Cansa decirlo tantas veces,
así k lo resumiré. No-pertenecer-mi-personajes-HP
A leer.... =)
Capítulo 15 – Pánico en Drumstrang
Mucho más temprano de lo que pensó, llegaron a medianos de Febrero. Cómo no tenían la salida a Hogsmeade hasta el tercer sábado del mes, tuvo que esperar hasta entonces para ver a Marla. Quería hablar con ella, debía saber muchas cosas que seguramente ella conocía. Así que deseó que fuera fin de semana para poder verla de nuevo.
Había escrito a Remus cada semana, deseaba saber como estaban todos. Pero no fue hasta tres semanas después que recibió su respuesta. Le había alegrado ver todas aquellas cartas encima de su mesa, Harry había puesto mucho empeño en seguir escribiendo hasta recibir una respuesta. Por lo que le dijo, aún quedaban seis magos inconscientes de los veinte que hirieron, dos de ellos eran Tonks y Ojoloco, quien había recibido más de todos. Según le contaron después de despertar, era gracias a Moody que estaban vivos. Alastor y Cubert consiguieron avisar al Ministerio a tiempo, los mortífagos tuvieron que huir, pero les dejaron un pequeño "regalo". Un par de gigantes habían ido con ellos, pero uno se quedó.
Nos dio mucho trabajo, Emmeline y Dedalus empezaron a rodearle. Escuché unos gritos, estaba peleando contra unos deméntores que intentaban besar a Tonks, que estaba inconsciente... vino Alastor y los derrotamos. Corrimos hacia los gigantes para detenerles... algo me golpeó, no conseguí girarme a tiempo, y caí... La verdad es que casi no recuerdo nada... Pero según me han contado, Alastor, Dedalus y Cubert, consiguieron retenerle el tiempo suficiente hasta que llegaron los refuerzos. Los tres están graves, pero Alastor... aún quedaba un Deméntor cuando llegaron, lo atacó por la espalda... Pero consiguieron detenerle, por desgracia, él estaba en medio, y también recibió el hechizo... Se curará, pero requiere tiempo, tiene ya muchas heridas y está débil, todos lo estamos... con lo que el proceso tarda más en realizarse.- justo lo que Voldemort quería, pensó Harry. Pero Remus le había contestado a eso- Si hubiese querido, nos habría podido eliminar allí mismo, pero no le interesaba. Produjo el pánico, aunque no como él deseaba... Debía dejar a uno con vida, sólo uno para que pudiese decir su mensaje de horror y, en vez de esto, sobrevivieron todos. Los del periódico dijeron que todos estábamos heridos de muerte, al menos, a largo plazo, cuándo en realidad, nos recuperaremos en poco más de un mes o dos. Además... tu no supiste nada del ataque hasta que viste El Profeta, ¿no?
Al principio se escribieron con tanta frecuencia que Hedwig tuvo que dejar su trabajo de mensajera temporalmente. Habría sido mucho más fácil si hubiesen hablado cara a cara, pero, por el momento, aquello no era posible.
En todo caso, Harry ya sabía hacia dónde quería llegar Remus con aquella pregunta. Si Voldemort hubiese utilizado un hechizo, él lo habría sabido mucho antes que pudiera huir... necesitaba sacar a sus mortífagos de allí, si mataba a alguien, lo habría sabido y entonces el Ministerio habría actuado mucho antes. Sus hombres estaban débiles, no podía permitirse una lucha en aquellas condiciones, Dumbledore habría acudido y no habría logrado salir impune de ésta. Necesitaba que las noticias corrieran después de lo sucedido, debía mantener sus planes a buen recaudo. Así que no pudo matarlos...
Pero lo que Voldemort estaba planeando no le importaba en lo más mínimo en aquellos momentos, sólo le alegraba saber que, por una vez, el hecho de que Harry pudiera delatarlo, había logrado que se retirara fastidiándole sus planes de nuevo. Antes de recibir sus respuestas, había temido lo peor. Recordaba haber pensado en Remus hasta casi volverse loco de preocupación, pues le había cogido cariño. Había sido un gran amigo de sus padres y de sus padrinos, las personas a quienes más quería en aquél mundo. Ahora sólo le quedaba él y Marla, las únicas personas que le ataban a su pasado con sus padres, si algo les sucediera... no quería ni pensarlo. Si Voldemort le arrebataba otra vez a alguno de ellos... caería en la locura, en una oscuridad eterna... les quería demasiado cómo para despedirse una vez más de aquellos que formaban su corazón.
Remus estaría una semana más en el hospital para, después, irse junto con Marla. Había intentado hablar con ella, pero no recibió respuesta a sus cartas. Se lo comentó a Harry por si él sabía algo, lo tranquilizó al decirle que muy seguramente estaría trabajando en algo, ya le había advertido de que no podría estar en contacto con él por un tiempo.
