Nota de Autora: Me rallé con los íconos y caritas así que desde este capítulo puede que se encuentren con algunas. En este capítulo escasean pero en los siguientes van a ir apareciendo mas.
Harry se despertó esa mañana muy temprano. Miró su reloj (único artefacto Muggle que funciona en Hogwarts) y se dio cuenta de que eran las 6:15 a.m. Decidió esperar a sus amigos en la Sala Común, así que se duchó, vistió y bajó a la Sala Común que estaba desierta. Harry se sentó frente al fuego que seguía crepitando, como siempre, en la chimenea.
A la media hora llegó Hermione y unos minutos después bajaron Draco y Ginny. Como siempre, Ron bajó de último a las 8:15. Bajaron a toda velocidad al Gran Comedor y desayunaron más calmados al notar que les quedaba tiempo suficiente. Un poco después de que ellos llegaron, apareció la profesora McGonagall repartiendo los horarios. Estos estaban así:
LUNES:
9:00 a 10:30: DCAO (Hufflepuff)
RECREO
11:00 a 12:30: Aritmancia (Ravenclaw)
ALMUERZO
14:30 a 16:00: Pociones (Slytherin)
MARTES:
9:00 a 10:30: Encantamientos (Ravenclaw)
RECREO
11:00 a 12:30: Transformaciones (Slytherin)
ALMUERZO
14:30 a 16:00: Herbología (Hufflepuff)
MIERCOLES:
9:00 a 10:30: Historia de la Magia (Ravenclaw)
RECREO
11:00 a 12:30: DCAO (Hufflepuff)
ALMUERZO
14:30 a 16:00: Cuidado de Criaturas Mágicas (Hufflepuff)
–
22:30 a 24:00: Astronomía (Slytherin)
JUEVES:
9:00 a 10:30: Pociones (Slytherin)
RECREO
11:00 a 12:30: Encantamientos (Ravenclaw)
ALMUERZO
14:30 a 16:00: Transformaciones (Slytherin)
VIERNES:
9:00 a 10:30: Historia de la Magia (Ravenclaw)
RECREO
11:00 a 12:30: Runas Antiguas (Ravenclaw)
ALMUERZO
14:30 a 16:00: Herbología (Hufflepuff)
–
22:30 a 24:00: Astronomía (Slytherin)
—¡EXCELENTE! –Exclamó Harry levantándose de su asiento. —Partimos con Remus, luego una clase nueva y… teníamos que rematar con Pociones ¬¬. Bueno, por lo menos empezamos bien.
—¡¿Bien?! ¡Nada podía ser mejor a empezar con Remus! –Exclamó Ron eufórico .
—Me gustaría poder opinar lo mismo –dijo Draco en tono de desilusión.
—¿Por qué dices eso, Draco? –Preguntó Ginny
—Porque en mi vida puse atención a esa materia –contesto en el mismo tono de antes =(
—Entonces ahora verás porque es mi materia favorita cuando la imparte Remus –lo intentó animar Harry con buenos resultados. —Espero que les enseñe el Patronus.
—¡¿Qué?! –Estallaron sus amigos O.O
—Solo si mi vida depende de ello me enfrento a un Dementor, si es solo para aprender el Patronus –dijo Hermione intentando calmarse.
—¿Y si te digo que de eso depende? –preguntó Harry súbitamente serio.
—¿Qué quieres decir, Harry? –Preguntó Draco tratando de ocultar su miedo.
—¡Vamos! Son Dementores. Son los primeros en unírseles a Snake-Face (cara de serpiente U amo el Inglés). Además, es mi hechizo favorito –dijo Harry en el mismo tono de antes.
—No digas ese nombre ¬¬ –lo reprochó Ron.
—Ron, No es por ser pesado ni nada pero de verdad, una de las cosas que te dije cuando me controló Slytherin fue en serio ò.o –dijo Harry en un tono ciertamente irritado—. El temerle a un nombre solo…
—Sí, bla bla bla –lo interrumpió Ron.
—¿Qué? Tú eres el que tiene miedo de un nombre y en verdad no vale la pena amargarse la vida por temerle a una palabra. O sea, no lo vas a invocar por decir su nombre. Es más probable que venga si yo lo llamo a que si tu dices su nombre ô.o –le reclamó Harry
—Será… –asintieron los Merodeadores aunque con tono nervioso.
—Fuera de tema –comenzó Harry- ¿qué te toca ahora Ginny?
—Transformaciones con Hufflepuff, luego Encantamiento con Ravenclaw y después de almuerzo DCAO, por desgracia, con Slytherin –respondió la chica.
—Bueno, igual no creo que a ustedes les enseñen el encantamiento Patronus, es para el nivel de séptimo curso –comentó Harry.
—Entonces, ¿por qué crees que nos lo van a enseñar a nosotros? –preguntó Hermione.
