Capítulo 12: MAGIA NEGRA.
-Buenos días, Ginny... Draco, ¿cómo vas? - saludó Harry al entrar en la habitación del rubio.
-Bien... - asintió Malfoy, aunque con una vaga sonrisa.
-Hola Harry - dijo Ginny acercándose al chico de cabellos azabaches y besándolo en la mejilla.- ¿Vienes a revisar a Draco?
-Sí, tengo que llevármelo al tercer piso, le haremos un examen a su cabeza - respondió Harry.
-Yo... no estoy... loco... - dijo Draco con cierta dificultad.
-No se trata de eso, Malfoy, pero es necesario revisarte por si tienes alguna lesión interna - lo tranquilizó Harry. - en unos momentos más vienen otros curanderos para llevarte. Por mientras vuelvo a la recepción... tengo cosas que hacer.
Harry salió de la habitación. Ginny se quedó junto al rubio mirándolo con alegría. No podía creer que Draco hubiera salido del coma tan rápidamente y no hubiera quedado mal. De pronto, el rubio tomó la mano de Ginny y la acarició con uno de sus dedos.
-No... me dejes... solo, Ginny... - le pidió.
-¿De qué hablas? Yo jamás te dejaría, eres mi amigo - le respondió Ginny con tranquilidad.
-Sí, lo sé... pero... yo quiero dejar... de ser... tu amigo... - le dijo Draco con una sonrisa verdadera.
Ginny se sorprendió ante las palabras de Draco. ¿Qué quería decir? Tendría que quedarse con la duda, por el momento, por que los curanderos que Harry mandó habían llegado para llevarse al rubio al tercer piso. Ginny bajó con él, hasta donde se lo permitieron. Luego se quedó pensando... ¿le habría afectado a Draco el estar tres semanas en coma?
Vio que una chica menuda se acercaba por el pasillo hacia ella. Su larga trenza caía sobre su pecho y el traje que usaba ese día parecía sacado de un cuento de hadas. Lleno de gasas y transparencias, la blusa dejaba poco a la imaginación, ocultada por un sostén strapless de color azul. La falda, larga hasta los tobillos, tenía una parte oscura hasta antes de las rodillas y luego, sólo transparencias y tules terminaban la presentación. (Adivinen de qué color era el vestido... ¡Bravo! Era azul)
-¡Guau, qué buena moza vienes hoy al hospital, Úrsula! - exclamó Ginny.- pero ¿no crees que este es un lugar un poco público como para mostrar tanto?
-¡No seas exagerada! ¿Te gusta mi traje? Me lo hice yo, con mis propias manos... - declaró Úrsula.- además, siempre hay que andar bien vestida.
-Hmmm... ya. Hermione me ha contado algunas cosillas, y no te creo eso de que hay que andar bien vestida.- dijo Ginny con ojos picarones.
-¿Te contó? ¬¬ ¡Malvada! - exclamó Úrsula.- Pero tú... Shshsh... muere pollo.
-¿Qué muera qué?
-pollo... ¡Qué te quedes callada! - dijo Úrsula llevándose un dedo a la boca.- ¿Me harás ese favor?
-Sí, don't worry... - dijo Ginny guiñándole un ojo a su amiga.
-Y, a propósito de Hermione... ¿por qué le mostraste esa carta? - preguntó Úrsula con seriedad.
-¡Ah! veo que los chismes corren rápido... - señaló Ginny.- Pensé que era lo mejor, a pesar de que Ron es mi hermano, Hermi es mi amiga...
-Sí, está bien, pero ahora a la loca de Hermione le dio con que quiere irse con Víctor a Bulgaria.- apuntó Úrsula.
-¡QUÉ! ¡No puede ser! - exclamó la pelirroja.
-¡Sí, puede ser! O sea, yo estoy de acuerdo en que no puede esperar a tu hermano toda la vida, y que tiene disfrutar de todo a concho... pero es que, ¡se nos va! - argumentó Úrsula.- y no me quiero quedar sin amiga.
-¿Quién se va a quedar sin amiga? - preguntó Harry acercándose a las chicas.
-¡Harry! - exclamó Úrsula. - ¡No me asustes! ¿Cómo estás?
-Bien... ¿de qué hablaban? - volvió a preguntar.
-De Hermione. - contestó Ginny.- se va...
-¿Y a dónde? - preguntó Harry con inquietud.
-A Bulgaria... se va con Krum. - respondió la pelirroja.
-Hmmm... voy a tener que hablar con ella... no puede tomar una decisión tan precipitada... - argumentó Harry.- lleva menos de un mes con Krum.
-Un mes exacto - corrigió Úrsula.- Hoy están de aniversario.
-¡Ups! ¡Cómo pasa el tiempo! - declaró Harry.- Bueno, esperen aquí. Iré a ver como sigue Draco.
Y se metió en la habitación del tercer piso. Ginny y Úrsula volvieron a quedarse solas. Hubo un largo suspiro de parte de la chica de la trenza.
-¡Guau, te tiene loca! - exclamó Ginny riéndose de su amiga.
-Shshsh... no lo digas en voz alta, pero ¡¡SSSSiiiiiiiii!! Me muero por él... -afirmó Úrsula.
-¿Por quién te mueres? - Harry volvió a salir de la habitación. Úrsula, completamente roja, no sabía dónde meterse.
-¡Harry! Eeehh... por nadie, por nadie... - declaró Úrsula mientras Ginny se partía de risa.
-Bueno... Ginny, Draco quiere verte, puedes pasar - dijo Harry. Luego se volvió hacia Úrsula y le dijo: - Te apuesto a que te mueres por una tarta de chocolate... ¿quieres una?
-Eeehh... ¿yo? - Ginny, por la espalda de Harry le levantaba los pulgares y le sonreía enormemente para que ésta accediera.- Bueno, te acepto un pedazo de tarta.
-Bien, acompáñame a la cafetería - pidió Harry.
Muerta de nervios, Úrsula acompañó al medimago hasta la cafetería del quinto piso. Ese día Harry se veía tan guapo, según Úrsula, que la chica no le quitaba los ojos de encima. Debajo de la túnica blanca llevaba puestos unos vaqueros azules y una camisa blanca, apegada a su torso, adornada con caracteres japoneses en vertical. Se sentaron en una mesa junto a la ventana y pidieron dos tartas de chocolate y cerezas, que rebosaban en crema chantilly. (N/A: estos fics siempre me dan hambre ^^U)
-Dime, ¿cómo es eso que Hermione va a irse con Krum a Bulgaria? - preguntó Harry mientras comía de su tarta.
