han dado más parejas de lo usual... obviamente tenía que poner algo en los "Character one" y "Character two" así que puse a Hermi y a Ron, pero hay de todo. ¿por qué te molesta tanto Krum? Bueno, debe ser por la misma razón que a mi me fastidia Cho Chang. Yo la encontraba simpática, piola... no sé, pero desde que leí el quinto libro, ¡Arg, la odio con toda mi alma! ¿Me entiendes, verdad? Saludos.
Merodeadora_Chii: si, escribir bajo un árbol es genial, pero no lo es cuando un montón de asquerosos y molestos mosquitos te hace la vida imposible. Bueno, pero esos son gajes del oficio. ¡Qué bueno que te esté gustando este mejunje de historias que se hace llamar fic! Espero poder desarmarlo sin que ustedes me desarmen a mí primero... jejeje.
He vuelto después de una larga y fastidiosa semana en el sur. Valió la pena porque pude compartir algo más con mis familiares más lejanos, leer, y maquinar más ideas para el fic. Agradezco la colaboración de mi hermano Sergio en todo esto, él me da ideas muy buenas para continuar... ¡Gracias Hermano!
Atte. Tanina Potter.
