Inuyasha y sus personajes no me pertenecen. Son propiedad de Rumiko Takahashi y ésta remasterización de fic, es sólo con fines de entretenimiento.
Como ya dije este fic está en proceso de remasterización, trataré que pase de ser una reverenda porquería a algo más decente. Disfruten.
La historia transcurre un año después, cuando Kagome por fin (¡Por fin!) termina la secundaria y pasa a la preparatoria.
Aquí empieza todo
Era de mañana, una hermosa mañana, los pajarillos cantaban, y la luz empezó a entrar al cuarto de una muchacha que dormía placidamente. Al entrar el sol a su ventana ella se quejó levemente:
- mmm... que flojera...- Kagome se levanto como pudo y caminó a la regadera. ¡Tenía tanto sueño! Se sentía como zombie arrastrándose por el lugar.
Ya en la tina Kagome recordó algo... -"Algo se me olvida... ¿Qué será?, haber... este... ¿los exámenes? No, fueron ayer…Mm… tal vez ir a la escuela por que ya es terriblemente tarde…si, eso puede ser..."- Miró el reloj tranquilamente... -Mm...pero si apenas son las seis cuarenta y cinco de la madrugada, tengo quince duraderos y espaci...osos… minutos...- Abrió mucho los ojos, evidentemente angustiada - ¡Dios mío! - salió del baño apresurada, secándose y quitándose el exceso de jabón, tropezándose con todo, y como pudo llego al armario sacó su uniforme y como de rayo ya se encontraba en la sala almorzando.
Repentinamente llegó su madre
-¡Kagome, hija! que bueno que ya estás aquí, espero estés lista, ¡Mañana es un gran día!- Kagome miró confundida a su madre -¿Lista? ¿Para qué?... ¿Acaso va a haber fiesta o algo así?-
La Sra. Higurashi la miró sorprendida –Kagome... ¿No recuerdas que mañana cumples años?- Kagome se quedo de piedra, ¡había olvidado su cumpleaños! Estaba tanto tiempo en la época de sengoku que había olvidado hasta su cumpleaños.
La Sra. Higurashi, miró extrañada a su hija... –bueno Kagome... me tomé la libertad de organizarte una pequeña fiesta-
Kagome no tardó en contestar –pero... es que... pensaba tal vez pasarme mi cumpleaños en la época sengoku- dijo Kagome tratando de que esa fiesta no se llevara a cabo
-¡Kagome! Te la pasas allá, casi no pasas tiempo con tu familia, ya parece que ni amigos tienes por acá… Yo ya me tomé la libertad de invitar a media escuela para tu fiesta, también invité a tus amigos de la secundaria, entre ellos un muchacho... ¿Cómo se llamaba? Ah… sí, el joven Hojou, se mostró muy entusiasmado-
Kagome miró a su madre, tal vez tenía razón… Ya casi no los veía, ni tenía mucha vida social, tal vez si era necesario una reunión como esa, que supieran que estaba viva, así que lo único que se le ocurrió fue un –¡Gracias mamá!- No podía decepcionar a su madre, ella tenía razón, se había esforzado y era tiempo de que se divirtiera. Miró el reloj... las seis cincuenta y cinco, tras otro pequeño sobresalto, gritos y exageraciones, tomó su mochila y se fue corriendo a toda prisa.
Mientras corría como un auto de carreras (como deseaba que Inuyasha estuviera ahí para llevarla) escuchó una voz conocida que hace mucho no oía
- ¡Higurashi! - era Hojou, en su bicicleta como siempre
-¡Ah, Hola Hojou! Tanto tiempo- dijo Kagome fingiendo una sonrisa
- Si... oye... mañana en tu fiesta... quisiera decirte algo importante- al decir esto se sonrojó un poco y empezó a mirar al piso , sonriendo de forma tonta
-¡Claro Hojou! espero verte ahí- Kagome vio su reloj -¡¡¡Madre mía!!! ¡Las 7:00 AM! ¡Es muy tarde! ¡Hojou, gusto en verte! ¡Me voy!- se inclinó de forma cordial y se fue lo más rápido que sus piernas podían proporcionarle.
Hojou se quedó observando cómo se alejaba, con una gota de sudor recorriéndole la sien.
El día transcurrió como normalmente lo hacía, Kagome pensando en otras cosas, no poniendo atención y no entendiendo nada de lo que explicaba el profesor. Cuando por fin las clases terminaron Kagome se fue a su casa. Mientras caminaba se encontró con sus amigas de la secundaria
.- ¡Hey Kagome! Tu madre ya nos invitó a tu fiesta- dijo una de ellas entusiasmada
- ¿si? Qué bueno que irán- trató de ocultar el poco disgusto que tenia aún
-Oye Kagome... y apropósito, ¿Todavía sales con ese chico violento?-
Por un momento se quedo pensativa sobre lo que respondería - Pues sí, podría decirse que todavía- dijo con una pequeña gotita en la cabeza - bueno chicas este... no es por nada, pero debo marcharme, tengo cosas que hacer – sonrió nerviosamente y se arrancó corriendo.