Por lo que se refería a la escuela, todo pasó como siempre. Bueno, al menos, lo más normal que se podía decir. Snape se había mantenido muy distante con Harry, apenas le recriminaba, y en sus clases acostumbraba a dejarlo muy tranquilo. En cambio, Malfoy, actuaba de una forma muy sospechosa. Le evitaba por los pasillos, ni siquiera le miraba, se veía más pálido que de costumbre, y sus insultos habían desaparecido. Si no fuera porque lo conocía lo suficiente, habría dicho que con el verano se había transformado. Pero dudaba que eso fuera posible, muy seguramente estaría planeando algo, y aquello no le gustaba en lo más mínimo.
En el partido de Quiddich contra los de Ravenclaw, habían logrado una buena posición ganando por cien puntos. El último de la temporada sería contra Slytherin, debían ganarlos para conseguir la Copa y no dudaba que lo conseguirían, aún así, temía lo que pudiese tener en mente Draco.
Des del incidente en Azkaban, el diario El Profeta no paraba de informar sobre sucesos anteriores que habían sido desmentidos y escondidos por el Ministerio de Magia, y que ahora eran despapadas cómo acciones del Señor Oscuro, nombre del cual aún no atrevían pronunciar. Las fotografías de los mortífagos fugados y los rostros del año anterior, estaban en cada edición del periódico como magos peligrosos buscados por la ley. A desagrado de Harry, aún había la de su padrino entre las de ellos, el Ministerio no lo había declarado inocente aún puesto que no había nada que probara lo contrario. Pero muchos problemas lo bombardeaban día y noche. La cicatriz no había dejado de quemar durante las dos últimas semanas haciendo que su humor empeorara. No sabía qué estaba haciendo Voldemort en aquellos momentos, pero estaba convencido de que alguien estaba recibiendo su rabia fuera donde fuera.
Si con los últimos incidentes no tuvieron suficiente, la situación empeoró al tercer viernes de Febrero.
Terminaban de llegar de la última clase de la semana, una hora y media con Terbadir, cuando llegaron al Gran Salón para cenar. Todo iba a la normalidad hasta que, cuando estaba comiendo una manzana verde con muy buena cara, sintió una nueva punzada de dolor que le sacó todo el hambre que tenía. Esperó a que los demás terminasen y subieron tranquilamente hacia la sala común, donde los otros estudiantes se sentaban en los sofás, butacas y cómodas sillas gozando del calor del fuego. Mientras todos empezaban a conversar y a jugar con juegos mágicos, un chico entró alarmado por el retrato con unos papeles en las manos. Detrás suyo, varias lechuzas más se colaron por el agujero y se dirigieron hacia los sorprendidos alumnos quienes dejaron de hablar al instante. En el brazo de la butaca de Hermione se puso una lechuza de un gris oscuro que llevaba el diario El Profeta con una edición especial. No les hicieron falta las palabras, alguna cosa muy importante había pasado o las noticias no habrían llegado hasta la mañana siguiente.
Pánico
en Drumstrang
Edición especial
Esta tarde, a las cinco menos diez, el Instituto
Drumstrang recibió un ataque inesperado de las fuerzas del mal.
Mientras los alumnos hacían clase, una oleada de trolls, deméntores, gigantes,
quimeras y mortífagos, atacaron en
masa la escuela alemana de magos. Las defensas del castillo aguantaron durante
unos inquietos minutos durante los cuales los estudiantes y profesores se vieron
completamente rodeados. En un intento desesperado, consiguieron advertir del
ataque a las autoridades mágicas alemanas, pero poco podían hacer. Habían
sido rodeados sin escapatoria posible, y el enemigo se encontraba cada vez más
próximo, hasta que logró franquear todas las protecciones de la escuela. Por
suerte, los integrantes del edificio dieron con una antigua escapatoria que se
alejaba de la zona mediante una salida mágica espacio / temporal. Con todo, el
número de víctimas llega a las treinta-y-dos, la mayoría de ellos profesores
y alumnos de entre sexto y séptimo curso. Ahora las familias de los afectados
han sido llevadas al hospital Atmstrasse donde serán atendidas mientras se
procede al retiro de los cuerpos.
Igor Karkarov,
director de Drumstrang, resta desaparecido. Según algunos testigos,
impartió las órdenes de defensa y ataque a los más capacitados para, después,
desaparecer en medio de la sangrienta batalla. Ha sido buscado por todo el país,
pero aún se encuentra en paradero desaparecido. Se sospecha con una posible
traición, en estos momentos, se están juzgando sus cargos.
Ante el ataque, el Ministerio Británico y el Francés, se han unido con las
ayudas materiales y sanitarias. Se han tomado medidas drásticas, temiendo que
las otras dos escuelas principales de Europa sean el próximo objetivo del
Innombrable. "Lo que más nos preocupa, es que Drumstrang tenía unas defensas
mágicas que le protegían de cualquier amenaza exterior. La magia que rodea a
las escuelas, tanto ésta como Hogwarts y Beauxbatons, es muy poderosa y antigua,
son insituables, invisibles tanto a ojo muggle como mágico. No logramos ver cómo
ha sido posible este ataque, puesto que nada hasta el momento había logrado
romper tales defensas. Aún así, no permitiremos que esto vuelva a suceder.
Ahora estamos prevenidos, así que ya no hay el elemento sorpresa." afirma
Cornelius Fudge.
