La leyenda del Ham-gato
Aquel que todo lo quería

-Manchitas, ¿tu crees que Maeu volverá al ham-ham club?
-No se... espero que no, da miedo.
-¡No seas exagerado! Es algo raro, pero la verdad es que Bromitas da más miedo con sus chistes.
Bromitas: ¬¬ ¡Te he oído!
Hamtaro: ¡Bromitas! ¿Qué haces en mi casa a primera hora de la mañana? ¡Si Laura se acaba de ir!
Bromitas: Eso querría saber yo, el autor del fic me ha metido aquí para hacer el gag.
- U¬¬ Bromitas – dije yo – no hagas tonterías, que ya cansas; Manchitas y yo nos íbamos al ham-ham club, ¿vienes?
-¿Y que hacéis aún en casa de tu dueña?
-Hablábamos de hacer oficial a Maeu – Explicó Manchitas - No quiero.
-No veo porque no – comentó Bromitas- mientras no traiga a parientes... Jua jua jua.
-¬¬ No tiene gracia...
-Podríamos hacer un banquete- Siguió Bromitas -Con pescado... y Jefazo de 1r plato XD ¡Juuaaaaa! Soy el mejor cómico del mundo. XDDD
-Vamos anda-dije bajando por la cañería, seguido de Manchitas y, supongo, de Bromitas.
-Adiós Brandy – dije después de rebotar en su cabeza.
-¡Guau!
-Hola Hamtaro.
-¿Uh? ¡Maeu!
-¿Quién? – Preguntó Bromitas - -¡Hey! ¡Si es el ham-gato!
-Estaré en el Ham-ham Club... -Dijo Manchitas mientras entraba apresuradamente en el túnel – ya nos veremos.
-¿Qué te pasa Maeu? – dijo Bromitas - ¿Bueno... que te cuentas ojitos asesinos?
-Bomitas... - dije yo – No deberías...
-¡Calla! – Gritó una voz femenina detrás de nosotros – Nunca vuelvas a llamarle ham-gato, ¡¿entiendes?!
-¡Hermana! – Le respondió Maeu a la voz – ¿No te dije que no vinieses?
-Que quieres que haga, soy así de preocupadiza, y además, ¿que crees que habría dicho Zapirón? Por el rabillo del ojo vi que tigrillo sacaba la cabeza diciendo "creo que he oído la voz de una dam... adiós." Y volvía a entrar a toda pastilla. Me giré para ver a quien llamaba Maeu "hermana", y entendí porque Tigrillo había vuelto a entrar en el Ham-ham Club, ante mi había una gata atigrada, parecía tan enorme...
-Bromitas... ¿Bromitas? ¡Bromitas! Ya se había ido. U¬¬
-Hamtaro, te presento a mi hermana, Nikki, ah, sabe hamsteriano, y no te comerá.
-Exactamente. -Dijo ella.
-Ah... que bien... siempre es un alivio...
-Verás... Dijo la gata – mi hermano necesita aprender perruno, es vital para la manada, si no conseguimos negociar con los perros podría acabar en una guerra que no podemos ganar, y nuestro actual negociador no es muy de fiar... aparte de que pasa mas tiempo intentando ligar conmigo que negociando.
-Ah... ¿y que querréis de mi?
-Pues... necesito tu perro – Dijo Maeu.
-¿A Brandy? ¿Para que?
-Para que me haga clases. Y así empezó mi segundo día de conocer a Maeu, asustado y hablando con una gata, y mientras Maeu asustado y aprendiendo a hablar perruno, y los dos diciendo al otro que su acompañante era de fiar.
-Bueno... así que ti eres la "hermana" de Maeu, ¿Cómo fue?
-Yo apenas era una bebé, no lo recuerdo muy bien, al igual que mi hermano Zapirón, mamá lo encontró vagando por la calle, el también era un bebé, le dio pena y lo adoptó, el hablaba el hamsteriano, aprendió el gatuno, y nosotros el hamsteriano, el caso, que vive con nosotros, es buen chico, a veces un poco irritable, pero siempre puedes contar con el.
-Ya... ¿y los otros gatos?...
-Bueno, nuestro hermano Zapirón es el líder de la manada, y nuestra madre también es una gata muy respetada, incluso antes de Zapirón, no es que le adoren exactamente, a Maeu, pero pocos son los que se meten con el.
