Capítulo 15. Despojos del Alma.
Cuándo Légolas bajo casi corriendo las escaleras que conducían hacia el comedor, y llegó a el, tomó su lugar, con los parabienes de su padre y sus hermanos. Todos tomaron asiento, entonces Luna tocó una campanilla y hizo su entrada Guillian con las demás doncellas. Legolas no le quitaba los ojos y Guillian le miraba también a esos ojos azules profundo. Guillian sirvió a su señora y a los demas señores, luego aguardó detrás de su señora y con una seña para las demas doncellas se retiraron. Luna le hizo una seña a Guillian para que le trajese agua de rosas para enjuagar sus dedos.
Guillian fué hacia la cocina, en el desván donde guardaban las copas de cristal cortado, no había nadie ahí, ni siquiera Aratan. Pensó que habría ido al patio a ver un horno externo que tenía el horneando unos panes de lembas. Abrió el estante y sacó varias copas, las puso sobre una charola sobre la mesa. Sirvió las copas con el agua de rosas a medio llenar y al tomar la bandeja con las copas, por detrás le taparon la cara con un lienzo mojado en un líquido extraño, la bandeja cayó al piso y ella desesperada, manoteaba, jalaba aire en demasía pues sentía que no alcanzaba a respirar. Sintió como se iba hundiendo en un pozo mientras la sacaban y le subían a un caballo. Al comenzar a galopar a a toda prisa, ya no supo mas.
En el comedor, se oyó el estruendo muy suavizado por las alfombras. Nadie hizo caso, hasta que llegó una doncella gritando y asustada:
"Por los valares, señora mía Elbereth, su doncella personal.............Guillian...."
Al oír esto, Legolas aventó la silla y se paró como un resorte. "¿Que le pasa a Guillian?" Le preguntó Legolas tomando a la doncella de los hombros y la sacudía fuertemente.
"Legolas, suéltala, la lastimas" le dijo Haldir y obligó a Legolas a soltarla. Luna llegó a dónde estaba la otra doncella y le inquirió"
"¿Qué pasa con Guillian? Díme, quiero saberlo ahora."
"No lo sé señora mía, yo escuché un estruendo en la cocina, entré y ví la bandeja con copas tiradas en el piso y me asomé fuera y ví que se la llevaban en un caballo. Ella iba inconsciente o algo así"
En ese momento una flecha se enterró en el marco de la puerta. Traía un papel, Legolas corrió a recogerlo y lo leyó con desesperación.
"Si quieren ver a la doncella de Elbereth con vida, tienen que entregar al rey Thandruil a nosotros. Próximamente les traeremos mas noticias".
Legolas tenía la cara roja de furia y los ojos tan azules le relampagueaban. "Ahorita mismo iré a rescatarla con una partida de los mejores guerreros."
"No, Legolas" le dijo Haldir. "Espera, le podrían hacer daño a Guillian. Tenemos que planear una estrategia.".
"¿Acaso no comprendes? Es que le harán daño. Le pueden lastimar. Y si algo le pasa............."
Legolas salió furioso. Rumbo a las caballerizas.
"Dios mío. Esto es peor de lo que pensaba. Mi hijo en verdad está enamorado de esa chica. Está desesperado, jamás le había visto así", dijo el rey. "No es fácil ver al príncipe Legolas perder la compostura de ese modo, eso si se los puedo decir yo que lo he visto en diferentes situaciones de máximo peligro, y en los ensayos en Rivendell" comentó Elladan.
Luna miró con sagacidad a Haldir. "Ve alcánzalo y llévense una cuadrilla de hombres. Ayúdalo". "Ah, mi amor, ten cuidado por favor. Sé que eres el mejor guerrero élfico pero por favor, cuidate amor". "No te preocupes niña mía, lo tendré y traeré conmigo a ese par de tontos".
Lo que Elladan no sabía y los príncipes era que todo era una treta, se llevarían a Guillian a una espesura cercana a el castillo, solo sedarían levemente a Guillian para que despertara a tiempo para asustarse un poco y Legolas llegara a rescatarla. Rezó para que todo saliera bién.