-No sé... lo que pasa es que Ginny recibió una carta de su hermano Charlie.- Úrsula comió un poco de su pastel y continuó.- en la que decía que Ron estaba saliendo con una chica... y bueno, que Hermi cree que Ron la ha olvidado... además Krum le ha propuesto formalizar...
-Hmmm... pero Krum si que está apurado - dijo Harry riendo ante el comentario.- Creo que la está presionando demasiado.
-Sí, lo sé... pero Hermione es cabeza dura y no entiende que a pesar de estar de novia con Víctor no tiene por qué irse hasta Bulgaria... - apuntó Úrsula.- Podría perfectamente esperarlo...
-Pero eso es justamente lo que no quiere Krum, que Hermione se quede sola aquí - dijo Harry.- Como sabe que la chica aún no está completamente enamorada de él, se siente inseguro.
-Sí, tienes razón. - afirmó Úrsula.
Harry la quedó mirando por un rato y notó que ella evitaba sus ojos. Comía tarta y miraba por la ventana, pero jamás lo miraba a él... o eso pensaba.
-Has venido muy linda hoy - dijo Harry, lo que provocó que Úrsula casi se atragantara.
-Gra... gracias - dijo poniéndose muy colorada. - tú también estás muy guapo.
-Gracias por el halago - dijo Harry sonriéndole.- ¿Venías de alguna fiesta?
-¿Por qué lo dices?- preguntó Úrsula.
-Por el traje...
-¡Ah, eso!... no, casi siempre ando vestida así, con transparencias o gasas, ¿no te habías dado cuenta? - preguntó la chica riendo con dulzura.
-No, la verdad no - rió Harry.- Discúlpame.
De pronto, el chico de cabellos azabaches sintió como posaban una mano en su hombro. Una mano delgada y suave, seguramente era de mujer. Volteó para ver quien era y no pudo más que sentir fastidio. Plantada tras él, con un moño alto que acentuaba más sus rasgos extranjeros, se hallaba Cho Chang. Úrsula la miró de pies a cabeza y comprendió al instante de quien se trataba. Se sentía algo insegura de lo que pasaría a continuación; tenía un mal presentimiento, como una espina que le atravesaba el pecho.
-Veo que no pierdes el tiempo, Harry - saludó Cho Chang.- ¿Esta es tu nueva manera de alejarme de ti?
-Lo que haga o deje de hacer con mi vida privada no tiene por qué importarte - respondió Harry ásperamente.- Te dije que no volvieras aquí a pedir lástima.
-No te enredes demasiado con él - le plantó a Úrsula.- Todavía tiene alguien pendiente de sus movimientos... yo no dejo tan fácilmente lo que me interesa.
-¡Sal de aquí, Cho! - Harry la tomó del brazo y la quitó de encima.- No digas sandeces... no tienes por qué molestar a Úrsula.
-¡Úrsula, así se llama! - exclamó Cho con ironía.- ¡Si hasta el nombre me dice que eres poquita cosa! ¿Ahora te conformas con cualquier muchacha, Harry?
Úrsula se puso de pie, indignada y sin darle tiempo de reaccionar, le dio una fuerte cachetada a la mujer. Estaba ardiendo de furia. "¿Qué se cree esta... esta... pérdida?" pensó Úrsula. No podía creer lo descarada que podía llegar a ser una mujer como ella, era insólito.
-¡Mira, "señorita decencia"! - le gritó Úrsula casi cayéndole encima.- Ni siquiera me conoces, ni siquiera me has preguntado si tengo algo que ver con Harry y esto no tiene nada que ver con mi nombre, que bastante orgullosa que estoy de él. ¿Con qué cara te presentas con Harry cuando lo único que hiciste fue humillarlo como un tonto? No te permito que me insultes, ni a mí ni a Harry. ¿Entendiste, idiota?
A esas alturas, todo el mundo en la cafetería se había dado cuenta del escándalo y estaban muy pendientes de lo que fuera a pasar. Harry, enfurecido, trató de sacar a Cho de un brazo, pero la chica se le resistía.
-¡Suéltame, Harry! - gritaba mientras intentaba zafarse del chico.- Veo que te fueron con el cuento... pero ni te creas que me voy a quedar tan tranquila. Lo que alguna vez fue mío, volverá a mis manos, ¿escuchaste?
Y salió como alma que se la lleva el diablo. Úrsula se sentó en su silla, callada, enrabiada y con los ojos colmados de lágrimas. ¿Por qué era tan difícil enamorarse de alguien? ¿Había hecho mal en fijarse en Harry? Por su parte, Potter no sabía como responder ante esa situación. Estaba realmente avergonzado y deseaba con toda el alma que Úrsula no hubiera sido afectada por su pasado. Pagó la cuenta de las tartas a medio comer y le ofreció su mano para llevársela de aquel lugar. La condujo hasta su despacho y le preparó, con un leve movimiento de su varita, un jugo de frutas muy azucarado, para que se le pasara la pena.
-Siento lo que ha pasado - le dijo Harry, sentándose a su lado y tendiéndole el vaso de jugo.- Creo que fue mala idea involucrarte en mis problemas. ¿Te sientes mejor?
-Sí, gracias... - dijo Úrsula mientras bebía algo del jugo.- Creo que esto me ha pasado por ser tan curiosa. Harry, ¿en serio te enamoraste de ella?
-Como un idiota. - respondió Harry, sonriendo.- Pero ya ves, las apariencias engañan y su apariencia de niña buena me humilló como tu dijiste, como un tonto.
-Siento haber dicho eso, pero estaba furiosa...
-No te preocupes, es la verdad.- dijo Harry asintiendo.- Gracias a ella, mi corazón se ha cerrado...
-Pues eso es mala idea, no todas somos descaradas como ella... algunas te queremos más... - Úrsula dijo esto último con algo de arrepentimiento después de decirlo.
-¿A qué te refieres? - preguntó Harry extrañado.
-Eeehh... a nada, a nada... - dijo Úrsula sin poder ocultar su turbación.
-No te creo... ¿acaso te refieres a ti? - preguntó Harry.