- Eso está bien, y si alguna vez tiene algún problema, siempre puede venir al Ham-ham Club.
-Bien, ya se lo diré cuando acabe de "estudiar" – dijo ella apoyando su pata sobre mi cabeza, mas tarde supe que solo quería hacerme una caricia, pero en aquel momento...
-¡¡¡SOCORRO!!! ¡¡¡AYUDA!!! ¡¡¡NO QUERO MORIR!!!
-¬¬ ¿Que le pasa? – Dijeron Maeu y Nikki a la vez. Así pasamos el rato, Maeu parecía avanzar, pero...
-Guau, guau, gurrrr... ¡guau guau!
-¿Guau que? ¡Ahhh! No me aclaro... Soy un desastre, nunca conseguiré hablar perruno.... ¡Mierda! Y entonces salió corriendo, quise seguirle, pero Nikki hizo un gesto que supuse que era que no fuese.
-No te preocupes, sigue aprendiendo, ahora tiene las piezas del rompecabezas dentro de su cerebro, ni se da cuenta, pero ahora las está ordenando, ya verás que en nada volverá hablando perruno como si nada; ese es su don.
-¿Jeke? Si tu lo dices...
-Si, cuando Sora llegó esa vez, herida, enseguida aprendió a hablar con ella...
-¿Sora?
-Una paloma que un día llegó herida a la sede de nuestro territorio, y mi madre, con su manía de ser súper-compasiva, le ayudó a esconderse en el edificio hasta que estuvo en condiciones de ir por ella sola.
-Vaya...
-Y esa vez que se cayó en las cloacas, volvió apestando y ciudadano de honor de las ratas...
-Eh... Que tío... U
-Ya ves... venga, ve a tu Ham-ham club, muchas gracias pequeñín.
-Eh... de nada U Entré en el ham-ham club, cuando estuve dentro me cayó una lluvia de preguntas, (después del "¡Ah! ¡Estas vivo!") acerca de Maeu y Nikki, cuando por fin se calmaron pude contarles toda la historia con calma, quedaron bastante sorprendidos de la reacción de Maeu, pero entendieron lo que me contó Nikki, bueno, algunos mas que otros...

Esto... hola, soy Maeu, como esta parte de la historia la viví yo solo, pues la cuento yo, perdona Hamtaro que te quite protagonismo... Hamtaro: Jeje, ningún problema. Maeu: ¬¬ ¡Pues sal de una puñetera vez de aquí y dame el teclado para que pueda seguir contando la historia! Hamtaro: ¡Buaaa! ¡Nooo! Yo quiero ser el prota! ¡Yo quiero! ¡Yo quiero! ¡Yo quiero! Lizarman (el autor) ¡Parad los dos ahora mismo! ¡Hamtaro, déjale a Maeu un rato! ¡Hacedme caso o hago que acabe mal! Los dos: Ooook v,v Maeu: Ejem, como quería decir hace un rato, ¬¬ yo me había ido de ahí, estaba algo muy de los nervios, porque no me aclaraba con una cosa del perruno, fui a pasear a un parque cercano, cuando me vi reflejado en un estanque, me parecía bastante a Hamtaro, solo que donde el tenia naranja yo tenia gris, además de un mechón de pelo en la frente que nadie conseguía dominar y... mis ojos, unos ojos amarillos y rasgados como los de un gato, y para adornarlo de debajo un labio tenia un diente que asomaba como un colmillo, di un golpe al agua y la imagen se borro por las ondas de agua.
-¡Maldita sea mi cara! ¡Malditos mis ojos! – me quedé unos instantes con los ojos cerrados, intentando dominar la rabia que tenia en mi interior, la rabia por no conseguir entender el perruno, la rabia por que por ser diferente había sido separado de mis hermanos, mis padres, y había sido tratado como un monstruo.
