NOTA: Todos los personajes pertenecen al creador de Ruronin Kenshin nnX.

ADVERTENCIA: el siguiente capitulo no sólo es yaoi, sino que también contiene escenas sexuales algo fuertes, Lemmon.

Capitulo 4

¿A las cuantas vueltas se hecha un perro?

Era la mañana temprano en Kioto. Como en la mayoría de sus mañanas, el calor iba en aumento poco a poco. Cho se encontraba leyendo un informe que debía de preparar y entregar a su jefe ese mismo día. Desde muy temprano, poco después de la salida del sol, que se encontraba allí.

Pasando un rato más, su estómago rugió hambriento. Desvió su vista de las pequeñas letras del informe para buscar algo que comer en la cocina. Nada. Finalmente decidió que debería de comprar algo para comer. Se levantó y fue hacia su cuarto; donde aún dormía Kamatari.

Silencioso, se asomó. El día anterior había notado algo raro en su compañero, parecía de mal humor y al mismo tiempo, cierta luz extraña brillaba en su mirada. Algo le dijo que no sería una buena idea preguntar, así que, simplemente, sacó sus conclusiones. Pero había algo que no le gustaba; algo le decía que el repentino aislamiento entre Kamatari y Sanosuke no era por que este último se había enterado de que no estaba tratando con una mujer. Más le preocupó, cuando notó que ambos parecían de acuerdo con aquella distancia y a decir verdad, era Kamatari quien más lo repelía. Lo que siguió de aquel día, lo pasaron tranquilos y como si nada hubiese pasado.

Un apagado sonido, quitó a Cho de sus pensamientos. Kamatari estaba despertando. Aquello le recordó viejos tiempos, cuando ellos recién se conocían. El día que fueron presentados era motivo de risa para los recuerdos, pero no lo fue así aquel día:

Flash Back (barios años atrás) (si eres muy enamorado de los Juupon Gatana, perdón... pero hay que admitir... tienen nombres que dan para la burla... desde ya el nombre suena mal...).

El calor era insoportable. Los Juppon Gattana o los primeros de este, se encontraban desparramados por el suelo de madera. Aquel día, era sabido que un nuevo integrante se haría presente y por esa razón, nadie tenía permitido marcharse. ... y Soujiro habían salido a la mañana muy temprano para buscar al nuevo integrante. Los demás, incluyendo a Shishio y Yumi (Gelatinitas con formas de animales!!! No sé en tú país, pero aquí hay unas gelatinas que se llaman Yummy) intentaban sobrevivir al calor (bue... Shishio no).

Cho y Anji (suena a niña) jugaban al ajedrez Japones (Cho iba perdiendo) cuando unos pasos retumbaron en los pasillos interiores que llevaban a aquel cuarto. Las puertas se abrieron y detrás aparecieron Hoji (tipo... Proyecto Hoshin!!) y Soujiro, junto a un muchacho.

El niño, delgado y algo maltratado por la vida, de seguro, a la intemperie, llevaba sobre su hombro derecho un arma enorme, muy similar a una Kusarigama gigante y con la cadena acomodada en el otro extremo.

El muchacho dio unos pasos dentro, hasta ser detenía por Soujiro, quien se ofreció a indicarle el cuarto que sería suyo desde ese momento.

Ninguna reacción fue vista; no hasta después de que ambas juveniles figuras desaparecieran escaleras arriba. Todos se miraron y hubo una que otra sonrisa nerviosa.

-Ya se...- Hoji se adelantó a cualquier mal comentario posible- Parece débil, torpe y quizás un niño fácil para el llanto... Pero, frente a mí, mató a varios. Tengan cuidado, es un tanto irritable- diciendo simplemente esto, se retiró.

-¿Y qué puedo decir?- Anji esperó respuesta de Usui, Cho y Fuji (no se en que etapas llegaron a Shishio... pero no recuerdo los otros nombres).

