Okey, sé que me he demorado una eternidad, pero ahora se me hace difícil
con tantas tareas y más encima con el libro que estoy escribiendo.
Se llama: "La Maldición del Inquisidor" y tiene algo de suspenso y de
maldad... está situado en el siglo XV y en nuestra época. ( O sea, siglo
XXI) Tiene que ver con las vidas anteriores y con la matanza de las brujas
en la santa inquisición. Bueno, espero terminarlo... pero por mientras, ahí
les va otro capítulo de este fic... ¡¡Disfrútenlo!!
Capítulo 28: ECOS DEL PASADO.
"Creí que aún me quería, que por lo menos me tenía algo de consideración. Es una mentirosa. Siempre estuvo enamorada de ese papanatas. Siempre, aún cuando yo lo di todo por ella. Le ofrecí una nueva casa, una nueva familia, le ofrecí mi amor sin condiciones. Y ella lo aceptó.
¿Por qué corriste tan rápido hacia él? ¿Por qué te entregaste a sus brazos, cuando yo aún te amaba? Eres maldita, mil veces maldita... pero te arrepentirás. Me pedirás perdón de rodillas y yo tendré compasión de ti. Sí, porque aún te amo... aún te llevo atada a este maldito corazón que me hace sufrir.
Era la más bella, la más sensible... la mujer perfecta. Desde que la vi, supe que me pertenecería. Que seríamos uno solo... y lo conseguí. Conseguí estar entre sus brazos, alimentarme de sus besos, ser presa de sus caricias. Conseguí la felicidad junto a ella... Todo se lo di.
Todo lo hice por ella. Todo. Hasta mi muerte.
Pero las cosas no resultaron como lo había planeado. Y ese idiota pensó que se saldría con la suya, pensó que yo era un imbécil, pero no... fui más astuto que él. Ahora ya no existe, ni él y el estúpido de su perro faldero... ahora el camino está libre.
Todo se llevará a cabo, tal como lo planeé. No me importa tener que renacer de las cenizas como un ave fénix para tomar lo que me corresponde. Seré grande, tan grande como "el innombrable", pero más astuto. Y ella se dará cuenta de que el imbécil ese que tiene por hombre no le corresponde, que no vale la pena seguir con él.
El pasado se hará presente y volveremos a ser la misma familia unida que fuimos. Mi hijo crecerá con los grandes, como se lo merece. Mi niño... siempre fue mi orgullo, desde el primer momento en que lo sostuve en brazos. Mi campeón, hijo de una bella e inteligente madre y de un poderoso hombre como yo. Todos lo querrán. Será célebre entre sus pares, el mejor en todo y ahí estaré yo para sentirme orgulloso.
No puedes quedarte con ellos, hijo mío. Tú y tu madre volverán conmigo. Volveremos a construir lo que tan rápido se destruyó. Una destrucción necesaria... Yo lo hice por ti, amor, compréndeme... lo hice por ti, para que te sintieras orgullosa de tu marido, para que vieras como ascendía al poder sin tener que utilizar las viejas artimañas asesinas de antes. Con inteligencia, con astucia... todo por ti y por nuestro hijo... Todo."
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-¿Qué es lo que estás diciendo? – le preguntó Úrsula al ver su expresión de miedo.
-Es que... creí que alguien nos estaba observando.- acotó Hermione dejando su varita a un lado y acariciando los oscuros cabellos de Matthew mecánicamente.
-Pero, ¿quién podría estar observándote? Nosotros no vimos a nadie cuando veníamos hacia acá – dijo Harry quitándole al niño de los brazos.- Tú mamá se está volviendo loca, ¿eh, Matthew?
El niño rió sonoramente y balbuceó algunas palabras. "Ma oca" dijo, y Hermione, Úrsula y Harry rieron con él.
-Creo que Matthew tiene razón – declaró Hermione sentándose en el sofá.- Debe de haber sido un error mío.
-Quizás – dijo Úrsula.- Oye, quiero preguntarte algo... ¿sabes si le pasó algo a Françoise?
-¿Por qué lo dices? – preguntó Hermione extrañada.
-Porque anda como lenta, en otra... – aseguró Úrsula. Hermione rió ante el comentario.
-¿De qué te ríes? – preguntó Harry, moviendo a Matthew en su pierna.
-Eso se llama "efecto Weasley" – dijo Hermione con mucha picardía. Úrsula y Harry miraron extrañadamente a Hermione, quien pasó a explicarles todo lo sucedido con el hermano mayor de Ron.
-Con razón... – dijo Úrsula, riendo ante la situación.
-Oye, y ustedes... ¿de dónde venían? – preguntó Hermione.