-Vamos chiquitín, no te pongas así, peores cosas te podrían haber pasado... Me giré sobtadamente, y vi a una paloma gris y banca que me miraba, por supuesto que me había hablado en palomo, que por suerte hablaba, la reconocí enseguida:
-¡Sora! ¡Cuánto me alegro de verte! Yo... Me abracé a su cuello y me eché a llorar, lloré todo lo que llevaba dentro, ella, mientras, me acariciaba la cabeza, queriendo consolarme; finalmente, cuando me tranquilicé se lo conté todo, mi encuentro con Hamtaro y los demás, la guerra entre los perros y los gatos, mi fallido intento de aprender perruno, ella me escuchó todo el rato, sin decir ni pío (o "gruu") entonces, cuando la hube puesto al día, se quedó unos momentos pensando, y finalmente me dijo:
-Creo que conozco a alguien que puede ayudarte, ¡ven! ¡Súbete en mí! Así lo hice, en cuando estuve bien sujeto ella se alzó a vuelo y me llevó prácticamente a la otra punta de la ciudad.

Mientras, Slit, esperaba a los perros, e iba hablando en voz alta:
-Ah... muy pronto, empezará esta guerra, Zapirón no podrá controlarla y los gatos le abandonarán, entonces yo podré subir al poder, y en cuando los perros vean que Zapirón ha sido derrocado, cesará la guerra, entonces me consolidaré como líder, me desharé de la rata apestosa esa y finalmente, tendré a mi querida Nikki, ah... que afortunado es ese hámster de tenerla como hermana, casi le envidio... Estaba en un callejón, muy oculto, mientras hablaba un perro enorme, un San Bernardo, le se acercó y le dijo (en perruno, claro está):
-Al fin llegas, te esperábamos, informa, ¡rápido!
-Sisi... Zapirón prepara un gran golpe, no se exactamente que se propone, pero... dice que pasado mañana será el ultimo día de los perros en esta ciudad... por lo que he visto, si queréis seguir en vuestro territorio, debéis deshaceros de Zapirón mañana sin falta, será el día que esté mas indefenso...
-Ah... muchas gracias Slit, confío en tu palabra, nunca nos has fallado, mañana sin falta será la ultima batalla.
-Si... mañana...

¡Eheheh autor! ¡¿No estaba contando yo la historia?! ¡Quita de aquí! Arf... bueno, volviendo a mi, Maeu, prota de este fic... ¬¬ Sora, la paloma me había llevado hasta un piso en la otra punta de la ciudad, nunca había estado tan lejos de mi casa, la verdad, bajó hasta una ventana en donde había un loro en un palo, según me contó Sora, era un amigo suyo, y hablaba gran cantidad de idiomas, estuvimos hablando durante horas, me contó como era la gramática del perruno, me quedé esa noche a dormir en su casa, por suerte su amo estaba de viaje una semana, y el se quedaba solo, un día de cada dos una vecina iba y le ponía comida y agua nueva en su comedero, fue muy entretenido, aunque Sora luchaba por mantenerse despierta, pasamos la noche en vela hablando de idiomas, le gustaba a el tanto como a mi, apenas dormí esa noche, pero no me importó, me lo estaba pasando en grande, por la mañana prácticamente no tenia problemas con el perruno, aparte de una pequeña falta de vocabulario y algo de acento, entonces le pedí que me ayudase a preparar la negociación con los perros, y pasamos un muy buen rato. Mientras, Sora, había ido a dar una vuelta, aprovechó para pasarse por mi casa y decirle a mi familia que estaba bien (le debió costarle mucho decir eso a base de signos y además rodeada de gatos) De mientras yo, Hamtaro, el que debería ser el prota de este fic porque es un fic de una serie que lleva mi nombre, pero bueno... Lizar: ¡Ahh! ¡Parad ya! Hamtaro: Como decía, yo estaba paseando con mi amigo Manchitas, el hámster de Carla, cuando, literalmente caído del cielo, me encuentro con Maeu montando en una paloma, ágilmente bajo y cayó al suelo de cuatro patas sin hacer el mas mínimo ruido.
-Vaya, hola Maeu... ella debe de ser Sora, ¿no?
-Si , supongo que mi hermana te ha hablado de ella.
-Eh... si...
-¡Que susto me has dado! ¿No podías aterrizar a un poco mas de distancia?
-Gruu glu gru, gruu gruu glu. – Dijo Sora.
-Dice que perdón y que ya aterrizará a mas distancia la próxima vez.
-Ah... - Dijimos los dos. Paseamos un rato por la ciudad, Maeu me contó sus avances en el perruno, parecía muy orgulloso, nos dirigíamos a mi casa para hacer una prueba con Brandy cuando un enorme gato atigrado, de color grisáceo, se paró ante nosotros; sin que se siguiesen nada Maeu se puso en posición de ataque y envistió, el gato intento darle un zarpazo, pero Maeu ya se havia colado por debajo de sus patas, cogiéndole del pelo de la barriga se alzó, dio una voltereta al aire y se le subió a la espalda, el gato dio un par de vueltas para intentar cogerle, pero Maeu se le subió a la cabeza y... le dio tres golpecitos suaves en la frente.
