CAPÍTULO 2

****HARRY****

Un gran sopor me envuelve pero poco a poco voy despertando y mi vista se queda fija en unas estanterías repletas de frascos con bichos raros.

-Veo que se ha despertado.

Giro la cara y veo a Snape sentado en una silla con un libro en las manos, lo cierra y, levantándose, se acerca.

-¿Cómo se encuentra?

-Bien, supongo- me siento algo confundido- ¿qué ha pasado?

-Qué su poción estaba bien echa y que ha ganado diez puntos para su casa- dice con el ceño fruncido al dar puntos a los leones.

-Vale.

Voy a levantarme pero me tambaleo y el mago me coge de un brazo.

-Estará unos minutos aturdido- pone cara de fastidio- le acompañaré al Comedor.

-No hace falta señor- pero al dar un paso vuelvo a tambalearme hacía él y me encuentro contra su pecho abrazado por sus fuertes brazos, me sonrojo- lo lamento.

-Venga, vamos Potter.

Y algo avergonzado me dejo llevar por el adulto que no abre la boca pero me sirve de apoyo. Le hago saber que no tengo hambre y que, si es amable, me podría acompañar a la sala común de mi casa, solo me mira y sigue hasta el cuadro de la Dama Gorda que eleva ambas cejas al ver un serpiente por su territorio.

-Debería comer algo Potter- me aconseja- y descanse bien esta noche.

-Si profesor...gracias por acompañarme.

Inclina el rostro y, como la capa oscura hondeando a su espalda, se aleja por el pasillo, lo miro unos segundos.

-Ese hombre es todo misterio- dice la Dama- no le he visto sonreír con franqueza ni una sola vez.

-Ni yo- y en un susurro más para mí añado- aunque me gustaría...valentía y coraje.

Ante la contraseña el cuadro de aparta dejándome paso, subo a la habitación aún algo confuso y sin quitarme la túnica me dejo caer en la cama donde enseguida me duermo.

A la mañana me ducho y ya en el Comedor como dos tostadas y un vaso de zumo. Los búhos entran con el correo. No levanto la cabeza porque no hay nada para mí, hace mucho que no hay nada para el "grandísimo salvador"

-Señor Potter ¿podría acompañarme?, el director desearía hablar con usted.

Miro la jefa de mi casi y me extraño por la petición.

-¿He hecho algo profesora?

-No, no, solo quiere hablar con usted.

La sigo por los pasillos subiendo por la gárgola hasta la puerta del anciano que, tras tocar y darnos acceso, nos adentramos.

-Aquí esta el chico Albus.

-Bien, bien, sentaos- me mira con una sonrisa mientras tomo asiento al igual que la mujer- no pongas esa cara Harry, no voy a reñirte, solo quiero saber como te ha ido el verano.

-Pues como los demás señor, cansado, triste y duro.

-Comprendo- parece turbado ante mis palabras.

-¿No has salido ni un día con tus amigos Harry?- me pregunta McGonagall notando mi tono cansado.

-¿Amigos?- y sin remediarlo suelto una carcajada, pero no de felicidad sino de tristeza, esa que dejas salir cuando no hay nada que hacer- no tengo amigos profesora.

.Pero Harry si tienes a docenas de ellos, por ejemplo a Ron y Hermione.

-Señor director no hay nadie, ni siquiera los que creí mis hermanos, nadie, absolutamente nadie.

****ALBUS****

El que esta ante mí no es el chiquillo tímido, alegre y deseoso de todo que conocí hace años.

No.

Veo su sombra.

Esa ropa tan oscura, su palidez, su rostro sin signos de vitalidad, su cabello largo, su tono sin vida, tan lleno de dolor, y esa carcajada...¿a quién me ha recordado?

-¿Qué tal han dio tus primeras clases?- pregunto cambiando de tema.

-Supongo que bien señor.

-¿Has pensado qué optativas coger?

-No profesor.

-Sabes yo te recomendaría, mmm...Defensa o Pociones, tal vez Transformaciones, se que son las que te van mejor, incluso Encantamientos.

-Tal vez.

Sus respuestas son cortas, frías. Le pido un poco más hasta cinco minutos antes de empezar las clases.

-Ya sabes que si necesitas algo, lo que sea, siempre estoy aquí- le recuerdo.

-Si señor, gracias- con una inclinación se marcha con el rostro bajo.

-Se esta consumiendo poco a poco- habla Minerva- apenas come, casi no sale del castillo, siempre envuelto en ropa oscura, no habla con nadie...Albus, su pena es mucha, no se como acabará.