-No digas nada- Cho apuntó con algo de malicia-. Voy a darle la bienvenida.

Soujiro sonrió (Deyabú?) y salió del cuarto, cerrando la puerta tras sus pasos. El muchacho (que ya se sabe, es Kamatari) se quedó unos momentos observando la puerta. Luego, simplemente dejó caer su arma al suelo y se recostó en la cama, tan pesadamente como su arma cayó al suelo. El techo fue su única visión durante un largo rato. Cerró los ojos dispuesto a descansar. Él había pedido anticipadamente no ser molestado por nadie el primer día; deseaba descansar y dormir, recuperase del corto, pero agotador viaje y luego, conocer a su líder.

Entonces un molesto golpeteo a su puerta, lo obligó a abrir los ojos. Pero simplemente cedió media vuelta y siguió durmiendo. Luego siguieron llamados:

-¡¡Ey!! Soy Cho, tu compañero.

No hubo respuesta.

-No me obligues a tirar abajo la puerta.

De otro lado, Cho seguía golpeando. Así llegaron Anji y Usui (Fiji no entraba por el pasillo de las escaleras). Los tres terminaron golpeando y a coro, no hubo señales del vida dentro del cuarto.

Finalmente, la puerta fue demolida. Pero para sorpresa de los presentes, ya nadie estaba en el cuarto. Y por más que buscaron al muchacho, nadie lo volvió a ver, no hasta la noche:

Cho salió para tomar un poco de aire. Entonces notó una figura extraña en uno de los árboles. Se asomó para ver y encontró a Kamatari trepado sobre este masticando una ramita que había arrancado.

-Hola- lo saludo, pero el muchacho ni siquiera pareció notarlo- ¿Eres sordo o mudo?- se acomodó para trepar al árbol, pero un repentino rechazo lo obligó a retroceder.

Kamatari se puso de pié y se lanzó hacia atrás. Intentó pisarle la mano, con la que se sostenía al árbol, pero Cho cayó al suelo por sí mismo.

-¡¿Qué te pasa?!

-¡Lárgate!- le ordenó- No me molestes.

-¡Oye! Vamos a ser compañeros, debemos llevarnos bien.

-No cuentes conmigo, trabajo solo.

-Entonces ¿Para que viniste?

-Por dinero y alojo- sonrió- ¿No crees que es necesario hoy en día?

-Eres extraño.

-Puedo trabajar solo, ya verás, así ha sido mi vida.

-¿Qué eres?

-Soy un mercenario ¿Nos conoces?

-Ajj... Ustedes se venden por nada...

-Vivimos para lo nuestro.

-Prefiero ser yo.

-¿Y qué eres?

-Uhm... No sé... supongo que asesino.

-Poco bale eso.

-¡Ja!- Cho se ofendió con aquello.

-No importa lo que sea de mi vida... no hay nada que me haga aferrarme a ella...

Fin del Flash Back

Cho suspiró con una leve sonrisa en su rostro. Entonces, Kamatari se asomó a la cocina, con sus ojos entrecerrados y la ropa de dormir bastante desacomodada.

-¿Dormiste bien?

-Sí...- respondió como arrastrando sus palabras- ¿Puedo usar el baño? Deseo bañarme.

-¡Adelante!- dijo con picardía- ¿Quieres que te acompañe?

-Me encantaría- le guiñó un ojo.

-Paso más tarde- rio.

-Cobarde.

-A puesto a que no me dejas entrar.

-Si bien recuerdo, la última vez que dijiste eso, te arrepentiste- se marchó.

Aquella tarde también fue tranquila...

Finalmente legó la noche. Kamatari se fue a dormir temprano, como había hecho los demás días. Cho llegó cuando su compañero yacía profundamente dormido. Se acostó y ni bien cerró los ojos, escuchó a Kamatari susurrar unas palabras. Divertido, se volvió hacia él para escuchar mejor; su amigo estaba hablando dormido.

