Capítulo 26: LILIBETH.
El ambiente estaba increíblemente tenso. Hermione aún atónita por la llegada de Lilibeth, caminó lentamente hasta el sofá más próximo, con Matthew aún en los brazos, y se derrumbó en él, sin atreverse a decir palabra. De pronto, el silencio fue roto por el leve llanto de la recién nacida. Charlie la meció un poco en sus brazos y volvió a cubrirla con las mantas que llevaba. Ron se acercó hasta su hermano y con un gesto le pidió a la niña.
-Ten cuidado con la cabeza – le dijo Charlie cuando la ponía en los brazos de su hermano.
Ron nerviosamente acomodó a Lilibeth en su regazo y observó su rostro. Unas reducidas pecas inundaban sus pequeñas mejillas, y sacaba las manitos por encima de las mantas.
-Aún no puedo creerlo... – dijo Ron después de unos segundos.
-¿Qué es lo que no puedes creer? – preguntó Charlie frunciendo el ceño.
-Esto... – dijo mirando a la bebé.- No entiendo... ¿por qué nunca me dijo nada?
-Quería que todo fuera una sorpresa... te lo diría cuando regresaras.- aseguró Charlie.- Pero, ¿tú pensabas regresar?
Ron miró a su hermano algo confuso. No sabía qué decir... no había pensado en el regreso.
-¿Ibas a volver, Ron? – preguntó Hermione desde el sofá.
-Yo... no lo sé, Hermione – respondió el pelirrojo.
-Ya sabía que responderías eso, Ron – dijo su hermano mirándolo fijamente.- Pero Sophie siempre mantuvo la esperanza de que regresarías... aunque fuera sólo para despedirte de ella.
-¿Y tú? ¿Por qué no me dijiste nada? – preguntó Ron con seriedad.
-¡¡Y qué sacaba!! ¿Irías a buscarla y te casarías con ella? – exclamó Charlie algo exasperado.
-¡No lo sé! – gritó Ron, por encima del inminente llanto de Lilibeth.- Pero por lo menos habría ido a buscarla para hablar con ella... para ayudarla en lo que fuera.
-¡¡No hables sandeces!! – gritó Charlie también.- Tú nunca has sabido ser responsable, Ron... yo fui el único que cuidó de ella, el único que sufrió con ella estos nueve meses de embarazo...
-¡¡Yo también lo habría hecho, si ella me hubiese contado desde un principio!! – gritó Ron nuevamente.
-¡Oye, pueden calmarse! – exclamó Hermione poniéndose de pie de pronto.- Despertarán a la niña y harán llorar a Matthew.
Los dos hermanos detuvieron su discusión y voltearon a ver a la chica, quien enfurecida con ellos, tenía una mano puesta en la cintura y con la otra sostenía a su hijo.
-Lo siento, Hermione –dijo Charlie de pronto.
-Sí, yo también lo siento – agregó Ron.
-No sacan nada con sentirlo... – dijo Hermione bastante molesta.- ¿Qué vas a hacer ahora, Ron? Supongo que te harás cargo de ella, ¿verdad?
-Claro que sí – afirmó Ron.- Pero... primero necesito hablar con Sophie, pedirle perdón... no sé.
-No podrás.- dijo Charlie de pronto.
-¿Cómo que no podré? – preguntó Ron sorprendido.
-No podrás.- repitió Charlie.- Sophie falleció... falleció cuando dio a luz a Lilibeth.
Ron abrió los ojos a más no poder, al igual que su boca, de donde no salía ninguna palabra. Hermione lanzó un gemido ahogado y abrazó más fuertemente a su hijo. Charlie cerró los ojos y de uno de ellos se escapó una solitaria lágrima, que secó al instante. ¿Sophie muerta? No podía ser...
-Por eso me pidió que te trajera a la niña hasta aquí, Ron – agregó Charlie.- Además ella sabía de la existencia de Hermione.
-¿Sabía de mí? – preguntó Hermione, atónita.- ¿Cómo?
-No lo sé, pero de algún modo se enteró – respondió el pelirrojo.
-Entonces Lilibeth crecerá sin una madre... pobrecita –dijo Hermione mirando a la bebé. Ron aún no salía de su estupor.- Ron... Ron... ¡¡Ron reacciona, por favor!!
-¿Qué... qué pasa? – preguntó Ron saliendo de su estado vegetal.
-Tu hija – le dolía decir aquella frase.- ¿Qué harás con ella?
-Supongo que hacerme cargo – dijo Ron mirándola por encima de las mantas.- Será difícil... pero... supongo que si las mujeres pueden solas con un hijo, los hombres también podemos.
La escena volvió a quedarse en silencio. Hermione contemplaba a Ron, quien lentamente dejaba aparecer una débil sonrisa en sus labios. Aquello la tranquilizó. Ya no era el joven impetuoso que dejó en el colegio, no era aquel chico loco que la sacaba de sus casillas cada vez que discutían. No, ya no era él... ahora era un adulto de verdad, era maduro y sobre todo, ahora era papá. Suavemente, ella también comenzó a sonreír. Miró a su hijo, quien seguía durmiendo en su regazo y sonrió aún más. ¿Por qué no?
-¿Por qué no? – dijo Hermione en voz alta.
-¿Qué quieres decir? – preguntó Ron volviendo su rostro hacia la chica.
-No te quedarás solo, Ronald.- dijo Hermione.- Si tú me ayudaste con Matthew cuando... cuando le faltó su padre, ¿por qué yo no puedo ayudarte cuando a Lilibeth le falta Sophie?
-¿Hablas en serio? – preguntó el pelirrojo con la cara llena de sorpresa.
-Muy en serio.
-Sophie sabrá agradecértelo.- dijo Charlie, quien también sonreía.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*
Las frías calles de Francia rodeaban ese día a un joven rubio, quien caminaba sin rumbo entre la gente. Ayudado por su abrigo a soportar el clima, se metió en un café "aparentemente" muggle. Caminó entre las mesas del lugar y se metió por una puerta lateral que decía "baño en mal estado". Nadie se dio cuenta de que había entrado por ahí, así que pudo pasar desapercibido hasta el otro lado, en donde el café se extendía a una sección propiamente mágica. Varios hombres y mujeres vestidos con capas y sombreros de diferentes formas, descansaban ahí mientras bebían algo para entrar en calor. En una mesa cerca de la ventana, hechizada para que nadie mirara por fuera, estaba sentada una mujer rubia, vestida de forma atrevida y mirándose en el espejo, mientras se empolvaba la nariz. El joven se acercó hasta ella y se sentó en la silla contigua.
