Capítulo 7: DAME UNA OPORTUNIDAD.
El camino desde su casa hasta su trabajo le había parecido algo largo y lento esta vez. Iba pensando en los hechos ocurridos en el último tiempo, y no pudo sino sentir una honda tristeza en su corazón. Pero por otro lado, alguien más compartía con esos pensamientos un rinconcito en su corazón. Krum se había portado tan bien con ella esa última semana, que la mayoría de sus divagaciones caminaban directo hacia el búlgaro. Le divertía oír que aún no lograba pronunciar bien su nombre y que le costaría un montón sacarse el acento de un día para otro. Pero le agradaba que la visitara de vez en cuando en el trabajo y la sacara de esa rutina fastidiosa en que estaba sumida. Ya la mayoría de sus compañeras de trabajo la envidiaban por que ella salía con el gran jugador de Quidditch, Víctor Krum. Pero para Hermione eso no era importante, él era su amigo y merecía algo de atención.
Cuando sus pies tocaron el suelo del ministerio de magia, una ola de sensaciones la invadió. Sentía la rutina y el trabajo cada vez más pesados sobre sus hombros, pero tomó una ligera bocanada de aire y se dispuso a hacer lo que siempre hacía: sentarse tras su escritorio, escribir para otros departamentos e irritarse cada vez que algo no le salía bien. Úrsula estaba ordenando unos papeles en su escritorio y levantó la mirada cuando Hermione entró.
-Buenos días, Herm... ¿estás con ganas de trabajar hoy? - preguntó Úrsula con voz divertida.
-Buenos días, Úrsula, ¿a qué te refieres con lo de "ganas de trabajar?" - preguntó Hermione pesadamente.
-A esto... - dijo Úrsula, señalando un montón de papeles sobre el escritorio de Hermione.- Los mandó el departamento de "Cooperación mágica internacional", dicen que debes revisarlos, firmarlos y luego mandarlos de nuevo hasta allá, para que los manden a Francia.
-__ ¿Y tengo que hacerlos yo? - preguntó Hermione cansinamente.
-Pues sí, no te queda de otra, para eso eres una de las jefas de este departamento - respondió Úrsula dejándole los papeles a Hermione y disponiéndose a irse.
-Hmmm... bueno, entonces... como jefa de este departamento te ordeno que me ayudes con el trabajo - dijo Hermione en tono triunfal.- De la buena impresión que me des depende tu trabajo.
-¬¬ eso no me agrada. Chantajista.- exclamó Úrsula. Dándose vuelta, suspiró.- Recuerda que sólo lo haré porque eres mi amiga.
-Qué bien amiga mía, tú empiezas con ese montón y yo con este otro.- dijo Hermione dividiendo el turrón de papeles por la mitad.
Comenzaron la revisión de los documentos, pero Úrsula no pudo reprimir su curiosidad en cuanto a lo que le pasaba a Hermione. Con pequeños rodeos, la amiga de Hermi pudo sacarle algunas verdades.
-Entonces, ¿te pasa algo con Víctor? - preguntó Úrsula, curiosa.
-O sea... si, pero... no, o sea... ¡Ay, Úrsula! ¿Por qué haces preguntas tan complicadas? - exclamó Hermione.
-No exageres, si sólo basta con que me digas que sí o que no.- dijo Úrsula.- Yo ya te habría respondido... por que Víctor es tan guapo, tan caballero, tan... hombre. Pero no es mi tipo.
-Hmmm... quien te entiende.- dijo Hermione.- Y no creas que es fácil. Ya sé que Víctor es todo lo que dices, pero no sé, creo que aún no me enamoro de él.
-Pero no te va a costar nada, por que él está loquito por ti -dijo Úrsula con una sonrisa pícara.- ¿Qué filtro amoroso le diste?
-¡Ninguna!, ¿Qué crees que soy? - reclamó Hermione.- no le he dado nada, sólo... sólo, desde que lo conocí que ha querido acercarse a mí, pero creo que yo no lo he dejado.
-Porque sigues enamorada de Ron, ¿verdad? - preguntó Úrsula.
-Pues... sí. A ti no te puedo mentir.- dijo Hermione algo colorada.- Pero él quizás nunca vuelva.
-Hmmm... puede ser. Por eso no debes quedarte abajo del tren. - dijo Úrsula.
-¡Oye! Si no estoy tan vieja, tengo apenas veinte años - exclamó Hermione.
-Pero si sigues así, te quedarás sola para siempre. Ya tienes el primer requisito de una solterona: vives sola en tu casa acompañada sólo de tu gato. - concluyó Úrsula.
Una lechuza cruzó el umbral de la ventana de la oficina de Hermione y fue a dar contra el escritorio estrellándose estrepitosamente. La pobre ya no estaba como en sus viejos tiempos y se parecía mucho a la vieja lechuza de Ron, Errol.
-¡Hedwig! - dijo Hermione al tiempo que recogía a la pobre lechuza de su escritorio. Tomó la nota de su pata y leyó en voz baja. - Es de Harry, dice que han pasado a Draco a una sala de menos cuidados. Sigue inconsciente, pero sus heridas han mejorado.
-¿Harry? ¿Quién es ese? - preguntó Úrsula con interés.
-¿No te había hablado de Harry? ¡Qué extraño! - dijo Hermione.- Bueno, Harry es el médico de Draco, y un ex compañero de colegio. ¿Me acompañas al hospital?
-Pero ¿y los documentos...? - preguntó Úrsula.
-Los terminamos después, ahora hay que ir a ver a Draco.- sentenció Hermione tomando del brazo a su amiga y caminando con ella en dirección al hospital San Mungo.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*
Llegaron al hospital media hora después, entre azoradas y cansadas. Preguntaron en recepción a donde habían trasladado a Draco y la mujer les respondió que estaba en el mismo piso, pero en el pabellón C. Subieron hasta el cuarto piso y entraron en el pabellón señalado. Ginny se hallaba ahí, pendiente de Malfoy, mientras Neville Longbottom lo contemplaba desde el otro extremo.
