Capítulo 30: EL DÍA DE LA IRA.
No podía ser. No, no era él, estaba soñando. Algo aquí no encajaba.
-Vi-Vi-Viktor – tartamudeó Hermione.- Tú... tú estás muer...
-No, Hermione, yo estoy más que vivo. – respondió Viktor, acercándose a la muchacha.- Y vengo a llevarme lo que es mío.
El corazón le latía a mil por hora. ¿Qué estaba pasando? ¿De qué se había perdido? Hace casi un año atrás había dejado Bulgaria por la muerte de Viktor. No le quedaba nada más que hacer en ese lugar. Pero por alguna razón el destino se empeñaba en no darle la razón. Viktor se acercó a ella, hasta tenerla a escasos centímetros de su cara. Podía percibir su respiración agitada, su ritmo cardiaco en aumento. Miró a Matthew un instante y sonrió.
-¡Cuánto has crecido! – le dijo. Pero Matthew ya no lo recordaba, lo que provocó su llanto.- ¡No llorres, Matthew! Tu padre ha vuelto... mirra, está aquí, contigo.
-¿Qué... qué pasó aquí? – se aventuró a preguntar Hermione.- Dime que esto es sólo producto de mi imaginación... que eres un fantasma en último caso.
-¿Eso es lo que tú quierres? – preguntó Viktor, dirigiéndole una severa mirada a su esposa.- ¿Querrías que me volvierra sólo un recuerdo para poder disfrutar de tu vida con la conciencia limpia? ¡¡¿Eso es lo que querrías?!!
-No... yo sólo... – Hermione reaccionó. ¿Por qué tenía que dar ella las explicaciones?.- ¡Tú estabas muerto, por Dios! ¡Me engañaste todo este tiempo!
-No más de lo que tú me has engañado.- Viktor se separó de Hermione y caminó por la habitación.- Te dejo sola un momento y corres a los brazos del imbécil de Weasley...
-¡No lo llames imbécil! – exclamó Hermione.- ¿Por qué... por qué me haces esto? Yo te creía muerto, Viktor. ¡¡Sepulté tus cenizas, estuve en tu funeral!!
-Sepultaste lo que creíste que erran mis cenizas... ¿O alguna vez te dignaste a mirrar el cuerpo? – preguntó Viktor.
-Yo... – Hermione recordaba haber rechazado la propuesta de verificación. Según ella era inútil. Todo el mundo sabía que Viktor Krum había sido asesinado.-... No quise.
-¿No quisiste, eh? – repitió Viktor a modo de pregunta.- Lo lamento mucho por aquel muggle... se parrecía mucho a mí... perro, ¿Tanta alegría te producía mi muerte que te bastó sólo con la noticia?
-¡Claro que no! ¿Cómo puedes pensar en eso? Eres el padre de mi hijo... no me alegraría de tu muerte... – dijo Hermione. Aún en su estupor, podía reconocer que había cometido un error al no reconocer el cuerpo.- Dime... ¿Qué pretendías con todo esto?
-Algo que tú jamás quisiste apreciar.- respondió Krum, por encima del llanto de Matthew. Reparó en su maletín y lo abrió. Sacó los papeles que tanto habían intrigado a Hermione.- esto... esto es el camino a nuestra glorria. Al poder, Hermione. Con esto serremos la familia más importante de toda Bulgarria.
-¿De qué me estás hablando? – preguntó Hermione, confundida por las palabras de su marido.- ¿Qué gloria... qué poder es ese?
-El poder que obtendríamos al derrocar al ministerrio de magia búlgarro... luego el inglés y muy pronto toda la comunidad mágica mundial. – respondió.- Lo teníamos todo muy bien planeado, el traspaso, la lamentable muerte del ministro y mi nombramiento en el ministerrio, hasta que el imbécil de Julkas comenzó a sospechar de Yarrovich y de mí... – repasó todos estos datos como si estuviera haciendo la lista de las compras. Hermione lo miraba atónita y sólo escuchaba.- teníamos que hacerle creer que yo no tenía que ver con ningún complot ni nada parrecido, hasta que se calmaran los ánimos, y decidimos lo de mi muerte. Hacía falta una víctima y nada más que un simple muggle parrecido a mí fue lo que encontramos... Dimitry se encargó de difundir el rumor de que Huck Hoshtner... – rió al recordar el nombre.- ...el maldito loco de Hoshtner, me había asesinado. Luego morriría el ministro y yo regresarría a la vida, diciendo que todo había sido un malentendido y que mi linda esposa estaba radiante de alegría al verme.
Hubo unos segundos de silencio sólo rotos por los sollozos de Matthew. Hermione no lograba comprender lo que decía Viktor. ¿La comunidad mágica mundial? ¿Algo así como continuar las intenciones del señor oscuro?
-Estás completamente loco.- dijo Hermione, quitándole de los brazos a su hijo y saliendo de la habitación.
Viktor la siguió y la detuvo en seco.
-Loco... sí, estoy loco, pero de amor por ti – argumentó.- ¿Es que no te has dado cuenta?
-¿De qué me tengo que dar cuenta según tú? – preguntó Hermione bastante alterada.
-Todo lo hice por ti, Herm... por ti y por Matthew. – respondió Krum. En sus ojos se lograba vislumbrar un dejo de verdadera locura.- Yo querría que esto te hicierra feliz, querría el bien parra ti y parra nuestro hijo.
-¿¿De qué bien me estás hablando?? – preguntó Hermione tratando de zafarse de las fuertes manos del tipo.- ¿Qué pensabas? "Me finjo muerto por un año y luego regreso para retomar mi vida de siempre" ¡No puedes, Viktor!
-¡CLARRO QUE SÍ PUEDO! – exclamó Viktor.- Tú erres mi mujer, Matthew es mi hijo y si yo digo que serremos la familia más feliz del universo, ¡Lo serremos!
-¡¡Qué familia ni que ocho cuartos!! – gritó Hermione, dejándose llevar un poco por la rabia.- Nuestra familia nunca fue verdadera... fue sólo un papel firmado.
-No me eches la culpa a mí, Hermione... – repuso Viktor. – Yo puse todo de mi parte, te di protección, amor, carriño, te di un hogar, pero tú... tú...
-¡¡DILO!! – exclamó Hermione.- ¡¡DI QUE YO JAMÁS TE AMÉ!! ¡¡DI QUE TE CASASTE CONMIGO AÚN SABIENDO QUE YO AMABA A OTRO!!
Viktor palideció. De verdad lo sabía y le atormentaba recordarlo.
-¡PUTA! – gritó y abofeteó a Hermione con la fuerza suficiente como para darle vuelta la cara. Se le anegaron los ojos.- Cállate... cállate... no tienes por qué restregármelo en la cara.
-Eso es lo que te duele, ¿verdad? – Hermione tenía una mejilla roja y las lágrimas ya rodaban por ellas.- ¡Maldito sea el día en que te acepté, despechada porque Ron tenía una novia!
-Cállate... vamos, dame a Matthew.- pidió Viktor.
-No te lo daré, es mi hijo.- acotó Hermione.
-¡También es mío, dámelo! – prácticamente se lo arrancó de los brazos y avanzó por la sala a grandes pasos.
Hermione corrió hasta él y trató de detenerlo, pero Viktor era más fuerte.
-¡¡No te lleves a Matthew!! – gritaba, forcejeando con él para quitárselo.- Él no tiene la culpa de nada... está feliz aquí, tiene su familia hecha.
-¿Con quién? – Viktor se detuvo en seco.- ¿Con el imbécil de Ronald Weasley? Porque veo que no te demorraste nada en encontrarle un padre a Matthew y de paso un amante parra ti.
Esta vez fue Hermione la de la cachetada.
-¡¡Por lo menos, Ron no deja abandonado a sus hijos y se finge muerto!! – gritó, logrando hacerse de Matthew.- Él ha sido todo lo que Matthew ha necesitado... él le dio de comer cuando tuvo hambre, lo entretuvo cuando lloraba y lo cuidó cuando estuvo enfermo. ¿Dónde estuviste tú cuando a Matthew le apareció el primer diente? ¿Dónde estuviste cuando logró sentarse solo o cuando no podía dormir en las noches? ¿Haciéndote el muerto? Dime... ¿Dónde estabas?
-¡¡Perro yo soy su verdaderro padre!! – exclamó Viktor.- Weasley es sólo un papanatas oportunista que quierre hacérselas con mi hijo...
-No. Ron es casi el padre de Matthew... Ron es el amor de mi vida, ¿entiendes? – exclamó Hermione.
Viktor sacó su varita y apuntó a su esposa.