Una vez llegó a su cuarto, se sentó en su cama y se recostó pesadamente. Sabía que sería un día largo, había pensado hacer algo con sus amigos en el sengoku, pero a cómo veía las cosas, tenía que ir a avisarles que al día siguiente no iría a pasarla con ellos.
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-Kagome ya se tardó mucho- dijo Inuyasha algo molesto
- Ya verás que la Srta. Kagome llegará pronto – Miroku lo miró – Ya deja de extrañarla tanto – sonrió de forma burlona.
Inuyasha lo ignoró al sentir el olor característico de Kagome, aquel que "a veces" lo embriagaba. Sin pensarlo dos veces saltó de su lugar y se dirigió al bosque en busca de Kagome.
- Está loco por ella – Shippou soltó una ligera carcajada.
- ¡Te escuché, enano! – gritó inuyasha sin voltear, lo que provocó que Shippou se escondiera atrás de Sango.
Kagome en cambio iba caminando por el bosque, entonces sintió un movimiento entre los árboles, rápidamente y sin vacilar tomó su arco y flechas y apuntó al lugar -¡¿Quién eres!? ¡Muéstrate!-
- ¡Ya, soy yo! ¡Torpe!- Inuyasha salió del arbusto con cierta molestia en su rostro.
-¡Idiota! ¡Me espantaste, no lo vuelvas ha hacer!- gritó Kagome enfadada
- ¡Ya! No quiero pelear, mejor dime ¿por qué llegaste tan tarde?-
- ¡Si sólo llegue como 30 minutos tarde! … Además, ¿Por qué tengo que darte informes sobre lo que hago?-
-¡Te pudo haber pasado algo! ¡Recuerda que ahora las cosas están más peligrosas, me preocupas!... quiero decir… ¡Sin ti, no podemos seguir con la búsqueda de los fragmentos!-
Kagome frunció el seño, pero después su rostro se suavizó –Hay Inuyasha no te debes de preocupar por mi, yo estoy bien, puedo defenderme y cuidarme sola, pero aún así agradezco que te preocupes- lo dijo dulcemente
Inuyasha, se sintió bien el saber que a Kagome le agradaba que el se preocupara por ella(y claro se sintió bien que ella no lo hubiera "sentado") . –Bueno, vámonos- dijo el joven hanyou tomando la mano de Kagome, en un gesto inocente y amistoso
La caminata fue silenciosa, acompañada por el ruido de las aves, el suave viento y su misma presencia. Tras unos minutos de tranquilo andar, llegaron con los demás.
- Mire Srta. Sango, creo que por fin Inuyasha a tomado la iniciativa- dijo Miroku al ver que la "pareja" se acercaba tomándose de las manos
- si es verdad, se ven muy lindos- Sango esbozó una discreta sonrisa
- Pues... - Se acercó a Sango y la tomó de la mano delicadamente - podríamos nosotros vernos tan lindos como ellos, ¿No lo cree así, señorita Sango?-
- ¿Excelencia? ¿Qué... está.... haciendo...? – Sango comenzaba a sonrojarse y a ponerse nerviosa
-¿Yo? ¡Nada! Solo trato de verme tan lindo como la pareja que se está acercando- Se acercó un poco más, con lo que podría llamarse "mirada pícara"-
Sango se empezó a dejar llevar pero un "pequeño" inconveniente la detuvo, ese "pequeñísimo" inconveniente fue que una manita traviesa que se fue a otra parte de Sango, esto hizo que ella enfureciese y le dio golpe conla fuerza de mil demonios, dejándole una marca color rojo intenso en su mejilla.
En ese momento llegaron Kagome e Inuyasha que aun seguían tomados de las manos
– ¡Pero que sorpresa! ¡por fin le haz confesado tus sentimientos a Kagome, Inuyasha!- dijo Miroku sobandose su mejilla
Inuyasha y Kagome se miraron y luego vieron sus manos... al ver que estaban unidas... se soltaron lo mas rápido posible y se pusieron rojos como tomates
–¡Claro que no!- exclamó Inuyasha aun sonrojado volteando a otro lado, Kagome solo lo miró y volteo sin pena a sus amigos
-Tengo que darles una noticia- al decir esto las orejitas de inuyasha se movieron, Kagome continuó –mañana no vendré, por algunos asuntos-
Al oír a Kagome decir esto, Inuyasha se volteo de un salto -¿Qué? ¿!Pero por que!?
