CAPÍTULO 4: CUESTION DE TAMAÑO
-Escuchad... todavía tenemos tiempo para salir corriendo de aquí y no volver a aparecer en la vida. – dijo Carter mientras subían en el ascensor a casa de Susan.
-Venga Carter, tampoco va a ser para tanto... simplemente, hemos sido invitados a una fiesta de disfraces a la cual no traemos disfraces... no es nada serio. Además, sin no nos dejan entrar, siempre podemos ir a casa de Gallant a tomar unas copas... – dijo Luka intentando deshacer el ambiente de tensión.
-¿A casa de Gallant? – dijo Gallant con un gesto de asombro- ¡Qué morro tienes Kovac!
Los tres salieron del ascensor para dirigirse a la puerta de Susan. Luka llamó al timbre. La verdad es que no tenían ni idea de lo que se encontrarían al llegar a la fiesta, pero seguro que sumado al hecho de los disfraces sería una mezcla explosiva.
A los pocos segundo una Susan envuelta en un traje peludo abrió la puerta. Era un disfraz original: era una especie de pantalón y camisa recubiertos de pelos suaves de color crema clarito. Llevaba una graciosa nariz roja pintada sobre sus piel, y los ojos pintados también del mismo tono de los pelos del traje. Llevaba el pelo suelto, con la raya a un lado, y sobre el cabello llevaba una diadema con dos simpáticas orejitas de oso.
-¡Hola Susan! ¡Tienes un aspecto horrible! ¿De que vas vestida, de zarigüeya feliz? – dijo Luka con total seriedad.
-¡Hoy estás graciosito eh Luka!!! – dijo Susan. - ¿Y tú de que vas disfrazado?
-De médico croata, ¿no lo ves?...¡este disfraz me ha costado una fortuna, pero parece que hay gente que no sabe apreciar un buen disfraz... ! - dijo Luka con seriedad.
-Ya... bueno... pasad y cambiaros dentro. Susan abrió la puerta de par en par para que pasaran los tres chicos. Carter parecía muy asustado.
-¡Carter! Esto es una fiesta de disfraces...no Halloween, así que tranquilo.
Carter esbozó una leve sonrisa de compromiso y acabó de entrar a la salita. Abby y Lizzy estaban sentadas en la alfombra jugando con Ella. Habían cogido uno de los globos de colores que cubría toda la sala de estar y estaban jugando con la niña a pasárselo entre ellas.
-Hola chicos... – dijo Lizzy – ¿y vuestros disfraces...?
Abby se levantó de la alfombra, para dar un cariñoso beso a Carter y par husmear a ver si habían traído alguna bolsa de deporte o algo en la que llevar los disfraces.
Aquel disfraz de Campanilla le daba un aspecto más pícaro. Llevaba una falda corta en tono verde metálico y un corpiño del mismo color. Lucía un enrevesado recogido en el pelo del que se dejaban caer algunos mechones verdes con brillantina. Los zapatos eran lo más ridículo de todo aquel atuendo. Eran unos zapatos casi sin suela de los que salían dos pompones plateados.
El maquillaje le daba un aspecto de duendecillo del bosque, ya que llevaba los ojos pintados de verde y con toques de purpurina...al igual que los labios...
-Bueno...hemos tenido un pequeño problema con los disfraces. – dijo Gallant anticipándose a cualquier burda excusa que pudieran dar los dos cafres que tenía al lado.
-Teníais que haberlos recogido cuando Carter...lleva con él en casa un par de días. – dijo Abby mostrándose orgullosa de él.
-Si bueno Abby...más o menos digamos que por ahí va el problemita del que habla Gallant. - dijo Luka.
La habitación quedó en silencio. Abby torció el gesto cuando Carter dijo esto último. Nadie hablaba. Nadie decía nada.
-Bueno..., la verdad es que fuimos a la tienda hace un rato y estaba cerrada, así que no hemos podido recoger los disfraces...en cuanto al disfraz de Carter todo tiene una explicación.- trató de justificar Luka, mordiéndose la lengua por lo que estaba a punto de hacer. - ¿Tu has visto como le quedaba ese traje, Abby...?
-Nop.
-Bueno, el día ese que le tomaron las medidas se suponía que se lo harían a medida y perfecto, pero ayer se lo probó y le quedaba horriblemente estrecho, ¿verdad Michael?
-Si...- dijo Gallant entre risas. – Eso parecía el uniforme oficial del Día del Orgullo Gay. Ya de por sí, Peter Pan va ajustadito, pero Carter Pan no podía ni respirar si quiera.
-Ya...- contestó secamente Abby...
Ella y Lizzy seguían jugando con el globo pero Elizabeth viendo la mentira que acababan de decir salió en defensa del cohibido Carter.
-¡Siento molestar! Es verdad eso que dice Gallant. Mark se disfrazó un año de Peter Pan y recuerdo que le lavé el traje porque olía a plástico...y os aseguro que no se lo puedo volver a poner...esas mallas encogen una barbaridad.
Elizabeth llevaba un disfraz muy clásico a la vez que elegante. Siempre elegía en mismo disfraz, era algo peculiar en ella. Cuando aún vivía Mark solían ir a carnavales y demás fiestas y siempre iban disfrazados de cowboys. Llevaba una falda vaquera con flecos marrones, una camisa estampada con motivos del oeste y un chaleco marrón a juego con los flecos. Llevaba el gorro cowboy de Mark. Todos lo supieron por la enorme M que se dejaba ver. Lucía dos juveniles trenzas color avellana que caían sobre los hombros. Y como no: unas botas típicas del oeste, pero con las espuelas de plástico.
La pequeña Ella era una copia exacta de su madre. Llevaba una faldita que le llegaba hasta los pies a pesar que de que debiera haberla llegado hasta las rodillas. En vez de botas al más puro estilo oeste, llevaba unas diminutas zapatillas de deporte. Elizabeth no pudo conseguir que tuviera el gorro en la cabeza más de 10 segundo seguidos, lo justo para hacer alguna foto. En su pelo rubio, su madre le había intentado hacer una especie de moñitos, pero la niña, no los había dejado sobrevivir enteros.
-Claro...¡ me lo hicieron pequeño Abby! Luka insistió en que me lo pusiera...y ¡a buena hora lo hizo! Lo llevé para que me dieran otro, pero dijeron que me lo darían hoy, y cuando quisimos librarnos de Kerry, ya se nos había hecho tarde. Siento no ser tu Peter Pan.