Oh no, qué situación más incómoda. ¿Se habría dado cuenta Harry de lo que Úrsula quería decir? De nuevo había metido la pata. No podía decirle a Harry, así como así, lo que sentía por él. Seguramente él la rechazaría. Su corazón no estaba preparado o ¿quizás no se había dado cuenta de que el amor estaba tocando su puerta hace rato y él no quería verlo? Una lechuza la salvó de aquella escena. Necesitaban a Harry en el piso de lesiones mágicas.
-¿Vas a volver con Ginny? - preguntó Harry mirando a Úrsula.
-Eeehh... creo que sí - respondió Úrsula inmediatamente.
Se dispuso a abrir la puerta de la oficina, pero fue interceptada por Harry, que la tomó del brazo.
-De nuevo te pido disculpas - le dijo en tono amable.- No quiero que sufras por problemas ajenos. Eres una chica muy linda y alegre y no sería justo que te apagaras por mí.
Sin previo aviso, la atrajo hacia sí y la rodeó con sus brazos. Sus varoniles brazos, y quedó hundida en su pecho impregnado de aroma a loción. Pidió con todas sus fuerzas que ese momento no se terminara jamás y que las mejillas de su cara no delataran aquel deseo. Harry le acariciaba la cabeza tiernamente y le daba las gracias al tiempo que volvía a pedirle disculpas por lo ocurrido. Úrsula no sabía cómo reaccionar, tenía los brazos tiesos, separados por unos centímetros del torso de Harry y no estaba segura si debía moverlos de tal manera de que abrazaran su espalda. Sentía su corazón latir a mil por hora, las piernas le tiritaban y creía que de un momento a otro se volvería mantequilla y se derretiría en los brazos del chico. Harry de pronto alzó su barbilla y vio con sorpresa que unas gotas de pena rodaban por las mejillas rosadas de la chica. Sonrió ante ello, una sonrisa asquerosamente bella y limpió las lágrimas con uno de sus dedos. Los verdes ojos de Úrsula habían intensificado su color y una sonrisa nerviosa se había dibujado en la parte inferior de su rostro.
-Te ves aún más preciosa cuando lloras - le dijo Harry sonriéndole todavía.
Como una manera de recompensarle todo lo que había llorado, Harry posó dulcemente sus labios en la frente de Úrsula. Fue como un instante eterno, en donde los segundos no existían y el tiempo había sido cortado de una tajada. Como si poco importara el pasado, Harry llevó sus labios hasta los humedecidos ojos de Úrsula y volvió a posarlos con suavidad. Estaba sintiéndose extraño, como si deseara que el beso se prolongara más abajo, pero un sentimiento superior se lo impedía, algo le decía que volver a enamorarse sería nefasto, pero su cuerpo no respondía de sí y como si nada de lo que lo atormentaba hubiera salido en ese instante, besó a Úrsula en los labios. Una descarga eléctrica recorrió su cuerpo y volvió a sentirse como un adolescente inexperto. Deseaba con todo su ser que aquel beso borrara todos los rencores del pasado, que deshiciera las pesadillas que lo atormentaban día y noche. Las lágrimas de Úrsula empaparon también su rostro y él sintió como si lavaran las heridas de su corazón. Lentamente, fue despegando sus labios hasta dejar sólo el rumor de ellos y volvió a posarlos sobre la frente de la chica, como finalizando el acto.
-Gracias de nuevo - le dijo con una sonrisa.- Te veo mañana.
Y se despidió de ella, cerrando la puerta del despacho y dirigiéndose presuroso hacia el lugar donde lo habían solicitado. Úrsula por su parte, se hallaba más arriba de las nubes, sintiendo que despertaría en cualquier momento y que todo sería un sueño. Caminó lentamente por el pasillo, recordando el suave contacto de los labios de Harry en los suyos, recordando el dulce sabor de su boca y recordando las sensaciones que aquello le había producido en su cuerpo.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*
La mañana en el ministerio había comenzado agitada y agotadora. Tanto subir y bajar, escribir informes para otros departamentos y hablar con miles de personas no le daba tiempo de pensar en lo ocurrido. No había podido conciliar el sueño en gran parte de la noche y sus ojos se hallaban hinchados y soñolientos. Tenía que redactar un acta para el departamento de misterios, pero realmente no sabía como empezar, porque era tan misterioso que no le habían dicho de qué se trataba. Pero le costaba comenzar, sus pensamientos no estaban concentrados en el papel ni en el informe, estaban más lejos. Aquel beso la había descolocado; le agradaba pero a la vez sentía mucho miedo por lo que pudiera pasar. No estaba segura de los sentimientos de Harry. Quizás la había besado por un instinto desconocido que no tenía nada que ver con el amor; o sólo la había besado para consolarla. Unos leves pasos se sintieron detrás de su puerta antes de tocar. Un elfo doméstico entró hasta su escritorio con una pequeña mochilita de tela en su espalda.
-Disculpe, señorita, ¿es usted Úrsula Broderik? - preguntó con su voz chillona.
-Sí, soy yo - asintió Úrsula.- ¿Trae algo para mí?
-Sí, señorita - dijo el elfo, sacando de su mochila un paquete envuelto en papel de regalo.- Me pidieron que se lo entregara de inmediato.
Úrsula recibió el paquete y comprobó que no traía remitente. Se extrañó mucho.
-Dígame, ¿quién se lo entregó? - le preguntó al elfo.
-La señorita Matilda, a ella se lo dejaron en recepción.
Sin hacer más preguntas, pagó los honorarios del elfo y se sentó en su escritorio, mientras la criatura salía de la oficina. Dudó un momento ante el paquete. Sólo decía: "Úrsula Broderik. Departamento de Uso incorrecto de artefactos muggles. Ministerio de Magia." Pero no había remitente. ¿Sería de Harry? Lo dudó. Harry no le enviaría algo sin decirle nada. Con cierto recelo, comenzó a abrir el paquete. Desató las cuerditas que lo rodeaban y las dejó a un lado. Cogió el papel por un extremo y...
-¡Úrsula!
Hermione acababa de entrar en la oficina, causándole gran sorpresa. Venía cargada de carpetas y libros, como en sus mejores años en Hogwarts y con la cara algo azorada. Úrsula dejó el paquete en la mesa y fue en su ayuda.
-¿Qué es todo esto? - preguntó la amiga de Hermione.