-Ni yo tampoco, no sé que hacer, ha perdido a todo aquel que ha querido, a construido un muro a su alrededor que ni yo mismo me veo capaz de derrumbar, Minerva no se si seré capaz de cumplir la promesa que les hice a sus padres, a Sirius y a Remus, no se su podré traerlo a la luz, cuidarlo, no se que hacer- me paso una mano por mi rostro envejecido.

-Es tan parecido a Severus, hasta en la manera de hablar, de vestir, todo.

Aparto la mano de mi cara y miro a la mujer.

"Claro, me recuerda a Severus" me digo a la pregunta de antes al oír su carcajada "dos almas en pena en un mundo donde son invisibles a ojos de todos"

-Sabes, creo que tengo una idea.

Levanta una ceja sorprendida ante mi sonrisa.

****SEVERUS****

Alumnos y más alumnos pasan por mi clase. No se en que piensan estos jóvenes pero en la responsabilidad seguro que no.

Hoy, nada más ni nada menos, han explotado cuatro calderos ¡CUATRO!, gracias a los santos por inventar los castigos, los he tenido retenidos casi toda la tarde y parte de la noche limpiando el aula y de paso mi despacho.

Mmmm, se ven bien las mazmorras después de una buena limpieza.

Asisto a la cena solo para tomar algo ligero. El director se ha pasado todo el tiempo hablando con Minerva y de tanto en cuanto me echaba una ojeada y sonreía. No se porque pero me ha dado mala espina.

Al salir he visto una sombra subir por las escaleras, he entrecerrado los ojos y he adivinado quien es. El joven Potter que se ha perdido de mi vista y, tras unos segundos de estar parado, me he ido a mis aposentos privados a saborear la tranquilidad.

Allí me sirvo un copa de wisky y me siento frente a la chimenea que estaba encendida.

Un sorbo tras otro hasta el tercer vaso. Aún no siendo lo mejor el alcohol es la mejor compañía de un alma en pena.

-Curiosa bebida-susurro viendo a través del cristal el dorado líquido- una cosa tan inofensiva como esto es capaz de ocultar muchas cosas tras ese sabor...es dulce, sabroso, invita a repetir pero a la vez es peligroso, incluso fuerte, embriagador, reclama atrapar y aturdir todos tus sentidos solo por más, mucho más.

Me quedo cayado dando otro sorbo largo acabándome el contenido.

-Como Potter- y sin saber exactamente que he dicho me voy a dormir. (nta- creo q esa charla es porq ha empinado mucho el codo ¬¬)

****MINERVA****

Llaman a la puerta de mi despacho y dejo pasar a Harry. Nunca me acostumbro al ver si nueva "fachada".

-¿Me llamaba profesora?

-Si, toma asiento- le indico el lugar y se sienta- verás, te he hecho llamar por un asunto en Pociones.

-¿Se ha quejado el profesor Snape?- pregunta y su cara se entristece más- creí que hacía las cosas bien. Lo he intentado profesora.

-No es nada de eso, bueno, si en cierta parte- me mira con sus esmeraldas- el director a notado tu mejoría en la materia, te estas volviendo un experto en ella y... le gustaría saber si te interesaría ayudar a las tardes al profesor Snape en sus clases.

Se queda callado sorprendido y recuerdo como Albus dijo que tenía una idea para que esos dos se cogieran confianza.

--FLASHBACK—

-Se necesitan uno al otro- dijo- ¿sabes cómo se cambia una persona solitaria?, pues juntándola con otra para que se apoyen entre ellas, ¿no es fantástico?- había sonreído- creo que... si los pongo a trabajar juntos se darán cuenta de la necesidad de tenerse cerca, si, si, eso creo.

-Albus me parece que has olvidado el pequeño detalle de que no se soportan mucho mutuamente- le refresqué la memoria.

-Aaaa querida Minerva, eso es algo que nos hacen creer, me parece a mí que nos esconden algo- se meció la barba dejándome confundida.

--FIN FLASHBAK--

-¿Y qué ha dicho el profesor Snape?- pregunta el chico.

-Esta de acuerdo- de momento es mentira pero confío en que Albus hable con él en estos momentos.

-Pues- se queda pensando- me parece bien.

-¿Si?

-Si profesora- y desde hace muchísimo tiempo veo su rostro algo más alegre.

-Me alegro- le dedico una pequeña sonrisa pero voy a otro asunto- por cierto, Harry, ¿has pensado en volver al equipo?, Gryffindor te necesita. Sigo diciendo lo mismo que el año pasado, volverás a tu puesto de buscador y capitán, el señor Thomas solo te remplaza.

