Octavo capítulo

Harry volaba en su escoba hasta Hogwarts muy rápido.

Jamás se hubiera imaginado que se podía ingresar a Hogwarts así pero por lo que había visto en la fotografía... Pero lo más curioso era q cada vez que intentaba pasar por los límites de Hogwarts rebotaba como con una pared invisible lo que le parecía muy extraño a Harry ya que el hombre de la fotografía estaba dentro de los límites de Hogwarts. Entonces Harry decidió volver unos kilómetros y tomar el autobús Noctámbulo.

Harry esperaba en la carretera a que algún autobús se detuviera, pero entre más esperaba más empezaba a pensar que debía dejar el caso y seguir su vida.
Cuando decidió que ya era tarde para seguir allí esperando y que lo mejor era dejar el caso de lado lo iluminaron dos luces inconfundibles, obviamente el autobús se había demorado más de lo común en pasar por lo que el chofer y el acomodador se disculparon como si hubieran cometido un crimen.
El acomodador caminaba con Harry guiándose con su varita que estaba hechizada con el encantamiento de Lumus. Al llegar al segundo piso Harry quedó con la boca abierta al ver a una Mujer durmiendo al lado del único asiento disponible. Harry deseaba más que nunca bajarse de aquél autobús no imaginaba la cara de Ginny al despertarse y ver aquél hombre al que ella había odiado tanto antes.
-No Habrá otro asiento disponible- Le dijo Harry con miedo
- Lo siento señor Potter, es el único que hay disponible en este momento, hay algo de aquél asiento que le incomode- Le preguntó el señor interrogante y curioso.
- No, es solo que...- Pero Harry no terminó la frase ya que estaba seguro de si empezaba a contarle la razón de porqué no quería sentarse allí terminaría contando toda la historia de Ginny con él- No, no es nada con importancia, gracias- Harry sacó su varita y dijo- Lumus! - Pero al pronunciar estas palabras Ginny se movió un poco lo que asustó mucho a Harry quién acomodaba su equipaje al parecer como para dos días ya que sólo llevaba un morral. Tranquilo Pensó pero le vinieron otras cosas a la mente como Si se había asustado con el sólo hecho de que Ginny se moviera, que iba a hacer cuando despertara y lo viera a él sentado al su lado Trató de dormirse con cautela y de no pensar en lo que pasaría al día siguiente pero de repente se le ocurrió una idea fabulosa.
Agarró su mochila y sacó de ella la capa de invisibilidad, aunque estaba muy vieja y gastada, de hecho Harry la considerada casi como un recuerdo de los buenos momentos con Ron y Hermione bajo esa capa. Harry la agarró y se la puso para dormir de forma que le cubriera todo su cuerpo y que no se pudiera destapar en la noche y así durmió bajo la capa hasta el día siguiente.
- Disculpe señorita, ¿Ha visto usted al señor Potter?- Dijo el acomodador preocupado.
- ¿En el bus?, ¿Ha estado él en el bus?- Ginny lo miraba atónita casi como asegurando de que estaba loco.
- Disculpe señorita, ¿Acaso nunca vio al hombre que se sentó al lado suyo?
- No, estoy segura de eso- Pero cuando empezó a pensar estiró su mando hacia el asiento vacío y cuando sintió algo no se extrañó para nada.
Harry sentía como se iba destapando, entonces miró a Ginny con una sonrisa y la cara más simpática del mundo. - Hola Ginny, ¿qué te trae por estos lados?- Le preguntó como si no hubiese pasado nada aún con cara simpática.
Ginny se tocó la frente con la mano cerrando los ojos e intentando contenerse para no ir a caerle a golpes a Harry pero cuando miró a la ventana se dio cuenta de que ya estaban en Hogwarts lo que hizo que Harry sintiera un gran alivio pero pensó en lo que vendría después y volvió a sentir ese miedo que lo había invadido al ver a Ginny sentada al lado del único lugar desocupado en el bus.
- Bueno Ginny aquí me bajo yo- Dijo Harry con nerviosismo pero aún con la débil esperanza de que Hogwarts no fuera el destino de Ginny.
- Que coincidencia Harry, pensé que dejarías de investigar por lo de tu amorcito, ya sabes. Isabel- Dijo Ginny con rabia e ironía.
- ¿Cómo sabes lo de Isabel?- le preguntó con mucho menos miedo que antes, pensando en algo totalmente diferente de lo que era la golpiza que le iba a llegar después.
- Sé muchas cosas- Dijo Ginny con tono amenazador, pensando en la carta del culpable, segura de que le había llegado algo parecido a Harry. - ¿A sí?, pero estoy seguro de que no tienes ni la menor idea de porqué estás acá, ¿No es cierto?- Le preguntó Harry un poco confundido pensando que Ginny sólo se encontraba en Hogwarts porque lo consideraba buena idea.
Ginny se dio cuenta de que Harry no llevaba nada para proteger que el culpable matara a Isabel. Y Ginny se confundió un poco. Podía ser que a Harry ya no le interesaba Isabel, que confiaba en que el culpable no se diera cuenta de que seguía investigando o simplemente podía ser que el culpable no se haya comunicado con él y no tenía idea de en dónde se encontraba Isabel ni con quién.
- Disculpen la interrupción, pero si no bajan rápido nunca llegaran a Hogwarts- Dijo el acomodador mirando a los dos chicos con miedo.
- De acuerdo, lo lamentamos- Dijo Harry con rabia sin despegar la vista de Ginny.
Cuando los dos bajaron del autobús con su equipaje caminaron hacia Hogwarts en un silencio absoluto.
Cuando llegaron a la entrada se dieron cuenta de que nunca habían entrado Hogwarts sin ayuda de las carretas o de los mini barcos por lo que Ginny se puso a caminar rodeando el lago de mala gana por el camino que usualmente tomaban los alumnos que no fueran de primero para entrar. Harry por su parte sacó su escoba y se adelantó a Ginny quién en ese momento lo odiaba más que nunca.
Al llegar se dieron cuenta de que los alumnos estaban en recreo y todos se quedaron callados al ver a Harry entrar con su escoba seguido por Ginny.

