Nota: Es un fic corto, sin embargo está dividido en partes, que también son cortitas… Constará de una introducción, dieciséis partes y un epílogo, es decir, estará dividido en tres.
Falsedades reveladas.
Dedicado especialmente a Dan
Lis Jade Black.
Introducción.
Un día más. Otra mañana con la misma rutina, una tarde más leyendo libros y otra noche solitaria donde ni las estrellas parecen brillar. Irónico ¿No? ¿Qué más faltaba?, el siguiente día que para colmo sería la copia del anterior. Que originales somos las personas… Esa era su vida, una novela barata para tontos llorones, los cuales la repetirían una y otra vez para declarar lo "despreciable y triste que era". Quería desaparecer. Tenía deseos de todo. Todo lo que nunca había probado, de lo que no tenía, de lo que no tuvo ni se creía capaz de tener.
¿Pero qué lo era todo? No hace falta tenerlo todo para ser feliz, con algo basta. Con un toque importante. Se es feliz cuando se quiere ser. Cuando se obtiene lo que más se aspira. Ella quería algo, tal vez "algo" que desconocía, o algo que su corazón había pedido durante años, la única cosa que la llenaría por completo. Cualquiera que echara una ojeada por la vida de esta muchacha, diría "Amor"... ¿Y por qué no? El amor es el sentimiento más hermoso después de todo. Sería lo más razonable, pero por eso ¿De verdad lo deseaba? ¿Quería amor para ser feliz?
No. No quería amor, ni a un hombre que la amase con locura, o que simplemente la desease, no. Ella quería ser dueña de su vida. Quería trabajar en lo que le gustaba y no en lo que los demás querían que trabajase, porque ella era la que quería sentirse especial… Deseaba dejar de ser un muñequito, quería vivir, cumplir sueños que llevaban tiempo guardados en su memoria, ser... simplemente considerarse ser alguien.
Que ironía le ocasionaba escuchar a sus amigos decir "Vive la vida", que irónico era oír aquello de las dos personas que supuestamente mejor la conocían. ¿Cómo no podían darse cuenta que no era feliz? ¿Acaso estaban tan ocupados en lo suyo, que no tenían tiempo para pensar en ella? ¿Por qué ella sí lo tenía para ellos? ¿Cuál era el maldito fin de la injusticia? Ninguno. La injusticia no tiene ningún fin productivo… Dicen que la vida es injusta… ¿Por qué?
¿Pero qué sería de la vida sin las injusticias? Las personas están acostumbradas a lo injusto, a los problemas que surgen de buenas y malas acciones. A la vida en sí.
- ¿Te parece la vida injusta? - Le preguntó una vez un compañero de trabajo. Se había molestado bastante al escucharla provenir de él.
- Para ti... – Respondió con aire pensativo pero seguro – Creo que tal vez tú eres el injusto con la vida, y no ella contigo – Contestó con simplicidad y un aire superior – Sarcasmo, ¿Alguna vez te han dicho lo que significa?
Desde ese entonces él no volvió a hablarle. Una de las preguntas más estúpidas que le habían formulado. ¿Qué lógica tenía que un hombre que lo tenía todo, pero realmente todo, hiciera esa pregunta? Aborrecía a las personas que se hacían de "sufridas" aún teniendo las sobras del plato. Pero ¿Para ellos acaso las sobras contaban? No, no contaban las sobras, no hasta cuando vienen las ratas y se las comen, allí sí. Ese es el buen momento para actuar, para llorar lágrimas secas, para sentirse desdichados. No los acusaba, con tanto sufrimiento en la tierra hasta provoca sufrir.
¿Se incluía ella allí? Sólo los que no tienen absolutamente nada aguantan la tentación de la lástima, así que ella también pertenecía a ellos. Pero ¿Quería decir eso que le gustaba la idea? Obviamente no.
La otra vez fue diferente. Una "amiga" que solía conversar siempre con ella, se hallaba discutiéndole ese tema. Según ella el sufrimiento no debería formar parte del mundo. La protagonista en este caso insistía en lo contrario "Uno aprende por las experiencias, por los errores..." Repetía, a lo que su amiga contestaba "Podemos aprender de muchas otras formas". Siguieron de esa manera hasta que su compañera, harta, gritó:
- ¡Siempre tienes que tener la razón, estoy harta de ti y tus malditas reflexiones! ¡Nada logra satisfacerte, nada es suficiente para tu persona! –Se quedó completamente blanca al escuchar la confesión de aquella que decía ser su amiga.
Una pérdida más. Fantástico. No tardaría en quedarse más sola de lo que estaba. Le quedaban sus dos amigos, y ni siquiera. Le quedaban dos piedras, más mudas e inmóviles imposible.
Mientras fue perdiendo amistades más loca se volvía. Creía fervientemente en que necesitaba una visita al psicólogo, pero eso bastaría para que los demás se asegurasen que estaba más loca de lo que pensaban. De todas formas tuvo que acudir a uno. Salió completamente traumatizada. Aquél hombre resultó ser un violador maniático y totalmente deprimente. Un paso inolvidable para las cosas extrañas de su vida. Un tres en una escala del uno al cinco... Mejor un cinco, después de analizarlo un poco... habían cosas peores que eso.
Primero estaba la muerte de sus padres. Estuvo dos años llorando su ausencia, sin importar que dijeran y divulgaran lo débil que era. Pasó meses sufriendo por algo irrevocable. Apenas cargaba entonces veinte años. Desaprovechó dos... Fundamentalmente fueron esos dos los que crearon su nueva personalidad. ¿Por qué desde entonces no podía ser amable sin sentirse hipócrita? ¿Qué había logrado ese cambio de actitud? El odio. Un odio que se fue creando hacia las personas después del asesinato de su madre y padre. Las huellas... de esas que dejan esas terribles marcas en los corazones, o las que abren huecos que no pueden rellenarse ni con amor.
Segundo. Un compromiso. A los veintitrés años de edad recibió una propuesta de amor por parte de uno de sus mejores amigos. Primer error, aceptó; segundo error, lo ilusionó; tercer error... Rechazó al final de cuentas la oportunidad de tener una familia. ¿De verdad errar es de humanos? Una pregunta ciertamente estúpida.
En tercer lugar. El rechazo de quienes creyó "amigos incondicionales", no exactamente sus mejores amigos, otros... La hirió. Fue un golpe bajo. Lloró por dentro, por fuera hasta que… se destrozó. Entonces allí pudo sí pudo empezar de nuevo. Pero ¿Verdad que empezar de nuevo es para ir de mal a mejor? En su caso fue todo lo contrario.
Y por último y cuarto lugar estaba su loco enamoramiento al cumplir los veinticinco. Quedó perdidamente enamorada de Harry. Incluso tuvo la valentía de decírselo... Funcionó bien días recientes a la confesión, él le decía cosas lindas y le acariciaba los labios con los suyos, pero después... Pasado un tiempo eso acabó. Se volvió más rígido, no le aceptaba cariños, ni palabras bonitas, incluso la evadía. No tuvo más remedio que decirle que amaba a otra persona.
Pero llegaría un día... en que todo cambiaría, estaba segura, y no tardaría en venir..., su futuro se cumpliría por algo.