-Sigo pensando que venir aquí fue una tontería – saludó el chico.
-No digas esas cosas, Draco... – dijo la mujer sonriendo.- Todo tiene su motivo y aquí el motivo pgincipal es tu tgabajo.
-¿Qué es lo que quiere, Constance? – preguntó Draco con impaciencia.
-Nada, nada... todavía – respondió la rubia. – tengo una pgoposición que hacegte.
-¿Proposición?
-Sí... una muy buena.- respondió Constance.- Yo sé que ningún hombge se gesiste a una ofegta así, y menos con una mujeg como yo... Draco, si tú quisiegas podgías seg ministgo de magia, sólo si aceptas compagtig tu éxito conmigo.
-Si fuera ministro de magia no compartiría el éxito contigo.- respondió Draco.
-¿Y con quién? ¿Con esa niñita peligoja que apagece en tus fotogafías? – preguntó Constance con desprecio.
-¿Cómo sabes de mis fotografías? – preguntó Draco.
-Uno se entega de muchas cosas cuando es tutog de alguien – respondió Constance con una sonrisa maquiavélica.- Pego ese no es el punto... el punto está en mis influencias...
Draco sintió de pronto como el pie de Constance subía por debajo de su pantalón. Un estremecimiento recorrió su cuerpo hasta el final de su cuello y miró seriamente a la mujer.
-Tus condiciones no son de mi agrado.- dijo Draco de pronto.- Como te dije, no compartiría mi éxito con nadie que no fuera Ginny...
-¿Ginny? ¡¡Qué tiegno!! – exclamó Constance irónicamente.- Pues si no es conmigo no segá con nadie.
-Muy bien, no será contigo.- dijo Draco con decisión.
La expresión de Constance cambió de pronto y sacó su pie de la pierna del rubio.
-Entonces despídase de su solicitud, señog Malfoy – dijo Constance ásperamente. Sacó de su bolso un pequeño papel doblado en varias partes y su varita.- "Deletrius" – pronunció y el papel desapareció en el aire.
Draco se puso de pie rápidamente y miró a la mujer con odio. No dijo nada, pero salió apresuradamente del lugar, dejando a Constance sola de nuevo. No sería con ella, sería con Ginny.
-*-
Sumergidas entre la gran multitud de gente que compraba artículos para el invierno, Ginny Y Úrsula paseaban por las tiendas del callejón Diagon, mirando ropas para el nuevo bebé de Úrsula. Entraron en Madame Malkins, a la parte en donde podían verse pequeñas túnicas de suaves colores y gorritos de lana para bebé. La dependienta las recibió con amabilidad y comenzaron a mirar las túnicas rosas, con eso de que Françoise le había dicho que su bebé sería mujer.
-¿Y qué, ya has pensado en algún nombre para ella? – preguntó Ginny con curiosidad.
-Mmm... no mucho, aunque a Harry le ha dado con que le ponga Jessie... ya que si no es hombre, no podrá ponerle James como quería.- respondió Úrsula.
-¡Tan original como siempre, el pobre! – exclamó Ginny sonriendo.- Cuando tenga hijos con Draco, jamás les pondré los nombres de mis padres o el de los padres de Draco.
-Bueno, parece que los padres de antaño les daba por preservar sus nombres – dijo Úrsula.- A Harry le pusieron Harry James...
-Y a mí, Ginny Molly... - dijo Ginny. Las dos rieron sonoramente ante aquel comentario.- Si tan sólo Draco estuviera aquí, ¡¡No sabes cómo lo echo de menos!!
-Te entiendo, Gin...
-No, no me entiendes.- dijo Ginny con tristeza.- Me voy a volver loca si no lo veo, si no siento sus manos, su aliento, su voz.
-Ya no tendrás que volverte loca, aquí estoy.- una voz masculina llegó hasta ellas.
-¿Ves? – dijo Ginny mirando a Úrsula.- ¿Ahora hasta su voz la escucho por todas partes?
-Y podrías ver su rostro si das la vuelta – dijo Úrsula sonriendo con satisfacción.- Mira detrás de ti.
Ginny la miró con incredulidad, ¿se estaría volviendo loca su amiga también? Lentamente giró su cuerpo en 180 grados y comprobó lo que tanto temía. Aquellos ojos grises que tanto le gustaban, la contemplaban ahora con mucho amor y esos delgados labios de hombre se curvaron de pronto para decir:
-Volví, Gin ¿No estás feliz de verme?
-¡¡Draco!! – Ginny entonces corrió hacia él y se aferró fuertemente a sus brazos, besándolo con fuerza y alegría. Las lágrimas le saltaron rápidamente de sus azules ojos.- ¡Te eché tanto de menos, Draco!
-Yo también, Ginny... yo también.
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En las afueras de Bulgaria, Mijail Yarrovich, entrenador del equipo de Quidditch de ese país, discutía abiertamente con uno de los jugadores. El tipo parecía muy alterado, pero a la vez parecía que no quería que los demás escucharan su conversación, por lo que tomó fuertemente del brazo del jugador y lo llevó hasta su oficina.
-Ya te he dicho Dimitry, que no me estés hablando a cada rrato de ese trraidor de Krum... hace rrato que le perrdimos la pista.- alegó Mijail.
-Lo sé señor, porr eso deseaba hablarrle... los papeles deben estarr en su casa, los papeles del Ministerrio – dijo Dimitry.
-¡Cállate, idiota! Aquí las parredes tienen oídos – dijo señalando al único cuadro de la habitación, donde se veía un viejo hombre en uniforme búlgaro, durmiendo en el sofá en donde lo habían retratado.- Además no debemos temerr, Víctor murrió hace tiempo y su mujerr salió del país. Esa casa ha estado deshabitada por meses.
-Perro pronto dejarrá de estarlo, señor – replicó Dimitry. – Oí porr ahí que unos muggles querrían comprrar la propiedad... si Víctor dejó ahí los papeles, serría perjudicial que cayerra en malas manos.
