Cáp. VIII Estampa de otoño
Hacia un año exactamente desde su última visita; las escalinatas parecían tan largas, el tren demoraba demasiado o simplemente era que el tiempo corría más lento. Cada otoño desde que su amor se esfumara pasaba largos momentos en la estación del tren, esperaba simplemente que el próximo fuera el correcto y para no equivocarse llegaba desde temprano, solo por si ella le hubiera dado mal la hora de llegada.
La sirena y el estruendo anunciaron la llegada del tren que tanto anhelaba, los pasajeros bajaban y como siempre a quien él esperaba era la última, sin embargo su gran sonrisa borro cualquier enojo que pudiera sentir.
- ¡¡Aoshi-sama!! ¡¡Por aquí, aquí estamos!! – grito la mujer desde la salida del tren. El hombre apresuró el paso hasta estar frente a ella
- Misao…luces muy…bien – susurró. Entonces reparo en la pequeña niña que Misao portaba en los brazos – ha crecido mucho este año… ¿Me permites?
- Oh claro – la mujer extendió a la pequeña niña depositándola en los brazos del hombre – hay tantas cosas que tengo que contarte…este año la llevamos a el templo y ahí….
Aoshi caminaba lentamente, había dejado de escuchar lo que Misao le decía, en cambio pensaba en los planes que cumpliría este año; llevaría a Aki a pasear por las colinas, visitarían los templos de ese lugar y tal vez ese año si le llamaría papá.
La vida de Aoshi había dado un giro muy inesperado, se había convertido en el Okashira nuevamente y atendía los asuntos que correspondían a tal cargo, todas las mañanas meditaba, regresaba y tomaba el té, pero todo esto lo hacia solo; y por tan solo dos semanas en el otoño, tomaba el té en compañía de una niña, no asistía a sus meditaciones y en cambio dormía hasta tarde, hacia excursiones y salidas al pueblo.
- ¿Aoshi-sama me está prestando atención? – dijo una enfadada mujer sacándolo de sus cavilaciones – usted no tiene remedio un día de estos tendrá un accidente por meditar mientras camina
- Disculpa, ¿qué me decías?
- Que no me quedaré muchos días, regresare en tres semanas
Misao distinguió de entre todos los establecimientos aquel al cual alguna vez llamara hogar, se despidió de Aoshi dejándolo solo en la puerta. Okina pasaba lentamente las hojas de un antiguo libro, sintió entonces frente a él una ligera brisa, un aura fresca y pacifica, pero al mismo tiempo fuerte. Subió la mirada hasta toparse con la persona de la cual provenía el aura, Misao.
- Que gusto que hallas regresado, ¿cómo van las cosas por allá?
- Bien, aunque hemos tenido que viajar mucho últimamente - sonrió, siempre era bueno volver a casa y cada vez que lo hacia todas las preocupaciones se quedaban en Tokio, muy lejos como para recordarse en las semanas que pasaba con la que consideraba su familia. No era que no le gustara la vida que había hecho con el ex hitokiri, le gustaba mantenerse ocupada, siempre había sido muy dinámica y con esta forma de vida ya no eran necesarios todos los saltos y carreras que hacía cuando era más joven.
Misao Makimachi, ahora era conocida en todo el Japón como Misao Seta. Al principio le parecía muy gracioso aquel nombre, sin embargo con el tiempo se había convertido más en una costumbre. Pero, ¿Por qué era tan conocida en Japón? fácil de explicar, era la mujer de uno de los hombres más ricos, dueño de barcos, negocios de exportación y otros de los cuales la gran señora Seta no tenia ni la mas mínima idea. "En verdad ella es toda una mujer" pensó Okina
- ¿Y Soujiro-san?