-Ah, del ministerio – respondió Harry.- Estábamos declarando por Malfoy.
-¿Declarando? ¿A qué se refieren? – preguntó Hermione, más extrañada aún.
-Teníamos que declarar ante el Wizengamot... tomarán a Draco para el puesto que antes ocupó Amelia Bones.- contestó Harry, jugando con Matthew.- Teníamos que decir que Draco fue a Francia e hizo el curso que le pidieron, ya que por alguna razón lo dejó a medias... él no nos ha querido decir.
-Pero, ¿Qué es lo que piensan? ¿Ginny sabe algo más? – preguntó Hermione, muy interesada en el asunto.
-No, tampoco ha conseguido sacarle mucho a Draco y eso la tiene molesta. – respondió Úrsula, frunciendo el entrecejo.- Creo que Draco le ha estado ocultando algo... está muy raro desde que llegó de Francia.
Hermione no dijo más. Se quedó pensativa por unos instantes y luego cambió de tema. ¿Qué es lo que había hecho o le habían hecho a Draco para que dejara Francia así tan de repente?
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-¿Es que acaso no confías en mí?
La situación se iba poniendo más tensa a medida que los minutos avanzaban. Ginny estaba ahí, de pie frente a Draco, con las manos en la cintura y la expresión triste. Draco intentaba no mirarla, como para no caer en los encantos de sus ojos azules y salir perjudicado.
-No se trata de eso, Gin... si te digo que no pasó nada en Francia, es porque no pasó nada.- en cierta forma Draco tenía razón. Nada había pasado en Francia. Nada más allá de un intento frustrado de acoso sexual que sería mejor no exponer, porque caería en malos entendidos.
-Pero, entonces ¿por qué no terminaste? ¿Por qué dejaste todo a medias, si lo que más querías era entrar en el Wizengamot? – preguntó Ginny, todavía intrigada por lo sucedido.
-¿Es que acaso no me querías aquí? – preguntó Draco, esquivando la reciente misiva de su novia.
-¡Claro que te quería aquí, Draco! No sabes cuánto te extrañé... pero hay algo que no me cuadra en este rompecabezas – respondió la muchacha con determinación.- Draco... dime, alguien te hizo daño, alguien te recordó algo doloroso... ¡¡Dime que demonios pasó!!
-¡¡NADA!! Entiéndelo, Gin... no pasó nada... me vine porque te extrañaba, porque no podía estar sin ti... ¿no puedes entender eso? – exclamó Draco, abrazando a la pelirroja con sus fuertes brazos.
-Yo también te eché mucho de menos, Draco – dijo Ginny derramando unas cuantas lágrimas que mojaron la camisa del rubio.- Pero los dos sabíamos que pronto estaríamos juntos, que podríamos estarlo cuando terminaras... pero ahora resulta que en el ministerio piden la declaración de Úrsula y la mía porque nos dijeron que en Francia tu curso había sido cortado... que incluso hay informes de que el señor Draco Malfoy no completó su estadía con buenos resultados... ¡que te rechazaron la solicitud, por Dios!
Draco no sabía qué decir... estaba avergonzado. ¿Cómo explicarle a tu novia que no terminaste la tutoría porque no quisiste cumplir con los deseos sexuales de una francesita acalorada? ¿Cómo explicarle que casi caíste en sus redes, pero que el miedo de perder su amor por un arrebato lo impidió?
-Draco, dime... ¿cometiste algún error? ¿Alguien quiso atacarte? ¡Por Dios, me tienes en ascuas! No deseo que te haya pasado nada malo... – aclaró Ginny como último recurso.
-No, amor... no pasó nada.- Draco intentó tranquilizar a la pelirroja, abrazándola más fuerte aún.- Sabes que te amo, y que me daría lo mismo tener que dejar cien veces ese puesto por tenerte a mi lado.
-Lo siento, Draco. Yo sólo lo decía por...
-Shshsh... no digas nada.- la interrumpió poniéndole un dedo en la boca.- Déjame demostrártelo.