- ¡Miren!, es el famoso Harry Potter- Dijeron todos comprobando su cicatriz.- ¡Si!, es él el que derrotó a Voldemort.(N/A: siempre quise escuchar a alguien además de los típicos protagonistas de Harry Potter decir VOLDEMORT)
Harry se sentía muy feliz porque ya todos se atrevían a pronunciar ese nombre como algo patético
- Si, la verdad busco al director Dumbledore.
- se encuentra en su despacho- dijeron algunos tratando de complacer a Harry aunque sabían que no le fuese de gran ayuda pero para su alivio la profesora McGonagall se encontraba mirándolo con una sonrisa desde su despacho pero desapareció en seguida, obviamente era para bajar a saludarlo entonces caminaron hasta al entrada del castillo se encontró con la señora McGonagall más vieja que antes pero esta vez lucía muy joven con su nuevo anillo de compromiso.
-Felicidades, profesora- Dijo Ginny mirando el anillo
- Ho por favor, no me digas profesora, que hace bastante tiempo que no lo soy
La profesora McGonagall rompió a llorar entonces Ginny y Harry se miraron por primera vez en el día, nunca habían visto llorar a la profesora McGonagall durante su estadía en Hogwarts, debían ser los años pensaron.
- Lo lamento, es sólo que estoy nerviosa por lo de la boda, feliz por verlos a ustedes y además me acabo de enterar de lo de Ron y Hermione, que inteligente era Hermione y que valentía tenía aquél chico, Ron.
-Si, bueno por eso estamos aquí...- Pero Ginny le pegó con el brazo disimuladamente mirando con simpatía a Minerva
- Disculpe, con quién se va a casar Minerva- Preguntó Ginny tratando de cambiar el tema.-Le puedo decir así verdad, Minerva
- Ho, por su puesto, la verdad no lo van a creer. Albus Dumbledore es mi futuro esposo.- Ginny y Harry quedaron atónitos con la noticia no sabían que decir.
- Felicitaciones- dijo Ginny dándole un abrazo que Minerva recibió con gusto.
- Un buen partido, profesora- Dijo Harry haciéndose el gracioso y abriendo los brazos, listo para darle un abrazo a Minerva. Ella lo miró con el entrecejo fruncido y con aquella mirada que le solía poner a los estudiantes cuando se portaban mal.
- Gracias y no me digas profesora por favor- Dijo Minerva con severidad
Harry se sintió incómodo todo el recorrido por Hogwarts, por las remodelaciones y la sala común de Gryffindor. Harry olvidó su metida de pata con la profesora McGonagall y se puso nostálgico al igual que Ginny quién lloraba cada vez que escuchaba la palabra Ron o Hermione entonces Harry decidió hablar.
- Disculpe, Minerva- Dijo tratando de que el "Minerva" le pareciera natural, estaba muy acostumbrado a decir "Profesora"- Necesitamos ver al profesor Dumbledore, necesitamos hacerle unas preguntas y a usted también.
- O por su puesto, comiencen- Dijo entusiasmada como nunca antes, la verdad siempre era severa y seria. Nunca demostraba entusiasmo sólo aprobación.
- La noche del 14 de octubre no le pareció nada extraño en Hogwarts.
- La verdad si hubo algo muy misterioso pero no pensé que fuera tan importante:

Yo estaba dándoles clases a los alumnos de sexto año a eso de las 11 de la mañana, estábamos intentando transformar una taza de porcelana en un perro labrador, (algo sin vida a algo con vida ya saben ustedes que eso es muy difícil pero obviamente Hermione si lo logró en sus tiempos al primer intento).
En fin pude ver por la ventana una figura acercándose en una escoba lo que me puso los pelos de punta ya que no tenía idea de cómo había entrado allí, es decir, se notaba que venía fuera de Hogwarts, entonces dejé a la clase sola para ir a avisarle al director pero me dijo que no me preocupara, que él lo solucionaría luego me fui de vuelta a clases tranquila.
- Muchas gracias Minerva, ¿Nos podría llevar al despacho de Dumbledore?
- Por supuesto síganme- Dijo McGonagall mientras se paraban de los asientos que la profesora había hecho aparecer.
Así caminaron otro buen rato hasta llegar al despacho del profesor Dumbledore quién leía un libro llamado "Las brujas y el amor".
Harry y Ginny comenzaron a reírse cuando el director los vio llegar y en seguida guardó la revista