Estampa de otoño

Cáp. VII En busca de nuestro pasado

Misao observaba el campo lleno de flores, las aves volando a su alrededor y frente a ella la alta figura del en ese entonces Okashira de los Oni. Su vista ausente le ignoraba, sin embargo la examinaba atentamente.

- Aoshi-sama!!!!! – grito reconociendo aquella mirada – no… no te vallas… no me dejes – pero la figura comenzó a alejarse de ella, la imagen desapareció dejándola en la oscuridad.

La persona recostada junto a ella abandono el futón llevándose consigo el profundo calor. Miro las sombras pasearse de un lado a otro hasta perderse tras la puerta. Se sentó en la cama sin perder de vista la silueta, había dejado la casa y aun no había amanecido. La salida de Soujiro a tan tempranas horas solo significaba que ella debía resolver todos sus problemas antes de que él volviera.

El sol aclaró la enorme montaña donde varios campesinos ya trabajaban la tierra. Un joven recorría el camino norte, un camino olvidado desde hacia mucho tiempo. Precisó a lo lejos una rala cabaña, la mujer al acercarse se levantó del banquillo de madera donde descansaba y saludándole cortésmente lo invito a pasar.

- Soujiro-sama hace tanto tiempo que no le veía – dijo la mujer sirviendo té en una vieja taza – mi esposo estará muy contento de verle y... ¿dónde había estado?

- En Tokio, arreglando todos los asuntos – la mujer reparó entonces en el bebé 

- Ya veo, debo suponer que su mujer no lo acompa

- ¿Mi mujer?...

- Si tiene un bebé debe tener una mujer…es lo mas natural – la mujer se levantó seguida de Soujiro – Takano no regresará hasta el anochecer, si gusta puede cerciorarse de que todo esta tal como usted dispuso.

El ex-yupon emprendió la subida de la empedrada escalinata, los rayos del sol se filtraban entre las hojas de los árboles abriéndose paso para iluminar una vieja capilla de madera adornada con un racimo de lilas que hacían compañía a un viejo reloj.

Tras la batalla con Kenshin, Soujiro había sido atendido en ese lugar. Se encontró en aquella pobre aldea observado por la misma mujer que lo había recibido "Yumi-dono me pidió que le curara sus heridas si las cosas no salían bien" había mencionado la mujer. Pero cómo sabia Yumi que él seria vencido; un estruendo le hizo salir de sus pensamientos abandono la choza tan solo para encontrarse con la punta de la montaña en llamas.

Ella sabia desde antes que tanto el como Shishio serian vencidos por Himura. Talvez hasta sabia que aquel seria su último día.

- Yumi…- dejose caer de cuclillas- ella es mi hija, de la mujer que amo…tantas cosas han sucedido que podría empezar por una…disculpa no haberte visitado en tanto tiempo pero temía que al regresar, ella lo viera nuevamente y notara que es a él a quien ama y no a mi – hablaba atropelladamente sin poder encontrar sentido a lo que salía de su boca, ya calmándose continuó – ¿dónde te encuentras? ¿Acaso con Shishio-sama? Si es así, deberán esperar un poco más por mi yo aún tengo muchas cosas que hacer…

La brisa mañanera comenzó a disipar un poco el calor que azotaba aquel pequeño paraje. Ese descanso era uno de los más cuidados del lugar, se encontraba en la parte media del costado de la montaña, daba la espalda a lo que años atrás fuera la morada de uno de los hombres más poderosos de Japón. El joven poso sus ojos en la pequeña que acababa de despertar. 

- Me hubiese gustado llamarle Yumi… pero…es mejor mirar el presente que lamentarse del pasado – entonces miró nuevamente el reloj recargado en la piedra – pero talvez después de todo tenga que actuar tal y como lo hiciste tu… dejar que quien amo sea feliz para poder ser feliz yo mismo – se levantó lentamente con el reloj en mano, dio media vuelta y un deje de melancolía inundó su mirada, vagaría por el mundo después de todo.

La mañana inicio en el Aoya como de costumbre, Misao ya estaba de pie para cuando Aoshi piso por primera vez la cocina. Estaba sentada en una silla con los brazos sobre la mesa y la cabeza recargada en ellos; observaba como Soujiro sostenía a su pequeña, sin que esta protestara en lo más mínimo. Se sentía feliz...después de tanto tiempo era feliz. Había aprendido a amar al ex-yupon, nunca tanto como lo que hubiera sentido por su gran tutor pero si era como para hacerla olvidarlo; seria para ella una gran contradicción este punto de su vida, no podría explicar como era feliz con alguien mas que con otro pero sin sentir tanto por este como por el anterior (que complicado ¿no?). Sus enredos mentales no le habían permitido ver la llegada del ex-okashira a la habitación, así que cuando lo descubrió su corazón salto, el estaba de pie frente a la puerta sin atreverse a entrar, pero mirando fijamente al hombre sentado con la niña.

