Capítuo 3 "Miedo"
Legolas se encontraba en un salón de Rivendell, preguntándole a Arwen por su padre.
"Arwen, necesito hablar con tu padre, pues es algo de extrema urgencia. Sabes que el dinero que me envían de todos los países se está agotando y necesito mas pues sabes que ahorita estoy en un proyecto muy importante, sabes que soy el jefe de la llave. El vigiliante. Precisamente por mi calidad de príncipe me fué encomendada ésta tarea".
"Lo sé querido Legolas, pero mi padre no se encuentra aquí, fué a una reunión con la dama Galadriel, mi abuela, y tu sabes que cuándo ella lo llama, no hay excusa que valga. Están comenzando a preparar nuestro viaje a tierras imperecederas. Quizás ese trabajo tuyo, termine ya pronto, no lo sabemos, así podrás hacer tu vida normal, regresar a tu reino, con tu padre y tus hermanos. Aunque con el tiempo, todos los elfos comenzaremos el éxodo a casa, retornaremos a la tierra que los valares nos han preparado".
"Así es querida Arwen Undómiel, bueno, ¿se tardará mucho?"
"Si, estará allá por un mes, pero si quieres puedo mandar un mensajero con tu recado para él si te urge mucho"
"No, gracias, mejor dale el recado, dile que necesito otra remesa de oro, para lo del proyecto, que el ya sabe de que hablo".
Que me lo envíe con Elladan a mi casa, donde vigilo".
"Está bién Legolas"
"Me retiro Arwen, pues debo regresar a mi casa, hoy tenía una cita con una chica y no he estado por venir a hablar con Elrond, seguramente Harold (que era el mayordomo de Orlando Bloom), la habrá despachado".
"Eres un sinverguenza Legolas, tu y tus conquistas".
"No, no se trata de eso, ella es una humana, trabaja en mi proyecto, pero si he de ser sincero lo único que me gusta de ella es su nombre, dijo llamarse Luna. Es nueva, es de vestuario".
"No me des explicaciones Legolas querido, tu sabrás lo que haces"
-estaban despidiéndose cuándo llegó Harold el mayordomo de Orlando Bloom (que Legolas y Orlando Bloom eran las mismas personas).
"Sr., mi príncipe, la señorita Luna ha llegado y le he dicho que espere por usted pero a estas alturas, imagino que debe de haberse retirado pues al no encontrarle, debe de haberse desesperado e irse." Bueno, vamos Harold, regresemos. A lo que he venido, ya lo he hecho. Arwen, querida hija de Elrond, nos retiramos, pues tengo cosas que hacer por la mañana"
"¿Pero te irás con la noche? Hace mucho frío, la noche está helada."
"No te preocupes, pues necesito viajar toda la noche para llegar a tiempo. Hasta pronto Arwen".
"Ya hemos dispuesto todo para tu partida, te hemos cambiado a tu caballo, que los Valares te acompañen"
Y así partieron Legolas y Harold a toda prisa. Cabalgaron toda la noche, cuándo estaba por amancer, comenzaron a vislumbrar la puerta hacia la casa de Legolas. Cuándo se acercaron hacia la pequeña puerta vieron que estaba abierta, entonces Legolas observó a Harold furibundo y le preguntó:
"Has dejado la puerta abierta". "¿Por que has sido tan descuidado? Miles de veces te he dicho que debemos tener tanto cuidado. Nuestro mundo no debe ser descubierto por nadie."
"Perdón mi señor, pero yo la he dejado cerrada. No se que habrá pasado".
"Vamos, apúrate, vamos a revisar".
"Si mi señor".
Así entraron a la casa y vieron que las vestimentas de Legolas (U Orlando Bloom) aún se encontraban en la casa e inclusive el saco de Luna. Entonces si que se preocupó Legolas.
"Oh, Elbereth, ¿que habrá pasado?" Rápidamente se dirigió al teléfono y comenzó a llamar al Sr. Simpson para interrogarlo sobre Luna, la joven de vestuario.
"Buenos Días, con el Sr. Simpson por favor, si espero. ¿Sr. Simpson? Es Orlando Bloom, necesito saber si usted mandó a alguien para hacerme unas pruebas de vestuario".
"Si, Sr. Bloom, le envié una joven a su camper y ella regresó diciéndome que usted deseaba que se le hicieran mas tarde las pruebas en su casa. Ella le llevó las prendas pero no ha regresado y tengo prisa en arreglar las prendas".
"Pues las prendas están aquí, pero la Srta. Luna no se encuentra. Al salir de mi biblioteca no la he encontrado. Seguramente se cansó de esperar y se fué. Si fuera tan amable de enviarme a alguien mas para que se lleve las prendas por favor".
"Claro que si, ahora mismo".
Legolas se puso frenético pensando en que quizás su mundo correría peligro. No sabía quién era ésta mujer que ahora era una amenaza para su mundo. Todo dependía de encontrarla. Habló con el encargado de las contrataciones para investigar la dirección de ésta chica, todos sus datos.
Al haberlos obtenido, se dirigió a su dirección. Al llegar, vió una casa modesta que en nada se comparaba con su mansión, pero limpia. Tocó la puerta y salió una mujer mal encarada que lo atendió.
"Buenos días, soy Orlando Bloom, y su hija Luna Barda trabaja para mi, está en el departamento de vestuario. Quisiera saber si puedo hablar con ella"
"Discúlpe Sr. Pero ella no está, salió ayer a trabajar pero no ha regresado".
"Cómo que no ha regresado? ¿Sabe dónde puede estar? Dijo Legolas preocupado.
"Mire Sr. Ella siempre ha sido así, a veces no viene a dormir, es una chica rebelde, nunca conserva un trabajo mas de dos días, es irresponsable, en fin. Toda una joyita".
"Bueno, si sabe algo de ella, por favor dígale que se reporte conmigo por favor".
"Si Sr. Cómo no."
Al regresar Legolas a su casa, Harold le dijo que ya habían ido por la ropa y la entregó. Entonces Legolas le dijo a Harold que fuera a Rivendell con un mensaje para Haldir, y que partiera de inmediato.
Necesitaba advertir a Haldir sobre la posible intromisión de Luna.
"Pobre chica", pensó. Seguramente que Haldir la mataría en cuanto la viera llegar a Rivendell. Sería lo mejor, pues ella ya no podría salir nunca mas de allá. No podría confiarse más. Pues antes que una humana, estaba su mundo.
Así Harold salió de nuevo, en busca de Haldir.
Y le advirtió que no regresara hasta que resolviera el asunto.
Entonces por fin pudo irse a grabar la película que dicho él era el productor.
Al llegar Harold al puesto de guardia donde se encontraba Glorfindel y su segundo, Harold le transmitió la órden de Legolas. Glorfindel le dijo que su capitán ya se había hecho cargo de la chica. Que no se preocupara por eso, y que descansara con ellos esa noche y al día siguiente partiera para con su amo. Enseguida Glorfindel le ordenó a su segundo que atendiera a Harold.
Y así fué hecho todo como se ordenó.
