CAPITULO18: OBJETIVO INFANTIL
Luka aparcó el coche un par de calles más allá de la entrada principal del County. Sería mejor no entrar hasta la puerta con el coche, para evitar rumores y habladurías.
Ciertamente a ninguno de los dos le importaba, compartir su romance con el mundo, sin embargo, preferían separar su vida personal de la profesional.
Luka besó a Elizabeth y salió corriendo. A Elizabeth seguramente no le caería regañina por llegar 10 minutos tarde, sin embargo, estaba totalmente seguro de que a él si le caería.
Se abrochó bien el abrigo y aceleró el paso. Entró en la sala principal y todo parecía estar realmente tranquilo. Frank tecleaba algo en su inseparable ordenador, Gallant y Carter, estaban sentados en unas sillas cerca de Frank. Parecían estar agotados.
A Carter, aun se le notaban restos de la raya del ojo, que Abby le había aplicado la noche anterior.
-Que Carter, ¿no sabes aún lo que es el desmaquillante? – dijo Luka con un tono de voz muy alto.
-¿Quieres dejar de dar voces, Kovac? – dijo Carter malhumorado sujetando su cabeza entre las manos.
Gallant reía picaronamente, haciendo un gesto parecido al de Carter. Ambos tenía una resaca enorme de la noche anterior.
Elizabeth Corday entraba por la puerta en ese momento, quejándose del frío que hacía a esas horas de la mañana. Saludó como de costumbre a los chicos, y cogió el recado que alguien la había dejado en manos de Frank.
-¿Es del doctor Romano? – dijo Elizabeth sujetando un post-it en sus manos.
-Si, la necesitaba ahora mismo para una cirugía. Está supervisando a un par de estudiantes de último curso, viendo que usted no llegaba. – dijo Frank
-¿Robert está en quirófano? – dijo Lizzy quitándose el abrigo.
-Eso creo.
Lizzy buscó algo en su bolsillo y se lo tendió a Luka.
-Tu Kovac, que pareces ser el único que se mantiene en pie, hazme el favor de llevarme la cámara a revelar. – dijo Elizabeth ocultando una sonrisa.
Carter y Gallant levantaron la cabeza y se maldijeron a si mismo por lo ocurrido la noche anterior.
-¿Son de anoche?- dijo Luka.
-No, son de un bautizo que tuve la semana pasada.- dijo Elizabeth para evitar que Gallant y Carter le arrebatasen la cámara y la destrozaran como hienas. Sabía que Luka, conocía en realidad el contenido del carrete.
-De acuerdo.- dijo Luka aceptando la cámara. Frank informó a los médicos de que un trauma llegaría en breve.
Luka salió corriendo de County, directo a la tienda que se encontraba al otro lado de la calle. Elizabeth, se perdió por el pasillo, camino de los ascensores.
Luka regresó al County con el resguardo del carrete en la mano, para dejárselo a Frank, y que posteriormente se lo diera a Elizabeth, si él estaba en algún trauma. Esperaba que aún no hubiesen llegado los heridos. Llegaba de cruzar la calle, cuando varias ambulancias llegaban a la puerta, y dejaban varios heridos que fueron atendidos por Susan, Gallant, Carter y Weaver.
-¡Llegas tarde Kovac.! – gritó Weaver entrando al paciente.
-He ido a la tienda de fotos. Creo que llegué antes que usted. La he visto aparcar mientras yo dejaba un carrete. – dijo Luka echando una mano a Susan que le miraba con una sonrisa de complicidad.
Weaver optó por callarse y entrar con el paciente. Carter la acompañaba. Luka, Gallant y Susan, entraron con el siguiente paciente. El último. Parecía haber sido un choque entre dos autos, pero no muy grave. Trabajaron durante algunos minutos con el paciente, hasta que le estabilizaron el nivel del oxígeno. Gallant le subió a una habitación en planta, y Luka y Susan continuaron rutinariamente con su día.
-¿Has visto a la Doctora Corday? – preguntó Luka sentado en una silla de la salita, mientras saboreaba un zumo de melocotón de un tetrabrik con cara de niño pequeño. -¡Mierda...se me ha colado la pajita para dentro! – dijo mientras hurgaba con la punta del dedo meñique para intentar en vano sacar la pajita.
-¿Y para que quieres tu a la Doctora Corday, si se puede saber? – dijo Susan mordiendo su manzana, con un tono picarón.
-No pongas ese tono de voz. Antes le dejé a Frank el resguardo de un carrete de fotos para que se lo diera a Elizabeth pero hace nada le pregunté a Frank y me dijo que Lizz no ha bajado en toda la mañana.
-¡¡¡Uy!!!, ¿ya la llamas Lizz? – dijo Susan intentando tirarle de la lengua.
-Es mi compañera de trabajo, hay una amistad...¿no pretenderás que la llame Elizabeth toda la vida? Las cosas cambian "Sue"... – dijo Luka vertiendo el zumo en un vaso, harto de hurgar para recuperar la pajita perdida.
-¡ Y ahora yo soy Sue! ¡Renovarse o morir ¿eh, "Lu"? – dijo Susan arrojando el corazón pelado de su manzana a una papelera cercana. – Voy a buscar a Elizabeth, para decirle que yo le recojo el carrete. ¿Está pagado?
-Si...creo que sí.- dijo Luka acabando su zumo.
Ambos salieron de la salita para dirigirse a recepción.
-Frank...dame el resguardo del carrete de Corday. Localízala y dile que tengo yo las fotos ¿vale? – dijo Susan esperando a que Frank le diese lo que le pedía.
