Primero que todo, quiero darles las gracias a todas las chicas que se dan
el trabajo y tienen la paciencia de leer este enredado fic ^^U, gracias por
su apoyo incondicional. Por eso, este capítulo va dedicado a todas ustedes.
Atte. La autora. (o sea, yo... ^^U Tanina Potter)
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Capítulo 22: RELACIONES DE PAREJA.
Durante el almuerzo, nadie fue capaz de pronunciar palabra. Sólo las esporádicas intervenciones de Draco y Ginny acerca de la comida, junto a los normales sonidos producidos por los servicios y los vasos al chocar entre sí, hacían pequeños rasguños en aquel silencio indestructible de la escena. Hermione, sumida en sus pensamientos, observaba de reojo su entorno. Harry, sentado frente a Úrsula, trataba de cualquier modo de captar la atención de esta última. Pero Úrsula era inflexible, y aunque su corazón le pedía a gritos que corriera hasta su novio, lo abrazara y lo besara; su mente, fría como el hielo, le exigía que se mantuviera firme. Ron, a su lado, miraba la comida sin deseo, como si estuviera frente a un extenso volumen de "Historia de la magia", intercambiando rápidas miradas con Hermione, que se transformaban en incomodidad.
El llanto de Matthew llegó hasta ellos a la mitad de la cena. Seguramente tenía hambre otra vez, así que su madre se levantó de la mesa rápidamente y caminó hasta la habitación. Los demás la siguieron con la mirada, pero ninguno de ellos pronunció nada. Ginny entonces miró en derredor y comprendió que nadie tenía ánimos de comer.
-Okey, sé que mi comida no es la mejor... pero no los puedo obligar – dijo mientras se levantaba ella también de la mesa y comenzaba a recoger los platos.
-No, Ginny, no es eso – exclamó Úrsula de un salto. – Tú cocinas como las diosas, pero... creo que hoy amanecimos sin ganas de tragar.- esto último lo dijo con tristeza, como si reafirmara su estado de ánimo.
-Te ayudo, amor – propuso Draco, tomando vasos y servicios, mientras Ginny se llevaba los platos a la cocina. Al desaparecer tras la puerta, la escena se hizo aún más densa. Ron tenía la mirada perdida en el mantel (por ahora, una pequeña mancha de vino le pareció muy interesante.) Úrsula bajó hasta el living y se tumbó en el sofá más cómodo, que daba a la chimenea, dónde minutos antes su novio la había recibido con los "brazos abiertos". Harry mientras tanto, se puso de pie mecánicamente y avanzó a grandes zancadas hasta el antejardín. Fue entonces cuando el pelirrojo se decidió a abandonar también la mesa, dirigiendo sus pasos a la habitación de Hermione.
-*-
La chica estaba sentada en la cama, dando de comer a Matthew. Ron no pudo evitar sonreír al mirarla; la maternidad le había sentado muy bien, le había dado nuevos aires, una nueva hermosura. Ver cómo sus pechos llenos alimentaban al bebé, sin llegar a la morbosidad al contemplarlos, hacía que Ron abrigara una nueva ilusión en su corazón. Al verlo, Hermione se sobresaltó un poco, e intentó tapar su pecho descubierto con el pañal del bebé.
-Te has vuelto muy sigiloso para entrar – dijo Hermione sin mirarlo a la cara.- Matthew tenía hambre.
-Sí, ya he visto – Ron contempló por un momento el rostro placentero de niño y luego caminó hasta el borde de la cama, con intenciones de sentarse junto a la chica. - ¿Puedo? – señaló la cama.
-Sí, sí puedes... – respondió Hermione.- Ron... ahora soy yo quien quiere pedirte disculpas.
-¿Por qué lo dices? – Ron se extrañó ante tal afirmación.
-Por no creerte – de un segundo a otro Hermione levantó la mirada y se encontró con la del pelirrojo, que despedía cariño e ilusión por encima de todo lo malo. Quería perderse para siempre en ese mar azul que la observaba, quería decirle cuanto lo amaba y cuanta falta le había hecho. Pero como siempre que se hallaba en esa situación, no podía con los nervios y la vergüenza.
-Lo dices por las cartas, ¿cierto? – preguntó Ron con el ceño fruncido.
-Sí...
Ron esbozó algo como "maldito Krum" que Hermione no alcanzó a escuchar. Entonces el pelirrojo se aventuró a preguntarle a la chica lo que siempre había esperado por preguntar. Quizás sería muy precipitado, pero la incertidumbre estaba carcomiéndole el alma poco a poco.
-Her... yo te dije hace un rato que... que nunca te había olvidado y que no había tenido el valor suficiente para decirte lo que sentía por ti – empezó Ron con un poco de temor. Se le atoraban las ideas en la cabeza, y le costaba reproducirlas a través de su boca. Hermione lo miraba con calma, pero previendo lo que vendría. – Mira... quizás te suene un poco atrevido preguntarte esto... porque estás de luto y... no sé.
-Pregunta lo que quieras, Ron – explicó Hermione dedicándole una hermosa sonrisa, lo que le dio ánimos al pelirrojo para continuar.
-Bueno, pues... yo quisiera saber si tú... si tú sientes...
-Sí, Ron.- respondió Hermione rápidamente.- Yo... siempre estuve... enamorada de ti.- suspiró con fuerza, como si aquella frase le hubiera costado mucha energía de su cuerpo. Ronald esbozó una sonrisa. Sentía que era el ser más afortunado de la tierra, sólo por que Hermione había pronunciado esas seis simples palabras. Pero pasado ese momento de la verdad, Ron se había quedado como de piedra; no sabía como moverse, como hablar, se le habían olvidado las palabras y los gestos. En ese momento, Matthew soltó el pezón de su madre para dormir de nuevo. Hermione entonces, se acomodó las ropas y dejó al bebé en la cama, tapado con la frazada beige favorita de su hijo.
-Te ves tan hermosa de mamá – le dijo Ron de pronto, haciendo que la chica se sonrojara hasta las orejas.