- Buenos días Aoshi-sama – saludó el joven – el desayuno esta listo...Misao lo ha preparado especialmente para usted – se puso de pie hasta llegar frente al ninja – llamaré a los demás

- Gracias – fue todo lo que recibió por contestación.

Misao se entretuvo todo lo que pudo dentro de la cocina esperando a que los otros se presentaran, sirvió el desayuno y acompaño a los miembros de su familia. Okina había permanecido extrañamente callado, observaba fijamente al joven sentado al frente, sus ojos cruzaban de vez en cuando con el profundo azul, trataba de dar señales para que este tomara la iniciativa y hablara, sin embargo nada sucedía. El desayuno había terminado, cuando Soujiro interrumpió ya todos se habían retirado con excepción de Aoshi y Misao.

- Mañana regresaremos a Tokio – dijo solemnemente – Aoshi-sama ¿que ha decidido usted? ¿podré confiar que el año próximo recibirá la visita de Aki? – esto confundió a Aoshi

- Esperaré – Soujiro salto de su asiento, se acerco hasta Misao retirándole de los brazos a la pequeña niña

- Saldremos a visitar el pueblo...prometimos llevar recuerdos a Himura-sama y a Kaoru-dono, pero...– estiró de nueva cuenta a la niña dejándola en manos de Aoshi – hasta ahora no teníamos quien cuidara de la pequeña Aki.

La pareja salió del lugar dejando a Aoshi con la pequeña en brazos. Titubeo un poco al tener el pequeño bulto. Sintió curiosidad y escrupulosamente retiró parte de la manta que cubría el rostro de Aki, esbozo una leve sonrisa al ver a la bebé, en verdad era hermosa, cuan parecida era a Misao. Cerró los ojos trayendo a su mente una imagen de la joven. Un pensamiento se hizo presente  "con una pequeña diferencia...sus ojos son azules" Abrió los ojos y alzó la mirada inmediatamente cavilando un poco. Trató de dominar su curiosidad mirando a otro lado, pero vanos  fueron sus intentos porque su rostro fue inclinándose hacia abajo tratando de divisar el de la pequeña, pronto encontró lo que buscaba, unos preciosos ojos azules como los de él le observaban.  

Aoshi había permanecido tanto tiempo en aquella posición que comenzaba a sentir que las piernas se le entumían. Nunca desde los inicios de sus meditaciones había experimentado tal dolor, ahora podía entender a Himura. Pero en si la posición en la cual permaneciera era mas incomoda; se mantenía en posición de loto  con la niña apoyada sobre las piernas, al principio parecía una buena idea no romper sus meditaciones por un encargo tan sencillo, pero con el paso del tiempo, sus piernas comenzaron a acalambrarse dando lugar a fuertes punzadas acompañadas por cosquillosos hormigueos. Era extraño, nunca había dejado su meditación por algo tan…infantil. Retiró a la pequeña manteniéndola suspendida a distancia sobre sus brazos, se levantó pesadamente sintiendo sus piernas flaquear. Miró a la criatura manteniéndose estático por un tiempo, se sintió aburrido, por primera vez se sintió aburrido de no moverse, claro no estaba meditando pero se mantenía inmóvil.

- No se que hacer con un bebé… – era algo irónico, él, que había cuidado de Misao siendo muy joven, ahora que ya era mayor no sabía qué hacer con un bebé, era absurdo…Misao, ¿qué estaría haciendo ella ahora?  Seguramente disfrutando de un paseo con su esposo - ella lo quiere…- murmuró. El sonido quedo de la respiración de Aki lo hizo reaccionar. Miró a la pequeña con un dejo de melancolía y aquel vacío que había nacido con la anterior partida de Misao, se acrecentó nuevamente en su ser.

Recordó el sentimiento oculto desde hacia tanto tiempo, talvez si se hubiese dado la oportunidad de sentirlo nuevamente Misao no se hubiese marchado. Entonces aquellas palabras regresaron a su cabeza "a veces uno comete errores...no dejes que suceda lo mismo" Y por fin entendió a lo que el viejo se refería, no era que hubiese embarazado a Misao sin siquiera enterarse (¿no era eso?); había huido cobardemente a sus propios sentimientos, intentando engañarse a si mismo.

