La vida contigo

Capítulo 12: La ermita del aire.

El cielo amaneció rojo, del color de la sangre fresca, recién derramada. "No augura nada bueno"- comentó Legolas a mi lado abrazándome, era muy temprano y nuestros compañeros seguían dormidos, al parecer ya estaba surgiendo en mí ese don élfico de necesitar poco descanso.

Estábamos sentados en el techo de la casa observando el amanecer, cubiertos con unas colchas para protegernos del rocío de la mañana, me acurruqué en sus brazos buscando un refugio para mis miedos y preocupaciones que no dejaban de crecer.

"Siento que voy a explotar"- comenté, solo tenía 18 años y era demasiado joven para hacerme cargo del destino de la humanidad, pero ahí estaba, rodeada por los brazos de un elfo, rogando por un poco de tiempo para cumplir mi misión

"Lo mejor va a ser que despertemos a los demás, no podemos permitirnos el perder más tiempo"- lo mire resignada, por muy romántico que fuera aquello debía terminar, lo bese antes de que bajara a despertar al resto y me dejara sola ante la inmensidad del sangriento amanecer, cuando la oscuridad decidió volver a atacarme.

Ya no tenía miedo, sabía que era lo que pasaba, cual era mi lugar y el suyo, y sabía que por mucho que nos pisara los talones la ventaja, todavía era nuestra.

"que es lo que queres??"- pregunté asqueada de todo aquello, no permitiría que doblegara mi voluntad

"Estrella azul, has perdido la oportunidad de unirte a mí y reinar en este mundo corrupto, para que sigues luchando si sabes que este lugar está perdido?"- dijo la voz fría intentando seducirme

"Prefiero morir peleando a unirme a ti, no voy a permitir que lo bueno de este mundo se pierda, porque todavía quedan esperanzas" – la negrura desapareció, cuando bajé y le conté a los demás lo ocurrido me miraron extrañados, Gandalf puso sus manos en mis hombros y declaró:

"Te estas volviendo muy fuerte joven Luinil, esperemos que llegado el momento puedas sacar toda esa fuerza en el campo de batalla"- sentí mis mejillas arder para la risa de todos mis amigos, me maldije por dentro por ser tan fácil de predecir.

Después de un rápido desayuno salimos a toda velocidad amontonados en el auto, rogando no cruzarnos con ningún policía de transito. Al parecer todo seguía normal, nadie parecía notar ahora el olor putrefacto que comenzaba a colmar la ciudad, ni las diminutas arañas que parecían ocupar cada recoveco.

"Esto va a ser imposible"- se quejó Gimly-"esta ciudad es muy grande ¿cuantos miles de habitantes tiene?"- me reí ante el comentario y luego expliqu

"No tiene miles, tiene millones"- comente riendo ante la clara incredulidad de mis amigos. Medité lo que había dicho el enano- "¿y si la piedra esta en el campo?"- pregunté a Gandalf dudosa. Este asintió por lo que no dude en dirigir el auto a la zona rural que rodeaba el conglomerado metropolitano en el que vivía.

Como en casi todos los casos, al menos en mi país, lo único que se podía ver en esa zona eran cultivos de maíz, trigo y soja, grandes estancias y ganado vacuno por doquier.

Todos se quedaron helados al ver al gigantesco monstruo metálico de color rojo, yo sabía lo sociable y amable que solía ser la gente de campo y no dude en hacer señas al conductor del tractor para que nos ayudara. El moreno joven apagó la máquina y nos alcanzó en los lindes del terreno

"Qué desean?"- preguntó con una voz dulce y suave, era bastante mas alto que yo, (lo que no quiere decir mucho) y con la piel curtida por el trabajo en el campo

"Estamos buscando cuevas"- comentó Gimly, yo quería ahorcarlo despacio, lo único que nos faltaba era que nos tomaran por contrabandistas o prófugos.

"Somos un equipo de geología de la universidad"- expliqué, (ya era una licenciada en mentiras) con la cara mas dulce e inocente que pude- "y estamos haciendo una investigación respecto a grietas en el sector de la ciudad y aledaños, lo mas común es verlo en forma de cuevas"- comenté agradeciendo a Dios esas aburridas clases de geología que habían dado en la escuela.