-Gracias...
-Entonces, ¿qué pasará ahora que sabemos de nuestros respectivos sentimientos? – preguntó el pelirrojo, esperanzado de que la respuesta fuera positiva.
-No lo sé, Ron.- respondió Hermione dirigiendo la mirada hacia el piso.- Han pasado tantas cosas...
-Pero eso es parte del pasado – argumentó Ron sin preámbulos.- Nosotros... nosotros somos el presente, y puede que hasta podamos ser algo en el futuro.
-Eso se verá – declaró Hermione con firmeza.- Por ahora, dejemos que las cosas salgan solas, ¿sí? No apresuremos al tiempo...
-Pero...
-Ron, entiende. – le suplicó tomándole las manos con fuerza.- Yo te amo y estoy segura de que lo seguiré haciendo... por eso te lo pido, démosle tiempo al tiempo (N/A: frase cliché ^^)
Ron sonrió. Tendría que aceptarlo a pesar de las ganas que consumían su corazón de poder contarle al mundo cuánto amaba a aquella mujer, y si tal como decía Hermione, las cosas resultaban con el tiempo, pronto podría hacerlo sin remordimientos.
-Te amo tanto – declaró Ron tomando la barbilla de la chica. Se había acercado a ella tan rápido que a Hermione le costaba pensar en qué momento lo había hecho. Pronto sus respiraciones se confundían y podían probar del aliento de sus bocas. Los ojos de Ron se habían cerrado, pero Hermione los mantenía abiertos, expectantes, indecisa de dar aquel paso. Estaban a escasos milímetros... pero la chica había decidido en último minuto alzar la cabeza y besar a Ron en la frente.
-Yo también te amo – dijo Hermione al despegar sus labios del rostro del pelirrojo.
"Okey. Démosle tiempo al tiempo" pensó Ron con resignación.
-*-
Había visto a Ron entrar en la habitación de Hermione. Draco y Ginny estaban en la cocina, seguramente disfrutando de su apasionado amor. Y Harry... Harry había salido de la casa sin decir nada a nadie. Y ella ahí, sentadota en el sofá, atormentándose por su enorme orgullo y sin hacer nada. Estaba haciéndolo todo mal. En vez de luchar por el hombre que amaba, lo estaba alejando de su vida. Tenía que reconquistarlo, no alejarlo, para poder sentirse más segura de su amor.
"Qué más da el orgullo" pensó Úrsula con decisión. Se levantó del sillón rápidamente y corrió hasta el antejardín. Pero el antejardín estaba vacío, Harry no se veía por ninguna parte. Corrió a mirar atrás, pero tampoco había rastros de él en aquel lugar. Caminó por la vereda mirando a todos lados. ¿Se había ido acaso? No... el auto seguía estacionado frente a la casa. Se dirigió al parque. Entremedio de los niños que jugaban en los columpios y los trampolines, se hallaba Harry, sentado en una banqueta.
-¿Sabes? Tengo una amiga que creyó que su novio la engañaba... – comenzó diciendo y se sentó en la banqueta junto al chico.- Y no lo quiso perdonar por que su orgullo era del porte de un buque... – dibujó un buque en el aire con las manos. Harry entonces la miró y Úrsula no pudo más que sonreír.- Pero yo le dije que era una tonta, por que ¿sabes que el chico era el mejor de todos? El más apuesto, el más amoroso y el que más la amaba, y ella le creyó más a sus ojos que a su corazón.
-Úrsula, que...
-No, Harry, no me interrumpas – dijo Úrsula sin dejar de sonreír.- Bueno, pues mi amiga lo pensó mucho y decidió que haría a un lado su orgullo y se dedicaría a amar a su novio para toda la vida.
-¿Eso quiere decir que me perdonas? – preguntó Harry de pronto.
-No... no tengo nada que perdonarte. Te creo – declaró la chica con los ojos brillantes, y el rostro reluciente. Harry la abrazó y ella se acomodó en su pecho, sintiendo los latidos de su corazón en la cara. Unas pocas lágrimas salieron de sus verdes ojos y mojaron la camisa de Harry - No quiero perderte nunca... no lo soportaría.
-Yo tampoco – dijo Harry sonriendo feliz. – te quiero mucho... te amo.
Entonces alzó la cabeza de Úrsula y besó sus labios con alegría. Besos húmedos, salados, mezclados con las lágrimas de cada uno. Besos que expresaban todo el amor que sentían recíprocamente. Besos de reconciliación y de perdón. Cuando separaron sus labios, Úrsula sacó la varita de su bolsillo trasero (Harry le había dicho que ese lugar era inapropiado para llevar una varita, pero Úrsula era cabeza dura) y cuidando que nadie veía lo que hacía, agitó la varita. "Felixego" pronunció y una cajita de color negro apareció en sus manos.
-Se supone que esto lo debes hacer tú – dijo Úrsula sonriendo y entregándole la cajita a Harry.- Ábrela.
Harry abrió la cajita negra. Dentro había dos anillos dorados, unidos por un hilo rojo. El chico sonrió al ver aquellas joyas. Él también había soñado con ese momento, pero de otra manera, así que lo tomó de sorpresa.
-Okey... ¿Conque esto era lo que te proponías? – preguntó Harry pícaramente.
-Sí. – sonrió Úrsula.
-Está bien – Harry sacó los anillos de la caja y tomó el más pequeño.- Entonces, mi querida Úrsula, ¿desea usted pasar el resto de su vida, con este humilde servidor que tiene aquí enfrente? – cogió la mano de su novia y puso el anillo en el anular izquierdo.
-Siempre lo he querido – dijo Úrsula besando los labios de Harry.
-¡Ah, o sea que esto es algo planeado con anterioridad! – exclamó Harry alegremente.
-Sí, puede ser – sonrió pícaramente.
Sellaron aquella unión con un beso. Un beso tierno, alegre, que regocijaba sus corazones hasta el punto de hacerlos saltar fieramente. Decidieron quedarse un rato en la plaza, disfrutando de ese eterno y feliz momento. Pronto les contarían a los demás; pronto compartirían la felicidad con sus mejores amigos.
