La vida contigo
Capítulo 7: El Templo del Agua
Habíamos pasado la mañana completa y no pudimos superar ni una décima parte de la costa, debíamos buscar en todas partes, cualquier indicio recoveco o rincón, para la una del mediodía les indique que se quedaran en una plaza mientras Legolas y yo íbamos hasta mi colegio para buscar a las chicas, y hablar con la directora.
Al llegar al colegio la portera nos abrió sonriente y preguntó por mi salud, después de asegurarle que estaba perfectamente pasé por dirección para hablar con la Hermana, me sentía con la obligación moral de ponerla al tanto de lo sucedido, pero no sabía hasta que punto me llegaría a tolerar, aunque siendo ella la que dijo que podía ser una profeta... tal vez no le pareciera nada extraño saber que soy un alma élfica en un cuerpo humano.
El caso es que cuando llegue a la puerta de dirección las otras alumnas que estaban afuera me miraban maravilladas, cambié esa molesta sensación por otra aun mas fea cuando me di cuenta que al que miraban era a Legolas. Desee matarlas una por una pero eso no venía al caso, con todo lo que estaba sucediendo y me sentí mal por tener pensamientos tan egoístas y fuera de lugar, pero lo que sucedió en ese instante fue lo que mas me descoloco. Legolas me abrazó por detrás, apoyo su cabeza sobre la mía y susurro a mi oído, incomodo por las miradas de las chicas
"Si me siguen mirando así voy a terminar en cama de tanto correr para que no me alcancen"- se burlo- "prefiero que crean que estamos comprometidos"- una señal de alarma sonó en mi cabeza, intentando que mis estúpidas mejillas se pusieran del color de un tanque de bomberos, lo mire intentando reírme de su broma concluyendo
"La gente no se compromete, está de novia"
"Bueno, entonces que así sea, si decimos eso va a ser mas facil explicar porque estamos todo el día juntos"- respondió con una sonrisa pícara en sus ojos, no sabía a donde llegaría todo aquello, pero era verdad que eso nos solucionaría varios problemas...
"Cuando tenes razón..."- me abrazó con fuerza, mientras sentía que me desmayaba, si seguía haciendo eso podía llegar a creerlo...
La puerta de la Dirección se abrió de golpe y la Hermana me miro sorprendida, al ver a Legolas nos hizo un gesto para que pasemos y le pidió a las otras chicas que volvieran mas tarde. No fue necesario mentirle, pudo sentir la luz de Legolas desde el primer momento, y este le narro lo ocurrido, y el estado de la situación en este momento, al acabar nos dio un pequeño relicario con agua bendita dentro, para que me protegiera del mal.
El timbre estaba pronto a sonar y le dije a Legolas que me esperara afuera mientras yo iba a mi salón a buscar a las chicas para organizar lo de la tarde. Al entrar a la clase, la profesora se desarmó en preocupaciones por mi estado de salud, y yo la calme diciéndole que tenía simplemente estrés y me habían dado unos días de descanso y reposo, nada de preocupaciones... Esas eran de las que me sobraban, pero el timbre sonó y el malón de chicas se agolpó en la puerta, mis amigas se acercaron y Campe me dio las fundas, bajamos discutiendo a que hora nos encontraríamos en la famosa placita para seguir buscando el dichoso templo...
Al cruzar la puerta no pude creer lo que veían mis ojos, Legolas estaba rodado por 8 o 9 chicas que le conversaban y reían con él, varias de ellas compañeras mías que lo veían atontadas, sentí una patada en el estomago cuando lo vi, realmente estaba celosa, por Dios, no podía ser eso...
