PATERNIDAD

Capitulo Uno: Aún Te Amo

Era un verano formidable, cálido y radiante en el prestigioso Colegio Hogwarts de Magia y hechicería; por lo que parecía una tarde como cualquier otra, en si una rutinaria jornada para todos los estudiantes, mas no por eso dejaba de ser el peor día en la vida de Ginebra Weasley.

Con un profundo remordimiento de conciencia, Ginny quien se hallaba ocupando una de las mesas de la Biblioteca de la escuela, no pudo evitar sollozar al caer en cuenta del enorme esfuerzo que hacían sus padres por dar a todos sus hijos la mejor educación y de reconocer, la manera tan bruta con la que ella había correspondido a toda esa entrega y cariño. Por lo que cuando perdió antes las invencibles ganas de romper en llanto cerro de inmediato sus gastados libros de escritura estrechándolo con fuerza luego entre sus brazos y salió huyendo tan rápido como sus largas y esbeltas piernas se lo permitieron.

Aún podía recordar las duras palabras de su hermano Ron punzando en su cerebro haciéndola sufrir...


-Haz deshonrado a toda la familia. Cuando nuestros padres se enteren de lo que hiciste, primero se les caerá la cara de vergüenza y luego te sacaran de aquí cuanto antes para no dar más de que hablar..... ¿George, Fred o Percy saben de esto?-

-Únicamente tu, yo y...

-E imagino que el padre de esa criatura ¡¿No es cierto Ginny?! ¡¿Esta enterado el tipo ese con el que te metiste?! Exijo saber quién es, porque al verte sola estoy seguro que no quiere hacerse responsable de ti o del bebé ¡Dímelo ahora!


Era muy doloroso para la chica revivir esto en su memoria, así que la depresión que la embargaba por evocarlo fue tan grande que de repente sintió ganas de acabar con su vida, se encontraba desesperada y no sabía que hacer ni en quien apoyarse. Por lo que se dirigió velozmente a un pasaje secreto del castillo que Fred y George le habían enseñado el día mismo en que entro en el colegio, hacia seis años. Sin disminuir su paso y decida a terminar con todo, doblo un tenebroso pasillo y justo en la esquina su cuerpo se estrello en contra de algo mandándola al suelo aparatosamente.

-¡Ay!- grita asustada al mismo tiempo que cae sobre el duro piso de piedra y tierra.

Con rapidez se incorpora cubierta de polvo y comienza a acariciarse a un costado del cuerpo repetidamente, mientras intenta descubrir que fue aquello que le había cerrado el paso, sin embargo mayor es su sorpresa al encontrarse sola rodeada por sólidos muros de roca.

-Pero ¿cómo paso esto?- menciona extrañada, agitando sus brazos de un lado a otro con la intención de atrapar suspendido en el aire a el porque de su accidente.

-Este golpe me dolió.....- exclama con abnegación una reconocible voz en medio del oscuro pasaje provocando que el corazón de Ginny latiera con violencia.

-¿Harry?-

-Eh... Hola Ginny- responde la voz con exagerada naturalidad.

-¿Porqué no puedo verte?- pregunta con curiosidad la Weasley caminando desorientada por todas partes.

-¡Auch! ¡Mi mano!-

-¡Lo siento, es que no sé en donde estas!- se disculpa de inmediato la impresionada chica tratando de recobrar de inmediato la compostura en la medida que le fuera posible.

-Permíteme, voy a quitarme esto de encima-

Luego de mencionar esta palabras, Harry se retira su vieja capa de invisibilidad descubriéndose ante los asombrados y húmedos ojos de Ginny.

-¿Qué tal como has estado?- pregunta con su extraordinaria cordialidad sin dejar de contemplar a la distraída Weasley que parecía ignorarlo.

-No muy bien- responde ofreciéndole la espalda con tal de que Potter no pudiera notar abiertamente su expresión llorosa.