Haldir alcanzó a Legolas en las caballerizas y dando las órdenes pertinentes de que se alistaran varios hombres. Que saldrían en busca de una doncella raptada. Los elfos encargados de las caballerizas corrieron unos a juntar a los hombres y otros a sacar a los caballos de los señores. Legolas se mostraba preocupado. No dejaba de pensar en la pobre Guillian y sabía como se las gastaba ella, sabía que era rebelde en el momento menos oportuno. Temió por su integridad. Que se quisiera hacer la valiente y le hicieran algo. Quizás le golpearían. Otra idea llegó a su mente: "Noooooo, por los valares. Que no le toquen ningún cabello a mi amada".
Si, ahora lo comprendía. Le amaba. Tanta burla, tanto escarnio hacia ella, había sido siempre amor. Y el se había negado a reconocerlo. Querida Guillian, debería de buscarla y salvarla.
Cuándo Legolas les gritó que se apresuraran, miró hacia Haldir. Sus ojos estaban vidriosos. Haldir jamás le miró así. Supo instantáneamente lo que estaba pasando por la mente de el príncipe. Pobrecillo. Pronto tendría su recompensa. Se acercó para ponerle la mano sobre el hombro a Legolas. "Tranquilo Legolas. Verás que pronto le encontraremos." Legolas le miró y con un gesto, agradeció el apoyo de su amigo y compañero de correrías.
Salieron a galope con las armas y siguiendo el rastro de los elfos que se habían llevado a Guillian, luego Haldir propuso dejar las monturas y seguir a pie. Pues podrían perder el rastro. Legolas obedeció. Ataron los caballos. Y siguieron el rastro. Llegaron a un claro, y Legolas les vió. Guillian ya había recobrado la conciencia. Sollozaba y estaba amordazada y atada de manos y pies. Un elfo le miraba con lascivia. Ese elfo sabía que todo era actuación y que seguramente el príncipe llegaría pronto. Tendría que fingir su papel. Se acercó a Guillian y le desgarró el vestido del escote. Guillian quiso gritar temerosa de lo que se reflejaba en la cara del elfo malévolo "Y ahora preciosidad, tu y yo nos vamos a divertir"
Legolas quiso enfrentarlos pero Haldir lo detuvo. A señas le dijo:
"Yo rescato a Guillian mientras tu atacas a los descastados."
Haldir sabía que Legolas se moría por estar con Guillian y que querría salvarle personalmente. Cosa que así sucedió:
"No, haldir, tu eres mejor guerrero que yo, diríjete hacia ellos mientras yo desato a Guillian.". "Esta bien".
Entonces haldir miró a Legolas y le dijo"
"¿Listo Legolas?"
Y Legolas respondió afirmativamente y salieron al claro pero Haldir salió gritando como demente cosa que hizo que los fugitivos escaparan y Haldir fue tras ellos. Mientras tanto, Legolas corrió a desatar a Guillian. Ella estaba desesperada y aterrorizada. Lloraba y sus lágrimas caían por sus mejillas. Legolas la tomó en sus brazos y le dijo:
"Guillian, amada mía, si algo te hubiera pasado, moriría mi amor. Mi elfa rebelde. Te Amo mi amor, te amo, ya......tranquila mi vida, ya estoy contigo. Nada te lastimará"
Guillian no creía lo que escuchaba de labios de Legolas.
"Legolas.......¿haz dicho que me amas? Acaso he oído bién mi vida?" "Si, mi elfa, te amo, ¿acaso no has oído mis palabras? Cuándo te supe en peligro, sentí morir. Después de tanto tiempo de no verte, y luego verte un minuto para después perderte, ya no supe mas de mi. Solo quería venir por ti mi amor, pero dime ¿tu me amas amor? Por que si me dices que no, moriré de pena. Se que Aratan ha sido muy gentil contigo pero mi amor, es que tanta burla era amor y yo tonto de mi no le quise reconocer. La otra noche, en ese jardín amor, era el elfo mas feliz de Tierra Media por que estabas en mis brazos correspondiendo a este corazón solitario. Pero luego me dejaste, ahí tirado, en medio de mi amor y mi pasión"
"Legolas, si te amo vida mía, pero es que yo creeía que solo sentías por mi puro deseo. Y mi corazón lloraba de tristeza. Estaba dispuesta a morir de amor Legolas."
