Capítulo 24.- Desolación.
Luna se encontraba sentada en su trono, dentro de su palacio. Ya poseía los servicios de un secretario consejero que Galadriel le envió de su entera confianza. El le ayudaba a llevar las cosas del reino pues Galadriel comenzaba a dejarle en sus manos algunos asuntos por arreglar. No le quería hacer la carga muy fuerte por su embarazo. Ese día Haldir había ido a las fronteras para observar a un grupo de gitanos que estaban acampando en las cercanías de las fronteras de Lothlórien. No quería sorpresas asi es que se adelantó a cualquier evento. Mucho menos ahora que su Luna estaba próxima a parir. Luna no quería dejarle ir, pero comprendió que la naturaleza de Haldir era cuidar. Y de esa manera el creía que podría cuidar mejor a Luna, y de paso como era su obligación, también a todos los loriendes. Luna se lo encargó a Erú y a los Valares mentalmente, cuando le vió partir en su fiel Dien. Haldir prometió volver al dia siguiente por la mañana. Pero antes de partir, le hizo prometer a Luna que si algo pasaba, enviara a un mensajero con la noticia. El vendría encarrerado. Pasó todo el día deliberando con su consejero, diferentes medidas de alimentación y almacenaje. Estuvo recibiendo a diferentes personas que solicitaban verle para hacerles unas consultas. Comió en compañía de su consejero que no le dejaba sola. Era un elfo muy agradable y de buena prestancia. Muy preparado. Para entretenerla por la tarde le acompañó a las cuadras para ver a su fiel Cornelius. Luna se sentía inquieta por Haldir. Para estas horas el ya había llegado a las fronteras. Al ver a Cornelius le calmó un poco. Estuvo ahí, platicando con su fiel unicornio y dándole algunas zanahorias. Cornelius estaba muy felíz. De ver a su ama. Por la noche, el consejero que se llamaba Gil-Galad-Raen, le comentó que Lórien se estaba llenando de criaturas preciosas. Unicornios, pegasos, hadas, en fin que todos estaban en un continuo periodo de acostumbramiento. Luna sonrió y estaba contenta. Todo iba saliendo bién. Después de cenar, el consejero le acompañó a su habitación y le dejó allí. Luna se puso su bata, se decidió acostarse a dormir. La lectura de su libro esperaría pues Luna se sentía cansada. Había desdeñado la ayuda de su doncella personal, no quería sentirla una intrusa en la alcoba nupcial. Quería pensar en su Haldir amado antes de dormirse. Se levantó y fue al balcón a ver su estrella. Quizas Haldir estaría viendo la misma estrella, se lo había prometido. Asi ellos estarían comunicados. Suspiró y le envió un beso para que su estrella le enviase el beso a su amado en la distancia. Luego miró hacia donde ya sabía quedaba la frontera. Vió la mancha de árboles que rodeaban Caras Galadon. Suspiró y se metió a dormir. Esta noche los mellizos estaban en paz, no le molestaban. Dejó el balcón abierto pues ahora le daba mucho calor. Se acostó, tomó la almohada de su amado y la abrazó. Le extrañaba. Era la primera noche que ella no dormía con el. Se quedó dormida al instante. Pasó media noche y de repente comenzó a soñar. Veía a Haldir que una sombra oscura lo halaba y el le gritaba, desesperado, le miraba como esa sombra se lo llevaba. Escuchaba su voz que le hablaba. "Isilme, mi pequeña elfa, no olvides nunca que te amo, y siempre estare contigo por medio de mis hijos. Te amo. Isilmeee Luna miiiaaaaa" Luna se despertó angustiada. Se paró y fue al balcón. Miró ahora con su vista élfica hacia las fronteras de Lórien. No vió nada, solo oscuridad. Ni su luna alumbraba hoy. Una sombra le cubría. Tuvo sed y enseguida se encaminó hacia su mesa de noche. El agua se había acabado. Y como no permitió que su doncella entrara a la habitación se había quedado sin agua. Se dirigió hacia la cocina por agua, iba a oscuras. Ya conocía el palacio. Iba en silencio. Cuándo iba pasando por la habitación del consejero, vió luz encendida y escuchó voces. Se intrigó pues que ella supiera el consejero era soltero, no tenía ninguna novia o prometida. Se extraño pues la otra voz era femenina. Se aproximó a la puerta que se encontraba entornada y escuchó a Galadriel que hablaba con el consejero. También alcanzó a ver a Lord Celeborn. Galadriel le decía al consejero. "Ha llegado un mensajero de las fronteras. Lord Haldir está muerto. Aunque no han hallado su cuerpo. No se como le diremos a nuestra señora......." Luna sintió morirse. La jarra del agua cayó de sus manos, se llevó las manos al vientre. No creía lo que había escuchado. No. Las lágrimas acudieron a sus ojos. Lord Celeborn abrió