El joven sonrió burlón y nos señaló una lejana meseta en la que al parecer había una cueva. "Nadie conoce la entrada- nos explicó- en realidad nadie crea que exista, los mas ancianos dicen que recuerdan que allí había una cueva, pero los espíritus del viento la sellaron hasta que su elegido llegara, es una leyenda, pero pasan cosas raras en ese lugar, se ven cosas extrañas a lo lejos, se oyen voces cantantes y las personas que se han aventurado por esos parajes pierden su voz, y jamás puede transmitir lo que vio, lo que a mí me parece mas extraño- continuó- siendo que no creo en esas cosas, es que la hierba nunca crece en ese lugar, siempre esta corta y de un verde brillante que ni el mejor jardinero podría conseguir"- nos miramos sonrientes, ese era el tipo de lugares en los que podíamos encontrar a Eithelgwelw, la joya del aire.

Le agradecimos al joven la información y nos montamos en el auto, que salió disparado a toda velocidad por el angosto camino de tierra, pero llegamos escuchar el grito de nuestro informante "Cuídense, es un lugar extraño"

Ya había pasado el mediodía cuando llegamos, si bien quedaba algo lejos nos habíamos perdido en los numerosos caminos rurales. Merry y Pippin parecían a punto de comerse el auto, es que esos dos no aprenderían mas???Por suerte había previsto esa situación y llevaba una buena ración de sandwichs para todos.

Después de comer tirados en la hierba nos decidimos a buscar la entrada a, como habíamos decidido llamarla, la ermita del aire. Llevábamos un rato buscando cuando Aragorn dio la voz de alarma, en la curvada meseta había una gran roca, tapada a lo largo de los años por la hierba y perfectamente disimulada, después de esfuerzos sobrehumanos por parte de mis amigos la piedra no se había movido ni un centímetro.

"Puedo intentarlo??"- se me ocurrió preguntar "

Si un enano, un hombre, un elfo y un mago no pudieron hacerlo, como vas a hacerlo vos niña??"- quiso saber Gimly con tono burlón

"Con la cabeza, señor enano, con la cabeza"

"Esta bien que seas terca- se burlo- pero no creo que tu cabeza sea tan dura"- lo mire furiosa, ahora vería ese enano, lo que una chica con inteligencia podía hacer; le arrebate a Gandalf la vara de sus manos y la puse justo en la unión, comencé a ejercer peso sobre la vara, pensando que mejor que funcionara para poder demostrarle a Gimly que la fuerza no era todo.

La piedra comenzó a moverse, y una vez que ya estaba afuera Aragorn y Legolas la terminaron de quitar rodándola. Todos me miraban sorprendidos mientras devolvía la vara a Gandalf y decía

"Con una palanca"-dije a Gimly mientras le daba una pequeña e inofensiva patada en la pierna

"Eso si que no!!" – se quejo el enano mientras comenzaba a perseguirme por toda la meseta en una de nuestros tantos juegos; apenas había comenzado a correr cuando los brazos de Legolas me detuvieron en un abrazo fuerte y seguro, era su forma de decirme que no era momento de jugar y lo comprendí de inmediato, cuando el enano llego a nuestro lado supo por la mirada del elfo que convenía dejar los juegos para después. Atravesamos la entrada abrazados, detrás de todos nuestros amigos

"Ya entendí- murmuré en un tono tan bajo que solamente él pudo escuchar- no es momento para bromas, no es necesario que me lleves sujeta como a un perrito"- su voz llego solo a mis oídos, con ese tono burlón que lo caracterizaba en estos casos

"Y quien dijo algo, yo solamente buscaba una excusa para abrazarte allá afuera"- lo mire riendo, en lo que a nuestra relación refiriera siempre salía con una reacción de ese estilo, que una nunca podría imaginar en lo narrado por Tolkien, obviamente yo lo prefería.

"Esta es tierra antigua"- exclamó Gimly en el recinto de piedra, era asombrosamente hermoso, al parecer el viento había ido esculpiendo ese lugar antes que fuera sellado, extrañas formas tenían las columnas que daban soporte al techo, las ya familiares antorchas se sostenían en cada pilar, cuando una mujer de unos 70 años apareció frente a nosotros

"Bienvenidos sean, viajeros- saludó con voz dulce y armónica- es bueno ver que después de tantos años nuestra dama Luinil halla llegado por lo que le pertenece"

"Es usted la guardiana de Eithelgwelw???"- quiso saber Pippin

"Así es- dijo la mujer con un deje de melancolía- mi esposo fue quien purificó la piedra y yo la protejo desde entonces"

"Hasta que punto son reales las cosas que se dicen de este lugar??"- preguntó Gandalf quien había quedado sorprendido por los relatos que había oído

"Los silfos son guardianes celosos- comentó entre risas- pueden ser los mayores portadores de dones, pero si están furiosos se transforman en seres hostiles y hasta peligrosos, aunque no son fáciles de enfurecer"