Me acerqué con las chicas y me paré a su lado, al notarlo e intentando sacar esa multitud a su alrededor me abrazo con fuerza y me dio un sonoro beso en la mejilla, mientras terminaba diciendo
"Amor, te extrañe demasiado, no te separes nunca de m"- lo miré incrédula ante tal descaro y le seguí el juego
"Pues no se te nota, se te ve bien acompañado"- la prole que nos rodeaba nos miraba recelosa, había que admitir que en un colegio al que solo van mujeres una presencia como Legolas se hacia notar y mucho. Subimos al auto "discutiendo" sobre las chicas que lo coqueteaban, y no pudimos dejar de reír apenas arrancamos de lo crédulas que habían sido y sus caras de espanto al oír que Legolas me llamaba amor...
Corrimos hasta la plaza, luego de pasar por la pizzería, almorzamos tranquilos mientras ellos discutían acerca del sabor de esa nueva comida, lo impactante de la ciudad, con sus edificios y tráfico; cuando las chicas llegaron estábamos levantando las cajas para llevarlas al cesto. La Comunidad las saludo sonriente y ellas respondieron igual.
Decidimos dividirnos, Aragorn, Gandalf, Sam y Frodo irían con ellas en la camioneta a revisar los clubes náuticos, mientras Legolas, Gimly, Merry, Pippin y yo nos decidíamos por la rambla. Si ellas encontraban algo me llamarían, como le explique a los chicos, para algo existía el teléfono celular...
El paseo por la rambla era uno de mis favoritos, esa tarde en especial el sol brillaba con suavidad, atenuado por una brisa fresca, estaba atestado de parejas tomadas de la mano y me dio mucha nostalgia trayendo a mi mente bellos recuerdos; Legolas me saco de ellos cuando me mostró a Pippin intentando robar unos helados al vendedor, no tarde en levantarlo del suelo por el escote de su remera ante la risa de mis amigos, es que Tolkien se quedo corto, Pip era una maquina de travesuras, en el día ya había roto tres vidrios, un florero "jugando a la pelota" y estuvo a punto de desbarrancarse...
"Ya pareces niñera" – se burló Gimly
"Bueno, al menos será una buena madre"- continuó Legolas
"Si claro, a ver si ustedes dos me ayudan con este pequeño travieso- me queje- no que venían a ayudarme"- Legolas y Gimly bajaron la cabeza mientras Merry murmuraba bajito un reproche a Pippin, esos chicos eran demasiado responsables. Me lancé sobre ellos en un abrazo enorme enterrando mi cabeza entre las suyas estaban totalmente mareados cuando me separe de ellos y los mire sonriendo- "crédulos"- murmure mientras Gimly, Merry y Pippin comenzaban a perseguirme.
Mientras corría con todas mis fuerzas escapando del castigo de mis amigos pude verla, la tienda náutica estaba ahí como siempre, pero totalmente distinta, sus colores parecían mas brillantes y la construcción mas hermosa, armonizada, me detuve por completo, y sentí como Gimly intentaba tumbarme, lo ignoré por completo, me miro extrañado y poso su vista en "la casa del marinero" me dirigí hacia allí sin dudarlo, Daniel, el dueño me recibió con su habitual sonrisa.
Nos conocíamos desde hace un tiempo cuando "un amigo" y yo paseábamos por la rambla todos los días antes de sacar nuestro kayak y pasear por el río. "Tengo justo lo que estas buscando"- era su saludo cada vez que me veía atravesar la puerta "
Te escucho"- respondía yo mientras él me explicaba las novedades que habían llegado y tomaba mi pedido. Esa tarde fue igual, atravesé la puerta seguida de Legolas y los demás, y una sonrisa complice se dibujo en su rostro.
"Tengo justo lo que estas buscando, hace tiempo esperaba que vinieras a buscarlo"- lo mire sorprendida mientras nos hacía señas de pasar a la habitación detrás del mostrador. Una vez allí nos señaló una puerta empotrada en una fuerte pared de piedra, que yo supuse era del acantilado.- "la piedra de las aguas te espera ahí, pero antes tenes que pasar una prueba, no te preocupes, estoy seguro que no será nada grave"- me calmó, lo mire extrañada, cuantas veces ese hombre me había visto antes, desde la primera vez él supo que ese momento llegaría, y se dedico a esperar, pacientemente mi llegada, cuidando la piedra hasta que pudiera reclamarla; mil preguntas vinieron a mi mente pero Daniel me explico por iniciativa propia.