-¡Desmaius!.- antes de que Hermione pudiera caer aturdida al suelo, Viktor la tomó con un brazo y sostuvo a Matthew con el otro. La dejó en el sillón y comenzó a ordenar (mejor dicho a desordenar) las ropas de ella y de su hijo en una maleta.
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Todo estaba oscuro, silenciosamente oscuro. Sentía el cuerpo liviano, como si las penas, las alegrías, los sentimientos y el dolor se hubieran desprendido de ella. Por más que abría los ojos, no lograba distinguir nada a su paso. Era desesperante... Úrsula no sabía qué hacer, no sabía si dar un paso o quedarse estática en el lugar. Pasaron los segundos hasta que unas pequeñas luces a su alrededor la pusieron en alerta. El aire se llenó de música y las luces se convirtieron en imágenes.
"Úrsulita, venga... amor, no corra por el pasto mojado" decía una mujer de cabellos cortos y rizados, con sus mismos ojos desde la ventana de una casa.
"Mira, hija, un cóndor... ¿lo ves? Allá abajo en las montañas" decía la voz de un hombre sentado a su lado, mientras viajaban en un avión. De pronto escuchó aplausos por mil, sentía sus mejillas ardientes y saludaba al público.
"Hola, soy Hermione... Bienvenida al Ministerio de Magia". El primer día de trabajo.
"Te ves tan preciosa cuando lloras" le decía Harry, aquel mágico día en el hospital, cuando se dieron su primer beso.
"Úrsula Ami Broderik... ¿Aceptas a Harry James Potter...?" preguntaba un cura frente a ellos en el altar de una iglesia.
Y de pronto apareció frente a ella una niña, una bella niña de más o menos seis años, con los mismos ojos de Harry y el cabello ondulado de Úrsula, que corría hacia ella y la llamaba: "¡Mamá! No me dejes sola... Te quiero mucho"
Úrsula se desesperó y quiso correr hacia ella. Gritó con todas sus fuerzas y cayó en un vacío inmenso, con las mejillas mojadas y el cuerpo pesado. Al final del abismo, podía escuchar voces... le dolía todo, su pecho se apretaba y sentía unos deseos profundos de dormir, dormir hasta que pasara el dolor.
Hasta que se levantó de un salto de la cama en donde estaba y gritó: ¡¡¡HARRY!!!
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Más de cuarenta minutos de espera tuvieron que soportar Harry, Ginny y Draco para que el médico les dijera algo acerca de Úrsula.
-¡¡¿Cómo está Úrsula?!! ¡Dígame, doctor! – pidió Harry. Se veía pálido y ojeroso, como si le hubiera pasado un huracán por encima.
-Cálmese, señor... – lo tranquilizó el médico.- su esposa está bien... estuvimos a punto de perderla, pero milagrosamente despertó de su inconsciencia. Tiene varios moretones en el cuerpo y está algo hinchada, pero se recuperará pronto.
-¿¿Y mi hija?? – preguntó Harry.- ¿¿Qué pasó con la bebé??
-La salud de la niña es la más delicada en estos momentos – respondió el hombre. A Harry se le heló la sangre.- tuvimos que intervenir de emergencia a su esposa y sacarle a la niña del vientre... la estamos evaluando y creo que deberemos dejarla en una incubadora.
-¿Incubadora? – preguntó Draco, detrás de ellos. Los términos muggles no eran muy claros para él. Miró a Ginny, quién también tenía cara de no entender mucho.
El médico los miró con desconcierto. "Extranjeros, quizás" pensó.
-¿Y cuando podré verla? – preguntó Harry, poco interesado en el término "incubadora"
-A la bebé la podrá ver más tarde, cuando terminen los médicos de revisarla y constatar lesiones, pero si desea ver a su esposa puede hacerlo ahora, aunque no mucho tiempo. – respondió el doctor.
Harry se dispuso a caminar por el pasillo por donde había salido el médico, cuando éste lo detuvo.
-Eh... dígame señor...
-Potter.
-Sí, señor Potter... vimos que su esposa presentaba algunos golpes en la nuca y en el pecho... ¿cómo se produjeron? Además... – continuó el médico.- ...después del parto comenzó a vomitar un líquido verde, muy parecido a la bilis... ¿sufría de alguna enfermedad anterior?
A Harry se le hicieron difíciles esas preguntas. ¿Cómo explicarle a un simple muggle que a Úrsula la había alcanzado un hechizo mientras dos magos forcejeaban con una loca?
-Se... se cayó por las escaleras... y... y de seguro se agitó su hígado cuando caía... – fue lo único que atinó a decir Harry.
El médico lo miró con una ceñuda expresión, no muy convencido.
-habitación 15... – les dijo el médico.- frente a las escaleras.
Harry, Ginny y Draco avanzaron presurosamente por el pasillo, ampliamente iluminado por tubos fluorescentes que sorprendieron a éstos últimos. La habitación 15 quedaba justo enfrente de las escaleras y de un pequeño ascensor descompuesto. En el interior había cuatro camas de sábanas blancas, donde varias personas dormitaban o eran visitadas por sus familiares. En medio del techo habían puesto un cartel que rezaba "Unidad de Tratamiento Intensivo, Dra. Emelinne Biederman" Justo al fondo, cerca de los ventanales, se hallaba Úrsula, dormida en una cama, llena de cables y tubos que salían de su nariz o de sus brazos.
-Esto es espeluznante.- comentó Draco, mirando el estado de Úrsula.
-Medicina muggle... – respondió Ginny, sin siquiera mirarlo. Draco volteó su cara hacia ella, pero al no obtener la respuesta requerida, bajó la cabeza y se dedicó a observarse la punta de los zapatos.
Harry se acercó suavemente a Úrsula. Tenía algunos moretones en el cuerpo y la cara hinchada. Su bella barriga había desaparecido. Aunque probablemente no lo escucharía, Harry comenzó a hablarle.
-Hola, amor... – le dijo.- aún con todos esos cables encima te ves hermosa, ¿sabías? Ya pasó todo... ya nos libramos de esa mujer... – le tomó la mano izquierda y acarició la punta de sus dedos.- ahora hay que rezar por nuestra hija... pero con una madre tan fuerte como tú, de seguro que saldrá bien de todo esto.
El rostro de Harry comenzó a congestionarse. Ginny apoyó la mano en su hombro.
-Es lo más seguro, Harry – le dijo para tranquilizarlo.- Esa mujer no volverá a engañar a nadie más.
Esta vez si miró a Draco, enfrentando sus ojos. Ginny aún estaba confundida... le dolía que aquello que decía Constance pudiera ser verdad, pero Draco jamás le había fallado... No se dijeron nada y Ginny volvió a contemplar a su amiga.
-Abre los ojos, Úrsula... – le pidió.- Abre los ojos para que puedas contemplar a tu niña cuando la saquen de esa... esa...
-Incubadora.- completó Harry.- hazle caso a Gin, amor... abre los ojos, ayúdame a sobrellevar la pena que estoy sintiendo en este momento, como lo hiciste cuando el rencor por Cho me cerraba los ojos.
A Harry las lágrimas le rodaban por las mejillas. Una de ellas cayó hasta sus manos y mojó los dedos de Úrsula. Entonces, lentamente, la chica fue abriendo los ojos y descubrió a Harry y a sus dos amigos, plantados frente a ella.
-Ha... Harry – murmuró.
Los ojos y la sonrisa de Harry volvieron a iluminarse.
-Amor, estoy aquí, contigo – le dijo.
-Mi... mi hija... quiero a mi... hija. – dijo Úrsula, mientras con la otra mano acariciaba su vientre vacío.
-Ella no está ahí – le aclaró Harry. Úrsula lo miró con desconcierto.- Pero está bien... la tienen en una incubadora.
Aún así, la preocupación de Úrsula no disminuyó demasiado.
-¿Dónde... estoy, Harry? - preguntó
-Estamos en una clínica muggle – respondió Harry.- Pero haré todo lo posible para llevarte a San Mungo.
-Harry, será mejor que no hables de esas cosas aquí, donde está lleno de Muggles... – dijo Draco de pronto.
-Tienes razón.- dijo Harry. Sacó su varita muy disimuladamente y dijo.- "¡Silencius!"
La habitación se volvió de pronto silenciosa y las gente de afuera ya no pudieron escuchar lo que ellos decían.
-Harry... – dijo Úrsula.- Quiero... ver a mi niña.
-Ya la verás cuando diga el doctor.- le dijo Harry, tranquilizándola.- Ahora cálmate y descansa.
Una enfermera entró en la habitación y se dirigió a la cama de Úrsula.