-No quiero volver profesora, no me interesa ya el puesto.

-Piénsatelo, siempre serás bienvenido y es una pena desperdiciar tu talento.

-De acuerdo.

-Puedes irte, el director ya te avisará de todo.

-Buenas tardes profesora- se marcha.

Espero unos minutos, pensando como l año anterior, a mediado de curso, el chico denegó de su puesto en el equipo diciendo que ya no deseaba volar. Me sorprendí pues estar sobre una escoba era su vida pero supongo que su pena lo ha vencido.

Me acerco a la chimenea y echo un puñado de Polvos Flu y llamo al director.

****ALBUS****

-¿Trabajar con Potter?

Esa ha sido la pregunta de Severus al proponerle mi idea. Veo una sonrisa en su rostro.

-Es una broma ¿verdad?

-No- vuelve a quedarse serio- pruébalo, si no te convence pues se rompe el pacto y ya esta.

-¿Pero por qué quieres que trabaje con él?

-Bueno, estas muy ocupado con Defensa y Pociones, Harry te echará una mano, es bueno en ambas asignaturas, además- pongo cara dramática- me preocupa.

-¿Qué le ocurre?

Lo miro por encima las gafas y sonrío en mi interior.

"Ese tono a sido de preocupación querido Severus"

-Tu sabes que su vida no ha sido ni es fácil, has podido ver como todo él ha cambiado, su tristeza y su soledad me preocupa, esta siempre solo, cayado, hace año y medio que no sube en su escoba y sabes que eso era su vida, ¡ay Severus!, no sé como acabará si sigue así, por eso he pensado que ayudándole tal vez vuelva ha tener un poco de ilusión en esos jóvenes ojos.

Se queda callado, asimilando lo oído y me mira.

-Esta bien, que trabaje conmigo, no me irá mal un poco de ayuda.

-Estupendo..¿una taza de té?

-Si por favor.

Al poco Minerva aparece por la chimenea, mejor dicho, su cabeza aparece por el fuego.

-Buenas tardes Albus, Severus.

-Buenas tardes- contestamos.

-¿Has hablado con el chico?- pregunto sin demora.

-Si, hace un rato.

-¿Y?

-Ha aceptado.

Sonrío contento, todo va funcionando según pensé. Severus parece sorprendido por la decisión de Harry, de seguro pensaba que se negaría.

-Fantástico, mañana podréis empezar- el mago asiente.

-Sabes Albus, le he vuelto a proponer el volver al quidditch.

-¿A aceptado?

-No- la mujer niega con la cabeza- creo que no quiere volver a saber nada sobre volar.

-Lástima, eso lo alegraba y tenía un envidiable talento.

-Creo que insistiré más- añade la bruja- Gryffindor lo necesita.

-Para ganar frente los Slytherin ¿verdad?- dice Severus con tranquilidad mientras bebé el té.

-¿Cómo dices?- se enfada la dama.

-Pues que sin el chico tu equipo es una ruina, es incapaz de ganar al mío, ¿o tengo qué mostrarte el nombre del ganador de la copa del año pasado?- sonríe con malicia.

-Tus serpientes tuvieron un golpe de suerte.

-¡JA! Lo que tu digas.

-Como...

-Señores haya paz- digo para tranquilizar el ambiente.

Los dos se dirigen furiosas miradas, en el terreno de juego son unos adversarios duros, no pierden ni una oportunidad de tirarse indirectas.

Tras esto la bruja se despide de mí y Severus vuelve a su té como si nada

****HARRY****

A la tarde, tal y como me ha indicado el director, me dirijo al despacho de Snape. En parte me alegra tener algo que hacer ya que tengo horas muertas, no me he apuntado precisamente a muchas asignaturas como los demás, la verdad es que al salir de aquí pienso encerrarme en mi propia casa. Detesto estar rodeado de gente.

-Adelante- suena la voz del hombre tras golpear la puerta de su despacho.

Entro en ese lugar que tantas veces me ha visto castigado.

-Buenas tardes profesor.

-Según parece tendremos que trabajar juntos- dice sin saludos- no es que me entusiasme pero necesito ayuda. No tendrá problemas conmigo si hace lo que le mande, nada de holgazanear, ni de estorbar ni desastres. Puede que a veces acabemos tarde pero los fines de semana los tendrá libres para sus tareas, ¿esta de acuerdo?

-Si señor.