- En esta ocasión no ha podido venir, ha estado muy ocupado últimamente – la mujer se acomodó en una de las butacas de la habitación. Si era verdad que él estaba ocupado, sin embargo siempre dejaba cualquier labor para estar con ella y con la pequeña Aki. La verdadera razón por la que él no las hubiese acompañado era el simple hecho de que ella pasaría un rato con su antiguo amor; estaba claro que ya no lo amaba, pero nunca dejaría de jugar un papel importante en la vida de la ex okashira y de su pequeña hija.
La noche estaba por llegar, las nubes teñidas de ligero carmesí se fundían con el azul del cielo. El atardecer era hermoso, sin embargo el pelirrojo estaba absorto en algo que él consideraba aún más bello. Con el pecho de Kenshin como almohada Kaoru, ahora su esposa, yacía inmersa en un tranquilo sueño; él la observaba desde hacia ya un rato, algunos mechones se esparcían por su cara descuidadamente, su piel siempre tersa se mantenía calida. No quería que nunca se apartara de su lado, la simple idea de hallarse sin ella hacia que su corazón palpitara con temor. Ahora estaba seguro de que nadie los separaría. Su vida había cambiado mucho porque a parte de dedicarse a cocinar y lavar ropa (que ni le gusta) también había encontrado un buen trabajo. Esbozó una sonrisa al recordar la cara de su maestro cuando le anunció su matrimonio con Kaoru "ya lo sabia, después de todo no eres tan estúpido" había dicho Hiko-sensei después de hablar de ciertas cosas que debía hacer cierta noche (saben a lo que se refiere)
Aún recordaba aquel día donde fue suya por primera vez. El tiempo había pasado muy rápido desde aquella ocasión, quizá era porque se sentía feliz con su nueva vida. Y es que desde el día en que ella lo acusaba de deshonrar a su dojo, su mirada, su vivacidad, su esencia lo había consumido por dentro. Al principio ocultaba sus sentimientos hacia ella, no porque no lo sintiera de verdad, sino porque tenía miedo de que el asesino se desatara nuevamente y tal como lo hizo en su juventud matara a la mujer que amaba. En cambio descubrió que ella no solo enterraba al infernal destajador, sino que eliminaba el sentimiento de culpabilidad que le apesadumbraba la vida desde la muerte de Tomoe. Y en verdad era feliz, pues hacia dos meses se había enterado que el asesino que se convirtió en vagabundo ahora también seria padre.
- Mou, Kenshin porque no me despertaste, debe ser muy tarde – diciendo esto se estiró y se acomodó nuevamente entre los brazos de su esposo.
- Debes descansar - la miró tiernamente y la envolvió entre sus brazos protectoramente – No me gustaría que algo les pasara – tomó la barbilla de la mujer haciendo que lo mirara a los ojos – Kaoru-dono ¿eres feliz a mi lado? – la pregunta sonó extraña en los oídos de Kaoru ¿cómo que si era feliz con él? Claro que lo era, siempre lo había sido y estaba segura que así seguiría por mucho tiempo. Ella estaba consiente de lo que él había sido y de las consecuencias que había traído consigo su "profesión". Lo amaba y por encima de todo el sentimiento no se borraría.
- Sabes que te amo y que si estoy contigo es porque soy…somos muy felices a tu lado – sus miradas se cruzaron en un mar de sentimientos, así como enseguida sus labios se juntaron en una promesa - Kenshin?
- Si, Kaoru-dono?- el pelirrojo sonó preocupado, miró a la mujer expectante.
- Tengo hambre – miles de gotas resbalaron por la nuca del ex hitokiri quien ya acostumbrado al resiente humor de su esposa, la tomó en brazos y entrando a la casa se dispuso a preparar la cena, ya que ahora no tenía que preocuparse por ser el destajador, ni el vagabundo, solo sería Kenshin Himura.
El viaje había resultado ser mas rápido de lo que imaginaba, se reclino lentamente sobre su asiento mientras miraba por la escotilla, podía distinguir a lo lejos el puerto plagado de personas y barcos anclados. Le había insistido a su mujer que el viaje por barco resultaba mas cómodo y ligero que el de tren, pero ella, como de costumbre, se había marchado sin siquiera avisarle en que forma lo haría. Sonrió al pensar en la cara de su esposa cuando le viera llegar, seria toda una sorpresa.
