CAPÍTULO 8: AMORES DE BARRA.
Luka se miró al espejo. La pintura de los labios se le había movido por completo con el inesperado beso que Elizabeth acababa de darle.
Cogió un poco de papel y acabó de quitárselo del todo. ¿
Desde cuando sentiría Elizabeth aquello por él? No podía ni si quiera imaginar que aquella mujer de rostro dulce estuviera enamorada de él. Y sabía perfectamente que aquello no había sido un beso improvisado. Parecía que un duende lo hubiese estado custodiando mucho tiempo en la boca de Lizzy.
-Ven Ella... acércate. Pero las manos donde yo pueda verlas. ¡Arriba! La niña levantó las manos mientras sonreía picaronamente.
-Pedón, Luka...ha sio sin querer... –dijo Ella intentando que la cogiese en brazos.
-No pasa nada. No te preocupes. Tu mamá se ha enfadado, pero ya está contenta otra vez, ¿a que sí?
La pequeña asintió con la cabeza. Luka salió del baño con Ella en brazos y apagó la luz.
Estaban todos en la sala de estar charlando acaloradamente. Todos reían, comían y bebían. Solo Elizabeth parecía ausente a todo.
-¿Qué tal tu nariz Mohamed Alí? ¿Te ha dejado KO una niña de dos años? – dijo Carter con una sonrisilla maléfica.
-Ja, Carter. No se que me hace más gracia, si tu broma o tu cara. – dijo Luka dejando claro que no tenía ganas de aguantarle.
- ¿Te pasa algo Elizabeth?? – continuó dejando a la pequeña en el suelo.
-No, nada. – dijo Lizzy poniéndose ligeramente roja.
La noche continuó. La buena música que Susan ponía en su reproductor daba pie para que los invitados bailasen.
Acercó un gran recipiente de ponche a la mesita, y puso unos vasos alrededor. Restos de palomitas se esparcían por la alfombra y kilos de confeti se agolpaba en los rincones.
Abby y Carter bailaban una canción muy pegadiza. Susan intentaba convencer a Gallant para que bailase con ella, pero este parecía haberle cogido cariño a la jarra de ponche.
-¡Gallant!!!!!! ¡ Que tienes que conducir...no me seas capullo! – gritó Luka por encima de la música.
Elizabeth y él estaban sentados en el sofá. Frente a ellos, Ella sentada en el suelo. Jugaba con una pelota rosa de esponja que su madre había sacado del bolso. Se la tiraba a Luka o a su madre, y ellos se la devolvían. Podía seguir jugando toda la noche.
-Ella cariño, vamos a irnos. Ya es muy tarde. -¡Oh vamos Elizabeth! ¡No puedes irte ahora! – dijo Susan intentando arrebatar el vaso de ponche a Gallant.
-Es cierto, no podéis iros ahora. Estoy ganando a Ella... además, creo que deberíamos hablar. – dijo Luka casi confidencialmente.
-No hay nada de lo que hablar. Harás mejor en olvidarlo.
-Pero tu dijiste que no lo hiciera. Solo quiero hablar contigo. De adulta a medio-adulto.
Elizabeth sonrió levemente y cogió la pelota de Ella que esta vez era para ella. La música siguió tocando y Susan consiguió sacar a bailar a Gallant. Abby cargó en brazos a Ella y empezó a bailar, con la niña, y con Carter.
Elizabeth y Luka eran los únicos que permanecían sentados. Luka miró a Lizzy de reojo y vio que tenía la cabeza gacha. Sintió que la mente de la mujer estaba siendo saturada por miles de pensamientos que se arreglarían tan solo con unas palabras, pero no iba a ser él el que las pronunciara. El no la había besado. Fue ella.
Luka decidió levantarse de una vez del sofá y se dirigió al cuarto de Susan para coger su chaqueta que se perdía bajo las de sus amigos. La tomó, salió a la salita y buscó algo en sus bolsillos. Sacó la cartera.
-Mira Lizz... esta es mi hija, el día que cumplió los 5 años. Me recuerda a Ella, y la verdad es que son totalmente opuestas. – dijo Luka intentando entablar conversación.
-Era preciosa. Siento que aquello te sucediese. – dijo solemnemente antes de volverse a mirar hacia el ventanal de la terraza. Unas gruesas corinas quitaban la visión al exterior.
-Gracias. – contestó Luka sabiendo que estaba siendo ignorado.No había cosa que más le doliese que aquello. su familia era sagrada. Sabía que realmente Elizabeth lo sentía y sabía que el hecho de que se mostrase tan fría era por haber destapado sus sentimientos de aquella manera.
La cara de Elizabeth era un mar de incongruencias. Por un lado, se sentía avergonzada por haber desatado su corazón y por otro, estaba realmente enfadada con Luka.
¿La razón? Él amaba a Abby, y ella jamás le volvería a corresponder. Tenía ganas de abofetearle y decirle que era la persona más estúpida que había conocido. Pero no se sentía con derecho para hacerlo. Después de todo, eso era el amor: amar a alguien que no te corresponde. La música siguió sonando en casa de Susan.
Esta vez, una bossa nova retumbaba en las paredes. Ninguno de los cuatro bailarines sabía bailar aquello. Abby y Carter seguían cogidos de la cintura ignorando el ritmo, mientras Susan y Gallant movían sus cuerpos al son de la melodía.
Para estar tan borracho y no saber nada de baile, Gallant lo hacía realmente bien. Luka se recostó en el sofá y se quedó mirando a Abby.
Carter estaba de espaldas, así que solo veía a Abby y sus adorables alitas. Abby había dejado a Ella en el suelo.
-Dios Luka, mírate. Eres un baboso, y lo peor de todo es que me das pena. Ella nunca va a volver contigo. Ha dejado de quererte y no lo hará jamás, por mucho que la sigas y la ames en secreto. Estás enamorado de una ilusión, de un fantasma, de algo que ya no existe. Deja de comportarte como un niño de 6 años. – dijo Elizabeth en un tono confidencial, pero suficientemente alto como para que Luka lo oyese por encima de la bossa- nova.
Ya estaba harta de verle babear.
-Déjame en paz. No tienes derecho a decirme como debo o de quien debo enamorarme. Tu no eres una experta que digamos... te has ido a enamorar del hombre equivocado. Luka Kovac no te conviene.– dijo Luka bastante enfadado, diciéndo esto último en tercera persona.
Luka se levantó del sofá de un salto, cogió la chaqueta que había dejado tendida en la silla. Rebuscó en uno de sus bolsillos interiores y sacó una cajetilla de tabaco y un mechero. Esta vez, no se detuvo a colocar la chaqueta, si no que la arrojó al suelo con toda la ira que pudo.
-No sabía que fumases. –dijo Elizabeth con el tono de voz más duro que pudo adoptar.
-No sabes NADA de mí. – dijo Luka arrepintiéndose segundos después de lo que acababa de decirle a la única persona que parecía quererle hoy por hoy.
Abby, Carter, Susan y Gallant se giraron al ver la reacción de Luka, por algo que había sucedido, de lo que ellos, no estaban informados.