"Parece conocerlos mucho"- asegur

"Ellos se transformaron en mi familia cuando mi esposo murió y tuve que dejar a mis hijos por cuidar a Eithelgwelw"- la miré incrédula, al parecer yo todavía no terminaba de entender la importancia de esas piedras porque no podía aceptar un sacrificio como ese, el perderlo todo, una familia, hasta el morir por una simple gripe que no fue atendida solo por no develar el secreto de las joyas me parecía algo horroroso. -"Tienes mi lealtad Señora,- me dijo inclinándose ante mí- pero si me permite el atrevimiento le rogaría me permitiera regresar con mi familia, ahora que mi labor aquí a terminado"- todavía no terminaba de creer que esa mujer estuviera dispuesta a seguir mis ordenes si yo le decía que se quede, por más deseosa que estuviera de reunirse con su familia

"Disfruta del tiempo que queda- le aseguré- ve con tu familia, y se feliz por todos los años que viviste en lealtad a los Valar"- la mujer nos sonrió agradecida y salió de la cueva hacia aquellos que había abandonado tanto tiempo atrás.

Mis amigos permanecían en silencio, sentí la mano de Legolas apretando la mía en señal de aprobación, cuando un viento huracanado llenó el lugar y una voz profunda y fuerte, como las correntadas de las tormentas nos pregunt

"Sabéis que este lugar está prohibido????"- yo levanté una ceja en señal de escepticismo, hablando sin saber muy bien a quien.

"Venimos por la joya"- la voz pareció furiosa, y sentí como mi mano buscaba refugio en la de Legolas.

"Eithelgwelw solo pertenece a una dama y salvo que ella en persona aparezca frente a mí nadie la tendr

"Y donde esta tu frente para que pueda mostrarme??"- pregunté en tono burlón, un extraño joven se materializó frente a nosotros, parecía formado de luz y aire, translúcido y radiante, su voz, ahora mas calmada era aun fuerte y dura.

"Eres atrevida jovencita"- dijo con una sonrisa en los labios- atrevida y valiente, solo por eso ya mereces honores"- Merry se rió bastante de este comentario por lo que mereció un largo discurso de Gandalf respecto al respeto por los elementales, fue realmente gracioso

Señalé el brazalete con las demás joyas y el silfo pareció no terminar de entender del todo. "

Pero si eras solo una niña...- anunció sorprendido- los años han pasado rápido, joven Luinil, yo te imaginaba aún jugando con tus muñecas"

"No es que este muy grande ahora"- murmuró Aragorn en voz casi inaudible

"No, es que ustedes están muy viejos"- dije riendo, mientras se ponía del color de un tomate al notar que lo había oído- "y si te refieres a lo petisita que estoy, ya no puedo hacer nada"- concluí colgándome de su cuello para darle un gran beso en la mejilla ante lo que se puso todavía mas colorado, si es que eso era posible.

Los demás reían descostillados, incluso Legolas, pues sabía el cariño que le tenía a todos en la comunidad. El silfo no se quedo atrás y rió con ganas del pobrecito rey de Gondor, y dijo con su voz poderosa.

"Es bueno ver que cuentas con buenos amigos y guardianes, dama Luinil, no dudo entonces de entregarte a Eithelgwelw, fuente del aire"- dijo mientras la joya de color blanco aparecía milagrosamente en uno de los engarces de mi brazalete- "y te entrego también, un arma que esta unida a este elemento, y te permitirá defenderte"- un arco y un carcaj repleto de flechas aparecieron en mis manos.

Sonreí, al menos ya tenía maestro

Otro capi mas y vamos en descuento... Es que se acerca el final y yo me encariñé mucho con esta historia... snif, snif. Es pero que les haya gustado, y me dejen sus lindos reviews

Hada: siempre hay una maniaca de la limpieza en la familia, pero nunca de la cocina, por eso me parecio graciosa la idea, en cuanto a Legolas, es un sol, y la accion esperala un poquito más (no mucho)

Eresse:Como dije antes un método divertido en contra del estres, me alegra que te haya gustado el capi y espero que este tambien lo haga

Candy Bloom: Realmente Leggy es un solcito, lo de la apuesta está basado en un caso real, sobre el noviazgo de mi mejor amiga, y me pareció divertido rememorarlo acá. En cuanto a el no aceptar reviews de no registrados, estaba así la opcion y no me había dado cuenta, pero ya la cambie para que cualquiera pueda dejar sus mensajes