3. Charlemos

Cuando quiso darse cuenta, el ascensor se estaba cerrando y ascendía a una velocidad de vértigo. "Sin trabajo. . . sin trabajo. . . ¿cómo pretendo pagar el alquiler? Porque yo a casa no vuelvo. . ."

-No vuelvo. ¡No! Vamos, a ver cómo ese par se besuquean y a que me controlen. . . 'Ginny, tienes resaca' ¡Pues claro que tengo resaca! Voy a volver para eso. . . va que sí! –añadió en voz alta.

"No puedo estar sin trabajo. . . Estúpido gilipollas!!! No me puede despedir. Porque no me puede despedir. No puede. Me contrató por tres meses y me quedo tres meses aquí. . . vaya que sí. . ."

El ascensor abrió sus puertas, dando paso a una sala enorme. Ella salió disparada.

-¿deseaba algo, señorita? – preguntó una chica.

Ahora que paraba las turbulencias de pensamientos, ¿a dónde demonios iba?

-Busco al señor Malfoy. – "Sí, señor, ¡y qué más!"

-El señor Malfoy no está. Ha salido a comer con su novia. Pero si quiere le puedo dar el recado.

Un momento: Malfoy le había puesto los cuernos a su novia con ella. "Pues claro, tonta. ¿Quién demonios te creías que vivía con él? Su madre?".

-Ya, su novia. – acertó a decir.

Debía de tener cara de mala leche, porque la chica se asustó.

-Em, sí, la señorita Meylss y él han ido a comer. Pero, en su nombre, le pido excusas. No pudo asistir a al reunión de accionistas de esta mañana.

"¿Accionistas? ¿Qué accionistas? ¿Qué dice esta de unos accionistas? ¿Cuál reunión?" Ginny se miró el traje. Vaya. Ahora que lo decía, tenía pinta de "accionista" o de cualquier otro puesto importante. Le dirigió a la chica una repentina sonrisa.

-Sólo tengo que entregarle unos informes de economicología ascensional. Puedo dejárselos en su despacho.

-Economiqué? Esto. . . perdone. Déjeme apuntar su nombre y el del informe, y yo se los dejaré.

-No hará falta. Él ya sabe todo acerca del informe. Y es muy secreto. Yo misma lo dejaré en su despacho. ¿Cuál es?

La muchacha sonrió confundida. No podía desobedecer la orden de un superior. Sabía que el señor Malfoy se enfadaría si se enteraba de que había dejado entrara a alguien en su despacho, pero si lo que el señor Malfoy quería era que ella entrase, se le caería el pelo por no dejarla pasar. Y, Dios, ella era una accionista que le daba una orden DIRECTA.

-Está bien. Pase. Es el del medio.

-Muchas gracias. – sonrió Ginny.

Ella entró a toda velocidad. ¡Qué despacho más enorme! Y ella trabajando en uno de esos horribles cubículos. Le dieron ganas de destrozárselo todo. Suspiró. Con un hechizo, hizo que el traje apareciese limpio y doblado sobre la mesa. Escribió una nota. "Ya nos veremos, cabrón" La dejó sobre el traje y sacó dos juegos de llaves del bolsillo de la gabardina. Se miró al espejo, a ver qué ropa tenía puesta. Ahora llevaba unos vaqueros oscuros y una camiseta color berenjena. No parecía para nada lo que había parecido al entrar. Y también iba a pasar frío. P-e-r-fecto. Salió del despacho. La chica no estaba. Mejor, no convenía que la viese con esas pintas. Bajó. El coche plateado estaba aparcado justo enfrente de la puerta. Sacó las llaves. "No. . ." susurró. Pero, después de apretar las llaves con fuerza, se metió dentro del coche, las puso dentro y salió de él. No era suyo. Tenía que devolverlo. Pero si alguien veía las llaves puestas y se lo llevaba no iba a ser culpa suya. Las llaves estaban puestas cuando ella lo cogió. Lo había dejado tal cual, y además, a mano. Porque esa era otra, si hubiese tenido tiempo, habría dejado el coche aparcado bien lejos para que el "señorito" hiciese algo por una vez en su vida y fuese a buscarlo. Suspiró de nuevo, abrazándose para evitar el frío, y miró a su alrededor hasta localizar la cabina más próxima.

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-Tranquilízate, cielo. – dijo él, cansado.

-¿Cómo que me tranquilice? ¿Cómo que me tranquilice? ¡No soy ninguna de esas tontas con las que has salido hasta ahora! ¿Qué clase de ocupa hace esto?

-Sylvia, a ver explícame, ¿qué es "esto"?