-¡Hermione! ¿Cuánto has cambiado? ¡Estás cada día más bella! - exclamó un sorprendido Neville.
-No trates de halagarme Longbottom, qué he oído mucho sobre lo picaflor que has estado últimamente.- declaró Hermione entre tajante y divertida.
-No escuches todo lo que te dicen, Hermione, que a veces son sólo chismes.- dijo Neville guiñándole un ojo. Cuando se dio cuenta de la presencia de Úrsula, se acercó hasta ella y se presentó- Neville Longbottom para servirte, bella dama.
-Déjate de monerías - le dijo Ginny algo divertida.- no molestes a Úrsula con tus palabritas de día domingo. ¿Qué le pasó al Neville que conocí en Hogwarts y que era más tímido que un ratón?
-Hay que dejar el pasado atrás, Virginia Weasley - respondió Neville caminando en dirección contraria a Úrsula.- Aquél Neville está muerto y enterrado, y hoy sólo vive este nuevo Neville que está dispuesto a ayudar a cualquier damisela en problemas.
-¿De nuevo tratando de conquistar a alguna chica, Longbottom? - preguntó Harry en cuanto entró en el pabellón.
Úrsula miró al chico que entraba en ese instante y quedó embobada. O sea, si ese no era amor a primera vista, no sé qué podría ser. Venía vestido con unos pantalones negros de tela y una camisa azul oscuro algo ceñida a su torso. La túnica blanca que ocupaba como uniforme le hacía verse aún más guapo. Lo que más le agradó a Úrsula de Harry, fueron aquellos ojos esmeraldas que relucían con los brillos del sol que entraban por la ventana.
-Harry, recibí tu lechuza y me vine en cuanto leí el mensaje. - dijo Hermione al momento de saludar a Harry con un beso en la mejilla.- Es bueno saber que Draco se está recuperando.
-Sí, eso me tiene más contento. Ahora lo único que falta es que abra los ojos y pregunte en donde lo han metido... - dijo Harry riendo levemente.- Aunque creo que con los cuidados de Ginny eso ocurrirá muy pronto.
-Se nota que Ginny aprecia mucho a Draco - agregó Hermione mirando a la pelirroja.- ¿Cuánto tiempo llevas aquí?
-He venido todos los días a ver a Draco - respondió Ginny. - Todavía tengo fe en que se va a recuperar y quiero estar aquí el día en que despierte.
-¡Pero vas a dejar tirados a tus pobres alumnos! - exclamó Hermione.
-Eso no es problema, ya hablé con Dumbledore y ha contratado a Parvati para que me reemplace por este tiempo - dijo Ginny.
-Ya veo - dijo Hermione algo pensativa. Luego, como reaccionando de repente, le habló a Harry nuevamente- No te he presentado a mi amiga Harry... Ella es Úrsula Broderik, mi amiga y compañera de trabajo. Úrsula, él es Harry Potter, mi amigo y médico de Draco...
-Hola Úrsula - dijo Harry amablemente tendiéndole la mano.- Mucho gusto en conocerte...
-Hola... yo, también... mucho gusto.- dijo Úrsula mientras se le atropellaban las palabras en su lengua.
-Es algo tímida al principio, pero después no hay quién le pare la lengua - dijo Hermione con una gran sonrisa en la cara.
-¬¬... no me ayudes tanto, amiga - dijo Úrsula algo molesta.
-De nada, cuando quieras ^.^ - rió Hermione.
-Bueno, será mejor que dejen a Draco tranquilo por el momento, por que le van a hacer unos exámenes y tiene que estar completamente solo - sentenció Harry.
-Ok, si la autoridad así lo dispone -dijo Neville. - Chicas, las invito a tomar un café...
-Hmmm... está bien, pero te arrepentirás luego - le dijo Ginny.
-¿Por qué? - preguntó Neville curioso.
-Por que estoy que me muero de hambre... y ¡soy capaz de comerme un hipogrifo!.- dijo Ginny causando la risa de todos, menos del pobre de Neville, que comenzó a contar sus galeones en el bolsillo.
Salieron de la habitación dejando a Harry al cuidado de Draco. En las escaleras se toparon con un joven de cabellos oscuros y cejas pobladas, que los saludó amablemente.
-Hola chicos... - les dijo Krum.- ¿Les puedo robarr un rrato a Her-mio-ne?
-Claro, claro... anda con Hermione - le respondió Úrsula divertida.- Nosotras vamos a comer con este galán.
-Voy a ser la envidia de todos los hombres - respondió Neville con aire triunfal.- Con dos chicas guapas del brazo.
-Ok, entonces nos vemos después.- se despidió Hermione. Las chicas le dirigieron una sonrisita pícara que la hizo sonrojar. Krum, en su caballerosidad, le cedió su brazo a Hermione y la condujo a la salida. Divertida por las galanterías de su amigo, quiso saber a donde la llevaba.
-Pues, es una sorrprresa... perro sé que te encantarrá.- le respondió Krum.
Como Víctor no tenía auto, decidieron viajar en el de Hermione. El Mazda 323, conducido por el chico, recorrió a toda velocidad las calles de Londres. Se dirigieron hasta un restaurante francés llamado "le petit bouché" y fueron recibidos por un mozo bastante fruncido.
-Pog aquí mademoiselle Granger... señog, su mesa está pog aquí - les dijo el fruncido mozo.
-¿Restaurante francés? - preguntó Hermione. Se estaba poniendo nerviosa, algo importante pasaría ese día.
-Parra ti siemprre tendré lo mejorr... - le dijo Krum con una gran sonrisa.
La ayudó a sentarse en la silla y se puso enfrente de ella para ordenar lo que había en la carta. Hermione estaba algo ansiosa. No hallaba donde dejar las manos en paz y se preguntó si aquel momento sería el más largo de su vida. Quizás se estaba imaginando más de la cuenta, pero todas las atenciones de Krum tenían que ser por algo. Él no dejaba de mirarla fijamente, lo que hacía sonrojar aún más a Hermione. Sirvieron los platos en la mesa y empezaron a comer en completo silencio, como preparando la ocasión para algo definitivo. La chica comía lento, por si Krum le hablaba después de terminar, pero
-Her... yo, esto es muy difícil... perro tengo que decírrtelo antes de que sea demasiado tarrde... - comenzó Krum.