En un principio, pensó que decía: Sí... sí... . Pero al escuchar con mayor atención y más cerca, escuchó claramente: Shishio. Aquel nombre lo hizo retroceder; su corazón se estrujó, quiso pensar que era por pena hacia su amigo... pero sabía que no era así. Luego sintió celos, más bien bronca, pues después de tanto tiempo, Shishio continuaba ocupando sus pensamiento... y sueños -//- y por lo que acompañaba a aquellas palabras... no era un sueño ingenuo. Cho enlazó su brazo en la cintura de su amigo, para intentar contenerlo, pero no logró más que intensificar el sueño. Puedo sentir como la respiración de su amigo se volvía más pesada y comenzaba a sudar. Al principio le causo gracia... pero luego recordó que no estaba soñando con él. Buscó alguna forma de cortar ese sueño... pero también razonó que sería malo de su parte, quitarle a Shishio de sus sueños. Entonces, decidió permitirle continuar su sueño y lo abrazó; lo besó bajo la oreja y le susurró: "te amo", sabiendo que no era del todo mentira. Kamatari giró su cabeza hacia el otro lado con un leve jadeo y se aferró a los brazos de Cho.

Como deseaba ser parte de ese sueño (siquiera en una orgía --), pero sabía que no sería posible. Pero... si no podía ser parte de ese sueño y tampoco lograba nada en la vida real, al menos estaría en un lado intermedio. Comenzó a acariciar el vientre de su amigo, sin animarse a hacer otra cosa, consiguiendo así, volver más pesado lo que este estaba soñando; entonces lo besó. Finalmente, decidió detenerse, cuando Kamatari recogió sus piernas en un reflejo. Rápidamente se hizo a un lado y se levantó; sin pensar huyó a la cocina.

Una vez allí, un sonido, que provenía de afuera le llamó la atención. Para despejar su mente, salió. Una bella mujer, de kimono rojo, se le adelantó y abrió la puerta.

-¡Buenas noches!- dijo.

-Shhhhhhhhhhh, que no estoy solo.

-¿A no? ¿Con quién estás?

-Con... e... un...

-¿Con otra? ¿Ya te cansaste de mi?

-No, no, no... estoy con... una amiga que vino de afuera.

-¡¡¡¡¡¡¡¡Ahhhhhhhh!!!!!!- chilló- Mira que a esta geisha no le gustan las orgías.

-Lo sé, lo sé, Mitsui...

La mujer lo hizo callar, besándolo en los labios con pasión.

-Hace tiempo que no vienes... clientes como tú se extrañan...

Entonces otro ruido lo alarmo ¡¡¡Kamatari!!! Cho se volvió hacia atrás de inmediato, para ver a su amigo desaparecer hacia el baño.

-¿Tú amiga?

-Sí... Mitsui... Es muy tarde... otro día hablamos... ¿Puede ser?

-Ven afuera... Quiero mimarte un poco- lo tironeó fuera de la casa sin permitirle opción.

Más tarde, Cho se asomó a su cuarto. Allí se encontraba Kamatari sentado en una esquina, con las piernas recogidas y escondiendo su rostro.

-Kamy- entró precavido.

-Dejame sola.

-Vamos ¿Qué te pasa?

-Nada que no me haya pasado antes.

-Por favor, no puedo verte así.

-Entonces no me veas- descubrió su rostro de entre las piernas. Sus mejillas brillando por la lágrimas que competían con el brillo cristalino de sus ojos-. Quiero estar sola.

-No será posible.

-Por favor- intentó apagar un próximo llanto-, sólo quiero estar sola. Déjame unos momentos, levantaré mi cosas y me iré.

-No, no te voy a dejar.

-Por favor, no quiero seguir aquí.

-Tengo ordenes de mi jefe.

-No es mi tema.

-Trabajas para el gobierno, tienes que- impuso.

-¡No! Respeta mi espacio y déjame sola.