-Te he vuelto a ganar.
-¡Ahhh! ¡Nunca consigo cogerte!
-Lo siento hermanito, pero eres demasiado grandullón, por eso yo soy mas ágil, jeje. Todo eso lo decían en hamsteriano, supongo que para que nosotros no nos asustáramos.
-Hamtaro, Manchitas, este es Zapirón, mi hermano, y líder de la manada.
-Sisi, esto está muy bien, ¿pero donde has estado? Sora vino e intento decirnos algo, pero no acabamos de entenderla...
-Ah nada... Sora... -se giró, pero Sora ya havia alzado el vuelo hacia rato – v,v Odio cuando hace eso, como te decia, Sora fue a deciros que estaba bien, he encontrado a alguien que me ha enseñado perruno, aún me falta algo de practica, pero mas o menos lo domino.
-Anda, a buenas horas, venga, tira pa' casa, ¡que tienes a mamá de los nervios!
-No seas exagerado hombre... hey chicos, ¿queréis venir a ver mi casa? En ese momento no sabíamos si hacia broma o realmente quería llevarnos a un sitio lleno de gatos, Zapirón lo confirmó.
-Es verdad, venid, seguro que mi madre estará encantada de conoceros.
-Esto... es que ya habíamos quedado – Empezó a decir Manchitas.
-Si, es verdad, nos esperan en el Ham-ham club, otro día, ¿vale? Ya nos dábamos por salvados cuando Sora volvió a aterrizar, le dijo algo a Maeu hecha un manojo de nervios, y el quedó pasmado.
-Hermano, ¿Que ha dicho?
-Los perros, ¡están atacando a la manada!
-¿Qué? ¡No puede ser! No... claro que puede... ¡Venga! ¡No hay tiempo que perder! ¡Tenemos que ir ahora mismo!
-Si – le dijo Maeu – Hamtaro, ve al Ham-ham Club y, por lo que mas quieras, ¡no salgas de ahí! Nice to meet you...
-¡No seas estúpido! ¡¿Quieres que me quede al margen?! Tú espérame y verás... Maeu se fue corriendo a su casa, y yo a la mía, tenia que hacer lo que fuese. Vi como Hamtaro se iba, sin perder un momento mi hermano y yo corrimos hacia nuestra casa, la sede de la manada, ahí vimos lo peor, en el descampado que había donde el edificio en ruinas, todos los gatos y todos los perros se habían agrupado, eran dos bandos mirándose con odio, y temor, los gatos superábamos en numero a los perros, pero esos nos superaban en tamaño y fuerza, si se desencadenaba una batalla seria muy malo para ambos bandos. Zapirón se puso en frente del bando de los gatos, con el rabillo del ojo comprobó que mamá y Nikki estuviesen bien, y entonces empezó a hablarles a los perros, y yo, mientras, iba traduciendo, pero los perros no estaban dispuestos a escucharle, decían que los gatos queríamos acabar con ellos y que nos preparábamos para la guerra, tal y como les había contado Slit; Zapirón estaba lleno de ira, y tuve que suplicarle que no fuese a por Slit y se serenara, pero esa negociación solo servia para retrasar la batalla, Zapirón tenia el recurso que le había conseguido de la carnicería en nuestro territorio en la cual los perros podrían acceder fácilmente, pero ellos no querían negociar nada, y Zapirón quería guardarse eso en la manga para mas adelante; cuando todo estaba perdido y el líder de los perros, un gigantesco San Bernardo, parecía a punto de atacar, otro perro, mucho mas pequeño, le saltó encima y lo tiró al suelo, durante un segundo nadie dijo nada, pero entonces reconocí a ese perro.
-¡Brandy! El perro de Hamtaro se interpuso entre los perros y los gatos, los gatos no sabíamos como reaccionar, y los perros tenían una mezcla de incredulidad e ira. Entonces oí como una voz familiar me llamaba desde la distancia.