Kagome volteó sorprendida y contestó –Pues es que mañana tendré una fiesta de cumpleaños y me quedare allá – Terminó la frase con una tonalidad de niña regañada
Todos se sorprendieron, sí, en efecto, Kagome iba a cumplir dieciséis años, ¡Como pasaba el tiempo!
-Oh! Felicidades Kagome- dijo Shippou saltando a los brazos de ella.
-¡Si, muchas felicidades amiga! La verdad no tenía ni idea - le siguió Sango
- Mis felicitaciones señorita Kagome, ha madurado un año más… vaya que si ha madurado – Miroku se inclino y trató de tocarle el trasero
- ¡Gracias muchachos se los agradezco mucho! – Kagome logró patear a miroku antes de que lograra tocarla – Prometo traerles algo de pastel y comida pasado mañana –
Todos asintieron alegres, pero en cambio, Inuyasha se quedo callado
- Entonces... no estarás aquí – Inuyashase puso serio, tenía un semblante algo molesto
-Pues si, Inuyasha, ya tengo todo preparado, los invitados, de seguro la comi…
- ¿Y… quienes van a ir?
- interrumpió Inuyasha bruscamente
-Pues... van a ir muchos, veamos... mis amigas de la secundaria y todos mis amigos de la preparatoria... mi familia por supuesto…lo normal- Kagome se veía pensativa, haciendo un esfuerzo por recordar
– Dime... van a ir hombres?- la interrogó
-Bueno... pues supongo que si- respondió algo nerviosa
- ¡¿Y va entre ellos ese tal Hojou?!- preguntó nuevamente, llegando al borde de la histeria
- Este... pues me temo que si…- La voz de la muchacha se escuchó algo intimidada y se rió nerviosamente
- ¡Pero qué sorpresa! ¡El orejas de perro esta celoso!- Shippou estaba atacado de la risa, que provocó que Inuyasha le diera un coscorrón hizo que le saliera un gran y prominente
chipote
- ¡Inuyasha! ¡¡ABAJO!!- Al decir esto, Inuyasha golpeo como costal de papas en el piso
– Oye! No hagas eso!
- ¡Te lo mereces! ¿Estás bien Shippou?-
- Si, gracias Kagome, siempre tan linda... ¡Oye! Que te pasa inuyasha! ¡Me dolió!- gritó Shippou
- ¡Te lo merecías!- contestó inuyasha, viendo hacia otro lado y cruzándose de brazos
- Bueno, chicos, creo que será mejor que vaya, la fiesta es mañana y… no quiero dejar a mi mamá trabajando sola –
- Espera... te acompaño-
Kagome iba a decir algo, pero mejor decidió guardar silencio.
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- Kagome... ¿Es estrictamente necesario que vaya Hojo?- preguntó el demonio de cabello plateado
- Pero… ya lo invité, no le puedo decir que no, además es muy lindo con migo- contestó Kagome tranquilamente
- ¿Qué?¿ Que tiene ese humano patético que yo no tenga ?- pregunto alterado
- Pues... veamos... tiene buenos modales, es lindo, no es grosero, nome molesta, no me asusta, no golpea a seres indefensos, es dulce, comprensivo, amable, gentil, caballeroso, guapo...- decía Kagome contando con los dedos
-¡Yo soy mil veces mejor que él!- La voz de inuyasha se escuchaba más irritada (o celosa) que de costumbre
- Inuyasha... ¿Estás celoso?- pregunto pícaramente Kagome
- ¿Qué? ¡Estás loca! ¡Yo nunca estaría celoso de ti ni de tu apestoso olor!- gritó sonrojado.
- ¡Inuyasha! ¡Ni lo conoces!
- Ni quisiera hacerlo – se cruzó de brazos y miró a otra dirección
Kagome decidió ignorarlo, su actitud inmadura no merecía respuesta de parte suya. Inuyasha se mantuvo en ese plan algunos minutos, hasta que comprendió que ella no hablaría ni entablaría conversación.
- Kagome...
- ¿Qué? - respondió Kagome, cortante
- ¿Podría hacerte una pregunta? -
- ¿Cuál? – ella volteó a verle, interesada en la pregunta que él le haría
- ¿Qué es un cumpleaños? –
Al escuchar semejante pregunta, no pudo evitar tropezarse y caer.
Hace poco, se me ocurrió visitar mis viejos fics y cual fue mi sorpresa que el primer capítulo de este estaba en un enorme bloque de texto y era realmente dificil de leer. También vi cada error imperdonable que no lo soporté y decidí hacer una remasterización del capítulo. También los siguientes capítulos los modificaré un poco, pero no modificaré ni historia, ni nada de los hechos importantes, sólo será ortografía y narración, para que todo sea más claro y menos repetitivo.
En fin, a quienes apenas entraron a leer por primera vez la historia... ¿les ha gustado? ¡Dejen un review!