-¡Es mi cuarto!

-¡¡Entonces me voy yo!!

-Ni lo pienses, al primer movimiento, me veré obligado a arrestarte.

-¡¡¡Hazlo!!! Almenos así ya no te veré más- se puso de pie casi de un salto.

-¡¡¿Qué es lo que te pasa?!! Hasta hace un momento estabas bien y ahora, así como así...

-¡¡Vamos!! ¡¿No que me ibas a arrestar?! ¿Qué esperas?

-¡Por favor! Ya ambos somos adultos- dió unos cuantos pasos al frente extendiendo los brazos, pero Kamatari no permitió aquello y lo empujó.

-¿Quieres que te ataque?

-¿Para que?

-Para que me arrestes.

-¡No te voy a arrestar!

-Entonces déjame ir.

-¡No! Por favor ¡¿Qué te pasa?!

-¡¡Que estoy harta!! ¡¡¡Eso pasa!!!- las lágrimas le recorrieron las mejillas una vez mas- Y ahora vete con esa geisha y déjame en paz.

-Ay no...- se tomó la cabeza- Puedo explicarte...

-Sí, hay mucho que puedes decir y no va a ser más que palabrerío ¿Quién crees que soy? O mejor dicho ¿Qué crees que soy? No voy a dejar que juegues conmigo así.

-¡Yo no jugué contigo!

-¿A no? ¿Seguro? ¿Entonces?

-Eso fue...

-¿Cuál de todos "esos"? ¿El beso que le diste a esa geisha o el que me diste a mi? Ambos son "eso", "eso" que le hiciste a ella o "eso" que me hiciste a mí.

-No le hice nada a nadie.

-¡Claro! Encamarte a una geisha no es "eso", es "ella".

-Por favor...

-Mira... sólo déjame ir. Ire a un hotel o algo así... te informaré de mi paradero y si quieres, puedes mandarme custodia.

-Escucha, es diferente lo que hay entre esa mujer y tú.

-¡Esa zorra!- su furiosa mirada cambió nuevamente a tristeza- O quizás... yo sea la zorra... En verdad, no he hecho más que eso... ser una zorra que intenta tomar las uvas del árbol... y es obvio, una zorra jamás podría alcanzar al árbol... Jamás seré mujer y en parte lo sé... Pero algo me hice creer que puedo engañar a los hombres y hasta engañarme a mi misma. Pero jamás será posible, porque hay tantas cosas que jamás podré imitarle a una mujer y tantas otras, propias de mi sexo, que jamás podré hacer desaparecer. Así, en fin, no soy nada, ni hombre ni mujer...

-Vamos, Kamy, no es así.

-¿Qué soy? Dime. Y sé sincero, no digas las estupideces de toda telenovela.

-No sé... no sé que eres... Ni quien eres... Pero de algo estoy seguro: eres algo y alguien para mí; quizás no clasificable con las palabras hombre o mujer...

-Peo eso no me sirve. Es dulce de tu parte y creo que sincero... pero vengo de un lugar donde fui pisoteada y desvalorizada como jamás en mi vida. Perdí todo, ya no soy una asesina como antes; ya no soy la integrante del Juupon Gatana, a la que todos temían; allí era respetada... en América no... Los malditos y racistas Americanos me quitaron lo poco que me quedaba de deseos de ser yo. Y vine aquí con la esperanza de volver a realzar aquel deseo... Y ahora no sé que soy. Antes poco me importaba decir sobre mí... ahora temo que sepan mi verdad.

-Sé que debe ser difícil... pero...

-No... ahora, sólo hay una cosa que deseo...- comenzó a avanzar hacia la puerta cuando Cho lo tomó del brazo.

-Por favor...

Pero Kamatari tuvo una única reacción. Inmediatamente se volvió hacia Cho y le lanzó un zarpazo, arañándole el rostro. El coleccionista de espadas retrocedió tapándose la cara con ambas manos.