-¿De qué se trata? - preguntó Hermione haciéndose la desentendida. Aunque la verdad es que ya sospechaba algo.
-Pues, tú sabes que desde que te conocí... - Víctor no hallaba las palabras para continuar, pero se armó del valor suficiente.- ...desde que te conocí que no he tenido ojos parra otrra mujerr, ya sabes...
-¡Eres un mentiroso! ¿Cómo no vas a tener ojos para otra mujer, si hay tantas? - exclamó Hermione, muerta de nervios.
-Es en serrio, Her-mio-ne... yo... yo estoy enamorrado de ti - declaró Víctor, aunque con un nudo en el estómago.- Y querría saberr si yo soy tan imporrtante parra ti, como tú lo erres parra mí...
La pregunta de Krum descolocó totalmente a Hermione. "Estoy enamorado de ti", "Enamorado", "Enamorado de ti"... todas las frases que Víctor había dicho hace poco se le agolpaban en la cabeza y no sabía como reaccionar. Comenzó a balbucear vocales y a hacer barquitos de papel con las servilletas. Krum esperaba pacientemente, con la vista agachada...
-Yo... tú... o sea, claro que eres importante para mí - respondió Hermione apresuradamente. ¿Porqué ahora tenía que declarársele?.- Pero...
-¿No me quierres verrdad? - preguntó Krum volviendo a mirarla.
-No, no es eso... yo si te quiero - Hermione sentía como la sangre se le iba a las mejillas y se ponía cada vez más colorada.- Es sólo que... esto me toma de sorpresa.
-Her-mio-ne - dijo Krum lentamente.- Sólo te pido una oporrtunidad... una oporrtunidad de querrerte como tú te lo merreces, Her...
-Es que... yo...
-Piénsalo - le pidió Krum en tono suplicante.- Perro no demorres demasiado... he esperrado más de seis años por esta respuesta... prregúntale a tu corrazón, él sabrá decirrte lo mejor.
Hermione se había quedado petrificada. El resto de la comida casi no habló, excepto por algunos monosílabos y cuando pasó a dejar a Víctor a su casa, sólo se despidió con una sonrisa nerviosa. ¿Qué hacer? ¿Por qué Víctor la ponía en una encrucijada? Sabía lo que su corazón le diría: "Amas a Ron, Hermione Granger". Pero Ron quizás jamás regresaría y como le había dicho Úrsula, ya tenía la primera condición para quedarse solterona; su gato Crookshanks. Llegó a su casa como a las tres de la tarde y se lanzó en el sofá de su living, con la declaración de Krum aún dándole vueltas en su cabeza. Es cierto que su amigo era guapo, caballero y amable, pero el problema era que no lo amaba como amaba a Ron... lo quería, sí... pero querer dista mucho de amar. Si tan sólo el pelirrojo estuviera a su lado, para aclararle los sentimientos...
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-¡Levántate flojo, tienes una visita! - le dijo Charlie tirándole una almohada en la cabeza.
-¡Auch! ¿Qué hora es? - preguntó Ron soñoliento.
-Las diez... y tienes una visita - agregó Charlie.
-¿Visita? - el pelirrojo aún no abandonaba los brazos de Morfeo.
-Es Sophie... - dijo Charlie con una sonrisa pícara. - La has dejado flechada, eh?
-¿Sophie? ... ¿Qué Sophie? - preguntó Ron con sueño aún en su voz.
-La borrachera te hace mal, hermano... ahora ni siquiera recuerdas a Sophie - declaró Charlie.
-Sophie... claro que la recuerdo - dijo Ron sentándose en la cama, con el rostro adormilado y el cabello revuelto.- ¿Qué quiere?
-No sé, pero ha venido muy arreglada y perfumada - dijo Charlie divertido.- Creo que te quiere a ti...
-¡No digas bobadas! - exclamó Ron aventándole un cojín y poniéndose de pie.
Vestido sólo con los pantalones de franela que usaba para dormir en invierno y el torso desnudo, Ron bajó hasta el comedor de la casa que compartía con su hermano y vio a la muchacha sentada en el sofá, dándole la espalda.
-Buenos días, Sophie - dijo Ron, haciendo reaccionar a la chica.
Sophie se sonrojó de sobremanera al ver al pelirrojo casi desnudo presentándose delante de ella y sólo atinó a decir un vago "Buenas...", bajando la cabeza.
-¡Ah, ya sé! Te molesta verme semi-desnudo... - dijo Ron.
-No, no te preocupes por mí... es sólo que no estoy acostumbrada... - dijo Sophie, aún colorada. Hasta en eso se parecía a Hermione cuando se avergonzaba.
-Espera un poco, voy por una camisa... - dijo Ron, dándose media vuelta en dirección a su habitación. Su hermano Charlie había escuchado todo y se estaba partiendo de risa detrás de la puerta. Ron decidió no hacerle caso y tomó una camisa blanca que había tirada debajo de la cama. Volvió al living dos minutos después.
-Ya estoy listo... tú dirás - le dijo Ron.
-Bueno, yo quería invitarte... no sé... es que abrieron una pastelería tres calles más abajo y bueno... pues, quería que fueras conmigo - le dijo Sophie con una sonrisa nerviosa.
-Pues... me tomas de sorpresa - comenzó a decir Ron.
-Si estás ocupado, entonces...
-No, no estoy ocupado... espera, le pregunto a Charlie si no hay nada importante que hacer y te acompaño. - dijo Ron algo colorado.
-No, nada importante hermanito - exclamó Charlie, saliendo de la habitación de Ron.- Puedes llevar a la chica donde quieras... ¡Pero pórtate bien!