-Lo sé, lo sé... no tienes parra que repetirlo tantas veces – dijo Mijail.- Nadie, muggle o mago, deberrá saber de las intenciones que teníamos Víctor y yo... y menos ahorra que el ministerrio está tan débil en su jefaturra. Esos papeles y unas cuantas maldiciones nos servirrían de mucho a la horra de tomarnos el poder...
-Entonces debemos ir hasta allá y recuperrar esos papeles.- propuso Dimitry.
-Sí, no hay que perderr tiempo.
Presurosamente, Mijail y Dimitry, se metieron por turno a la chimenea del lugar y nombraron la casa de Víctor Krum como destino. Aunque no estaban seguros de si la red Flu siguiese conectada con su chimenea, llegaron rápidamente a la casa del Búlgaro. Todo estaba envuelto en paños blancos, lleno de polvo y en silencio. Se dirigieron rápidamente a las habitaciones, no sabían cuál de ellas sería, así que la varita como brújula les sirvió mucho. Buscaron en los cajones, en las repisas, en los armarios. Nada, no había absolutamente ningún papel.
-¡No puede ser! – gritó Mijail.- Ese maldito de Krum se llevó los papeles a la tumba... o se los llevó su mujerr.
-Perro, tiene que haberr una copia, ¿usted tenía alguna copia del documento?.- preguntó Dimitry.
-¡¡NO, clarro que no!! Víctor siempre me dijo que estarrían mejor en su casa... ¿¿¡¡Quién iba a sospecharr algo malo del famoso Víctor Krum!!?? – exclamó Mijail, levantando los brazos con furia.
-Tiene que estarr porr aquí, Mijail – dijo Dimitry, buscando de nuevo entre las sábanas de la cama.- Tenemos que encontrar...
De súbito, Dimitry se quedó en silencio. Parecía haber escuchado algo.
-¿Qué pasa, Dimitry? – preguntó Mijail.
-¡¡Shshsh...!! –lo interrumpió el joven.- Aquí anda alguien.
Tomando su varita con más fuerza caminó hasta el pasillo, seguido de Mijail. Miraba a todos lados con mucho cuidado, y escuchaba atentamente, por si los pasos se repetían. Mas la casa no daba señales de alguna otra presencia. Entraron a la sala de estar y se quedaron ahí en silencio, atentos a cualquier sonido. Mijail se escurrió hasta una esquina, con mucho nervio y chocó contra algo duro a sus espaldas, botando el paño que lo cubría. Era un cuadro familiar: Krum, Hermione y el pequeño Matthew, quienes sonreían ligeramente al resto. Más sonreía Krum, que Hermione, pero ese es un mero detalle.
-Ese maldito de Krum nos sale hasta en la sopa – dijo Mijail, sonriendo nerviosamente. Pero de pronto su sonrisa cambió a una horrorosa expresión de terror. Ante esto, Dimitry lo miró con curiosidad y volteó a ver lo que Mijail observaba con temor. El miedo en su cara fue quizás más apreciable cuando el rayo de luz verde dio justo en su pecho. Lo mismo pasó con Mijail.
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Después de la agobiante conversación que mantuvieron Ron, Charlie y Hermione, el hermano mayor del pelirrojo decidió dejarlos solos por unos momentos.
-Iré por ahí a descansar de todos esto que ha pasado – dijo Charlie cuando Ron le preguntó dónde iría.
-Pero... ¿no piensas quedarte un rato más? Necesito preguntarte varias cosas... – alegó Ron.
-Después habrá tiempo, hermano – respondió Charles.- Yo volveré para ver a mi sobrina... – tendió entonces su mano para acariciar los suaves cabellos de Lilibeth, que aún permanecía en los brazos de su padre.
-No demores demasiado – dijo Hermione volviendo de su habitación. Había ido a acostar de nuevo a Matthew en la cuna.
-No te preocupes.- se dirigió hasta la puerta y la abrió sin más preámbulos.
-Eeehh... yo... – una muchacha estaba parada detrás de ella, con el puño en alto, a punto de golpearla. Charles se quedó mirándola por unos instantes, al igual que ella.
-Françoise, hola, ¿qué te trae por aquí? – preguntó Hermione acercándose a la chica.
-Perdón, creí que me había equivocado de casa.- dijo Françoise algo avergonzada.- Venía a dejarle un documento del ministerio a la señorita... digo, señora Úrsula. No la encontré en su casa y pensé que podría estar aquí.
-No te preocupes, yo se los doy... – dijo Hermione tomando los papeles que la muchacha le extendía en ese momento.- Ah, sí... Françoise, este es Charles, el hermano de Ron.
-Hola – dijo Charles dándole la mano.
-Charles, ella es Françoise Leeward, asistente de mi amiga Úrsula – dijo Hermione sonriendo.- Trabaja en el ministerio.
-Gusto de conocerte.- dijo Charles sonriendo nerviosamente.
-Igualmente.- habló Françoise.
-Eeehh... yo entonces me voy – dijo Charles soltando la mano de la chica.- Volveré más tarde. Adiós, Françoise.
-Adiós – respondió la chica girando para verlo irse.
-Y entonces, ¿quieres pasar? – preguntó Hermione. La chica no la escuchó y se quedó pegada en el horizonte - Françoise... ¿me estás escuchando?
-¿Ah? Sí, si, claro... después le mando un recado a la señora Úrsula con mi lechuza, ahora tengo que irme.- dijo Françoise nerviosamente, y salió muy rápido de ahí.
-¿Por qué esto me huele a amor? – dijo Hermione cerrando la puerta de su casa.
-¿Qué cosa? – preguntó Ron, desconectado de la situación.
-¡¡Ay, Ronald Weasley, tú nunca te das cuenta de nada!! – exclamó Hermione caminando hacia él.- Dame a Lilibeth, la llevaré a la cama para que duerma más tranquila.
-Gracias por todo, Hermione – dijo Ron entregándole a la niña.
-No tienes por qué agradecérmelo – dijo Hermione.- Si es por amor no hay ningún sacrificio.
-Eso me gusta – dijo Ron asiéndola del brazo y llevándola hacia sí. Con mucha ternura, pegó sus labios a los de la chica y acarició sus cabellos suavemente.
-Muy bien, señor Weasley – dijo Hermione al terminar el beso.- Dejemos a la niña dormir y dediquémonos a nuestros asuntos.