la puerta y miró a Luna, pálida como la muerte. Tenía ojos de incredulidad. Con una mano buscaba inultilmente en el aire de donde agarrarse. Lord Celeborn acudió rápido en su auxilio. Galadriel y Gil Galad-Raen acudieron a la puerta. Luna estaba desencajada. No asimilaba lo que escuchó hasta que pudo articular palabra. "Díganme, repítanme lo que escuché por Erú, ¿mi Haldir muerto? Contéstame Galadriel por piedad", Galadriel se sentía morir. Ya había pasado por esto una vez pero la muerte se había querido llevar a Luna y ahora era al reves. Se imaginó la tormenta que se avecinaba. Tendría que decirle la verdad a su señora. "Mi señora, un mensajero ha llegado de las fronteras, avisando que Haldir está desaparecido. No le hallan ni vivo ni muerto. Un guerrero le vió con una flecha en su cuerpo y cayó por un abismo. Por eso se sospecha que está muerto. Actualmente siguen buscando su cuerpo." Era todo lo que necesitaba Luna para sentirse morir. "Noooooooooooooooooooooooooooooooo mi pequeño elfo, no, no me dejes sola. Erú, por que me has hecho conocer el amor, para luego quitármelo, dime ¿por queeeeeeee?" Luna recordó el sueño. De pronto, algo, muy dentro de ella le decía que el no estaba muerto. Se levantó del lecho del consejero que es donde le habían acostado. "Haldir está vivo, yo lo se" Se limpiaba las lágrimas, con rabia y coraje. Yo les demostraré. Se dirigió hacia las caballerizas con furia, con dolor en su alma, ni Galadriel ni Lord Celeborn, ni Gil-Galad-Raen con su juventud pudo alcanzarla. Casi sintió que volaba. Con una mano se tomaba el vientre. Nada le importaba. Solo llegar con su fiel Cornelius. Le habló, abrió la puerta y le dijo: "Por favor mi fiel Cornelius, ve......dirije a tus amigos, llevalos hacia mi Haldir, haz que lo encuentren, yo se que el vive. No vuelvas a mi, sin noticias de el. Sea vivo o muerto, si esta muerto, traeme su cuerpo pero si esta vivo, muéstrale el camino a los elfos de la guardia de las fronteras. Ve querido amigo por que tu sabes que este reino morira sin el. Noro lim, Noro lim Cornelius" Cornelius salió corriendo a cumplir el cometido de su ama. En la plaza se encontró con miles de pegasos y hadas, panes y otras criaturas mas y Cornelius habló con ellos. Luna les miraba e irradiaba tanta luz, como jamas había visto Galadriel a elfo en toda su vida irradiar su luz interior. La de Luna de hecho era mas potente que nadie pero ahora se estaba superando ella misma. El dolor volvía a su vida. Luna les miró y se dirigió a sus aposentos. Los tres le siguieron, vieron que se sentó en el sillón favorito de su marido y les dijo, al mismo tiempo que sus cabellos volaban como desprendidos por la energía que emanaba Luna. "Yo encontraré a mi pequeño elfo, el me necesita, me ama y lo amo" Galadriel se aproximó a Luna y le tomó de la mano. Sintió la ira de Luna, el dolor, la pérdida, y deseó absorber tanta pena que embargaba a su señora. Se dio cuenta que Luna trataba de no dejarse ganar por el dolor. Le sonrió, ya esa nueva elfa poseía la fuerza de los elfos y el orgullo. Pero supo que si no sabía pronto nada de Haldir, ella moriría de pena. Entonces si, ella se dejaría morir. Moriría de pena. Percibió el sueño de Luna. Lord Celeborn lloraba despacio por esa pequeña que continuamente el dolor la golpeaba. Esa alma tan tierna, tan inocente, una y otra vez, y pidió a Erú que ya le dejara tranquila. Pidió por Haldir, que estuviera herido pero vivo. Galadriel le soltó la mano al ver que ella entraba en trance. Comenzaba a hablar en élfico antiguo. Galadriel a duras penas conseguía entenderle palabras aisladas. Pero lo que si entendía era el nombre de Haldir. Lord Celeborn se acercó a Galadriel y le dijo que se quedara con ella que ahorita regresaba. Salió y fue a llamar a todos los guerreros de Lórien. Los envió a las fronteras a buscar ya fuera el cuerpo de el capitán Haldir sin vida o le encontraran vivo. Cualquiera de las dos opciones. Muchos elfos se adentraron en sus caballos a buscar a el señor de su dama. Además todos le tenían cierto respeto a Haldir, era un noble. Lord Celeborn regresó con el sanador por si era necesario. Buscó en los cajones de Luna, hasta que dio con la ropita de los bebes. Alistó varias ropas por si era necesario. Buscó mantas, lienzos, tenían todo listo por si se ofrecía, la doncella personal de Luna estaba lista, fuera de la habitación. Elrond llegó a la habitación y miró a Luna, que seguía en trance. Galadriel le dijo mentalmente que no la tocara. Que estaba en trance. No aguantaría mucho.