Para su desgracia, Harry era la última persona con la que deseaba toparse ya que reconocía de antemano que no tendría el valor de sostenerle la mirada si se daba el caso, por eso había preferido esconder sus rostro bajo el pretexto de levantar sus cosas delante de él. No quería encontrárselo nunca más, sabía que no lo soportaría.

Sirviéndose de la soledad del recóndito pasillo, Potter decide ir al punto que había ansiado abordar durante todo el día. Nunca antes había sentido tantas ganas de encontrarse con Ginny que haber chocado contra ella en tan desolado sitio era lo mejor que podría haberle pasado a pesar de que tenía algo de prisa.

-Ayer Ron hablo conmigo justo después que ustedes dos discutieron en la sala común de Gryffindor-

-¡¿Qué?!-llevándose con pesadez una mano a la frente: Pensé que todos a esa hora se encontraban durmiendo ¿acaso Harry nos habrá visto discutir o Ron se lo dijo?

No podía evitarlo, se notaba ansiosa de descubrir si Harry había escuchado en el momento mismo de verlos si ese fue el caso, el motivo de tan horrible pelea con su hermano.

-Descuida, en cuanto los vi regrese a mi cama de inmediato- deduciendo los temores de Gynny, opto por mentirle un poco mientras fugazmente recordaba la abrumadora escena.


-E imagino que el padre de esa criatura ¡¿No es cierto Ginny?! ¡¿Esta enterado el tipo ese con el que te metiste?! Exijo saber quién es por que al verte sola estoy seguro que no quiere hacerse responsable de ti o del bebé ¡Dímelo ahora!

-¡Nunca lo sabrás! – Grito la más pequeña de los Weasley mientras rápidamente se aleja de la presencia de Ron, quien se queda de pie con los puños apretados y con súbitos deseos de matar a golpes al culpable de esta tragedia.

Al escuchar esto, Harry corrió con torpeza lo mas a prisa posible desapareciendo en el acto y se metió asombrado entre la densas cobijas de su cama; procesando con increíble rapidez, la discusión de la que se había convertido en testigo oculto desde el principio del pleito. Su imaginación nunca hubiese podía concebir lo que acababa de oír.


La expresión de Ginebra únicamente podía lucir aterrada al enterarse de este gravísimo detalle. Daría todo lo que fuese necesario con tal de que Harry no se percatara de lo que estaba sucediéndole, por lo que recupero la respiración tras oír de la propia voz del chico, que no había espiado su riña familiar. Pero de toda formas, seguía sin encararlo y casi muerta por la angustia de lo que Potter había hablado con Ron ¿Acaso su hermano hubiese sido capaz de contarle su secreto?

-Cuando Ron volvió al dormitorio, yo fingí estar dormido para que no sospechara que pude haberlos escuchado e incomodarlo por eso, pero él se sentó sobre mi cama y me sacudió con fuerza, imagino que con toda intención de despertarme- cuenta Harry sin perder de vista la silueta de Ginny- Note claramente cuando me volví hacia él que necesitaba desahogarse con alguien, lo distinguí furioso y desesperado e intente ayudarle- comenta acercándose hasta donde se encontraba de pie la chica sin poder vislumbrar su cara, por lo que atrevidamente la tomo con suavidad de los hombros apoyando con firmeza sus manos.

Al sentir esto Ginny experimenta un estremecimiento recorriendo su cuerpo por lo que menos podía voltear y confrontar al chico.

-Se que estas embarazada-

-¿Pero como se atrevió Ron a decirte lo que me esta pasando? ¡Confié en él!- grita consternada llevándose ambas manos al rostro, se sentía humillada y traicionada por su propio hermano- ¡Yo acudí con Ron prefiriéndolo por encima de Percy ya que nos teníamos más confianza! ¿Cómo pudo hacerme esto? Yo no quería que nadie más se enterara... ¡Mucho menos tu Harry!

