Capítulo Nº 10: Guardián y Capitán.

         El rumor de la broma corrió muy rápido de boca de los Slytherins, y tal vez demasiado porque después del almuerzo Snape los detuvo y les metió la inmensa bronca.

         -¡POTTER, WEASLEY, WEASLEY, GRANGER, MALFOY! –Estalló  Snape interponiéndose en su camino -. ¡EXPLIQUENME QUE QUIERE DECIR LO QUE LOS SRS. CRABBE Y GOYLE DICEN! ".

         -¿Qué quiere decir, profesor Snape? –Preguntó Harry con un tono tan calmado
que sorprendió desmedidamente a sus amigos OO

         -¡Me refiero a lo de su "pequeña broma" de tirarlos a ambos al lago! –Gritó Snape aunque un poco más calmado.

         -Profesor, ¿qué le hace pensar eso? –Preguntó Harry con el mismo tono de antes O.O, pero ahora sus amigos estaban haciendo también su teatro que el.

         -¡Ustedes eran los únicos levantados a esas horas! –Volvió a gritar Snape.

         -Profesor –volvió a decir Harry- yo soy prefecto, la Srta. Weasley, ya le dije que necesitaba en esos momentos, y ellos –dijo señalando a sus otros amigos- no estaban ahí. No veo ninguna prueba.

         -Sr. Potter, ¿me veo tonto? –Preguntó Snape con cólera centelleante en los ojos ò.

         -No, profesor –respondió Harry impresionantemente calmado-. Para nada. Pero tampoco creo que deba hacer suposiciones sin pruebas .

         Ese fue el fin del soñado castigo que planeaba Snape. El chico estaba en lo cierto, aunque lo matara aceptarlo. No dijo ni una palabra, se dio media vuelta y se marchó con todas las miradas encima, pero fulminándolas con la fría suya.
         El resto del día pasó normalmente. Por los pasillos todos lo felicitaban y ni digamos de las clases. Harry seguía destacándose en ellas dejando boquiabiertos a sus compañeros, en especial en Encantamientos y Transformaciones, pero Herbología no se quedaba atrás.
         La primera semana pasó y Harry impresionaba a sus compañeros en cada clase, y con la llegada de la segunda semana venían las pruebas de Quidditch. La profesora McGonagall había juntado a todo el equipo, el jueves de la primera semana, en un aula vacía, para decirles que el miércoles de segunda semana serían las pruebas y les entregó un cartel para poner en panel de anuncios de la Sala Común.
         Harry se entusiasmó al escuchar a la profesora porque al instante le vino a la mente una persona espectacular para el puesto: Ron. El chico tomó el cartel de manos de la profesora antes de que cualquier otro miembro del equipo pudiera reaccionar y cuando McGonagall terminó de explicar, salió corriendo en dirección al vestíbulo, puso el cartel y luego salió disparado a la Sala Común.
         Cuando llegó, fue directo a Ron y le gritó (N/A: que gritó es poco decir ya que parecía Howler) la noticia haciendo que a este se le iluminara la cara en ilusión y le comenzó a pedir más detalles del asunto.
         Minutos después llegó el resto del equipo y le pidieron enojados una excusa a Harry por su comportamiento. Pero Harry parecía no escuchar, y no por tanto ruido porque la Sala Común estaba extrañamente silenciosa. Fred llegó a tal punto que le gritó a Harry, pero éste no respondió, ni movió los labios. Esto preocupó bastante al resto de los Merodeadores porque recordaron al instante el accidente en el expreso, con la varita del padre de su amigo.     Aunque rebuscaron en la túnica de su amigo no encontraron rastro de la varita de James Potter. De repente Harry salió de aquel "trance" y miró con cara de enojo (falso que sus amigos no diferenciaron) a Ron que tenía una mano en su bolsillo derecho de la túnica.

         -¿Se puede saber que haces husmeando en los bolsillos de mi túnica, Ron? –Preguntó Harry con fingido enfado que acompañaba la expresión de su rostro.

         -Eh... Bueno yo... U –balbuceó Ron con notable incomodidad, especialmente por la
expresión de su amigo.

         -Ya, no importa . –repuso Harry conteniendo la risa que le producía ver el rostro de Ron

         -¡HARRY POTTER! ¡Se puede saber por qué DIABLOS saliste así de la sala!  =8 –Estalló Fred que no podía creer que hace un momento Harry no se moviera y ahora hablara cómo si nada con Ron.