En las fronteras, todo era movimiento y accion. Los elfos buscaban en la noche el cuerpo de su capitán, no le hallaban por ningún lado. En eso todos vieron llegar la horda de pegasos volando sobre Lothlórien. Se asombraron ver tantos, por tierra venían los unicornios, panes y en pequeño ,grandes grupos de hadas con sus alas refulgientes, tornasoladas. Todos buscaban. Jamás un reino élfico se había movilizado así. Mientras tanto, en palacio, en la habitación de Luna: Luna se puso de pie, seguía en trance y estuvo a punto de caer, pero Elrond y Lord Celeborn fueron mas rapidos y le tomaron de los brazos. Luna se veía desfalleciente. Lloraba y decía: "No he podido hallarle mi señor, ¿donde estas?" Se convulsionaba y tan solo sollozaba. La acostaron en la cama, le arroparon y la detenían. Veían que Luna estaba entrando en crisis. El dolor la estaba embargando. Se abrazaba a la almohada de Haldir pensando que era el. Lo llamaba con dolor, con desesperación
"Haldir, mi elfo, ven, ven a mi mi amor, no me dejes, no me abandones. Envíame una señal." Luna miró a un lado y vió a su padre Elrond. Estiró sus brazos hacia el. Elrond la recibió y la acunó: "Shhh ya, tranquila mi niña. Le puede hacer daño a tus bebes. Cálmate niña mia," Elrond le cantaba y la acunaba. Le hablaba en elfico, en lengua común. No sabía como calmar ese dolor. Hasta que le hizo un hechizo del sueño. Luna se quedó dormida en sus brazos, pero aún asi, no conseguía dormir del todo, aún lloraba y lo llamaba. "mmmm Haldir.......mmmmm" La depositó en la almohada de su amado y se sentó junto a ella. Comenzó a llorar en silencio, recordando su amor truncado por su amada Celebrian. Comprendía muy bien lo que Luna estaba pasando. Pero ella aun tenía a la humana muy fresca y el había visto que esta raza era muy pasional, dejaban que sus emociones afloraran a flor de piel. Les costaba mas trabajo controlarse. Asi es que pasara lo que pasara, la situación sería muy difícil. Para todos pero principalmente para ella. Le tomó su mano y la miró tan pequeña, tan delicada, pero pensar que esas manos tan frágiles sostenían toda tierra media, todo el mundo élfico. Luna revivía el sueño que había tenido. Se despertó con angustia hablándole: "Haldiiiiiiiiiiiiirrrrrrrrrrrrrr, mi amadoooooooooo" Lloraba desconsolada. Elrond la abrazó. Ella le dijo:
"Padre, papito, Haldir, se fue, me ha dejado sola a mi y a nuestros bebes. Padreeeeee me he quedado solaaaaaa, estoy sola y mi corazón se rompe. ¿Como le explicare a mis bebes cuando pregunten por su padre? ¿Que les diré cuando le necesiten, cuando una mano varonil les necesite levantar en sus caídas?" Elrond se sentía morir. No soportaba tanta pena. Era una situación muy difícil. Pronto el sanador le dio un brebaje para dormirla y tranquilizar sus nervios. Luna se quedó dormida, sollozando, no paraba de llorar. De llamar a su amado. Galadriel miró en su mente que Haldir no había sido encontrado. Estaba comenzando a desesperar. Luna comenzó a hablarle a Haldir en sueños. "Amor, dame una señal una sola de que estas vivo" en eso Luna en su sueño escuchó la voz de su amado que le decía:
"Mi niña,
rocío de miel
un suave pétalo de rosa
es tu piel
Cascada de seda es tu pelo
Que juega entre tus hombros
Cuando pasa el viento
Tu blanca sonrisa ilumina
El mas oscuro sentimiento
Lo vuelve amor
Mi niña, compréndeme
Quisiera gritarte que te amo
Pero no tengo valor
Mi niña, entiéndeme
Mi corazón va a estallar
Sin tu calor
Y cuando estoy solo y triste
Recuerdo tu voz que me acompaña
Me daña
Tu tan delicada y a la vez
Como una espada
Te clavas
Te clavas
Como una paloma vuelas
Mi corazón te llevas
Devuélvelo"
Luna se despertó abruptamente todavía mareada por la poción del sanador. Se quiso incorporar, pero Elrond no la dejaba.