-Hmmm... eso me gusta aún más.- sonrió Ron, y acompañó a Hermione hasta la habitación para dejar a Lilibeth en la cama.
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¡¡¡¡POR FIN!!!! Después de siglos de espera... (¬¬ ¡¡Qué exagerada!!) por fin pude terminar este capítulo... es que me aboqué por completo a las lecturas de "La Ilíada", "La Odisea" y "Los trabajos y los días". Ayer me hicieron la prueba... aspiro a un cuatro, porque a la muy tonta se le olvidó lo que significaba "sujet" e "intriga" ^^U
Bueno, lo que ustedes estaban esperando...
Reviews:
SaraMeliss: Gracias por el review. Apropósito, ¿eres de México o sus cercanías? Es que la frase que pusiste ahí me suena conocida... jejeje ^^ la influencia de las teleseries. Bueno, espero que te guste también este capítulo y perdón por la demora. Saludos, Tanina Potter.
eRgA: No te entristezcas tanto, que Lilibeth va a estar bien con Hermione y Ron. En cuanto a Charlie, yo ya le tenía preparado otro destino... jejeje, espero que les guste. Ah!, perdón por lo corto, pero ya saben que ahora tengo la cabeza más ocupada que de costumbre... (^^!! Y eso significa "ocupadísima") Saludos, Tanina Potter.
Vale: Hola, gracias por el review... espero seguir manteniendo la intensidad. Saludos, Tanina Potter.
Lily4ever: Te encuentro toda la razón. Si Ron se pudo acostumbrar a Matthew, ¿por qué Hermione no va a poder acostumbrarse a Lilibeth? Espero que consigas la inspiración que necesitas... adelante. Saludos, cuídese, Tanina Potter.
Vika Riddle: Mis aires maternales están muy fuertes estos días, espero que se me pasen pronto... aunque ¿has visto los comerciales de "Pampers"? Jejeje, yo los celebro todos. ^^U Y sí, yo era Eleanor... es mi seudónimo de siempre "Eleanor Wood", una variación de Elanor, la hija de Sam Gamgee y Wood por mi niño hermoso, Elijah. Don't worry, que sé lo que es demorarse por el colegio, espero que puedas leer este capítulo pronto y me dejes tu opinión. Cuídese, amigui, Tanina Potter.
kat: hola, gracias por el review... es bueno ver caras nuevas por aquí (en sentido figurado, claro) Y de nada... jejeje, nada pasó y nada pasará entre Draco y Constance. Saludos, Tanina Potter.
Anna-Granger: gracias por el review, jejeje, otra cara nueva. Y no te preocupes, que a Ronnie no le va a pasar nada... al menos por ahora. Saludos, Tanina Potter.
Lil Granger: Créeme que no eres la última, pero no te preocupes... y T_T ¿¿Por qué tú estás de vagaciones y yo no?? Buuuu!!! Tendré que esperar hasta mediados de Junio para pensar siquiera en estirar las piernas... ¿Cierto que me quedó cebollera la muerte de Sophie? Si hasta a mí me dio pena cuando la leí, mi mamá también la leyó, pero a ella no le da pena ¬¬ ¡¡Aunque tienes mucha razón!! Con tanto niño en la historia, tendré que asociarme a "Huggies" para que me dé los pañales... ^^ Pero don't worry, que tampoco voy a fundar un jardín infantil... Bueno, gracias por los buenos deseos, también van para ti. Saludos, cuídese, Tanina Potter.
Sara Fénix Black: Hooooollllaaaaaa!!!! Jejeje, yo te hacía por mi programa, mirando a Sirius, pero que bueno que leas este fic, que es algo llorón, pero... ¡qué le vamos a hacer! Esa era la idea... Espero que de verdad te guste. Saludos, Tanina Potter.
Luny: Hola, gracias por el e-mail que me mandaste, me va a servir mucho. Y bueno, créeme que soy malvada sólo en los fics, no creo que sería capaz de matar a alguna persona de verdad... ¬¬ a menos claro que me dé motivos para hacerlo. Y sobre la Mary sue, gracias por la aclaración, aunque me leí un fic que se llamaba "Las cosas que aprendí leyendo fics de HP" o algo así, y ahí le dedicaron un capítulo completo a las Mary sue... jejeje, como me he reído. Bueno, saludos, Tanina Potter.
S. Lily Potter: Hola, claro que te recuerdo... yo no olvido a las personas que tienen la paciencia de leer esta historia. Y bueno, como he dicho, no todo es miel sobre hojuelas, y Sophie TENÍA que morir para que el fic se desarrollara tal como lo había planeado. Y bueno, los bebés son lindos hasta que aprenden a caminar... ¬¬ después son insoportables... (Yo ya tengo esa mala experiencia, con mi primito chico) Espero que te haya gustado esta actualización. Saludos, Tanina Potter.
Jose: Hola, de nada... Draquito en esta historia es más bueno que la leche... jejeje. Y no te preocupes, que Hermione sabe apreciar lo que Ron hizo por Matthew y hará lo mismo con Lilibeth. Hace tiempo que no veo a la Úrsulita, pero ella estuvo de acuerdo en que su personaje tuviera un hijo... (específicamente una hija) y aunque no le guste Harry Potter (por que todavía no lo ha leído ¬¬) está encantada de participar en esta historia. Jejeje, soy malvada, pero sólo en los fics... bueno, cuídate mucho tú también, saludos, Tanina Potter.
mione grint: ¿Con quién creías que se iba a quedar Charlie? Aunque por ahí en el fic dice algo, no sé si lo notaste. Ya no tienes que esperar más, por que el lengüetazo de vaca... digo, Draco ^^U ¡¡¡¡ya volvió!!!! Jejeje, bueno, MSN no tengo en mi casa, pero me conecto en los cyber cafés... cuando tengo plata, casi siempre a eso de las cinco de la tarde, hora chilena, no sé cuantas horas de diferencia habrá con Venezuela, pero bueno, ojalá algún día nos encontremos. Espero ansiosa tu fic... con todo y "señorita globos de silicona" Jejeje... :P Saludos, Tanina Potter.
ruperts lover: hola, otra nueva cara... ^^, espero que te haya gustado esta actualización. Saludos, Tanina Potter.
Bueno, gracias por los reviews y por la paciencia.
Atte. Tanina Potter.