Dio vuelta acercándose hasta un baúl que guardaba en la esquina derecha del templo, removió con cuidado las dos mantas que en el permanecían haciendo saltar un pequeño manojo de colores. Soplo levemente convirtiendo los multicolores en una esfera y acercándola al rostro de la pequeña concluyó.

- Tu madre me obsequio esto un día en Tokio…cuando visitamos a Himura – Aoshi recibió por respuesta una sonrisa a la cual correspondió – habrá suficiente tiempo...

El agua estaba lista, el cristalino líquido formó hondas al sentir el suave choque del joven cuerpo. Kaoru percibió el calor fluir por todo su ser, hacia tanto tiempo que no sentía aquella sensación de paz y tranquilidad. Una ligera brisa de aire frío se dejo sentir dentro de la habitación. Miro el techo absorta, recordaba cada detalle de los últimos meses. Por fin, después de todas las aventuras vividas con su querido Kenshin, era feliz.

- Kaoru-dono, el agua se esta enfriando – un susurro la distrajo de su meditación – de vuelta para que talle su espalda – el rostro de Kaoru fue cubierto por un matiz carmesí ante el comentario

- Ken… Kenshin? ¿Que estas haciendo aquí? – la joven se percato repentinamente de su desnudez y de la forma en que el pelirrojo la miraba, se levantó gritando –  ¡¡¡porque me estas mirando de esa forma… sal inmediatamente!!!

- Kaoru-dono cubrase podría usted resfriarse – extendió una toalla

- ¡¡¡¡¡¡¡Saaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal!!!!!!!

El silencio inundo nuevamente la habitación, Kaoru sonrió deslizando la toalla por su cuerpo; dejo escapar un leve suspiro "Kenshin" pensó "¿Por qué tienes que ser tan ingenuo?". Una vez hubo terminado salio de aquella habitación, la luna brillaba en lo alto del cielo y la brisa le golpeaba el rostro. Era verano, caluroso pero con aquel aire frió que le caracteriza. Sus pupilas se agrandaron, frente a ella la silueta de su amado samurai era alumbrada, sus ojos chocaron agrandando el silencio entre ambos. Kenshin sintió su ser inundado por el suave olor a jazmín.

-  Kaoru-dono… esta es una hermosa noche – sus ojos brillaban en ligero dorado. Deslizo la mano abriendo la puerta de la habitación de la joven; la tomo de la mano acercándola hasta su pecho, la retuvo suavemente levantándola del piso. Cerró la puerta tras él dejando atrás la oscuridad de la noche y la de su ser, no se le ocurrió volver a pensar en el asesino que habitaba en él, en aquella sombra del pasado que era protagonista de cada una de sus pesadillas. La lucha interna con su otro yo, por única vez había cesado para dejar en libertad aquellos profundos sentimientos que por costumbre ignoraba pero secretamente resurgían como lazo conciliador entre el vagabundo y el destajador.

La vio como si fuera la primera vez, sus mejillas pintadas por un ligero carmesí, su pelo sedoso, su cuerpo que había adquirido la forma de una mujer, el absorbente olor a jazmines, todo en perfecto equilibrio. Sus fuertes brazos la acomodaron suavemente entre el futón retirando a su vez los mechones sueltos que surcaban su pálido rostro, aspiraba sediento de contacto el suave aroma que ella despedía; las vestiduras fueron apartadas una por una, como si de porcelana se tratase,  las manos resbalaban a veces torpes, a veces experimentadas por el fino contorno de la chica. Sus labios se tocaron tímidamente al principio y conforme el deseo se hacia presente el beso se intensificaba; tocó su cara suave, tersa, enamorada. Con el alma cálida y los ojos pintando en ámbar  recorrió cada rincón del esbelto cuerpo, trazando con suavidad cada línea esculpida; besó su cuello y se consumió en su sabor, deliraba ante aquella visión, sus ágiles y exegetas manos se entretenían moldeando sus erectos pezones arrebatando dulcemente gemidos placenteros de la joven.

Miró sus ojos, eran ámbar casi intenso, como los del asesino que lo tortura por dentro; sin embargo no tenía  miedo de aquellos ojos que en otro tiempo volvían al amor en nada y a la nada en miedo. El sentimiento la embriagaba y el estruendo de aquellas manos que saboreaban su cuerpo la hacia templar con placer, como si despertara de su sueño comenzó a mover las manos por el cuerpo ajeno de su amado, se supo en el cielo y en el infierno luego, aquellas manos encarnadas en el alma del destajador ya no continuaban su marcha y los ojos de Kenshin ya con su conocido color le miraban dulcemente. El pelirrojo intentó articular algunas palabras, sin embargo ella enmudeció el sonido sellando la promesa con un cálido beso.  Él continuó, sus labios besaron nuevamente el cuello de Kaoru, mientras su mano jugueteaba de camino a la entrepierna…

  Misao seguía preocupada, aun no podía creer lo que Soujiro le estaba sugiriendo, caminaba entre la gente poco decidida de haber hecho lo anterior..." ¿habrá sido buena idea dejar a Aoshi-sama con ese gran cargo?" Se cuestionó. Entre tanto su esposo caminaba animadamente, tal parecía haber regresado a ser el chico que años atrás perteneciera al Yupon; si de algo estaba segura era que él le ocultaba algo y mas pareciera que estaba enterado y que además disfrutaba de la confusión que ella experimentaba.