"Déjame padre, Haldir está vivo, lo sé, me habló en sueños" Elrond la soltó y vió que Luna se dirigía hacia el balcón y la vió entrar en trance y hablarle en lengua común: "Haldir, mi amor, se que estas herido, pero estas vivo, háblame por favor, describe donde te encuentras, todos te buscan. Dímelo amor"
Todos estaban asombrados.
De pronto Luna escuchó otra vez la voz de Haldir: "Luna, mi niña, mi pequeña isilme. Estoy en una cañada, caí por el precipicio. Mucha vegetación me rodea. No puedo hablar mucho. La voz no me sale. Te hablo por medio de mi pensamiento. Creo que estoy en la roca encantada. Diles" Y la voz de Haldir paró. Luna pensó que se había desmayado. "Pronto, Haldir esta herido. Que vayan a revisar en la roca encantada." Luna se dejó caer en el sillón de Haldir. Estaba agotada. No quería dormir, le pidió a su padre que no la durmieran por favor. Haldir no tardaría en llegar.
Pasó dos horas de angustia. Luna ya no percibía el pensamiento de Haldir. Estaba preocupada. En eso estaba caminando por la habitación cuando vieron que en el balcón llegaba un pegaso con dos jinetes. Uno sostenía a otro. Era Orophin con Haldir. Luna corrió, Orophin se bajó con Haldir y pronto lo depositó en el lecho. Luna lloraba, el sanador desnudó a Haldir y comenzó a curarlo. Lord Celeborn, Galadriel y Elrond miraban la escena. Haldir se veía muy golpeado. Muchos moretones se veían por todo su cuerpo. Luna tomó una de sus manos y llorando quedamente comenzó a hablarle. Suavemente, con sumo amor:
"Haldir, mi pequeño elfo, relájate, ya estas con nosotros." Y asi estuvo luna por dos noches con dos dias, no quería comer, ni dormir, solo le hablaba a su elfo. Hasta que el tercer dia, Haldir susurró: "Isilme......" "Shhh no hables, relájate, estas aquí con nosotros" Luna sonreía, Haldir había sobrevivido. Ahora todo tenía un por que de ser. Una razón. Todos estaban contentos, pues Luna envió un mensajero para avisarle a todos que Haldir había despertado. Ahora todo comenzaría otra vez. Haldir abrió sus ojos y lo primero que miró fue a su Luna, un mucho desmejorada pero ya contenta. Le sonrió. Todavía no podía hablar mucho pero ya estaba en casa. Luna pidió un caldo para su señor, y comida para ella. Tenía tanta hambre. Haldir puso su mano en el vientre de Luna y otra vez los mellizos brincaron en el vientre de Luna, los dos sonrieron sabiendo lo que pensaban uno y otro. Cuando Haldir estuvo perdido, los bebes no se habían movido para nada. Luna comenzaba a inquietarse, pero ahora comprendía lo que los mellizos estaban haciendo. Dejando a su madre tranquila. Luna besó ligeramente en la frente a su haldir. Ya todo estaba normal. Seguramente que el tiempo ayudaría a que todo pasara. Y dio gracias a Erú.
Nota:-Quiero agradecer a todas mis lectoras y lectores por su paciencia pero la musa se me fugó con haldir. Jejeje, pero aquí sigue, gracias almita, riegel, amazona verde, y bueno, a todas, chicas, si pueden déjenme en sus reviews su dirección para ingresarlas a mi msn. Bueno a almita ya la tengo. Un beso preciosas. Gracias.