-*-
Parecían una verdadera pareja de recién casados. Draco y Ginny compartían las labores de la cocina mientras reían y conversaban. Nada les desvanecía ese sueño irreal que vivían desde hace dos años... hasta el momento.
-Gin, necesito hablar contigo – comenzó Draco secando los platos.
-¿Qué hay, Draco? – preguntó Ginny, sin advertir el serio rostro de su novio.
-Pues... no te había dicho, pero el otro día... el ministerio me encargó una misión especial. – dijo Draco.
-¿De qué se trata?
-No lo sé muy bien... según sé me lo explicarían cuando llegara allá... – respondió el rubio.
-¿Allá dónde? – preguntó la pelirroja.- Termina de decírmelo todo, por favor.
-Está bien.- asintió Draco.- La próxima semana me voy a Francia, Gin... y no sé por cuánto tiempo.
Ginny se detuvo en seco cuando recibió la noticia. Escuchaba el sonido del grifo abierto mezclado con los ecos de su pensamiento. "¿Francia?" pensó Gin. "¿Por qué tan lejos?". Dejó los platos bajo el chorro del agua y volteó lentamente la cabeza hacia Draco. Éste le miraba seriamente, como si también se negara a creer lo que acababa de decir.
-¿Francia? – preguntó Ginny.- ¿Por qué Francia? ¿Por qué tú, Draco?
-Al parecer por la solicitud que hice para pertenecer al Wizengamot, ¿te acuerdas? – explicó Draco con simplicidad.- Creo que tiene algo que ver con este viaje.
-Sí, recuerdo lo del Wizengamot... Draco, no quiero tenerte lejos por tanto tiempo – explicó Ginny.
-A lo mejor no es tanto tiempo, quizás sean sólo unos meses... a lo mejor es una preparación para poder entrar en el concejo... no sé – argumentó Draco. Ginny se secó las manos y avanzó hasta él, para abrazarlo.
-Te voy a echar mucho de menos, amor – dijo mientras se asía de él.- Me vas a hacer mucha falta.
-A mí también, Ginny...
-¿Cuándo te vas? – quiso saber la pelirroja.
-El lunes... a las cinco de la tarde. – contestó Draco.- El ministerio pondrá un traslador en sus alrededores.
-¿Puedo ir a despedirte? – preguntó Ginny.
-Claro que sí, amor – respondió Malfoy.- Claro que sí.
Se quedaron en silencio unos momentos. Pronto escucharon ruidos y palabras en el living; alguien debía de haber llegado. Salieron de la cocina y hallaron a Harry y Úrsula, sentados en el sofá, riendo animadamente y pololeando como antes.
-No me digan que... – comenzó Ginny.
-Sí – sonrió Úrsula.- hemos vuelto.
-¡¡Qué bien!! – Ginny y Úrsula se abrazaron en medio del living y saltaron como locas. Los chicos las miraban con diversión.
-Felicitaciones, Potter... –agregó Draco, estrechándole las manos.
-Gracias – dijo Harry. Luego recordó lo que el rubio le había dicho.- Tendrás que poner un puesto de adivinación.
Draco sonrió.- No me vendría mal, ¿eh?
-¿Y dónde está Hermione, Ginny? – preguntó Úrsula.
-Está en su habitación, hablando con mi hermano y atendiendo a Matthew – respondió la pelirroja.
-La voy a llamar... – dijo Úrsula y luego exclamó: - ¡¡¡HERMIONE!!! ¡¡¡HERMI!!!
La aludida apareció cinco segundos después, con cara de preocupación y seguida de Ron.
-¿Qué pasó? – preguntó Hermione.
-Nada... vengan que tenemos que decirles algo – explicó Harry.
-¿Algo? ¿Algo grave? – preguntó Ron colocándose a un lado de Hermione.
-No, nada grave – dijo Úrsula mientras sonreía.
-Hablen de una vez, por Dios – exclamó Hermione.
-Relájate Hermione – dijo Harry. Miró unos segundos a Úrsula y luego agregó: - Quiero que saluden a la futura señora Potter –y señaló a su novia.
Todos se quedaron en silencio, estupefactos, sorprendidos. Parece que les costaba asimilar la nueva idea. Harry y Úrsula estaban impacientes por la reacción, por lo que no dudaron en explicarla otra vez.
-¡¡¡NOS CASAMOS!!! – dijeron los dos a la vez.
La gritería fue enorme. Hermione corrió hacia Úrsula y la abrazó con fuerza, seguida de Ginny. Ron felicitó a su amigo de siempre con un abrazo y un fuerte apretón de manos, como también lo hizo Draco. Ginny corrió por copas y Ron hizo aparecer varias cervezas de mantequillas y una botella de champaña para celebrar. La alegría rebosaba por la casa; no había lugar para la tristeza o los problemas. Un respiro después de tanto sufrimiento.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*
Varias veces había tenido que correr al baño para vomitar. Se sentía terrible. Nunca pensó que estar embarazada sería tan complicado. Por lo menos, los mareos y los vómitos ocurrían cuando Charlie no estaba en casa. No deseaba preocuparlo, aunque sabía que pronto lo notaría. Arrodillada frente al inodoro, Sophie escupía lo último que había cenado. Un gran vacío se le hacía ahora en el estómago, estaba débil, sudorosa, pero supuso que era parte del proceso. Pensaba en Ron. El pelirrojo no tenía idea de nada de lo que le ocurría a Sophie, ya que la chica había decidido no contárselo. Sería una gran sorpresa cuando volviera. Mas aquella interrogante le estaba carcomiendo el cerebro... ¿volvería? Sophie no quería perder las esperanzas de que por lo menos lo haría para despedirse. Ahí le contaría todo. Sabía que Ron la quería... no la amaba, pero la quería y por lo menos querría a su hijo, en cuanto lo viera. Le divertía pensar en la cara que pondría el pelirrojo cuando tuviera en sus brazos a su hijo. Tendría que enseñarle a hablar de nuevo. Una violenta arremetida de su estómago la hizo volcarse nuevamente sobre el inodoro. No escuchó cuando alguien entraba en el baño.