 -  ¡¡¡¡¡¡¡llegamos...!!!!!! – exclamó frente al templo –...ha pasado tanto tiempo desde que me detuve en este lugar con la esperanza de encontrar un hogar – la oni subía los escalones dos pasos atrás de Soujiro, no podía mirarle el rostro pero su tono de voz había cambiado, parecía mas serio – cuando te conocí...sabia que amabas a Aoshi-san y lo entendía...lo que no podía comprender era por que él no podía amarte de la misma forma, eras...no, eres tan maravillosa, pensaba marcharme. Sin embargo no pude hacerlo...la noche en que...yo desee ser el hombre que ocupara tu corazón, hasta llegue a creer que lo era...pero yo se que no habrá mas hombre en tu corazón y puedo comprenderlo – el joven se detuvo a mitad de las escaleras del templo. Desde aquel lugar se distinguía una lejana cascada...y sus ojos la miraban fijamente – él aun te espera puedes regresar y vivir feliz....

Todos los sentimientos se arremolinaron creando una gran confusión en la aturdida mente de Misao  y quizá era ese sentimiento el que le hacia un nudo en la garganta que le impedía hablar en ese momento  y el que la impulsó a hacer lo de la tarde pasada, lo recordaba bien.

"Las cosas seguían tal como la ultima vez, la escarpada escalera hasta el templo rodeada por un sin fin de yerbas y enredaras, las aves, como en su sueño, volaban pasando a su lado. Quedó de pie en la entrada del templo, había hecho eso mismo el día de su llegada, pero en cambio hoy si estaba dispuesta a arreglar las cosas, no huiría mas como una niña asustada. Una firme silueta le esperaba.

- Aoshi-sama – murmuró con inseguridad

- Misao hace tanto tiempo que te espero – su sonrisa se acentuó con tristeza – hay algo que he querido decirte desde aquella noche… 

- Eso debe ser un sentimiento hermoso…- Misao camino, levantó su mano hasta posarla en la mejilla del hombre – Aoshi

- Debes perdonarme, he sido un tonto todo este tiempo, pero has regresado – él tenia abrazada a la chica "me llamo Aoshi" pensó feliz – te prometo que todo cambiara, todo va a estar bien 

- Si – asintió repitiendo  – todo cambiara, todo va a estar bien -  ella correspondió el abrazo con intensidad " 

No, no era amor por compromiso lo que quería, por más que le hubiera amado y le hubiera dedicado cada sonrisa, Soujiro estaba equivocado. Lo que hizo con Aoshi la tarde anterior no fue sino una despedida, una justificación a su propio corazón y al de él, no quería que sufriera como ella lo había hecho, de ser así tendría que cargar con la culpa nuevamente. Analizó reiteradamente la situación, recordó cada momento y lo volvió a grabar en ella, los buenos y los malos ratos: la huida de Aoya, la confesión a sus amigos, aquellos atardeceres y paseos, el nacimiento de Aki… siempre había estado a su lado, sin esperar más a cambio que una dulce sonrisa, si eso era lo que ella esperaba. La simple idea de abandonar todo por lo que había trabajado y esperado dio un vuelco a su corazón y rompiendo aquel letargo que ahondaba sus pensamientos habló con la voz casi quebrada.                          