Tan pronto como terminó aquella frase, Draco posó sus delgados labios sobre los de Ginny y la besó con ternura. Hace mucho tiempo que deseaba sentir aquellas descargas eléctricas que le producían los labios de la pelirroja. Atada firmemente a sus hombros, Ginny se dejó llevar por el momento. Sentir aquellos húmedos labios en los suyos y esas enormes y fuertes manos recorriendo su cuerpo le daba escalofríos. Se arrepintió de haberle dicho aquellas palabras a Draco, quien en ese momento se abría paso con su lengua en la boca de Ginny. La alzó en sus brazos para que ella atara sus piernas a su cintura y la apoyó contra la pared. Era tan excitante tenerlo así, a su merced, proporcionándole todo esa pasión que echó de menos los meses que estuvo ausente. Draco llevó una de sus manos a las caderas de la chica, quien gemía levemente ante aquel contacto. La otra estaba en sus pechos, tratando desesperadamente de abrir los botones de su blusa. Ginny dejó de besar su boca, para ayudarlo en el trabajo mientras lo llenaba de caricias y mordía el lóbulo de su oreja derecha. Le sentía tan seguro, tan fuerte, que no dudó ni un minuto que querer revivir la pasión con que siempre se habían amado... era su hombre y ella su mujer. Después de deshacerse de la blusa, Draco estiró su brazo y desabrochó el sujetador de Ginny. Hundió su cara en sus pechos blancos y los besó con ternura, mientras Ginny cerraba los ojos y disfrutaba, queriendo deshacerse ella también de la ropa que les impedía amarse. Las manos de la pelirroja llegaron directamente a los pantalones del rubio y se metieron entre los calzoncillos, haciendo que Draco suspirara más fuerte de lo normal. Estaban como en trance, dispuestos a todo por demostrar el amor que se sentían mutuamente. Pero no todo fue miel sobre hojuelas... Parada sobre la estancia de la casa de Ginny, había una mujer. Miraba aquella escena con asco, con desprecio. Llevaba los brazos cruzados y el entrecejo fruncido.
-No puedo creeg que "esto" sea el motivo pog el que no quisiste seg ministgo de magia, Draco queguido.
Su acento galo resonó por toda la casa, deteniendo a los amantes en seco. Draco giró hacia ella, contemplándola con temor. Ginny se sorprendió ante tal aparición y recogió de inmediato sus ropas para cubrirse.
-Constance...
-Sí, mon chérie, Constance Bonacieux – dijo la mujer, sonriendo malévolamente.
-¿Quién es esta mujer, Draco? – preguntó Ginny atónita.
-La gazón pog la que este hombge huyó de France, chérie... – respondió Constance.- ¿No te alegra vegme?
-¿Qué demonios haces aquí? – preguntó Draco, abalanzándose sobre ella y tomándola de las muñecas.- ¿Qué es lo que quieres?
Constance sonrió y se acercó hasta el oído de Draco.
-Hacerte mío.- murmuró.
-Draco... – sintió la voz de Ginny a sus espaldas. Esto iba a dolerle, de eso estaba seguro.- Explícame, ¿qué significa esto?
-Gin... yo...
-Amog, no tienes que seguig mintiendo.- dijo Constance soltándose de Draco y avanzando hacia Ginny.- Ella debe sabeg lo que pasó en France...
-¡No pasó nada! – gritó Draco, desesperado.- ¡Deja de mentir!
-Es que no puedo olvidag tus besos... tus enogmes manos... ¡ah! lo mejog del mundo... – exclamó Constance. Ginny, roja de rabia, se abrochó la blusa y se dirigió a la puerta.
-Ginny, no le creas, yo a ti te amo... – gritó Draco corriendo a alcanzarla. Ginny dio media vuelta y le asestó una cachetada en la mejilla.
-Eres más falso de lo que creía, Draco Malfoy.
Aquellas fueron sus últimas palabras antes de desaparecer por la entrada de la casa.
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Todo el día estuvo nerviosa, sintiendo que algo andaba mal. Después de despedir a Harry y a Úrsula, había vuelto a sentirse tan indefensa como antes. ¿Dónde estaba Ron en ese instante? Le preocupaba que hubiera alguien rondando la casa. Le preocupaba que le pudieran hacer daño a Matthew, a Ron o a Lilibeth. Sentada en el living de su casa, Hermione había dejado de darle el biberón a su hijo. Éste no se había quedado dormido como siempre, así que su madre había pensado en jugar un rato con él.
-Di mamá... Ma-má – Hermione le enseñaba a Matthew sus primeras palabras.
-Na... Ma oca – decía Matthew, llenando su cara de risa.