-¬¬... "Gracias, hermanito" - dijo Ron en tono fingido. Se volvió hacia Sophie y le dijo: - me cambio y vamos ¿sí?
-Esta bien - aceptó la chica.
Ron cambió su pijama de franela por unos de algodón color negro, más la camisa blanca que llevaba puesta y un abrigo de cuero natural y salió con Sophie en dirección a la nueva pastelería que la chica le había propuesto conocer. Efectivamente habían abierto un nuevo local de reprostrería y dulces, más grande de lo que Ron se hubiera imaginado y la pareja se sentó en una de las mesas que habían puesto afuera, para que la gente pudiera comer más relajada y al aire libre. Ron no dejaba de contemplar a Sophie. Se parecía tanto a Hermione; aquel día llevaba su alborotado cabello castaño tomado en una alta coleta y un abrigo negro que cubría lo que Ron divisó como un jumper de color rojo encima de una chomba de cuello alto color crema. Reía sin parar cada vez que Ron le contaba algún chiste o alguna anécdota de colegial y ella también le hablaba de su trabajo o de su vida, disfrutando los dos de un delicioso pastel de selva negra con cerezas (N/A: ¡AY, ya me dio hambre!)
-Ja, ja, ja... ay, me están doliendo las mejillas - decía Sophie entre risas. - Eres muy gracioso Ron.
-Gracias, alguna vez quise ser payaso... - dijo Ron.- Pero mis hermanos gemelos me ganaron.
-¿Tienes una familia muy grande? - preguntó Sophie.
-¡Enorme! Mis padres, Arthur y Molly y mis hermanos Bill, Charlie (que ya conoces), Percy, Fred, George y mi hermanita Ginny... Hace mucho que no los veo, sobre todo a Ginny, que debe de estar toda una mujer... aunque tiene diecinueve me resisto a creer que ha crecido.- declaró Ron.
-Bueno, yo soy hija única... - dijo Sophie con un dejo de tristeza.- Mi hermana Michelle murió antes de nacer y luego vine yo... pero también estuve a punto de morir...
Hasta en eso se parecía a Hermione, pero Ron no sabía si alguna vez tuvo hermana que se le hubiera muerto.
-Es muy agradable estar contigo, Ron... - le dijo Sophie en tono dulce. - Eres muy lindo conmigo.
-Tú también eres muy linda... o sea, linda conmigo.- decía Ron rápidamente, mientras se sonrojaba notoriamente y Sophie no podía ocultar una mágica sonrisa.- Y también eres hermosa ¿sabes?
Ron no podía creer lo que acababa de decir. ¿Se le estaba declarando? ¿Él... Ronald Weasley, el tipo más vergonzoso del mundo? Bueno, parece que la timidez había quedado atrás por este día.
-Gracias por el cumplido... - le dijo Sophie totalmente sonrojada. Luego vio que Ron comenzaba a reírse graciosamente al mirarla.- ¿Qué te pasa? ¿Te estás riendo de mí?
-Sí... o sea, no de ti - dijo Ron al ver que la expresión de Sophie pasaba de la alegría al enojo.- Es que tienes crema del pastel en tu nariz...
-Ah... eso ¿dónde tengo? - preguntó Sophie, ingenuamente.
-Aquí - le dijo Ron señalándole con el dedo - Yo te la quito si quieres...
Se acercó hasta ella y le quitó un poco de crema con su dedo, pero un instinto muy superior a él le decía que debía acercarse más. Sin pensarlo dos veces posó sus labios en la nariz de Sophie y quitó el resto de crema. La chica sintió el temblor de Ron al tomar sus manos y subió su barbilla, para que sus labios quedaran a la altura de los del pelirrojo. Fue un instante de placer que Ron ya no recordaba, se imaginaba que estaba con Hermione, besándola en el cielo y sintiendo sus suaves manos entre las suyas. Acarició su mejilla y profundizó más aquel beso. Pero la realidad le cayó como un enorme saco de papas en la cabeza.
-Yo... no quise... lo siento - Ron le dijo muy nervioso.
-No pasa nada... yo... tú, me gustas mucho - declaró Sophie.- Gracias por ese beso.
-Tú también me gustas... - le dijo Ron finalmente.
¿Pero le gustaba ella o sólo el recuerdo de Hermione? Mientras más la contemplaba, más se acordaba de la mujer que le robó los pensamientos durante más de seis años y quizás jamás volvería a ver. Ahora su lugar lo ocupaba Sophie y no le iba a decir que no a esta nueva oportunidad de amar.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-* (Por favor que esta cosa suba completo)
Ya... terminé ¡¡Me van a asesinar!! Je, je, je, je... Pero todo tiene final feliz, don't worry.
Ahora sólo me queda esperar los resultados de las postulaciones a la Universidad y ver si quedo en la U. De Chile... ¡Deséenme suerte! Bueno, paso a responder los reviews:
Lil Granger: Sé que no te gusta lo de Hermi y Krum y lo de Ron y Sophie, pero estoy haciendo este menjurje de parejas para que se vuelva más entretenida la cosa... ¡No desesperéis! La pareja del año ya viene... Bueno, de Tolkien he leído la trilogía completa del Señor de los Anillos, más el Hobbit y algo del Silmarillion, aunque no completo, por que es algo latero y enredado... (recuerda que lo terminó su hijo, Christopher) y de García Marquez he leído tres obras: "Cien años de soledad" (La mejor de todas), "Crónica de una muerte anunciada", y "Del amor y otros demonios"... (la que me dejó llorando como por una semana... no, nunca tanto) Good, (para no volver a escribir "bueno") les termino de escribir más sobre Ron y Hermi en el próximo capítulo.
Merodeadora_Chii: Hola, hola merodeadora... que bueno que te haya gustado el capi, jejeje... Sip, por eso es que Draco odia tanto a Voldi... ¡maldito idiota! Bueno, pero igual Lucius se merecía que lo mataran. Espero que te guste este capi, aunque sé que me van a estrangular... jejeje, ¡¡¡Auxilio, no puedo desarmar el enredo que hice!!! No importa, para eso está mi hermano y ustedes... saludillos, Tanina Potter.