-Señor Potter... – dijo y de pronto se quedó callada. Algo le parecía extraño.- ¿No notan que todo se volvió más silencioso que de costumbre?
-No – dijeron los tres chicos al unísono, mirándose con complicidad.
-¡Ah! Bueno... – dijo la enfermera, creyendo que sólo eran especulaciones suyas.- El doctor dice que el padre puede entrar a ver a la niña, por unos momentos.
-Está bien.- asintió Harry. Luego se dirigió a Úrsula.- Te prometo que haré todo lo posible para que te dejen verla pronto, ¿está bien?
-Sí.- dijo Úrsula.
-Quédense aquí, cuidándola – les dijo Harry a Gin y a Draco. Los dos asintieron.- Vuelvo enseguida.
Salió de la habitación, ansioso, nervioso, triste por un lado, y alegre por el otro. A pesar de las circunstancias, estaba contento de ver por fin a su hija.
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Despertó aletargada, como si hubiera salido de un largo sueño y se encontró con que tenía las manos atadas con fuertes amarras y una mordaza en la boca. Comenzó a recorrer con la mirada toda la casa en completo desorden. Toda la ropa de Ron había sido regada por el living y las fotografías de él o en las que salían los tres junto a Matthew, estaban hechas trizas en el suelo. "Matthew" pensó y se le vino a la mente todo lo que había sucedido hace poco. Trató de gritar, pero no lo consiguió. Viktor no se escuchaba por ningún lugar, ni tampoco su hijo... "¿Se lo habrá llevado?" se preguntó Hermione. Parándose precariamente del sofá, avanzó hasta la habitación y buscó a su hijo. Ahí no estaba. Fue hasta la cocina y tampoco lo halló. Entonces lo escuchó llorar en la parte trasera de la casa. Corrió hasta allá y se encontró a Viktor, atando una maleta a la parte trasera de una enorme escoba, de seguro sería una "Moscarda", con Matthew en los brazos. Trató de hablarle, pero olvidaba que tenía la boca amordazada.
-Ya haz despertado, amor – le dijo Krum, en cuanto la vio.- Veamos, ¿qué quierres decirme?
Le sacó la mordaza y la dejó hablar con normalidad, como un marido que le hace un bien a su esposa.
-¿Qué... qué estás haciendo? – preguntó Hermione.
-Nos vamos.- respondió Viktor.
-¿Nos vamos? ¿A dónde nos vamos? – inquirió Hermione. Esta situación le parecía cada vez más complicada.
-Volverremos a Bulgarria – respondió Viktor.- Volverremos y serremos la familia que nunca debió dejar de ser.
-¡No digas idioteces, Viktor! – exclamó Hermione. Él se le acercó y la tomó con sus fuertes brazos, alzándola hasta dejarla en la escoba.- ¡¡Suéltame, déjame en paz!!
-Parrece que no quierres entender – dijo Viktor, volviendo a ponerle la mordaza en la boca. Se subió a la escoba, dispuesto a volar, cuando vio que alguien aparecía en la puerta de atrás, asombrado por la terrible situación.
-Hermione, que...
Era Ronald Weasley. "El imbécil de Weasley" pensó Krum. Venía con Charlie detrás, quien llevaba una niña en sus brazos.
-Vengo a llevarme lo que me pertenece – dijo Krum, antes de atacar a Ron con su varita.- ¡¡Expelliarmus!!
Ron fue lanzado con fuerza hacia atrás, cayendo entre los muebles de la cocina. Charlie se apresuró a sacar su varita, pero Viktor ya había desaparecido. Lilibeth lloraba con más fuerza que antes.
Charlie hizo reaccionar a Ron en un instante y éste se puso alerta.
-Hermione... – dijo.- ¿Dónde se la llevó?
-No lo sé, Ron.- dijo Charlie.
-¿Ese era Viktor Krum? – preguntó Ron.
-No sé, pero sea quien sea, tienes que ir por ella. – respondió su hermano.
Ron le hizo caso y con varita en mano, salió de la casa lo más rápido que pudo y comenzó a correr como un loco. Pero tenía que hacer algo para encontrarlos, no podía ir a ciegas por la ciudad, sin saber dónde se la habían llevado. Parado en una esquina no muy transitada, Ron dejó que la varita buscara por ella misma la dirección que habían tomado Viktor y Hermione. Muy pronto dio con el lugar... todo apuntaba a la parte superior de un edificio cerca de Holloway, en Kingsland. Para no perder más tiempo, Ron decidió aparecerse en aquel lugar y sacar a Hermione de ese aprieto lo más pronto posible.
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En lo alto del edificio...
Hermione trataba de zafar las cuerdas de sus manos escondida de Viktor. Por lo menos le había quitado la mordaza. Éste a su vez, había dejado la escoba a un lado y buscaba incesantemente el traslador por el techo del edificio. Pero al parecer le estaba costando trabajo hacerlo. Por algún motivo, la azotea estaba repleta de cajas y jaulas para ave y Viktor no había contado con eso. Matthew, sentado junto a la escoba, había calmado su llanto y miraba a su madre con muchas esperanzas de que ella lograra soltarse. Pronto, Viktor reparó en una bota vieja junto a una jaula atestada de mugre de ave. Aquella debía ser el traslador.
-Ya está... – dijo Viktor tomando la bota.- En unos minutos más nos irremos.
-¿Por qué no quieres entender? – le preguntó Hermione desde el otro extremo, aún intentando soltarse.
-¿Qué es lo que tengo que entender, según tú? – preguntó Viktor a modo de respuesta.
-Qué esto se acabó hace mucho – le dijo Hermione. Aún tenía esperanzas de que Viktor se arrepintiera y los dejara irse.- No lograremos ser felices por que tú lo quieres.
-Clarro que lo serremos, Hermione – le dijo él. Se acercó a Matthew y lo tomó en brazos.- ¿Cierrto, Matthew? Serremos muy felices los tres.
Matthew se quedó mirando a su padre unos instantes y luego volteó hacia el otro lado, por encima de los hombros de Viktor. Y sonrió.
-Papá – dijo.
Viktor lo miró incrédulo y feliz a la vez.
-¿Qué has dicho, Matthew? – preguntó.- ¿Dijiste papá? ¡¡Dijo "papá"!!.- lo abrazó muy fuerte y lo besó en las mejillas, pero Matthew seguía pendiente de lo que había detrás de Viktor.
-Papá.- repitió y apuntó hacia el lugar que estaba mirando. Hermione también miró y se le iluminó el rostro. Pero la expresión de Viktor no fue muy agradable al dar la vuelta.
-¡Tú! – gritó y sacó la varita rápidamente, apuntándolo.
-No voy a dejar que te lleves a mi hijo.- Era Ron, quien también apuntaba a Viktor con su varita. Pero dado que este último llevaba a Matthew en los brazos, Ron no estaba muy seguro de atacar, momento que Viktor aprovechó para atacarlo a él.
-¡¡Expelliarmus!! – gritó.
Ron se hizo a un lado justo a tiempo y varias cajas salieron disparadas por los aires por efecto del hechizo. Hermione gritó, pero no lograba mantener el equilibrio para ponerse de pie. Viktor iba acercándose peligrosamente a Ron, dispuesto a atacarlo de nuevo. Pero Ron se iba escondiendo entre las cajas para poder distraerlo un poco.
-¿Te escudas tras un niño? – le preguntó sin dejarse ver aún.- No eres más que un maldito cobarde.
-¡Cállate! – gritó Viktor, mirando a todos lados, preparado para atacar en cualquier momento.- Matthew es mi hijo y no me escudo tras él... lo... lo estoy protegiendo de imbéciles como tú.
Caminó hasta Hermione y lo dejó junto a ella. Hermione se acercó lo más que pudo a Matthew y lo protegió con su cuerpo.
-¡Sal, Weasley! – gritó Viktor.- Ahora podré luchar contigo como lo que soy... un verdadero hombre.
-Tú no podrías ser un verdadero hombre ni aunque nacieras de nuevo.- dijo Ron, mirándolo entre las cajas apiladas. Viktor avanzó entre éstas y derribó algunas, seguro de que allí encontraría a Ron. De pronto, éste último se puso de pie de un salto y atacó.- ¡¡Rictusempra!!
-¡Impedimenta! – exclamó Viktor, pero ya era demasiado tarde. El hechizo de Ron había dado en el pecho del Búlgaro y lo había lanzado con fuerza hacia atrás, dejándolo algo inconsciente.
Rápidamente, Ron corrió hasta Hermione y la desató.