-No, Matthew... "Mamá" Maaaa- maaaa – dijo Hermione, corrigiéndole. Matthew rió a carcajadas, como sólo él sabía hacerlo y a Hermione se le iluminó la cara. Ya tenía casi dos años, pero sabía que no quería hablar de travieso que era. Ron también lo había intentado. Muchas veces lo escuchó enseñándole a decir "papá", pero Matthew sonreía y hacía como que jugaba con sus escobas de juguete y sus figuritas de los "Chudley Cannons" que él mismo le había regalado. Ahora estaba más grande, más pesado al tomarlo. Se estaba pareciendo más a... él, a su padre. Tenía las mismas cejas gruesas y oscuras que poseía Viktor Krum, el mismo cabello duro y a veces la misma obstinación. Si algo no le gustaba, se amurraba por un largo rato y hacía pataletas, hasta que cumplía su objetivo o lo vencía el sueño. Pero era muy inteligente, muy astuto, lo que se reflejaba en sus grandes ojos color miel, muy parecidos a los de Hermione. Comenzó a inquietarse, por lo que su madre lo llevó a la habitación y lo recostó en la cuna. Tenía fuertemente agarrado el biberón, que comenzó a agitar con vehemencia.
-¿No me digas que aún tienes hambre? – le preguntó Hermione, mirándole con una mirada entre divertida y reprobatoria. Matthew siguió agitando el biberón como respuesta a su pregunta.- Okey... espérame aquí, voy por más leche.
Tomó el biberón vacío de su hijo y se dirigió a la cocina.
Mientras preparaba la leche, el recuerdo de aquellos papeles en la maleta de Viktor ocupó su mente otra vez. ¿Qué significaba ese poder que le había dado el ministro de magia a su marido? ¿Por qué demonios estaba todo esto tan en silencio? Preocupada, volvió a la habitación.
-Amor, aquí está tu...
Pero se quedó callada al instante. Un hombre alto estaba en la habitación, de pie frente a la cuna de Matthew. Se agachó para tomarlo en brazos y besó su frente. A la luz del sol, Hermione no podía distinguirlo. Estaba aterrorizada, trató de avanzar pero no pudo. El tipo avanzó. El corazón de Hermione latía a mil por hora. Su rostro entonces se dejó ver y Hermione ahogó un grito. El tipo acariciaba el rostro de Matthew.
-¿Qué tal, Her-mio-ne, como está mi querrida esposa?
No podía ser. No, no era él, estaba soñando. Algo aquí no encajaba.
-Vi-Vi-Viktor – tartamudeó Hermione.- Tú... tú estás muer...
-No, Hermione, yo estoy más que vivo. – respondió Viktor, acercándose a la muchacha.- Y vengo a llevarme lo que es mío.
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Yap, al fin terminé...
Bueno, ya di las disculpas pertinentes, así que ahora puedo responderles como se lo merecen.
Merodeadora-Chii: gracias por el review que me dejaste. Es cierto, hace mucho tiempo que no te veía por aquí, pero te comprendo, yo también me he demorado un mundo en volver por aquí. Jejeje... la maldita escuela o la universidad hacen estragos en cada una de nosotras. Bueno, espero que te haya gustado este chap. See you... Tanina Potter.
eRgA: hola, gracias por el review. Bueno, me ha dado la impresión que los últimos capítulos no han sido de tu total agrado... lo sé, hasta yo misma los encontré medios fomes. Pero no tengan miedo de decírmelo, me gustaría saber cuales son mis errores para poder arreglarlos. Bueno, ojalá este esté mejor. Saludos, Tanina Potter.
Ichan: Jejeje, hola... si pues, ¿qué será lo que le dan a los hombres de ahora que en menos de un año se vuelven unos palotes de casi dos metros? Pero, gracias de todas maneras por leer este fic tan extenso y a veces tan enredado. Eso queso. U Bien, saludos. Tanina Potter.
Lily4ever: hola, gracias por el review... no me fue tan mal, mejor de lo que esperaba. Pensé que me iba a sacar un 4.0 y al final me dio un 4.9... U algo es algo, ¿no crees? Saludos, cuídate... ah, por cierto, me gustó mucho hablar contigo, eres muy simpática. Tanina Potter.
mione grint: aquí estoy de nuevo, jejeje... hoy me bajó la inspiración (11/05/04) después de una muy copiada prueba de "Estudios Literarios" U Bien, creo que Draco ya tiene trabajo, pero no le vendría mal uno extra... trata de convencerlo. Cuídate, Tanina Potter.
Lily McGonagall: hola, pues sí, me uní... mi nick es TaninaWood2003, tengo que actualizarlo. Si, el lado oscuro está de vuelta y no precisamente de la mano de Voldemort... Jejeje. Gracias por las buenas vibras, me hacen mucha falta. Cuídate, Tanina Potter.
Lil Granger: Hola, tanto tiempo... aunque, CORRECCIÓN!! Estuve casada, ahora estoy separada y tengo dos niños por los cuales pelear la potestad... jejejeje, mentira. El sábado pasado estuve en MSN, pero no te vi... hablé un rato con la Lily4ever y con mi ex novio, Gabriel... Seguiré luchando por las notas en la U, confío en que podré pasar de curso (¬¬ más me vale) Jejeje... bueno, cuídese, saludos. Tanina Potter.