—Porque es obvio que Dumbledore va a pedir incrementar el nivel de enseñanza de DCAO y Encantamientos –respondió Harry.
—Bueno, mejor vamos a buscar nuestro material de DCAO que no quiero llegar tarde a la primera clase con Remus –advirtió Ron. —Y Ginny tampoco debería llegar tarde a su primera clase.
—Sí –asintieron los otros cuatro chicos para luego salir corriendo del Gran Comedor, cruzar el hall de entrada y hacia las escaleras.
Los cinco Merodeadores corrían por el pasillo y Ginny se separó de ellos en el quinto piso hacia unas escaleras, mientras ellos giraban a la derecha hacia el aula de DCAO. Llegaron a la sala de DCAO diez minutos antes, con la respiración agitada y dejándose caer al suelo. Cinco minutos después llega Remus seguido de todos los demás alumnos.
—¡Profesor Lupin! –lo llamó Harry levantando la cabeza (lo llamó así porque pensó que no sería correcto llamarlo Remus enfrente todos los demás alumnos)
—¡Harry! ¿Qué hacen en el piso, niños? –Preguntó Remus, extrañados de verlos sentados en el piso (y en el caso de Ron, acostado) y ellos le respondieron con una divertida e inocente sonrisa mientras se levantaban y entraban a la sala.
—Dumbledore te contó lo de Draco, ¿verdad? –Preguntó Harry a Remus en un susurro para que nadie más escuchara, mientras entraban a la sala.
—Sí –contestó Remus en el mismo tono mientras se corría para dejar que los demás entraran, y Harry hizo lo mismo. —Muy ingeniosa la idea de la reelección. Eso lo heredaste de tu madre.
—Bueno, tenía que hacer algo. No iba a dejarlo a merced de los Slytherins cuando casi todos son Mortífagos –comentó Harry.
—¿En serio? –Dijo Remus impresionado. —Tenía sospechas, pero no estaba seguro.
—Bueno, ahora lo tienes confirmado –le dijo Harry.
—Ya, Harry. Ve a sentarte que debo comenzar la clase –le ordenó el profesor Lupin. Harry asintió con la cabeza y se fue a sentar junto con Draco en el puesto más cercano al profesor. Ron estaba con Seamus y Hermione con Parvati.
—Buenos día, muchachos. Creo que todos se acuerdan que soy Remus Lupin, así que empecemos con lo primero –dijo mientras tonaba un pergamino del escritorio y comenzaba a pasar lista. Todos se sorprendieron (menos Harry) de que el profesor Lupin no se sorprendiera de mencionar a Draco como un Gryffindor, cuando todos los Hufflepuffs sí.
—¡Ya! Este año el profesor Dumbledore a pedido un incremento en la exigencia de esta materia –comenzó a explicar el profesor. —Eso se debe a la nueva presencia de Lord Voldemort –un estremecimiento recorrió la sala. —También les aviso que Encantamientos se pondrá difícil. Es para aumentar sus habilidades y defensas en duelo y vida.
Este trimestre veremos lo más profundamente posible a las bestias oscuras. ¿Alguien me puede nombrar algunas?
Las manos de Harry, Hermione, Justin y Hannah se alzaron en el aire.
—Harry, dime tú –dijo el profesor.
—Bestias oscuras son: los Dementores, los vampiros, hombre-lobos, arpías mitad ave o no y los Parms (N/A: Mi invenció los Parms, que quede bien claro).
—¡Muy Bien! Serán cinco puntos para Gryffindor –lo felicitó el profesor. —Entre las bestias que mencionó su compañero, la que más estudiaremos serán los Dementores ya que son los más peligrosos. ¿Alguien me puede decir cuál es la defensa contra ellos?
Las manos de los cuatro Merodeadores presentes se levantaron. Al profesor le costó un poco decidirse a quien cederle la palabra, pero después de unos minutos le pidió a Draco.
—El hechizo que sirve para defenderse contra los Dementores es el Patronus –comenzó a explicar Draco. —Es la invocación de un guardián o protector creado de energía positiva, de lo que se alimenta el Dementor. Como no posee pensamientos negativos, el Dementor no puede dañarlo y retrocede. Dependiendo de la fuerza del invocador, el Patronus va a atacar al Dementor o simplemente a proteger a su invocador.
—¡Excelente, Sr. Malfoy! Son diez puntos para Gryffindor –exclamó el profesor Lupin. —Como es un hechizo avanzado y requiere de mucha concentración, no espero que todos lo logren ni menos en la primera clase. Menos espero que uno de uno de ustedes lo sepa hacer. Pero resulta que entre ustedes hay uno que si sabe hacerlo. Harry, si me haces el favor...