"Mi vida, pero ya no nos separaremos. No se que tenga que hacer, hablaré con Luna para que te libere de tu compromiso que te impuso Elrond".
Y así estaban los enamorados hablando mientras tanto, Haldir internado un poco mas en el bosque, ya que corrió un poco tras de los supuestos elfos raptores. Vieron que venía solo y le esperaron.
"Bueno, mi señor, el trabajo está hecho. Tan solo tuvimos que hacer algo extra, pues si no el Príncipe Legolas no se creería lo que sucedió".
"¿Que hicieron?¿ Acaso tocaron a la doncella Guillian?" preguntó Haldir con incertidumbre. "No, tranquilo mi señor, solo le dimos un golpe en la cara con intención de que fuera creíble tanto para ella como para el príncipe. Le enmarañamos el cabello y le desgarré el vestido fingiendo que iba a ser violada. Quizás para ella el golpe fue duro pero no lo fue tanto para nuestra fuerza de varones. Sólo para dejarle un cardenal".
"Está bién, aquí esta su paga y pueden regresar a Lórien y mucho cuidado de hablar de mas, por que ya saben como me las gasto con los que me traicionan"
"Son hombres de mi confianza y por eso les mandé llamar. Pero cierren la boca ¿entendido?"
"Si mi señor. Pierda cuidado. Le da por favor nuestros respetos a la Señora Elbereth de parte de la dama Galadriel".
Haldir, se sintió celoso por la sola idea de que esos hombres, que eran de su compañía siquiera pensaran en su Reina Diosa.
Regresó para vigiliar a los enamorados. Les vió besándose. Les quiso dar su tiempo.
Cuándo calculó que ya era suficiente, apareció y le dijo a Legolas.
"Legolas, vamos, tenemos que apurarnos, pues ella está maltratada. Mira, tiene una herida en su rostro. Puede darle hipotermia. Vamos, se hace tarde."
Se encaminaron hacia donde dejaron los caballos, y Legolas sacó una capa de la alforja de su caballo y cubrió a su amada con ella. Luego subió a su caballo y enseguida ella. La colocó en frente de ella.
Haldir montó el suyo y emprendieron el regreso al palacio.
Ya caía la noche cuando empezaron a ver las luces del palacio. Haldir miró hacia la entrada, ya su Luna estaba esperándolo con una capa. Ella tenía una capa verde seco. Combinándola con su vestido. Le sonrió.
"¿Legolas, que ha pasado? Veo que la has traído a salvo".
"Si Luna, gracias a los valares que la protegieron, pero otro poco y no la contamos".
"Pronto, que venga el sanador por favor padre hazlo traer".
Legolas bajó del caballo cargando a su amada Guillian, ella venía inconsciente y el golpe en la sien le sangraba.
Legolas le llevó a su propia habitación y Luna entró para ayudar mientras el sanador llegaba. Luna le limpió la herida y le quitó ese vestido y le puso una túnica de Legolas. Entre Legolas y Luna le cambiaron las ropas.Luna estaba en verdad preocupada y enojada. ¿Cómo había podido arriesgar así a Guillian? Todo por sus planes estúpidos.
El sanador llegó y revisó la herida de la sien, le limpió otra vez y le puso un ungüento cicatrizante. Luego vendó la cabeza a Guillian. Legolas no se despegaba de su lado. Le tenía la mano tomada, le hablaba despacio, susurrándole, no lograban hacerle volver en si. De pronto Luna recordó. Traigan alcohol, pronto. Al llevar la doncella el alcohol, se lo pasó Luna, untándole en la base de la nuca, en la nariz, en las sienes. En el pecho. Luego le empezó a dar palmaditas sobre las mejillas. "Legolas, háblale a Guillian, trata de que reaccione por favor" Legolas empezó a ver que de sus mejillas caían grandes gotas de lágrimas. Y comprendió que esas lágrimas eran de el. No le importó nada, ni quien le viera. Guillian comenzó a reaccionar.