-Te dije que me dejaras ¿Qué no entiendes?- le recordó Kamatari- Ya no quiero estar aquí, ni en ningún lado- las lágrimas comenzaron cristalizarle las mejillas-. Las personas me hacen daño, ya no quiero verlas ¿Por qué nadie aceptó jamás el camino que yo escogí?- una débil sonrisa se dibujó en su rostro- Sólo una persona aceptó mi camino y lo hizo de corazón... también confió en mí y me dio lugar en su vida; no quizás como yo deseé más tarde; pero aun que jamás pude sentir su piel contra la mía o siquiera escuchar sus latidos; por lo menos, estar lo suficientemente cerca de él para escuchar el latir de su frío y cálido corazón. Pero era obvio que sería así, porque yo no era más que una zorra queriendo ser uva de un árbol cuando este ya poseía las suyas propias. Y luego, él murió y yo prometí hacer conocer sus pensamientos... y le fallé. Regresé a Japón, queriendo tomar fuerzas para volver a encaminarme en busca de alguien capaz de comprenderlo tanto como yo; y te encontré a ti...- su mirada volvió a entristecerse- Jamás pensé en contarte sobre las creencias de mi Shishio-sama, tú ya las conoces. Pero algo más se presentó, algo que me hizo recordar aquellos tiempos en que él vivía. Ese sentimiento volvió a aparecer, esta vez hacia otra persona... Pero me equivoqué... a ella no le importo. La desee y ame como a mi Shishio-sama... pero esa persona, siquiera me vé como él. Entonces ¿Qué es lo que piensa al verme? ¿Acaso creerá divertido que una persona de su mismo sexo le ande tras el rabo?

Cho no dijo nada. Simplemente lo miró.

-Ésta zorrita se ha quedado ciega... ya no vé al rabo... ¿Dónde esta?- dijo con sarcasmo dando media vuelta y yendo a la cocina- Creo que ella probará rabo tras rabo hasta morder al que le pertenezca.

Aquellas últimas palabras hicieron que el corazón de Cho se estrujase. De inmediato recorrió los pasos de Kamatari y se reencontró con él, quien estaba frente a la mesa de la cocina bebiendo agua. Cho lo tomó de espaldas, entrelazando sus brazos en las caderas de Kamatari y suavemente, le susurró al oído:

-Esta zorrita ciega no seguirá tras ningún rabo... porque este zorro le morderá el suyo (no piensen mal, por favor ññU... bueno... piensen mal, muy mal jijijiji ==)- casi ronroneando comenzó a besarle el cuello.

Muy lentamente, ambos comenzaron a sincronizar sus respiraciones. Kamatari fue quien en un principio se adelantó, casi jadiando; pero pronto tomó partida al adelantarse con un pequeño beso en la boca que no tardó mucho en invadir a su compañero. Cho demostró su habilidad para tratar mujeres; pronto sus manos comenzaron a hurgar sobre el kimono queriendo encontrar una entrada con gran necesidad. Pronto el kimono fue separado en dos partes y las piernas de Kamatari quedaron al total descubierto. Cho lo alzó por unos instantes para sentarlo sobre la mesa y aprovechando aquello para tener un corto contacto con la espalda y demás; luego sus manos volvieron al frente para comenzar a jugar con las piernas, acariciando de afuera hacia arriba e ir subiendo cada vez más; mientras besaba a su compañero por donde el kimono dejase piel desnuda. Los brazos de Kamatari soltaron Cho, para así dejarle más libertad y sostuvieron el peso del cuerpo de su dueño para que este se entregase a los repartidos besos de Cho. El kimono de Kamatari cada vez se encontraba más arriba; pronto, una mano del coleccionista de espadas se deslizó hacia atrás, bajo este para así conseguir un toque más intimo con el trasero de su compañero (uuuuuuyyyyyyyyyyyyyyy que calor, no?). Kamatari dejó escapar una leve gemido, para completo placer de Cho.