-Más le vale- se queda callado y mira los papeles de su mesa- siéntese y empiece a corregir estos trabajos de primero.

Y así lo hago mientras él corrige otros. El silencio nos rodea, ni el vuelo de una mosca se aprecia. Solo el rasgar de las plumas.

-Señor...en la poción de desorientación eran tres gotas de suero del sueño ¿me equivoco?- pregunto rompiendo el silencio.

-Así es Potter.

Y de nuevo el silencio. Los minutos van pasando para dar paso a horas. Corrijo tanto ensayos de Defensa como Pociones.

Estoy en ello cuando me da por mirar disimuladamente al hombre frente mía.

Su oscuro cabello cae ligeramente sobre su rostro que esta concentrado en la lectura. Bajo la vista pero la vuelvo a elevar y, por primera vez, me fijo en su perfil.

La nariz es algo ganchuda, eso no puedo negarlo, pero visto así más de cerca le da un aire...¿aristócrata?, la verdad es que no me imagino su rostro con algún detalle diferente. Todo esta bien así. Incluso el cabello no parece tan graso ¿debe ser sedoso?, y su mandíbula es fuerte pero no excesivamente marcada y sus ojos...es un hermoso negro, sobra todo cuando me pierdo en ellos. Un momento ¡ME ESTA MIRANDO!, bajo la vista enseguida algo sonrojado.

Ahora siento su mirada sobre mí, de seguro evalúa el porque de mi observación. Solo deseo que no pregunte y, gracias a los ancestros, no lo hace.

****SEVERUS****

Me he quedado sorprendido al pillar a Potter mirándome, como si observara cada trozo de mi rostro. Se ha sonrojado al ser descubierto y baja los ojos.

"Se ve hermoso cuando se sonroja" he de admitir.

Ahora soy yo quien lo mira. De verdad le queda bien el cabello largo, así oculta esa inocencia que lo envuelve. Porque aún lo hace.

Se oye las campanas de media noche en un antiguo reloj del despacho y los dos lo miramos.

-Es tarde señor Potter, será mejor que vaya a dormir.

-Aún quedan algunos ejercicios- dice señalando un pequeño montón de su lado.

-Déjelo, ya lo haré yo.

-Yo...me gustaría acabar, usted también parece cansado- dice con algo de timidez.

La verdad es que si estoy cansado, lo miro y asiento para que continúe. Una hora después hemos acabado los dos.

-Por cierto ¿no tiene hambre?- pregunto.

-No señor.

-Come poco Potter- digo- no es normal esta falta de apetito en un chico de su edad.

-los chicos de mi edad no son como yo...me marcho, buenas noches profesor- inclina el rostro y se va.

El resto de semana pasa con rapidez.

He de admitir que el chico trabaja bien y duro, me ha ayudado, incluso, a preparar pociones. Así que el sábado, como le dije, le doy libre.

-Sabes, creo que Harry no esta tan triste como antes- opina el director en la hora de comer.

Yo solo me encojo de hombros pero mis ojos se dirigen al solitario león que toma su poca comida en silencio.

****HARRY****

Es de noche y estoy sentado en mi cama sin hacer nada. Solo pienso.

-¿Harry?

Mis ojos se topan con Ron y me incorporo un poco.

-¿Si Ron?- le pregunto, hace mucho que no me decía nada.

-Esto...sabes, he pensado en ir esta noche al pueblo y tomar algo, necesito un descanso ye he pensado...-me mira.

Mi corazón late de alegría, tal vez las cosas vuelvan a ser como antes, volvamos a hacer travesuras, a charlar, a confiarnos nuestros secretos. Si, creo que esa salida nos irá bien.

-...que me podrías prestar la capa y el mapa a mí y a Herm, ya sabes, para que no nos pillen.

Toda alegría cae a mis pies.

¿Cómo he podido ser tan iluso?, no se como se me ha ocurrido "acoplarme" en eso, he debido imaginar la realidad.

-Si, cógela- digo sin sentimientos en la voz.

Lo hace, me lo agradece y se va sin mirar atrás.

Espero un buen rato hasta que los demás compañeros se duermen y me voy a dar un paseo nocturno por el castillo. No me importa la falta de capa, igualmente soy invisible para todos.

Estoy paseando algo más de hora y media hasta que llego a una de las torres norte y respiro profundamente el aire fresco. Poco a poco me acerco a la reprisa y miro el paisaje oscuro.

Me siento en el borde con las piernas afuera. Me gusta la tranquilidad de la noche.