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Luna se encontraba sentada en su trono, dentro de su palacio. Ya poseía los servicios de un secretario consejero que Galadriel le envió de su entera confianza. El le ayudaba a llevar las cosas del reino pues Galadriel comenzaba a dejarle en sus manos algunos asuntos por arreglar. No le quería hacer la carga muy fuerte por su embarazo. Ese día Haldir había ido a las fronteras para observar a un grupo de gitanos que estaban acampando en las cercanías de las fronteras de Lothlórien. No quería sorpresas asi es que se adelantó a cualquier evento. Mucho menos ahora que su Luna estaba próxima a parir. Luna no quería dejarle ir, pero comprendió que la naturaleza de Haldir era cuidar. Y de esa manera el creía que podría cuidar mejor a Luna, y de paso como era su obligación, también a todos los loriendes. Luna se lo encargó a Erú y a los Valares mentalmente, cuando le vió partir en su fiel Dien. Haldir prometió volver al dia siguiente por la mañana. Pero antes de partir, le hizo prometer a Luna que si algo pasaba, enviara a un mensajero con la noticia. El vendría encarrerado. Pasó todo el día deliberando con su consejero, diferentes medidas de alimentación y almacenaje. Estuvo recibiendo a diferentes personas que solicitaban verle para hacerles unas consultas. Comió en compañía de su consejero que no le dejaba sola. Era un elfo muy agradable y de buena prestancia. Muy preparado. Para entretenerla por la tarde le acompañó a las cuadras para ver a su fiel Cornelius. Luna se sentía inquieta por Haldir. Para estas horas el ya había llegado a las fronteras. Al ver a Cornelius le calmó un poco. Estuvo ahí, platicando con su fiel unicornio y dándole algunas zanahorias. Cornelius estaba muy felíz. De ver a su ama. Por la noche, el consejero que se llamaba Gil-Galad-Raen, le comentó que Lórien se estaba llenando de criaturas preciosas. Unicornios, pegasos, hadas, en fin que todos estaban en un continuo periodo de acostumbramiento. Luna sonrió y estaba contenta. Todo iba saliendo bién. Después de cenar, el consejero le acompañó a su habitación y le dejó allí. Luna se puso su bata, se decidió acostarse a dormir. La lectura de su libro esperaría pues Luna se sentía cansada. Había desdeñado la ayuda de su doncella personal, no quería sentirla una intrusa en la alcoba nupcial. Quería pensar en su Haldir amado antes de dormirse. Se levantó y fue al balcón a ver su estrella. Quizas Haldir estaría viendo la misma estrella, se lo había prometido. Asi ellos estarían comunicados. Suspiró y le envió un beso para que su estrella le enviase el beso a su amado en la distancia. Luego miró hacia donde ya sabía quedaba la frontera. Vió la mancha de árboles que rodeaban Caras Galadon. Suspiró y se metió a dormir. Esta noche los mellizos estaban en paz, no le molestaban. Dejó el balcón abierto pues ahora le daba mucho calor. Se acostó, tomó la almohada de su amado y la abrazó. Le extrañaba. Era la primera noche que ella no dormía con el. Se quedó dormida al instante. Pasó media noche y de repente comenzó a soñar. Veía a Haldir que una sombra oscura lo halaba y el le gritaba, desesperado, le miraba como esa sombra se lo llevaba. Escuchaba su voz que le hablaba. "Isilme, mi pequeña elfa, no olvides nunca que te amo, y siempre estare contigo por medio de mis hijos. Te amo. Isilmeee Luna miiiaaaaa" Luna se despertó angustiada. Se paró y fue al balcón. Miró ahora con su vista élfica hacia las fronteras de Lórien. No vió nada, solo oscuridad. Ni su luna alumbraba hoy. Una sombra le cubría. Tuvo sed y enseguida se encaminó hacia su mesa de noche. El agua se había acabado. Y como no permitió que su doncella entrara a la habitación se había quedado sin agua. Se dirigió hacia la cocina por agua, iba a oscuras. Ya conocía el palacio. Iba en silencio. Cuándo iba pasando por la habitación del consejero, vió luz encendida y escuchó voces. Se intrigó pues que ella supiera el consejero era soltero, no tenía ninguna novia o prometida. Se extraño pues la otra voz era femenina. Se aproximó a la puerta que se encontraba entornada y escuchó a Galadriel que hablaba con el consejero. También alcanzó a ver a Lord Celeborn. Galadriel le decía al consejero. "Ha llegado un mensajero de las fronteras. Lord Haldir está muerto. Aunque no han hallado su cuerpo. No se como le diremos a nuestra señora......." Luna sintió morirse. La jarra del agua cayó de sus manos, se llevó las manos al vientre. No creía lo que había escuchado. No. Las lágrimas acudieron a sus ojos. Lord