-El trabajo que tengo que finalizar antes de irme a Bulgaria... - respondió Hermione.
-Sigues con la idea fija en tu cabezota, ¿verdad? - preguntó Úrsula.
-Pues sí.- contestó Hermione.- No vale la pena seguir esperando a alguien que se ha olvidado de mí.
-No puedes pensar así. Aunque Ron no esté, Ginny, Harry y Draco si están - alegó Úrsula.- No los puedes dejar solos...
-Claro que no los dejo solos. - respondió Hermione.- Y a ti tampoco te dejaré sola. Prometo escribir seguido.
-¡No es lo mismo! - exclamó Úrsula haciendo un pequeño puchero.
-Ya, relájate y una pregunta.- Hermione puso picardía en sus ojos.- ¿Qué fue lo que pasó con Harry ayer?
-ô.Ô ¿¿¿Cómo supiste que ayer estuve con Harry??? - exclamó Úrsula con gran sorpresa.
-^.^ Mmmm... Cómo decía Snape... "Magia" - respondió Hermione sonriendo.- Eso quiere decir que es verdad...
-Pues... pues... sí. - respondió Úrsula.- Ayer, fui a ver a Draco... (ya, ya está bien, déjame que te explique) fui a ver a Harry, pero pasé primero a ver a Draco. Me encontré con Ginny y hablamos sobre cualquier cosa... luego nos encontramos con Harry...
-¡Y ahí te derretiste! - exclamó Hermione.
-¬¬ ¡No! Espera...
Úrsula le contó todo lo sucedido hasta ese momento, pasando por la desagradable visita de Cho Chang y lo de su rabia, hasta lo ocurrido en el escritorio de Harry.
-¿Ahora sí que te besó en los labios? - preguntó Hermione sorprendida.
-Pues... sí.- y soltó un grito de alegría, correspondido por Hermione que de inmediato abrazó a su amiga. Después de unos instantes de grititos y saltos, volvieron a la calma y Úrsula pareció algo triste.
-¿Y ahora que te pasa? ¡No me digas que Harry besa horrible! - preguntó Hermione.
-No, claro que no, no es eso... -respondió Úrsula con una leve sonrisa.- Es sólo que... no sé si quiera tener algo conmigo, después de lo que le pasó con Cho. Quizás ese beso sólo fue un "arranque de ternura".
-No pienses eso, a Harry no le dan arranques de ternura - explicó Hermione.- Además, tú no eres Cho... tú eres mucho mejor que Cho, y estoy segura de que te ganarás el corazón de Harry.
-Dios te escuche...
Siguieron hablando durante un rato. Úrsula trataba de convencer a Hermione de que no se fuera con Víctor a Bulgaria, y Hermione a la vez trataba de darle ánimos a Úrsula. Sólo le quedaba una duda a la amiga de Hermione. Aquel paquete que acababa de recibir.
-¿Quién dices que te lo trajo? - preguntó Hermione con curiosidad.
-Un elfo doméstico... me dijo que se lo habían dejado a Matilda en recepción... - respondió Úrsula.
-¡Qué extraño! - exclamó Hermione.- Pero ten cuidado, mira que si no viene con remitente, puede ser peligroso...
-¡No seas paranoica! - exclamó Úrsula.- ¿Qué pude haber de raro en un regalo?
Abrió el paquete sin más preámbulos y quedó helada. No conseguía gritar, ni articular palabras. Adentro, se hallaba un murciélago, muerto y ensangrentado, con una cinta roja atada al cuello. Era un espectáculo horrendo. Hermione, con mucho asco, tomó la cinta y leyó lo que estaba escrito en ella.
-"Úrsula Broderik" - leyó.- Amiga, esto es magia negra. Alguien desea matarte...
Úrsula se quedó paralizada, sintió que le faltaba el aire, que desfallecería en pocos minutos. Pensó en aquella posibilidad, podría morir, pero... ¿Quién sería capaz de aquello? No le había hecho mal a nadie ¿o sí?
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*
Yap!! ¡¡¡Aaaahhh!!! ¿Quién creen que será capaz de matar a Úrsula? Bueno, lo veremos en el próximo capítulo.
Y ahora... Reviews:
ginny_g4: Gracias por el review. Bueno, a mí también me gusta la pareja Harry-Ginny, pero decidí que esta vez estuvieran algo revueltos, que no fuera lo mismo de siempre. O sea, para nada le creo a Ginny (en el 5º libro) de que dejó de gustarle Harry. A uno no se le pasa el amor de un año para otro... por lo menos no a mí. Bueno, cuídate, Tanina Potter.
Lil Granger: espero que no te enojes por que Ginny le mostró la carta a Hermi, pero así se enreda más la historia... jejeje. Ya van dos votos por Matthew, a mí también me encanta ese nombre, pero ya le tengo nombres a mis hijos (si es que los tengo) Y bueno, entiendan al pobre de Krum, algo bueno que hiciera después de tantos años... jeje. A propósito, ¿con quien te hubiera gustado estar, si estuvieras en los zapatos de Úrsula?. Saludillos, Tanina Potter.
Mariag malfoy: bueno, así es la vida... Hermi se queda con Krum, Ron con Sophie y todas felices... ¿No? ¿No piensan eso? Jejeje, la verdad yo tampoco. Espero que te haya gustado este capítulo. Saludos, Tanina Potter.
Tamy_Draco: es una buena idea la tuya... como para darle más emoción. Mmmm... lo voy a pensar. Pero espero que si pongo otra cosa, no te enfades. ¡Qué bakan que te haya gustado mi fic! Hago lo posible por que les agrade a todas... jejeje. Saludos, Tanina Potter.
Psíquica: gracias por tu review. Espero que te siga gustando lo que escriba. Bye, saludos. Tanina Potter.
Bueno... otra cosa. Quería recomendarles una nueva página que ha salido en la red. Se llama: www.fanfics.cl y está a cargo de una chica llamada "Carla fox". Ahí hay un fic de Harry Potter, que es paralelo al sexto libro (que aún no se publica) y se llama Harry Potter y el Ocaso de los Altos Elfos. Yo ya he leído varios capítulos, y salvo algunos errores de redacción (que son mínimos) el fic es excelente. También hay fics de X-Files, Macross- Robotech, Megaman y Bittersweet destiny, de propiedad de Carla fox. Bueno, eso es todo.
