(CAPÍTULO VI)
Querido Camus:
Se que desde mi última carta no ha pasado apenas una semana pero han ocurrido varios acontecimientos y creo que es de suma importancia que tú los conozcas.
Como ya te conté con anterioridad, desde que te fuiste Milo no ha vuelto a ser el mismo. Se pasa los días y las noches de burdel en burdel buscando amantes, gratis o pagando. Se mantiene en un estado constante de embriaguez y ha tenido peleas con casi todos los caballeros de la orden. Al único que medio tolera es a mí y así con todo cada vez que le pregunto el por qué de sus acciones tan solo me contesta – Tengo frío -.
Mi intuición me dice que esa frase encierra más que un malestar físico, es más, creo que tú conoces su significado.
Pero eso no es lo más importante. Lo realmente grave es que hace un par de días fue atacado por dos de sus antiguos amantes. Nadie sabe qué pasó entre ellos ni se explica como ocurrió pero el resultado fue que hirieron a Milo con una daga rociada con pócima de la soledad.
No nos lo explicamos porque, aunque esa pócima puede ser mortal para una persona normal, no tiene nada que hacer contra el poder de un caballero de oro. Aún así ha entrado en un estado en el que ni nuestra venerada diosa () ha conseguido hacer nada por él. Tiene mucha fiebre y en medio de sus delirios sólo repite..... Camus.
Se que lo que te voy a pedir no es fácil para ti pero si en verdad amaste alguna vez a Milo vuelve al santuario. Creo sinceramente que tú eres el único que puede hacer algo por él.
Espero ansiosamente tener noticias tuyas.
Shaka, caballero de oro de virgo.
Ya no sabía cuántas veces había leído la carta ni la cantidad de sensaciones que le invadieron, estupor, sorpresa, tristeza, impotencia, miedo y, finalmente, cólera.
Después de todo un año aún no conseguía pensar en Milo sin sentir una punzada de dolor. Se había jurado a sí mismo hasta la saciedad que jamás volvería a verlo. No le daría la oportunidad de volver a hacerle daño. Y, sin embargo, allí estaba.
Cogió el primer avión para Grecia en cuanto leyó que él lo necesitaba. Sentía tanto miedo al pensar que le pudiese ocurrir algo malo que no lo soportaba y lo convirtió en odio.
Odio, cólera, sufrimiento, eso era lo que les esperaba a esos malditos bastardos. Los buscaría y los mataría. No, eso sería demasiado rápido, los encerraría en un ataud de hielo para que milo hiciese lo que quisiera con ellos. Si sobrevivía.........
Unas lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas pero se las secó con rabia – No, no es hora de llorar. Debo ser fuerte por él, por mí, por los dos. Aguanta Milo, ya estoy en camino-
CONTINUARÁ.....
() Esto es algo muy lógico si tenemos en cuenta que dicha diosa no hace nada nunca hasta el final y porque de no ser así se quedaría sin caballeros
Querido Camus:
Se que desde mi última carta no ha pasado apenas una semana pero han ocurrido varios acontecimientos y creo que es de suma importancia que tú los conozcas.
Como ya te conté con anterioridad, desde que te fuiste Milo no ha vuelto a ser el mismo. Se pasa los días y las noches de burdel en burdel buscando amantes, gratis o pagando. Se mantiene en un estado constante de embriaguez y ha tenido peleas con casi todos los caballeros de la orden. Al único que medio tolera es a mí y así con todo cada vez que le pregunto el por qué de sus acciones tan solo me contesta – Tengo frío -.
Mi intuición me dice que esa frase encierra más que un malestar físico, es más, creo que tú conoces su significado.
Pero eso no es lo más importante. Lo realmente grave es que hace un par de días fue atacado por dos de sus antiguos amantes. Nadie sabe qué pasó entre ellos ni se explica como ocurrió pero el resultado fue que hirieron a Milo con una daga rociada con pócima de la soledad.
No nos lo explicamos porque, aunque esa pócima puede ser mortal para una persona normal, no tiene nada que hacer contra el poder de un caballero de oro. Aún así ha entrado en un estado en el que ni nuestra venerada diosa () ha conseguido hacer nada por él. Tiene mucha fiebre y en medio de sus delirios sólo repite..... Camus.
Se que lo que te voy a pedir no es fácil para ti pero si en verdad amaste alguna vez a Milo vuelve al santuario. Creo sinceramente que tú eres el único que puede hacer algo por él.
Espero ansiosamente tener noticias tuyas.
Shaka, caballero de oro de virgo.
Ya no sabía cuántas veces había leído la carta ni la cantidad de sensaciones que le invadieron, estupor, sorpresa, tristeza, impotencia, miedo y, finalmente, cólera.
Después de todo un año aún no conseguía pensar en Milo sin sentir una punzada de dolor. Se había jurado a sí mismo hasta la saciedad que jamás volvería a verlo. No le daría la oportunidad de volver a hacerle daño. Y, sin embargo, allí estaba.
Cogió el primer avión para Grecia en cuanto leyó que él lo necesitaba. Sentía tanto miedo al pensar que le pudiese ocurrir algo malo que no lo soportaba y lo convirtió en odio.
Odio, cólera, sufrimiento, eso era lo que les esperaba a esos malditos bastardos. Los buscaría y los mataría. No, eso sería demasiado rápido, los encerraría en un ataud de hielo para que milo hiciese lo que quisiera con ellos. Si sobrevivía.........
Unas lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas pero se las secó con rabia – No, no es hora de llorar. Debo ser fuerte por él, por mí, por los dos. Aguanta Milo, ya estoy en camino-
CONTINUARÁ.....
() Esto es algo muy lógico si tenemos en cuenta que dicha diosa no hace nada nunca hasta el final y porque de no ser así se quedaría sin caballeros