-Sophie, ¿qué te pasa?
Era Charlie. El chico la miraba estupefacto, preocupado por la salud de su cuñada. Sophie gimió por un momento y volteó la cara hacia él.
-No es nada... creo que algo me ha caído mal – respondió tratando de parecer convincente.
-¿segura? – preguntó Charlie.
-Segura – se puso de pie con dificultad y caminó hacia la salida, pero sus fuerzas le jugaron una mala pasada y pronto se halló de nuevo en el suelo.
-¡¡Sophie!! – Charlie corrió hacia ella e intentó reanimarla. Puso su brazo derecho bajo la nuca de la chica, y el izquierdo bajo sus piernas, llevándola hasta el dormitorio. Sophie abrió los ojos unos segundos después de que Charlie la acomodara en la cama.- ¿Qué está pasando aquí, Sophie?
La mujer lo miró con tristeza. No quería contestar; no se atrevía.
-Sophie, contéstame por favor... esto no puede ser un simple malestar.- dijo Charlie. Viendo que la chica no se atrevía a responder, se apresuró a agregar: - puedes confiar en mí.
-Es difícil, ¿sabes? – le dijo Sophie llegado el momento.- pero tienes razón al decir que no es un simple malestar...
-¿Qué es entonces? – preguntó Charlie.
-Yo... estoy embarazada
Charlie se demoró en asimilar aquellas palabras. Miró a Sophie con una mezcla de sorpresa e inseguridad. ¿Había escuchado bien? ¿Embarazada?
-¿por qué no lo habías dicho antes? ¿Por qué no se lo dijiste a Ron? – quiso saber el pelirrojo.
-Quiero que sea sorpresa... lo supe cuando Ron se fue a Inglaterra y tampoco quería que te preocuparas – explicó Sophie. Sonrió al ver la cara de estupefacción de su cuñado.- Quiero que sea sorpresa para cuando Ron vuelva, así que no le cuentes nada por favor.
-Está bien – asintió Charlie. Esperaba que las esperanzas de Sophie se volvieran realidad en algún momento.- Pero ahora tienes que cuidarte, ¿eh? Prometo ser tu enfermero particular.
-¿tienes experiencia con mujeres embarazadas? – preguntó Sophie con una sonrisa.
-Con dragonas embarazadas... – corrigió Charlie.- Pero creo que es casi lo mismo.
-Gracias, Charles – dijo Sophie.- Eres un buen cuñado.
-Y ahora un buen tío – declaró Charlie sonriendo.- No te preocupes, será una grata sorpresa para Ron.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*
¡¡¡Al fin!!! Ay, me duele todo... sobre todo la vista... tengo que leer por lo menos 10 libros esta semana. (bueno, tú elegiste esa carrera así que ahora te aguantas) esa fue mi conciencia, no la pesquen demasiado.
Gracias por esperarme, aquí van los reviews:
Merodeadora-Chii: lo prometido es deuda. Bueno, espero que a ti también te vaya bien en el cole... aprovecha cuarto medio, que es el último año de felicidad que nos va quedando. ¡¡¡Y prepárate para la PSU!!! Espero que te haya gustado este capítulo... Mi amiga Úrsula está verde por leer lo que ha hecho y cuando le conté que se iba a casar "hipotéticamente" le agradó mucho la idea, sobre todo por lo de los anillos y todo eso. Ah!!! Si tenías sospechas de que Krum interceptaba las cartas, ahora no tendrás ni la más leve idea de lo que viene... jejeje *Maquiavélico * Yap, cuídate, saludos. Tanina Potter.
Lil Granger: también para ti lo prometido es deuda. Gracias por tus buenas vibras para la Universidad. Me ha ido genial, pero cansa leer tantas cosas diferentes a la vez. Ya viste que Hermione le hizo caso a medias a Ron... pero es que recién perdió al marido (¬¬ aunque sea un maldito) y tiene un pequeño bebé que criar. ¡¡¡No la apresuren!!! Bueno, te deseo lo mejor... espero que podamos seguir conversando por MSN, eres de lo más simpática que he visto. Saludos, Tanina Potter.
Annafreey: gracias por las palabras... pero, ¿cómo te hubiera gustado el reencuentro? ¿O estuvo muy fome el mío? Y_Y Espero que te haya gustado la actualización, saludos. Tanina Potter.
Vika Riddle: No te preocupes por la demora. Te entiendo (yo ando en las mismas, jejeje) la mayoría de las veces que estoy en MSN, es a las 4 o 5 PM... los fines de semana. Ojalá que nos encontremos alguna vez. Que te vaya bien en el colegio, estudia harto (para mí segundo fue el peor de todos... pasé matemática arrastrándome con las uñas) y la mejor de las suertes para ti, amigui. Cuídate, Tanina Potter.
Jose: Gracias por el review. Ya lo dije: no se ensañen con Françoise, si ella no es mala persona. Luego se podrán dar cuenta. Y sobre Ron... las mujeres podemos solas... Si no pregúntenle a mi tía, Jejeje. (A ella la admiro mucho) Yap, espero que te haya gustado este chapter... Saludos, Tanina Potter.
Vale: gracias. Lo continuaré a pesar de todo.
Mione Grint: pues créelo, por que los bebés no vienen de Paris como algunos dicen. Además tenía que cumplir con sus deberes de esposa... jejeje. Draco al parecer tiene muchas ganas de montar un puesto de adivinación, podrías preguntarle si no quiere asociarse contigo ^^U Y no te creas, que yo conozco personas tan orgullosas que dan ganas de patearlas... Cuídate, saludos, Tanina Potter.
Yap... fin del chapter. Tengan paciencia, por que ahora me voy a demorar un poco en subir los capítulos... ya saben, por la Universidad Y_Y
Nos vemos. Atte. Tanina Potter.
