LA MALDAD Y LA SOLEDAD TIENEN UNA RAZON
EL RELATO DE DOKHO
Dokho miro el cielo con más profundidad, sabía que era su turno de seguir el relato, sus ojos fueron cubiertos por la sombra del pasado, los otros le miraron, preguntándose como seria su historia...
- bueno, es mi turno y comenzare sin tantos rodeos
- ¡ESO ANCIANO MAESTRO, SE VALIENTE! –grito Afrodita
- tu deja de beber, que no terminaras el relato, no estas acostumbrado a beber tanto –dice MM
- pues a mi no me afecta, yo soy bueno en eso –presume Kanon ya recuperado
- yo igual –contesta MM
- niños, niños yo les gano en experiencia –termina Dokho
- ya comienza –dice MM mientras le aleja a Alex la botella
- tenia ocho años, cuando yo entrenaba en el santuario y conocí a Shion... estaba jugando en las ruinas del santuario, Shion y yo escapábamos de nuestros maestros, por ello llegamos a los limites altos del santuario donde al bajar el barranquillo el bosque empieza y otros templos se encuentran; estábamos en una de nuestras habituales discusiones de hacia donde debíamos seguir... el deseaba volver, y yo explorar mas, como cualquier niño comenzamos a paliar y la consecuencia fue mi caída desde el templo al bosque, pero tenia un excelente maestro y buenos reflejos, pero logre sujetarme de las ramas de los árboles al llegar al bosque que no era un gran altura... aun así caí desmayado lejos de mi templo en terrenos de otro dios, creo Shion fue al templo a pedir ayuda. Perdí la conciencia, pero en la lejanía escuchaba una suave voz que me decía que no muriera, solo sentí como era arrastrado un largo rato, y ya no supe mas... al despertar me encontré con los mas bellos ojos que pudieran existir, eran de color azul verde, su piel era tan blanca pálida que resaltaban sus labios rosados... su cabello blanquecino plateado; no era mayor que yo, solo contaba con seis años de edad y me pareció la criatura mas sublime del universo; ella toco mi frente y sonrío me dijo que no tenia fiebre pero si unos cuantos huesos rotos, lo cual era verdad, mi brazo me dolía a muerte al igual que mis costillas... entonces apareció una mujer de cabellera plateada muy parecida a la niña, las dos eran tan hermosas, que la misma diosa Afrodita siente celos... la dama se acerco a mi, ella vestían ropas griegas como las de la antigüedad, pero en la zonas de los santuarios era normal; recuerdo sentirme amenazado ya que me encontraba en un templo diferente, en el cual podrían matarme; la dama se acerco a mi, su nombre era Persefone, me dio algo de beber, puso su suave mano en mi frente para decirme que durmiera, yo no resistí mas y caí rendido. Pase dos semanas enteras en ese santuario y conocí a Persefone la sacerdotisa de este, a su hija menor mi adorada Tisifone y al esposo de la primera, padre de la segunda; ellos fueron de lo mas amables, la pequeña estaba con migo a sol y sombra, me encantaba su presencia, su padre era demasiado frío en apariencia pero era una persona amable, paciente que a pesar de ser un excelente guerrero no degustaba de las batallas, así que prefería usar su poder para ocultar el templo, de ahí la razón que no me encontrara nadie del santuario... me llevaron al santuario un vez recuperado, y los mayores hablaron con Atenea que aquí entre nos siempre fue el amor de Shion y ella le correspondía, pero jamás se atrevieron mas, no se arriesgaron
- idiota –mustio MM
- ¿aun amara a Saori? –pregunto Kanon
- no, no, no... esa mujer débil que tenemos por diosa no es la Atenea que yo conocí, mi diosa si era de armas tomar, era una guerrera, no le gustaba depender de los demás y dejar que sus amigos corrieran todos los peligros, no era muy mayor que nosotros, y a pesar de ser una diosa era nuestra mejor amiga, podías patearla, hacerle bromas, molestarla, jalarle el pelo y ella pacientemente... te amenazaba y correteaba por todo el santuario para darte tu merecido, era como nosotros, ni mas ni menos, no era difícil sacrificar tu vida por una amiga a la que querías, era mas fácil para nosotros que para ustedes que no tratan a su diosa... nosotros en esta era debemos arrodillarnos, hacer reverencias, en mi época, lo hacíamos cuando había visitas, en ese momento éramos los caballeros mas obedientes del universo y Atenea la diosa mas digna, una vez solos Atenea se unía a las fiestas, celebraciones y juegos, odiaba nos inclináramos ante ella, te pateaba si lo hacías, pero igual si enfermabas la tendrías llorando con amargura...
- si que es diferente a Atenea ya que ni los de bronce pueden golpearla, ni menos ella lucharía ella es... –dijo Kanon
- ...un tanto inútil? –termino MM
- pero ya sigue con el relato Dokho –molesto Kanon
- ... volví al santuario, y Tisifone me pidió volviera a visitarla, de hecho a eso fueron los padres de la pequeña, ella estaba sola, sus hermanas no la trataban muy bien, y en el corto tiempo que estuvimos juntos una gran amistad se formo, la verdad a pesar de mi edad yo adoraba a esa pequeña, sus sonrisas hacían que todo mi día fuera feliz... Atenea concedió el permiso de las visitas, ella solía ir al santuario de lunes a miércoles y yo a su templo de viernes a domingo, claro después de los entrenamientos con Angelos mi maestro... pero luego de tres años marche a las montañas con mi maestro, y no la volví a ver...