- Señor hemos llegado al puerto – menciono un hombre sentándose al lado – como usted lo predijo hemos llegado el mismo día - Soujiro sonrió por dentro "en verdad Misao estará sorprendida"
En el puerto le esperaba una caravana de carruajes, sin embargo decidió que por esta ocasión caminaría, uno que otro hombre insistió que el camino era muy largo, mas se resignaron al ver el rostro decidido de su jefe. Soujiro caminó, dejo atrás el muelle, después la espesa ciudad, el empedrado sendero y el pequeño lago, fue entonces que llego al lugar que buscaba…el templo. Aquel sitio le traía los más gratos recuerdos de su vida, toda esa ciudad era su pasado y también era el inicio de su futuro. Después de la caída de Makoto Shishio el había tomado poder de todo, había procurado el empleo a los que trabajaran junto con él, incluidos los miembros que no hubieran muerto del Jupon.
El fresco aroma del templo plagio sus sentidos, las ramas permitían que el sol se filtrara dando pequeños espacios de luz. Entonces se sentó en posición de loto, como acostumbraba hacerlo el Okashira, cerró los ojos dejándose guiar tan solo por el silencio.
Quiso imitarlo por un momento, encontrar aquello que lo hacia tan distante. Vagó en sus recuerdos y por fin comprendió el porque Misao había amado a aquel hombre. Sabia que ella ahora era de él, incluso se sentía egoísta al tener una mujer así a su lado; sin embargo por más que a veces su estúpida razón se inclinaba por entregarla al hombre que ella había amado, su corazón, ahora lleno de sentimientos que él jamás hubiera imaginado sentir, le imploraba a gritos que aceptara la verdad, que dejara atrás el pasado y que amara con la plenitud de sentirse vivo, tal y como lo había hecho aquel gran señor que de su pasado no se borraría.
Caminó como sí estuviera flotando, no sentía sus pasos, ni la fatiga del sentirse cansada. Su alma estaba tranquila y su corazón ya no palpitaba como cuando regresó a aquel lugar, ya no se sentía nerviosa de mirarlo a los ojos y ofrecerle una sonrisa sincera, ahora, las miradas enardecidas y el latir de su corazón pertenecían a otra persona. No era que ya no lo quisiera o que el amarlo se hubiera borrado por completo de su mente, sino que aquel hermoso sentimiento se había trasformado en otro, no el de amor, no el de respeto, no el de admiración, sino el de sincera amistad y profundo agradecimiento, ese que tanto reclamaba el okashira, por el cual se había arrepentido aquella noche, por el que ella había sufrido tanto. En el fondo algo la hacía sentirse mal, amaba a Soujiro con toda su alma, pero el hecho de que Aoshi sufriera no le venía bien a su herida conciencia. Después de todo, él había estado casi siempre en su vida, ya fuera con la disimulada sonrisa de la cual era dueña o con la fría mirada que ella siempre reprochaba. Ahora estaba en camino a su encuentro, por más que hubieran cambiado las cosas en esos últimos años, él no cambiaba y su preferencia por permanecer en el templo tampoco.
Ashidori mo karukushite chao chao
Torumono mo toriaezu chao chao
Raion ga unaru mitai no raimei ga
Taisan wo unagashite iru
Dou naru no?
Sou...mou sugu ame
"El templo nuevamente" pensó "este es uno de mis lugares favoritos, en él he vivido cosas innombrables y recuerdos amargos" Camino hasta dar con el ultimo escalón, sin meditar avanzo.
Dai kirai ame nanka chao chao
Mou sukoshi itai noni
Kaikan ga kaisan ni kawaru shunkan wo
Raion ga isogaseta no wa
Meihaku No! Meiwaku
It's gonna rain!