**Miembro de las Ron4ever**
-Ronnie is the best and will be the best forever-
Atte. La autora. (o sea, yo... ^^U Tanina Potter)
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Capítulo 22: RELACIONES DE PAREJA.
Durante el almuerzo, nadie fue capaz de pronunciar palabra. Sólo las esporádicas intervenciones de Draco y Ginny acerca de la comida, junto a los normales sonidos producidos por los servicios y los vasos al chocar entre sí, hacían pequeños rasguños en aquel silencio indestructible de la escena. Hermione, sumida en sus pensamientos, observaba de reojo su entorno. Harry, sentado frente a Úrsula, trataba de cualquier modo de captar la atención de esta última. Pero Úrsula era inflexible, y aunque su corazón le pedía a gritos que corriera hasta su novio, lo abrazara y lo besara; su mente, fría como el hielo, le exigía que se mantuviera firme. Ron, a su lado, miraba la comida sin deseo, como si estuviera frente a un extenso volumen de "Historia de la magia", intercambiando rápidas miradas con Hermione, que se transformaban en incomodidad.
El llanto de Matthew llegó hasta ellos a la mitad de la cena. Seguramente tenía hambre otra vez, así que su madre se levantó de la mesa rápidamente y caminó hasta la habitación. Los demás la siguieron con la mirada, pero ninguno de ellos pronunció nada. Ginny entonces miró en derredor y comprendió que nadie tenía ánimos de comer.
-Okey, sé que mi comida no es la mejor... pero no los puedo obligar – dijo mientras se levantaba ella también de la mesa y comenzaba a recoger los platos.
-No, Ginny, no es eso – exclamó Úrsula de un salto. – Tú cocinas como las diosas, pero... creo que hoy amanecimos sin ganas de tragar.- esto último lo dijo con tristeza, como si reafirmara su estado de ánimo.
-Te ayudo, amor – propuso Draco, tomando vasos y servicios, mientras Ginny se llevaba los platos a la cocina. Al desaparecer tras la puerta, la escena se hizo aún más densa. Ron tenía la mirada perdida en el mantel (por ahora, una pequeña mancha de vino le pareció muy interesante.) Úrsula bajó hasta el living y se tumbó en el sofá más cómodo, que daba a la chimenea, dónde minutos antes su novio la había recibido con los "brazos abiertos". Harry mientras tanto, se puso de pie mecánicamente y avanzó a grandes zancadas hasta el antejardín. Fue entonces cuando el pelirrojo se decidió a abandonar también la mesa, dirigiendo sus pasos a la habitación de Hermione.
-*-
La chica estaba sentada en la cama, dando de comer a Matthew. Ron no pudo evitar sonreír al mirarla; la maternidad le había sentado muy bien, le había dado nuevos aires, una nueva hermosura. Ver cómo sus pechos llenos alimentaban al bebé, sin llegar a la morbosidad al contemplarlos, hacía que Ron abrigara una nueva ilusión en su corazón. Al verlo, Hermione se sobresaltó un poco, e intentó tapar su pecho descubierto con el pañal del bebé.
-Te has vuelto muy sigiloso para entrar – dijo Hermione sin mirarlo a la cara.- Matthew tenía hambre.
-Sí, ya he visto – Ron contempló por un momento el rostro placentero de niño y luego caminó hasta el borde de la cama, con intenciones de sentarse junto a la chica. - ¿Puedo? – señaló la cama.
-Sí, sí puedes... – respondió Hermione.- Ron... ahora soy yo quien quiere pedirte disculpas.
-¿Por qué lo dices? – Ron se extrañó ante tal afirmación.
-Por no creerte – de un segundo a otro Hermione levantó la mirada y se encontró con la del pelirrojo, que despedía cariño e ilusión por encima de todo lo malo. Quería perderse para siempre en ese mar azul que la observaba, quería decirle cuanto lo amaba y cuanta falta le había hecho. Pero como siempre que se hallaba en esa situación, no podía con los nervios y la vergüenza.
-Lo dices por las cartas, ¿cierto? – preguntó Ron con el ceño fruncido.
-Sí...
Ron esbozó algo como "maldito Krum" que Hermione no alcanzó a escuchar. Entonces el pelirrojo se aventuró a preguntarle a la chica lo que siempre había esperado por preguntar. Quizás sería muy precipitado, pero la incertidumbre estaba carcomiéndole el alma poco a poco.
-Her... yo te dije hace un rato que... que nunca te había olvidado y que no había tenido el valor suficiente para decirte lo que sentía por ti – empezó Ron con un poco de temor. Se le atoraban las ideas en la cabeza, y le costaba reproducirlas a través de su boca. Hermione lo miraba con calma, pero previendo lo que vendría. – Mira... quizás te suene un poco atrevido preguntarte esto... porque estás de luto y... no sé.
-Pregunta lo que quieras, Ron – explicó Hermione dedicándole una hermosa sonrisa, lo que le dio ánimos al pelirrojo para continuar.
-Bueno, pues... yo quisiera saber si tú... si tú sientes...
-Sí, Ron.- respondió Hermione rápidamente.- Yo... siempre estuve... enamorada de ti.- suspiró con fuerza, como si aquella frase le hubiera costado mucha energía de su cuerpo. Ronald esbozó una sonrisa. Sentía que era el ser más afortunado de la tierra, sólo por que Hermione había pronunciado esas seis simples palabras. Pero pasado ese momento de la verdad, Ron se había quedado como de piedra; no sabía como moverse, como hablar, se le habían olvidado las palabras y los gestos. En ese momento, Matthew soltó el pezón de su madre para dormir de nuevo. Hermione entonces, se acomodó las ropas y dejó al bebé en la cama, tapado con la frazada beige favorita de su hijo.
-Te ves tan hermosa de mamá – le dijo Ron de pronto, haciendo que la chica se sonrojara hasta las orejas.
-Gracias...
