Capítulo 21.- Decisión.

Luna caminó erguida como jamás lo había estado, su apariencia era ahora fresca, se había enjuagado su rostro, se calmó, e iba caminando con el orgullo en su rostro. Se veía con mucho porte. La decisión la había tomado con mucho esfuerzo pues trató de ser objetiva, de que el amor por Haldir o sus mellizos, o cualquier otro elfo, no influyera en lo mínimo. Se analizó lo mas profundamente que pudo. Su conclusión era una sola. Abrió la puerta, se asomó y miró a los guardias que custodiaban la puerta del salón de consejo y les dijo que llamaran a los señores. Haldir se notaba tenso, estaba en silencio, soportando una espera que se le había hecho eterna, no sabía lo que le depararía el destino, pero no quería pensar en una separación pues el daba la vida por su Luna, no podría soportarlo, separarlo de ella y los mellizos. Y todo sería por propia decisión de su amada. Se sentía desesperar, no sabía lo que estaría pasando o sintiendo Luna, sabía que ella había estado enferma, desesperada, desconcertada, y sabía que esa presión podría afectarle mucho. Toda Tierra Media estaba en manos de su amada. Galadriel miró a Haldir y supo lo que su alma estaba sintiendo. Trató de confortarlo poniendo su mano sobre el hombro de Haldir. Haldir escuchó que uno de los guardias les llamaba:

"Mis señores, la reina desea hablar con ustedes" "Gracias, en seguida vamos". Dijo Celeborn.

Se encaminaron hacia el salón de consejo para oír la decisión de Luna. Galadriel y Celeborn se tomaron de las manos pues estaban sumamente temerosos de lo que ella diría. Haldir estaba pálido. La distancia entre donde estaban ellos y Luna se le figuraba que se alargaba con cada paso que daban. Por fin entraron al salón y le vieron parada junto a la ventana. Tenía rastros de haber llorado. Haldir sintió que su corazón se encogía. Se veía tan hermosa, tan digna, jamás le había visto así. Luna se giró al oírlos llegar. Les miró, respiró fuerte. Y suspiró.

"Lord Celebrian, Señora Galadriel, Haldir, amado mío, sé que lo que a continuación les diré marcará de una manera muy drástica nuestras vidas. Antes que nada, quiero pedirles perdón si de alguna manera, les he hecho daño en el tiempo que me han conocido, hasta ahora. No ha sido mi intención. Quiero decirles que con ustedes he vislumbrado los sentimientos mas bellos que por tanto tiempo he buscado, he encontrado un padre llamado Elrond, una madre llamada Galadriel, muchos hermanos, el amor de un varón y por añadidura, mis queridos mellizos que por Eru, esperemos que nazcan sanos y hermosos como su padre. "

Luna comenzó a caminar hacia ellos, en ese momento, gruesas lágrimas surcaron sus mejillas, no alcanzaba a ver los rostros de sus elfos amados, mucho menos el de su amado Haldir, las lágrimas eran cada vez mas copiosas. Haldir temió lo peor.

"Señores míos, Mi pequeño elfo,........."

Era la primera vez que Galadriel escuchaba ese tono de intimidad entre ellos. Le pareció gracioso ver a Haldir como un elfo pequeño.

"Les notifico que he tratado de tomar una desición lo mas objetivamente posible, sin que nada ni nadie influyera, he decidido aceptar el cargo de Reina que me están confiriendo, que por derecho y legado me corresponde. Pero no será así a menos que ponga una condición. "

Los tres elfos se sorprendieron de lo que Luna estaba diciendo. Haldir no podía entender por que Luna ponía condiciones.

"Perdónenme. Si voy a ser la reina Elbereth, madre de todos los elfos de tierra media, debo limpiar mi corazón, para que pueda ofrecerles a todos mis elfos, un corazón limpio, sin dolor, necesito aprender a perdonar. A quienes me han hecho daño. A quienes han lastimado mi alma, una y otra vez, encarnizadamente. Aceptaré los honores que gusten, esperaré aquí a que nazcan mis hijos, quiero que sean de la misma tierra que su padre. Quiero que amen al igual que su padre ésta tierra. Pero mi condición consiste en esto:

Después que nazcan mis hijos, ya recuperada, deseo que mis hijos, Haldir, y yo, vayamos a mi mundo, a casa de mis padres, quiero verles por última vez, quiero decirles en persona que les perdono, que vean que tengo mi marido y mis hijos y que me voy para siempre de sus vidas. Que les he perdonado. Si pudiera ser posible, que Legolas nos acompañara. Es todo lo que pido. Haldir, como guardián de Lothlórien, ama tanto a su tierra, que después de conocer la mia, no querrá saber de ella, pues el amor a sus elfos, a su tierra media es mas fuerte que nada. Es todo lo que tengo que decir".