Bien, es todo por hoy.
Atte. Tanina Potter. Miembro de las RON4EVER. Ronnie is the best and will be the best forever
Capítulo 28: ECOS DEL PASADO.
"Creí que aún me quería, que por lo menos me tenía algo de consideración. Es una mentirosa. Siempre estuvo enamorada de ese papanatas. Siempre, aún cuando yo lo di todo por ella. Le ofrecí una nueva casa, una nueva familia, le ofrecí mi amor sin condiciones. Y ella lo aceptó.
¿Por qué corriste tan rápido hacia él? ¿Por qué te entregaste a sus brazos, cuando yo aún te amaba? Eres maldita, mil veces maldita... pero te arrepentirás. Me pedirás perdón de rodillas y yo tendré compasión de ti. Sí, porque aún te amo... aún te llevo atada a este maldito corazón que me hace sufrir.
Era la más bella, la más sensible... la mujer perfecta. Desde que la vi, supe que me pertenecería. Que seríamos uno solo... y lo conseguí. Conseguí estar entre sus brazos, alimentarme de sus besos, ser presa de sus caricias. Conseguí la felicidad junto a ella... Todo se lo di.
Todo lo hice por ella. Todo. Hasta mi muerte.
Pero las cosas no resultaron como lo había planeado. Y ese idiota pensó que se saldría con la suya, pensó que yo era un imbécil, pero no... fui más astuto que él. Ahora ya no existe, ni él y el estúpido de su perro faldero... ahora el camino está libre.
Todo se llevará a cabo, tal como lo planeé. No me importa tener que renacer de las cenizas como un ave fénix para tomar lo que me corresponde. Seré grande, tan grande como "el innombrable", pero más astuto. Y ella se dará cuenta de que el imbécil ese que tiene por hombre no le corresponde, que no vale la pena seguir con él.
El pasado se hará presente y volveremos a ser la misma familia unida que fuimos. Mi hijo crecerá con los grandes, como se lo merece. Mi niño... siempre fue mi orgullo, desde el primer momento en que lo sostuve en brazos. Mi campeón, hijo de una bella e inteligente madre y de un poderoso hombre como yo. Todos lo querrán. Será célebre entre sus pares, el mejor en todo y ahí estaré yo para sentirme orgulloso.
No puedes quedarte con ellos, hijo mío. Tú y tu madre volverán conmigo. Volveremos a construir lo que tan rápido se destruyó. Una destrucción necesaria... Yo lo hice por ti, amor, compréndeme... lo hice por ti, para que te sintieras orgullosa de tu marido, para que vieras como ascendía al poder sin tener que utilizar las viejas artimañas asesinas de antes. Con inteligencia, con astucia... todo por ti y por nuestro hijo... Todo."
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-¿Qué es lo que estás diciendo? – le preguntó Úrsula al ver su expresión de miedo.
-Es que... creí que alguien nos estaba observando.- acotó Hermione dejando su varita a un lado y acariciando los oscuros cabellos de Matthew mecánicamente.
-Pero, ¿quién podría estar observándote? Nosotros no vimos a nadie cuando veníamos hacia acá – dijo Harry quitándole al niño de los brazos.- Tú mamá se está volviendo loca, ¿eh, Matthew?
El niño rió sonoramente y balbuceó algunas palabras. "Ma oca" dijo, y Hermione, Úrsula y Harry rieron con él.
-Creo que Matthew tiene razón – declaró Hermione sentándose en el sofá.- Debe de haber sido un error mío.
-Quizás – dijo Úrsula.- Oye, quiero preguntarte algo... ¿sabes si le pasó algo a Françoise?
-¿Por qué lo dices? – preguntó Hermione extrañada.
-Porque anda como lenta, en otra... – aseguró Úrsula. Hermione rió ante el comentario.
-¿De qué te ríes? – preguntó Harry, moviendo a Matthew en su pierna.
-Eso se llama "efecto Weasley" – dijo Hermione con mucha picardía. Úrsula y Harry miraron extrañadamente a Hermione, quien pasó a explicarles todo lo sucedido con el hermano mayor de Ron.
-Con razón... – dijo Úrsula, riendo ante la situación.
-Oye, y ustedes... ¿de dónde venían? – preguntó Hermione.
-Ah, del ministerio – respondió Harry.- Estábamos declarando por Malfoy.
-¿Declarando? ¿A qué se refieren? – preguntó Hermione, más extrañada aún.