Harry se levantó de su asiento y se dirigió hasta enfrente del escritorio del profesor quien lo miró de arriba abajo, luego le sonrió le dijo:
—Harry, me harías el favor de mostrarles tu Patronus a tus compañeros –le pidió el profesor. —Yo ya he visto tu Patronus y se que es muy avanzado, y muy bello, por cierto. Antes que nada, Harry. Dime cuales son las palabras que hay que decir par invocar el Patronus –le preguntó el profesor.
—Expecto Patronum –respondió Harry.
—Bien, Harry. Si haces el favor…
Harry asintió con la cabeza y dio media vuelta sobre sus talones. Quedó mirando a todo el resto de la clase y dirigió su mirada a la puerta, haciendo caso omiso a las miradas inquisitivas de sus compañeros. Se imaginó la sensación que le causaba la presencia se un Dementor, recordó los gritos de su padre y su madre, las ganas de que todo acabara. Luego reunió todos sus recuerdos y deseos felices y los concentró en su mente, seguido levantó la mano derecha que empuñaba su varita y gritó:
—¡EXPECTO PATRONUM! –al instante que decía eso un majestuoso y bello Ciervo plateado salía de la punta de su varita, cayó al piso y luego comenzó a galopar por toda la sala, sin proferir sonido alguno, pasando a través de los alumnos, dándoles fuerzas.
Al notar ello, Remus se levanto de su asiento y le quitó la varita a Harry. En el acto el chico cayó de rodillas al piso y el ciervo desaparecías.
—Demasiado bueno tu Patronus, Harry. Demasiado –dijo Remus mientras se metía una mano en el bolsillo y sacaba de él una barra de chocolate, que entregó a Harry.
Remus ayudó a Harry a levantarse y lo sentó en su silla. Cuando Harry ya se había sentado e iba a darle la primera mordida al chocolate, se dio cuenta de las miradas anonadadas de sus compañeros. Decidió no prestarles mayor atención y comer el delicioso chocolate. Mientras comía, descifraba lo que le acababa de pasar, y justo cuando el profesor Lupin iba a comenzar a hablar de ello, él acababa de descifrar lo sucedido.
—Lo que acaban de ver es un efecto invertido –comenzó a explicar el profesor. —Como no hay ningún Dementor en esta sala, al contrario, hay humanos, el Patronus no puede afectar a nadie. Lo que pasa en estos casos es que el Patronus entrega la energía positiva, o sea a sí mismo, a los presentes. Si no me equivoco, todos los que tuvieron contacto con el Patronus se deben sentir... Digamos, llenos de energía. El efecto sobre el invocador es el contrario, ya que el Patronus es SU energía. En otras palabras, Harry cedía su fuerza a ustedes. Si no me equivoco, porque a mí nunca me ha pasado, el efecto sobre Harry fue como el que causan los Dementores, ¿no es así, Harry?
—Mas o menos –dijo el chico. —Se siente el mismo debilitamiento y entumecimiento, pero uno no comienza recordar sus peores momentos ni siente que le quitan la felicidad, que es la verdadera habilidad de los Dementores.
—Es algo muy poco común, ya que siendo muy pocos los que pueden generar un patronus corpóreo, siendo un hechizo muy avanzado, son menos de un 10% los con tal poder que ocurre el Efecto Invertido –terminó de explicar el profesor Lupin para luego seguir con la clase. —Bien. Ahora quiero que lean de la página 90 hasta la 105 del libro "Peores Encuentros: Bestias Oscuras". El libro "Defensa en los Peores Momentos" lo usaremos en los siguientes trimestres ya que enseña hechizos, maldiciones y contrahechizos –explicó el profesor Lupin. —Luego quiero que hagan un resumen en puntos, de las páginas leídas, que me entregarán. Quiero ver si entienden la base de la materia simplemente –terminó el profesor mientras todos los alumnos tomaban sus libros y comenzaban a leer.
—Harry, si ya te sientes bien puedes hacer el trabajo. Aunque tú ya sabes hacer el hechizo –le dijo Remus.
—Sí, ya estoy bien, no te preocupes. Además, sé el Patronus, pero no mucho sobre los Dementores -dijo Harry en tono seguro, aunque era más que mentira. Todavía se sentía cansado y tenía todo el cuerpo entumecido.
Harry se levantó con oculto esfuerzo y se fue a sentar a su puesto, al lado de Draco. Tomó su libro y leyó todas las páginas pedidas. Después tomó un pedazo de pergamino y comenzó a escribir su resumen. No le costó mucho. Las primeras cinco páginas hablaban del aspecto de un Dementor y como diferenciarlo de una persona encapuchada aunque esté a metros de distancia (una persona que se enfrenta a un Dementor, después puede reconocer simplemente su presencia y distinguirla de la presencia humana por la sensación de escalofrío) Las cinco siguientes páginas hablaban del efecto que causan a corto y largo plazo. Las últimas cinco páginas hablaban del Patronus y cómo se hace. Las páginas tenían unos cuantos dibujos y puntos aparte que facilitaban entender lo escrito, así que el resumen no era tan largo como algunos pensaron. Mientras trabajaban Susan Bones, Prefecta de Hufflepuff, levantó su mano y el profesor le cedió la palabra.