"mph......Legolas..........." "Shhhhh........no hables, descansa......".
"Descansa Guillian, ya todo pasó y estás en palacio, en compañía de Legolas. Descansa amiga". Le dijo Luna.
Después le dijo a Legolas: "Cuída que no hable mucho y procura que descanse".
Y Luna le puso una mano a Legolas en el hombro para darle su apoyo. "Si necesitas algo, por favor, estaré en mi habitación, lo que sea Legolas. ¿Entiendes? "Gracias amiga. No se que hubiera hecho sin tu apoyo y el de Haldir"
Luna, salió llevándose consigo a Haldir y al rey, así dejando solo a Legolas con Guillian. Cerró las puertas y le dijo muy compungida al rey: "Bueno, me temo que su nuera está a salvo. Y su hijo también" le sonrió tristemente y le acarició la mejilla. Haldir siguió a Luna a la habitación muy preocupado por su mujer pues vió su mirada. Cuándo Haldir cerró las puertas con seguro, Luna le miró y se soltó llorando. "¿Pero que te pasa Nim Melethril? Ya todo se resolvió niña mía." "No Haldir, ¿no entiendes?, hice peligrar la vida de la pobre Guillian. Cuándo ví que no volvía en si, me asusté mucho. Pensé que moriría.".
Haldir abrazó a su mujer y le dejó llorar hasta que se desahogó. Luego le quitó la ropa y le puso su bata y le ayudó a entrar en la cama. La acunó y la cubrió con las mantas. La dejó que durmiera y descansara. Escuchó cuando ella le llamaba a Guillian. Vió que realmente Luna estimaba a Guillian y a Legolas. No la molestó y se dedicó a cuidar de su sueño. Pasaron la noche abrazados, compartiendo ese mundo sagrado de los sueños, el cabello de Haldir, caía sobre los hombros de Luna. Suspiró y cerró los ojos, tratando de dormir un poco.
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Cuándo Légolas bajo casi corriendo las escaleras que conducían hacia el comedor, y llegó a el, tomó su lugar, con los parabienes de su padre y sus hermanos. Todos tomaron asiento, entonces Luna tocó una campanilla y hizo su entrada Guillian con las demás doncellas. Legolas no le quitaba los ojos y Guillian le miraba también a esos ojos azules profundo. Guillian sirvió a su señora y a los demas señores, luego aguardó detrás de su señora y con una seña para las demas doncellas se retiraron. Luna le hizo una seña a Guillian para que le trajese agua de rosas para enjuagar sus dedos.
Guillian fué hacia la cocina, en el desván donde guardaban las copas de cristal cortado, no había nadie ahí, ni siquiera Aratan. Pensó que habría ido al patio a ver un horno externo que tenía el horneando unos panes de lembas. Abrió el estante y sacó varias copas, las puso sobre una charola sobre la mesa. Sirvió las copas con el agua de rosas a medio llenar y al tomar la bandeja con las copas, por detrás le taparon la cara con un lienzo mojado en un líquido extraño, la bandeja cayó al piso y ella desesperada, manoteaba, jalaba aire en demasía pues sentía que no alcanzaba a respirar. Sintió como se iba hundiendo en un pozo mientras la sacaban y le subían a un caballo. Al comenzar a galopar a a toda prisa, ya no supo mas.
En el comedor, se oyó el estruendo muy suavizado por las alfombras. Nadie hizo caso, hasta que llegó una doncella gritando y asustada:
"Por los valares, señora mía Elbereth, su doncella personal.............Guillian...."
Al oír esto, Legolas aventó la silla y se paró como un resorte. "¿Que le pasa a Guillian?" Le preguntó Legolas tomando a la doncella de los hombros y la sacudía fuertemente.
"Legolas, suéltala, la lastimas" le dijo Haldir y obligó a Legolas a soltarla. Luna llegó a dónde estaba la otra doncella y le inquirió"
"¿Qué pasa con Guillian? Díme, quiero saberlo ahora."