Ella carcajeó.

-Es muy evidente. Alcohol. Tú ropa y ropa de mujer tirada por los suelos.

-No es mi ropa!!! – exclamó él. "Negarlo todo. Hay que negarlo todo".

Ella levantó las cejas, escéptica.

-La cama deshecha. –continuó ella – Falta mi ropa y mi coche. ¿Qué más hay que explicar? Yo te castro!!! – ella se acercó hacia él con cara de asesina - ¡Y le has dado mi ropa! ¡Y mi coche!

Draco se levantó del sofá y se echó hacia atrás. Jamás pensó que iba a decir lo siguiente, pero estaba su empresa. . . y aquella loca. ¡¿Por qué demonios habría dejado la varita en el coche?! "Hum, sí, ella casi me saca de los pelos para enseñarme esto". El caso es que, sin más remedio, pronunció la fatídica frase.

-Te lo puedo explicar.

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-¿Diga?

-¿Rochelle? – preguntó ella. Había sido un suerte que la empresa donde trabajaba su amiga Rochelle estuviese justo enfrente de la de Draco.

-¡Gin! Cuéntame, ¿qué tal la boda?

-Necesito hablar contigo de tú a tú. – dijo resoplando por el frío - ¿Cuándo crees que podrás bajar?

-Estem. . . hoy no tengo mucho trabajo. Ahora mismo, si quieres.

-Estoy aquí enfrente. Baja ahora. Te espero en el "París", okay?

-Vale, vale, ahora bajo. – Ginny pudo escuchar unos pitiditos al otro lado de la línea. Rochelle había colgado.

Dejó el auricular y cruzó la calle hasta entrar en el Café París, justo al lado del edificio de la empresa de Rochelle. Pidió un café y se sentó en una mesa junto a la ventana.

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Ella miró su reloj (un Cartier cuadrado, adornado con diamantes).

-Tienes exactamente cinco minutos para explicarte. Y exijo una razón razonable.

"Redundante" pensó él. "Piensa, piensa. . ."

-Tres minutos. – dijo ella, quitándose una pelusa del traje en color crudo, y colocándose la blusa.

-Verás. . . le dejé el chalet a Blaise. Tenía una cita. Ejem. . . yo. . . no esperaba que lo fuese a dejar así.

Ella miró a su alrededor. Al parecer, le parecía verosímil.

-Blaise. . . cómo no. . . tenía que haberlo pensado antes. . .

Se podía decir que Sylvia no le tenía ningún afecto a Blaise. . . tampoco a ninguno de sus otros amigos, pero a Blaise en concreto lo detestaba. . . Incluso mucho antes de que él le llamase "insecto palo" en su propia cara. . .

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Ginny notó a su amiga dejarse caer frente a ella. Era raro ver a Roch vestida de. . . de traje. Sus habituales vaqueros ajustados y camiseta chillona habían sido sustituidos por un taje de chaqueta y minifalda en color camel con rayitas blancas (original, para no variar) y escote de chimenea.

-Buenas.

-Hola. – Ginny sonrió, y bebió un sorbo de capuccino.

-¿Qué tal la boda?

-Bien, la boda, bien. – murmuró la pelirroja – Pero lo demás. . . – hundió la cabeza entre sus brazos. Acto seguido, levantó un poco los ojitos para mirar a su amiga.

-¿Qué ha pasado?

-¿Por dónde empiezo? – preguntó la pelirroja, mientras se hacía una trenza y bebía otro sorbo de café.

-Pareces nerviosa. –comentó la pelinegra, sacudiendo su melena.

-Me han echado del trabajo.

-¿Que qué? ¿Que te han echado de qué? ¿Por qué?

-Porque me tiré al jefe. A Malfoy.

-¿Quéee?

-Me invitó a copas. Y me desperté en su casa. Y le robé el coche y me despidió. Pero me despidió antes de saber que le había robado el coche! Y además, se lo he devuelto! Y no tengo casa!

La cara de Rochelle era indescriptible.

-Ya sé que mi coeficiente intelectual es muy superior al normal, cariño, pero me vas a tener que explicar esto más despacio. Pídete algo de comer, anda.

