CAPÍTULO 3: CABALLERO SIN ESPADA, CARNAVALES SIN DISFRAZ.

-Entonces... ¿vamos a la fiesta? – preguntó Luka sin desviar ni un momento la mirada de la carretera.

-Claro... ¿qué quieres que hagamos si no, volver al puto trabajo? – respondió Carter muy enfadado.

-No te alteres ni un poquito ¡eh Carter! Porque te juro que paro el coche, te doy un empujón y sigues andando... o mejor aún... te doy el empujón con el coche a 200 por hora. – dijo Luka a la defensiva.

No comprendía el porqué de la actitud de Carter... después de todo el también se había quedado sin su disfraz.

-Venga, va... no os alteréis. Seguro que no pasará nada Carter. Les explicamos a Abby y a Susan lo que ha pasado y ya está... no van a quemarnos en la hoguera... – dijo Gallant tranquilizando el ambiente.

- Si, claro... es fácil decirlo. Las cosas no van nada bien... y ya veréis como Abby piensa que esta es la gota que colma el vaso.

-Seguro que no... no te preocupes.

-Es que, se supone que ya tengo el disfraz desde hace una semana. No me apetecía estar con ella un día porque estaba realmente insoportable y le dije que tenia que ir a por el disfraz... al que le habían tomado medidas unos días antes, es decir, otro de los días en los que me apetecía estar solo...

-¿Tomar medidas a un traje de Peter Pan? ¿En serio se lo creyó? – dijo Luka con una sonrisa que dejaba entrever lo mucho que empezaba a detestar a aquel tío.

Tenía todo lo que él quería. En realidad lo único que él quería... a Abby, y encima se quejaba... Era afortunado y no sabía quererla.

-Pues no sé si se lo creyó, pero el caso es que para ella ya tengo el disfraz... o debería haberlo tenido.

Una carcajada se escuchó en el asiento trasero. Era Gallant. No podía evitar reírse cuando los dos hombres discutían. Él no era tonto y sabía perfectamente cual era el motivo de los piques entre ellos.

-Oye Carter... ¿en serio ibas a disfrazarte de Peter Pan?- dijo Gallant riéndose a pierna suelta.

-Ja-ja-ja... ¡No hace gracia! – dijo Carter riéndose de la estupidez que hubiese cometido si hubiese recogido el disfraz a tiempo.

-¿Seguro que no? – continuó Luka mirando a Gallant por el retrovisor y riéndose a la vez que lo hacía él - Apuesto a que con esas mallas verdes y con ese gorrito tienes que estar seductor... -¿Sí? ¿Tu crees? La verdad es que prefiero mi disfraz de Peter Pan al tuyo de Superman.

-¿Qué le pasaba a mi disfraz de Superman... ? El hecho de que fuese a ponerme los calzoncillos por fuera no te da derecho a menospreciar mi disfraz – dijo Luka en tono de broma. – Además, ya había comprado gomina para peinarme con el caracolillo ese pegado a la frente.

Todos rieron a la vez. A pesar de los piques que siempre saltaban ente ellos, sabían pasarlo bien.

-Y tu, Gallant ¿cuál era tu disfraz? Nunca llegué a saberlo. –Preguntó Carter curioso.

-La verdad, era una estupidez de disfraz, pero no me gusta llamar la atención con mi ropa. Iba a ir disfrazado de Kerry Weaver... ya sabéis... la muleta, mala leche, bata blanca...

-¡Vaya, no sabía que comercializasen ese disfraz! – dijo Luka. Todos empezaron a reírse sin darse cuenta de que habían llegado a casa de Susan.

La luz de la ventana estaba encendida lo cual significaba que la fiesta no se había suspendido. Bajaron del coche para dirigirse al portal.

-Ahora en serio... iba a disfrazarme de marinero. Siempre me han hecho gracia los trajes de marinero... con esos gorritos y demás. Pensé disfrazarme de oficial del ejército, pero se lo dije a Susan y dijo que no me dejaría entrar, porque eso no era un disfraz, era mi otro yo.

-Pero nosotros no somos tu otro yo,... así que, podríamos disfrazarnos de militares... – dijo Carter viendo el cielo abierto, mientras se dirigía de nuevo al auto – Venga, vámonos...

-Nop... demasiado tarde – dijo Luka con una sonrisa de triunfo. – Mira hacia la ventana de Susan... ¡ahí está tu Campanilla, Peter!

Susan y Abby estaban asomadas a la ventana saludando ampliamente a los tres muchachos que estaban aún apoyados en el coche. Luka y Gallant parecían impasibles, sin embargo Carter estaba sudando como un pollo. No era nada trascendental, pero sabía que esa noche, algo acabaría mal entre Abby y él. Lo presentía. Los tres levantaron los brazos para saludar a las mujeres. Una tercera figura apareció en la ventana junto a Susan y Abby. Era Lizzy que cargaba en brazos a la pequeña Ella.

Parecía que finalmente las chicas la habían conseguido convencer. Desde que murió Mark, no era fácil de convencerla en ningún aspecto. Les vendría bien algo de comportamiento adulto en aquella fiesta cuando las cosas se pusieran turbulentas. En cuanto a la pequeña Ella, no había problema. La criatura parecía ser la más sensata de las personas que acudieron a la fiesta.