-Teníamos que declarar ante el Wizengamot... tomarán a Draco para el puesto que antes ocupó Amelia Bones.- contestó Harry, jugando con Matthew.- Teníamos que decir que Draco fue a Francia e hizo el curso que le pidieron, ya que por alguna razón lo dejó a medias... él no nos ha querido decir.
-Pero, ¿Qué es lo que piensan? ¿Ginny sabe algo más? – preguntó Hermione, muy interesada en el asunto.
-No, tampoco ha conseguido sacarle mucho a Draco y eso la tiene molesta. – respondió Úrsula, frunciendo el entrecejo.- Creo que Draco le ha estado ocultando algo... está muy raro desde que llegó de Francia.
Hermione no dijo más. Se quedó pensativa por unos instantes y luego cambió de tema. ¿Qué es lo que había hecho o le habían hecho a Draco para que dejara Francia así tan de repente?
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-¿Es que acaso no confías en mí?
La situación se iba poniendo más tensa a medida que los minutos avanzaban. Ginny estaba ahí, de pie frente a Draco, con las manos en la cintura y la expresión triste. Draco intentaba no mirarla, como para no caer en los encantos de sus ojos azules y salir perjudicado.
-No se trata de eso, Gin... si te digo que no pasó nada en Francia, es porque no pasó nada.- en cierta forma Draco tenía razón. Nada había pasado en Francia. Nada más allá de un intento frustrado de acoso sexual que sería mejor no exponer, porque caería en malos entendidos.
-Pero, entonces ¿por qué no terminaste? ¿Por qué dejaste todo a medias, si lo que más querías era entrar en el Wizengamot? – preguntó Ginny, todavía intrigada por lo sucedido.
-¿Es que acaso no me querías aquí? – preguntó Draco, esquivando la reciente misiva de su novia.
-¡Claro que te quería aquí, Draco! No sabes cuánto te extrañé... pero hay algo que no me cuadra en este rompecabezas – respondió la muchacha con determinación.- Draco... dime, alguien te hizo daño, alguien te recordó algo doloroso... ¡¡Dime que demonios pasó!!
-¡¡NADA!! Entiéndelo, Gin... no pasó nada... me vine porque te extrañaba, porque no podía estar sin ti... ¿no puedes entender eso? – exclamó Draco, abrazando a la pelirroja con sus fuertes brazos.
-Yo también te eché mucho de menos, Draco – dijo Ginny derramando unas cuantas lágrimas que mojaron la camisa del rubio.- Pero los dos sabíamos que pronto estaríamos juntos, que podríamos estarlo cuando terminaras... pero ahora resulta que en el ministerio piden la declaración de Úrsula y la mía porque nos dijeron que en Francia tu curso había sido cortado... que incluso hay informes de que el señor Draco Malfoy no completó su estadía con buenos resultados... ¡que te rechazaron la solicitud, por Dios!
Draco no sabía qué decir... estaba avergonzado. ¿Cómo explicarle a tu novia que no terminaste la tutoría porque no quisiste cumplir con los deseos sexuales de una francesita acalorada? ¿Cómo explicarle que casi caíste en sus redes, pero que el miedo de perder su amor por un arrebato lo impidió?
-Draco, dime... ¿cometiste algún error? ¿Alguien quiso atacarte? ¡Por Dios, me tienes en ascuas! No deseo que te haya pasado nada malo... – aclaró Ginny como último recurso.
-No, amor... no pasó nada.- Draco intentó tranquilizar a la pelirroja, abrazándola más fuerte aún.- Sabes que te amo, y que me daría lo mismo tener que dejar cien veces ese puesto por tenerte a mi lado.
-Lo siento, Draco. Yo sólo lo decía por...
-Shshsh... no digas nada.- la interrumpió poniéndole un dedo en la boca.- Déjame demostrártelo.