"No lo sé señora mía, yo escuché un estruendo en la cocina, entré y ví la bandeja con copas tiradas en el piso y me asomé fuera y ví que se la llevaban en un caballo. Ella iba inconsciente o algo así"
En ese momento una flecha se enterró en el marco de la puerta. Traía un papel, Legolas corrió a recogerlo y lo leyó con desesperación.
"Si quieren ver a la doncella de Elbereth con vida, tienen que entregar al rey Thandruil a nosotros. Próximamente les traeremos mas noticias".
Legolas tenía la cara roja de furia y los ojos tan azules le relampagueaban. "Ahorita mismo iré a rescatarla con una partida de los mejores guerreros."
"No, Legolas" le dijo Haldir. "Espera, le podrían hacer daño a Guillian. Tenemos que planear una estrategia.".
"¿Acaso no comprendes? Es que le harán daño. Le pueden lastimar. Y si algo le pasa............."
Legolas salió furioso. Rumbo a las caballerizas.
"Dios mío. Esto es peor de lo que pensaba. Mi hijo en verdad está enamorado de esa chica. Está desesperado, jamás le había visto así", dijo el rey. "No es fácil ver al príncipe Legolas perder la compostura de ese modo, eso si se los puedo decir yo que lo he visto en diferentes situaciones de máximo peligro, y en los ensayos en Rivendell" comentó Elladan.
Luna miró con sagacidad a Haldir. "Ve alcánzalo y llévense una cuadrilla de hombres. Ayúdalo". "Ah, mi amor, ten cuidado por favor. Sé que eres el mejor guerrero élfico pero por favor, cuidate amor". "No te preocupes niña mía, lo tendré y traeré conmigo a ese par de tontos".
Lo que Elladan no sabía y los príncipes era que todo era una treta, se llevarían a Guillian a una espesura cercana a el castillo, solo sedarían levemente a Guillian para que despertara a tiempo para asustarse un poco y Legolas llegara a rescatarla. Rezó para que todo saliera bién.
Haldir alcanzó a Legolas en las caballerizas y dando las órdenes pertinentes de que se alistaran varios hombres. Que saldrían en busca de una doncella raptada. Los elfos encargados de las caballerizas corrieron unos a juntar a los hombres y otros a sacar a los caballos de los señores. Legolas se mostraba preocupado. No dejaba de pensar en la pobre Guillian y sabía como se las gastaba ella, sabía que era rebelde en el momento menos oportuno. Temió por su integridad. Que se quisiera hacer la valiente y le hicieran algo. Quizás le golpearían. Otra idea llegó a su mente: "Noooooo, por los valares. Que no le toquen ningún cabello a mi amada".
Si, ahora lo comprendía. Le amaba. Tanta burla, tanto escarnio hacia ella, había sido siempre amor. Y el se había negado a reconocerlo. Querida Guillian, debería de buscarla y salvarla.
Cuándo Legolas les gritó que se apresuraran, miró hacia Haldir. Sus ojos estaban vidriosos. Haldir jamás le miró así. Supo instantáneamente lo que estaba pasando por la mente de el príncipe. Pobrecillo. Pronto tendría su recompensa. Se acercó para ponerle la mano sobre el hombro a Legolas. "Tranquilo Legolas. Verás que pronto le encontraremos." Legolas le miró y con un gesto, agradeció el apoyo de su amigo y compañero de correrías.
Salieron a galope con las armas y siguiendo el rastro de los elfos que se habían llevado a Guillian, luego Haldir propuso dejar las monturas y seguir a pie. Pues podrían perder el rastro. Legolas obedeció. Ataron los caballos. Y siguieron el rastro. Llegaron a un claro, y Legolas les vió. Guillian ya había recobrado la conciencia. Sollozaba y estaba amordazada y atada de manos y pies. Un elfo le miraba con lascivia. Ese elfo sabía que todo era actuación y que seguramente el príncipe llegaría pronto. Tendría que fingir su papel. Se acercó a Guillian y le desgarró el vestido del escote. Guillian quiso gritar temerosa de lo que se reflejaba en la cara del elfo malévolo "Y ahora preciosidad, tu y yo nos vamos a divertir"
Legolas quiso enfrentarlos pero Haldir lo detuvo. A señas le dijo:
"Yo rescato a Guillian mientras tu atacas a los descastados."