- ¿QUE AHÍ TERMINA TODO? –dice exaltado Alexander
- claro que no... volví al santuario cuando tenia diecisiete años, Angelos había muerto en una batalla, y yo seria el nuevo santo de libra, de hecho en esa batalla contra Poseidón murieron todos los dorados a pesar de que ganaron la batalla; semanas después de tomar posesión de la casa de libra, no resistí las ganas, quería verla, saber si me recordaba ya que todo el tiempo lejos nunca se aparto de mis pensamientos; marche hacia aquel templo donde estuve unas semanas, pero a mitad del camino, me encontré con un par de guerreras, vestían armaduras negras, a pesar de estar vestidas con ropajes de guerra eran sumamente hermosas y gemelas; ellas no me pidieron explicaciones, solo me atacaron a muerte, yo traía mi armadura, debo confesar que deseaba decirle a Tisifone que ya era un caballero... las damas me atacaron a muerte y eran muy rápidas, pero su ataque mas brutal fue cuando emitieron un canto que estaba por ensordecerme, pero algo las detuvo, yo ya me encontraba arrodillado tapándome los oídos, cuando escuche una dulce voz mencionando mi nombre, mire arriba y la encontré, tan bella con un vestido griego que realzaba su hermosa figura adolescente, se acerco a mi a pesar de las prohibiciones de las guerreras, me ayudo a inclinarme, tomo mi rostro entre sus manos, me miro a los ojos y sonrío ampliamente, repitió mi nombre innumerables veces antes de lanzarse a mi cuello abrazándome, las damas ajenas al momento se molestaron, pero entonces llego Persefone, quien sonrió al verme, seguía tan hermosa como lo recordaba, su figura no había sufrido alteración alguna a través del tiempo, esa noche me quede en el templo de Demeter, lo único que me pido Persefone fue quitarme la armadura cosa cual hicieron las mujeres que me atacaron que no eran nada mas ni nada menos que las hermanas de mi amada... por supuesto me sorprendí, en ellas se veía sin duda una frialdad y un ferocidad de la que carecían todos los miembros de su familia; cuando la cena termino hable con Tisifone de todo lo sucedido, pero me encontraba tan feliz, la tenia en mis brazos, ella me escuchaba mientras se posaba en mi pecho y mis manos rodeaban su estrecha cintura, la noche se hizo mas profunda, nosotros afuera del templo abrazados y las hermanas de ella espiándonos, lo irónico era que los padres si confiaban en mi y poco les aturdía mi presencia con su hija menor, cuando quedamos en silencio ella decidió romperlo, me miro a los ojos alejándose de mi cuerpo pero mis manos aun la tenían atrapada de la cintura, me pregunto que si recordaba la promesa que le hice antes de partir, le dije que si, entonces ella me pregunto con pena si la cumpliría... la mire profundamente y le conteste que si ella aun lo deseaba lo haría, fue cuando ella se separo de mis brazos se levanto, yo tras ella... me dio la espalda y mirando la luna, me dijo que sabia de mi regreso, me reclamo por que había dudado en buscarla, si ya no la amaba...
- espera, espera –interrumpió MM- ¿le dijiste que la amabas cuando eran niños?
- si así fue...
- ¿Cuál era la promesa? –dijo Kanon
- la promesa era que una vez que fuera el caballero de libra hablaríamos con sus padres para que me la dieran en matrimonio... al principio nadie creyó que lo cumpliríamos, pero estaba decidido, estaríamos juntos... antes de partir el propio Angelos que era como mi padre, hablo con los padres de Tisifone, ellos también aceptaron creyendo que era un juego, un capricho... Tisifone era demasiado solitaria, creo no lo mencione, pero en el templo había mas niñas, y sacerdotisas pero Persefone era la principal, ya que todas las sacerdotisas eran vírgenes y obviamente mi suegra no, su marido vivía ahí... el caso es que mi amada no convivía con mas personas aparte de sus padres, y yo, siquiera sus hermanas tenían el milagro de sus sonrisas; pero volveré a la discusión... le dije que temía no me reconociera o me hubiera olvidado, ella se giro llorosa, me dijo que jamás me había olvidado, que en todo ese tiempo solo pensó en mi, su llanto no paraba, ni sus reclamos, desde niñas solía hacer eso, y conocía bien la única forma de callarla, pero me pareció muy brutal ahora, no éramos niños para taparle la boca, pero así lo hice –lo miran acusatoria mente y el ríe con sarcasmo- tape su boca con mis labios, la sujete de la cintura firmemente la acerque a mi cuerpo, y la bese por primera vez... las hermanas salieran para que la soltara y armaron un escándalo al intentar matarme, pero en eso llego su padre. Su imponente presencia aplaco a las guerreras que le dijeron sus motivos, el me miro, con sus profundos y serenos ojos, cuales había heredado ella, el sonrió, y me pregunto si cumpliría la promesa hecha, yo conteste que así era... entonces el me dijo si era capas de amar a su hija mas allá de la eternidad, a lo que le conteste que ni la misma eternidad tendría comparación a mi amor, el sonrió, me dijo que si ella deseaba nos casaríamos... Tisifone sonrió y salto hacia su padre, le dio un beso en los labios, y el la estrecho en su cuerpo, se veía tan feliz, y que decir de mi, estaba que estallaba de felicidad por dentro, la amaba y al verla con esa felicidad que irradiaba todo, era como si el mundo se hubiera iluminado, pero eso no seria tan fácil, a pesar de las protestas de la familia las hermanas dijeron que no me permitirían desposar a su hermana si no las derrotaba, nadie interfirió, la lucha seria al amanecer... cuando el sol apareció en el horizonte, estábamos listos a la lucha, Persefone dijo que me protegería, y cortando un poco su mano puso sangre sobre la armadura de libra, me pidió que usara el casco, seria mas protección a las voces de las guerreras. La familia presencio mi encuentro y a duras penas logre vencer, ellas eran sumamente poderosas, y con mas experiencia al parecer; pero al final vencí y me quede con mi amada, estaba mal herido, y mi suegra me curo con plantas que prácticamente hicieron milagros. Entonces mi suegro me mando al templo para avisar a Atenea de la decisión; la diosa no tenia problemas con el templo vecino, y acepto que sucediera la boda... debo confesar que desde niños tenia la sospecha de que estaba con un ser superior, que mi adorada Tisifone no era normal, mi deseo tan brutal de protegerla no era común, aun así la boda prosiguió, y fue presenciada por todos mis compañeros dorados y mi diosa... la boda no fue como las normales de la época, el padre de ella la efectuó y consistió en un corte en mi brazo derecho, específicamente en la muñeca, a ella igual le sucedió, entonces unieron nuestras manos la sangre se mezclo, un vez así bebimos unas gotas en símbolo de nuestra unión; después de la boda debíamos permanecer dos semanas en el templo de Demeter antes de dejarme partir al santuario con mi mujer – el caballero quedo en silencio un momento muy largo-
- ¿Qué mas paso? –Dice Kanon- no te hagas tanto del rogar y suéltalo, sabemos que viene y deseamos saberlo
- lo que sude es que –bebe un poco
- ¿no me digas que la dejaste virgen? –dijo MM
- no... lo que sucedido es que no intimidamos desde el principio, yo no podía...
