Aprendiendo a olvidar
Capitulo 2: Causas y consecuencias.
Aoshi se quedó estático en medio del ancho camino, mirando a la nada, con la mente repentinamente en blanco.
-"¿Shi…nomori…San?"—murmuro repentinamente. Curiosamente, estas palabras rebotaban insistentes en su cabeza, y por unos instantes, fue incapaz de articular un dedo.
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Estaba sudando ríos y su respiración estaba agitada. El dolor de su cabeza solo le era comparable al dolor que obtienes después de una noche de juerga y haber bebido hasta cambiar tu sangre por alcohol. Gimió por enésima vez en dos horas. Pero siguió pensando en lo sucedido esa noche.
¿En verdad podría olvidar a Aoshi? Eso esperaba, pero de antemano sabía que sería muy difícil y doloroso…
-"Aoshi"- gimió nuevamente.
-"Aqui estoy Misao"
Misao se sobresaltó. El hombre estaba sentado a un lado del futon de la chica, su mirada se tornaba preocupada, casi desesperante, en su rostro no había mas que una sonrisa nerviosa y bajo sus ojos, bolsas, clara señal de que no haber dormido aquella noche, tal vez cuidándola, talvez no…
-"¿Qué hace aquí, Señor?"- quiso preguntar en tono frío, pero su garganta estaba tan seca que apenas susurró con aspereza –"No creo que Usted tenga la obligación de cuidarme, Okon u Omasu pueden hacerlo, mientras continué en este estado, le sedo el mando del grupo Oniwabanshuu"-.
Aoshi le sonrió con ternura, aunque su rostro aun refregaba aflicción. Esa era Misao, su Misao…
-"Esta bien, Misao-chan, solo asegurate de recuperarte pronto, no quiero cargar con todo por mucho tiempo"- su voz sonó dulce y hasta un tanto juguetona –"¿Ves lo que pasa cundo sales en medio de una tormenta?"- comentó aun sonriente mientras cambiaba el paño húmedo de la frente de Misao.
-"Isisto"- volvió a decir la joven, tratando, inútilmente, de levantarse –"Okon u Omasu pueden atenderme"- su voz tembló, aun áspera con lo siguiente –"Shinomori-San".
Su sonrisa se congelo al instante, y su expresión fría volvió unos segundos, lo suficiente para que Misao la distinguiera y no supiera si llorar o sonreír por dentro, esa confusión era extremadamente desesperante, por un lado, estaba logrando ser indiferente, y al parecer a él le dolía aquello, pero por otro lado, se sintió una bruja por estar logrando su cometido.
-"No me llames así, sabes que tienes la confianza de decirme Aoshi, incluso Aoshi-Sama, cómo solías llamarme"- el hombre trato de mantener una postura alegre, pero la preocupación en los cambios repentinos de Misao, se lo hacían más difícil.
-"Le suplico entonces, Señor Aoshi"- remarcó su voz con esto ultimo –"Que me deje al cuidado de Okon u Omasu"- se mordió el labio inferior antes de seguir –"Por el momento me encuentro indispuesta a verlo a Usted, por favor, retirese".
El semblante de Aoshi volvió al frío, como si hubieran esculpido su propio rostro en un bloque de hielo, incluso, su propio ser se congeló por dentro, sintiendo, extrañamente, que se le encogía el corazón.
Misao seguía mordiéndose el labio mientras apretaba la sabana en sus manos. Dolía, en verdad dolía, pero era algo que tenia que hacer.
Desde afuera, todo era observado a través de una ranura en la puerta con ojos furiosos, murmuró maldiciones y unas lagrimas resbalaron de aquellos ojos azules, no eran de tristeza, eso era visible, ni de felicidad, ni de melancolía. Eran de rabia. Lágrimas iracundas. Lágrimas de azufre en ojos de lava. Tanto así le quemaba la mirada al ver a su "amor" alterarse por aquella chiquilla.
-"Maldita perra"- murmuró con rabia, casi estrujando lo que tenia en las manos, estuvo a punto de arrugarlo, pero recordó para quien era. Se limpió el rostro con el dorso de su mano, y en segundos puso buena cara.
Tocó suavemente la puerta y enseguida entró a la habitación.