Celeborn miró a Galadriel, se comunicaron mentalmente y Lord Celeborn tomó de la mejilla a Luna y le dijo:

"Está bién, dama rosada, Reina Elbereth, Señora Elentári, tu petición ha sido aceptada y comprendemos la magnitud del amor que sientes por los elfos. Nos has dado una lección de amor, niña. Nadie querría así a los elfos, en verdad trataste de pensar en todos los elfos de tierra media, y no solo en uno" dijo volteando a ver a Haldir. "Sé bienvenida a tu tierra media señora Varda."

Luna miró a Haldir y abrió sus brazos para recibir a su marido. Haldir corrió a abrazarla, iba llorando, no ocultaba sus lágrimas. La besaba, le abrazaba, le agradecía y le sonreía. Luego se hincó y besó el vientre de Luna, cosa que al momento los mellizos empezaron a hacerse notar. Haldir sonrió y abrazó a su mujer. Ella también le abrazó.

"Isilme mía, me tuviste con el alma en vilo. Creí perderte, vida mia. Si algo te hubiera pasado, no me lo habría perdonado. Te amo, mi pequeña llorona. Te amo y jamás lograrás separarme de ti ¿me oyes?"

"Haldir, mi pequeño Elfo, mi arrogante guerrero, te amo, te quiero, y jamás te dejaré, si eres mi todo, mi señor, mi razón de ser y existir".

Entonces Lord Celeborn, interrumpió el coloquio que estaban viendo.

"Mph........ perdonen la interrupción. Pero todo Lothlórien espera por su reina para aclamarla, Luna, señora mia, tiene que vestirse adecuadamente para la ceremonia".

Luna se apartó un poco de su marido, limpiándose las lagrimas y asintió.

"La dama Galadriel te acompañará al salón adjunto, para ayudarte a vestir". "No mi señor, yo puedo hacer las cosas por mi misma. ¿como cree que la dama Galadriel me ayudará a vestirme?"

"Isilme, señora mía, ¿no has comprendido todavía? En rangos eres mayor a la dama Galadriel. Eres reina de reinas o reyes"

Luna se quedó muda. Bueno, ya la desición la había tomado. Ahora había que cumplir con las obligaciones del reino. Volteó a ver a su amado, le besó con ternura y se disculpó con el. "Perdóname querido amor, pero el deber me llama" Haldir le sonrió y le contestó:

"Ve amor, ve a que te unjan como la reina que eres, ve a que te preparen para honrarte."

Y Haldir vió como su Luna caminaba con el ligero balanceo provocado por el vientre, pero ya no era mas aquélla Luna que llegó a Tierra Media, ahora se le notaba mas porte, mas elegancia pero sobre todo, un orgullo por su raza élfica.

Luna entró en la habitación contigua. Ya Galadriel le esperaba, con un vestido muy elegante, de maternidad obviamente, en un tocador había una caja con un pendiente ricamente elaborado con piedras preciosas en tonos rosados y plateados. Unos aretes a juego y un anilllo. Galadriel le dijo:

"Necesito que te desnudes mi señora."

Luna no le comprendía pero ella obedeció. Sólo se dejó sus prendas interiores inferiores. Luna se sentía cohibida. Entonces Galadriel trajo unos aceites con escencia y comenzó a untárselos a Luna en la espalda, brazos y piernas. Luego pasó al frente con sus pechos. Luna se sentía muy incómoda. Tanto que le preguntó a Galadriel:

"¿Perdona mi señora pero eso para que es? "

"Es un tratamiento que se les da a los reyes o reinas. Son aceites tratados para purificación del próximo coronado".

"La persona de mas alto rango después del rey, es quien debe untarlos como símbolo de humildad y obediencia hacia su rey."