-Quería llevarnos – dijo Hermione, besando y abrazando a Ron con fuerza.- Está completamente loco.
-Me he dado cuenta.- repuso Ron.- ¿Pero cómo es que está vivo?
-Nos mintió a todos.- respondió Hermione.- No era él, era sólo un pobre muggle...
-¡Maldito sea! – exclamó Ron. Luego reparó en Matthew, quien lo miraba con expectación y alegría.- ¿Cómo estás, Matthew?
-Papá – dijo Matthew y se aferró a uno de sus brazos.- Te keo, papá.
Hermione y Ron se quedaron estupefactos. Muerto de la felicidad, Ron tomó en sus brazos al niño y lo besó en la frente.
-Yo también te quiero mucho, Matthew.
Pero no todo era felicidad en esa escena. Krum, despertando del efecto del hechizo, estaba poniéndose de pie y mirando al trío que tenía enfrente. "Maldito seas, Weasley" murmuró. "No me quitarrás a mi familia" Antes de lo pensado, Krum ya estaba de pie y apuntándolos. Hermione entonces reaccionó y cubrió a Matthew y a Ron con su propio cuerpo.
-¡Crucio! – gritó.
-¡¡¡¡¡AAAAAAAHHHHHHHHHHHH!!!!! – el grito de Hermione fue tan desgarrante cómo el que había pronunciado seis años atrás, frente a Voldemort. Impulsados por el hechizo, los tres salieron disparados hacia atrás y Ron chocó contra las cajas y el límite de la azotea.
-¡Hermione, Nooooo! – gritó Ron. Ella había caído sobre su cuerpo y el de Matthew y su expresión de dolor se intensificaba poco a poco. Como pudo, y tratando de no lastimar a Matthew, apuntó a Krum con la varita y gritó- ¡EXPELLIARMUS!
El hechizo de Krum dejó de surtir efecto y Hermione, bastante adolorida, abrió los ojos. Matthew había vuelto a llorar. Ron se puso de pie y avanzó hacia el búlgaro, decidido a terminar con él si era necesario.
-Te lo dije... – masculló Ron, irritado hasta el fondo.- Te dije que no me quitarías a mi hijo... ni a mi mujer.
-No puedes llevarte lo que no es tuyo – dijo Viktor desde el suelo.- Hermione y Matthew me pertenecen.
-Ya no. – dijo Ron, apuntándolo con la varita directamente al pecho.- Despídete de ellos, Krum.
-¡Nunca! – exclamó Viktor. Rápidamente tomó a Ron de las ropas y lo lanzó con fuerza hacia delante, por encima de él. Ron pasó sobre las cajas y fue a dar al borde del edificio, sujeto sólo de uno de los barandales. Krum se quedó mirándolo por un momento, con una enorme expresión de triunfo.
No podía sujetarse más. Estaba ocupando sólo una mano. En la otra tenía su varita, pero Krum pronto se deshizo de ella.
-¡Accio varita! – exclamó. A regañadientes, la varita de Ron escapó de sus manos y fue a dar a las del búlgaro. La sonrisa de Viktor era cada vez más pronunciada.- Te dije que no puedes llevarte lo que no es tuyo... despídete de ellos, Weasley...
-¡AVADA KEDAVRA!
La potente maldición desplegó un enorme destello de luz verde que fue a dar justamente en la espalda de Viktor. Los ojos de éste se abrieron al máximo y una horrorosa expresión de horror se dibujó en su cara. Cómo una pesada piedra, el cuerpo de Krum se abalanzó hacia delante. Por una de sus mejillas rodaba una solitaria lágrima. Ron tuvo que hacerse a un lado con mucho cuidado para que Viktor no pasara a llevarlo mientras caía por el edificio. Una extraña sensación de pesar y alivio se apoderó de Ron. No había sido él... no había podido con Krum. Pronto pudo ver el congestionado rostro de Hermione sobre él.
-¡Ron! ¿Estás bien? – preguntó la muchacha, intentando subir a Ron hasta la azotea. El pelirrojo pronto pudo asirse con facilidad de la orilla y pisar tierra firme. Hermione se echó a llorar en sus brazos cuando lo tuvo junto a ella.- ¡No quise hacerlo! ¡No quise, pero tú estabas a punto de caer!
-No te preocupes, Hermione – le dijo Ron abrazándola con fuerza y besándola en los labios.- Ya terminó... todo terminó.
Con sorpresa vieron que Matthew se acercaba a ellos, caminando dificultosamente, pero con ahínco. Ron y Hermione se acercaron hasta él y lo alzaron en sus brazos.
-¡Papá! – dijo mirando a Ron. Luego volteó hacia Hermione.- ¡Mamá!
-Sí, Matthew.- dijo Hermione sonriendo.- Papá y mamá.
Por fin, todo había acabado.
N/A: YES, YES!!! OH MY GOD!!! SSSSiiiiiiiii!!!! Por fin, acabé... No saben el nudo en el estómago que se me ha formado. Aún no lo puedo creer... . ¡Pero todavía me queda el epílogo! Así que no desesperéis.
Bien, ahora... Reviews:
Ichan: Hola... Jajaja, ¡Cuántas preguntas! No sé si podré responderlas todas, pero algunas respuestas están dentro de este chap. Y bueno, obviamente que no voy a dejar morir a Úrsula... ¬¬ con todas las admiradoras de Harry rondando por ahí, es bastante peligroso. XD Lo de Draco se verá para el epílogo... Don't worry, be huggies. Cuídate. Tanina Potter.
Lily4ever: Hola niña, tantas lunas ¿eh? Sí, maldita Constance... de alguna manera había que acabar con ella. Espero que te haya gustado este capítulo. Saludos. Tanina Potter.
eRgA: jejejeje... ¿verdad que soy malvada? Pero al fin de cuentas, también soy clemente. También espero que la espera... (valga la redundancia) haya servido de algo y este capítulo haya sido de tu agrado. Bye, saludos. Tanina Potter.
Lil Sonis: hola... No, Úrsula no puede morirse. Tampoco Hermione, ni Matthew. No los puedo matar a ellos, o el próximo velorio que celebraríamos sería el mío. Xo Sí, menos mal que Constance se petateó... jejeje, ya no la soportaba. Saludos, cuídate. Tanina Potter.
Lily McGonagall: XD Sorry!!! Lo siento, pero aún no sé quien es quien... bueno, espero que el día de la première se me aclare la película. Thanks por el review... yo por esta semana no tengo deberes universitarios... ¡Estamos en paro! ¬¬ por los malditos créditos... Bueno, no te atormento más con mis tragedias. Cuídate. Tanina Potter.
Jose: Hola, siento hacerlas sufrir tanto, pero de eso se trata... o sea, no se trata de hacerlas sufrir a ustedes, si no de que el fic sea sufrido. (No sé si me entiendes...) Pero no te preocupes, el epílogo es para tranquilizarse. Saludos. Tanina Potter.
Lil Granger: Gracias por tu review. Tus palabras son gratificantes... :-) Y sí, me gustó mucho el apodo, jejeje, está buenísimo. Aunque el desenlace de Constance fue tan... no sé como explicarlo. Tan de teleserie mexicana, que de repente lo encuentro un poco falso. Pero de alguna manera había que deshacerse de ella. Oye, no quise ofender a Pinky y Cerebro, ellos son mis dibujos animados preferidos... pero bueno, Krum ya no existe. Ojalá y te guste la actualización. Saludos. Cuídate mucho. Tanina Potter.
S. Lily Potter: espero que tus interrogantes hayan sido respondidas. Gracias por el review. Saludos. Tanina Potter.
roxio88: Hola, que bueno que te haya gustado el fic, espero que no te dé un ataque... me sentiría culpable de una muerte... jejeje. ¿Quieres el fic completo? Será pesadísimo enviártelo, pero haré lo posible. Saludos. Tanina Potter.
aurora malfoy: Ok. Tengo claro que no a todo el mundo le puedo agradar, pero espero que este capítulo te agrade un poco más. Claro que no le voy a hacer nada a Úrsula. Ella es como mi hija... jejejeje, yap, eso. Saludos. Tanina Potter.
Bien, es hora de dormir... no, mejor me quedo viendo un rato la película. Están dando "La Maldición" Era obvio que no iba dejar morir a Úrsula. ¿Para qué la iba a matar? ¿Para que todas las fans de Harry terminaran de comérselo? XDDDDDD Jejejeje... omito mis comentarios. Espero que les haya gustado este capítulo. Sinceramente, su humilde servidora.
Tanina Potter.
Miembro de las RON4EVER "Ronnie is the best and will be the best forever"... y está como quiere... XD.