Celeborn abrió la puerta y miró a Luna, pálida como la muerte. Tenía ojos de incredulidad. Con una mano buscaba inultilmente en el aire de donde agarrarse. Lord Celeborn acudió rápido en su auxilio. Galadriel y Gil Galad-Raen acudieron a la puerta. Luna estaba desencajada. No asimilaba lo que escuchó hasta que pudo articular palabra. "Díganme, repítanme lo que escuché por Erú, ¿mi Haldir muerto? Contéstame Galadriel por piedad", Galadriel se sentía morir. Ya había pasado por esto una vez pero la muerte se había querido llevar a Luna y ahora era al reves. Se imaginó la tormenta que se avecinaba. Tendría que decirle la verdad a su señora. "Mi señora, un mensajero ha llegado de las fronteras, avisando que Haldir está desaparecido. No le hallan ni vivo ni muerto. Un guerrero le vió con una flecha en su cuerpo y cayó por un abismo. Por eso se sospecha que está muerto. Actualmente siguen buscando su cuerpo." Era todo lo que necesitaba Luna para sentirse morir. "Noooooooooooooooooooooooooooooooo mi pequeño elfo, no, no me dejes sola. Erú, por que me has hecho conocer el amor, para luego quitármelo, dime ¿por queeeeeeee?" Luna recordó el sueño. De pronto, algo, muy dentro de ella le decía que el no estaba muerto. Se levantó del lecho del consejero que es donde le habían acostado. "Haldir está vivo, yo lo se" Se limpiaba las lágrimas, con rabia y coraje. Yo les demostraré. Se dirigió hacia las caballerizas con furia, con dolor en su alma, ni Galadriel ni Lord Celeborn, ni Gil-Galad-Raen con su juventud pudo alcanzarla. Casi sintió que volaba. Con una mano se tomaba el vientre. Nada le importaba. Solo llegar con su fiel Cornelius. Le habló, abrió la puerta y le dijo: "Por favor mi fiel Cornelius, ve......dirije a tus amigos, llevalos hacia mi Haldir, haz que lo encuentren, yo se que el vive. No vuelvas a mi, sin noticias de el. Sea vivo o muerto, si esta muerto, traeme su cuerpo pero si esta vivo, muéstrale el camino a los elfos de la guardia de las fronteras. Ve querido amigo por que tu sabes que este reino morira sin el. Noro lim, Noro lim Cornelius" Cornelius salió corriendo a cumplir el cometido de su ama. En la plaza se encontró con miles de pegasos y hadas, panes y otras criaturas mas y Cornelius habló con ellos. Luna les miraba e irradiaba tanta luz, como jamas había visto Galadriel a elfo en toda su vida irradiar su luz interior. La de Luna de hecho era mas potente que nadie pero ahora se estaba superando ella misma. El dolor volvía a su vida. Luna les miró y se dirigió a sus aposentos. Los tres le siguieron, vieron que se sentó en el sillón favorito de su marido y les dijo, al mismo tiempo que sus cabellos volaban como desprendidos por la energía que emanaba Luna. "Yo encontraré a mi pequeño elfo, el me necesita, me ama y lo amo" Galadriel se aproximó a Luna y le tomó de la mano. Sintió la ira de Luna, el dolor, la pérdida, y deseó absorber tanta pena que embargaba a su señora. Se dio cuenta que Luna trataba de no dejarse ganar por el dolor. Le sonrió, ya esa nueva elfa poseía la fuerza de los elfos y el orgullo. Pero supo que si no sabía pronto nada de Haldir, ella moriría de pena. Entonces si, ella se dejaría morir. Moriría de pena. Percibió el sueño de Luna. Lord Celeborn lloraba despacio por esa pequeña que continuamente el dolor la golpeaba. Esa alma tan tierna, tan inocente, una y otra vez, y pidió a Erú que ya le dejara tranquila. Pidió por Haldir, que estuviera herido pero vivo. Galadriel le soltó la mano al ver que ella entraba en trance. Comenzaba a hablar en élfico antiguo. Galadriel a duras penas conseguía entenderle palabras aisladas. Pero lo que si entendía era el nombre de Haldir. Lord Celeborn se acercó a Galadriel y le dijo que se quedara con ella que ahorita regresaba. Salió y fue a llamar a todos los guerreros de Lórien. Los envió a las fronteras a buscar ya fuera el cuerpo de el capitán Haldir sin vida o le encontraran vivo. Cualquiera de las dos opciones. Muchos elfos se adentraron en sus caballos a buscar a el señor de su dama. Además todos le tenían cierto respeto a Haldir, era un noble. Lord Celeborn regresó con el sanador por si era necesario. Buscó en los cajones de Luna, hasta que dio con la ropita de los bebes. Alistó varias ropas por si era necesario. Buscó mantas, lienzos, tenían todo listo por si se ofrecía, la doncella personal de Luna estaba lista, fuera de la habitación. Elrond llegó a la habitación y miró a Luna, que seguía en trance. Galadriel le dijo mentalmente que no la tocara. Que estaba en trance. No aguantaría mucho.