-"Disculpa, Aoshi, amor"- giró ligeramente la vista para ver la reacción de Misao, pero en seguida continuó-"A llegado esta carta para el líder del Oniwabanshuu"
-"Damela a mí"- contestó Aoshi.
Nodoka extendió la mano y le entregó la carta a Aoshi, procurando tocar sus manos al hacerlo.
El hombre salió de la habitación para poder leer con privacidad la carta.
-"¿Cómo te sientes, Misao?"
-"¿En verdad quieres saberlo?"- preguntó la aludida de mala gana.
Nodoka miró por el rabillo del ojo hacia la puerta, donde permanecía Aoshi, leyendo aun la carta.
-"Claro, te quiero y me preocupas"- volvió su vista disimulada hacia el hombre en la puerta.
-"Misao, esta carta es para el líder del Oniwabanshuu"-dijo el hombre mientras se acercaba a ambas chicas-"Habrá una reunión del grupo Oniwabanshuu, y necesitamos ir todos a Osaka para el día de mañana, pero dada la situación en la que estas, yo…
El hombre iba a continuar diciendo que se quedaría a cuidarla, pero una palmadita en su espalda se lo impidió.
-"No te preocupes, cariño"- había intervenido Nodoka-"Por ahora tú eres el líder. Ve, yo cuidare de Misao"- he hizo una de las clásicas poses que solía hacer Misao, aquella donde se levantaba con porte orgulloso y se daba un pequeño golpe en pecho con el puño.
Aoshi sonrío ante esto, provocando así unas cuantas lágrimas en el rostro de Misao.
-"¿En verdad lo harás?"- preguntó casi por inercia.
-"Claro Aoshi-Sama"- contestó igual como haría la vieja Misao-"Ademas a mí también me preocupa"
-"Mentirosa"- dijo Misao en sus adentros-"solo quieres quedar bien con él".
Aoshi se levantó y caminó hacía la puerta de la habitación, argumentado que iría a avisarle a los demás sobre el viaje. Si querían llegar a tiempo, tendrían que tomar el tren más próximo.
Nodoka también salió de la habitación, no quería quedarse a un lado de Misao mientras aun tuviera esa rabia en el pecho, no era recomendable exasperarse mientras hubiera alguien en el Aoiya.
La noche había llegado ya, y la fiebre de Misao aun no había bajado nada, incluso había empeorado.
Aoshi contempló el sueño inquieto de la chica , ella por ahora estaba dormida , pero sus pesadillas eran fácilmente detectables al ver cada mueca que hacía entre sueños, cada gemido salido de sus labios, casi en ritmo, el sudor que bañaba su frente y su cuerpo entero, cada estremecimiento.
Le era desesperante no poder aliviar su dolor…
Suspiró despacio y acercó sus labios a su rostro, y termino besándole la frente con cariño, con un amor casi paterno.
-"Misao, volveré pronto"
La figura a su espalda pareció casi desesperada, sus ojos habían vuelto a ser lava, su cara mostraba rabia, sintió tantas cosas negativas al ver como besaba la frente de la chica, que para controlase tuvo que apretar con fuerza la tela de su kimono, pero pronto, haciendo un suspiro tranquilo y mirando hacia el piso, logró calmarse diciéndose a sí misma, que enojarse ahora no le convenía.
Miró nuevamente a la chica, y observó que despertaba.
Sonrió con malicia, la haría sufrir un poco para poder calmarse un tanto a sí misma.
-"Aoshi-Sama"-comenzó, viendo que él aun no se daba cuenta que Misao estaba despierta ya-"Por favor, le ruego que vuelva pronto"- acto seguido se agachó para estar a la altura de Aoshi, quien estaba hincado frente a Misao-"se lo suplico"- agregó y , mirando de soslayo a Misao, se acercó a Aoshi y lo besó en los labios con pasión.
Aoshi se sorprendió por el repentino beso, pero después de todo, ella era su chica, y terminó besándola casi de igual manera, sin reparar que Misao yacía despierta en el futon…
Hacía poco más de una hora de que todos se habían marchado, quedando solo Misao y Nodoka en todo Aoiya, el silencio era espeluznante, solo los sollozos y gemidos de la chica con fiebre rompieron la quietud, tan de repente como cuando se rompe una copa de cristal en medio de un salón vacío.