Atte. Tanina Potter.
-Buenos días, Ginny... Draco, ¿cómo vas? - saludó Harry al entrar en la habitación del rubio.
-Bien... - asintió Malfoy, aunque con una vaga sonrisa.
-Hola Harry - dijo Ginny acercándose al chico de cabellos azabaches y besándolo en la mejilla.- ¿Vienes a revisar a Draco?
-Sí, tengo que llevármelo al tercer piso, le haremos un examen a su cabeza - respondió Harry.
-Yo... no estoy... loco... - dijo Draco con cierta dificultad.
-No se trata de eso, Malfoy, pero es necesario revisarte por si tienes alguna lesión interna - lo tranquilizó Harry. - en unos momentos más vienen otros curanderos para llevarte. Por mientras vuelvo a la recepción... tengo cosas que hacer.
Harry salió de la habitación. Ginny se quedó junto al rubio mirándolo con alegría. No podía creer que Draco hubiera salido del coma tan rápidamente y no hubiera quedado mal. De pronto, el rubio tomó la mano de Ginny y la acarició con uno de sus dedos.
-No... me dejes... solo, Ginny... - le pidió.
-¿De qué hablas? Yo jamás te dejaría, eres mi amigo - le respondió Ginny con tranquilidad.
-Sí, lo sé... pero... yo quiero dejar... de ser... tu amigo... - le dijo Draco con una sonrisa verdadera.
Ginny se sorprendió ante las palabras de Draco. ¿Qué quería decir? Tendría que quedarse con la duda, por el momento, por que los curanderos que Harry mandó habían llegado para llevarse al rubio al tercer piso. Ginny bajó con él, hasta donde se lo permitieron. Luego se quedó pensando... ¿le habría afectado a Draco el estar tres semanas en coma?
Vio que una chica menuda se acercaba por el pasillo hacia ella. Su larga trenza caía sobre su pecho y el traje que usaba ese día parecía sacado de un cuento de hadas. Lleno de gasas y transparencias, la blusa dejaba poco a la imaginación, ocultada por un sostén strapless de color azul. La falda, larga hasta los tobillos, tenía una parte oscura hasta antes de las rodillas y luego, sólo transparencias y tules terminaban la presentación. (Adivinen de qué color era el vestido... ¡Bravo! Era azul)
-¡Guau, qué buena moza vienes hoy al hospital, Úrsula! - exclamó Ginny.- pero ¿no crees que este es un lugar un poco público como para mostrar tanto?
-¡No seas exagerada! ¿Te gusta mi traje? Me lo hice yo, con mis propias manos... - declaró Úrsula.- además, siempre hay que andar bien vestida.
-Hmmm... ya. Hermione me ha contado algunas cosillas, y no te creo eso de que hay que andar bien vestida.- dijo Ginny con ojos picarones.
-¿Te contó? ¬¬ ¡Malvada! - exclamó Úrsula.- Pero tú... Shshsh... muere pollo.
-¿Qué muera qué?
-pollo... ¡Qué te quedes callada! - dijo Úrsula llevándose un dedo a la boca.- ¿Me harás ese favor?
-Sí, don't worry... - dijo Ginny guiñándole un ojo a su amiga.
-Y, a propósito de Hermione... ¿por qué le mostraste esa carta? - preguntó Úrsula con seriedad.
-¡Ah! veo que los chismes corren rápido... - señaló Ginny.- Pensé que era lo mejor, a pesar de que Ron es mi hermano, Hermi es mi amiga...
-Sí, está bien, pero ahora a la loca de Hermione le dio con que quiere irse con Víctor a Bulgaria.- apuntó Úrsula.
-¡QUÉ! ¡No puede ser! - exclamó la pelirroja.
-¡Sí, puede ser! O sea, yo estoy de acuerdo en que no puede esperar a tu hermano toda la vida, y que tiene disfrutar de todo a concho... pero es que, ¡se nos va! - argumentó Úrsula.- y no me quiero quedar sin amiga.
-¿Quién se va a quedar sin amiga? - preguntó Harry acercándose a las chicas.
-¡Harry! - exclamó Úrsula. - ¡No me asustes! ¿Cómo estás?
-Bien... ¿de qué hablaban? - volvió a preguntar.
-De Hermione. - contestó Ginny.- se va...
-¿Y a dónde? - preguntó Harry con inquietud.
-A Bulgaria... se va con Krum. - respondió la pelirroja.
-Hmmm... voy a tener que hablar con ella... no puede tomar una decisión tan precipitada... - argumentó Harry.- lleva menos de un mes con Krum.
-Un mes exacto - corrigió Úrsula.- Hoy están de aniversario.
-¡Ups! ¡Cómo pasa el tiempo! - declaró Harry.- Bueno, esperen aquí. Iré a ver como sigue Draco.
Y se metió en la habitación del tercer piso. Ginny y Úrsula volvieron a quedarse solas. Hubo un largo suspiro de parte de la chica de la trenza.
-¡Guau, te tiene loca! - exclamó Ginny riéndose de su amiga.
-Shshsh... no lo digas en voz alta, pero ¡¡SSSSiiiiiiiii!! Me muero por él... -afirmó Úrsula.
-¿Por quién te mueres? - Harry volvió a salir de la habitación. Úrsula, completamente roja, no sabía dónde meterse.
-¡Harry! Eeehh... por nadie, por nadie... - declaró Úrsula mientras Ginny se partía de risa.
-Bueno... Ginny, Draco quiere verte, puedes pasar - dijo Harry. Luego se volvió hacia Úrsula y le dijo: - Te apuesto a que te mueres por una tarta de chocolate... ¿quieres una?
-Eeehh... ¿yo? - Ginny, por la espalda de Harry le levantaba los pulgares y le sonreía enormemente para que ésta accediera.- Bueno, te acepto un pedazo de tarta.
-Bien, acompáñame a la cafetería - pidió Harry.
Muerta de nervios, Úrsula acompañó al medimago hasta la cafetería del quinto piso. Ese día Harry se veía tan guapo, según Úrsula, que la chica no le quitaba los ojos de encima. Debajo de la túnica blanca llevaba puestos unos vaqueros azules y una camisa blanca, apegada a su torso, adornada con caracteres japoneses en vertical. Se sentaron en una mesa junto a la ventana y pidieron dos tartas de chocolate y cerezas, que rebosaban en crema chantilly. (N/A: estos fics siempre me dan hambre ^^U)
-Dime, ¿cómo es eso que Hermione va a irse con Krum a Bulgaria? - preguntó Harry mientras comía de su tarta.