- ¿eras impotente? –dijo MM con cinismo
- ¡claro que no! –dijo exaltado Dokho- mis cuñaditas eran demasiado entrometidas, querían alejarme de ella, saber que las tenia cerca evitaba cualquier acercamiento a mi mujer, la amaba, y era mayor, sabia que debíamos consumar el matrimonio, pero ella era tan inocente, yo añoraba enseñarle el mundo... y creo debo confesar que perdí mi virginidad a los quince en China, pero jamás ame a nadie, nadie que no fuera ella, a pesar de la edad y la lejanía, su recuerdo era tan constante, único, no la olvidaba por mas que me dijera que posiblemente ella me habría olvidado...
- ¿Cuándo te la... bueno cuando lo hicieron? –pregunta Alexander
- fue un poco antes de partir al santuario, mis adoradas cuñadas se encargaron de explicarle como consumar nuestro matrimonio, pero como no lo habíamos hecho me metí en problemas con ella que me reclamo... tuve que usar al vieja técnica para hacerla callar, pero mis fuerzas se hacían nulas a las tentaciones, compartíamos la cama, la sentía e inocentemente se frotaba contra mi cuerpo para sentirme cerca, yo la deseaba como nada en el mundo, quería ser un solo ser con ella, convertirnos en uno y expresar con mi cuerpo cuanto la amaba; una mañana antes de la partida, me pido la acompañara a donde de pequeña se bañaba, de niños varias veces nos bañábamos juntos, jejeje, recuerdo una mención que hizo, me moleste esa vez con ella por que me cuestionaba de por que tenia el cuerpo diferente, y si algo se le metía no paraba hasta saberlo, me exigía saber que era, por que lo tenia, y por que el de su padre era diferente, ya imaginaran de que hablaba... pero prosigo, llegamos a donde una de nuestras pocas peleas se efectuó, yo mire con melancolía aquel lugar, cuando ella estaba desnuda, y adentro del agua, me pidió que la acompañara, cosa cual no me atreví, hasta que ella salio y camino hacia mi –tenia la mirada burlona de todos- su cuerpo era hermoso, muy joven, pero tan hermoso, sus pechos se movían al compás de su caminar y yo quedaba hipnotizado por sus curvas al fin de cuentas soy hombre como todos, la amaba, al deseaba, y ella tan hermosa, ya no resistía. Tisifone me desvistió, y tomando mi mano me llevo al agua, el río era profundo pero muy calmado en esa parte; yo solo miraba como nadaba en el río, cuando se acerco a mi, sus senos respingones se pegaron a mi pecho, y yo la abrace, me dijo que le hiciera el amor, pero cuando ella menciono esas palabras mi cuerpo ya no reaccionaba, besaba sus hombros con pasión, y mi mano se deslizo a su pecho lo masaje de forma circular, en tanto mi otra mano bajaba hacia sus caderas, ella beso mi cuello, y mis labios, pero no imaginaba que jugaría conmigo, de forma sutil tomo mi virilidad di un gemido, era delicioso el rocé de sus dedos, la bese apasionadamente, pero ella se soltó, rió y se hundió en el agua nadando, estaba jugando conmigo y yo ya estaba deseoso de tenerla, llenarla de besos y probarla, pero decidí seguir su juego, la perseguí, y la atrape, ella quedo dándome la espalda, sentí su firme trasero rozar con mis caderas y mi excitado miembro, ella se sonrojo al contacto, pero se quedo inmóvil cuando mis besos cubrieron su espalda, mis manos se deslizaron a sus pechos, pellizque sus pezones, mientras le decía al oído cuanto la amaba, ella tomo una de mis manos y junto a la suya la deslizo sobre su abdomen, hasta llegar a su intimidad, menciono tener una necesidad en esa parte de su cuerpo, que de una extraña forma le dolía pero lo disfrutaba, la gire hacia mi, y la bese como nunca, baje por su cuello mientras mis manos la elevaban, ella enrosco sus piernas en mi cintura, lamí sus senos, y la eleve un poco mas para seguir mi recorrido hasta mi abdomen. Ella me rogó saliéramos del agua y así se lo cumplí, una vez afuera nos tumbamos en el pasto, ella estaba sobre mi, la visión era tan hermosa, entonces me tomo del rostro, y me dijo que su madre le explico las cosas y si era una forma de expresar amor como su madre le dijo, deseaba estar conmigo; la abrase recostándola un momento, ella me sonrió y dijo que la dejara hacerme feliz, demostrarme cuanto me amaba; beso mis labios y bajo a mi pecho hasta mis caderas, tomo mi miembro con sus dedos y lo acaricio, no pude evitar gemir, me estaba torturando, cuando menos lo hubiera pensado ella se había sentado en mis caderas, gemía con intensidad, mi miembro dentro de ella, sabia que sufría por ello, la tome en mis brazos, la abrace con amor, cubriéndola ella sonrío se alejo de mi y comenzó su frenético movimiento, fue el momento mas placentero, creo que imaginan, lo placentero que fue ese momento para mi.
- ¿entonces, ella tomo el primer paso? –dijo Afrodita
- si me temo que si, no pude decir nada cuando ya estaba ante sus encantos, tal vez no les he dicho algunas cosas, creo que no creen en las coincidencias, pero estas sospechando algo Kanon ¿no es así? –miro al joven
- solo es por los nombres pero...
- pero nada, pronto me di cuenta que me enamore de un ser superior, era correspondido, como no imaginan, sin embargo... mejor sigo como era; después de ese magnifico encuentro, regrese al santuario, a ella no le importo, era feliz a mi lado, nos amábamos y disfrutábamos cada día que teníamos, no se como describir el pasado; pero luego algo quedo mal... ella se marcho antes de la guerra santa, un día desperté, y ella no se encontraba, la busque por todos lados, pero no había rastro de ella, me quede destrozado, la busque en el templo de Demeter pero nadie mas que las sacerdotisas se encontraban; la guerra santa llego y no pude hurí de mis obligaciones, así que me marche a la batalla.