"Cuando las Eithelfëas llegaron a este mundo estaban contaminadas, debían ser purificadas con el sacrificio de cinco hombres de corazón puro que se ofrecieran voluntariamente a ello, mi padre fue uno de esos cinco, y yo no tenía mas que tu edad cuando se me encomendó guardar a Eithelnen, la fuente de agua"- lo mire totalmente convencida de que lo que él mas deseaba en ese momento era que todo terminara, para poder llevar una vida normal, para mi sorpresa continuo- "yo le jure lealtad a los Valar, como ahora lo hago contigo, estaré a tu servicio siempre que lo necesites"
Lo abracé con fuerza y en silencio abrí la puerta, solo vi el primer peldaño de lo que fue una larga escalera como Bilbo había dicho, el primero era un paso peligroso, yo no sabría a donde me llevarían mis pies, descendí despacio unos cuantos escalones cuando una antorcha apareció a mi vista, seguida a varios metros por otra, después de inacabables minutos de descenso mis amigos y yo no encontramos en una cueva abovedada, que según Gimly solo podía ser producida por el agua en sus antiguas crecidas, mirábamos maravillados las fantásticas formas en las que el agua había tallado la piedra, cuando la oscuridad volvió a tomar mi campo de visión, pero esta vez no sentí ni miedo, ni dolor, ni angustia, sino una tranquilidad , y un perfume de flores invadía mis pulmones dejando una sensación dulce, relajándome. Una voz femenina, saltarina y alegre me preguntó:
"¿Luinil eres tú????"- asentí con la cabeza sorprendida- "niña por Dios si que estas grande, como pasa el tiempo...-apareció frente a mí una extraña mujer con los cabellos verdosos y me tomo de la mano, mientras me sentó frente a ella en la pequeña mesa que había aparecido en esa extraña estancia donde solo estábamos nosotras dos, su piel era clara, casi transparente, y vestía una amplia tunica de color azul profundo, me miró con sus ojos turquesas con una belleza arrebatadora
"Quien es usted????"- pregunté sorprendida "Soy Nerea, una ondina, los seres elementales del agua y soy la guardiana de Eithelnen- me explicó- es bueno ver que creciste, te transformaste en una joven muy hermosa y valiente, lo veo en tus ojos, pero eso no importa, vos viniste por la joya, y aquí esta"- dijo entregándome una pulida piedra de color turquesa. Sentí su poder en el momento en que rozó apenas mis dedos y la puse en su lugar en el brazalete Nerea me miro divertida y explicó "
Esa piedra tiene no solo el poder del elmento agua, sino que te dio los recuerdos que ya tenias en tu interior sobre el poder utilizar tu magia sobre el agua, pero para eso- dijo mientras aparecía en su mano un extraño báculo y me lo entregaba- este cetro te va a servir para manejar tu magia, en cada refugio te será dada un arma que fue creada especialmente para vos y te ayudará a concentrar tu energía en ese elemento"- me abrazó con fuerza mientras yo sentía que todo giraba a mi alrededor...
Estaba parada en el centro de la cueva mirando fijamente la pared, mis compañeros buscaban la piedra por todos lo recovecos posibles, Merry tomo mi mano preguntando si esta bien, a lo que volviendo totalmente a la realidad respondí "estoy muy bien- y enseñando el brazalete y el báculo continué- ya tengo la piedra
Espero que este capitulo les guste y me dejen sus lindos reviews
Eresse: me alegra que te guste el capi nuevo, la historia de "Leggy" fui una inspiracion del momento.xP
Cabdy Bloom: que puedo decir a tantos alagos Gracias!!!, en verdad Leggy es muy tierno y va a seguir siendolo