**Miembro de las RON4EVER** Ronnie is the best and will be the best forever.
El ambiente estaba increíblemente tenso. Hermione aún atónita por la llegada de Lilibeth, caminó lentamente hasta el sofá más próximo, con Matthew aún en los brazos, y se derrumbó en él, sin atreverse a decir palabra. De pronto, el silencio fue roto por el leve llanto de la recién nacida. Charlie la meció un poco en sus brazos y volvió a cubrirla con las mantas que llevaba. Ron se acercó hasta su hermano y con un gesto le pidió a la niña.
-Ten cuidado con la cabeza – le dijo Charlie cuando la ponía en los brazos de su hermano.
Ron nerviosamente acomodó a Lilibeth en su regazo y observó su rostro. Unas reducidas pecas inundaban sus pequeñas mejillas, y sacaba las manitos por encima de las mantas.
-Aún no puedo creerlo... – dijo Ron después de unos segundos.
-¿Qué es lo que no puedes creer? – preguntó Charlie frunciendo el ceño.
-Esto... – dijo mirando a la bebé.- No entiendo... ¿por qué nunca me dijo nada?
-Quería que todo fuera una sorpresa... te lo diría cuando regresaras.- aseguró Charlie.- Pero, ¿tú pensabas regresar?
Ron miró a su hermano algo confuso. No sabía qué decir... no había pensado en el regreso.
-¿Ibas a volver, Ron? – preguntó Hermione desde el sofá.
-Yo... no lo sé, Hermione – respondió el pelirrojo.
-Ya sabía que responderías eso, Ron – dijo su hermano mirándolo fijamente.- Pero Sophie siempre mantuvo la esperanza de que regresarías... aunque fuera sólo para despedirte de ella.
-¿Y tú? ¿Por qué no me dijiste nada? – preguntó Ron con seriedad.
-¡¡Y qué sacaba!! ¿Irías a buscarla y te casarías con ella? – exclamó Charlie algo exasperado.
-¡No lo sé! – gritó Ron, por encima del inminente llanto de Lilibeth.- Pero por lo menos habría ido a buscarla para hablar con ella... para ayudarla en lo que fuera.
-¡¡No hables sandeces!! – gritó Charlie también.- Tú nunca has sabido ser responsable, Ron... yo fui el único que cuidó de ella, el único que sufrió con ella estos nueve meses de embarazo...
-¡¡Yo también lo habría hecho, si ella me hubiese contado desde un principio!! – gritó Ron nuevamente.
-¡Oye, pueden calmarse! – exclamó Hermione poniéndose de pie de pronto.- Despertarán a la niña y harán llorar a Matthew.
Los dos hermanos detuvieron su discusión y voltearon a ver a la chica, quien enfurecida con ellos, tenía una mano puesta en la cintura y con la otra sostenía a su hijo.
-Lo siento, Hermione –dijo Charlie de pronto.
-Sí, yo también lo siento – agregó Ron.
-No sacan nada con sentirlo... – dijo Hermione bastante molesta.- ¿Qué vas a hacer ahora, Ron? Supongo que te harás cargo de ella, ¿verdad?
-Claro que sí – afirmó Ron.- Pero... primero necesito hablar con Sophie, pedirle perdón... no sé.
-No podrás.- dijo Charlie de pronto.
-¿Cómo que no podré? – preguntó Ron sorprendido.
-No podrás.- repitió Charlie.- Sophie falleció... falleció cuando dio a luz a Lilibeth.
Ron abrió los ojos a más no poder, al igual que su boca, de donde no salía ninguna palabra. Hermione lanzó un gemido ahogado y abrazó más fuertemente a su hijo. Charlie cerró los ojos y de uno de ellos se escapó una solitaria lágrima, que secó al instante. ¿Sophie muerta? No podía ser...
-Por eso me pidió que te trajera a la niña hasta aquí, Ron – agregó Charlie.- Además ella sabía de la existencia de Hermione.
-¿Sabía de mí? – preguntó Hermione, atónita.- ¿Cómo?
-No lo sé, pero de algún modo se enteró – respondió el pelirrojo.
-Entonces Lilibeth crecerá sin una madre... pobrecita –dijo Hermione mirando a la bebé. Ron aún no salía de su estupor.- Ron... Ron... ¡¡Ron reacciona, por favor!!
-¿Qué... qué pasa? – preguntó Ron saliendo de su estado vegetal.
-Tu hija – le dolía decir aquella frase.- ¿Qué harás con ella?
-Supongo que hacerme cargo – dijo Ron mirándola por encima de las mantas.- Será difícil... pero... supongo que si las mujeres pueden solas con un hijo, los hombres también podemos.
La escena volvió a quedarse en silencio. Hermione contemplaba a Ron, quien lentamente dejaba aparecer una débil sonrisa en sus labios. Aquello la tranquilizó. Ya no era el joven impetuoso que dejó en el colegio, no era aquel chico loco que la sacaba de sus casillas cada vez que discutían. No, ya no era él... ahora era un adulto de verdad, era maduro y sobre todo, ahora era papá. Suavemente, ella también comenzó a sonreír. Miró a su hijo, quien seguía durmiendo en su regazo y sonrió aún más. ¿Por qué no?
-¿Por qué no? – dijo Hermione en voz alta.
-¿Qué quieres decir? – preguntó Ron volviendo su rostro hacia la chica.
-No te quedarás solo, Ronald.- dijo Hermione.- Si tú me ayudaste con Matthew cuando... cuando le faltó su padre, ¿por qué yo no puedo ayudarte cuando a Lilibeth le falta Sophie?
-¿Hablas en serio? – preguntó el pelirrojo con la cara llena de sorpresa.
-Muy en serio.
-Sophie sabrá agradecértelo.- dijo Charlie, quien también sonreía.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*
Las frías calles de Francia rodeaban ese día a un joven rubio, quien caminaba sin rumbo entre la gente. Ayudado por su abrigo a soportar el clima, se metió en un café "aparentemente" muggle. Caminó entre las mesas del lugar y se metió por una puerta lateral que decía "baño en mal estado". Nadie se dio cuenta de que había entrado por ahí, así que pudo pasar desapercibido hasta el otro lado, en donde el café se extendía a una sección propiamente mágica. Varios hombres y mujeres vestidos con capas y sombreros de diferentes formas, descansaban ahí mientras bebían algo para entrar en calor. En una mesa cerca de la ventana, hechizada para que nadie mirara por fuera, estaba sentada una mujer rubia, vestida de forma atrevida y mirándose en el espejo, mientras se empolvaba la nariz. El joven se acercó hasta ella y se sentó en la silla contigua.