No podía ser. No, no era él, estaba soñando. Algo aquí no encajaba.
-Vi-Vi-Viktor – tartamudeó Hermione.- Tú... tú estás muer...
-No, Hermione, yo estoy más que vivo. – respondió Viktor, acercándose a la muchacha.- Y vengo a llevarme lo que es mío.
El corazón le latía a mil por hora. ¿Qué estaba pasando? ¿De qué se había perdido? Hace casi un año atrás había dejado Bulgaria por la muerte de Viktor. No le quedaba nada más que hacer en ese lugar. Pero por alguna razón el destino se empeñaba en no darle la razón. Viktor se acercó a ella, hasta tenerla a escasos centímetros de su cara. Podía percibir su respiración agitada, su ritmo cardiaco en aumento. Miró a Matthew un instante y sonrió.
-¡Cuánto has crecido! – le dijo. Pero Matthew ya no lo recordaba, lo que provocó su llanto.- ¡No llorres, Matthew! Tu padre ha vuelto... mirra, está aquí, contigo.
-¿Qué... qué pasó aquí? – se aventuró a preguntar Hermione.- Dime que esto es sólo producto de mi imaginación... que eres un fantasma en último caso.
-¿Eso es lo que tú quierres? – preguntó Viktor, dirigiéndole una severa mirada a su esposa.- ¿Querrías que me volvierra sólo un recuerdo para poder disfrutar de tu vida con la conciencia limpia? ¡¡¿Eso es lo que querrías?!!
-No... yo sólo... – Hermione reaccionó. ¿Por qué tenía que dar ella las explicaciones?.- ¡Tú estabas muerto, por Dios! ¡Me engañaste todo este tiempo!
-No más de lo que tú me has engañado.- Viktor se separó de Hermione y caminó por la habitación.- Te dejo sola un momento y corres a los brazos del imbécil de Weasley...
-¡No lo llames imbécil! – exclamó Hermione.- ¿Por qué... por qué me haces esto? Yo te creía muerto, Viktor. ¡¡Sepulté tus cenizas, estuve en tu funeral!!
-Sepultaste lo que creíste que erran mis cenizas... ¿O alguna vez te dignaste a mirrar el cuerpo? – preguntó Viktor.
-Yo... – Hermione recordaba haber rechazado la propuesta de verificación. Según ella era inútil. Todo el mundo sabía que Viktor Krum había sido asesinado.-... No quise.
-¿No quisiste, eh? – repitió Viktor a modo de pregunta.- Lo lamento mucho por aquel muggle... se parrecía mucho a mí... perro, ¿Tanta alegría te producía mi muerte que te bastó sólo con la noticia?
-¡Claro que no! ¿Cómo puedes pensar en eso? Eres el padre de mi hijo... no me alegraría de tu muerte... – dijo Hermione. Aún en su estupor, podía reconocer que había cometido un error al no reconocer el cuerpo.- Dime... ¿Qué pretendías con todo esto?
-Algo que tú jamás quisiste apreciar.- respondió Krum, por encima del llanto de Matthew. Reparó en su maletín y lo abrió. Sacó los papeles que tanto habían intrigado a Hermione.- esto... esto es el camino a nuestra glorria. Al poder, Hermione. Con esto serremos la familia más importante de toda Bulgarria.
-¿De qué me estás hablando? – preguntó Hermione, confundida por las palabras de su marido.- ¿Qué gloria... qué poder es ese?
-El poder que obtendríamos al derrocar al ministerrio de magia búlgarro... luego el inglés y muy pronto toda la comunidad mágica mundial. – respondió.- Lo teníamos todo muy bien planeado, el traspaso, la lamentable muerte del ministro y mi nombramiento en el ministerrio, hasta que el imbécil de Julkas comenzó a sospechar de Yarrovich y de mí... – repasó todos estos datos como si estuviera haciendo la lista de las compras. Hermione lo miraba atónita y sólo escuchaba.- teníamos que hacerle creer que yo no tenía que ver con ningún complot ni nada parrecido, hasta que se calmaran los ánimos, y decidimos lo de mi muerte. Hacía falta una víctima y nada más que un simple muggle parrecido a mí fue lo que encontramos... Dimitry se encargó de difundir el rumor de que Huck Hoshtner... – rió al recordar el nombre.- ...el maldito loco de Hoshtner, me había asesinado. Luego morriría el ministro y yo regresarría a la vida, diciendo que todo había sido un malentendido y que mi linda esposa estaba radiante de alegría al verme.
Hubo unos segundos de silencio sólo rotos por los sollozos de Matthew. Hermione no lograba comprender lo que decía Viktor. ¿La comunidad mágica mundial? ¿Algo así como continuar las intenciones del señor oscuro?
-Estás completamente loco.- dijo Hermione, quitándole de los brazos a su hijo y saliendo de la habitación.
Viktor la siguió y la detuvo en seco.
-Loco... sí, estoy loco, pero de amor por ti – argumentó.- ¿Es que no te has dado cuenta?
-¿De qué me tengo que dar cuenta según tú? – preguntó Hermione bastante alterada.
-Todo lo hice por ti, Herm... por ti y por Matthew. – respondió Krum. En sus ojos se lograba vislumbrar un dejo de verdadera locura.- Yo querría que esto te hicierra feliz, querría el bien parra ti y parra nuestro hijo.
-¿¿De qué bien me estás hablando?? – preguntó Hermione tratando de zafarse de las fuertes manos del tipo.- ¿Qué pensabas? "Me finjo muerto por un año y luego regreso para retomar mi vida de siempre" ¡No puedes, Viktor!
-¡CLARRO QUE SÍ PUEDO! – exclamó Viktor.- Tú erres mi mujer, Matthew es mi hijo y si yo digo que serremos la familia más feliz del universo, ¡Lo serremos!
-¡¡Qué familia ni que ocho cuartos!! – gritó Hermione, dejándose llevar un poco por la rabia.- Nuestra familia nunca fue verdadera... fue sólo un papel firmado.
-No me eches la culpa a mí, Hermione... – repuso Viktor. – Yo puse todo de mi parte, te di protección, amor, carriño, te di un hogar, pero tú... tú...
-¡¡DILO!! – exclamó Hermione.- ¡¡DI QUE YO JAMÁS TE AMÉ!! ¡¡DI QUE TE CASASTE CONMIGO AÚN SABIENDO QUE YO AMABA A OTRO!!
Viktor palideció. De verdad lo sabía y le atormentaba recordarlo.
-¡PUTA! – gritó y abofeteó a Hermione con la fuerza suficiente como para darle vuelta la cara. Se le anegaron los ojos.- Cállate... cállate... no tienes por qué restregármelo en la cara.
-Eso es lo que te duele, ¿verdad? – Hermione tenía una mejilla roja y las lágrimas ya rodaban por ellas.- ¡Maldito sea el día en que te acepté, despechada porque Ron tenía una novia!
-Cállate... vamos, dame a Matthew.- pidió Viktor.
-No te lo daré, es mi hijo.- acotó Hermione.
-¡También es mío, dámelo! – prácticamente se lo arrancó de los brazos y avanzó por la sala a grandes pasos.
Hermione corrió hasta él y trató de detenerlo, pero Viktor era más fuerte.
-¡¡No te lleves a Matthew!! – gritaba, forcejeando con él para quitárselo.- Él no tiene la culpa de nada... está feliz aquí, tiene su familia hecha.
-¿Con quién? – Viktor se detuvo en seco.- ¿Con el imbécil de Ronald Weasley? Porque veo que no te demorraste nada en encontrarle un padre a Matthew y de paso un amante parra ti.
Esta vez fue Hermione la de la cachetada.
-¡¡Por lo menos, Ron no deja abandonado a sus hijos y se finge muerto!! – gritó, logrando hacerse de Matthew.- Él ha sido todo lo que Matthew ha necesitado... él le dio de comer cuando tuvo hambre, lo entretuvo cuando lloraba y lo cuidó cuando estuvo enfermo. ¿Dónde estuviste tú cuando a Matthew le apareció el primer diente? ¿Dónde estuviste cuando logró sentarse solo o cuando no podía dormir en las noches? ¿Haciéndote el muerto? Dime... ¿Dónde estabas?
-¡¡Perro yo soy su verdaderro padre!! – exclamó Viktor.- Weasley es sólo un papanatas oportunista que quierre hacérselas con mi hijo...
-No. Ron es casi el padre de Matthew... Ron es el amor de mi vida, ¿entiendes? – exclamó Hermione.
Viktor sacó su varita y apuntó a su esposa.