- ¿la perdiste? –dijo MM
- no, en la batalle me enfrente a muchas guerreros, pero hubo uno en especial el cual parecía conocer todos mis movimientos; me fue sumamente difícil vencerle y al final simplemente mi arma atravesó su abdomen, y un grito desgarrador de una voz por mas conocida me perturbo, me quite el casco y solté mi arma, y corrí hacia esa persona, la tome en mis brazos, y quite su casco... era ella, la mire con pena, mi mujer atravesada por mi propia arma, ella solo acaricio mi rostro... era tan profunda, la armadura no hizo bien su trabajo, recuerdo que la cargue en mis brazos necesitaba, alejarla, tratar salvarla, saber si su padre era mi enemigo
- ¿a que te refieres? –dijo Afrodita
- Tisifone, era la hija de Persefone y Hades, nunca quise pensarlo, pero así paso, mis sospechas eran ciertas, era una diosa... cuando trataba de sacarla del campo de batalla fui detenido por unas personas sumamente conocidas; Alecto y Megara, quien completaban las tres Erinias. Las mujeres me lanzaron bolas de fuego seguidas por sus voces ensordecedoras, yo solo atine proteger a Tisifone, pero había un ataque, uno que es como la exclamación de Atenea, pero esta se llama "fin de la vida" y con un solo de sus ataques, tu vida terminaba, no me importaba morir en ese momento, solo importaba mi amada que agonizaba de muerte, yo había provocado su herida, que sangraba incesante... Kanon tu hermano termino con tu felicidad, MM tu familia te arrebato lo mas amado, pero yo, yo le quite la vida, mis manos estaban manchados con su sangre pura, lo que mas adoraba, lo mas importante para mi estaba muriendo –el rostro de Dokho muestra una calmada amargura- el ataque fue lanzado y yo sobreviví gracias a ella que en el ultimo momento ocupo mi lugar de escudo... aun recuerdo su cuerpo caer en mis brazos, sus ojos centellaron el ultimo segundo de vida, su brillo se perdió, pero en sus labios ensangrentados, las ultimas palabras fueron dichas "debes derrotarlo, es tu deber... Dokho, te amo"... ... el último suspiro fue dado, sus ojos se cerraron, y yo grite, en acto simultáneo la batalla ceso, todos miraron hacia mí, mis compañeros, mis enemigos. Yo no reaccionaba, podrían haberme matado y no hubiera paliado... solo abrase su cuerpo, y le dije en el oído que la amaba una y otra vez... estaba loco, enfadado con migo mismo, deseaba decirle que me perdonara; tome una de las dagas de la armadura y la acerque a mi cuello, di un empujón, pero la maldita no me perforo, mire a mi alrededor, y era la misma Persefone quien detuvo la daga, la mire con deseos de perdón, lo necesitaba, ella me sonrío, acaricio mi rostro, me dijo que ganara la batalla, que ella se marcharía a cuidarla, que Tisifone lo decidió, todo estaba bien, que la disculpara por irse yo intente arrebatarme la vida, entonces, me tomo la mano, me dijo que ella se molestaría, que todo estaba bien, ella no podía morir, al fin de cuentas era la princesa del hades, la mire con tristeza, pero ella se acerco a mi me abrazo, y dijo algo en mi oído... "ella te esperara, mas vale que te portes bien, te vigilaremos ¿entendiste?, te ama, te esperaremos, dijiste que la eternidad no acabaría con su amor", yo la abrase y llore aun sosteniendo el cuerpo de mi amada, cuando ella se levanto encontré a Hades, con delicadeza tomo el cuerpo de su hija, me miro calmado, nadie podía luchar, era un luto, la esposa de un dorado había muerto, y la hija de un dios había caído, el me dijo que me esperaría en el Hades para reunirme con su hija sin importar como terminara la guerra. Se alejaron, y ese día fue de luto; las Erinias dejaron la batalla junto con Persefone... como saben ganamos la batalla, pero quede inconforme, Hades era muy buen guerrero y sus espectros igual... aun así perdieron una batalla, mi suegro pudo matar a Atenea con facilidad, no importaba que fuerte fuera ella, Hades la hubiera matado... cosa que preguntare al morir, ya que a diferencia de ustedes yo tengo familia en el otro mundo...
- ¿estas muy seguro? –Dijo MM- a pesar de que participaste en la segunda guerra santa, ¿crees que te perdone?
- fue su ultimo deseo, me lo dijo la misma Persefone antes de que el sello se rompiera, mi deber era luchar, y por supuesto portarme bien, mi mujer tiene un carácter del demonio cuando quiere; mejor no me busco problemas con mi familia jejeje
- te vez calmado –dijo Afrodita sorprendido
- es verdad ¿Por qué? ¿A pesar de lo sucedido? –pregunto Kanon
- a diferencia de ustedes niños tengo 261 años, 245 para sanar las heridas, cada año era menos, cada año, la dejaba descansar mas... no les mentiré la amo cada día, pero ahora estoy resignado, tranquilo, esperanzado de volver a su lado; si nosotros los vivos no podemos dejar libres sus almas, no encontraran el descanso, y eso es lo ultimo que deseo para mi amada, estos años e recordado cada momento a su lado, esperando que los años venideros sean mejores, y si muero primero tengan por seguro que podre hacer algo...
- no digas eso –menciono MM- por que querré matarte
- te apoyo, anciano ¿si te matamos nos ayudaras o te enfadaras?
- um... no, la verdad no, esperare mi muerte, creo que podré ayudar con algo, seguir adelante, criar a otro niño como lo hice con Shiryu, ustedes deberían hacer lo mismo, quien sabe... Persefone es muy noble en 245 años aun me ha visitado hablándome de mi amada Tisifone quien aun me espera...
Los otros se miraron, sonrieron que más podían hacer en esos momentos, Dokho dio un gran trago y se tumbo en la arena, miro las estrellas, sonrió al tocar sus labios; Kanon miro el mar, mientras jugaba con su medallón, lo beso añorando viejos tiempos; Máximo se tiro en la arena cerrando sus ojos, solo deseaba olvidar el recuerdo de ver a su esposa e hija con el balazo en al cabeza que les arrebato la vida, tan solo pensaba en las palabras de Dokho, de hecho Kanon también lo hacia... ellos llegarían a sentirse mejor pero nunca completos, les recordarían pero no les retendrían en sus recuerdos, las amarían cada día mas, pero el amor no permitiría que otros ocuparan ese espacio, no habría mas que esas personas en sus corazones, y con el tiempo se resignarían como el anciano maestro la había hecho, esperando con ansias el momento de la muerte, donde se reunirían para toda la eternidad... El grupo acabo con el licor, dejando a un lado tristes recuerdos y hablaron de las estupideces cometidas por cada uno de ellos y sus compañeros, la velada seria inolvidable para los tres, y Alexander sabia que no debía preocuparse mas por su amigo, ahora tendría quien lo ayudara con esa labor.