Tras oír esto, Potter la obliga a girarse para que quedaran frente a frente. Pero lo hizo con tal descuido que la pobre Ginny no pudo sostener los libros que estrechaba enviándolos de nuevo al suelo mientras su cara se resguardaba en el cálido pecho de Harry, así que de inmediato se separo de él apoyándose con sus brazos y levantado asombrada la cabeza para mirarlo, quedando boquiabierta al notar el aspecto malherido del chico que exhibía marcas de golpes y cicatrices.

-Pierde cuidado, le confesé que yo soy el padre- dice Potter con una cándida sonrisa que no lograba armonizar para nada con su ojo morado y las múltiples cortadas de su rostro.

La cara de Ginny palideció a un color cadavérico. Su visión comenzó a empañarse al mismo tiempo que todo a su alrededor giraba vertiginosamente provocándole irresistibles ganas de vomitar, por lo que tuvo que contenerse con todas su fuerzas ¿Cómo había podido Harry inventar semejante mentira? Anhelaba saber cuando de repente volvió a ser víctima de las nauseas.

-¿Porqué le has dicho eso a mi hermano?- pregunta dolida y convertida en un revoltijo de emociones encontradas.

-Porque quiero serlo Ginny- responde el chico con completa seriedad y conmovedora expresión- Ansió ser el padre de tu hijo-

-Harry tu no entiendes la gravedad de lo que estas diciendo- dice la Weasley con asombrosa madurez conteniéndose las ganas de llorar- Únicamente quieres ayudarme por que te evoco lástima-

-¡Te equivocas! No lo hago por sentir lástima, de lo contrario no me hubiese dejado golpear por el iracundo de Ron ayer- arremete con acento ofendido- Si estoy decidido a adjudicarme la paternidad de tu hijo, tuyo y de nadie más; es... Porque aún te amo-

Inevitablemente las lágrimas de Ginny comenzaron a deslizarse por sus mejillas. Sobre todo cuando Harry la tomo de las manos para intentar depositarle con cuidado un beso en los labios, beso que la chica rechazo girando deliberadamente su cabeza hacia otra parte.

-Es muy noble tu gesto pero la gente se daría cuenta de tu falso papel- menciona con voz quebrada y desmedida desilusión.

-Padre no es el que engendra sino el que cría- enfatiza Harry entrecerrando sus ojos y endureciendo sus facciones. Se había convertido en un hombre muy apuesto.

A pesar de tan alentadoras palabras, Ginny no estaba dispuesta con resignarse ante la absurda decisión Potter. Tenía que destruir esas ilusiones de algún modo, no podía permitir que Harry se engañara solo con sus buenas intenciones.

-Aquí todos saben que tu y yo nunca nos reconciliamos- menciona controlando sus nervios nuevamente, no quería lucir de nuevo como una chica desprotegida por que alimentaría con ello al entusiasmo de Harry.

-Eso no quiere decir que no podamos hacerlo en un futuro- responde con total calma y voz tranquila.

Esa respuesta hace exasperar más a la joven Weasley, pero pese a su frustración no puede evitar sentir consuelo. Potter siempre había sido una ternura con ella hasta el día en que se embeleso con la falda de una rubia descarada que ingreso en el colegio el año pasado.

-En caso que mi hijo luciese como la imagen misma de su verdadero padre, tu jamás podrías negar su sangre, quedarías en el ridículo- asevera cediendo un poco.

-Yo no lo veo así. Porque aún cuando se descubra que no se trata de mi hijo, es a mi a quién querrá y llamará papá enfrente de todos. Si alguien queda en vergüenza, será aquel imbecil que te utilizo a su beneficio para luego abandonarte- dice enfadado y estrechando a Ginny entre sus brazos.

-Mi querido Harry....- solloza amargamente con los ojos cerrados y dejándose llevar aún en contra de sus convicciones por las encantadoras palabras de Potter- ¡Tienes que saberlo! El nombre de ese imbecil es

-Tranquilízate, que no me interesa saberlo- interrumpe sagazmente- Jamás hablaremos de ello. Llevará el apellido Potter y eso es todo- agrega deslizando sus dedos entre las espesa cabellera rojiza.