Entonces la puerta se cerró de golpe, pero ninguno de los dos la escucho (ba... entre nosotros, si la escucharon... Pero en esa situación... ¿A quién le importa?!!!!!!). Justo en el momento en que Cho tumbó a Kamatari sobre la mesa (quien a esas alturas rogaba casi a gritos ser tomado jijijiji n//n), una coleta de cigarrillo cayó al suelo tras ambos. Entonces el coleccionista de espadas alzó a su compañero dispuesto a cargarlo hasta el cuarto, cuando al girar, se encontró frente a frente con Saitou (quien luego de ver y escuchar aquello, se encontraba ya en estado de coma).

-.................................................................- sin decir nada, el jefe de policía giró sobre sí y se marchó.

-No importa- dijo Kamatari besándole el cuello, pero otro que quedó en estado de coma fue Cho...- ¿Qué pasa?- de repente los fuertes brazos de Cho se debilitaron, dejándolo caer al suelo cual bolsa de papas...

-Me va a fusilar...

-Sólo dile que toque la puerta la próxima vez- se puso de pié abrazándolo-. Y que vuelva en una hora... dos ¡O tres! Pero no me dejes así...- se quejó ya frustrado.

-Por favor... esto no está bien...

-Sí lo esta... esta más que bien...

-Mi jefe... me vió... yo....

-¿¡Y qué!?

Sin decir nada, Cho fue hasta donde Saitou.

-Perdón...- susurró a su jefe.

-¿Uhm...?- fue lo único que dijo, mientras intentaba prender un cigarrillo con sus temblorosas manos.

-En verdad lo siento...

-Lo único que deseo es salir de este lugar cuanto antes...

-Esta bien...

-Mañana por la mañana te quiero en mi oficina... tengo una misión para ti y tú...- hizo una arcada y salió de la casa casi corriendo.

Cho se dirigió cabizbajo hacia la cocina, donde Kamatari terminaba de acomodarse la ropa.

-¿Qué quería?- dijo molesto.

-Me ha entregado... nos ha dado una misión.

-Perfecto...- suspiró y avanzó hacia fuera de la cocina, cuando se detuvo unos segundos:- Cho... ¿En que quedó todo esto?

-Yo...

FIN DEL CUARTO CAPITULO

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Hola!!!!!!!!! Soy Kijin Honjo!!!!! ¿Qué tal? Uhhhhhhhhhhh ¡¡¡Que final!!!!!!!!!! ¿No? Bueno, para la próxima, la historia se volverá un poco más... ¿Hot? Se me han ocurrido ideas muy interesantes jijijijjijijijijijijiji

Y ¡¡¡¡Perdón por la tardanza!!!!! Es que estoy con un montón de parodias de Houshin Engi y por ello ando medio atrasada en esta. Sí todo me sale bien, "Sen Gen" ya puede ser leída... tuve algunos inconvenientes con ella, pero ya esta. Está narrada luego de la muerte de Bou-chan (Shishou-sama, Suusu o "muñequito de trapo --"). Yo también aparezco... bueno, no yo, sino Kijin Honjo, Chou Kei, Raishinshi, Nataku y obviamente Unchuushi nn. Estoy viendo donde hubicar a Hiko y Gyokutei... pero ya veremos. En fin, no tendría que estar hablando de esto aquí.

Para esta y otras parodias de Houshin Engi, visiten mi página www.msngroups/Senninkai (creo que es así... sino fíjense en mi perfil ññU). Y si quieren unirse y poner cualquier cosa de anime, díganme, pueden incluir sus parodias. Es básicamente de Houshin Engi, pero no importa.

Besos a todos

Pronto se viene el 5º capitulo (que no tiene titulo --)

Kijin Honjo (el más sano dolor de cabeza de su querido y adorado Shishou-sama!!!!! Unchuushi!!!!!!)