Tan pronto como terminó aquella frase, Draco posó sus delgados labios sobre los de Ginny y la besó con ternura. Hace mucho tiempo que deseaba sentir aquellas descargas eléctricas que le producían los labios de la pelirroja. Atada firmemente a sus hombros, Ginny se dejó llevar por el momento. Sentir aquellos húmedos labios en los suyos y esas enormes y fuertes manos recorriendo su cuerpo le daba escalofríos. Se arrepintió de haberle dicho aquellas palabras a Draco, quien en ese momento se abría paso con su lengua en la boca de Ginny. La alzó en sus brazos para que ella atara sus piernas a su cintura y la apoyó contra la pared. Era tan excitante tenerlo así, a su merced, proporcionándole todo esa pasión que echó de menos los meses que estuvo ausente. Draco llevó una de sus manos a las caderas de la chica, quien gemía levemente ante aquel contacto. La otra estaba en sus pechos, tratando desesperadamente de abrir los botones de su blusa. Ginny dejó de besar su boca, para ayudarlo en el trabajo mientras lo llenaba de caricias y mordía el lóbulo de su oreja derecha. Le sentía tan seguro, tan fuerte, que no dudó ni un minuto que querer revivir la pasión con que siempre se habían amado... era su hombre y ella su mujer. Después de deshacerse de la blusa, Draco estiró su brazo y desabrochó el sujetador de Ginny. Hundió su cara en sus pechos blancos y los besó con ternura, mientras Ginny cerraba los ojos y disfrutaba, queriendo deshacerse ella también de la ropa que les impedía amarse. Las manos de la pelirroja llegaron directamente a los pantalones del rubio y se metieron entre los calzoncillos, haciendo que Draco suspirara más fuerte de lo normal. Estaban como en trance, dispuestos a todo por demostrar el amor que se sentían mutuamente. Pero no todo fue miel sobre hojuelas... Parada sobre la estancia de la casa de Ginny, había una mujer. Miraba aquella escena con asco, con desprecio. Llevaba los brazos cruzados y el entrecejo fruncido.
-No puedo creeg que "esto" sea el motivo pog el que no quisiste seg ministgo de magia, Draco queguido.
Su acento galo resonó por toda la casa, deteniendo a los amantes en seco. Draco giró hacia ella, contemplándola con temor. Ginny se sorprendió ante tal aparición y recogió de inmediato sus ropas para cubrirse.
-Constance...
-Sí, mon chérie, Constance Bonacieux – dijo la mujer, sonriendo malévolamente.
-¿Quién es esta mujer, Draco? – preguntó Ginny atónita.
-La gazón pog la que este hombge huyó de France, chérie... – respondió Constance.- ¿No te alegra vegme?
-¿Qué demonios haces aquí? – preguntó Draco, abalanzándose sobre ella y tomándola de las muñecas.- ¿Qué es lo que quieres?
Constance sonrió y se acercó hasta el oído de Draco.
-Hacerte mío.- murmuró.
-Draco... – sintió la voz de Ginny a sus espaldas. Esto iba a dolerle, de eso estaba seguro.- Explícame, ¿qué significa esto?
-Gin... yo...
-Amog, no tienes que seguig mintiendo.- dijo Constance soltándose de Draco y avanzando hacia Ginny.- Ella debe sabeg lo que pasó en France...
-¡No pasó nada! – gritó Draco, desesperado.- ¡Deja de mentir!
-Es que no puedo olvidag tus besos... tus enogmes manos... ¡ah! lo mejog del mundo... – exclamó Constance. Ginny, roja de rabia, se abrochó la blusa y se dirigió a la puerta.
-Ginny, no le creas, yo a ti te amo... – gritó Draco corriendo a alcanzarla. Ginny dio media vuelta y le asestó una cachetada en la mejilla.
-Eres más falso de lo que creía, Draco Malfoy.
Aquellas fueron sus últimas palabras antes de desaparecer por la entrada de la casa.
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Todo el día estuvo nerviosa, sintiendo que algo andaba mal. Después de despedir a Harry y a Úrsula, había vuelto a sentirse tan indefensa como antes. ¿Dónde estaba Ron en ese instante? Le preocupaba que hubiera alguien rondando la casa. Le preocupaba que le pudieran hacer daño a Matthew, a Ron o a Lilibeth. Sentada en el living de su casa, Hermione había dejado de darle el biberón a su hijo. Éste no se había quedado dormido como siempre, así que su madre había pensado en jugar un rato con él.
-Di mamá... Ma-má – Hermione le enseñaba a Matthew sus primeras palabras.
-Na... Ma oca – decía Matthew, llenando su cara de risa.
-No, Matthew... "Mamá" Maaaa- maaaa – dijo Hermione, corrigiéndole. Matthew rió a carcajadas, como sólo él sabía hacerlo y a Hermione se le iluminó la cara. Ya tenía casi dos años, pero sabía que no quería hablar de travieso que era. Ron también lo había intentado. Muchas veces lo escuchó enseñándole a decir "papá", pero Matthew sonreía y hacía como que jugaba con sus escobas de juguete y sus figuritas de los "Chudley Cannons" que él mismo le había regalado. Ahora estaba más grande, más pesado al tomarlo. Se estaba pareciendo más a... él, a su padre. Tenía las mismas cejas gruesas y oscuras que poseía Viktor Krum, el mismo cabello duro y a veces la misma obstinación. Si algo no le gustaba, se amurraba por un largo rato y hacía pataletas, hasta que cumplía su objetivo o lo vencía el sueño. Pero era muy inteligente, muy astuto, lo que se reflejaba en sus grandes ojos color miel, muy parecidos a los de Hermione. Comenzó a inquietarse, por lo que su madre lo llevó a la habitación y lo recostó en la cuna. Tenía fuertemente agarrado el biberón, que comenzó a agitar con vehemencia.