Frank le entregó un papel amarillo con unas letras impresas y Susan salió corriendo sin detenerse a coger su abrigo. No tardaría mucho. Luka se sentó junto a Frank y allí esperaron en silencio. Elizabeth Corday salió del ascensor dirigiéndose directamente hacia recepción.
-Luka...¿llevaste a revelar la cámara? – preguntó Elizabeth muy risueña.
-La Doctora Lewis acaba de ir a recogerlo. – dijo Luka con un tono bastante poco amistoso. Deseaba preservarse los modales que le hubiese gustado utilizar con Elizabeth.
-¡Oh!, ¡De acuerdo! Estaba en una cirugía, un par de ellas en realidad, y no he podido bajar antes. Hoy ha sido un día bastante movidito. – dijo Elizabeth hablando casi consigo misma.
Se apoyó en el mostrador de la recepción y esperó en silencio a que Susan llegase con las fotos. Un par de minutos más tarde, Susan entró con la cara totalmente roja, sosteniendo en una mano las fotos y en otra el paquete en el que venían dispuestas. Dos lágrimas de risa descontrolada se desparramaban por sus mejillas. Tenía los ojos totalmente llorosos, y se sujetaba el estómago haciendo ver que le dolía de tanto reírse.
Elizabeth se sorprendió de la reacción de Susan. Sabía que los chicos, la noche anterior habían hecho el mayor ridículo de su vida, pero no pensaba que fuese para tanto. Susan vio a Elizabeth que le sonreía desde la recepción. Guardó las fotos en el paquete para entregárselas a Lizzy.
Esperó a que se abriese la puerta corredera y entró. Susan se las dio a Elizabeth y se marchó a la salita carcajeándose a pierna suelta.
-Me encanta tu toallero Lizz... ya me dirás dónde los venden. – dijo empujando la puerta con el trasero y perdiéndose tras esta. Elizabeth sonrió extrañada... no recordaba haber fotografiado ningún toallero aquella noche.
Luka y Frank se levantaron de un salto para ver las fotos, y Elizabeth se giró de repente para evitar que viesen las imágenes. Frank optó por sentarse. Tenía demasiado frío como para abandonar su pequeño calefactor y su silla. Luka en cambio, persiguió a Elizabeth hasta que le permitió ver las fotografías.
Elizabeth iba pasándolas una a una, con las consiguientes sonrisas de Luka.
-Que pintas tenía Carter con ese vestido... – dijo Luka antes de que Elizabeth pasase a la siguiente foto.
-Y tu con mi camisa... – dijo Elizabeth mirando dulcemente a Luka, que le hizo un gesto con el que indicaba que disimulase. Elizabeth continuó pasando fotos y se quedó parada en una, seguramente la que le había causado a Susan aquel repentino ataque de risa.
Luka abrió los ojos de par en par y Lizzy abrió la boca un poco más de lo que Luka la tenía abierta.
-¿Lizz... esa foto?- dijo Luka.
-Lu...Luka te juro que no la he hecho yo. –dijo Elizabeth tartamudeando totalmente colorada.
-¿¡Elizabeth!? – dijo Luka llamándola sarcásticamente. -¡Es mi culo! ¡Concretamente mi culo, mientras me ducho! ¿Por qué diablos tienes una foto de mi trasero? – dijo Luka a medio camino entre el llanto y la carcajada.
-¡Que te digo que yo no he hecho esta maldita foto! – dijo Elizabeth sonrojada.
-Tu baño, tu ducha sin cortinilla... no cabe duda de que es tu casa. – dijo Luka haciendo gestos con la boca, pasándose frenéticamente la mano por el pelo y la frente.
Elizabeth pasó otra foto y soltó un grito, del que no se conocería nunca el origen. Luka aparecía con una toalla a la cintura agachado recogiendo algo del suelo.
-Si yo te hubiese hecho la foto, me hubieses visto Luka...- dijo Elizabeth sonrojada.
-¿Entonces? – dijo Luka cruzándose de brazos.
-¿Ella? – dijo Elizabeth con cara de culpabilidad. – Le dije que jugase con la cámara de fotos...que hiciese fotos a Boo-Boo. Supongo que se cansó de él.
-¿Y quien es Boo-Boo? – dijo Luka.
-Su peluche favorito. Supongo que le pareciste más fotogénico que ese peluche azul con ojos de sapo... – dijo Lizz sonriendo.
-Ya...- dijo Luka con resignación.
-¿Ves? Las fotos no están bien encuadradas...las tiró como mejor le vino. La pobre guiña los dos ojos cuando dispara. – dijo Elizabeth sonriendo. –Por cierto...Ella debe estar a punto de venir. Le dije a la canguro que me la trajera sobre las 5 y media. ¿Qué hora tienes?
-Las 5 y cuarto. Ya deben estar llegando, ¿no crees?.- dijo Luka resignado a punto de echarse a llorar de la vergüenza.
Se marchó con la cabeza gacha ante las persistentes risas de Elizabeth. Entró en la salita y Susan continuó con el legado de Elizabeth.
-Ni se te ocurra decir una sola palabra. –dijo Luka tirándose de espaldas al sofá tapándose la cara con un cojín bastante fofo que servía de almohada esporádicamente.
Elizabeth entró con las fotos en la mano y las dejó en la mesa, dirigiendo una mirada de complicidad a Susan que continuaba riéndose de Luka.
-¿Y no hay nada nuevo que yo deba saber? – dijo Susan regalando una sonrisa a Luka y a Elizabeth, que dejaba claro, cual era el precio a pagar para mantener su silencio.