-¡Desmaius!.- antes de que Hermione pudiera caer aturdida al suelo, Viktor la tomó con un brazo y sostuvo a Matthew con el otro. La dejó en el sillón y comenzó a ordenar (mejor dicho a desordenar) las ropas de ella y de su hijo en una maleta.
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Todo estaba oscuro, silenciosamente oscuro. Sentía el cuerpo liviano, como si las penas, las alegrías, los sentimientos y el dolor se hubieran desprendido de ella. Por más que abría los ojos, no lograba distinguir nada a su paso. Era desesperante... Úrsula no sabía qué hacer, no sabía si dar un paso o quedarse estática en el lugar. Pasaron los segundos hasta que unas pequeñas luces a su alrededor la pusieron en alerta. El aire se llenó de música y las luces se convirtieron en imágenes.
"Úrsulita, venga... amor, no corra por el pasto mojado" decía una mujer de cabellos cortos y rizados, con sus mismos ojos desde la ventana de una casa.
"Mira, hija, un cóndor... ¿lo ves? Allá abajo en las montañas" decía la voz de un hombre sentado a su lado, mientras viajaban en un avión. De pronto escuchó aplausos por mil, sentía sus mejillas ardientes y saludaba al público.
"Hola, soy Hermione... Bienvenida al Ministerio de Magia". El primer día de trabajo.
"Te ves tan preciosa cuando lloras" le decía Harry, aquel mágico día en el hospital, cuando se dieron su primer beso.
"Úrsula Ami Broderik... ¿Aceptas a Harry James Potter...?" preguntaba un cura frente a ellos en el altar de una iglesia.
Y de pronto apareció frente a ella una niña, una bella niña de más o menos seis años, con los mismos ojos de Harry y el cabello ondulado de Úrsula, que corría hacia ella y la llamaba: "¡Mamá! No me dejes sola... Te quiero mucho"
Úrsula se desesperó y quiso correr hacia ella. Gritó con todas sus fuerzas y cayó en un vacío inmenso, con las mejillas mojadas y el cuerpo pesado. Al final del abismo, podía escuchar voces... le dolía todo, su pecho se apretaba y sentía unos deseos profundos de dormir, dormir hasta que pasara el dolor.
Hasta que se levantó de un salto de la cama en donde estaba y gritó: ¡¡¡HARRY!!!
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Más de cuarenta minutos de espera tuvieron que soportar Harry, Ginny y Draco para que el médico les dijera algo acerca de Úrsula.
-¡¡¿Cómo está Úrsula?!! ¡Dígame, doctor! – pidió Harry. Se veía pálido y ojeroso, como si le hubiera pasado un huracán por encima.
-Cálmese, señor... – lo tranquilizó el médico.- su esposa está bien... estuvimos a punto de perderla, pero milagrosamente despertó de su inconsciencia. Tiene varios moretones en el cuerpo y está algo hinchada, pero se recuperará pronto.
-¿¿Y mi hija?? – preguntó Harry.- ¿¿Qué pasó con la bebé??
-La salud de la niña es la más delicada en estos momentos – respondió el hombre. A Harry se le heló la sangre.- tuvimos que intervenir de emergencia a su esposa y sacarle a la niña del vientre... la estamos evaluando y creo que deberemos dejarla en una incubadora.
-¿Incubadora? – preguntó Draco, detrás de ellos. Los términos muggles no eran muy claros para él. Miró a Ginny, quién también tenía cara de no entender mucho.
El médico los miró con desconcierto. "Extranjeros, quizás" pensó.
-¿Y cuando podré verla? – preguntó Harry, poco interesado en el término "incubadora"
-A la bebé la podrá ver más tarde, cuando terminen los médicos de revisarla y constatar lesiones, pero si desea ver a su esposa puede hacerlo ahora, aunque no mucho tiempo. – respondió el doctor.
Harry se dispuso a caminar por el pasillo por donde había salido el médico, cuando éste lo detuvo.
-Eh... dígame señor...
-Potter.
-Sí, señor Potter... vimos que su esposa presentaba algunos golpes en la nuca y en el pecho... ¿cómo se produjeron? Además... – continuó el médico.- ...después del parto comenzó a vomitar un líquido verde, muy parecido a la bilis... ¿sufría de alguna enfermedad anterior?
A Harry se le hicieron difíciles esas preguntas. ¿Cómo explicarle a un simple muggle que a Úrsula la había alcanzado un hechizo mientras dos magos forcejeaban con una loca?
-Se... se cayó por las escaleras... y... y de seguro se agitó su hígado cuando caía... – fue lo único que atinó a decir Harry.
El médico lo miró con una ceñuda expresión, no muy convencido.
-habitación 15... – les dijo el médico.- frente a las escaleras.
Harry, Ginny y Draco avanzaron presurosamente por el pasillo, ampliamente iluminado por tubos fluorescentes que sorprendieron a éstos últimos. La habitación 15 quedaba justo enfrente de las escaleras y de un pequeño ascensor descompuesto. En el interior había cuatro camas de sábanas blancas, donde varias personas dormitaban o eran visitadas por sus familiares. En medio del techo habían puesto un cartel que rezaba "Unidad de Tratamiento Intensivo, Dra. Emelinne Biederman" Justo al fondo, cerca de los ventanales, se hallaba Úrsula, dormida en una cama, llena de cables y tubos que salían de su nariz o de sus brazos.
-Esto es espeluznante.- comentó Draco, mirando el estado de Úrsula.
-Medicina muggle... – respondió Ginny, sin siquiera mirarlo. Draco volteó su cara hacia ella, pero al no obtener la respuesta requerida, bajó la cabeza y se dedicó a observarse la punta de los zapatos.
Harry se acercó suavemente a Úrsula. Tenía algunos moretones en el cuerpo y la cara hinchada. Su bella barriga había desaparecido. Aunque probablemente no lo escucharía, Harry comenzó a hablarle.
-Hola, amor... – le dijo.- aún con todos esos cables encima te ves hermosa, ¿sabías? Ya pasó todo... ya nos libramos de esa mujer... – le tomó la mano izquierda y acarició la punta de sus dedos.- ahora hay que rezar por nuestra hija... pero con una madre tan fuerte como tú, de seguro que saldrá bien de todo esto.
El rostro de Harry comenzó a congestionarse. Ginny apoyó la mano en su hombro.
-Es lo más seguro, Harry – le dijo para tranquilizarlo.- Esa mujer no volverá a engañar a nadie más.
Esta vez si miró a Draco, enfrentando sus ojos. Ginny aún estaba confundida... le dolía que aquello que decía Constance pudiera ser verdad, pero Draco jamás le había fallado... No se dijeron nada y Ginny volvió a contemplar a su amiga.
-Abre los ojos, Úrsula... – le pidió.- Abre los ojos para que puedas contemplar a tu niña cuando la saquen de esa... esa...
-Incubadora.- completó Harry.- hazle caso a Gin, amor... abre los ojos, ayúdame a sobrellevar la pena que estoy sintiendo en este momento, como lo hiciste cuando el rencor por Cho me cerraba los ojos.
A Harry las lágrimas le rodaban por las mejillas. Una de ellas cayó hasta sus manos y mojó los dedos de Úrsula. Entonces, lentamente, la chica fue abriendo los ojos y descubrió a Harry y a sus dos amigos, plantados frente a ella.
-Ha... Harry – murmuró.
Los ojos y la sonrisa de Harry volvieron a iluminarse.
-Amor, estoy aquí, contigo – le dijo.
-Mi... mi hija... quiero a mi... hija. – dijo Úrsula, mientras con la otra mano acariciaba su vientre vacío.
-Ella no está ahí – le aclaró Harry. Úrsula lo miró con desconcierto.- Pero está bien... la tienen en una incubadora.
Aún así, la preocupación de Úrsula no disminuyó demasiado.
-¿Dónde... estoy, Harry? - preguntó
-Estamos en una clínica muggle – respondió Harry.- Pero haré todo lo posible para llevarte a San Mungo.
-Harry, será mejor que no hables de esas cosas aquí, donde está lleno de Muggles... – dijo Draco de pronto.
-Tienes razón.- dijo Harry. Sacó su varita muy disimuladamente y dijo.- "¡Silencius!"
La habitación se volvió de pronto silenciosa y las gente de afuera ya no pudieron escuchar lo que ellos decían.
-Harry... – dijo Úrsula.- Quiero... ver a mi niña.
-Ya la verás cuando diga el doctor.- le dijo Harry, tranquilizándola.- Ahora cálmate y descansa.
Una enfermera entró en la habitación y se dirigió a la cama de Úrsula.