Haldir sabía que Legolas se moría por estar con Guillian y que querría salvarle personalmente. Cosa que así sucedió:
"No, haldir, tu eres mejor guerrero que yo, diríjete hacia ellos mientras yo desato a Guillian.". "Esta bien".
Entonces haldir miró a Legolas y le dijo"
"¿Listo Legolas?"
Y Legolas respondió afirmativamente y salieron al claro pero Haldir salió gritando como demente cosa que hizo que los fugitivos escaparan y Haldir fue tras ellos. Mientras tanto, Legolas corrió a desatar a Guillian. Ella estaba desesperada y aterrorizada. Lloraba y sus lágrimas caían por sus mejillas. Legolas la tomó en sus brazos y le dijo:
"Guillian, amada mía, si algo te hubiera pasado, moriría mi amor. Mi elfa rebelde. Te Amo mi amor, te amo, ya......tranquila mi vida, ya estoy contigo. Nada te lastimará"
Guillian no creía lo que escuchaba de labios de Legolas.
"Legolas.......¿haz dicho que me amas? Acaso he oído bién mi vida?" "Si, mi elfa, te amo, ¿acaso no has oído mis palabras? Cuándo te supe en peligro, sentí morir. Después de tanto tiempo de no verte, y luego verte un minuto para después perderte, ya no supe mas de mi. Solo quería venir por ti mi amor, pero dime ¿tu me amas amor? Por que si me dices que no, moriré de pena. Se que Aratan ha sido muy gentil contigo pero mi amor, es que tanta burla era amor y yo tonto de mi no le quise reconocer. La otra noche, en ese jardín amor, era el elfo mas feliz de Tierra Media por que estabas en mis brazos correspondiendo a este corazón solitario. Pero luego me dejaste, ahí tirado, en medio de mi amor y mi pasión"
"Legolas, si te amo vida mía, pero es que yo creeía que solo sentías por mi puro deseo. Y mi corazón lloraba de tristeza. Estaba dispuesta a morir de amor Legolas."
"Mi vida, pero ya no nos separaremos. No se que tenga que hacer, hablaré con Luna para que te libere de tu compromiso que te impuso Elrond".
Y así estaban los enamorados hablando mientras tanto, Haldir internado un poco mas en el bosque, ya que corrió un poco tras de los supuestos elfos raptores. Vieron que venía solo y le esperaron.
"Bueno, mi señor, el trabajo está hecho. Tan solo tuvimos que hacer algo extra, pues si no el Príncipe Legolas no se creería lo que sucedió".
"¿Que hicieron?¿ Acaso tocaron a la doncella Guillian?" preguntó Haldir con incertidumbre. "No, tranquilo mi señor, solo le dimos un golpe en la cara con intención de que fuera creíble tanto para ella como para el príncipe. Le enmarañamos el cabello y le desgarré el vestido fingiendo que iba a ser violada. Quizás para ella el golpe fue duro pero no lo fue tanto para nuestra fuerza de varones. Sólo para dejarle un cardenal".
"Está bién, aquí esta su paga y pueden regresar a Lórien y mucho cuidado de hablar de mas, por que ya saben como me las gasto con los que me traicionan"
"Son hombres de mi confianza y por eso les mandé llamar. Pero cierren la boca ¿entendido?"
"Si mi señor. Pierda cuidado. Le da por favor nuestros respetos a la Señora Elbereth de parte de la dama Galadriel".
Haldir, se sintió celoso por la sola idea de que esos hombres, que eran de su compañía siquiera pensaran en su Reina Diosa.
Regresó para vigiliar a los enamorados. Les vió besándose. Les quiso dar su tiempo.
Cuándo calculó que ya era suficiente, apareció y le dijo a Legolas.
