CAPITULO 15: A VUELTAS CON LA PAPILLA.
El reloj de muñeca de Luka empezó a sonar nerviosamente. Luka abrió los ojos perezosamente y apretó uno de los botoncitos del lateral... Las 7 y media de la mañana. Luka miró a su alrededor. Estaba solo.
-¿He dormido en el suelo? – dijo en voz alta, mientras bostezaba. Se levantó lentamente sintiendo que su espalda estaba ardiendo.
Miró hacia atrás. El fulgor de una hoguera encendida, se apagaba poco a poco. Dejó los cojines que había extendidos por el suelo nuevamente en el sofá, y dobló la manta, dejándola junto a los cojines.
Salió del cuarto de estar y se dirigió a la cocina. Realmente no sabía muy bien dónde estaba, pero no sería difícil encontrarla. Recordaba que la noche anterior Elizabeth había entrado en la cocina a dejar el abrigo, pero ahora, Luka no era él.
El sueño le impedía orientarse. A medida que avanzaba por el pasillo, se empezaban a oír voces cada vez más fuertes y nítidas. Sin duda, Luka iba bien encaminado hacia la cocina. Empujó una puerta blanca que se alzaba al final del pasillo y entró en la cocina. Ella y Elizabeth peleaban.
-¡¡¡Cómete la maldita papilla Ella!!!- decía Elizabeth cargando la cuchara con papilla nuevamente. Ella se entretenía en escupir lo que su madre le metía en la boca, haciendo pedorretas y ruidos divertidos con la boca, de la cual caían goterones del alimento en cuestión.
-Buenos días... – dijo Luka riéndose de la situación en la que estaba envuelta Elizabeth.
-¡¡Buenos días!!- contestó Lizzy girándose a mirar a Luka con la cara llena de papilla.
-¿Es tu desayuno o el de Ella? – dijo Luka muy divertido.
-Veo que esta mañana te has levantado gracioso... – comentó Lizzy volviendo a cargar la cuchara con la papilla.
-Déjame que se la dé yo... creo que se me daba bien...- dijo Luka cogiendo a Lizzy por la cintura, levantándola de la pequeña butaca en la que se había sentado frente a Ella.
Elizabeth le dio el plato y la cucharilla. Antes de sentarse, Luka, se acercó a Lizzy ya con el plato en mano y le depositó un dulce beso.
-Sabes a galleta...- dijo Luka tras retirar sus labios de los de Lizzy.
-Será por que la papilla es de galleta.- dijo Lizzy alejándose de ellos y dirigiéndose al fregadero a recoger unos cuantos platos.
Luka se sentó frente a Ella, y la niña se empezó a reír como una pequeña bruja.
-Ella no te rías, porque te vas a comer toda la papilla... – dijo Luka en tono serio.
-Monos... – dijo la niña cogiéndose un mechón de su cabello.
-¿Monos? – dijo Luka.
Elizabeth que estaba de espaldas a ellos, empezó a reírse mientras guardaba un plato en la estantería de arriba. Luka dejó el plato en una mesita cercana imaginando de lo que se trataba, y se pasó la mano por el pelo.
-Gracias por avisarme...si no me llega a decir nada Ella, hubiese ido a trabajar con los moños. – dijo dirigiéndose a Lizzy.
-Hubiese estado bien... – dijo Lizzy volviéndose completamente roja de la risa.
Luka volvió a coger el plato y llenó la cuchara. Se la acercó a Ella a la boca y empezó a hacer muecas, para que la niña abriese la boca. Consiguió darle la primera cucharada, pero no la segunda.
La niña empezó a escupirle todo le que tenía en la boca. Luka acabó mucho pero que Elizabeth. Tenía papilla por toda la cara. Se limpiaba asqueado con una servilleta de flores, negándose a que 15 kilos de carne rosa le vencieran.
Se acercó al oído de la niña y empezó a hablarle. Al cabo de unos minutos, Ella sonrió. Elizabeth miró hacia atrás y vio que Luka le estaba diciendo algo a la niña.
Fuera lo que fuese, había bastado para convencer a Ella de que se comiese la papilla que aún quedaba en el plato. Luka terminó de dársela con cara de triunfo y le limpió la boquita con el babero.
Se lo quitó y la bajó de la silla. La niña salió corriendo hacía las escaleras y desapareció dejando en la cocina un rastro de tranquilidad. Elizabeth se volvió y miró a Luka desafiante.
-¿Qué le has dicho a mi hija? – preguntó.
-Que si me volvía a escupir la papilla le llenaría el biberón con lejía y se lo haría beber hasta que le ardiesen los pulmones y le saliesen por la boca de tanto toser... – dijo Luka pacientemente.- ¿Dónde están los vasos? – dijo alegremente mientras cogía un cartón de leche que había sobre una mesa.
-¿Qué le has dicho qué???- dijo mientras le extendía uno de los vasos que seguían en el escurreplatos. –Ahora comprendo el por qué de que mi hija no quiera beber en biberones, si no en "biberones de mayores"... supongo que su padre le diría lo mismo que tú cuando le pringaba de papilla. –dijo Lizzy riéndose ampliamente.
-No te preocupes... es broma. – dijo Luka riéndose La cocina quedó en silencio, tras las risas de ambos.
Ella entró con un neceser en la mano que parecía pesar más que ella.
-¿Dónde vas con eso? ¡Te tengo dicho que no cojas las pinturas de mamá!- dijo Elizabeth mosqueada.
-Bueno...creo que yo puedo explicártelo. –dijo Luka al ver los pucheros que empezaba a hacer Ella. – Digamos que es lo que le he prometido si se comía la papilla sin rebozarme.
-¿Le has dicho que puede coger mis pinturas si no te pringaba? – dijo Lizzy poniéndose con los brazos en jarra.
-Nop...le prometí, que podría volver a pintarrajearme y a hacerme moños si se comía la papilla...- dijo Luka casi avergonzado.
Elizabeth empezó a reírse con ganas. Ella se sumó a su madre que parecía que no iba a regañarla por coger sus cosas. Luka, se apoyó en la encimera y se rió mucho más discretamente.
Se había metido el solo en la boca del lobo.