Misao lloraba con el corazón más roto que nunca. Ver aquel beso le dolió más que morir, ello era la peor tortura que pudiera resistir, era verdad que quería dejar de amar a su tutor, pero aun estaba comenzando a ello, fue muy crudo ver aquel beso dado con pasión, no lo resistía, las cosas se daban paso a paso, pero Nodoka le exigió el cambio con brusquedad, esa mujer era despiadada.
-'¿A caso tú no lo eres?'- preguntó su conciencia-'Le has hecho daño con tu indiferencia'.
-"Pero eso es diferente"- se dijo a sí misma en voz alta.
-"¿Qué es diferente?"- se escuchó a una segunda persona con voz extravagante, el tono parecía preocupado, pero era tanto, que se notaba en seguida la fingida preocupación.
-"Nada"-contestó Misao aun recostada en su futon-"¿Qué quieres, Nodoka?"
La chica en la puerta sonrió perversa, como disfrutando el momento.
-"¿Yo?, nada"-dijo muy cerca ya de la otra chica-"Más bien me preguntaba que es lo que quieres tú"
-"Nada, nada…no necesito nada por ahora"- contestó Misao, con la frente empapada en sudor, y con el cuerpo entumecido por la fiebre, aun estaba delicada.
-"Creo que no me entendiste, estúpida"- se acercó aun más a la Oni, hincándose a un lado de ella. Segundos después inclinó su mano hacia Misao y acarició con ternura su rostro, apartando el sudor con su mano.
Misao se sobresaltó un poco ante este comportamiento, ella esperaba lo peor.
-"Me refiero a que es lo que quieres con mi Aoshi"- una sonrisa en verdad malévola surcó sus labios al momento en que dejo de acariciar el rostro de Misao y con un movimiento rápido, tiró de su cabello con fuerza.
El dolor de Misao se incrementó, casi sintió que le arrancaban la cabeza.
En cambio Nodoka se sentía divertida con ese dolor, incluso levantó un poco la cabeza de Misao, y comenzó a zarandearla con fuerza, sentía ganas de reír ante esto.
-"Dejame"-suplicó Misao-"Dejame por favor".
Nodoka la miró un momento, y su sonrisa se volvió más ancha.
-"Vaya"- comenzó con voz irónica-"la perra me suplica"
La mujer soltó el cabello de la joven, después se sacudió las manos y miró a Misao con asco. Comenzó a alejarse con pasos lentos.
Misao comenzó a respirar más entrecortadamente, sentía que la cabeza estaba a punto de estallarle, no podía controlar las lágrimas de dolor, ahora más que nada corporal, dando pequeños sollozos poco sonoros, pero igual lastimeros.
Nodoka se detuvo en el instante en el que escuchó los pequeños lamentos de Misao-"Hay…la inútil está llorando"- dijo con sarcasmo, aun de espaldas.-"Hahahaha"-comenzó de pronto a reírse. Repentinamente se detuvo y volvió sobre sus pasos con rapidez.
Después…sucedió algo que complicó todo…
Nodoka había quedado con la pierna un tanto levantadas, después de su acto aun seguía así. No supo controlarse, su naturaleza sádica le había impulsado en ese momento a ello.
Misao se doblaba sobre si misma, con un profundo dolor en las entrañas, más grandes que el sentido momentos antes, lo demostró llorando con más fuerza, con su respiraron pausada indicando la fiebre y dolor, no soportaba ese sufrimiento, y apenas hubo volteado nuevamente hacia Nodoka, está volvió a hacer nuevamente el movimiento hecho, pateándola esta vez en la cara.
El cuerpo de la chica se dobló esta vez hacia atrás, sintiendo que casi rompía su espalda al doblándose así, pero le era imposible hacer otra cosa, Nodoka había pateado con gran fuerza su rostro y no pudo mas que hacer una mueca de dolor.
Nodoka sintió un gran alivio ante esto, y continuó pateando a la chica a sus pies, desahogando toda la rabia frustrada en su ser, toda la ira acumulada en esos días.
Misao seguía siendo atacada por aquella mujer que traicionó su confianza, tomo su personalidad y robo a su amor, estaba indefensa ante ella y sus ataques, no tenia fuerzas para defenderse, siquiera para escapar, solo podía quedarse ahí para ser maltratada sádicamente por su antigua mejor amiga. Todo esto le era humillante.