- ¿Aoshi-sama? – murmuró fijando su mirada en la figura frente a ella - ¿Soujiro?
- Lamento no ser la persona que esperabas – Misao sonrió dejando ver su inmensa alegría
- No digas tonterías, sabes que siempre serás la persona que yo espero… - la mujer corrió hasta aprisionarlo con un abrazo. Murmuró– bésame
- Es un templo, no puedo hacer eso – Soujiro trataba de evitar sus sentimientos mas parecía inútil. La joven lo miro severamente ante ese comentario
- Es aquí donde comenzaron mis temores… - murmuro besando a su esposo. Las carisias comenzaron a intensificarse – y es aquí mismo donde quiero que se acaben…
- Pero Misao…
- Ahora puedo regresar donde él se encuentra sin sentirme culpable – sus corazones latían rápidamente al ritmo en que sus cuerpos se juntaban – se que he cometido muchos errores y aunque no creo que el haya sido uno de ellos… espero que algún día encuentre a una persona que llene su soledad
Ame wa mou aribai wo kesu no?
Kare wa mou wasurete shimau no?
Futari wa mou korekiri ni naru no?
Subete wa ame no seitte koto ni shite okou
Ahí, en aquel templo donde Soujiro por primera vez había visto a Misao con Aoshi, estaban nuevamente dos cuerpos uniendo sus almas en una misma (pues que pervertidos) como ella tanto lo deseaba.
Kare kara no renraku wa Nothing Nothing
Ame ni yoru kyoukun mo Nothing Nothing
Kanjou mo igirisu no tenki mitai ni
Utsurigi dattara totemo
Raku nanoni...gyaku na no
It's gonna rain!
La brisa arrancó de los brazos de un árbol cercano algunas hojas y guiadas hasta el borde de la cascada convirtiéronse en ondas para después desaparecer. La luz había comenzado a escasear anunciando el atardece, un rosado pintaba entre las nubes que merodeaban sobre el agua. Un par de ojos azules miraban las hojas mezclase con las burbujas de la cascada. Aoshi levanto su mano señalando a su acompañante para que también mirara, la pequeña que permanecía quieta entre sus brazos sonreía con cada hoja señalada. Como cada otoño, los dos, padre e hija, subían al paraje más alto y teniendo como fondo la gran cascada, permanecían por horas viendo como con cada suspiro el viento arrancaba sin piedad los finos pétalos de los cerezos en flor que se repartían alrededor del ya gastado templo. El okashira de los Oniwabanshu sonrió ligeramente al ver el rostro de la niña.
Ame ga netsu wo yomigaeraseta
Kare mo futo watashi wo omoidashita
Futari wa ima koko ni michibikareta
Subete wa ame no sei, uun, okage na no
Por segunda vez, desde aquella noche en que había tenido entre sus brazos a la mujer que amaba, el sentimiento de soledad que le embargaba el alma desaparecía cuando las hojas caían para dar paso al invierno, en otoño.
Ame wa hito wo yondari keshitari
Dare yori mo tegowai majishan ne
Futari wa itsumo damasarete bakari
Subete wa ame de hajimarun deshou...
It's gonna rain!
...Fin
Notas: Ok, Ok esta vez si nos pasamos....buaaaaaaa es que tuvimos un accidente con nuestra compu...y...y snif snif no podíamos actualizar (Yuky: ¬¬ para variar) Bueno ya, muchas gracias a las personas que nos siguieron a lo largo de este fic, por mantenerse alerta de las actualizaciones y darnos ánimos para continuar. Hemos descubierto que quizá no escribíamos porque queríamos retrazar el final, pero después de todo…no pudimos. Ahh si, la canción es "Its gonna rain" (va a llover) el segundo opening de la serie y según nosotras esta dedicado al encantador Souji.