-Entonces, ¿qué pasará ahora que sabemos de nuestros respectivos sentimientos? – preguntó el pelirrojo, esperanzado de que la respuesta fuera positiva.
-No lo sé, Ron.- respondió Hermione dirigiendo la mirada hacia el piso.- Han pasado tantas cosas...
-Pero eso es parte del pasado – argumentó Ron sin preámbulos.- Nosotros... nosotros somos el presente, y puede que hasta podamos ser algo en el futuro.
-Eso se verá – declaró Hermione con firmeza.- Por ahora, dejemos que las cosas salgan solas, ¿sí? No apresuremos al tiempo...
-Pero...
-Ron, entiende. – le suplicó tomándole las manos con fuerza.- Yo te amo y estoy segura de que lo seguiré haciendo... por eso te lo pido, démosle tiempo al tiempo (N/A: frase cliché ^^)
Ron sonrió. Tendría que aceptarlo a pesar de las ganas que consumían su corazón de poder contarle al mundo cuánto amaba a aquella mujer, y si tal como decía Hermione, las cosas resultaban con el tiempo, pronto podría hacerlo sin remordimientos.
-Te amo tanto – declaró Ron tomando la barbilla de la chica. Se había acercado a ella tan rápido que a Hermione le costaba pensar en qué momento lo había hecho. Pronto sus respiraciones se confundían y podían probar del aliento de sus bocas. Los ojos de Ron se habían cerrado, pero Hermione los mantenía abiertos, expectantes, indecisa de dar aquel paso. Estaban a escasos milímetros... pero la chica había decidido en último minuto alzar la cabeza y besar a Ron en la frente.
-Yo también te amo – dijo Hermione al despegar sus labios del rostro del pelirrojo.
"Okey. Démosle tiempo al tiempo" pensó Ron con resignación.
-*-
Había visto a Ron entrar en la habitación de Hermione. Draco y Ginny estaban en la cocina, seguramente disfrutando de su apasionado amor. Y Harry... Harry había salido de la casa sin decir nada a nadie. Y ella ahí, sentadota en el sofá, atormentándose por su enorme orgullo y sin hacer nada. Estaba haciéndolo todo mal. En vez de luchar por el hombre que amaba, lo estaba alejando de su vida. Tenía que reconquistarlo, no alejarlo, para poder sentirse más segura de su amor.
"Qué más da el orgullo" pensó Úrsula con decisión. Se levantó del sillón rápidamente y corrió hasta el antejardín. Pero el antejardín estaba vacío, Harry no se veía por ninguna parte. Corrió a mirar atrás, pero tampoco había rastros de él en aquel lugar. Caminó por la vereda mirando a todos lados. ¿Se había ido acaso? No... el auto seguía estacionado frente a la casa. Se dirigió al parque. Entremedio de los niños que jugaban en los columpios y los trampolines, se hallaba Harry, sentado en una banqueta.
-¿Sabes? Tengo una amiga que creyó que su novio la engañaba... – comenzó diciendo y se sentó en la banqueta junto al chico.- Y no lo quiso perdonar por que su orgullo era del porte de un buque... – dibujó un buque en el aire con las manos. Harry entonces la miró y Úrsula no pudo más que sonreír.- Pero yo le dije que era una tonta, por que ¿sabes que el chico era el mejor de todos? El más apuesto, el más amoroso y el que más la amaba, y ella le creyó más a sus ojos que a su corazón.
-Úrsula, que...
-No, Harry, no me interrumpas – dijo Úrsula sin dejar de sonreír.- Bueno, pues mi amiga lo pensó mucho y decidió que haría a un lado su orgullo y se dedicaría a amar a su novio para toda la vida.
-¿Eso quiere decir que me perdonas? – preguntó Harry de pronto.
-No... no tengo nada que perdonarte. Te creo – declaró la chica con los ojos brillantes, y el rostro reluciente. Harry la abrazó y ella se acomodó en su pecho, sintiendo los latidos de su corazón en la cara. Unas pocas lágrimas salieron de sus verdes ojos y mojaron la camisa de Harry - No quiero perderte nunca... no lo soportaría.
-Yo tampoco – dijo Harry sonriendo feliz. – te quiero mucho... te amo.
Entonces alzó la cabeza de Úrsula y besó sus labios con alegría. Besos húmedos, salados, mezclados con las lágrimas de cada uno. Besos que expresaban todo el amor que sentían recíprocamente. Besos de reconciliación y de perdón. Cuando separaron sus labios, Úrsula sacó la varita de su bolsillo trasero (Harry le había dicho que ese lugar era inapropiado para llevar una varita, pero Úrsula era cabeza dura) y cuidando que nadie veía lo que hacía, agitó la varita. "Felixego" pronunció y una cajita de color negro apareció en sus manos.
-Se supone que esto lo debes hacer tú – dijo Úrsula sonriendo y entregándole la cajita a Harry.- Ábrela.
Harry abrió la cajita negra. Dentro había dos anillos dorados, unidos por un hilo rojo. El chico sonrió al ver aquellas joyas. Él también había soñado con ese momento, pero de otra manera, así que lo tomó de sorpresa.
-Okey... ¿Conque esto era lo que te proponías? – preguntó Harry pícaramente.
-Sí. – sonrió Úrsula.
-Está bien – Harry sacó los anillos de la caja y tomó el más pequeño.- Entonces, mi querida Úrsula, ¿desea usted pasar el resto de su vida, con este humilde servidor que tiene aquí enfrente? – cogió la mano de su novia y puso el anillo en el anular izquierdo.
-Siempre lo he querido – dijo Úrsula besando los labios de Harry.
-¡Ah, o sea que esto es algo planeado con anterioridad! – exclamó Harry alegremente.
-Sí, puede ser – sonrió pícaramente.
Sellaron aquella unión con un beso. Un beso tierno, alegre, que regocijaba sus corazones hasta el punto de hacerlos saltar fieramente. Decidieron quedarse un rato en la plaza, disfrutando de ese eterno y feliz momento. Pronto les contarían a los demás; pronto compartirían la felicidad con sus mejores amigos.