El Ministerio ha pedido, nuevamente, que se mantenga la calma. Pide a los padres
y familiares, que no teman por sus hijos, se han subido las defensas en las
escuelas, hechizos que son imposibles de desbaratar. Ahora sólo queda por ver cómo
se consiguió este ataque, el misterio se intensifica y la tensión está cada
vez más cerca.
Los tres se quedaron con la sangre helada y sin habla. Un silencio tenso y lleno de terror y pánico, se extendió por la sala. Fue tan fuerte el impacto de la noticia, que el mismo aire parecía haber descendido y el fuego había dejado de calentar. Nadie conseguía reaccionar, era como si el tiempo se hubiese detenido y volviese en sí muy lentamente.
- No es posible... no puede ser...- dijo una chica de séptimo, parecía la única que había logrado articular la boca. Inmediatamente subió hacia las habitaciones, todos empezaron a reaccionar.
Algunos se derrumbaron en el suelo, otros en las sillas, aún sin dar crédito a aquellas letras negras que parecían tener algún poder de terror en sus formas.
- ¿Cómo lo ha hecho...?- fue lo único en lo que pudo pensar Harry. ¿Cómo lo había hecho?- Las escuelas están muy protegidas... entonces, ¿cómo?- era apenas un susurro, como si sus pensamientos cobraran forma al salir en un sonido y ser captados por sus oídos.
Hermione también se levantó, subió las escaleras y se cerró en su habitación. Más tarde pensaron que debía haber escrito algo a Víktor Krum, un chico con el que mantenía correspondencia. Aunque ya no fuera a la escuela, debía hablar con él sobre lo sucedido, era comprensible, al menos, para Harry.
Pero ahora no pensaba en los amores o festejos de su amiga, sólo intentaba hacer funcionar su cerebro, parecía que tardaba una eternidad en hacer funcionar la lógica que tan acostumbrado estaba en utilizar. Aunque no se podía quitar el picor insistente de su cicatriz... Si Voldemort estaba allí... ¿por qué no le vi? había recibido el dolor de la maldición que tenía en la frente, pero nada importante. Esto quería decir que no había actuado en aquel ataque, al menos, no participó en la lucha matando a nadie. Ni siquiera en el combate, el dolor sólo ha sido leve... puede que estuviese allí, pero nada más... aunque le habría gustado golpear algo por pura frustración, se contuvo. Por una vez, por una sola vez, había deseado que pudiese ver sus planes... hasta entonces a quien había amenazado había sido a él, pero ahora... habían muerto niños, inocentes ¿para qué? ¿qué le habían hecho? ¡Nada!
Sentía la sangre en sus oídos, su pulso acelerado y casi a punto de explotar, no de miedo, sino de furia. Pero cuanto más pensaba en él, más relajado se sentía, un recuerdo, algo lejano, resonaba en su mente. "... tu miedo, la furia que te da valor, el odio intenso e incandescente, la sed de venganza... Eso es lo que quiero de ti..." parecía un eco, una voz que apenas era un susurro, pero un susurro frío y terrible.
De repente paró, dejó de sentir odio, todo aquel fervor se convirtió en hielo, el hielo de la lógica y el sentido común, algo que había aprendido con la lección más dura de todas, y la más efectiva. Había estado cerca, muy cerca, de caer en su trampa, debía controlarse, el fuego era fácilmente influenciable en los momentos más altos, y cuando más madera se comía, más crecía. Justo lo que no debía hacer, debía convertirse en el otro opuesto, el hielo.
Cómo en muchas otras ocasiones, se puso una máscara invisible, que le mantenía en un pose frío e indiferente ante una situación, fuera la que fuera. Hasta entonces le había ayudado mucho, durante todo el verano, cuando pensaba con su padrino... en las horas de espera en casa de Marla... cuando la cicatriz parecía dar saltos de tanto dolor... incluso en los momentos en que se debería haber divertido. Pero hubo unos instantes que esta coraza se rompió, uno de ellos fue cuando habló con Marla por el Taklersham, recordando los hechos que provocaron la muerte de Sirius.
Esto no tiene sentido... Según me dijo Hermione, Hogwarts, al igual que las demás escuelas, tiene unos hechizos que nos protegen de cualquier ataque. ¡Voldemort no puede entrar! ¡Es imposible! Incluso Fudge lo dice... ¿Cómo...? ¡cómo, maldita sea! ¿cómo pudo pasar todas estas defensas? Ni siquiera él puede hacerlo... Aún recordaba en cuarto, al final del Torneo de los Tres Magos, cuando Voldemort le había dicho que le resultaba imposible tocarlo en Hogwarts, al igual que en casa de los Dursley, pero ahora sabía porqué. Tía Petunia le protegía con su sangre, al ser hermana de su madre. Aún así... no lo comprendía...
- Ron, creo que deberíamos subir ya...- dijo mirando a su amigo que tenía la vista desenfocada en el fuego. Tardó unos instantes, pero le afirmó con la cabeza y subieron junto con otros muchos que deseaban ir a descansar después de aquél día agotador.
