(CAPÍTULO V)
Había pasado toda la noche buscándolo sin éxito. ¿Por qué se comportó tan bruscamente con él? Se sintió tan mal con el rechazo de Camus que no soportó la idea de pasar la noche sólo, así que fue a la taberna del pueblo y se lió con el primer tío que se parecía a él. Una pobre réplica de su caballero de hielo, lo sabía, pero el frío había vuelto a su corazón y era aún más intenso que antes. Entonces ocurrió todo, el ruido, la puerta que se abría y el rostro de su amado anegado en lágrimas de desazón y dolor.
Salió corriendo tras él pero no logró darle alcance. Ya eran casi las 10 de la mañana y seguía buscándolo. Shaka!!!!! Seguro que él sabía dónde estaba. Siempre habían sido muy amigos, cómo no se le ocurrió antes.
MILO: SHAKA!!!! SHAKA!!!!!!!
SHAKA: Llegas tarde. Se fue antes del amanecer.
MILO: No, no es posible. Lo he perdido para siempre.
SHAKA: Y no es lo que mereces?
MILO: Supongo que sí.
SHAKA: Supones....?
Iba continuar increpándole por su comportamiento con Camus cuando se dio cuenta del aura de abatimiento que rodeaba a su amigo. Se acercó a él y le rodeó los hombros con su brazo.
SHAKA: Ven, siéntate y cuéntame todo lo que ha pasado. Te ves muy demacrado. Acaso has estado toda la noche buscándolo?
Milo asintió. Era tan doloroso lo que sentía que no encontraba fuerzas ni para hablar. Se apoyó en una pared y se dejó caer al suelo, encogió las piernas y escondió la cabeza entre ellas. Permaneció así durante horas.
Cuando al fin decidió moverse, Shaka le tenía preparada una buena taza de café caliente y una manta.
SHAKA: - con su más tierna voz – Ven, Camus se ha ido a Francia no se sabe hasta cuando y tú no vas a solucionar nada muriendo de una pulmonía.
MILO: Te... te contó lo que hice? Soy un monstruo.
SHAKA: Lo se todo y más bien creo que ambos son muy tontos. Tan distintos y tan iguales al mismo tiempo. Son como fuego y hielo.
MILO: Fuego y hielo. Incompatibles.
SHAKA: Al contrario, complementarios. Los dos queman por igual.
MILO: Te lo agradezco pero creo que voy a retirarme a mi santuario.
Shaka lo vio alejarse con un profundo malestar. No sería nada fácil que esos dos terminasen juntos. Si al menos no fuesen tan sumamente orgullosos...........
CONTINUARA.............
Había pasado toda la noche buscándolo sin éxito. ¿Por qué se comportó tan bruscamente con él? Se sintió tan mal con el rechazo de Camus que no soportó la idea de pasar la noche sólo, así que fue a la taberna del pueblo y se lió con el primer tío que se parecía a él. Una pobre réplica de su caballero de hielo, lo sabía, pero el frío había vuelto a su corazón y era aún más intenso que antes. Entonces ocurrió todo, el ruido, la puerta que se abría y el rostro de su amado anegado en lágrimas de desazón y dolor.
Salió corriendo tras él pero no logró darle alcance. Ya eran casi las 10 de la mañana y seguía buscándolo. Shaka!!!!! Seguro que él sabía dónde estaba. Siempre habían sido muy amigos, cómo no se le ocurrió antes.
MILO: SHAKA!!!! SHAKA!!!!!!!
SHAKA: Llegas tarde. Se fue antes del amanecer.
MILO: No, no es posible. Lo he perdido para siempre.
SHAKA: Y no es lo que mereces?
MILO: Supongo que sí.
SHAKA: Supones....?
Iba continuar increpándole por su comportamiento con Camus cuando se dio cuenta del aura de abatimiento que rodeaba a su amigo. Se acercó a él y le rodeó los hombros con su brazo.
SHAKA: Ven, siéntate y cuéntame todo lo que ha pasado. Te ves muy demacrado. Acaso has estado toda la noche buscándolo?
Milo asintió. Era tan doloroso lo que sentía que no encontraba fuerzas ni para hablar. Se apoyó en una pared y se dejó caer al suelo, encogió las piernas y escondió la cabeza entre ellas. Permaneció así durante horas.
Cuando al fin decidió moverse, Shaka le tenía preparada una buena taza de café caliente y una manta.
SHAKA: - con su más tierna voz – Ven, Camus se ha ido a Francia no se sabe hasta cuando y tú no vas a solucionar nada muriendo de una pulmonía.
MILO: Te... te contó lo que hice? Soy un monstruo.
SHAKA: Lo se todo y más bien creo que ambos son muy tontos. Tan distintos y tan iguales al mismo tiempo. Son como fuego y hielo.
MILO: Fuego y hielo. Incompatibles.
SHAKA: Al contrario, complementarios. Los dos queman por igual.
MILO: Te lo agradezco pero creo que voy a retirarme a mi santuario.
Shaka lo vio alejarse con un profundo malestar. No sería nada fácil que esos dos terminasen juntos. Si al menos no fuesen tan sumamente orgullosos...........
CONTINUARA.............