-Señor Potter... – dijo y de pronto se quedó callada. Algo le parecía extraño.- ¿No notan que todo se volvió más silencioso que de costumbre?
-No – dijeron los tres chicos al unísono, mirándose con complicidad.
-¡Ah! Bueno... – dijo la enfermera, creyendo que sólo eran especulaciones suyas.- El doctor dice que el padre puede entrar a ver a la niña, por unos momentos.
-Está bien.- asintió Harry. Luego se dirigió a Úrsula.- Te prometo que haré todo lo posible para que te dejen verla pronto, ¿está bien?
-Sí.- dijo Úrsula.
-Quédense aquí, cuidándola – les dijo Harry a Gin y a Draco. Los dos asintieron.- Vuelvo enseguida.
Salió de la habitación, ansioso, nervioso, triste por un lado, y alegre por el otro. A pesar de las circunstancias, estaba contento de ver por fin a su hija.
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Despertó aletargada, como si hubiera salido de un largo sueño y se encontró con que tenía las manos atadas con fuertes amarras y una mordaza en la boca. Comenzó a recorrer con la mirada toda la casa en completo desorden. Toda la ropa de Ron había sido regada por el living y las fotografías de él o en las que salían los tres junto a Matthew, estaban hechas trizas en el suelo. "Matthew" pensó y se le vino a la mente todo lo que había sucedido hace poco. Trató de gritar, pero no lo consiguió. Viktor no se escuchaba por ningún lugar, ni tampoco su hijo... "¿Se lo habrá llevado?" se preguntó Hermione. Parándose precariamente del sofá, avanzó hasta la habitación y buscó a su hijo. Ahí no estaba. Fue hasta la cocina y tampoco lo halló. Entonces lo escuchó llorar en la parte trasera de la casa. Corrió hasta allá y se encontró a Viktor, atando una maleta a la parte trasera de una enorme escoba, de seguro sería una "Moscarda", con Matthew en los brazos. Trató de hablarle, pero olvidaba que tenía la boca amordazada.
-Ya haz despertado, amor – le dijo Krum, en cuanto la vio.- Veamos, ¿qué quierres decirme?
Le sacó la mordaza y la dejó hablar con normalidad, como un marido que le hace un bien a su esposa.
-¿Qué... qué estás haciendo? – preguntó Hermione.
-Nos vamos.- respondió Viktor.
-¿Nos vamos? ¿A dónde nos vamos? – inquirió Hermione. Esta situación le parecía cada vez más complicada.
-Volverremos a Bulgarria – respondió Viktor.- Volverremos y serremos la familia que nunca debió dejar de ser.
-¡No digas idioteces, Viktor! – exclamó Hermione. Él se le acercó y la tomó con sus fuertes brazos, alzándola hasta dejarla en la escoba.- ¡¡Suéltame, déjame en paz!!
-Parrece que no quierres entender – dijo Viktor, volviendo a ponerle la mordaza en la boca. Se subió a la escoba, dispuesto a volar, cuando vio que alguien aparecía en la puerta de atrás, asombrado por la terrible situación.
-Hermione, que...
Era Ronald Weasley. "El imbécil de Weasley" pensó Krum. Venía con Charlie detrás, quien llevaba una niña en sus brazos.
-Vengo a llevarme lo que me pertenece – dijo Krum, antes de atacar a Ron con su varita.- ¡¡Expelliarmus!!
Ron fue lanzado con fuerza hacia atrás, cayendo entre los muebles de la cocina. Charlie se apresuró a sacar su varita, pero Viktor ya había desaparecido. Lilibeth lloraba con más fuerza que antes.
Charlie hizo reaccionar a Ron en un instante y éste se puso alerta.
-Hermione... – dijo.- ¿Dónde se la llevó?
-No lo sé, Ron.- dijo Charlie.
-¿Ese era Viktor Krum? – preguntó Ron.
-No sé, pero sea quien sea, tienes que ir por ella. – respondió su hermano.
Ron le hizo caso y con varita en mano, salió de la casa lo más rápido que pudo y comenzó a correr como un loco. Pero tenía que hacer algo para encontrarlos, no podía ir a ciegas por la ciudad, sin saber dónde se la habían llevado. Parado en una esquina no muy transitada, Ron dejó que la varita buscara por ella misma la dirección que habían tomado Viktor y Hermione. Muy pronto dio con el lugar... todo apuntaba a la parte superior de un edificio cerca de Holloway, en Kingsland. Para no perder más tiempo, Ron decidió aparecerse en aquel lugar y sacar a Hermione de ese aprieto lo más pronto posible.
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En lo alto del edificio...
Hermione trataba de zafar las cuerdas de sus manos escondida de Viktor. Por lo menos le había quitado la mordaza. Éste a su vez, había dejado la escoba a un lado y buscaba incesantemente el traslador por el techo del edificio. Pero al parecer le estaba costando trabajo hacerlo. Por algún motivo, la azotea estaba repleta de cajas y jaulas para ave y Viktor no había contado con eso. Matthew, sentado junto a la escoba, había calmado su llanto y miraba a su madre con muchas esperanzas de que ella lograra soltarse. Pronto, Viktor reparó en una bota vieja junto a una jaula atestada de mugre de ave. Aquella debía ser el traslador.
-Ya está... – dijo Viktor tomando la bota.- En unos minutos más nos irremos.
-¿Por qué no quieres entender? – le preguntó Hermione desde el otro extremo, aún intentando soltarse.
-¿Qué es lo que tengo que entender, según tú? – preguntó Viktor a modo de respuesta.
-Qué esto se acabó hace mucho – le dijo Hermione. Aún tenía esperanzas de que Viktor se arrepintiera y los dejara irse.- No lograremos ser felices por que tú lo quieres.
-Clarro que lo serremos, Hermione – le dijo él. Se acercó a Matthew y lo tomó en brazos.- ¿Cierrto, Matthew? Serremos muy felices los tres.
Matthew se quedó mirando a su padre unos instantes y luego volteó hacia el otro lado, por encima de los hombros de Viktor. Y sonrió.
-Papá – dijo.
Viktor lo miró incrédulo y feliz a la vez.
-¿Qué has dicho, Matthew? – preguntó.- ¿Dijiste papá? ¡¡Dijo "papá"!!.- lo abrazó muy fuerte y lo besó en las mejillas, pero Matthew seguía pendiente de lo que había detrás de Viktor.
-Papá.- repitió y apuntó hacia el lugar que estaba mirando. Hermione también miró y se le iluminó el rostro. Pero la expresión de Viktor no fue muy agradable al dar la vuelta.
-¡Tú! – gritó y sacó la varita rápidamente, apuntándolo.
-No voy a dejar que te lleves a mi hijo.- Era Ron, quien también apuntaba a Viktor con su varita. Pero dado que este último llevaba a Matthew en los brazos, Ron no estaba muy seguro de atacar, momento que Viktor aprovechó para atacarlo a él.
-¡¡Expelliarmus!! – gritó.
Ron se hizo a un lado justo a tiempo y varias cajas salieron disparadas por los aires por efecto del hechizo. Hermione gritó, pero no lograba mantener el equilibrio para ponerse de pie. Viktor iba acercándose peligrosamente a Ron, dispuesto a atacarlo de nuevo. Pero Ron se iba escondiendo entre las cajas para poder distraerlo un poco.
-¿Te escudas tras un niño? – le preguntó sin dejarse ver aún.- No eres más que un maldito cobarde.
-¡Cállate! – gritó Viktor, mirando a todos lados, preparado para atacar en cualquier momento.- Matthew es mi hijo y no me escudo tras él... lo... lo estoy protegiendo de imbéciles como tú.
Caminó hasta Hermione y lo dejó junto a ella. Hermione se acercó lo más que pudo a Matthew y lo protegió con su cuerpo.
-¡Sal, Weasley! – gritó Viktor.- Ahora podré luchar contigo como lo que soy... un verdadero hombre.
-Tú no podrías ser un verdadero hombre ni aunque nacieras de nuevo.- dijo Ron, mirándolo entre las cajas apiladas. Viktor avanzó entre éstas y derribó algunas, seguro de que allí encontraría a Ron. De pronto, éste último se puso de pie de un salto y atacó.- ¡¡Rictusempra!!
-¡Impedimenta! – exclamó Viktor, pero ya era demasiado tarde. El hechizo de Ron había dado en el pecho del Búlgaro y lo había lanzado con fuerza hacia atrás, dejándolo algo inconsciente.
Rápidamente, Ron corrió hasta Hermione y la desató.