Harry no podía comprender por que la persistente resistencia de Ginny en contra del apoyo que él con todo gusto le ofrecía; pero como no acostumbraba a perder ante nadie, estaba dispuesto a no darse por vencido, a aferrarse a sus deseos; así que mientras respiraba el peculiar aroma del cabello de Ginny, algo parecido a mermelada de fresa, olor que le fascinaba; confeso la última parte de su plan.

-Hoy en la mañana sin que Ron me viera, envié a Hedwing a tu casa con un carta en la cual les explico a tus padres nuestro desliz amoroso y mis deseos de enmendar la situación. Amada Ginny; les afirme que en cuanto lleguen a Hogwarts me presentaré ante ellos para pedirles tu mano- finaliza Harry sin importarle en lo absoluto nada de lo Ginny se había esforzado en hacerle entender.

-¡Ya basta!- grita Ginny con rabia separándose del abrazo de Harry de un golpe- ¿Acaso no has prestado atención a todo lo que te he venido diciendo? ¡No quiero que te responsabilices de mi hijo, es mi problema y yo sabré como arreglármelas, pero sobretodo que no voy a dejarte que arruines tu futuro por mi culpa!

El increíble parecido de Ginny con Molly Weasley saltaba a la vista. A Harry le parecía formidable. Tanta semejanza sólo podía indicarle que Ginny sería una buena madre. Ya podía imaginarse teniendo una familia como la Weasley; así que no pudo evitar trazar una marcada sonrisa de satisfacción que despertó la curiosidad de Ginny al mismo tiempo que continuaba atacándolo.

-¡Tu estas encaprichado conmigo! ¡¿Qué no lo ves?!- Agrega enfadada y con extrañeza.

De pronto la cara de Harry cambio de semblante por uno más preocupado, despertado la alerta de Ginny, que suponía que quizás Potter estaba apunto de retractarse de su descabellado plan y de lo justo que fuese que así ocurriera.

-Si como digas, pero no grites tan alto que estoy oyendo pasos que se acercan velozmente- menciona Harry al mismo tiempo que con rapidez recoge su capa del suelo.

Evidentemente ya no se encontraban solos en el sombrío pasadillo secreto, algo o alguien amenazaba con descubrirlos. Por lo que Harry impacientándose se encima la capa mágica en los hombros y se dispone para salir huyendo cuanto antes de ese traicionero pasillo.

-¿Acaso estas escondiéndote de Ron?- pregunta impresionada Ginny, por la actitud tan furtiva de Harry.

-No ¿Cómo crees? Mas bien de George y de Fred. Imagino que Ron debió haberlos puesto al tanto de todo en cuanto amaneció- mostrando nervioso una tímida sonrisa ¿En donde diablos habré dejado el mapa del merodeador? Ahora es cuando más lo necesito, piensa liberando un breve respiro - Temo que me golpeen primero y pidan las explicaciones después. Estaré todo el día en la casa de Hagrid escondido por si me necesitas- agrega risueño robándole impulsivamente un beso y desapareciendo en el acto ante la presencia absorta de Ginny.

-Harry Potter.....-murmuró con afecto mientras escuchaba como los pasos de Harry se alejaban presurosos.

-¡Maldición se nos volvió a escapar!- gritan los gemelos al unísono cuando se tropiezan con Ginny, quien con una gran cara de felicidad los saluda dejándolos fríos, para luego alejarse cantando una grata canción de cuna.

-Creo que la maternidad esta volviéndola loca- menciona George discretamente a su hermano- Me recordó a alguien-

- Todo es por culpa del escurridizo de Harry- dice Fred contemplando con tristeza el suelo- Mira, creo que Ginny olvido sus cosas.... ¡Tenemos libretas nuevas!... Oye ¿Qué esa canción no es la que nos cantaba mamá?


Continuara...