- no...- las lagrimas se desbordaron por las pálidas mejillas de Misao produciendo un bloqueo en su garganta – ¿llamas a eso felicidad?...la única felicidad que he conocido ha sido a tu lado, talvez cuando te conocí no te amaba pero ahora…Aoshi-sama ocupara siempre un preciado lugar en mi corazón pero...- el guerrero siguió sin dar vuelta creando desesperación en ella - ¡¡ ¿que no puedes entender que yo te amo a ti?!! ¿Qué si no me he marchado de tu lado es porque te quiero demasiado? Te estoy agradecida por esta nueva oportunidad que me brindas pero no es con Aoshi con quien quiero tenerla sino contigo – El hombre giró sorprendido por los sentimientos encontrados, ciertamente nunca esperó esa respuesta, sin embargo era verdad, ella lo amaba. Después de la muerte de Shishio había quedado sumido en inmensas cavilaciones de la vida que eran consecuencia de la rivalidad de dos doctrinas aprendidas, pensaba que la vida esta resuelta por el triunfo del más fuerte, y hasta ese momento le había quedado claro la otra filosofía de proteger a costa de la vida misma. Ella había marcado su destino, borró por completo la falsa sonrisa, para dar lugar a la sincera y verdadera expresión de alegría "esa sonrisa que muestras ya no se si es verdad o es mentira" y es que Misao no solo era una mujer más, ella como antiguamente lo fue su protector, le había salvado la vida.  Parecía que el sol esperara para que la escena pasara pues ante el abrazo de aquellos dos cuerpos se despidió dejando camino a las estrellas.  

Continuar

NOTAS: HOLA!!!!!!!!!!! Que pensaron que ya habíamos desaparecido…pues si (jajaja no es cierto) bueno primero creo que tenemos que ofrecerles una gran disculpa por la tardanza (Kazy: ¿tardanza? Fue casi un año, eso no es tardanza eso ya es abandono y abuso de confianza) ejem como decía nos hemos TARDADO mucho y es que en estos últimos meses hemos tenido muchas fallas técnicas gracias a quien sabe quien (Kazy: ¬¬ lalala) y pues aquí estamos de nuevo con este capítulo ¿a que no se esperaban que Misao se iba a quedar con Souji? Lo sentimos por los fans de la pareja A/M pero el ojos fríos y bonitos tenia que pagar ¿no?  Y para los fans de la pareja k/k ahí tienen un poco de ellos (Yuky sonrojada: sin comentarios de la parte ½  lemon)

Quisimos hacer este capítulo un poco mas largo como recompensa a la espera, haber como nos salió.  AHHHH me olvidaba…hemos decidido que este (Yuky: como ya se dieron cuenta) no será el último capítulo, así que el final se pospondría para ahora sí el siguiente y último capítulo.

Nos ha costado mucho seguir escribiendo, a tal punto que hemos pensado en abandonar todos nuestros proyectos, incluido este. Y antes de que nos surtan de tomatazos les quiero decir que no fue toda nuestra culpa…miren, se nos arruinó primero el módem, después el problema paso a la extraña lentitud de los programas y finalizó en la desconfiguración total de nuestro disco duro, en conclusión, nos quedamos sin Internet, sin PC y para terminar sin fics (Yuky: se nos borraron todos, todos Snif Snif) y pues ya se imaginaran lo tedioso que es estar leyendo tu propia historia de Internet para seguirla escribiendo junto con  6 mas que tienes y que por cierto tampoco has actualizado.

Además yo (Yuky) creo que toda la culpa es de Kazy, como ya trabaja pues no tiene tiempo de escribir y yo…bueno no quiero entrar en detalles de su vida personal pero déjenme decirles que trabaja 8hrs. diarias en un Mcdonals y anda detrás de un chico que ni siquiera sabe que existe (Kazy: oye tu!!! Deja de contar mi vida privada, además él también me quiere) bueno entonces se hacen las tímidas violetas.

Snif Snif, además la pobre de Kazy se ha quedado sin recursos monetarios por su tonta obsesión por comprar aparatos que ni le sirven, como cierta PC que fue un completo fracaso (la discreta Yuky: esa cosa es la que nos borró los fics)

Bueno ya!!!! Nunca habíamos escrito tantas notas ¿no creen? ( Kazy: será porque nunca nos habíamos tardado tanto en actualizar?) bueno para terminar otra vez nos disculpamos esperando no nos maten.

AHHHHHH se nos olvidaba (¿Que no se nos olvida?) MUCHAS, MUCHAS GRACIAS POR LEER NUESTRO FIC Y POR TODOS SUS REVIEWS. 

Un agradecimiento especial para todos ustedes:

Kitiara, Devil1, Madam Sooky, Susy, MisaoKan, Chibi Mai, Shiomei, M. S. Arashi Sumeragi, Makimashi Misao (F.D.S.S.), Fionna, Karla, Sol_Himura, Danly, Asuky-chan, emlo, gaby, Megumi Gabbiani y a kotori monuo

GRACIAS A USTEDES POR HACERNOS SABER QUE LES HA PARECIDO, ESPERAMOS QUE NO NOS HAYA FALTADO NINGUNO POR MENICONAR SI ES ASÍ DISCULPEN ES LA EDAD

SIGAN LEYENDO Y DEJEN MUCHOS REVIEWS ¿VALE?

Mata ne