         -Ah... eso... Es que tenía algo urgente que decirles a Ron y los demás y me pasé un poco en lo de apurarme, nada más. Dudas aclaradas, ¿no? –Dijo Harry con una calma impresionante.

         -¡NO! ¡Ahora dinos por qué no contestabas! –Le dijo George un poco mas calmado que su gemelo.

         -Ah... eso... No sé =) –respondió Harry como si nada-. La verdad que no tengo idea y tampoco tengo intenciones de inventar algo si no estoy seguro.

         Después de ese comentario, los gemelos desistieron. Harry tenía razón. Si seguían preguntando lo único que iban a conseguir era una mentira por parte de Harry y lo que ellos querían saber era la verdad. Ambos chicos dieron media vuelta y se fueron con Lee a conversar de quién sabe qué. Después de la retirada de los gemelos, las miradas de los Merodeadores se posaron en Harry con gesto interrogativo.

         -Bueno, Harry. Dinos qué te pasó –preguntó Ron con tono serio.

         -¿Creen que les mentí a Fred y George? –Preguntó Harry viendo en la mirada de sus amigos que sus suposiciones eran correctas -. Entonces se equivocan porque de verdad que no tengo idea de qué fue lo que me pasó. Bueno, escuché una extraña voz que me decía algo en otro idioma del que no entendía nada, pero nada más.

         -¿No crees que deberías contarle a Dumbledore o Sirius? –Preguntó Hermione con tono de preocupación.

         -Se les pondrían los pelos de punta de la preocupación –le respondió el chico.

         -Es que Harry, ¿no crees que te han pasado cosas demasiado extrañas? No llevamos ni una semana y ya te pasa algo raro –le comenzó a hacer notar Ron -: Primero lo de la varita de tu padre luego lo del Patronus...

         -Eso fue por incremento de nivel, no más –lo corrigió Harry.

         -Bueno. Pero lo de superar a Hermione en clases, igual es raro, y ahora esto. Hay que hacer algo =

         -No creo que el ser más inteligente tenga algo de malo o.ó –espetó Harry.

         -Pero tu no has estudiado nada –le hizo notar Draco.

         Y así siguió la conversación de los problemas y rarezas de Harry durante el resto de la tarde, hasta que se aburrieron de ese tema y loas chicas empezaron a conversar de ropa y maquillaje y los chicos de Quidditch.
         La tarde del jueves pasó, el viernes llegó a su fin, y el fin de semana pasó volando. Con eso empezó la segunda semana de clases y con ella venían las pruebas de Quidditch. El lunes trajo de nuevo su clase de DCAO en la que Lupin había traído un Diddle para practicar que era una criatura que tomaba la forma que uno quisiera. El martes vino con Encantamientos Transformaciones y Herbología. Nadie sabía como podían continuar las clases después de DCAO y Encantamientos. Y por fin el anhelado día. El miércoles llegó empezando con Historia de la Magia, luego una agotadora clase de DCAO (menos para Harry que no sabía como le hacía para que le fuera tan bien en clases) y después de almuerzo tenían Cuidado de Criaturas Mágicas (CCM). En esa clase trabajaron con Iceseans (N/A: Se pronuncia "aiscins") que son unas aves cómo los fénix, pero éstas son de hielo y más pequeñas.
         Esa tarde el campo de Quidditch estaba lleno de Gryffindors de segundo año en adelante. El equipo de Quidditch de la casa estaba afuera con sus túnicas de Quidditch y sus escobas listos para ver a los jugadores y hacer la selección. Entre los participantes estaban Ron con una ¡Nimbus Dos Mil! Seamus, Dean y el resto de los Merodeadores como espectadores. Las pruebas comenzaron al instante. Consistía en que las cazadoras les tirarían distintas clases de tiros (penales, tiros lejano, cercanos, etc.) y el que más pueda atajar sería el nuevo guardián. Iban haciendo la selección por el método de descarte. Al final sólo quedaban Ron y un par de chicos de séptimo. Aunque los de séptimo eran mayores y se los veía más fuertes Ron parecía domina la situación por completo y que fuera a ser elegido.