—Profesor, ¿usted sabe hacer el Patronus? No quiero ofender ni ser atrevida, pero me gustaría verlo –preguntó la chica.
—Sí sé, Srta. Bones, pero resulta que yo le enseñé el Patronus a Harry y quería ver cuanto había progresado, y veo que muy bien –respondió el profesor. —Y verán mí Patronus cuando tengamos un Dementor.
Todos se estremecieron ante el comentario del profesor. Harry escuchó que algunas chicas murmuraban en tono de horror cosas como "¡Un Dementor en Hogwarts!" ó "…me aterran esas criaturas" ó "…no me pienso enfrentar a un Dementor". Por su lado los chicos comentaban el Patronus de Harry y qué si Dumbledore permitirá que un Dementor entre en Hogwarts.
Harry terminó su resumen quince minutos antes de que terminara la clase y Draco, cinco minutos después.
—¡Tu Patronus estuvo increíble! –Exclamó Draco cuando volvía de dejar su trabajo. —Me lo imaginé con tu descripción, pero no igual como es. ¡Estuvo increíble!
—Gracias – dijo Harry en tono débil.
—¿Te sientes bien, Harry? –Preguntó Draco al notar su tono de voz.
—Sí –volvió a mentir Harry, aunque se sentía mejor que antes.
—No lo parece –dijo alguien atrás de él. Era Hermione que acababa de ir a dejar su trabajo al escritorio del profesor y lo miraba con seriedad y de brazos cruzados. —Te conozco bastante bien como para saber cuando estás mintiendo. ¿Qué tienes?
Harry no tuvo opción, así que le dijo la verdad.
—En verdad, aún me siento un poco cansado y tengo el cuerpo entumecido –admitió Harry.
—Entonces, ¿por qué le mentiste a Remus? –Preguntó una voz detrás de Draco. Era Ron, que venía con cara seria y preocupada.
—Lo conoces, se va a preocupar demasiado –se excusó Harry.
—Pero de verdad tienes mal aspecto, estás pálido -le reclamó Draco.
—Deberías ir a la enfermería –sugirió Hermione.
—Antes me enfrento con un Colacuerno Húngaro sin varita –se rehusó Harry.
—Pero no puedes seguir las clases así –lo sermoneó Ron.
—Ya se me pasará, antes me sentía peor –declaró Harry.
—Si tú dices... -dijo Ron en tono de rendimiento.
—¡¿Cómo dices eso, Ron?! –exclamó Hermione. —¡Harry no puede quedarse así!
—¿Y tú crees que podemos convencerlo de que vaya a la enfermería? –Preguntó Ron en tono desafiante y luego esbozando una sonrisa triunfante ante la expresión de Hermione.
—¡No peleen, ¿ya? Que me dan dolor de cabeza –exclamó Harry viendo que se acercaba una riña RH (Ron y Hermione). Sus tres amigos lo miraron con caras entre enojadas y extrañadas. Luego de unos segundos de mirarlo con esas caras, Ron y Hermione dieron media vuelta y se fueron a sus asientos.
Harry comenzó a meter su material en la mochila y un minuto después sonó la campana de fin de clases. Ya se disponía a salir de la sala cuando Remus lo llamó.
—Harry, quería pedirte disculpas por haberte pedido que hicieras el Patronus –comenzó Remus—. No sabía que habías incrementado tanto tu fuerza. No pensé que tendría un efecto invertido. Perdón, Harry.
—No tiene importancia, Remus. A demás valió la pena, pude ver a mi padre –dijo Harry esbozando una sonrisa que logró tranquilizar a Remus. —No te preocupe Remus, ya me siento mucho mejor.
—¿Seguro? –Preguntó Remus con desconfianza. —Te pareces tanto a tu padre, y algo que lo caracterizaba era que nunca decía que se sentía mal asta que estaba pésimo.
—Sí, de verdad –dijo Harry con sinceridad.
—Bueno, ya vete. Pronto comienza la próxima clase –le advirtió Remus.
—Adiós, Remus –se despidió Harry mientras daba media vuelta y salía corriendo hacia la Torre de Gryffindor a buscar su material.
—¡Adiós, Harry! –Alcanzó a decirle Remus antes de que saliera de la sala.
Harry corrió a toda velocidad por los pasillos, escaleras y pasadizos hacia la Torre de Gryffindor para buscar su material de Aritmomancia. Llegó respirando agitado y muy cansado al retrato de la Dama Gorda.
—¿Contraseña? –Preguntó.
—"Viam Veritatis" –contestó Harry, aún con la respiración agitada, después de unos minutos.
El retrato se movió y dio paso a la entrada a la Sala Común de Gryffindor. Entró corriendo y subió a su habitación. En ella estaban todos sus compañeros de cuarto sentados alrededor de la cama de Seamus.