EL RELATO DE DOKHO
Dokho miro el cielo con más profundidad, sabía que era su turno de seguir el relato, sus ojos fueron cubiertos por la sombra del pasado, los otros le miraron, preguntándose como seria su historia...
- bueno, es mi turno y comenzare sin tantos rodeos
- ¡ESO ANCIANO MAESTRO, SE VALIENTE! –grito Afrodita
- tu deja de beber, que no terminaras el relato, no estas acostumbrado a beber tanto –dice MM
- pues a mi no me afecta, yo soy bueno en eso –presume Kanon ya recuperado
- yo igual –contesta MM
- niños, niños yo les gano en experiencia –termina Dokho
- ya comienza –dice MM mientras le aleja a Alex la botella
- tenia ocho años, cuando yo entrenaba en el santuario y conocí a Shion... estaba jugando en las ruinas del santuario, Shion y yo escapábamos de nuestros maestros, por ello llegamos a los limites altos del santuario donde al bajar el barranquillo el bosque empieza y otros templos se encuentran; estábamos en una de nuestras habituales discusiones de hacia donde debíamos seguir... el deseaba volver, y yo explorar mas, como cualquier niño comenzamos a paliar y la consecuencia fue mi caída desde el templo al bosque, pero tenia un excelente maestro y buenos reflejos, pero logre sujetarme de las ramas de los árboles al llegar al bosque que no era un gran altura... aun así caí desmayado lejos de mi templo en terrenos de otro dios, creo Shion fue al templo a pedir ayuda. Perdí la conciencia, pero en la lejanía escuchaba una suave voz que me decía que no muriera, solo sentí como era arrastrado un largo rato, y ya no supe mas... al despertar me encontré con los mas bellos ojos que pudieran existir, eran de color azul verde, su piel era tan blanca pálida que resaltaban sus labios rosados... su cabello blanquecino plateado; no era mayor que yo, solo contaba con seis años de edad y me pareció la criatura mas sublime del universo; ella toco mi frente y sonrío me dijo que no tenia fiebre pero si unos cuantos huesos rotos, lo cual era verdad, mi brazo me dolía a muerte al igual que mis costillas... entonces apareció una mujer de cabellera plateada muy parecida a la niña, las dos eran tan hermosas, que la misma diosa Afrodita siente celos... la dama se acerco a mi, ella vestían ropas griegas como las de la antigüedad, pero en la zonas de los santuarios era normal; recuerdo sentirme amenazado ya que me encontraba en un templo diferente, en el cual podrían matarme; la dama se acerco a mi, su nombre era Persefone, me dio algo de beber, puso su suave mano en mi frente para decirme que durmiera, yo no resistí mas y caí rendido. Pase dos semanas enteras en ese santuario y conocí a Persefone la sacerdotisa de este, a su hija menor mi adorada Tisifone y al esposo de la primera, padre de la segunda; ellos fueron de lo mas amables, la pequeña estaba con migo a sol y sombra, me encantaba su presencia, su padre era demasiado frío en apariencia pero era una persona amable, paciente que a pesar de ser un excelente guerrero no degustaba de las batallas, así que prefería usar su poder para ocultar el templo, de ahí la razón que no me encontrara nadie del santuario... me llevaron al santuario un vez recuperado, y los mayores hablaron con Atenea que aquí entre nos siempre fue el amor de Shion y ella le correspondía, pero jamás se atrevieron mas, no se arriesgaron
- idiota –mustio MM
- ¿aun amara a Saori? –pregunto Kanon
- no, no, no... esa mujer débil que tenemos por diosa no es la Atenea que yo conocí, mi diosa si era de armas tomar, era una guerrera, no le gustaba depender de los demás y dejar que sus amigos corrieran todos los peligros, no era muy mayor que nosotros, y a pesar de ser una diosa era nuestra mejor amiga, podías patearla, hacerle bromas, molestarla, jalarle el pelo y ella pacientemente... te amenazaba y correteaba por todo el santuario para darte tu merecido, era como nosotros, ni mas ni menos, no era difícil sacrificar tu vida por una amiga a la que querías, era mas fácil para nosotros que para ustedes que no tratan a su diosa... nosotros en esta era debemos arrodillarnos, hacer reverencias, en mi época, lo hacíamos cuando había visitas, en ese momento éramos los caballeros mas obedientes del universo y Atenea la diosa mas digna, una vez solos Atenea se unía a las fiestas, celebraciones y juegos, odiaba nos inclináramos ante ella, te pateaba si lo hacías, pero igual si enfermabas la tendrías llorando con amargura...
- si que es diferente a Atenea ya que ni los de bronce pueden golpearla, ni menos ella lucharía ella es... –dijo Kanon
- ...un tanto inútil? –termino MM
- pero ya sigue con el relato Dokho –molesto Kanon
- ... volví al santuario, y Tisifone me pidió volviera a visitarla, de hecho a eso fueron los padres de la pequeña, ella estaba sola, sus hermanas no la trataban muy bien, y en el corto tiempo que estuvimos juntos una gran amistad se formo, la verdad a pesar de mi edad yo adoraba a esa pequeña, sus sonrisas hacían que todo mi día fuera feliz... Atenea concedió el permiso de las visitas, ella solía ir al santuario de lunes a miércoles y yo a su templo de viernes a domingo, claro después de los entrenamientos con Angelos mi maestro... pero luego de tres años marche a las montañas con mi maestro, y no la volví a ver...