-*-
Parecían una verdadera pareja de recién casados. Draco y Ginny compartían las labores de la cocina mientras reían y conversaban. Nada les desvanecía ese sueño irreal que vivían desde hace dos años... hasta el momento.
-Gin, necesito hablar contigo – comenzó Draco secando los platos.
-¿Qué hay, Draco? – preguntó Ginny, sin advertir el serio rostro de su novio.
-Pues... no te había dicho, pero el otro día... el ministerio me encargó una misión especial. – dijo Draco.
-¿De qué se trata?
-No lo sé muy bien... según sé me lo explicarían cuando llegara allá... – respondió el rubio.
-¿Allá dónde? – preguntó la pelirroja.- Termina de decírmelo todo, por favor.
-Está bien.- asintió Draco.- La próxima semana me voy a Francia, Gin... y no sé por cuánto tiempo.
Ginny se detuvo en seco cuando recibió la noticia. Escuchaba el sonido del grifo abierto mezclado con los ecos de su pensamiento. "¿Francia?" pensó Gin. "¿Por qué tan lejos?". Dejó los platos bajo el chorro del agua y volteó lentamente la cabeza hacia Draco. Éste le miraba seriamente, como si también se negara a creer lo que acababa de decir.
-¿Francia? – preguntó Ginny.- ¿Por qué Francia? ¿Por qué tú, Draco?
-Al parecer por la solicitud que hice para pertenecer al Wizengamot, ¿te acuerdas? – explicó Draco con simplicidad.- Creo que tiene algo que ver con este viaje.
-Sí, recuerdo lo del Wizengamot... Draco, no quiero tenerte lejos por tanto tiempo – explicó Ginny.
-A lo mejor no es tanto tiempo, quizás sean sólo unos meses... a lo mejor es una preparación para poder entrar en el concejo... no sé – argumentó Draco. Ginny se secó las manos y avanzó hasta él, para abrazarlo.
-Te voy a echar mucho de menos, amor – dijo mientras se asía de él.- Me vas a hacer mucha falta.
-A mí también, Ginny...
-¿Cuándo te vas? – quiso saber la pelirroja.
-El lunes... a las cinco de la tarde. – contestó Draco.- El ministerio pondrá un traslador en sus alrededores.
-¿Puedo ir a despedirte? – preguntó Ginny.
-Claro que sí, amor – respondió Malfoy.- Claro que sí.
Se quedaron en silencio unos momentos. Pronto escucharon ruidos y palabras en el living; alguien debía de haber llegado. Salieron de la cocina y hallaron a Harry y Úrsula, sentados en el sofá, riendo animadamente y pololeando como antes.
-No me digan que... – comenzó Ginny.
-Sí – sonrió Úrsula.- hemos vuelto.
-¡¡Qué bien!! – Ginny y Úrsula se abrazaron en medio del living y saltaron como locas. Los chicos las miraban con diversión.
-Felicitaciones, Potter... –agregó Draco, estrechándole las manos.
-Gracias – dijo Harry. Luego recordó lo que el rubio le había dicho.- Tendrás que poner un puesto de adivinación.
Draco sonrió.- No me vendría mal, ¿eh?
-¿Y dónde está Hermione, Ginny? – preguntó Úrsula.
-Está en su habitación, hablando con mi hermano y atendiendo a Matthew – respondió la pelirroja.
-La voy a llamar... – dijo Úrsula y luego exclamó: - ¡¡¡HERMIONE!!! ¡¡¡HERMI!!!
La aludida apareció cinco segundos después, con cara de preocupación y seguida de Ron.
-¿Qué pasó? – preguntó Hermione.
-Nada... vengan que tenemos que decirles algo – explicó Harry.
-¿Algo? ¿Algo grave? – preguntó Ron colocándose a un lado de Hermione.
-No, nada grave – dijo Úrsula mientras sonreía.
-Hablen de una vez, por Dios – exclamó Hermione.
-Relájate Hermione – dijo Harry. Miró unos segundos a Úrsula y luego agregó: - Quiero que saluden a la futura señora Potter –y señaló a su novia.
Todos se quedaron en silencio, estupefactos, sorprendidos. Parece que les costaba asimilar la nueva idea. Harry y Úrsula estaban impacientes por la reacción, por lo que no dudaron en explicarla otra vez.
-¡¡¡NOS CASAMOS!!! – dijeron los dos a la vez.
La gritería fue enorme. Hermione corrió hacia Úrsula y la abrazó con fuerza, seguida de Ginny. Ron felicitó a su amigo de siempre con un abrazo y un fuerte apretón de manos, como también lo hizo Draco. Ginny corrió por copas y Ron hizo aparecer varias cervezas de mantequillas y una botella de champaña para celebrar. La alegría rebosaba por la casa; no había lugar para la tristeza o los problemas. Un respiro después de tanto sufrimiento.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*
Varias veces había tenido que correr al baño para vomitar. Se sentía terrible. Nunca pensó que estar embarazada sería tan complicado. Por lo menos, los mareos y los vómitos ocurrían cuando Charlie no estaba en casa. No deseaba preocuparlo, aunque sabía que pronto lo notaría. Arrodillada frente al inodoro, Sophie escupía lo último que había cenado. Un gran vacío se le hacía ahora en el estómago, estaba débil, sudorosa, pero supuso que era parte del proceso. Pensaba en Ron. El pelirrojo no tenía idea de nada de lo que le ocurría a Sophie, ya que la chica había decidido no contárselo. Sería una gran sorpresa cuando volviera. Mas aquella interrogante le estaba carcomiendo el cerebro... ¿volvería? Sophie no quería perder las esperanzas de que por lo menos lo haría para despedirse. Ahí le contaría todo. Sabía que Ron la quería... no la amaba, pero la quería y por lo menos querría a su hijo, en cuanto lo viera. Le divertía pensar en la cara que pondría el pelirrojo cuando tuviera en sus brazos a su hijo. Tendría que enseñarle a hablar de nuevo. Una violenta arremetida de su estómago la hizo volcarse nuevamente sobre el inodoro. No escuchó cuando alguien entraba en el baño.