"Ah, entiendo".

Después ya vestida, a Luna le sentaron en el banquillo del tocador, le peinó sus cabellos con un peine de plata y por ultimo, le puso el collar, con el anillo y los aretes.

Luna estaba resplandeciente.

Al abrir la puerta, que conducía al salón, Luna se asombró. En el salón ya había varias gentes corriendo del balcón hacia otra habitación. Cuándo Luna vió lo que hacían quedó maravillada. Todo era en ricas telas de seda color rosa con plateado.
Había flores por todas partes. Luna estaba muy sorprendida. Buscó a Haldir con la mirada, no le halló. En eso se abrió otra puerta anexa y vió a Lord Celeborn que salía de allí con Haldir. Luna se quedó impávida, Haldir había sido dotado de una pequeña corona, y una túnica. Era una túnica con hilos de oro y plata. Se veía tan atractivo, que deseó en ese momento hacer el amor con el. El se dirigió hacia Luna y le besó.

"Estas preciosa amor."

Entonces se acercaron Lord Celeborn y lady Galadriel y le preguntaron:

"¿Estas lista mi señora?" Luna afirmó con la cabeza

Se dirigieron hacia el balcón. Por un lado estaba Haldir tomándola del brazo y por el otro estaba Lord Celeborn mientras Galadriel se adelantaba para hablar con los ciudadanos de Lothlórien.

"Queridos Elfos, hoy es un día glorioso para toda la sangre élfica. Con nosotros está nuestra Reina Varda, nuestra señora Elbereth. Hoy será coronada bajo la corona de Lórien. Con ustedes la Reina Varda"

Luna se aproximó a la orilla del balcón y vió a todos los elfos de lórien. Todos comenzaron a aclamarla, a vitorearla. Ella les sonrió, no sabía que actitud tener para con ellos. Levantó su mano en forma de saludo. Todos estaban contentos. Le cantaban loas. Entonces Luna vió que se aproximaban dos elfos, uno con un arpa. Se posicionaron sobre un estrado y todos guardaron silencio. A continuación, el del arpa comenzó a tocar y el otro, comenzó a cantar:

Era el lamento de Elbereth. El cuál decía así:

A Elbereth Gilthoniel
Silivren pennamíriel
O menel aglar elenath!
Na-chaered palan díriel
O galadhremmin ennorath,

Fanuilos le linnathon
Nef aear, sí nef aearon

A Elbereth Gilthoniel o menel palan-diriel, le nallon
Sí di-nguruthos! A tiro nin, Fanuilos
Elen sila lúmenn'omentielvo

Luna estaba impresionada por la voz tan hermosa del elfo. A continuación trajeron en un pequeño estrado, el trono donde debería sentarse Luna, le sentaron, y Celeborn junto con Galadriel le colocaron la corona sobre la cabeza de Isilme. Era una corona de oro y varios hilos de plata le corrían formando graciosas grecas con algunas piedras preciosas rosas y plateadas.

Cuándo le coronaron, Celeborn y Galadriel miraron a su pueblo. Todos sacaron pequeños estandartes a imagen y semejanza del que Luna había traído en el carruaje, saludaban a su reina Varda, a Elbereth, su diosa niña. La imagen del estandarte era la siguiente:



Entonces Galadriel le preguntó que le explicara su estandarte:

Luna le contestó asi:

"El color rosa por el maná que es rosado, una luna, bajo la figura de un unicornio por mi nombre, Isilme y seis estrellas bajo el unicornio que simbolizan mi pequeña familia, Haldir, mi amado elfo, mis cuatro mellizos y yo."

"Está muy hermoso Luna, te felicito" dijo Galadriel "No lo he diseñado yo mi señora, lo ha diseñado el Príncipe Legolas Hoja Verde del bosque de Mirkwood". Dijo Luna. "En verdad ha sido un hermoso detalle del príncipe Legolas, se ve que te tiene en gran estima mi señora" dijo Galadriel. Y así continuó la fiesta y Luna recibiendo a todos los elfos de Lórien, pues ella seguía siendo tan sencilla como siempre, tan humilde y hablando en élfico que al aceptar su condición, el conocimiento de esta lengua llegó de improviso a ella.

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