         Harry había pasado todo el evento volando por sobre los jugadores sin detenerse un segundo. Cómo ya es conocimiento de todos Harry adora volar en su escoba y no desperdiciaba ninguna oportunidad. Pero de repente se detuvo en el aire y se quedó inmóvil. En el segundo le comenzó a arder la cicatriz intensamente y comenzó a sentirse muy débil. Parecía cómo si le arrancaran las energías y él no pudiera evitarlo. Con ello sintió que no solo le dolía la cicatriz, sino que todo el cuerpo
         Ron, mientras hacía la prueba se detuvo bruscamente. Se había dado cuenta de que Harry se había detenido en el aire sin moverse un centímetro. Ron se había dado cuenta de que Harry no había parado de volar en todo el evento. Pero ahí estaba él, estático en el aire, y según vio Ron a la distancia estaba pálido como nieve. En su estupor dejó cae la quaffle que acababa de agarrar y luego de unos segundos salió como bala hacia Harry.
         Se detuvo en medio camino y se quedó mirando fijamente a su amigo. El rostro de Harry tenía una expresión de mudo dolor y estaba notablemente pálido. De repente los ojos de Harry se serraron y el chico comenzó a caer rápidamente. Ron se tiró en picada persiguiendo a Harry, pero cuando estaba a un metro de distancia, algo le desvió la escoba levemente y no pudo agarrarlo. Ni al segundo de haberse detenido, Ron vio que un rayo de luz cruzaba el aire en dirección a Harry, pero había sido mal lanzado y el cuerpo de su amigo seguía cayendo
         ¡PAFF! Harry había caído y había llegado al piso de golpe. Todo el equipo y los tres chicos a elección, que había estado mirando estupefactos, bajaron en dirección a Harry aunque a ninguno le hubiera gustado ver el estado del chico. Alrededor de la cabeza de Harry había una pequeña posa de sangre, sus brazo y pierna izquierdos estaban doblados en ángulos muy extraños y él yacía inconsciente en el suelo.
         Draco, Ginny y Hermione habían llegado más rápido que los participantes que estaban en tierra (y ellos en la gradas) para solo aterrarse con la imagen de Harry.
         Hermione evitó que el resto de los participantes se acercara y le pidió a Draco que fuera a buscar a la Sra. Pomfrey o a la profesora McGonagall, la primera que encontrase. Diez minutos después Draco regresó con McGonagall pisándole los talones. Cuando llegó se puso pálida como papel. Cuando se recuperó de su estupor hizo aparecer una camilla debajo de Harry, a quien habían puesto de espaldas, y se lo llevó, levitando la camilla. El equipo completo más Draco, Hermione, Ginny y Ron siguieron a McGonagall, pero de repente Hermione se detuvo, sorprendiendo a los Merodeadores y Fred y George y haciendo que ellos también se detuvieran

         -¿Qué pasa, Hermione? –Le preguntó Ron en tono de preocupación.

         -Es que no sé si ustedes se dieron cuenta, pero cuando lancé el hechizo para que se redujera la velocidad de la caída apunte directo a Harry pero algo desvió el hechizo.

         -Ahora que lo dices –comenzó Ron- cuando intenté agarrar a Harry algo desvió levemente la escoba y no pude llegar a él.

         -Ron, tú lo viste. ¿Cómo estaba Harry antes de que se cayera? –Le preguntó Fred.

         -Se lo veía pésimo –respondió Ron -. Estaba tan pálido que parecía transparente y ponía una mueca de dolor =S

         -Oigan, no creen que fue obra de... –comenzó Draco pero no se atrevió a
continuar.

         -¿De Voldemort? –Preguntó Ginny recibiendo como respuesta un silencioso asentimiento de su amigo.

         Fred y George se estremecieron a escuchar el temido nombre y miraron a su hermana sorprendidos.

         -¿Qué? –Preguntó la aludida.

         –Lo... Lo llamaste por su nombre O.O –tartamudeó George.

         -Sí –respondió la chica con indiferencia.

         -Enorgulleces a Harry –intentó molestarla Ron, pero para sorpresa de todo Ginny no se inmutó ante el comentario de su hermano.

         -Mejor vamos a ver a Harry –dijo Draco cortando el silencio.