-Sophie, ¿qué te pasa?
Era Charlie. El chico la miraba estupefacto, preocupado por la salud de su cuñada. Sophie gimió por un momento y volteó la cara hacia él.
-No es nada... creo que algo me ha caído mal – respondió tratando de parecer convincente.
-¿segura? – preguntó Charlie.
-Segura – se puso de pie con dificultad y caminó hacia la salida, pero sus fuerzas le jugaron una mala pasada y pronto se halló de nuevo en el suelo.
-¡¡Sophie!! – Charlie corrió hacia ella e intentó reanimarla. Puso su brazo derecho bajo la nuca de la chica, y el izquierdo bajo sus piernas, llevándola hasta el dormitorio. Sophie abrió los ojos unos segundos después de que Charlie la acomodara en la cama.- ¿Qué está pasando aquí, Sophie?
La mujer lo miró con tristeza. No quería contestar; no se atrevía.
-Sophie, contéstame por favor... esto no puede ser un simple malestar.- dijo Charlie. Viendo que la chica no se atrevía a responder, se apresuró a agregar: - puedes confiar en mí.
-Es difícil, ¿sabes? – le dijo Sophie llegado el momento.- pero tienes razón al decir que no es un simple malestar...
-¿Qué es entonces? – preguntó Charlie.
-Yo... estoy embarazada
Charlie se demoró en asimilar aquellas palabras. Miró a Sophie con una mezcla de sorpresa e inseguridad. ¿Había escuchado bien? ¿Embarazada?
-¿por qué no lo habías dicho antes? ¿Por qué no se lo dijiste a Ron? – quiso saber el pelirrojo.
-Quiero que sea sorpresa... lo supe cuando Ron se fue a Inglaterra y tampoco quería que te preocuparas – explicó Sophie. Sonrió al ver la cara de estupefacción de su cuñado.- Quiero que sea sorpresa para cuando Ron vuelva, así que no le cuentes nada por favor.
-Está bien – asintió Charlie. Esperaba que las esperanzas de Sophie se volvieran realidad en algún momento.- Pero ahora tienes que cuidarte, ¿eh? Prometo ser tu enfermero particular.
-¿tienes experiencia con mujeres embarazadas? – preguntó Sophie con una sonrisa.
-Con dragonas embarazadas... – corrigió Charlie.- Pero creo que es casi lo mismo.
-Gracias, Charles – dijo Sophie.- Eres un buen cuñado.
-Y ahora un buen tío – declaró Charlie sonriendo.- No te preocupes, será una grata sorpresa para Ron.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*
¡¡¡Al fin!!! Ay, me duele todo... sobre todo la vista... tengo que leer por lo menos 10 libros esta semana. (bueno, tú elegiste esa carrera así que ahora te aguantas) esa fue mi conciencia, no la pesquen demasiado.
Gracias por esperarme, aquí van los reviews:
Merodeadora-Chii: lo prometido es deuda. Bueno, espero que a ti también te vaya bien en el cole... aprovecha cuarto medio, que es el último año de felicidad que nos va quedando. ¡¡¡Y prepárate para la PSU!!! Espero que te haya gustado este capítulo... Mi amiga Úrsula está verde por leer lo que ha hecho y cuando le conté que se iba a casar "hipotéticamente" le agradó mucho la idea, sobre todo por lo de los anillos y todo eso. Ah!!! Si tenías sospechas de que Krum interceptaba las cartas, ahora no tendrás ni la más leve idea de lo que viene... jejeje *Maquiavélico * Yap, cuídate, saludos. Tanina Potter.
Lil Granger: también para ti lo prometido es deuda. Gracias por tus buenas vibras para la Universidad. Me ha ido genial, pero cansa leer tantas cosas diferentes a la vez. Ya viste que Hermione le hizo caso a medias a Ron... pero es que recién perdió al marido (¬¬ aunque sea un maldito) y tiene un pequeño bebé que criar. ¡¡¡No la apresuren!!! Bueno, te deseo lo mejor... espero que podamos seguir conversando por MSN, eres de lo más simpática que he visto. Saludos, Tanina Potter.
Annafreey: gracias por las palabras... pero, ¿cómo te hubiera gustado el reencuentro? ¿O estuvo muy fome el mío? Y_Y Espero que te haya gustado la actualización, saludos. Tanina Potter.
Vika Riddle: No te preocupes por la demora. Te entiendo (yo ando en las mismas, jejeje) la mayoría de las veces que estoy en MSN, es a las 4 o 5 PM... los fines de semana. Ojalá que nos encontremos alguna vez. Que te vaya bien en el colegio, estudia harto (para mí segundo fue el peor de todos... pasé matemática arrastrándome con las uñas) y la mejor de las suertes para ti, amigui. Cuídate, Tanina Potter.
Jose: Gracias por el review. Ya lo dije: no se ensañen con Françoise, si ella no es mala persona. Luego se podrán dar cuenta. Y sobre Ron... las mujeres podemos solas... Si no pregúntenle a mi tía, Jejeje. (A ella la admiro mucho) Yap, espero que te haya gustado este chapter... Saludos, Tanina Potter.
Vale: gracias. Lo continuaré a pesar de todo.
Mione Grint: pues créelo, por que los bebés no vienen de Paris como algunos dicen. Además tenía que cumplir con sus deberes de esposa... jejeje. Draco al parecer tiene muchas ganas de montar un puesto de adivinación, podrías preguntarle si no quiere asociarse contigo ^^U Y no te creas, que yo conozco personas tan orgullosas que dan ganas de patearlas... Cuídate, saludos, Tanina Potter.
Yap... fin del chapter. Tengan paciencia, por que ahora me voy a demorar un poco en subir los capítulos... ya saben, por la Universidad Y_Y
Nos vemos. Atte. Tanina Potter.
**Miembro de las Ron4ever**
-Ronnie is the best and will be the best forever-