- ¿QUE AHÍ TERMINA TODO? –dice exaltado Alexander
- claro que no... volví al santuario cuando tenia diecisiete años, Angelos había muerto en una batalla, y yo seria el nuevo santo de libra, de hecho en esa batalla contra Poseidón murieron todos los dorados a pesar de que ganaron la batalla; semanas después de tomar posesión de la casa de libra, no resistí las ganas, quería verla, saber si me recordaba ya que todo el tiempo lejos nunca se aparto de mis pensamientos; marche hacia aquel templo donde estuve unas semanas, pero a mitad del camino, me encontré con un par de guerreras, vestían armaduras negras, a pesar de estar vestidas con ropajes de guerra eran sumamente hermosas y gemelas; ellas no me pidieron explicaciones, solo me atacaron a muerte, yo traía mi armadura, debo confesar que deseaba decirle a Tisifone que ya era un caballero... las damas me atacaron a muerte y eran muy rápidas, pero su ataque mas brutal fue cuando emitieron un canto que estaba por ensordecerme, pero algo las detuvo, yo ya me encontraba arrodillado tapándome los oídos, cuando escuche una dulce voz mencionando mi nombre, mire arriba y la encontré, tan bella con un vestido griego que realzaba su hermosa figura adolescente, se acerco a mi a pesar de las prohibiciones de las guerreras, me ayudo a inclinarme, tomo mi rostro entre sus manos, me miro a los ojos y sonrío ampliamente, repitió mi nombre innumerables veces antes de lanzarse a mi cuello abrazándome, las damas ajenas al momento se molestaron, pero entonces llego Persefone, quien sonrió al verme, seguía tan hermosa como lo recordaba, su figura no había sufrido alteración alguna a través del tiempo, esa noche me quede en el templo de Demeter, lo único que me pido Persefone fue quitarme la armadura cosa cual hicieron las mujeres que me atacaron que no eran nada mas ni nada menos que las hermanas de mi amada... por supuesto me sorprendí, en ellas se veía sin duda una frialdad y un ferocidad de la que carecían todos los miembros de su familia; cuando la cena termino hable con Tisifone de todo lo sucedido, pero me encontraba tan feliz, la tenia en mis brazos, ella me escuchaba mientras se posaba en mi pecho y mis manos rodeaban su estrecha cintura, la noche se hizo mas profunda, nosotros afuera del templo abrazados y las hermanas de ella espiándonos, lo irónico era que los padres si confiaban en mi y poco les aturdía mi presencia con su hija menor, cuando quedamos en silencio ella decidió romperlo, me miro a los ojos alejándose de mi cuerpo pero mis manos aun la tenían atrapada de la cintura, me pregunto que si recordaba la promesa que le hice antes de partir, le dije que si, entonces ella me pregunto con pena si la cumpliría... la mire profundamente y le conteste que si ella aun lo deseaba lo haría, fue cuando ella se separo de mis brazos se levanto, yo tras ella... me dio la espalda y mirando la luna, me dijo que sabia de mi regreso, me reclamo por que había dudado en buscarla, si ya no la amaba...
- espera, espera –interrumpió MM- ¿le dijiste que la amabas cuando eran niños?
- si así fue...
- ¿Cuál era la promesa? –dijo Kanon
- la promesa era que una vez que fuera el caballero de libra hablaríamos con sus padres para que me la dieran en matrimonio... al principio nadie creyó que lo cumpliríamos, pero estaba decidido, estaríamos juntos... antes de partir el propio Angelos que era como mi padre, hablo con los padres de Tisifone, ellos también aceptaron creyendo que era un juego, un capricho... Tisifone era demasiado solitaria, creo no lo mencione, pero en el templo había mas niñas, y sacerdotisas pero Persefone era la principal, ya que todas las sacerdotisas eran vírgenes y obviamente mi suegra no, su marido vivía ahí... el caso es que mi amada no convivía con mas personas aparte de sus padres, y yo, siquiera sus hermanas tenían el milagro de sus sonrisas; pero volveré a la discusión... le dije que temía no me reconociera o me hubiera olvidado, ella se giro llorosa, me dijo que jamás me había olvidado, que en todo ese tiempo solo pensó en mi, su llanto no paraba, ni sus reclamos, desde niñas solía hacer eso, y conocía bien la única forma de callarla, pero me pareció muy brutal ahora, no éramos niños para taparle la boca, pero así lo hice –lo miran acusatoria mente y el ríe con sarcasmo- tape su boca con mis labios, la sujete de la cintura firmemente la acerque a mi cuerpo, y la bese por primera vez... las hermanas salieran para que la soltara y armaron un escándalo al intentar matarme, pero en eso llego su padre. Su imponente presencia aplaco a las guerreras que le dijeron sus motivos, el me miro, con sus profundos y serenos ojos, cuales había heredado ella, el sonrió, y me pregunto si cumpliría la promesa hecha, yo conteste que así era... entonces el me dijo si era capas de amar a su hija mas allá de la eternidad, a lo que le conteste que ni la misma eternidad tendría comparación a mi amor, el sonrió, me dijo que si ella deseaba nos casaríamos... Tisifone sonrió y salto hacia su padre, le dio un beso en los labios, y el la estrecho en su cuerpo, se veía tan feliz, y que decir de mi, estaba que estallaba de felicidad por dentro, la amaba y al verla con esa felicidad que irradiaba todo, era como si el mundo se hubiera iluminado, pero eso no seria tan fácil, a pesar de las protestas de la familia las hermanas dijeron que no me permitirían desposar a su hermana si no las derrotaba, nadie interfirió, la lucha seria al amanecer... cuando el sol apareció en el horizonte, estábamos listos a la lucha, Persefone dijo que me protegería, y cortando un poco su mano puso sangre sobre la armadura de libra, me pidió que usara el casco, seria mas protección a las voces de las guerreras. La familia presencio mi encuentro y a duras penas logre vencer, ellas eran sumamente poderosas, y con mas experiencia al parecer; pero al final vencí y me quede con mi amada, estaba mal herido, y mi suegra me curo con plantas que prácticamente hicieron milagros. Entonces mi suegro me mando al templo para avisar a Atenea de la decisión; la diosa no tenia problemas con el templo vecino, y acepto que sucediera la boda... debo confesar que desde niños tenia la sospecha de que estaba con un ser superior, que mi adorada Tisifone no era normal, mi deseo tan brutal de protegerla no era común, aun así la boda prosiguió, y fue presenciada por todos mis compañeros dorados y mi diosa... la boda no fue como las normales de la época, el padre de ella la efectuó y consistió en un corte en mi brazo derecho, específicamente en la muñeca, a ella igual le sucedió, entonces unieron nuestras manos la sangre se mezclo, un vez así bebimos unas gotas en símbolo de nuestra unión; después de la boda debíamos permanecer dos semanas en el templo de Demeter antes de dejarme partir al santuario con mi mujer – el caballero quedo en silencio un momento muy largo-
- ¿Qué mas paso? –Dice Kanon- no te hagas tanto del rogar y suéltalo, sabemos que viene y deseamos saberlo
- lo que sude es que –bebe un poco
- ¿no me digas que la dejaste virgen? –dijo MM
- no... lo que sucedido es que no intimidamos desde el principio, yo no podía...