-No sé... lo que pasa es que Ginny recibió una carta de su hermano Charlie.- Úrsula comió un poco de su pastel y continuó.- en la que decía que Ron estaba saliendo con una chica... y bueno, que Hermi cree que Ron la ha olvidado... además Krum le ha propuesto formalizar...
-Hmmm... pero Krum si que está apurado - dijo Harry riendo ante el comentario.- Creo que la está presionando demasiado.
-Sí, lo sé... pero Hermione es cabeza dura y no entiende que a pesar de estar de novia con Víctor no tiene por qué irse hasta Bulgaria... - apuntó Úrsula.- Podría perfectamente esperarlo...
-Pero eso es justamente lo que no quiere Krum, que Hermione se quede sola aquí - dijo Harry.- Como sabe que la chica aún no está completamente enamorada de él, se siente inseguro.
-Sí, tienes razón. - afirmó Úrsula.
Harry la quedó mirando por un rato y notó que ella evitaba sus ojos. Comía tarta y miraba por la ventana, pero jamás lo miraba a él... o eso pensaba.
-Has venido muy linda hoy - dijo Harry, lo que provocó que Úrsula casi se atragantara.
-Gra... gracias - dijo poniéndose muy colorada. - tú también estás muy guapo.
-Gracias por el halago - dijo Harry sonriéndole.- ¿Venías de alguna fiesta?
-¿Por qué lo dices?- preguntó Úrsula.
-Por el traje...
-¡Ah, eso!... no, casi siempre ando vestida así, con transparencias o gasas, ¿no te habías dado cuenta? - preguntó la chica riendo con dulzura.
-No, la verdad no - rió Harry.- Discúlpame.
De pronto, el chico de cabellos azabaches sintió como posaban una mano en su hombro. Una mano delgada y suave, seguramente era de mujer. Volteó para ver quien era y no pudo más que sentir fastidio. Plantada tras él, con un moño alto que acentuaba más sus rasgos extranjeros, se hallaba Cho Chang. Úrsula la miró de pies a cabeza y comprendió al instante de quien se trataba. Se sentía algo insegura de lo que pasaría a continuación; tenía un mal presentimiento, como una espina que le atravesaba el pecho.
-Veo que no pierdes el tiempo, Harry - saludó Cho Chang.- ¿Esta es tu nueva manera de alejarme de ti?
-Lo que haga o deje de hacer con mi vida privada no tiene por qué importarte - respondió Harry ásperamente.- Te dije que no volvieras aquí a pedir lástima.
-No te enredes demasiado con él - le plantó a Úrsula.- Todavía tiene alguien pendiente de sus movimientos... yo no dejo tan fácilmente lo que me interesa.
-¡Sal de aquí, Cho! - Harry la tomó del brazo y la quitó de encima.- No digas sandeces... no tienes por qué molestar a Úrsula.
-¡Úrsula, así se llama! - exclamó Cho con ironía.- ¡Si hasta el nombre me dice que eres poquita cosa! ¿Ahora te conformas con cualquier muchacha, Harry?
Úrsula se puso de pie, indignada y sin darle tiempo de reaccionar, le dio una fuerte cachetada a la mujer. Estaba ardiendo de furia. "¿Qué se cree esta... esta... pérdida?" pensó Úrsula. No podía creer lo descarada que podía llegar a ser una mujer como ella, era insólito.
-¡Mira, "señorita decencia"! - le gritó Úrsula casi cayéndole encima.- Ni siquiera me conoces, ni siquiera me has preguntado si tengo algo que ver con Harry y esto no tiene nada que ver con mi nombre, que bastante orgullosa que estoy de él. ¿Con qué cara te presentas con Harry cuando lo único que hiciste fue humillarlo como un tonto? No te permito que me insultes, ni a mí ni a Harry. ¿Entendiste, idiota?
A esas alturas, todo el mundo en la cafetería se había dado cuenta del escándalo y estaban muy pendientes de lo que fuera a pasar. Harry, enfurecido, trató de sacar a Cho de un brazo, pero la chica se le resistía.
-¡Suéltame, Harry! - gritaba mientras intentaba zafarse del chico.- Veo que te fueron con el cuento... pero ni te creas que me voy a quedar tan tranquila. Lo que alguna vez fue mío, volverá a mis manos, ¿escuchaste?
Y salió como alma que se la lleva el diablo. Úrsula se sentó en su silla, callada, enrabiada y con los ojos colmados de lágrimas. ¿Por qué era tan difícil enamorarse de alguien? ¿Había hecho mal en fijarse en Harry? Por su parte, Potter no sabía como responder ante esa situación. Estaba realmente avergonzado y deseaba con toda el alma que Úrsula no hubiera sido afectada por su pasado. Pagó la cuenta de las tartas a medio comer y le ofreció su mano para llevársela de aquel lugar. La condujo hasta su despacho y le preparó, con un leve movimiento de su varita, un jugo de frutas muy azucarado, para que se le pasara la pena.
-Siento lo que ha pasado - le dijo Harry, sentándose a su lado y tendiéndole el vaso de jugo.- Creo que fue mala idea involucrarte en mis problemas. ¿Te sientes mejor?
-Sí, gracias... - dijo Úrsula mientras bebía algo del jugo.- Creo que esto me ha pasado por ser tan curiosa. Harry, ¿en serio te enamoraste de ella?
-Como un idiota. - respondió Harry, sonriendo.- Pero ya ves, las apariencias engañan y su apariencia de niña buena me humilló como tu dijiste, como un tonto.
-Siento haber dicho eso, pero estaba furiosa...
-No te preocupes, es la verdad.- dijo Harry asintiendo.- Gracias a ella, mi corazón se ha cerrado...
-Pues eso es mala idea, no todas somos descaradas como ella... algunas te queremos más... - Úrsula dijo esto último con algo de arrepentimiento después de decirlo.
-¿A qué te refieres? - preguntó Harry extrañado.
-Eeehh... a nada, a nada... - dijo Úrsula sin poder ocultar su turbación.
-No te creo... ¿acaso te refieres a ti? - preguntó Harry.