—¡Harry! ¡Estuviste increíble! =D –Exclamó Dean.
—¡Sí! ¡Tu Patronus fue sorprendente! ;D –Corroboró Neville.
—¡Tienes que enseñarnos! ¡Quiero tener un ciervo igual de poderoso que el tuyo! .–Exclamó Seamus.
—Seamus, eso es imposible xD –rió Harry.
—¿Por qué? –Preguntó el chico con desilusión TT.
—Porque no hay dos Patronus que sean iguales –explicó Harry-. El Patronus es la energía positiva de una persona y no hay una persona que sea igual a otra.
Ron, Draco, vamos que quedan menos de diez minutos para que comience la siguiente clase y no sabemos donde queda el aula de Aritmancia.
—Enseguida –respondieron ambos chicos.
Harry sacó las cosas de DCAO de su mochila y puso lo de Aritmancia. Luego salió de la habitación y bajó a la Sala Común en donde estaban Hermione y Ginny conversando, sentadas en un sillón alejado del resto.
—Hermione, Ginny –las llamó Harry haciendo que literalmente saltaran de su asiento
—¡Harry! –Exclamó Hermione-. ¿Qué te dijo Remus?
—Nada importante –respondió el muchacho.
—¿De verdad? –Le volvió a preguntar Hermione.
—De verdad –afirmó el chico.
—Vale. ¿Y Draco y Ron? –Volvió a preguntar Hermione.
—Ahí vienen –dijo Harry mirando por sobre su hombro.
Y así era. Draco y Ron caminaban hacia ellos con sus mochilas al hombro. Ambas chicas se levantaron. Ginny agarró su mochila y se despidió de los demás Merodeadores. Luego ellos partieron camino hacia el aula de Aritmancia, guiados por Hermione. Se demoraron cinco minutos en llegar a la sala, donde los alumnos de Ravenclaw esperaban a la maestra. La profesora Vector llegó junto con el toque de campana y todos entraron a la sala.
Harry había leído su libro de Aritmancia y había ensayado con algunos nombres.
La Aritmancia es una especie de adivinación, pero con números y reglas exactas, nada puede ser más o menos. La Aritmancia re practica con una tabla así:
1 2 3 4 5 6 7 8 9
A B C D E F G H I
J K L M N O P Q R
S T U V W X Y Z -
Consiste en trasformar palabras en números e ir sumándolos hasta llegar a una unidad (1 a 9). También se trabaja con una serie de significados (9, cada número tiene el suyo). Sirve para conocer a otras personas o conocerse a sí mismo. La cosa es escribir un nombre y debajo de cada letra el número equivalente y luego irlos sumando hasta no poder reducirlo más. Luego se separan las vocales y se suman sus números equivalentes hasta lo más reducido posible, y lo mismo con las consonantes. A los números resultantes se les ven los significados y se comparan con el carácter que tú conoces de la persona. Con esos tres significados se saca un molde de la persona y se puede detallar buscando el significado de los dos o tres números más repetidos
Harry Había ensayado con su nombre y con su fecha de nacimiento y era muy cierto lo que decía.
La clase comenzó y la profesora los presentó y se presento ante ellos. Mientras la clase hacía un trabajo de en qué ciudad de Inglaterra les convendría vivir y en otros tres países, Harry, Ron y Draco tuvieron que hacer una prueba para medir su conocimiento y ver qué debían aprender rápido para ir en el mismo nivel que el resto. Esta prueba consistía explicar con detalle el método de Aritmancia, en describirse a uno mismo según la Aritmancia y describir a su mejor amigo. A Harry no le costó mucho y la hizo en menos de media hora. La profesora no se demoró mucho en revisarla y se sorprendió de que un niño que no había tenido estudio profundizado de aquella materia lo hubiera hecho tan bien. Le pidió que hiciera el mismo trabajo que el reto de la clase y que si no lo terminaba se lo tendría que llevar de tarea junto con las de ese día. Harry no lo logró terminar en quince minutos, así que se lo tuvo que llevar de tarea junto con el trabajo de buscar cinco fechas ideales para hacer cosas importantes, según método aritmomántico.
—¿Cómo les fue en la prueba? –Preguntó Hermione mientras salían de la sala.
—A mí me fue bien –dijo Harry.
—¡Bien! Es que no le viste bien la cara a la Profesora –lo regañó Ron.
—Sí, miraba tu prueba como a un bicho raro y como a un tesoro a la vez –continuó Draco.
—¡Ya! No exageren –regañó Harry.
—¿No viste el inmenso "Sobresaliente" que te puso? –Le preguntó Ron.
—Bueno, ¿y cómo les fue a ustedes? –Preguntó Hermione para cambiar el tema.
—Más o menos –respondieron Ron y Draco a la vez.