- ¿eras impotente? –dijo MM con cinismo
- ¡claro que no! –dijo exaltado Dokho- mis cuñaditas eran demasiado entrometidas, querían alejarme de ella, saber que las tenia cerca evitaba cualquier acercamiento a mi mujer, la amaba, y era mayor, sabia que debíamos consumar el matrimonio, pero ella era tan inocente, yo añoraba enseñarle el mundo... y creo debo confesar que perdí mi virginidad a los quince en China, pero jamás ame a nadie, nadie que no fuera ella, a pesar de la edad y la lejanía, su recuerdo era tan constante, único, no la olvidaba por mas que me dijera que posiblemente ella me habría olvidado...
- ¿Cuándo te la... bueno cuando lo hicieron? –pregunta Alexander
- fue un poco antes de partir al santuario, mis adoradas cuñadas se encargaron de explicarle como consumar nuestro matrimonio, pero como no lo habíamos hecho me metí en problemas con ella que me reclamo... tuve que usar al vieja técnica para hacerla callar, pero mis fuerzas se hacían nulas a las tentaciones, compartíamos la cama, la sentía e inocentemente se frotaba contra mi cuerpo para sentirme cerca, yo la deseaba como nada en el mundo, quería ser un solo ser con ella, convertirnos en uno y expresar con mi cuerpo cuanto la amaba; una mañana antes de la partida, me pido la acompañara a donde de pequeña se bañaba, de niños varias veces nos bañábamos juntos, jejeje, recuerdo una mención que hizo, me moleste esa vez con ella por que me cuestionaba de por que tenia el cuerpo diferente, y si algo se le metía no paraba hasta saberlo, me exigía saber que era, por que lo tenia, y por que el de su padre era diferente, ya imaginaran de que hablaba... pero prosigo, llegamos a donde una de nuestras pocas peleas se efectuó, yo mire con melancolía aquel lugar, cuando ella estaba desnuda, y adentro del agua, me pidió que la acompañara, cosa cual no me atreví, hasta que ella salio y camino hacia mi –tenia la mirada burlona de todos- su cuerpo era hermoso, muy joven, pero tan hermoso, sus pechos se movían al compás de su caminar y yo quedaba hipnotizado por sus curvas al fin de cuentas soy hombre como todos, la amaba, al deseaba, y ella tan hermosa, ya no resistía. Tisifone me desvistió, y tomando mi mano me llevo al agua, el río era profundo pero muy calmado en esa parte; yo solo miraba como nadaba en el río, cuando se acerco a mi, sus senos respingones se pegaron a mi pecho, y yo la abrace, me dijo que le hiciera el amor, pero cuando ella menciono esas palabras mi cuerpo ya no reaccionaba, besaba sus hombros con pasión, y mi mano se deslizo a su pecho lo masaje de forma circular, en tanto mi otra mano bajaba hacia sus caderas, ella beso mi cuello, y mis labios, pero no imaginaba que jugaría conmigo, de forma sutil tomo mi virilidad di un gemido, era delicioso el rocé de sus dedos, la bese apasionadamente, pero ella se soltó, rió y se hundió en el agua nadando, estaba jugando conmigo y yo ya estaba deseoso de tenerla, llenarla de besos y probarla, pero decidí seguir su juego, la perseguí, y la atrape, ella quedo dándome la espalda, sentí su firme trasero rozar con mis caderas y mi excitado miembro, ella se sonrojo al contacto, pero se quedo inmóvil cuando mis besos cubrieron su espalda, mis manos se deslizaron a sus pechos, pellizque sus pezones, mientras le decía al oído cuanto la amaba, ella tomo una de mis manos y junto a la suya la deslizo sobre su abdomen, hasta llegar a su intimidad, menciono tener una necesidad en esa parte de su cuerpo, que de una extraña forma le dolía pero lo disfrutaba, la gire hacia mi, y la bese como nunca, baje por su cuello mientras mis manos la elevaban, ella enrosco sus piernas en mi cintura, lamí sus senos, y la eleve un poco mas para seguir mi recorrido hasta mi abdomen. Ella me rogó saliéramos del agua y así se lo cumplí, una vez afuera nos tumbamos en el pasto, ella estaba sobre mi, la visión era tan hermosa, entonces me tomo del rostro, y me dijo que su madre le explico las cosas y si era una forma de expresar amor como su madre le dijo, deseaba estar conmigo; la abrase recostándola un momento, ella me sonrió y dijo que la dejara hacerme feliz, demostrarme cuanto me amaba; beso mis labios y bajo a mi pecho hasta mis caderas, tomo mi miembro con sus dedos y lo acaricio, no pude evitar gemir, me estaba torturando, cuando menos lo hubiera pensado ella se había sentado en mis caderas, gemía con intensidad, mi miembro dentro de ella, sabia que sufría por ello, la tome en mis brazos, la abrace con amor, cubriéndola ella sonrío se alejo de mi y comenzó su frenético movimiento, fue el momento mas placentero, creo que imaginan, lo placentero que fue ese momento para mi.
- ¿entonces, ella tomo el primer paso? –dijo Afrodita
- si me temo que si, no pude decir nada cuando ya estaba ante sus encantos, tal vez no les he dicho algunas cosas, creo que no creen en las coincidencias, pero estas sospechando algo Kanon ¿no es así? –miro al joven
- solo es por los nombres pero...
- pero nada, pronto me di cuenta que me enamore de un ser superior, era correspondido, como no imaginan, sin embargo... mejor sigo como era; después de ese magnifico encuentro, regrese al santuario, a ella no le importo, era feliz a mi lado, nos amábamos y disfrutábamos cada día que teníamos, no se como describir el pasado; pero luego algo quedo mal... ella se marcho antes de la guerra santa, un día desperté, y ella no se encontraba, la busque por todos lados, pero no había rastro de ella, me quede destrozado, la busque en el templo de Demeter pero nadie mas que las sacerdotisas se encontraban; la guerra santa llego y no pude hurí de mis obligaciones, así que me marche a la batalla.