-"¿Sabes que tú me exasperas?"- dijo mientras seguía golpeándola.
-"¿Por qué nos espías?"- preguntó Misao entre gemidos, sollozos, y lágrimas.
Nodoka dejó de patearla y la miró atentamente. Su cuerpo ya estaba amoratado, con los ojos hinchados y morados, y los labios rotos, seguía llorando desconsolada. Por un momento le dio pena lo que acababa de hacerle, pero recobró rápidamente su rabia inicial, llorando nuevamente con ira y orgullo, como habia hecho esa mañana al espiarlos por la rendija de la puerta.
-"¿Cómo sabes que los he espiado?"- preguntó casi con voz afónica.
-"No soy tan tonta como piensas"- contestó con un hilo de voz-"Yo sólo le había dicho a Aoshi que le cedía el mando del Oniwabanshuu, solo él sabía lo del cambio de manos del liderazgo de la agrupación, pues no tenia ni diez minutos de darle en derecho, era imposible que lo supieras tan pronto sin que Aoshi saliera de la habitación, tal vez él no lo haya visto, pero yo si"- habló con mucha lógica entre lagrimas, mientras su voz se hacía cada vez más débil –"Tú te haces daño por que quieres…al igual que yo"- dicho esto, sonrío antes de escupir sangre.
Esa sonrisa hizo rabiar a Nodoka más que antes-"¡MALDITA!"- gritó con furia, y tomó a Misao por el cuello de su bata , alzándola hasta quedar a la misma altura de su rostro, y con una mirada fulmínate, la abofeteo con tal fuerza que casi rompió el cuello de Misao. Después la arrojó contra el suelo, y comenzó a patearla con mucha más fuerza que hace unos momentos.
Estaba por amanecer y Nodoka estaba cansada ya de todo lo que le había hecho a Misao, así que se retiró a descansar dejando a Misao en su habitación, ya vería después que les diría a los demás cuando la vieran en el estado en el que se encontraba ahora, tenia aun varios días para pensar en algo.
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Misao yacía semi inconsciente en el tatami de su habitación, sentía el cuerpo hecho polvo, no había rincón donde no le doliera, contando además de que aun tenia fiebre, no sabia que hacer, pero no quería quedarse ahí, con aq1uella mujer despreciable que acababa de golpearle con brutalidad, le era difícil, incluso humillante, pero tenía que admitir que le tenía miedo.
Así que, con un gran esfuerzo, logro levantarse. De milagro no tenia las piernas rotas, aunque si un brazo y varias costillas, por no decir todas…
Logró llegar hasta la puerta trasera del Aoiya, y con su terquedad, se las arregló como pudo para escapar sin que nadie se diera cuenta, cargando con ella, solo unas cuantas cosas y un poco de dinero…
Bueno, este es el segundo capitulo de este fic, debo pedir disculpas por la tardanza, pero he tenido muchos problemas. Aunque puedo asegurarles que los siguientes capítulos estarán muy pronto.
Se que exagere un poco las cosas con Nodoka, pero crean en mi, he visto mujeres ponerse así por un hombre, lamento haber puesto todo esto sobre Misao, y tal vez con esto, me este ganando muchos enemigos, pero todo lo pongo por una razón. Y es que quiero que Nodoka sea una villana para odiar a muerte, aunque, no se, siento que este capitulo falta de contenido. Pero igual, manden reviews, por favor, entre mas me manden, más rápido estarán los siguientes capítulos (Pido disculpas por mis exigencias, pero la ultima vez casi nadie me mando su comentario, ¿Cómo puedo saber así si les gustó o no?)
Por cierto, muchos saludos a los que me mandaron mensajes, a la Diosa Saiya, Misao, y a los lectores en general.
kaoru: gracias, en verdad esta interínate o_O, vaya, muchas gracias.
Aislinn: No es para tanto, gracias por leer en fic. Perdona la tardanza
JS: A que viene tu nick?, bueno, gracias por decir que es el mejor fic. Yo también odio a Nodoka, y espera, se pondrá más odiosa.
Tiffany Dincht: Si, haré sufrir aun más a Misao, pero ya veras que ene. Final se soluciona todo, solo espera y lo veras.
Kary: Ya vez, estoy continuándolo ahora. Pero ya las cosas en mi casa están bien, así que los demás capítulos no tardaran.
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