—¿Por qué? –Preguntó Harry.
—Me costó la explicación –admitió Draco.
—A mi igual –dijo Ron.
—Entonces tendrán que estudiar más –los sermoneó Hermione.
—¡Oye! Somos nuevos en esta materia –reclamó Ron.
—¿Y cómo Harry? –Preguntó la chica.
—Hice prácticas en el verano –dijo Harry.
—¡Ves! Nosotros no –le dijo Ron Casi en un grito. — Además, no es que no tengamos buenas vacaciones. Sin ofender, Harry –terminó Ron recibiendo una negación acompañada con una sonrisa divertida por parte de Harry.
—Pues debiste de –reclamó Hermione entre dientes mientras daba media vuelta para marcharse.
-Hermione –dijo Harry agarrándola de un hombro. —Se supone que uno viene a aprender, no a presumir de lo aprendido. Y es verdad que yo no tenía mas que hacer
La chica lo miraba con los ojos inmensamente abiertos de asombro, haciendo que a él lo recorriera un desagradable hormigueo por todo el cuerpo ante la mirada de la chica OO Luego ella bajó la cabeza y asintió en silencio. Después dio media vuelta y se encaminó a la Sala Común. Por su lado, Harry fue detrás de ella, pero no a la Sala Común, sino a los terrenos.
¿Qué le había pasado con Hermione? ¿Por qué se sintió así frente a ella? ¿Acaso sentía algo por ella? ¿Algo más que una amistad?
Eso es imposible, ella es simplemente mi amiga.
Pero cada día la veía mejor. Cada día la veía distinta… Todo eso pasaba por la mente de Harry. Es que cuando miró a Hermione a los ojos sintió que un escalofrío recorría su cuerpo y que una extraña e irreconocible sensación lo invadía. Ser.
Se dio cuanta de que estaba en el borde del lago, así que dio media vuelta y se encaminó al castillo. Entró y se dirigió a la Sala Común. En ella estaban sus cuatro amigos conversando en un rincón alejado del resto. Se acercó a ellos y se aclaró la garganta, llamando su atención.
—Eeh, Hermione. Quería pedirte disculpas por lo que dije, no sabía que te haría sentir mal –se disculpó Harry.
—No te preocupes, no tiene mayor importancia –dijo la chica.
—Gracias –dijo Harry mientras esbozaba una amistosa sonrisa y daba media vuelta hacia su habitación .
—Y a dónde crees que vas –dijo Ron mientras lo agarraba de un brazo.
—A la pieza –respondió Harry sin más ni menos.
—Pero si estábamos conversando sobre la broma de esta noche –reclamó Draco
—Aaah –Exclamó Harry con tono interesado. —Me dicen lo que se les ocurra -.-
Harry se zafó de Ron y subió a su habitación. Entró silenciosamente a ella y se tiró en su cama, serrando las cortinas.
Sí, me gusta Hermione, pensó Harry sonrojándose. ¡Harry! Sólo lo pensaste. Pero... Bueno: Es una chica inteligente, mi mejor amiga desde mi primer año en Hogwarts, simpática, atractiva, primera en la clase, ingeniosa, comprensiva, educada, cariñosa, linda, hermosa, hermosa, hermosa .
Harry pensaba todas esas cosas en silencio mientras dibujaba en su mente la imagen de Hermione en el baile de Navidad del año pasado. Sabía claramente que le gustaba, que la amaba, pero era demasiado tímido para declarársele. Por otra parte, no creía que ella gustara de él, ella tenía los ojos puestos en Ron y nadie iba a cambiar eso. Tenía que contentarse con eso, y si algún día sus dos amigos llegaban a formalizar sería inmensamente feliz ya que la felicidad de ellos (coff ella coff) era la de él.
A Harry se le pasó el tiempo volando, entre sus pensamiento y no se habría dado cuenta de cuanto tiempo llevaba ahí si Ron no lo iba a buscar.
—¡Oye! ¡Levántate! ¡Llevas casi una hora aquí! –Le gritó Ron mientras corría bruscamente las cortinas.
—¡Que, QUE! –preguntó Harry sobresaltado.
—Que llevas casi una hora aquí y tienes que almorzar –lo sermoneó Ron.
—Ya voy –dijo levantándose de la cama. Luego tomó su mochila y sacó las cosas de Aritmomancia para poner las de pociones.
Harry y Ron bajaron a toda velocidad hacia el Gran salón y se sentaron junto con sus amigos. Almorzaron a toda velocidad y comió unas cuantas cucharadas de su postre. Luego salieron corriendo a le pasillo y hacia las mazmorras. Legaron justo a tiempo, porque unos segundos después de que se sentaran, entró Snape a la sala con un portazo. Pasó la lista sin mirar a nadie y luego levantó la vista. Se sentaron juntos en esa clase.