En las fronteras, todo era movimiento y accion. Los elfos buscaban en la noche el cuerpo de su capitán, no le hallaban por ningún lado. En eso todos vieron llegar la horda de pegasos volando sobre Lothlórien. Se asombraron ver tantos, por tierra venían los unicornios, panes y en pequeño ,grandes grupos de hadas con sus alas refulgientes, tornasoladas. Todos buscaban. Jamás un reino élfico se había movilizado así. Mientras tanto, en palacio, en la habitación de Luna: Luna se puso de pie, seguía en trance y estuvo a punto de caer, pero Elrond y Lord Celeborn fueron mas rapidos y le tomaron de los brazos. Luna se veía desfalleciente. Lloraba y decía: "No he podido hallarle mi señor, ¿donde estas?" Se convulsionaba y tan solo sollozaba. La acostaron en la cama, le arroparon y la detenían. Veían que Luna estaba entrando en crisis. El dolor la estaba embargando. Se abrazaba a la almohada de Haldir pensando que era el. Lo llamaba con dolor, con desesperación
"Haldir, mi elfo, ven, ven a mi mi amor, no me dejes, no me abandones. Envíame una señal." Luna miró a un lado y vió a su padre Elrond. Estiró sus brazos hacia el. Elrond la recibió y la acunó: "Shhh ya, tranquila mi niña. Le puede hacer daño a tus bebes. Cálmate niña mia," Elrond le cantaba y la acunaba. Le hablaba en elfico, en lengua común. No sabía como calmar ese dolor. Hasta que le hizo un hechizo del sueño. Luna se quedó dormida en sus brazos, pero aún asi, no conseguía dormir del todo, aún lloraba y lo llamaba. "mmmm Haldir.......mmmmm" La depositó en la almohada de su amado y se sentó junto a ella. Comenzó a llorar en silencio, recordando su amor truncado por su amada Celebrian. Comprendía muy bien lo que Luna estaba pasando. Pero ella aun tenía a la humana muy fresca y el había visto que esta raza era muy pasional, dejaban que sus emociones afloraran a flor de piel. Les costaba mas trabajo controlarse. Asi es que pasara lo que pasara, la situación sería muy difícil. Para todos pero principalmente para ella. Le tomó su mano y la miró tan pequeña, tan delicada, pero pensar que esas manos tan frágiles sostenían toda tierra media, todo el mundo élfico. Luna revivía el sueño que había tenido. Se despertó con angustia hablándole: "Haldiiiiiiiiiiiiirrrrrrrrrrrrrr, mi amadoooooooooo" Lloraba desconsolada. Elrond la abrazó. Ella le dijo:
"Padre, papito, Haldir, se fue, me ha dejado sola a mi y a nuestros bebes. Padreeeeee me he quedado solaaaaaa, estoy sola y mi corazón se rompe. ¿Como le explicare a mis bebes cuando pregunten por su padre? ¿Que les diré cuando le necesiten, cuando una mano varonil les necesite levantar en sus caídas?" Elrond se sentía morir. No soportaba tanta pena. Era una situación muy difícil. Pronto el sanador le dio un brebaje para dormirla y tranquilizar sus nervios. Luna se quedó dormida, sollozando, no paraba de llorar. De llamar a su amado. Galadriel miró en su mente que Haldir no había sido encontrado. Estaba comenzando a desesperar. Luna comenzó a hablarle a Haldir en sueños. "Amor, dame una señal una sola de que estas vivo" en eso Luna en su sueño escuchó la voz de su amado que le decía:
"Mi niña,
rocío de miel
un suave pétalo de rosa
es tu piel
Cascada de seda es tu pelo
Que juega entre tus hombros
Cuando pasa el viento
Tu blanca sonrisa ilumina
El mas oscuro sentimiento
Lo vuelve amor
Mi niña, compréndeme
Quisiera gritarte que te amo
Pero no tengo valor
Mi niña, entiéndeme
Mi corazón va a estallar
Sin tu calor
Y cuando estoy solo y triste
Recuerdo tu voz que me acompaña
Me daña
Tu tan delicada y a la vez
Como una espada
Te clavas
Te clavas
Como una paloma vuelas
Mi corazón te llevas
Devuélvelo"
Luna se despertó abruptamente todavía mareada por la poción del sanador. Se quiso incorporar, pero Elrond no la dejaba.