-Quería llevarnos – dijo Hermione, besando y abrazando a Ron con fuerza.- Está completamente loco.
-Me he dado cuenta.- repuso Ron.- ¿Pero cómo es que está vivo?
-Nos mintió a todos.- respondió Hermione.- No era él, era sólo un pobre muggle...
-¡Maldito sea! – exclamó Ron. Luego reparó en Matthew, quien lo miraba con expectación y alegría.- ¿Cómo estás, Matthew?
-Papá – dijo Matthew y se aferró a uno de sus brazos.- Te keo, papá.
Hermione y Ron se quedaron estupefactos. Muerto de la felicidad, Ron tomó en sus brazos al niño y lo besó en la frente.
-Yo también te quiero mucho, Matthew.
Pero no todo era felicidad en esa escena. Krum, despertando del efecto del hechizo, estaba poniéndose de pie y mirando al trío que tenía enfrente. "Maldito seas, Weasley" murmuró. "No me quitarrás a mi familia" Antes de lo pensado, Krum ya estaba de pie y apuntándolos. Hermione entonces reaccionó y cubrió a Matthew y a Ron con su propio cuerpo.
-¡Crucio! – gritó.
-¡¡¡¡¡AAAAAAAHHHHHHHHHHHH!!!!! – el grito de Hermione fue tan desgarrante cómo el que había pronunciado seis años atrás, frente a Voldemort. Impulsados por el hechizo, los tres salieron disparados hacia atrás y Ron chocó contra las cajas y el límite de la azotea.
-¡Hermione, Nooooo! – gritó Ron. Ella había caído sobre su cuerpo y el de Matthew y su expresión de dolor se intensificaba poco a poco. Como pudo, y tratando de no lastimar a Matthew, apuntó a Krum con la varita y gritó- ¡EXPELLIARMUS!
El hechizo de Krum dejó de surtir efecto y Hermione, bastante adolorida, abrió los ojos. Matthew había vuelto a llorar. Ron se puso de pie y avanzó hacia el búlgaro, decidido a terminar con él si era necesario.
-Te lo dije... – masculló Ron, irritado hasta el fondo.- Te dije que no me quitarías a mi hijo... ni a mi mujer.
-No puedes llevarte lo que no es tuyo – dijo Viktor desde el suelo.- Hermione y Matthew me pertenecen.
-Ya no. – dijo Ron, apuntándolo con la varita directamente al pecho.- Despídete de ellos, Krum.
-¡Nunca! – exclamó Viktor. Rápidamente tomó a Ron de las ropas y lo lanzó con fuerza hacia delante, por encima de él. Ron pasó sobre las cajas y fue a dar al borde del edificio, sujeto sólo de uno de los barandales. Krum se quedó mirándolo por un momento, con una enorme expresión de triunfo.
No podía sujetarse más. Estaba ocupando sólo una mano. En la otra tenía su varita, pero Krum pronto se deshizo de ella.
-¡Accio varita! – exclamó. A regañadientes, la varita de Ron escapó de sus manos y fue a dar a las del búlgaro. La sonrisa de Viktor era cada vez más pronunciada.- Te dije que no puedes llevarte lo que no es tuyo... despídete de ellos, Weasley...
-¡AVADA KEDAVRA!
La potente maldición desplegó un enorme destello de luz verde que fue a dar justamente en la espalda de Viktor. Los ojos de éste se abrieron al máximo y una horrorosa expresión de horror se dibujó en su cara. Cómo una pesada piedra, el cuerpo de Krum se abalanzó hacia delante. Por una de sus mejillas rodaba una solitaria lágrima. Ron tuvo que hacerse a un lado con mucho cuidado para que Viktor no pasara a llevarlo mientras caía por el edificio. Una extraña sensación de pesar y alivio se apoderó de Ron. No había sido él... no había podido con Krum. Pronto pudo ver el congestionado rostro de Hermione sobre él.
-¡Ron! ¿Estás bien? – preguntó la muchacha, intentando subir a Ron hasta la azotea. El pelirrojo pronto pudo asirse con facilidad de la orilla y pisar tierra firme. Hermione se echó a llorar en sus brazos cuando lo tuvo junto a ella.- ¡No quise hacerlo! ¡No quise, pero tú estabas a punto de caer!
-No te preocupes, Hermione – le dijo Ron abrazándola con fuerza y besándola en los labios.- Ya terminó... todo terminó.
Con sorpresa vieron que Matthew se acercaba a ellos, caminando dificultosamente, pero con ahínco. Ron y Hermione se acercaron hasta él y lo alzaron en sus brazos.
-¡Papá! – dijo mirando a Ron. Luego volteó hacia Hermione.- ¡Mamá!
-Sí, Matthew.- dijo Hermione sonriendo.- Papá y mamá.
Por fin, todo había acabado.
N/A: YES, YES!!! OH MY GOD!!! SSSSiiiiiiiii!!!! Por fin, acabé... No saben el nudo en el estómago que se me ha formado. Aún no lo puedo creer... . ¡Pero todavía me queda el epílogo! Así que no desesperéis.
Bien, ahora... Reviews:
Ichan: Hola... Jajaja, ¡Cuántas preguntas! No sé si podré responderlas todas, pero algunas respuestas están dentro de este chap. Y bueno, obviamente que no voy a dejar morir a Úrsula... ¬¬ con todas las admiradoras de Harry rondando por ahí, es bastante peligroso. XD Lo de Draco se verá para el epílogo... Don't worry, be huggies. Cuídate. Tanina Potter.
Lily4ever: Hola niña, tantas lunas ¿eh? Sí, maldita Constance... de alguna manera había que acabar con ella. Espero que te haya gustado este capítulo. Saludos. Tanina Potter.
eRgA: jejejeje... ¿verdad que soy malvada? Pero al fin de cuentas, también soy clemente. También espero que la espera... (valga la redundancia) haya servido de algo y este capítulo haya sido de tu agrado. Bye, saludos. Tanina Potter.
Lil Sonis: hola... No, Úrsula no puede morirse. Tampoco Hermione, ni Matthew. No los puedo matar a ellos, o el próximo velorio que celebraríamos sería el mío. Xo Sí, menos mal que Constance se petateó... jejeje, ya no la soportaba. Saludos, cuídate. Tanina Potter.
Lily McGonagall: XD Sorry!!! Lo siento, pero aún no sé quien es quien... bueno, espero que el día de la première se me aclare la película. Thanks por el review... yo por esta semana no tengo deberes universitarios... ¡Estamos en paro! ¬¬ por los malditos créditos... Bueno, no te atormento más con mis tragedias. Cuídate. Tanina Potter.
Jose: Hola, siento hacerlas sufrir tanto, pero de eso se trata... o sea, no se trata de hacerlas sufrir a ustedes, si no de que el fic sea sufrido. (No sé si me entiendes...) Pero no te preocupes, el epílogo es para tranquilizarse. Saludos. Tanina Potter.
Lil Granger: Gracias por tu review. Tus palabras son gratificantes... :-) Y sí, me gustó mucho el apodo, jejeje, está buenísimo. Aunque el desenlace de Constance fue tan... no sé como explicarlo. Tan de teleserie mexicana, que de repente lo encuentro un poco falso. Pero de alguna manera había que deshacerse de ella. Oye, no quise ofender a Pinky y Cerebro, ellos son mis dibujos animados preferidos... pero bueno, Krum ya no existe. Ojalá y te guste la actualización. Saludos. Cuídate mucho. Tanina Potter.
S. Lily Potter: espero que tus interrogantes hayan sido respondidas. Gracias por el review. Saludos. Tanina Potter.
roxio88: Hola, que bueno que te haya gustado el fic, espero que no te dé un ataque... me sentiría culpable de una muerte... jejeje. ¿Quieres el fic completo? Será pesadísimo enviártelo, pero haré lo posible. Saludos. Tanina Potter.
aurora malfoy: Ok. Tengo claro que no a todo el mundo le puedo agradar, pero espero que este capítulo te agrade un poco más. Claro que no le voy a hacer nada a Úrsula. Ella es como mi hija... jejejeje, yap, eso. Saludos. Tanina Potter.
Bien, es hora de dormir... no, mejor me quedo viendo un rato la película. Están dando "La Maldición" Era obvio que no iba dejar morir a Úrsula. ¿Para qué la iba a matar? ¿Para que todas las fans de Harry terminaran de comérselo? XDDDDDD Jejejeje... omito mis comentarios. Espero que les haya gustado este capítulo. Sinceramente, su humilde servidora.
Tanina Potter.
Miembro de las RON4EVER "Ronnie is the best and will be the best forever"... y está como quiere... XD.