—¡Pociones para Dormir! –Bramó Snape mientras se levantaba de su asiento. —Hoy comenzamos con clase práctica. ¿Alguien me puede decir los ingredientes principales de esta poción y las propiedades de su efecto?
Las manos de Harry y Hermione se alzaron en el aire y la de Harry llamó la atención a Snape.
—¿Sr. Potter? –Preguntó con su común tono frío.
—Los tres ingredientes principales de la Poción Anestésica o la Poción Antras son: las garras de Parms, limadura de escamas de dragón Gales y el principal, polvo de hojas de un Ciprés de las cavernas.
La extraña propiedad de su efecto viene a que, según los gramos que se ponga del ingrediente principal, maraca la duración de su efecto. Por cada cien gramos es una hora de sueño –explicó Harry, dejando a toda la clase mirándolo con cara sorprendida y a Snape con la peor cara de horror que se le pueda imaginar.
—Correcto –susurró Snape cargado de ira con un gruñido que solo Harry escuchó.
A Harry se le dibujó una sonrisa que no se le había visto nunca, una sonrisa maligna. Se miraron fijamente a los ojos por unos segundos y luego Snape dijo:
—Correcto lo que acaba de decir, Sr. Potter. Nosotros haremos una con efecto para media hora, cincuenta gramos de polvo de hojas de Ciprés de las cavernas y luego elegiré la de algún alumno para probarla en otro –dijo Snape con un tono escalofriantemente frío y luego gritó: —¡Página 16! ¡Comiencen!
Toda la clase tomó sus libros y sus calderos para comenzar con la poción. Harry, en silencio, tomó sus cosas y leyó los ingredientes que necesitaba. Después se levantó y fue hacia el armario de los estudiantes para sacar los ingredientes que no venían en el equipo de estudiante, volvió a su puesto y comenzó con la poción. Fue el primero en llegar al lavabo de la mazmorra para echarle agua a su caldero y el primero en terminar la poción. Se le hizo muy fácil y no tuvo problemas con las medidas y con la exactitud de los cortes que era lo que comúnmente le costaba. Por otra parte, Neville tuvo varios problemas y recibió varios reproches de Snape, quien quitó 20 puntos a Gryffindor porque la poción de Neville estaba azul cuando debería estar bermellón.
Un poco menos de media antes del final de la clase Snape se percató de que Harry no estaba trabajando y gritó:
—¡Potter! ¡Trabaja o quito más puntos a Gryffindor! –Bramó Snape, desafiante.
—Ya terminé, profesor –respondió Harry, calmadamente.
—¿Sí? –Preguntó mirándolo con una sonrisa maliciosa. —Pues entonces probaremos su poción. Y en usted.
—Entonces, profesor –comenzó Harry tranquilamente, —¿me podría prestar un caldero para hacer la Poción Despertadora que me podría dar un compañero después?
Snape lo miró notablemente sorprendido y luego entró a su despacho para volver con un caldero.
—Aquí tienes, Potter –dijo poniendo el caldero sobre el pupitre.
Harry lo miró, dijo "gracias" con un ligero movimiento de la cabeza y luego se inclinó sobre el caldero para comenzar a hacer una simple poción que había visto en el libro. Se demoró unos quince minutos en hacer la poción y tenía que dejarla reposar cinco, antes de poder usarla. Cuando terminó, llamó a Hermione con una seña y le dijo:
—Dámela tú, por favor. Solo tienes que hacer que me la trague, ¿entendiste? –Le dijo Harry en un susurro.
—Sí –respondió ella con firmeza.
Snape se acercó lentamente hacia el puesto de Harry con una copa de oro en la mano y con una sonrisa maquiavélica en el rostro. Tomó el caldero con la Poción Antras y vertió un poco en la copa. Luego se la pasó a Harry, quien estaba parado frente al profesor. Harry se tomó la poción con notable confianza y al instante la copa se le cayó de las manos y él cayó dormido al piso. Snape se inclinó y lo sentó, apoyándole la espalda contra la mesa. De repente, Hermione se levantó y dijo con voz media temblorosa:
—Me... me pidió que yo se la diera.
Snape la miró de pies a cabeza y luego miró a Harry con una ceja alzada, se encogió de hombros y dio media vuelta hacia su despacho. Volvió con otra copa, esta vez de plata, la cual entregó a Hermione, quien vació un poco de la otra poción en ella. Después se acercó a Harry, se inclinó ante él, le abrió un poco la boca y le vertió la poción. A los cinco segundos, Harry despertó tosiendo mientras se levantaba y se sentaba en su puesto.
—¡Ambas pociones son asquerosas! –Exclamó Harry en un susurro, con una expresión de asco en el rostro. —¿No se les puede poner azúcar? –mascull
Toda la clase lo miraba sorprendido y Snape, con una cara de odio que avergonzaba las de años anteriores (si era posible). Harry levantó la vista para mirar a su profesor con una sonrisa y luego se dedicó a guardar su material.
