¡¡¡No me pertenecen los personajes de HP!!!
Capítulo 4 – El primer aviso
Habían pasado toda la tarde arreglando la casa y poniendo las cosas de nuevo a su sitio. Resultó agotador, pero al final, consiguieron terminar dejándola completamente diferente.
Después de cenar se fue a la cama, aquél día resultó agotador, aún así, antes de irse a dormir, se concentró en la oclumencia. Durante todo lo que llevaba de verano en casa de sus tíos Dursley, había practicado el arte de proteger la mente cada noche a fin de evitar lo que meses atrás sucedió. Y tubo resultados, de momento, las noches habían sido tranquilas, no más sueños extraños o pesadillas reales. Aún así, siempre se despertaba con un ligero dolor en la cicatriz, a veces más fuerte que otras, pero siempre se hacía presente. Aquella noche fue distinta.
Se encontraba envuelto de una oscuridad absoluta, era aterrador. Sentía frío y todo su cuerpo temblaba sin control, parecía tan real, que se preguntó si lo había hecho mal aquella vez. Sin comprender nada, empezó a caminar. Parecía haber un suelo por el que pasar, aunque no era visible y todos sus sentidos negasen estar encima de él.
Se sentía extraño, como si no estuviera donde debía, pero tampoco sabía donde se encontraba... ¿qué significaba todo aquello?
La oscuridad se apoderaba de todo a su alrededor, pero él era capaz de verse a si mismo, aunque con poca intensidad... ¿de dónde venía aquella luz entonces?
Se paró, no estaba nada seguro de porque continuaba caminando, si se alejaba tampoco descubriría nada, así que decidió no moverse más. Entonces, a lo lejos, oyó unos zumbidos más parecidos a flechas que cortan el aire. Eran lejanos, pero se podían oír bien.
Cada vez se acercaban más y más, a una velocidad que parecía imposible. Sin pensarlo dos veces empezó a correr en lo que suponía la dirección opuesta.
Se acercaban, estaban muy cerca de él, pero, aunque agotado, sabía que debía correr, algo le impulsaba a ello, o caería, caería en el oscuro pozo de la muerte...
De repente se encontró en la cama, se incorporó tan repentinamente que se mareó. Estaba empapado, las sábanas estaban completamente revueltas, parecía que se había movido bastante con su pesadilla.
Pero aquel sentimiento de miedo, como si nunca más volviera a ver el día y su luz cálida. Al recordarlo volvió a temblar. Entonces de dio cuenta que su cicatriz le volvía a doler, más que nunca en todo el verano. Parecía que miles de agujas al rojo vivo fuesen clavadas en su frente.
Intentando levantarse cayó al suelo y empezó a retorcerse por el dolor. Quería chillar, gritar con todas sus fuerzas, arrancarse aquella maldición, pues le parecía que su cabeza iba a explotar.
- ¡Harry! ¡Harry! ¡Harry...!
La luz de la habitación se encendió y una mujer entró en ella, varita en mano. Marla, al verlo al suelo retorciéndose, lo cogió con sus brazos e intentó calmarle.
- Tranquilo... tranquilo Harry...- intentó volverlo encima de la cama, parecía que el dolor empezaba a menguar.- ¿Qué ocurre...? dime...
Lentamente empezó a abrir los ojos, le requería un gran esfuerzo, era como si toda su cara se hubiese hinchado impidiéndole ver o gesticular nada.
Aún le escocía, pero ahora era más soportable, nunca recordaba haber sido tan intenso... excepto... ¡excepto cuanto estuvieron cara a cara en aquel cementerio! ¡No podía ser que ahora estuviese aquí!
Cuando al fin se dio cuenta, sintió dos suaves y cálidos brazos que le rodeaban y le daban protección. Se encontró mucho mejor.
- ¿Estás bien?- dijo con voz calmada.
- Sí...- tenía la boca completamente seca y le costaba hablar, ella se debió dar cuenta, pues le dijo que iba a buscar un vaso de agua.
- Toma, bebe, pero despacio...
Agradeció que aquel líquido le humedeciera su seca garganta. Había dejado de temblar y, aunque le dolía enormemente la cabeza, se encontraba mucho mejor para reflexionar y pensar qué podía ser todo aquello.
Mientras pensaba, le dejó beber. Se acercó a la ventana y casi cae por el impacto. Él se dio cuenta de su reacción y se aproximó junto a ella.
- ¡¿Pero qué...?!
A la lejanía se podía ver un pequeño resplandor y, en el aire, aunque lejos, se visualizaba una gran calavera verde con una serpiente saliendo por la boca.
- ¡La marca oscura...!
- ¡Harry, deprisa!- lo cogió de la mano y cerró la luz de la habitación mientras corrían escaleras a bajo. Se fueron al comedor y lo hizo sentar.
- Nada de magia.- no dijo más, se fue hacia la pared de detrás la mesa y golpeó dos veces con su varita. De la nada salió una abertura, como si siempre hubiese existido.- Ven.
- ¿Qué es esto?
- Aquí estaremos seguros.- cuando entraron, se volvió a cerrar dejándolos en una sala no muy grande que parecía más bien una celda.
No tenía ventana alguna y era más bien fría e húmeda. Habían un par de velas que se encendieron con sólo llegar.
- ¿Qué es este lugar? ¿Qué está pasando?- empezaba a sentirse molesto, no comprendía que era todo aquello.
- Harry...- dijo en tono paciente- Has visto lo mismo que yo y no sé más que tu. Esto es un refugio. Como supongo que habrás pensado, la casa está protegida por un hechizo, sino no hubieras venido aquí. En teoría nadie que no conozca el Secreto que nos guarda, puede verla.
- Pero yo sí puedo...
- Claro, tu y yo nos encontramos dentro del hechizo, junto a la casa y todos sus componentes, del Secreto. Dumbledore es nuestro Guarda y, excepto que él diga algo, nadie sabe que estamos aquí, absolutamente nadie. Aún así, este refugio es un escondite que, en caso de fallar el guarda, protege, mediante otro par de ellos, esta sala.- al ver que lo último no lo comprendía, intentó explicárselo mejor.- Veamos... ¿sabes que son las muñecas rusas? Pues imagina esta sala dentro de la casa como si fueran dos secretos distintos. Yo soy la Guarda de este refugio y, como me escondo en él, no pueden encontrarnos por nada del mundo. Además, hay un hechizo desvanecedor en la entrada que se une al Secreto. Puede parecer algo complicado, pero tiene su lógica.
- ¿Y ahora qué haremos?- después de la explicación había callado unos instantes intentando pensar en todo lo que sucedía.
- Esperaremos.
- ¿Esperar? ¿A quién?
- A Dumbledore, por supuesto.
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Agredecería vuestros reviews... aunque continuaré escribiendo aún no recibir vuestro apoyo, más por autocomplacencia que por nada más... ;)