El camino desde su casa hasta su trabajo le había parecido algo largo y lento esta vez. Iba pensando en los hechos ocurridos en el último tiempo, y no pudo sino sentir una honda tristeza en su corazón. Pero por otro lado, alguien más compartía con esos pensamientos un rinconcito en su corazón. Krum se había portado tan bien con ella esa última semana, que la mayoría de sus divagaciones caminaban directo hacia el búlgaro. Le divertía oír que aún no lograba pronunciar bien su nombre y que le costaría un montón sacarse el acento de un día para otro. Pero le agradaba que la visitara de vez en cuando en el trabajo y la sacara de esa rutina fastidiosa en que estaba sumida. Ya la mayoría de sus compañeras de trabajo la envidiaban por que ella salía con el gran jugador de Quidditch, Víctor Krum. Pero para Hermione eso no era importante, él era su amigo y merecía algo de atención.
Cuando sus pies tocaron el suelo del ministerio de magia, una ola de sensaciones la invadió. Sentía la rutina y el trabajo cada vez más pesados sobre sus hombros, pero tomó una ligera bocanada de aire y se dispuso a hacer lo que siempre hacía: sentarse tras su escritorio, escribir para otros departamentos e irritarse cada vez que algo no le salía bien. Úrsula estaba ordenando unos papeles en su escritorio y levantó la mirada cuando Hermione entró.
-Buenos días, Herm... ¿estás con ganas de trabajar hoy? - preguntó Úrsula con voz divertida.
-Buenos días, Úrsula, ¿a qué te refieres con lo de "ganas de trabajar?" - preguntó Hermione pesadamente.
-A esto... - dijo Úrsula, señalando un montón de papeles sobre el escritorio de Hermione.- Los mandó el departamento de "Cooperación mágica internacional", dicen que debes revisarlos, firmarlos y luego mandarlos de nuevo hasta allá, para que los manden a Francia.
-__ ¿Y tengo que hacerlos yo? - preguntó Hermione cansinamente.
-Pues sí, no te queda de otra, para eso eres una de las jefas de este departamento - respondió Úrsula dejándole los papeles a Hermione y disponiéndose a irse.
-Hmmm... bueno, entonces... como jefa de este departamento te ordeno que me ayudes con el trabajo - dijo Hermione en tono triunfal.- De la buena impresión que me des depende tu trabajo.
-¬¬ eso no me agrada. Chantajista.- exclamó Úrsula. Dándose vuelta, suspiró.- Recuerda que sólo lo haré porque eres mi amiga.
-Qué bien amiga mía, tú empiezas con ese montón y yo con este otro.- dijo Hermione dividiendo el turrón de papeles por la mitad.
Comenzaron la revisión de los documentos, pero Úrsula no pudo reprimir su curiosidad en cuanto a lo que le pasaba a Hermione. Con pequeños rodeos, la amiga de Hermi pudo sacarle algunas verdades.
-Entonces, ¿te pasa algo con Víctor? - preguntó Úrsula, curiosa.
-O sea... si, pero... no, o sea... ¡Ay, Úrsula! ¿Por qué haces preguntas tan complicadas? - exclamó Hermione.
-No exageres, si sólo basta con que me digas que sí o que no.- dijo Úrsula.- Yo ya te habría respondido... por que Víctor es tan guapo, tan caballero, tan... hombre. Pero no es mi tipo.
-Hmmm... quien te entiende.- dijo Hermione.- Y no creas que es fácil. Ya sé que Víctor es todo lo que dices, pero no sé, creo que aún no me enamoro de él.
-Pero no te va a costar nada, por que él está loquito por ti -dijo Úrsula con una sonrisa pícara.- ¿Qué filtro amoroso le diste?
-¡Ninguna!, ¿Qué crees que soy? - reclamó Hermione.- no le he dado nada, sólo... sólo, desde que lo conocí que ha querido acercarse a mí, pero creo que yo no lo he dejado.
-Porque sigues enamorada de Ron, ¿verdad? - preguntó Úrsula.
-Pues... sí. A ti no te puedo mentir.- dijo Hermione algo colorada.- Pero él quizás nunca vuelva.
-Hmmm... puede ser. Por eso no debes quedarte abajo del tren. - dijo Úrsula.
-¡Oye! Si no estoy tan vieja, tengo apenas veinte años - exclamó Hermione.
-Pero si sigues así, te quedarás sola para siempre. Ya tienes el primer requisito de una solterona: vives sola en tu casa acompañada sólo de tu gato. - concluyó Úrsula.
Una lechuza cruzó el umbral de la ventana de la oficina de Hermione y fue a dar contra el escritorio estrellándose estrepitosamente. La pobre ya no estaba como en sus viejos tiempos y se parecía mucho a la vieja lechuza de Ron, Errol.
-¡Hedwig! - dijo Hermione al tiempo que recogía a la pobre lechuza de su escritorio. Tomó la nota de su pata y leyó en voz baja. - Es de Harry, dice que han pasado a Draco a una sala de menos cuidados. Sigue inconsciente, pero sus heridas han mejorado.
-¿Harry? ¿Quién es ese? - preguntó Úrsula con interés.
-¿No te había hablado de Harry? ¡Qué extraño! - dijo Hermione.- Bueno, Harry es el médico de Draco, y un ex compañero de colegio. ¿Me acompañas al hospital?
-Pero ¿y los documentos...? - preguntó Úrsula.
-Los terminamos después, ahora hay que ir a ver a Draco.- sentenció Hermione tomando del brazo a su amiga y caminando con ella en dirección al hospital San Mungo.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*
Llegaron al hospital media hora después, entre azoradas y cansadas. Preguntaron en recepción a donde habían trasladado a Draco y la mujer les respondió que estaba en el mismo piso, pero en el pabellón C. Subieron hasta el cuarto piso y entraron en el pabellón señalado. Ginny se hallaba ahí, pendiente de Malfoy, mientras Neville Longbottom lo contemplaba desde el otro extremo.