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Draco y Sylvia almorzaron pronto, y mientras ella iba a ver a su padre, él volvió a la oficina. Su despacho favorito, el que compartía con Blaise, que tenía una pared totalmente acristalada. No tenían allí nada que tuviera que ver con el trabajo, lo cual estaba muy bien. Y a las secretarias les estaba totalmente prohibido acercarse. Abrió el minibar y en una copa ancha se sirvió mucho hielo y un buen chorro de whisky. Giró la silla (que estaba frente al escritorio, dando en dirección a la puerta) y se puso a mirar los edificios de alrededor, todos bastante más pequeños que el suyo. . . Suspiró. Sabía que si en el otro lado hubiese cristales, vería un edificio muy similar al suyo, tal vez no tan moderno, cuya competencia resultaba casi insoportable. No le gustaba nada tener competencia. En nada. Borges & Cía. . . algún día los hundiría, o tal vez los absorbería, no estaba seguro, como a todas aquellas empresas que habían osado hacerle frente. Pero siguió mirando los edificios. Estaba tan alto, que podía ver kilómetros y kilómetros de ciudad. Le dio un sorbo a su whisky. Así le gustaba, de la mejor calidad, fersquito y relajante. La verdad, aquella chica, Sylvia, a veces lo sacaba de quicio. No era TAN tonta como otras novias que había tenido, pero cuando se ponía histérica ERA una histérica. Nunca le había comentado nada, pero él estaba totalmente seguro de que tenía un problema.

-Buenos días, Darco. – dijo una voz masculina a su derecha.

El despacho estaba comunicado con el suyo a la izquierda y con el de Blaise a la derecha.

-Me pareció haberte oído.

-Sí. . . . – suspiró el con cansancio - ¿quieres una, amigo? – dijo levantando la copa.

-Sabes bien que no bebo por las mañanas. – contestó. La verdad es que el pobre tenía un estómago un tanto delicado – Y, la verdad, no puedo creer que tras una boda ya hayas eliminado todo el alcohol de tu sangre.

Draco suspiró y levantó una ceja, por toda respuesta.

-Me ha dicho Laura que has despedido a una chica. Nueva. Con un contrato de tres meses. – Draco no dijo nada, dando a entender que así era, y que no se arrepentía de ello - ¿Tú sabes qué coño has hecho?

-¿Despedirla?

-He visto el currículum de la chica en cuestión. Es casi mejor que el tuyo. ¡Qué digo! ¡Lo es! Entró becada, pasó becada y salió becada de nuestra misma universidad. Varias matrículas de honor a final de curso. Sobresalientes CON CARTER.

-¡¿Con Carter?! – dijo Draco. Aquel profesor suspendía a un setenta y cinco por ciento de sus clases. Él nunca había suspendido, pero su nota más alta había sido un ocho. Aunque bien es verdad que, como nunca necesitó una beca, podría haber estudiado más. Pero ese no era el caso. - ¿Y se puede saber qué coño hacía de secretaria en al primera planta?

-No lo sé. Simplemente no la conocíamos, así que dudo que hayamos leído su currículum hasta ahora. Pero nos puede llevar a juicio y exprimirnos hasta sacarnos los hígados, y sabe cómo hacerlo. Quiero una explicación, Draco. . .

-Pues la explicación es muy simple, Blaise. Me la tiré. Me la tiré en la boda cuando estaba borracho. Y adivina quién es, ¿eh? ¿lo has mirado? Weasley. La pequeña niñata Weasley perseguidora de Potter.

Blaise se quedó pansando.

-No la recuerdo bien. . . nunca me fijé. ¿Pero a quién se le ocurre?

-¿He dicho la palabra "borracho"? Pero la nena ya se ha cobrado el despido. Esta mañana la dejé en el chalet para venirme, y cuando he vuelto con Sylvia, además de haber dejado la cama revuelta y su ropa esparcida tal y como se la quité, se ha llevado un Armani de Sylvia y su coche.

Blaise rompió a reír.

-¡Y parecía tonta! Jajajaj ¡¡¡Va a ser que me empieza a caer bien esa chica!!! Jajaj ¡Ya me puedo imaginar la cara que puso Sylvia! Jajaj

-Yo no le encuentro la gracia, Blaise. – dijo Draco, con cara de mala hostia.

-¡¡¡Pues yo sí!!! Jajaj

Alguien tocó a la puerta y Laura, la secretaria, abrióla puerta.

-Señor Malfoy, señor. . .

-¡¿Cuántas veces te he dicho que NO te acerques por aquí?!

-Esque. . . estem. . . esta mañana, mientras usted almorzaba, se pasó por aquí una accionista con un informe. Parecía urgente. Lo dejó en su depsacho.

La muchacha hizo ademán de cerrar la puerta, pero Darco recordó que todos sus accionistas eran hombres.

-¡Eh! Dime, Laura, ¿qué pinta tenía la chica?

-Pues muy elegante. . . y. . . pelirroja.