Oh no, qué situación más incómoda. ¿Se habría dado cuenta Harry de lo que Úrsula quería decir? De nuevo había metido la pata. No podía decirle a Harry, así como así, lo que sentía por él. Seguramente él la rechazaría. Su corazón no estaba preparado o ¿quizás no se había dado cuenta de que el amor estaba tocando su puerta hace rato y él no quería verlo? Una lechuza la salvó de aquella escena. Necesitaban a Harry en el piso de lesiones mágicas.
-¿Vas a volver con Ginny? - preguntó Harry mirando a Úrsula.
-Eeehh... creo que sí - respondió Úrsula inmediatamente.
Se dispuso a abrir la puerta de la oficina, pero fue interceptada por Harry, que la tomó del brazo.
-De nuevo te pido disculpas - le dijo en tono amable.- No quiero que sufras por problemas ajenos. Eres una chica muy linda y alegre y no sería justo que te apagaras por mí.
Sin previo aviso, la atrajo hacia sí y la rodeó con sus brazos. Sus varoniles brazos, y quedó hundida en su pecho impregnado de aroma a loción. Pidió con todas sus fuerzas que ese momento no se terminara jamás y que las mejillas de su cara no delataran aquel deseo. Harry le acariciaba la cabeza tiernamente y le daba las gracias al tiempo que volvía a pedirle disculpas por lo ocurrido. Úrsula no sabía cómo reaccionar, tenía los brazos tiesos, separados por unos centímetros del torso de Harry y no estaba segura si debía moverlos de tal manera de que abrazaran su espalda. Sentía su corazón latir a mil por hora, las piernas le tiritaban y creía que de un momento a otro se volvería mantequilla y se derretiría en los brazos del chico. Harry de pronto alzó su barbilla y vio con sorpresa que unas gotas de pena rodaban por las mejillas rosadas de la chica. Sonrió ante ello, una sonrisa asquerosamente bella y limpió las lágrimas con uno de sus dedos. Los verdes ojos de Úrsula habían intensificado su color y una sonrisa nerviosa se había dibujado en la parte inferior de su rostro.
-Te ves aún más preciosa cuando lloras - le dijo Harry sonriéndole todavía.
Como una manera de recompensarle todo lo que había llorado, Harry posó dulcemente sus labios en la frente de Úrsula. Fue como un instante eterno, en donde los segundos no existían y el tiempo había sido cortado de una tajada. Como si poco importara el pasado, Harry llevó sus labios hasta los humedecidos ojos de Úrsula y volvió a posarlos con suavidad. Estaba sintiéndose extraño, como si deseara que el beso se prolongara más abajo, pero un sentimiento superior se lo impedía, algo le decía que volver a enamorarse sería nefasto, pero su cuerpo no respondía de sí y como si nada de lo que lo atormentaba hubiera salido en ese instante, besó a Úrsula en los labios. Una descarga eléctrica recorrió su cuerpo y volvió a sentirse como un adolescente inexperto. Deseaba con todo su ser que aquel beso borrara todos los rencores del pasado, que deshiciera las pesadillas que lo atormentaban día y noche. Las lágrimas de Úrsula empaparon también su rostro y él sintió como si lavaran las heridas de su corazón. Lentamente, fue despegando sus labios hasta dejar sólo el rumor de ellos y volvió a posarlos sobre la frente de la chica, como finalizando el acto.
-Gracias de nuevo - le dijo con una sonrisa.- Te veo mañana.
Y se despidió de ella, cerrando la puerta del despacho y dirigiéndose presuroso hacia el lugar donde lo habían solicitado. Úrsula por su parte, se hallaba más arriba de las nubes, sintiendo que despertaría en cualquier momento y que todo sería un sueño. Caminó lentamente por el pasillo, recordando el suave contacto de los labios de Harry en los suyos, recordando el dulce sabor de su boca y recordando las sensaciones que aquello le había producido en su cuerpo.
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La mañana en el ministerio había comenzado agitada y agotadora. Tanto subir y bajar, escribir informes para otros departamentos y hablar con miles de personas no le daba tiempo de pensar en lo ocurrido. No había podido conciliar el sueño en gran parte de la noche y sus ojos se hallaban hinchados y soñolientos. Tenía que redactar un acta para el departamento de misterios, pero realmente no sabía como empezar, porque era tan misterioso que no le habían dicho de qué se trataba. Pero le costaba comenzar, sus pensamientos no estaban concentrados en el papel ni en el informe, estaban más lejos. Aquel beso la había descolocado; le agradaba pero a la vez sentía mucho miedo por lo que pudiera pasar. No estaba segura de los sentimientos de Harry. Quizás la había besado por un instinto desconocido que no tenía nada que ver con el amor; o sólo la había besado para consolarla. Unos leves pasos se sintieron detrás de su puerta antes de tocar. Un elfo doméstico entró hasta su escritorio con una pequeña mochilita de tela en su espalda.
-Disculpe, señorita, ¿es usted Úrsula Broderik? - preguntó con su voz chillona.
-Sí, soy yo - asintió Úrsula.- ¿Trae algo para mí?
-Sí, señorita - dijo el elfo, sacando de su mochila un paquete envuelto en papel de regalo.- Me pidieron que se lo entregara de inmediato.
Úrsula recibió el paquete y comprobó que no traía remitente. Se extrañó mucho.
-Dígame, ¿quién se lo entregó? - le preguntó al elfo.
-La señorita Matilda, a ella se lo dejaron en recepción.
Sin hacer más preguntas, pagó los honorarios del elfo y se sentó en su escritorio, mientras la criatura salía de la oficina. Dudó un momento ante el paquete. Sólo decía: "Úrsula Broderik. Departamento de Uso incorrecto de artefactos muggles. Ministerio de Magia." Pero no había remitente. ¿Sería de Harry? Lo dudó. Harry no le enviaría algo sin decirle nada. Con cierto recelo, comenzó a abrir el paquete. Desató las cuerditas que lo rodeaban y las dejó a un lado. Cogió el papel por un extremo y...
-¡Úrsula!
Hermione acababa de entrar en la oficina, causándole gran sorpresa. Venía cargada de carpetas y libros, como en sus mejores años en Hogwarts y con la cara algo azorada. Úrsula dejó el paquete en la mesa y fue en su ayuda.
-¿Qué es todo esto? - preguntó la amiga de Hermione.