- ¿la perdiste? –dijo MM
- no, en la batalle me enfrente a muchas guerreros, pero hubo uno en especial el cual parecía conocer todos mis movimientos; me fue sumamente difícil vencerle y al final simplemente mi arma atravesó su abdomen, y un grito desgarrador de una voz por mas conocida me perturbo, me quite el casco y solté mi arma, y corrí hacia esa persona, la tome en mis brazos, y quite su casco... era ella, la mire con pena, mi mujer atravesada por mi propia arma, ella solo acaricio mi rostro... era tan profunda, la armadura no hizo bien su trabajo, recuerdo que la cargue en mis brazos necesitaba, alejarla, tratar salvarla, saber si su padre era mi enemigo
- ¿a que te refieres? –dijo Afrodita
- Tisifone, era la hija de Persefone y Hades, nunca quise pensarlo, pero así paso, mis sospechas eran ciertas, era una diosa... cuando trataba de sacarla del campo de batalla fui detenido por unas personas sumamente conocidas; Alecto y Megara, quien completaban las tres Erinias. Las mujeres me lanzaron bolas de fuego seguidas por sus voces ensordecedoras, yo solo atine proteger a Tisifone, pero había un ataque, uno que es como la exclamación de Atenea, pero esta se llama "fin de la vida" y con un solo de sus ataques, tu vida terminaba, no me importaba morir en ese momento, solo importaba mi amada que agonizaba de muerte, yo había provocado su herida, que sangraba incesante... Kanon tu hermano termino con tu felicidad, MM tu familia te arrebato lo mas amado, pero yo, yo le quite la vida, mis manos estaban manchados con su sangre pura, lo que mas adoraba, lo mas importante para mi estaba muriendo –el rostro de Dokho muestra una calmada amargura- el ataque fue lanzado y yo sobreviví gracias a ella que en el ultimo momento ocupo mi lugar de escudo... aun recuerdo su cuerpo caer en mis brazos, sus ojos centellaron el ultimo segundo de vida, su brillo se perdió, pero en sus labios ensangrentados, las ultimas palabras fueron dichas "debes derrotarlo, es tu deber... Dokho, te amo"... ... el último suspiro fue dado, sus ojos se cerraron, y yo grite, en acto simultáneo la batalla ceso, todos miraron hacia mí, mis compañeros, mis enemigos. Yo no reaccionaba, podrían haberme matado y no hubiera paliado... solo abrase su cuerpo, y le dije en el oído que la amaba una y otra vez... estaba loco, enfadado con migo mismo, deseaba decirle que me perdonara; tome una de las dagas de la armadura y la acerque a mi cuello, di un empujón, pero la maldita no me perforo, mire a mi alrededor, y era la misma Persefone quien detuvo la daga, la mire con deseos de perdón, lo necesitaba, ella me sonrío, acaricio mi rostro, me dijo que ganara la batalla, que ella se marcharía a cuidarla, que Tisifone lo decidió, todo estaba bien, que la disculpara por irse yo intente arrebatarme la vida, entonces, me tomo la mano, me dijo que ella se molestaría, que todo estaba bien, ella no podía morir, al fin de cuentas era la princesa del hades, la mire con tristeza, pero ella se acerco a mi me abrazo, y dijo algo en mi oído... "ella te esperara, mas vale que te portes bien, te vigilaremos ¿entendiste?, te ama, te esperaremos, dijiste que la eternidad no acabaría con su amor", yo la abrase y llore aun sosteniendo el cuerpo de mi amada, cuando ella se levanto encontré a Hades, con delicadeza tomo el cuerpo de su hija, me miro calmado, nadie podía luchar, era un luto, la esposa de un dorado había muerto, y la hija de un dios había caído, el me dijo que me esperaría en el Hades para reunirme con su hija sin importar como terminara la guerra. Se alejaron, y ese día fue de luto; las Erinias dejaron la batalla junto con Persefone... como saben ganamos la batalla, pero quede inconforme, Hades era muy buen guerrero y sus espectros igual... aun así perdieron una batalla, mi suegro pudo matar a Atenea con facilidad, no importaba que fuerte fuera ella, Hades la hubiera matado... cosa que preguntare al morir, ya que a diferencia de ustedes yo tengo familia en el otro mundo...
- ¿estas muy seguro? –Dijo MM- a pesar de que participaste en la segunda guerra santa, ¿crees que te perdone?
- fue su ultimo deseo, me lo dijo la misma Persefone antes de que el sello se rompiera, mi deber era luchar, y por supuesto portarme bien, mi mujer tiene un carácter del demonio cuando quiere; mejor no me busco problemas con mi familia jejeje
- te vez calmado –dijo Afrodita sorprendido
- es verdad ¿Por qué? ¿A pesar de lo sucedido? –pregunto Kanon
- a diferencia de ustedes niños tengo 261 años, 245 para sanar las heridas, cada año era menos, cada año, la dejaba descansar mas... no les mentiré la amo cada día, pero ahora estoy resignado, tranquilo, esperanzado de volver a su lado; si nosotros los vivos no podemos dejar libres sus almas, no encontraran el descanso, y eso es lo ultimo que deseo para mi amada, estos años e recordado cada momento a su lado, esperando que los años venideros sean mejores, y si muero primero tengan por seguro que podre hacer algo...
- no digas eso –menciono MM- por que querré matarte
- te apoyo, anciano ¿si te matamos nos ayudaras o te enfadaras?
- um... no, la verdad no, esperare mi muerte, creo que podré ayudar con algo, seguir adelante, criar a otro niño como lo hice con Shiryu, ustedes deberían hacer lo mismo, quien sabe... Persefone es muy noble en 245 años aun me ha visitado hablándome de mi amada Tisifone quien aun me espera...
Los otros se miraron, sonrieron que más podían hacer en esos momentos, Dokho dio un gran trago y se tumbo en la arena, miro las estrellas, sonrió al tocar sus labios; Kanon miro el mar, mientras jugaba con su medallón, lo beso añorando viejos tiempos; Máximo se tiro en la arena cerrando sus ojos, solo deseaba olvidar el recuerdo de ver a su esposa e hija con el balazo en al cabeza que les arrebato la vida, tan solo pensaba en las palabras de Dokho, de hecho Kanon también lo hacia... ellos llegarían a sentirse mejor pero nunca completos, les recordarían pero no les retendrían en sus recuerdos, las amarían cada día mas, pero el amor no permitiría que otros ocuparan ese espacio, no habría mas que esas personas en sus corazones, y con el tiempo se resignarían como el anciano maestro la había hecho, esperando con ansias el momento de la muerte, donde se reunirían para toda la eternidad... El grupo acabo con el licor, dejando a un lado tristes recuerdos y hablaron de las estupideces cometidas por cada uno de ellos y sus compañeros, la velada seria inolvidable para los tres, y Alexander sabia que no debía preocuparse mas por su amigo, ahora tendría quien lo ayudara con esa labor.