Draco se puso de pié enseguida y fue a su despacho, seguido por Blaise que iba más depsacio (sin correr). Darco temía por su despacho. ¡Secretaria estúpida! Ella volvió a su mesa, despacito. El rubio se sorprendió de encontrar su despacho intacto. Respiró tranquilo. Condescendencia de la Weasley? Observó que encima de la mesa estaba la ropa robada, bien doblada.

-El coche está abajo. Justo enfrente. – informó Blaise. – Lo acabo de ver, cuando subía de comer.

Draco rebuscó en los bolsillos, en busca de las llaves. Sólo encontró una nota. "Ya nos veremos, cabrón".

-La muy cabrona se ha llevado las llaves.

-Joder! Pues sí es lista, sí. Ya verás cómo se va a poner Sylvia! Jajaj

-Blaise, esto NO tiene gracia.

Draco miró por la ventana, tratando de contener su mal humor y no hacer estallar la estancia en pedazos. Y, qué sorpresa se llevó al ver una larga melena pelirroja andar varios pisos más abajo. Mientras su mente no daba crédito a que aquella muchacha fuese lo suficientemente insensata como para quedarse cerca de allí después de haberle provocado semejante desaire, su cuerpo se dirigió corriendo hacia el ascensor, como un acto reflejo. Blaise se quedó muy sorprendido, mirando por la ventana como un gilipollas (n/a: todo hay que decirlo, incluso él mismo lo pensó así), en busca del objeto causante de la inminente marcha de su amigo. Y ah, cómo no, inevitablemente su mirada también topo con la llamativa melena roja, que resaltaba mucho entre los invernales colores de la calle. Agarró sus omniculares. Aquello no se lo perdía.

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Buff, hacía frío!!! Debía encontrar algún lugar para desaparecerse. . . miró a su alrededor y encontró un sucio callejón muy a mano, y muy indicado para el uso que debía darle. Resbuscó en sus bolsillos. . .

-¡Ah, el cabrón de Malfoy! – exclamó, casi dando un salto, al no encontrar su varita y recordar qué había sido de ella.

Se paró en medio de la acera y volvió a mirar a su alrededor. Llamar a Ron, que trabajaba cerca, desde el café y que la llevase a casa habría sido una buena solución. Una solución de nenita pequeña que necesita ayuda del tato, sí, pero una buena solución. Luego, claro, la nenita habría sido interrogada sobre "¿dónde perdiste la varita, Ginny? ¡¡¡Te la ataré al cuello!!! ¡¡¡El dinero no cae del cielo!!!". Por supuesto que el dinero no caía del cielo, por desgracia. Obviamente no pensaba tragarse sus palabras y pedirle a Ron que la llevase a casa (arreglar las cosas con Ron sería difícil, pero muy en su papel de hermanito mayor sí la sacaría de un apuro si se lo pidiese, o si se enterase aunque ella no pidiese nada ["entrometido!"]). Pero ni siquiera si no hubiese discutido con Ron lo llamaría. Todo por evitar la ronda de preguntas consiguiente. Estaba en estas cavilaciones, y en otras más importantes sobre qué hacer para no helarse de frío, cuando sintió una mano sobre su hombro. Un timbre sonó en su pequeña cabecita mientras una voz mental gritaba "alarma!!! Alarma!!!", todo esto en un tiempo récord. Haber luchado contra el Señor Tenebroso le había activado mucho los reflejos, lo que actualmente la convertía en un peligro público si se la sobresaltaba de aquella manera. Así que media microdécima de segundo después de sentir aquella mano sobre su hombro, ya la había agarrado y había lanzado al dueño de la misma por los suelos, pasando incluso por encima de ella. Medio segundo después, se había percatado del hecho y se disponía a pedir disculpas al pobre transeúnte. . .

-¡Qué coño pobre transeúnte! – exclamó - ¡Si es Malfoy!

-Sí, soy Malfoy, Weasley loca. – gritó él. Estaba dolorido. Muy dolorido. La había agarrado por el hombro y un segundo después se había visto sacudido y arrojado al suelo, justo enfrente de ella - ¿Es que no eres capaz de mantener una conversación civilizada?

Ella esperó a que él se levantase (no pensaba ayudarle a hacerlo), y una vez estuvieron frente a frente lo abordó:

-Se puede saber por qué me agarras??? No es más que tu culpa, mantén las distancias!

-¡Qué distancias ni qué niño muerto! Además de por robo, te denunciaré por agresión. – gritó él.

-ja! Robo! Si te lo he devuleto TODO! Y si lo tomé prestado, grandísimo gilipollas, fue porque tenía que llegar a trabajar. Y ya has visto que no llegué. Pero soy yo quien te va a denunciar por despido improcedente!