-El trabajo que tengo que finalizar antes de irme a Bulgaria... - respondió Hermione.
-Sigues con la idea fija en tu cabezota, ¿verdad? - preguntó Úrsula.
-Pues sí.- contestó Hermione.- No vale la pena seguir esperando a alguien que se ha olvidado de mí.
-No puedes pensar así. Aunque Ron no esté, Ginny, Harry y Draco si están - alegó Úrsula.- No los puedes dejar solos...
-Claro que no los dejo solos. - respondió Hermione.- Y a ti tampoco te dejaré sola. Prometo escribir seguido.
-¡No es lo mismo! - exclamó Úrsula haciendo un pequeño puchero.
-Ya, relájate y una pregunta.- Hermione puso picardía en sus ojos.- ¿Qué fue lo que pasó con Harry ayer?
-ô.Ô ¿¿¿Cómo supiste que ayer estuve con Harry??? - exclamó Úrsula con gran sorpresa.
-^.^ Mmmm... Cómo decía Snape... "Magia" - respondió Hermione sonriendo.- Eso quiere decir que es verdad...
-Pues... pues... sí. - respondió Úrsula.- Ayer, fui a ver a Draco... (ya, ya está bien, déjame que te explique) fui a ver a Harry, pero pasé primero a ver a Draco. Me encontré con Ginny y hablamos sobre cualquier cosa... luego nos encontramos con Harry...
-¡Y ahí te derretiste! - exclamó Hermione.
-¬¬ ¡No! Espera...
Úrsula le contó todo lo sucedido hasta ese momento, pasando por la desagradable visita de Cho Chang y lo de su rabia, hasta lo ocurrido en el escritorio de Harry.
-¿Ahora sí que te besó en los labios? - preguntó Hermione sorprendida.
-Pues... sí.- y soltó un grito de alegría, correspondido por Hermione que de inmediato abrazó a su amiga. Después de unos instantes de grititos y saltos, volvieron a la calma y Úrsula pareció algo triste.
-¿Y ahora que te pasa? ¡No me digas que Harry besa horrible! - preguntó Hermione.
-No, claro que no, no es eso... -respondió Úrsula con una leve sonrisa.- Es sólo que... no sé si quiera tener algo conmigo, después de lo que le pasó con Cho. Quizás ese beso sólo fue un "arranque de ternura".
-No pienses eso, a Harry no le dan arranques de ternura - explicó Hermione.- Además, tú no eres Cho... tú eres mucho mejor que Cho, y estoy segura de que te ganarás el corazón de Harry.
-Dios te escuche...
Siguieron hablando durante un rato. Úrsula trataba de convencer a Hermione de que no se fuera con Víctor a Bulgaria, y Hermione a la vez trataba de darle ánimos a Úrsula. Sólo le quedaba una duda a la amiga de Hermione. Aquel paquete que acababa de recibir.
-¿Quién dices que te lo trajo? - preguntó Hermione con curiosidad.
-Un elfo doméstico... me dijo que se lo habían dejado a Matilda en recepción... - respondió Úrsula.
-¡Qué extraño! - exclamó Hermione.- Pero ten cuidado, mira que si no viene con remitente, puede ser peligroso...
-¡No seas paranoica! - exclamó Úrsula.- ¿Qué pude haber de raro en un regalo?
Abrió el paquete sin más preámbulos y quedó helada. No conseguía gritar, ni articular palabras. Adentro, se hallaba un murciélago, muerto y ensangrentado, con una cinta roja atada al cuello. Era un espectáculo horrendo. Hermione, con mucho asco, tomó la cinta y leyó lo que estaba escrito en ella.
-"Úrsula Broderik" - leyó.- Amiga, esto es magia negra. Alguien desea matarte...
Úrsula se quedó paralizada, sintió que le faltaba el aire, que desfallecería en pocos minutos. Pensó en aquella posibilidad, podría morir, pero... ¿Quién sería capaz de aquello? No le había hecho mal a nadie ¿o sí?
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Yap!! ¡¡¡Aaaahhh!!! ¿Quién creen que será capaz de matar a Úrsula? Bueno, lo veremos en el próximo capítulo.
Y ahora... Reviews:
ginny_g4: Gracias por el review. Bueno, a mí también me gusta la pareja Harry-Ginny, pero decidí que esta vez estuvieran algo revueltos, que no fuera lo mismo de siempre. O sea, para nada le creo a Ginny (en el 5º libro) de que dejó de gustarle Harry. A uno no se le pasa el amor de un año para otro... por lo menos no a mí. Bueno, cuídate, Tanina Potter.
Lil Granger: espero que no te enojes por que Ginny le mostró la carta a Hermi, pero así se enreda más la historia... jejeje. Ya van dos votos por Matthew, a mí también me encanta ese nombre, pero ya le tengo nombres a mis hijos (si es que los tengo) Y bueno, entiendan al pobre de Krum, algo bueno que hiciera después de tantos años... jeje. A propósito, ¿con quien te hubiera gustado estar, si estuvieras en los zapatos de Úrsula?. Saludillos, Tanina Potter.
Mariag malfoy: bueno, así es la vida... Hermi se queda con Krum, Ron con Sophie y todas felices... ¿No? ¿No piensan eso? Jejeje, la verdad yo tampoco. Espero que te haya gustado este capítulo. Saludos, Tanina Potter.
Tamy_Draco: es una buena idea la tuya... como para darle más emoción. Mmmm... lo voy a pensar. Pero espero que si pongo otra cosa, no te enfades. ¡Qué bakan que te haya gustado mi fic! Hago lo posible por que les agrade a todas... jejeje. Saludos, Tanina Potter.
Psíquica: gracias por tu review. Espero que te siga gustando lo que escriba. Bye, saludos. Tanina Potter.
Bueno... otra cosa. Quería recomendarles una nueva página que ha salido en la red. Se llama: www.fanfics.cl y está a cargo de una chica llamada "Carla fox". Ahí hay un fic de Harry Potter, que es paralelo al sexto libro (que aún no se publica) y se llama Harry Potter y el Ocaso de los Altos Elfos. Yo ya he leído varios capítulos, y salvo algunos errores de redacción (que son mínimos) el fic es excelente. También hay fics de X-Files, Macross- Robotech, Megaman y Bittersweet destiny, de propiedad de Carla fox. Bueno, eso es todo.
Atte. Tanina Potter.