-Sigo pensando que venir aquí fue una tontería – saludó el chico.
-No digas esas cosas, Draco... – dijo la mujer sonriendo.- Todo tiene su motivo y aquí el motivo pgincipal es tu tgabajo.
-¿Qué es lo que quiere, Constance? – preguntó Draco con impaciencia.
-Nada, nada... todavía – respondió la rubia. – tengo una pgoposición que hacegte.
-¿Proposición?
-Sí... una muy buena.- respondió Constance.- Yo sé que ningún hombge se gesiste a una ofegta así, y menos con una mujeg como yo... Draco, si tú quisiegas podgías seg ministgo de magia, sólo si aceptas compagtig tu éxito conmigo.
-Si fuera ministro de magia no compartiría el éxito contigo.- respondió Draco.
-¿Y con quién? ¿Con esa niñita peligoja que apagece en tus fotogafías? – preguntó Constance con desprecio.
-¿Cómo sabes de mis fotografías? – preguntó Draco.
-Uno se entega de muchas cosas cuando es tutog de alguien – respondió Constance con una sonrisa maquiavélica.- Pego ese no es el punto... el punto está en mis influencias...
Draco sintió de pronto como el pie de Constance subía por debajo de su pantalón. Un estremecimiento recorrió su cuerpo hasta el final de su cuello y miró seriamente a la mujer.
-Tus condiciones no son de mi agrado.- dijo Draco de pronto.- Como te dije, no compartiría mi éxito con nadie que no fuera Ginny...
-¿Ginny? ¡¡Qué tiegno!! – exclamó Constance irónicamente.- Pues si no es conmigo no segá con nadie.
-Muy bien, no será contigo.- dijo Draco con decisión.
La expresión de Constance cambió de pronto y sacó su pie de la pierna del rubio.
-Entonces despídase de su solicitud, señog Malfoy – dijo Constance ásperamente. Sacó de su bolso un pequeño papel doblado en varias partes y su varita.- "Deletrius" – pronunció y el papel desapareció en el aire.
Draco se puso de pie rápidamente y miró a la mujer con odio. No dijo nada, pero salió apresuradamente del lugar, dejando a Constance sola de nuevo. No sería con ella, sería con Ginny.
-*-
Sumergidas entre la gran multitud de gente que compraba artículos para el invierno, Ginny Y Úrsula paseaban por las tiendas del callejón Diagon, mirando ropas para el nuevo bebé de Úrsula. Entraron en Madame Malkins, a la parte en donde podían verse pequeñas túnicas de suaves colores y gorritos de lana para bebé. La dependienta las recibió con amabilidad y comenzaron a mirar las túnicas rosas, con eso de que Françoise le había dicho que su bebé sería mujer.
-¿Y qué, ya has pensado en algún nombre para ella? – preguntó Ginny con curiosidad.
-Mmm... no mucho, aunque a Harry le ha dado con que le ponga Jessie... ya que si no es hombre, no podrá ponerle James como quería.- respondió Úrsula.
-¡Tan original como siempre, el pobre! – exclamó Ginny sonriendo.- Cuando tenga hijos con Draco, jamás les pondré los nombres de mis padres o el de los padres de Draco.
-Bueno, parece que los padres de antaño les daba por preservar sus nombres – dijo Úrsula.- A Harry le pusieron Harry James...
-Y a mí, Ginny Molly... - dijo Ginny. Las dos rieron sonoramente ante aquel comentario.- Si tan sólo Draco estuviera aquí, ¡¡No sabes cómo lo echo de menos!!
-Te entiendo, Gin...
-No, no me entiendes.- dijo Ginny con tristeza.- Me voy a volver loca si no lo veo, si no siento sus manos, su aliento, su voz.
-Ya no tendrás que volverte loca, aquí estoy.- una voz masculina llegó hasta ellas.
-¿Ves? – dijo Ginny mirando a Úrsula.- ¿Ahora hasta su voz la escucho por todas partes?
-Y podrías ver su rostro si das la vuelta – dijo Úrsula sonriendo con satisfacción.- Mira detrás de ti.
Ginny la miró con incredulidad, ¿se estaría volviendo loca su amiga también? Lentamente giró su cuerpo en 180 grados y comprobó lo que tanto temía. Aquellos ojos grises que tanto le gustaban, la contemplaban ahora con mucho amor y esos delgados labios de hombre se curvaron de pronto para decir:
-Volví, Gin ¿No estás feliz de verme?
-¡¡Draco!! – Ginny entonces corrió hacia él y se aferró fuertemente a sus brazos, besándolo con fuerza y alegría. Las lágrimas le saltaron rápidamente de sus azules ojos.- ¡Te eché tanto de menos, Draco!
-Yo también, Ginny... yo también.
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En las afueras de Bulgaria, Mijail Yarrovich, entrenador del equipo de Quidditch de ese país, discutía abiertamente con uno de los jugadores. El tipo parecía muy alterado, pero a la vez parecía que no quería que los demás escucharan su conversación, por lo que tomó fuertemente del brazo del jugador y lo llevó hasta su oficina.
-Ya te he dicho Dimitry, que no me estés hablando a cada rrato de ese trraidor de Krum... hace rrato que le perrdimos la pista.- alegó Mijail.
-Lo sé señor, porr eso deseaba hablarrle... los papeles deben estarr en su casa, los papeles del Ministerrio – dijo Dimitry.
-¡Cállate, idiota! Aquí las parredes tienen oídos – dijo señalando al único cuadro de la habitación, donde se veía un viejo hombre en uniforme búlgaro, durmiendo en el sofá en donde lo habían retratado.- Además no debemos temerr, Víctor murrió hace tiempo y su mujerr salió del país. Esa casa ha estado deshabitada por meses.
-Perro pronto dejarrá de estarlo, señor – replicó Dimitry. – Oí porr ahí que unos muggles querrían comprrar la propiedad... si Víctor dejó ahí los papeles, serría perjudicial que cayerra en malas manos.