¿Qué les pareció el final? A todos los fans de la pareja M/A pues...sin comentarios. Y que tierno Souji ¿no? Miren que dejar a su esposa para que fuera "feliz" con otro....En fin pues esto ya se ha terminado, está a punto de invadirnos la melancolía pues este es el primer fic que terminamos y también es uno de los que más queremos (Kazy: si, así como lo oyen si se puede querer a un montón de letras almacenadas en una hoja de trabajo de una computadora) Muchas gracias por aguantar nuestras locuras y ocurrencias y sobre todo gracias por ser tan pacientes y por no llenarnos de virus (Yuky: aunque últimamente hemos pensado que el problema con nuestra PC ha sido causado por uno) Hemos pensado que tal vez podríamos hacer una continuación, ya saben con Aki y con el no nato de Kaoru, en fin no prometemos nada, la escuela esta muy dura y el tiempo es muy corto para hacer una secuela.
Saben vamos responder a los últimos Reviews...aunque ya sea un poco tarde, estos últimos reviews han sido muy gratificantes y nos da mucha alegría que opinen eso de nuestro fic.
Iris: Muchas gracias por tu review, nosotras también pensamos que Aoshi la regaría de esa manera, perdón por hacerlo sufri…pero ya viste que después de todo tuvo un buen resultado. En cuanto a Souji, pues si ya se merecí demasiado ser feliz. Te pedimos perdón también por haber tardado tanto en actualizar, pero aquí tienes ya el último capítulo.
Gaby Hyatt : prometemos que no se va a tirar de un puente (por lo menos no tenemos pensado que lo haga) Pero si ves el lado bueno es que Aki lo va a visitar siempre que sea otoño…bueno nosotras no queríamos hacerlo sufrir pero la verdad es que es tan frio que luego se pasa con Misao. Muchísimas gracias por tus reviews y perdón por la tardanza.
Devil1: Gracias por seguir nuestro fic todo lo que ha durado (sobre todo por el tiempo que tardamos en actualizar) Esperamos que te halla gustado. Gracias por ser tan paciente.
Marie Shinomori: Primero que nada perdón por la tardanza, nos sentimos horribles haciéndolos esperar. Muchas gracias por tu review, también a nosotras nos fascinan Misao y Souji, por eso decidimos ponerlos juntos, y también ¿por qué no? Que fueran felices.
Y-Yukiko-Y: hola chica, perdón por la incertidumbre y por la tardanza desde luego. Que bueno que te halla gustado la pareja. Tienes todo nuestro permiso para inspirarte, con la condición de que nos digas cual fic hiciste para así poder leerlo. De verdad que si queríamos actualizar rápido pero nos bloqueamos, la inspiración se nos voló. En fin, aquí esta lo prometido, muchas gracias por estar al pendiente de nosotras y de nuestro fic.
Misao Kirimachi Surasai: ¡¡¡Hola!!! Te comprendemos, también hemos pasado últimamente por tremendos problemas con nuestra PC. Que bueno que te halla gustado la pareja. Estamos agradecidas (Kazy: ay ya perecemos los muñecos de Toy Store) por tus comentarios.
Ah y nos faltan los demás:
kotori monuo, Megumi Gabbiani, Wechapa, blanca molina, gaby, emlo, MAKIMASHI MISAO (F.D.S.S.) Asuky-Chan, Danly, M.S. Arashi Sumeragi, SolHimura, Karla, Madam Spooky, Fionna, Shiomei, Chibi Mai, MisaoKan, Susy, kitiara. (perdón si no los mencionamos, no fue mala obra)
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Muchas gracias a todos por sus Reviews!!!!!!!!!!!!!!!!
Esperamos que les haya gustado el final (Kazy: y si no, todas las quejas van dirigidas a Yuky por favor) sigan leyendo nuestros próximos fics y prometemos ya no tardarnos tanto. Nos vemos en otro fic. Gracias a los lectores por leernos y gracias a los escritores por sus fics. (Yuky: Si, nos referimos a todos aquellos que hayan escrito un fic)
¡¡¡Mata ne!!!