-¡Hermione! ¿Cuánto has cambiado? ¡Estás cada día más bella! - exclamó un sorprendido Neville.
-No trates de halagarme Longbottom, qué he oído mucho sobre lo picaflor que has estado últimamente.- declaró Hermione entre tajante y divertida.
-No escuches todo lo que te dicen, Hermione, que a veces son sólo chismes.- dijo Neville guiñándole un ojo. Cuando se dio cuenta de la presencia de Úrsula, se acercó hasta ella y se presentó- Neville Longbottom para servirte, bella dama.
-Déjate de monerías - le dijo Ginny algo divertida.- no molestes a Úrsula con tus palabritas de día domingo. ¿Qué le pasó al Neville que conocí en Hogwarts y que era más tímido que un ratón?
-Hay que dejar el pasado atrás, Virginia Weasley - respondió Neville caminando en dirección contraria a Úrsula.- Aquél Neville está muerto y enterrado, y hoy sólo vive este nuevo Neville que está dispuesto a ayudar a cualquier damisela en problemas.
-¿De nuevo tratando de conquistar a alguna chica, Longbottom? - preguntó Harry en cuanto entró en el pabellón.
Úrsula miró al chico que entraba en ese instante y quedó embobada. O sea, si ese no era amor a primera vista, no sé qué podría ser. Venía vestido con unos pantalones negros de tela y una camisa azul oscuro algo ceñida a su torso. La túnica blanca que ocupaba como uniforme le hacía verse aún más guapo. Lo que más le agradó a Úrsula de Harry, fueron aquellos ojos esmeraldas que relucían con los brillos del sol que entraban por la ventana.
-Harry, recibí tu lechuza y me vine en cuanto leí el mensaje. - dijo Hermione al momento de saludar a Harry con un beso en la mejilla.- Es bueno saber que Draco se está recuperando.
-Sí, eso me tiene más contento. Ahora lo único que falta es que abra los ojos y pregunte en donde lo han metido... - dijo Harry riendo levemente.- Aunque creo que con los cuidados de Ginny eso ocurrirá muy pronto.
-Se nota que Ginny aprecia mucho a Draco - agregó Hermione mirando a la pelirroja.- ¿Cuánto tiempo llevas aquí?
-He venido todos los días a ver a Draco - respondió Ginny. - Todavía tengo fe en que se va a recuperar y quiero estar aquí el día en que despierte.
-¡Pero vas a dejar tirados a tus pobres alumnos! - exclamó Hermione.
-Eso no es problema, ya hablé con Dumbledore y ha contratado a Parvati para que me reemplace por este tiempo - dijo Ginny.
-Ya veo - dijo Hermione algo pensativa. Luego, como reaccionando de repente, le habló a Harry nuevamente- No te he presentado a mi amiga Harry... Ella es Úrsula Broderik, mi amiga y compañera de trabajo. Úrsula, él es Harry Potter, mi amigo y médico de Draco...
-Hola Úrsula - dijo Harry amablemente tendiéndole la mano.- Mucho gusto en conocerte...
-Hola... yo, también... mucho gusto.- dijo Úrsula mientras se le atropellaban las palabras en su lengua.
-Es algo tímida al principio, pero después no hay quién le pare la lengua - dijo Hermione con una gran sonrisa en la cara.
-¬¬... no me ayudes tanto, amiga - dijo Úrsula algo molesta.
-De nada, cuando quieras ^.^ - rió Hermione.
-Bueno, será mejor que dejen a Draco tranquilo por el momento, por que le van a hacer unos exámenes y tiene que estar completamente solo - sentenció Harry.
-Ok, si la autoridad así lo dispone -dijo Neville. - Chicas, las invito a tomar un café...
-Hmmm... está bien, pero te arrepentirás luego - le dijo Ginny.
-¿Por qué? - preguntó Neville curioso.
-Por que estoy que me muero de hambre... y ¡soy capaz de comerme un hipogrifo!.- dijo Ginny causando la risa de todos, menos del pobre de Neville, que comenzó a contar sus galeones en el bolsillo.
Salieron de la habitación dejando a Harry al cuidado de Draco. En las escaleras se toparon con un joven de cabellos oscuros y cejas pobladas, que los saludó amablemente.
-Hola chicos... - les dijo Krum.- ¿Les puedo robarr un rrato a Her-mio-ne?
-Claro, claro... anda con Hermione - le respondió Úrsula divertida.- Nosotras vamos a comer con este galán.
-Voy a ser la envidia de todos los hombres - respondió Neville con aire triunfal.- Con dos chicas guapas del brazo.
-Ok, entonces nos vemos después.- se despidió Hermione. Las chicas le dirigieron una sonrisita pícara que la hizo sonrojar. Krum, en su caballerosidad, le cedió su brazo a Hermione y la condujo a la salida. Divertida por las galanterías de su amigo, quiso saber a donde la llevaba.
-Pues, es una sorrprresa... perro sé que te encantarrá.- le respondió Krum.
Como Víctor no tenía auto, decidieron viajar en el de Hermione. El Mazda 323, conducido por el chico, recorrió a toda velocidad las calles de Londres. Se dirigieron hasta un restaurante francés llamado "le petit bouché" y fueron recibidos por un mozo bastante fruncido.
-Pog aquí mademoiselle Granger... señog, su mesa está pog aquí - les dijo el fruncido mozo.
-¿Restaurante francés? - preguntó Hermione. Se estaba poniendo nerviosa, algo importante pasaría ese día.
-Parra ti siemprre tendré lo mejorr... - le dijo Krum con una gran sonrisa.
La ayudó a sentarse en la silla y se puso enfrente de ella para ordenar lo que había en la carta. Hermione estaba algo ansiosa. No hallaba donde dejar las manos en paz y se preguntó si aquel momento sería el más largo de su vida. Quizás se estaba imaginando más de la cuenta, pero todas las atenciones de Krum tenían que ser por algo. Él no dejaba de mirarla fijamente, lo que hacía sonrojar aún más a Hermione. Sirvieron los platos en la mesa y empezaron a comer en completo silencio, como preparando la ocasión para algo definitivo. La chica comía lento, por si Krum le hablaba después de terminar, pero
-Her... yo, esto es muy difícil... perro tengo que decírrtelo antes de que sea demasiado tarrde... - comenzó Krum.