-Tú misma acabas de decir que llegaste tarde! Así que de improcedente nada!

-Pude haber estado mala.

-Los dos sabemos que no lo estuviste. – dijo él, con un deje de superioridad. ¡Qué salidas más tontas tenía esa chica!

-Ya, pero tú no te arriesgarás a decir que estuve contigo. Así que no tienes pruebas ni de que no estuve enferma ni de que cogí tu coche. Por cierto, he borrado las huellas.

-¿Y qué te hace suponer que no lo diré?

-Muy sencillo, - replicó ella. . . lo que le acababa de contar Chloe sobre Malfoy y su novia le facilitaba tanto las cosas. . . - ¿serías capaz de hundir tu empresa? Quiero decir, si para denunciarme y para echarme estás dispuesto a decir que nos acostamos, no podrás evitar que tu noviecita se entere.

A él se le abrió la boca. ¿Cómo sabía que no le convenía que Sylvia se enterase?

-Y a mí qué. Ella no me importa. . . – dijo.

-No me dejas terminar, Malfoy. Ya sé que ella no te importa, pero repito: ¿serías capaz de hundir tu empresa? Porque claro, una vez tu preciosa noviecita y su papá se hallan enterado del asunto, ¿crees que su papá seguirá queriendo fusionar su empresa con la tuya?

"¿Cómo demonios sabía eso la Weasley?". Al ver la cara de él, ella sonrió satisfecha y añadió:

-Las llaves de tu coche están puestas, así que yo que tú las quitaba antes de que otra persona se las llevase. – dijo – Buena suerte, Malfoy, nos veremos en los tribunaales. . . – añadió con picardía.

Él se quedó parado allí en medio. Tenía que pensar algo. Mientras tanto, ella sólo pensaba en cómo llegar hasta el piso de Chloe, que le había ofrecido vivir allí con ella hasta que encontrase otro piso y tuviese medios para alquilarlo. Miró la tarjeta que Chloe le había dado. Parecía que estaba lejos e iba a tener que ir andando. Justo entonces vio un autobús. . .

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En el próximo capítulo: conversación Harry/Luna, Ginny quiere vengarse de Draco, mediante una larga sucesión de hechos (o tal vez no tan larga) terminan durmiendo en la misma habitación de hotel. No os lo perdáis!!!

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Hola, chicas!!! La verdad es que me ha costado mucho actualizar. He estado de exámenes, el capítulo se me alargó más de lo esperado, le perdí entero por un error de mi ordenador y le he tenido que volver a escribir.... Pero aquí está este capítulo, ya subido (x fin). Espero que os haya gustado. Muchísimas gracias por vuestros reviews, que me han dado muchos ánimos para continuar. Y ya sabéis, chicas, cobro un review por lectura!!!

Sara Meliss: está vez he tardado un poquito más en actualizar, pero tampoco me he eternizado. . . no? Me alegro de que te gustase el capi anterior y muchas gracias por estar leyendo este. Ya ves que, aunque le cueste, Ginny ha sido buena y lo ha devuelto todo. Bueno, un besazo y deja otro revi.

Lil Sonis: No!!! Harry y Herms NO quedan bien!!! Qué te ha parecido este capítulo. Bueno, un besazo y perdón x tardar en actualizar!!!

Lady Vega: me gusta mucho que te fijes tanto en los pequeños detalles!!! Lo de las gafas y la dignidad es una de mis partes favoritas del capítulo!!! ¿qué te ha gustado de este capítulo? Anda, sé buena y déjame un revi... un beso y sigue leyendo!!!

Saiko Katsuka: ya he seguido!!! Muchas gracias x tu review y sigue leyendo!

Abin: cómo que te gusta demasiado? Mis fics nunca gustan demasiado? Tienen q gustar más, más más!!! Es una broma. Muchas gracias x tu review, y sigue leyendo. ¿Qué te parece cómo se va desarrollando el capi? Bueno, un besazo, sigue leyendo!!!

Sabina Evans: ¿en serio crees que es bueno? La verdad es que escribo tan solo por placer, pero no me gusta nada cómo me quedan las cosas!!! (las publico solo x si alguien sabe cómo ayudarme a mejorar y, bueno, xq una amiga me obligó a hacerlo). Bueno, he continuado, no ha sido precisamente pronto, pero lo he hecho. Un besazo y sigue leyendo!!! (y porfavor, dime qué te parece este capítulo).

Fabisa: aquí hay más capis!!! ;-)