Mis ojos se van al cielo cuajado de estrellas, de verdad me gusta observarlo y más cuando no hay nubes que me impidan verla a ella. La estrella cuya nombre comparte con el ser que amé tanto como a mis propios padres. En cierta forma me gustaría estar allí arriba con ellos.

****SEVERUS****

Mi sexto sentido me da señales de que hay alguien merodeando por el castillo. Suspiro al pensar que a esa hora de la noche podría estar durmiendo y no vigilando a los "sonámbulos"

-¿Dónde estas pequeño caminante?- me digo.

Sigo el pasillo y cada vez noto mejor una especie de aura de poder, por aquí hay alguien y no es un profesor. Me dirijo a una de las torres norte y siento la cercanía.

Con el sigilo que me acompaña salgo al exterior y entrecierro los ojos para ver en la oscuridad. Allí esta el prófugo.

Me acerco pero me doy cuenta de quien es pero lo peor, donde esta.

-¿No es peligroso estar sobre la reprisa señor Potter?- le pregunto con voz suave para no asustarlo.

Me mira pero no se mueve.

-No lo creo señor.

"Maldita sea, ¿este chiquillo se quiere matar o qué', y encima en mi hora de vigilancia" pienso.

-Por lo que veo ha vuelto a sus excursiones nocturnas- me acerco despacio.

-Si pero tal vez sea la última.

"Se quiere matar" confirmo mentalmente alarmado y pienso rápido el que hacer.

-¿Puedo tomar asiento?

-Si- se aparta un poco.

Tomo sitio a su lado sin temor. La verdad es que yo también estuve allí hace unos años. Permanecemos callados hasta que hablo.

-¿Por qué quiere hacerlo?

-¿El qué?

-Acabar con su vida de esta manera

Noto su mirada de reojo.

-Tal vez- vacila un poco antes de hablar- no tengo nada que me ate a este mundo, todo lo mío esta en otro.

Y sin pensarlo una fina sonrisa aparece en mi rostro.

-¿De qué sonríe profesor?

-Yo también pronuncie exactamente lo mismo hace quince años, justo aquí- señalo la reprisa.

-¿Intentó liberarse de todo?

Bonita manera de describir el suicidio.

-Se podría decir que si.

-¿Cuáles fueron sus motivos?

-Mi propia vida- levanto la vista al cielo- no soportaba la realidad que me rodeaba, tanta muerte, oscuridad y maldad no son buenos si se mezclan. Hacerme mortífago a sido la idiotez más grande que he hecho en mi vida.

-Cuénteme su vida señor- pide el chico.

Y así lo hago. Empiezo ha hablar de cosas que me han marcado profundamente desde mi maldita niñez, cosas que ni a Albus, mi único y mejor amigo, le he contado, cosas...que creí olvidadas.

Hablo y hablo y hablo con la total atención del chico y, tras alguna hora, me callo.

-Cuénteme su vida Potter- pido ahora yo.

Ahora es él quien cuenta sin ser interrumpido.

Una leve franja roja aparece tras las montañas anunciando un nuevo día. Y es allí cuando deja de hablar. Yo solo observo su perfil.

-Harry- se gira al oír su nombre y no su apellido- ¿por qué te he contado todo esto?

-Por lo mismo que me ha hecho hacerlo a mí.

Se a que se refiere, a la necesidad de ser escuchado por un igual.

-Debo irme- se levanta ya en suelo firme- necesito descansar un poco.

-Vaya Potter- yo también me levanto comprobando que son las cinco de la mañana, mi turno a terminado hace tiempo.

-Señor- se gira en la puerta para mirarme y una leve sonrisa aparece en su rostro- necesitaba esa charla pero...- su sonrisa se hace más sincera- no iba a tirarme al vacío, gracias por todo.

Se marcha y es mi turno de sonreír al pensar en la extraña pero gratificante noche que hemos pasado y al saber que aún conserva toda la cordura.

Me marcho a las mazmorras a ver si puedo dormir unas horas.

**************************************************************************** **************************************************************************** **********************************NTS- he vuelto con otro capí después de medio siglo pero cm dije no tengo mucho material ni mucho tiempo pero bueno son 13 hojas, algo es algo, espero poder actualizar antes del jueves porq si no es así no subiré nada hasta dos semanas mínimo porq m voy de vacas jejeje. Bueno muchos os habéis quedado cabreados cn la ignorancia de part d ron y herm, solo diré q uno d ellos pronto se dará cuenta quien es realmente su amigo y le contará un gran secreto. ¿Quién será? Responderé los mensajes en el próximo capítulo, no tengo mucho tiempo, besos.