-¿De qué se trata? - preguntó Hermione haciéndose la desentendida. Aunque la verdad es que ya sospechaba algo.
-Pues, tú sabes que desde que te conocí... - Víctor no hallaba las palabras para continuar, pero se armó del valor suficiente.- ...desde que te conocí que no he tenido ojos parra otrra mujerr, ya sabes...
-¡Eres un mentiroso! ¿Cómo no vas a tener ojos para otra mujer, si hay tantas? - exclamó Hermione, muerta de nervios.
-Es en serrio, Her-mio-ne... yo... yo estoy enamorrado de ti - declaró Víctor, aunque con un nudo en el estómago.- Y querría saberr si yo soy tan imporrtante parra ti, como tú lo erres parra mí...
La pregunta de Krum descolocó totalmente a Hermione. "Estoy enamorado de ti", "Enamorado", "Enamorado de ti"... todas las frases que Víctor había dicho hace poco se le agolpaban en la cabeza y no sabía como reaccionar. Comenzó a balbucear vocales y a hacer barquitos de papel con las servilletas. Krum esperaba pacientemente, con la vista agachada...
-Yo... tú... o sea, claro que eres importante para mí - respondió Hermione apresuradamente. ¿Porqué ahora tenía que declarársele?.- Pero...
-¿No me quierres verrdad? - preguntó Krum volviendo a mirarla.
-No, no es eso... yo si te quiero - Hermione sentía como la sangre se le iba a las mejillas y se ponía cada vez más colorada.- Es sólo que... esto me toma de sorpresa.
-Her-mio-ne - dijo Krum lentamente.- Sólo te pido una oporrtunidad... una oporrtunidad de querrerte como tú te lo merreces, Her...
-Es que... yo...
-Piénsalo - le pidió Krum en tono suplicante.- Perro no demorres demasiado... he esperrado más de seis años por esta respuesta... prregúntale a tu corrazón, él sabrá decirrte lo mejor.
Hermione se había quedado petrificada. El resto de la comida casi no habló, excepto por algunos monosílabos y cuando pasó a dejar a Víctor a su casa, sólo se despidió con una sonrisa nerviosa. ¿Qué hacer? ¿Por qué Víctor la ponía en una encrucijada? Sabía lo que su corazón le diría: "Amas a Ron, Hermione Granger". Pero Ron quizás jamás regresaría y como le había dicho Úrsula, ya tenía la primera condición para quedarse solterona; su gato Crookshanks. Llegó a su casa como a las tres de la tarde y se lanzó en el sofá de su living, con la declaración de Krum aún dándole vueltas en su cabeza. Es cierto que su amigo era guapo, caballero y amable, pero el problema era que no lo amaba como amaba a Ron... lo quería, sí... pero querer dista mucho de amar. Si tan sólo el pelirrojo estuviera a su lado, para aclararle los sentimientos...
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-¡Levántate flojo, tienes una visita! - le dijo Charlie tirándole una almohada en la cabeza.
-¡Auch! ¿Qué hora es? - preguntó Ron soñoliento.
-Las diez... y tienes una visita - agregó Charlie.
-¿Visita? - el pelirrojo aún no abandonaba los brazos de Morfeo.
-Es Sophie... - dijo Charlie con una sonrisa pícara. - La has dejado flechada, eh?
-¿Sophie? ... ¿Qué Sophie? - preguntó Ron con sueño aún en su voz.
-La borrachera te hace mal, hermano... ahora ni siquiera recuerdas a Sophie - declaró Charlie.
-Sophie... claro que la recuerdo - dijo Ron sentándose en la cama, con el rostro adormilado y el cabello revuelto.- ¿Qué quiere?
-No sé, pero ha venido muy arreglada y perfumada - dijo Charlie divertido.- Creo que te quiere a ti...
-¡No digas bobadas! - exclamó Ron aventándole un cojín y poniéndose de pie.
Vestido sólo con los pantalones de franela que usaba para dormir en invierno y el torso desnudo, Ron bajó hasta el comedor de la casa que compartía con su hermano y vio a la muchacha sentada en el sofá, dándole la espalda.
-Buenos días, Sophie - dijo Ron, haciendo reaccionar a la chica.
Sophie se sonrojó de sobremanera al ver al pelirrojo casi desnudo presentándose delante de ella y sólo atinó a decir un vago "Buenas...", bajando la cabeza.
-¡Ah, ya sé! Te molesta verme semi-desnudo... - dijo Ron.
-No, no te preocupes por mí... es sólo que no estoy acostumbrada... - dijo Sophie, aún colorada. Hasta en eso se parecía a Hermione cuando se avergonzaba.
-Espera un poco, voy por una camisa... - dijo Ron, dándose media vuelta en dirección a su habitación. Su hermano Charlie había escuchado todo y se estaba partiendo de risa detrás de la puerta. Ron decidió no hacerle caso y tomó una camisa blanca que había tirada debajo de la cama. Volvió al living dos minutos después.
-Ya estoy listo... tú dirás - le dijo Ron.
-Bueno, yo quería invitarte... no sé... es que abrieron una pastelería tres calles más abajo y bueno... pues, quería que fueras conmigo - le dijo Sophie con una sonrisa nerviosa.
-Pues... me tomas de sorpresa - comenzó a decir Ron.
-Si estás ocupado, entonces...
-No, no estoy ocupado... espera, le pregunto a Charlie si no hay nada importante que hacer y te acompaño. - dijo Ron algo colorado.
-No, nada importante hermanito - exclamó Charlie, saliendo de la habitación de Ron.- Puedes llevar a la chica donde quieras... ¡Pero pórtate bien!
-¬¬... "Gracias, hermanito" - dijo Ron en tono fingido. Se volvió hacia Sophie y le dijo: - me cambio y vamos ¿sí?