-Lo sé, lo sé... no tienes parra que repetirlo tantas veces – dijo Mijail.- Nadie, muggle o mago, deberrá saber de las intenciones que teníamos Víctor y yo... y menos ahorra que el ministerrio está tan débil en su jefaturra. Esos papeles y unas cuantas maldiciones nos servirrían de mucho a la horra de tomarnos el poder...
-Entonces debemos ir hasta allá y recuperrar esos papeles.- propuso Dimitry.
-Sí, no hay que perderr tiempo.
Presurosamente, Mijail y Dimitry, se metieron por turno a la chimenea del lugar y nombraron la casa de Víctor Krum como destino. Aunque no estaban seguros de si la red Flu siguiese conectada con su chimenea, llegaron rápidamente a la casa del Búlgaro. Todo estaba envuelto en paños blancos, lleno de polvo y en silencio. Se dirigieron rápidamente a las habitaciones, no sabían cuál de ellas sería, así que la varita como brújula les sirvió mucho. Buscaron en los cajones, en las repisas, en los armarios. Nada, no había absolutamente ningún papel.
-¡No puede ser! – gritó Mijail.- Ese maldito de Krum se llevó los papeles a la tumba... o se los llevó su mujerr.
-Perro, tiene que haberr una copia, ¿usted tenía alguna copia del documento?.- preguntó Dimitry.
-¡¡NO, clarro que no!! Víctor siempre me dijo que estarrían mejor en su casa... ¿¿¡¡Quién iba a sospecharr algo malo del famoso Víctor Krum!!?? – exclamó Mijail, levantando los brazos con furia.
-Tiene que estarr porr aquí, Mijail – dijo Dimitry, buscando de nuevo entre las sábanas de la cama.- Tenemos que encontrar...
De súbito, Dimitry se quedó en silencio. Parecía haber escuchado algo.
-¿Qué pasa, Dimitry? – preguntó Mijail.
-¡¡Shshsh...!! –lo interrumpió el joven.- Aquí anda alguien.
Tomando su varita con más fuerza caminó hasta el pasillo, seguido de Mijail. Miraba a todos lados con mucho cuidado, y escuchaba atentamente, por si los pasos se repetían. Mas la casa no daba señales de alguna otra presencia. Entraron a la sala de estar y se quedaron ahí en silencio, atentos a cualquier sonido. Mijail se escurrió hasta una esquina, con mucho nervio y chocó contra algo duro a sus espaldas, botando el paño que lo cubría. Era un cuadro familiar: Krum, Hermione y el pequeño Matthew, quienes sonreían ligeramente al resto. Más sonreía Krum, que Hermione, pero ese es un mero detalle.
-Ese maldito de Krum nos sale hasta en la sopa – dijo Mijail, sonriendo nerviosamente. Pero de pronto su sonrisa cambió a una horrorosa expresión de terror. Ante esto, Dimitry lo miró con curiosidad y volteó a ver lo que Mijail observaba con temor. El miedo en su cara fue quizás más apreciable cuando el rayo de luz verde dio justo en su pecho. Lo mismo pasó con Mijail.
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Después de la agobiante conversación que mantuvieron Ron, Charlie y Hermione, el hermano mayor del pelirrojo decidió dejarlos solos por unos momentos.
-Iré por ahí a descansar de todos esto que ha pasado – dijo Charlie cuando Ron le preguntó dónde iría.
-Pero... ¿no piensas quedarte un rato más? Necesito preguntarte varias cosas... – alegó Ron.
-Después habrá tiempo, hermano – respondió Charles.- Yo volveré para ver a mi sobrina... – tendió entonces su mano para acariciar los suaves cabellos de Lilibeth, que aún permanecía en los brazos de su padre.
-No demores demasiado – dijo Hermione volviendo de su habitación. Había ido a acostar de nuevo a Matthew en la cuna.
-No te preocupes.- se dirigió hasta la puerta y la abrió sin más preámbulos.
-Eeehh... yo... – una muchacha estaba parada detrás de ella, con el puño en alto, a punto de golpearla. Charles se quedó mirándola por unos instantes, al igual que ella.
-Françoise, hola, ¿qué te trae por aquí? – preguntó Hermione acercándose a la chica.
-Perdón, creí que me había equivocado de casa.- dijo Françoise algo avergonzada.- Venía a dejarle un documento del ministerio a la señorita... digo, señora Úrsula. No la encontré en su casa y pensé que podría estar aquí.
-No te preocupes, yo se los doy... – dijo Hermione tomando los papeles que la muchacha le extendía en ese momento.- Ah, sí... Françoise, este es Charles, el hermano de Ron.
-Hola – dijo Charles dándole la mano.
-Charles, ella es Françoise Leeward, asistente de mi amiga Úrsula – dijo Hermione sonriendo.- Trabaja en el ministerio.
-Gusto de conocerte.- dijo Charles sonriendo nerviosamente.
-Igualmente.- habló Françoise.
-Eeehh... yo entonces me voy – dijo Charles soltando la mano de la chica.- Volveré más tarde. Adiós, Françoise.
-Adiós – respondió la chica girando para verlo irse.
-Y entonces, ¿quieres pasar? – preguntó Hermione. La chica no la escuchó y se quedó pegada en el horizonte - Françoise... ¿me estás escuchando?
-¿Ah? Sí, si, claro... después le mando un recado a la señora Úrsula con mi lechuza, ahora tengo que irme.- dijo Françoise nerviosamente, y salió muy rápido de ahí.
-¿Por qué esto me huele a amor? – dijo Hermione cerrando la puerta de su casa.
-¿Qué cosa? – preguntó Ron, desconectado de la situación.
-¡¡Ay, Ronald Weasley, tú nunca te das cuenta de nada!! – exclamó Hermione caminando hacia él.- Dame a Lilibeth, la llevaré a la cama para que duerma más tranquila.
-Gracias por todo, Hermione – dijo Ron entregándole a la niña.
-No tienes por qué agradecérmelo – dijo Hermione.- Si es por amor no hay ningún sacrificio.
-Eso me gusta – dijo Ron asiéndola del brazo y llevándola hacia sí. Con mucha ternura, pegó sus labios a los de la chica y acarició sus cabellos suavemente.
-Muy bien, señor Weasley – dijo Hermione al terminar el beso.- Dejemos a la niña dormir y dediquémonos a nuestros asuntos.