-¿No me digas que aún tienes hambre? – le preguntó Hermione, mirándole con una mirada entre divertida y reprobatoria. Matthew siguió agitando el biberón como respuesta a su pregunta.- Okey... espérame aquí, voy por más leche.
Tomó el biberón vacío de su hijo y se dirigió a la cocina.
Mientras preparaba la leche, el recuerdo de aquellos papeles en la maleta de Viktor ocupó su mente otra vez. ¿Qué significaba ese poder que le había dado el ministro de magia a su marido? ¿Por qué demonios estaba todo esto tan en silencio? Preocupada, volvió a la habitación.
-Amor, aquí está tu...
Pero se quedó callada al instante. Un hombre alto estaba en la habitación, de pie frente a la cuna de Matthew. Se agachó para tomarlo en brazos y besó su frente. A la luz del sol, Hermione no podía distinguirlo. Estaba aterrorizada, trató de avanzar pero no pudo. El tipo avanzó. El corazón de Hermione latía a mil por hora. Su rostro entonces se dejó ver y Hermione ahogó un grito. El tipo acariciaba el rostro de Matthew.
-¿Qué tal, Her-mio-ne, como está mi querrida esposa?
No podía ser. No, no era él, estaba soñando. Algo aquí no encajaba.
-Vi-Vi-Viktor – tartamudeó Hermione.- Tú... tú estás muer...
-No, Hermione, yo estoy más que vivo. – respondió Viktor, acercándose a la muchacha.- Y vengo a llevarme lo que es mío.
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Yap, al fin terminé...
Bueno, ya di las disculpas pertinentes, así que ahora puedo responderles como se lo merecen.
Merodeadora-Chii: gracias por el review que me dejaste. Es cierto, hace mucho tiempo que no te veía por aquí, pero te comprendo, yo también me he demorado un mundo en volver por aquí. Jejeje... la maldita escuela o la universidad hacen estragos en cada una de nosotras. Bueno, espero que te haya gustado este chap. See you... Tanina Potter.
eRgA: hola, gracias por el review. Bueno, me ha dado la impresión que los últimos capítulos no han sido de tu total agrado... lo sé, hasta yo misma los encontré medios fomes. Pero no tengan miedo de decírmelo, me gustaría saber cuales son mis errores para poder arreglarlos. Bueno, ojalá este esté mejor. Saludos, Tanina Potter.
Ichan: Jejeje, hola... si pues, ¿qué será lo que le dan a los hombres de ahora que en menos de un año se vuelven unos palotes de casi dos metros? Pero, gracias de todas maneras por leer este fic tan extenso y a veces tan enredado. Eso queso. U Bien, saludos. Tanina Potter.
Lily4ever: hola, gracias por el review... no me fue tan mal, mejor de lo que esperaba. Pensé que me iba a sacar un 4.0 y al final me dio un 4.9... U algo es algo, ¿no crees? Saludos, cuídate... ah, por cierto, me gustó mucho hablar contigo, eres muy simpática. Tanina Potter.
mione grint: aquí estoy de nuevo, jejeje... hoy me bajó la inspiración (11/05/04) después de una muy copiada prueba de "Estudios Literarios" U Bien, creo que Draco ya tiene trabajo, pero no le vendría mal uno extra... trata de convencerlo. Cuídate, Tanina Potter.
Lily McGonagall: hola, pues sí, me uní... mi nick es TaninaWood2003, tengo que actualizarlo. Si, el lado oscuro está de vuelta y no precisamente de la mano de Voldemort... Jejeje. Gracias por las buenas vibras, me hacen mucha falta. Cuídate, Tanina Potter.
Lil Granger: Hola, tanto tiempo... aunque, CORRECCIÓN!! Estuve casada, ahora estoy separada y tengo dos niños por los cuales pelear la potestad... jejejeje, mentira. El sábado pasado estuve en MSN, pero no te vi... hablé un rato con la Lily4ever y con mi ex novio, Gabriel... Seguiré luchando por las notas en la U, confío en que podré pasar de curso (¬¬ más me vale) Jejeje... bueno, cuídese, saludos. Tanina Potter.
Bien, es todo por hoy.
Atte. Tanina Potter. Miembro de las RON4EVER. Ronnie is the best and will be the best forever