"Legolas, vamos, tenemos que apurarnos, pues ella está maltratada. Mira, tiene una herida en su rostro. Puede darle hipotermia. Vamos, se hace tarde."
Se encaminaron hacia donde dejaron los caballos, y Legolas sacó una capa de la alforja de su caballo y cubrió a su amada con ella. Luego subió a su caballo y enseguida ella. La colocó en frente de ella.
Haldir montó el suyo y emprendieron el regreso al palacio.
Ya caía la noche cuando empezaron a ver las luces del palacio. Haldir miró hacia la entrada, ya su Luna estaba esperándolo con una capa. Ella tenía una capa verde seco. Combinándola con su vestido. Le sonrió.
"¿Legolas, que ha pasado? Veo que la has traído a salvo".
"Si Luna, gracias a los valares que la protegieron, pero otro poco y no la contamos".
"Pronto, que venga el sanador por favor padre hazlo traer".
Legolas bajó del caballo cargando a su amada Guillian, ella venía inconsciente y el golpe en la sien le sangraba.
Legolas le llevó a su propia habitación y Luna entró para ayudar mientras el sanador llegaba. Luna le limpió la herida y le quitó ese vestido y le puso una túnica de Legolas. Entre Legolas y Luna le cambiaron las ropas.Luna estaba en verdad preocupada y enojada. ¿Cómo había podido arriesgar así a Guillian? Todo por sus planes estúpidos.
El sanador llegó y revisó la herida de la sien, le limpió otra vez y le puso un ungüento cicatrizante. Luego vendó la cabeza a Guillian. Legolas no se despegaba de su lado. Le tenía la mano tomada, le hablaba despacio, susurrándole, no lograban hacerle volver en si. De pronto Luna recordó. Traigan alcohol, pronto. Al llevar la doncella el alcohol, se lo pasó Luna, untándole en la base de la nuca, en la nariz, en las sienes. En el pecho. Luego le empezó a dar palmaditas sobre las mejillas. "Legolas, háblale a Guillian, trata de que reaccione por favor" Legolas empezó a ver que de sus mejillas caían grandes gotas de lágrimas. Y comprendió que esas lágrimas eran de el. No le importó nada, ni quien le viera. Guillian comenzó a reaccionar.
"mph......Legolas..........." "Shhhhh........no hables, descansa......".
"Descansa Guillian, ya todo pasó y estás en palacio, en compañía de Legolas. Descansa amiga". Le dijo Luna.
Después le dijo a Legolas: "Cuída que no hable mucho y procura que descanse".
Y Luna le puso una mano a Legolas en el hombro para darle su apoyo. "Si necesitas algo, por favor, estaré en mi habitación, lo que sea Legolas. ¿Entiendes? "Gracias amiga. No se que hubiera hecho sin tu apoyo y el de Haldir"
Luna, salió llevándose consigo a Haldir y al rey, así dejando solo a Legolas con Guillian. Cerró las puertas y le dijo muy compungida al rey: "Bueno, me temo que su nuera está a salvo. Y su hijo también" le sonrió tristemente y le acarició la mejilla. Haldir siguió a Luna a la habitación muy preocupado por su mujer pues vió su mirada. Cuándo Haldir cerró las puertas con seguro, Luna le miró y se soltó llorando. "¿Pero que te pasa Nim Melethril? Ya todo se resolvió niña mía." "No Haldir, ¿no entiendes?, hice peligrar la vida de la pobre Guillian. Cuándo ví que no volvía en si, me asusté mucho. Pensé que moriría.".
Haldir abrazó a su mujer y le dejó llorar hasta que se desahogó. Luego le quitó la ropa y le puso su bata y le ayudó a entrar en la cama. La acunó y la cubrió con las mantas. La dejó que durmiera y descansara. Escuchó cuando ella le llamaba a Guillian. Vió que realmente Luna estimaba a Guillian y a Legolas. No la molestó y se dedicó a cuidar de su sueño. Pasaron la noche abrazados, compartiendo ese mundo sagrado de los sueños, el cabello de Haldir, caía sobre los hombros de Luna. Suspiró y cerró los ojos, tratando de dormir un poco.
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