         Todos asintieron y se encaminaron al castillo a ver a su amigo. Cuando llegaron a la enfermería se encontraron con que no eran los únicos interesados en ver a Harry. Había unos cuantos chicos de las pruebas y los hermanos Creevey estaban ahí. Pero lo que más los sorprendió fue vera al profesor Dumbledore en la entrada de la enfermería ablando con la Sra. Pomfrey. Cuando el profesor Dumbledore los vio llegar se acercó rápidamente a ellos y se dirigió a Ron.

         -Me dijeron que el que más cerca de Harry en su accidente había sido usted, Sr. Weasley –le dijo a Ron con un tono serio pero calmado.

         -Sí, profesor –respondió el chico.

         -Bueno, me gustaría que viniera conmigo. Creo que mejor los siete porque todos parecen saber algo –les pidió el profesor con su mismo tono anterior.

         Todos siguieron al director y él los condujo a un aula vacía que había a unos pasillos de distancia. Cuando entraron el profesor le puso un hechizo a la puerta para que nadie más entrara. Luego se dirigió a los chicos y les pidió que le contaran qué era todo lo que sabían. Hermione le contó lo sobre su hechizo que había sido desviado y Ron le contó que algo le había empujado la escoba cuando intentó agarrar a Harry. Los gemelos le dieron la descripción exacta de Harry antes de caer y le agregaron algunos detalles que ellos habían captado y Ron no (N/A: De verdad). Luego Draco y Ginny expresaron sus sospechas de quien podría ser el culpable. El profesor felicitó a los Merodeadores por llamar a Voldemort por su nombre, le aconsejó a los gemelos que lo hicieran y les agradeció a los chicos la información. Él también parecía creer que Voldemort era el culpable. Cuando iban saliendo los gemelos decidieron alegrar un poco el ambiente y le pidieron a Ron que los siguiera. Se dirigieron a la Sala Común y en ella llamaron a los otros dos chicos de séptimo que aspiraban a guardianes. Luego fueron a buscar a las tres cazadoras y después se dirigieron al campo de Quidditch. Para sorpresa de todos, reiniciaron las pruebas y al final Ron resultó ser el ganador. Todos lo felicitaron y luego los gemelos reunieron al equipo.

         –Aunque nos falte un miembro, creo que podemos hacer la elección de capitán –les  dijo Fred.

         –Bueno, den sus opiniones que no tenemos todo el día –los apuró George.

         –¿Y por qué no lo dicen ustedes primero? o.ó –Espetó Angelina.

         –Vale. Aunque no esté aquí creemos que debe ser Harry u.u–corearon los gemelos.

         –Yo también n.n –apoyó Alicia.

         –¿Cuál es el mejor de todos los jugadores?, Es obvia la decisión –comenzó Ron–. Harry es ese jugador.

         –Sigo la corriente –terminó Angelina.

         –Bueno, está decidido, y si se rehusa, igual –dijo George

         Después de eso todo el equipo se encaminó al castillo y a la Sala Común. Allí todos esperaban a saber que era lo que había pasado en la selección de guardián, con Harry y que habían hecho los gemelos. Cuando llegaron los acribillaron de preguntas, pero no contestaron ninguna.
         Harry salió dos días después de la enfermería y no tenía idea de cómo había engañado a la enfermera porque seguía con un dolor de cabeza que le retumbaba, pero no le dio mayor importancia. Pero como sus más cercanos amigos, los demás Merodeadores lo notaron y le preguntaron cómo veinte veces hasta que él les contó. Les dijo que le dolía la cabeza y se sentía mareado, pero que la enfermera dijo que no tenía nada y podía salir de la enfermería. Ese mismo día, en la noche, el equipo se juntó completo y le dio la noticia a Harry de que Ron era el guardián y que él era el capitán. Cuando se lo dijeron a Harry se le iluminó el rostro y luego una sonrisa maliciosa se hizo ver asustando a todo el resto del equipo.
         Cómo una semana después del accidente Ron se atrevió a preguntarle a Harry que era lo que le había pasado que se cayó y para su sorpresa Harry no se molestó en contestar. Le contó que en mitad del vuelo le había comenzado a doler la cicatriz y fue tan fuerte que le no resistió más y cayó inconsciente. Ron quedó atónito y le contó lo de que no haya podido
agarrarlo y que algo desvió el hechizo de Hermione. Harry lo pensó detenidamente y cayó en la conclusión de que había sido culpa de Voldemort
que tal vez ya controlaba la conexión que tenían con la cicatriz. Se lo comentó a Ron y éste apenas lo podía creer.