-Esta bien - aceptó la chica.
Ron cambió su pijama de franela por unos de algodón color negro, más la camisa blanca que llevaba puesta y un abrigo de cuero natural y salió con Sophie en dirección a la nueva pastelería que la chica le había propuesto conocer. Efectivamente habían abierto un nuevo local de reprostrería y dulces, más grande de lo que Ron se hubiera imaginado y la pareja se sentó en una de las mesas que habían puesto afuera, para que la gente pudiera comer más relajada y al aire libre. Ron no dejaba de contemplar a Sophie. Se parecía tanto a Hermione; aquel día llevaba su alborotado cabello castaño tomado en una alta coleta y un abrigo negro que cubría lo que Ron divisó como un jumper de color rojo encima de una chomba de cuello alto color crema. Reía sin parar cada vez que Ron le contaba algún chiste o alguna anécdota de colegial y ella también le hablaba de su trabajo o de su vida, disfrutando los dos de un delicioso pastel de selva negra con cerezas (N/A: ¡AY, ya me dio hambre!)
-Ja, ja, ja... ay, me están doliendo las mejillas - decía Sophie entre risas. - Eres muy gracioso Ron.
-Gracias, alguna vez quise ser payaso... - dijo Ron.- Pero mis hermanos gemelos me ganaron.
-¿Tienes una familia muy grande? - preguntó Sophie.
-¡Enorme! Mis padres, Arthur y Molly y mis hermanos Bill, Charlie (que ya conoces), Percy, Fred, George y mi hermanita Ginny... Hace mucho que no los veo, sobre todo a Ginny, que debe de estar toda una mujer... aunque tiene diecinueve me resisto a creer que ha crecido.- declaró Ron.
-Bueno, yo soy hija única... - dijo Sophie con un dejo de tristeza.- Mi hermana Michelle murió antes de nacer y luego vine yo... pero también estuve a punto de morir...
Hasta en eso se parecía a Hermione, pero Ron no sabía si alguna vez tuvo hermana que se le hubiera muerto.
-Es muy agradable estar contigo, Ron... - le dijo Sophie en tono dulce. - Eres muy lindo conmigo.
-Tú también eres muy linda... o sea, linda conmigo.- decía Ron rápidamente, mientras se sonrojaba notoriamente y Sophie no podía ocultar una mágica sonrisa.- Y también eres hermosa ¿sabes?
Ron no podía creer lo que acababa de decir. ¿Se le estaba declarando? ¿Él... Ronald Weasley, el tipo más vergonzoso del mundo? Bueno, parece que la timidez había quedado atrás por este día.
-Gracias por el cumplido... - le dijo Sophie totalmente sonrojada. Luego vio que Ron comenzaba a reírse graciosamente al mirarla.- ¿Qué te pasa? ¿Te estás riendo de mí?
-Sí... o sea, no de ti - dijo Ron al ver que la expresión de Sophie pasaba de la alegría al enojo.- Es que tienes crema del pastel en tu nariz...
-Ah... eso ¿dónde tengo? - preguntó Sophie, ingenuamente.
-Aquí - le dijo Ron señalándole con el dedo - Yo te la quito si quieres...
Se acercó hasta ella y le quitó un poco de crema con su dedo, pero un instinto muy superior a él le decía que debía acercarse más. Sin pensarlo dos veces posó sus labios en la nariz de Sophie y quitó el resto de crema. La chica sintió el temblor de Ron al tomar sus manos y subió su barbilla, para que sus labios quedaran a la altura de los del pelirrojo. Fue un instante de placer que Ron ya no recordaba, se imaginaba que estaba con Hermione, besándola en el cielo y sintiendo sus suaves manos entre las suyas. Acarició su mejilla y profundizó más aquel beso. Pero la realidad le cayó como un enorme saco de papas en la cabeza.
-Yo... no quise... lo siento - Ron le dijo muy nervioso.
-No pasa nada... yo... tú, me gustas mucho - declaró Sophie.- Gracias por ese beso.
-Tú también me gustas... - le dijo Ron finalmente.
¿Pero le gustaba ella o sólo el recuerdo de Hermione? Mientras más la contemplaba, más se acordaba de la mujer que le robó los pensamientos durante más de seis años y quizás jamás volvería a ver. Ahora su lugar lo ocupaba Sophie y no le iba a decir que no a esta nueva oportunidad de amar.
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Ya... terminé ¡¡Me van a asesinar!! Je, je, je, je... Pero todo tiene final feliz, don't worry.
Ahora sólo me queda esperar los resultados de las postulaciones a la Universidad y ver si quedo en la U. De Chile... ¡Deséenme suerte! Bueno, paso a responder los reviews:
Lil Granger: Sé que no te gusta lo de Hermi y Krum y lo de Ron y Sophie, pero estoy haciendo este menjurje de parejas para que se vuelva más entretenida la cosa... ¡No desesperéis! La pareja del año ya viene... Bueno, de Tolkien he leído la trilogía completa del Señor de los Anillos, más el Hobbit y algo del Silmarillion, aunque no completo, por que es algo latero y enredado... (recuerda que lo terminó su hijo, Christopher) y de García Marquez he leído tres obras: "Cien años de soledad" (La mejor de todas), "Crónica de una muerte anunciada", y "Del amor y otros demonios"... (la que me dejó llorando como por una semana... no, nunca tanto) Good, (para no volver a escribir "bueno") les termino de escribir más sobre Ron y Hermi en el próximo capítulo.
Merodeadora_Chii: Hola, hola merodeadora... que bueno que te haya gustado el capi, jejeje... Sip, por eso es que Draco odia tanto a Voldi... ¡maldito idiota! Bueno, pero igual Lucius se merecía que lo mataran. Espero que te guste este capi, aunque sé que me van a estrangular... jejeje, ¡¡¡Auxilio, no puedo desarmar el enredo que hice!!! No importa, para eso está mi hermano y ustedes... saludillos, Tanina Potter.