"Déjame padre, Haldir está vivo, lo sé, me habló en sueños" Elrond la soltó y vió que Luna se dirigía hacia el balcón y la vió entrar en trance y hablarle en lengua común: "Haldir, mi amor, se que estas herido, pero estas vivo, háblame por favor, describe donde te encuentras, todos te buscan. Dímelo amor"
Todos estaban asombrados.
De pronto Luna escuchó otra vez la voz de Haldir: "Luna, mi niña, mi pequeña isilme. Estoy en una cañada, caí por el precipicio. Mucha vegetación me rodea. No puedo hablar mucho. La voz no me sale. Te hablo por medio de mi pensamiento. Creo que estoy en la roca encantada. Diles" Y la voz de Haldir paró. Luna pensó que se había desmayado. "Pronto, Haldir esta herido. Que vayan a revisar en la roca encantada." Luna se dejó caer en el sillón de Haldir. Estaba agotada. No quería dormir, le pidió a su padre que no la durmieran por favor. Haldir no tardaría en llegar.
Pasó dos horas de angustia. Luna ya no percibía el pensamiento de Haldir. Estaba preocupada. En eso estaba caminando por la habitación cuando vieron que en el balcón llegaba un pegaso con dos jinetes. Uno sostenía a otro. Era Orophin con Haldir. Luna corrió, Orophin se bajó con Haldir y pronto lo depositó en el lecho. Luna lloraba, el sanador desnudó a Haldir y comenzó a curarlo. Lord Celeborn, Galadriel y Elrond miraban la escena. Haldir se veía muy golpeado. Muchos moretones se veían por todo su cuerpo. Luna tomó una de sus manos y llorando quedamente comenzó a hablarle. Suavemente, con sumo amor:
"Haldir, mi pequeño elfo, relájate, ya estas con nosotros." Y asi estuvo luna por dos noches con dos dias, no quería comer, ni dormir, solo le hablaba a su elfo. Hasta que el tercer dia, Haldir susurró: "Isilme......" "Shhh no hables, relájate, estas aquí con nosotros" Luna sonreía, Haldir había sobrevivido. Ahora todo tenía un por que de ser. Una razón. Todos estaban contentos, pues Luna envió un mensajero para avisarle a todos que Haldir había despertado. Ahora todo comenzaría otra vez. Haldir abrió sus ojos y lo primero que miró fue a su Luna, un mucho desmejorada pero ya contenta. Le sonrió. Todavía no podía hablar mucho pero ya estaba en casa. Luna pidió un caldo para su señor, y comida para ella. Tenía tanta hambre. Haldir puso su mano en el vientre de Luna y otra vez los mellizos brincaron en el vientre de Luna, los dos sonrieron sabiendo lo que pensaban uno y otro. Cuando Haldir estuvo perdido, los bebes no se habían movido para nada. Luna comenzaba a inquietarse, pero ahora comprendía lo que los mellizos estaban haciendo. Dejando a su madre tranquila. Luna besó ligeramente en la frente a su haldir. Ya todo estaba normal. Seguramente que el tiempo ayudaría a que todo pasara. Y dio gracias a Erú.
Nota:-Quiero agradecer a todas mis lectoras y lectores por su paciencia pero la musa se me fugó con haldir. Jejeje, pero aquí sigue, gracias almita, riegel, amazona verde, y bueno, a todas, chicas, si pueden déjenme en sus reviews su dirección para ingresarlas a mi msn. Bueno a almita ya la tengo. Un beso preciosas. Gracias.
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