-Hmmm... eso me gusta aún más.- sonrió Ron, y acompañó a Hermione hasta la habitación para dejar a Lilibeth en la cama.
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¡¡¡¡POR FIN!!!! Después de siglos de espera... (¬¬ ¡¡Qué exagerada!!) por fin pude terminar este capítulo... es que me aboqué por completo a las lecturas de "La Ilíada", "La Odisea" y "Los trabajos y los días". Ayer me hicieron la prueba... aspiro a un cuatro, porque a la muy tonta se le olvidó lo que significaba "sujet" e "intriga" ^^U
Bueno, lo que ustedes estaban esperando...
Reviews:
SaraMeliss: Gracias por el review. Apropósito, ¿eres de México o sus cercanías? Es que la frase que pusiste ahí me suena conocida... jejeje ^^ la influencia de las teleseries. Bueno, espero que te guste también este capítulo y perdón por la demora. Saludos, Tanina Potter.
eRgA: No te entristezcas tanto, que Lilibeth va a estar bien con Hermione y Ron. En cuanto a Charlie, yo ya le tenía preparado otro destino... jejeje, espero que les guste. Ah!, perdón por lo corto, pero ya saben que ahora tengo la cabeza más ocupada que de costumbre... (^^!! Y eso significa "ocupadísima") Saludos, Tanina Potter.
Vale: Hola, gracias por el review... espero seguir manteniendo la intensidad. Saludos, Tanina Potter.
Lily4ever: Te encuentro toda la razón. Si Ron se pudo acostumbrar a Matthew, ¿por qué Hermione no va a poder acostumbrarse a Lilibeth? Espero que consigas la inspiración que necesitas... adelante. Saludos, cuídese, Tanina Potter.
Vika Riddle: Mis aires maternales están muy fuertes estos días, espero que se me pasen pronto... aunque ¿has visto los comerciales de "Pampers"? Jejeje, yo los celebro todos. ^^U Y sí, yo era Eleanor... es mi seudónimo de siempre "Eleanor Wood", una variación de Elanor, la hija de Sam Gamgee y Wood por mi niño hermoso, Elijah. Don't worry, que sé lo que es demorarse por el colegio, espero que puedas leer este capítulo pronto y me dejes tu opinión. Cuídese, amigui, Tanina Potter.
kat: hola, gracias por el review... es bueno ver caras nuevas por aquí (en sentido figurado, claro) Y de nada... jejeje, nada pasó y nada pasará entre Draco y Constance. Saludos, Tanina Potter.
Anna-Granger: gracias por el review, jejeje, otra cara nueva. Y no te preocupes, que a Ronnie no le va a pasar nada... al menos por ahora. Saludos, Tanina Potter.
Lil Granger: Créeme que no eres la última, pero no te preocupes... y T_T ¿¿Por qué tú estás de vagaciones y yo no?? Buuuu!!! Tendré que esperar hasta mediados de Junio para pensar siquiera en estirar las piernas... ¿Cierto que me quedó cebollera la muerte de Sophie? Si hasta a mí me dio pena cuando la leí, mi mamá también la leyó, pero a ella no le da pena ¬¬ ¡¡Aunque tienes mucha razón!! Con tanto niño en la historia, tendré que asociarme a "Huggies" para que me dé los pañales... ^^ Pero don't worry, que tampoco voy a fundar un jardín infantil... Bueno, gracias por los buenos deseos, también van para ti. Saludos, cuídese, Tanina Potter.
Sara Fénix Black: Hooooollllaaaaaa!!!! Jejeje, yo te hacía por mi programa, mirando a Sirius, pero que bueno que leas este fic, que es algo llorón, pero... ¡qué le vamos a hacer! Esa era la idea... Espero que de verdad te guste. Saludos, Tanina Potter.
Luny: Hola, gracias por el e-mail que me mandaste, me va a servir mucho. Y bueno, créeme que soy malvada sólo en los fics, no creo que sería capaz de matar a alguna persona de verdad... ¬¬ a menos claro que me dé motivos para hacerlo. Y sobre la Mary sue, gracias por la aclaración, aunque me leí un fic que se llamaba "Las cosas que aprendí leyendo fics de HP" o algo así, y ahí le dedicaron un capítulo completo a las Mary sue... jejeje, como me he reído. Bueno, saludos, Tanina Potter.
S. Lily Potter: Hola, claro que te recuerdo... yo no olvido a las personas que tienen la paciencia de leer esta historia. Y bueno, como he dicho, no todo es miel sobre hojuelas, y Sophie TENÍA que morir para que el fic se desarrollara tal como lo había planeado. Y bueno, los bebés son lindos hasta que aprenden a caminar... ¬¬ después son insoportables... (Yo ya tengo esa mala experiencia, con mi primito chico) Espero que te haya gustado esta actualización. Saludos, Tanina Potter.
Jose: Hola, de nada... Draquito en esta historia es más bueno que la leche... jejeje. Y no te preocupes, que Hermione sabe apreciar lo que Ron hizo por Matthew y hará lo mismo con Lilibeth. Hace tiempo que no veo a la Úrsulita, pero ella estuvo de acuerdo en que su personaje tuviera un hijo... (específicamente una hija) y aunque no le guste Harry Potter (por que todavía no lo ha leído ¬¬) está encantada de participar en esta historia. Jejeje, soy malvada, pero sólo en los fics... bueno, cuídate mucho tú también, saludos, Tanina Potter.
mione grint: ¿Con quién creías que se iba a quedar Charlie? Aunque por ahí en el fic dice algo, no sé si lo notaste. Ya no tienes que esperar más, por que el lengüetazo de vaca... digo, Draco ^^U ¡¡¡¡ya volvió!!!! Jejeje, bueno, MSN no tengo en mi casa, pero me conecto en los cyber cafés... cuando tengo plata, casi siempre a eso de las cinco de la tarde, hora chilena, no sé cuantas horas de diferencia habrá con Venezuela, pero bueno, ojalá algún día nos encontremos. Espero ansiosa tu fic... con todo y "señorita globos de silicona" Jejeje... :P Saludos, Tanina Potter.
ruperts lover: hola, otra nueva cara... ^^, espero que te haya gustado esta actualización. Saludos, Tanina Potter.
Bueno, gracias por los reviews y por la paciencia.
Atte. Tanina Potter.
**Miembro de las RON4EVER** Ronnie is the best and will be the best forever.