-¡Maeu! ¡Estamos aquí! Hamtaro y sus amigos del ham-ham club, e incluso algunos hámsteres que no conocía (Troti el cantante, Anciano-Ham y otros...), e incluso Marmotín, que lo llevaban a rastras, habían venido.
-¡Maldita sea! ¿No os dije que os quedaseis al margen?
-¿Acaso esperabas que te hiciéramos caso? Se pusieron ante los perros, Brandy seguía ahí, mudo, durante unos momentos nadie dijo ni hizo nada, entones Brandy empezó a hablar, yo lo fui traduciendo al hamstariáno, y mi Nikki al gatuno para el resto de la manada.
-Escuchadme, no podéis seguir con esto, los gatos no planean ningún ataque, ellos lo único que quieren es poder vivir en paz, en esta ciudad que compartís.
-¡¿Tu que sabes?! - le gritó un perro de la manada.
-Yo... yo vivía en otra ciudad hace tiempo, y entonces, como ahora, vivía con mis amos, en esa ciudad hubo un problema como el de ahora, la guerra estalló, y fue un desastre, os lo aseguro, con esta guerra no ganará ninguno de los bandos, si queréis acabar con vuestras diferencias, tenéis que negociar, pero si lucháis ahora, será el fin para ambos, os lo pido, pensáoslo muy bien.
-No hay nada que pensar - dijo el San Bernardo- Lucharemos aquí y ahora.
-¡NO! ¡Por encima de mi cadáver, oíd, he hablado con el hámster que está con el líder de los gatos, el es amigo del hámster de mi ama, los gatos os quieren ofrecer una tregua, en su territorio hay una carnicería a la que podríais acceder fácilmente si los gatos os ayudasen, eso os ayudaría a acabar con el hambre, pero solo la podréis conseguir si negociáis la paz con los gatos, ellos están dispuestos a dejaros acceder.
-¡Mientes! Slit, ese gato que habla perruno, nos lo contó, los gatos lo que querían es atacarnos por sorpresa y echarnos de la ciudad.
-Conozco a Slit, yo le enseñé perruno.
-¿Tu?
-Si, y te lo aseguro, lo que el quiere es que luchéis, y luego subir el al poder, para derrocar a Zapirón y quedarse con su hermana, me lo contó el mismo.
-¿Es cierto?
-Tienes mi palabra, si eres un perro de honor, te será suficiente. Zapirón no lo aguantó mas, me hizo bajar de su lomo y se lanzó contra Slit, que estaba mirando el espectáculo horrorizado, Zapirón le sujetó contra el suelo y le dijo:
-Yo no te haré nada, pero... Maeu, traduce esto a los perros por favor, ahora doy permiso a todo aquel que quiera para apalizarte, pero que no te maten, quedas desterrado de esta ciudad, a menos de mi territorio, y te lo juro, desgraciado, que como se te ocurra tocar a alguien de mi manada, especialmente a mi madre o a mis dos hermanos, yo mismo me encargaré de sea lo ultimo que hagas, ¡¿me has entendido?!

Así acabó la crisis, Acompañé a Hamtaro y a los demás hasta el ham-ham club, donde nos pegamos un buen empache de pipas, se hizo bastante tarde y Hamtaro me dijo si quería pasar la noche en su casa, me pareció bien y aquí estoy ahora.
-Bueno, ha sido una buena aventura... Laura coge a Hamtaro y se lo pone ante la cara.
-Hoy a sido un buen día, ¿eh Hamtaro? Pero mañana será aun mejor, venga, a dormir, que tu amigo ya te espera. Vuelve a dejarle sobre la mesa.
-¿Siempre hace eso?
-Si, la verdad, U bueno Maeu, se han acabado las historias de hámsteres que se transforman en gatos.
-Si, aunque yo lo parezco, un ham-gato, bueno, a dormir...
-Vale, uaahhh, buenas noches - dice Hamtaro mientras se tumba.
-Buenas noches - le responde Maeu mirando por la ventana - ¡Mira! ¡Hay luna llena! -------------------------------------- ------------------------------- Fin del capitulo 3 (de 3)

¡¡¡Aaaal fiiiin!!! ¡Que ganas tenia de acabar este fic! Espero que os haya gustado, tal vez algún día escriba otro fic con Maeu, si queréis contactar conmigo me podéis mandar un e-mail (o ponerme en los contactos del Messenger) a esta dirección: ¡Hasta otra!