—¡Que haces, Potter! –Gritó Snape.
—La clase termina en cinco minutos –contestó Harry con un tono suave.
—Pero YO no he dicho que guarde sus materiales –le reclamó Snape.
—Pero usted siempre dice que ordenemos cinco minutos antes del toque de campana –dijo Harry en tono calmado.
Snape no podía negar eso así que dio media vuelta y con un gruñido se sentó en su escritorio. Por su parte, Harry guardó su libro, vació las pociones en unos de sus envases de cristal y fue a lavar los calderos. Cuando terminó, le llevó el caldero a Snape y la posión sellada con el nombre de la posión y el de él y fue de vuelta a su asiento sin decir palabra. La campana sonó en un minuto, y cuando salió, todos sus compañeros de Gryffindor lo felicitaron y le dijeron una serie de cosas que Harry no esperaba.
—¡Estuviste increíble, Harry! –Le dijo Seamus.
—¡Sí! Esas caras nunca se las había visto a Snape –le dijo Parvati.
—¡Dejaste a Snape con la boca cerrada! ¡Esto hay que celebrarlo! –Estalló Dean.
—Hubiera estado Colin en la clase y hubiera inmortalizado todos y cada uno de aquellos preciados momentos en que Snape te tuvo como rival –exclamó Ron.
Pero a Harry no le simpatizaban mucho estos comentarios. Por fin tenía el conocimiento suficiente para burlarse de Snape. Eso era por lo que lo había hecho. Aunque demostró ser un error, a lo menos si quería tener la menor cantidad de atención encima.
Harry siguió caminando con el grupo por alguno pasillos hasta que llegaron a una bifurcación. Harry se separó discretamente del grupo, que estaba muy interesado en lo sucedido en la clase de pociones como para ponerle atención, y se fue por el pasillo contrario al de ellos. Era un pasillo angosto y poco circulado, al que llegaban muchos pasadizos con destino a las mazmorras. Llegó unos diez minutos antes de lo que se demorarían sus compañeros en llegar a la Sala Común, si no se daban cuenta de su ausencia. Sólo había cinco a diez personas, ya que al ser verano aún, hacía mucho calor dentro del castillo.
Para su mala suerte, cuando se encaminaba a su habitación, escuchó como el cuadro de la entrada se habría y a los pocos segundos alguien lo sujetaba por los hombros.
—¿Para qué desapareces de esa forma? –le preguntó la voz de Draco a sus espaldas.
—Porque no estoy para un grupo de locos que me van a celebrar qué sé yo solo por cantarle indirectamente sus verdades a Snape –respondió Harry con un tono evidentemente enojado y algo frío.
—Es que no todo el mundo le planta cara a Snape el primer día de clases y no recibe detención, para tu información –le dijo Ron.
—Como digas. Me voy a nuestro cuarto –les susurró Harry, para que solo ellos escucharan.
—¿Por qué? –Preguntó Draco.
—Porque tengo suficiente con ser famoso como para que ahora me vitoreen por ser sincero 9.9 –dijo Harry.
—¿No es muy obvio? –le dijo Hermione.
—Tengo capa invisible para algo –le respondió en un susurro. Luego dio media vuelta hacia su habitación.
Harry corrió a su habitación dejando a sus amigos muy sorprendido, abriendo y cerrando la puerta de golpe sorprendiendo a toda la sala común ("¡Es Prefecto!" Exclamaron algunos) y corriendo a su habitación. Ahí se escondió con la capa invisible y se tendió en su cama.
Minutos después escuchó que unos pasos entraban en la habitación y que un grupo de chicos empezaba a discutir antes de que volvieran a irse.
Cómo media hora después Harry bajó a la sala común para encontrarse con que todos los integrantes de Gryffindor menos los Merodeadores se lanzaban sobre él para felicitarlos y hacerle un millón de preguntas. Como es obvio, Harry no respondió a ninguna, sólo estuvo forcejeando unos minutos para poder acercarse a sus amigos y librarse del montón de curiosos.
—Ven lo que les digo –gruñó Harry cuando logró sentarse al lado de sus amigos.
—Sí –dijeron todos asintiendo con la cabeza.
—Bueno, será mejor que vayamos a practicar el Movilicorpus –dijo Harry para cambiar de tema.
—¿Que? –preguntaron sus amigos si entender.
—Que yo sepa a nadie le han lanzado el encantamiento Obliviate –dijo Harry en.
— xP
—¿Siii? –Lo cortó Harry.
—No es nada Harry –dijo Hermione-. Es solo que fue muy súbito tu cambio de tema UU
—Ya me di cuenta. Ahora vamos a practicar el Movilicorpus porque, si se han olvidado, esta noche es la grande –dijo Harry.
-¡¡¡¡¡SÍ!!!!! –Gritaron Los Merodeadores levantándose de un salto.
