Emergency Room

Por Nishi

Cap 3… El Día después


De pronto una luz radiante inundó la oscura habitación. Habían descorrido las cortinas y Filia gruñó malhumorada por la poca sensibilidad de su hermano mayor. Se acurrucó más entre las mantas ocultando su cabecita rubia. Estaba en su modo depresivo y no tenía ánimos para nada. No quería levantarse, no quería comer y por supuesto no deseaba ir a trabajar. Por qué no la arrollaba un camión y listo, así todo sería más fácil.

Sintió que tiraban de sus mantas y crispó los dedos sobre las sabanas, estaba tan dolida, tan furiosa que no respondía por sus actos. ¿Por qué no la dejaban y ya?. Tenía derecho a deprimirse y encerrarse si lo deseaba. No todos los días tu querido novio te engañaba con una de tus mejores amigas.

-… Basta…- murmuró con la voz quebrada, había querido sonar molesta y se recriminó mentalmente cuando sólo obtuvo de su garganta aquel murmullo lastimero. No deseaba que Milgazia la mirara, había llorado como una niña hasta bien entrada la madrugada y de seguro su aspecto era patético. Los ojos hinchados, el maquillaje corrido, el cabello alborotado, su nariz roja. Sí, porque cuando lloraba su nariz adquiría un gracioso tono rojizo.

Seguían tirando de las mantas y ella continuó luchando para que no le arrebataran el abrigó que le ocultaba del mundo real.

-… Déjame, no ves que quiero morirme…- Se sorprendió a si misma, no había querido decir aquello, no deseaba preocupar a su hermano, pero de pronto se había sentido tan sola, tan triste, que no le importó descubrir sus sentimientos al mayor a cambio de uno de sus abrazos consoladores, de una caricia sobre su cabecita, de su voz apaciguadora tranquilizándola con un…

-… Pues te mueres después, levántate y hazme de desayunar, tengo hambre…-

Filia parpadeó confundida, definitivamente aquella voz no era la de su hermano. Se sentó en la cama cuan resorte, de pronto había olvidado todos sus traumas internos y cuando se encontró con aquellos familiares ojos amatistas observándola hizo lo que sus instintos le mandaron hacer.

Gritó….

-…. KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA….-


Milgazia negó con la cabeza y suspiró con resignación. Se sirvió una taza de café y sonrió amablemente cuando vio a un despeinado Xellos aparecer en la salita. El amatista iba descalzo, vistiendo su pijama, una sudadera sin mangas y un pantalón de polar viejo.

-… Fui a darle los buenos días a Fi-chan…- comentó el Metallium al mismo tiempo que apuntaba la marca de una mano impresa en su mejilla roja -… Parecía un poquitito sorprendida…-

-… Oh sí…- Milgazia cerró los ojos amistosamente -… Creo haber oído un grito…-

-… Es la emoción del reencuentro…- sonrió mordazmente y se acercó a la mesa donde el rubio tomaba su desayuno. El Metallium le robó una tostada -… ¿No te molesta verdad?...-

Milgazia negó con la cabeza y le extendió un envase con mermelada. Xellos abrió los ojos animado, le encantaban los dulces.

-…¿Quieres un poco de café?...-

Xellos sacó la lengua -… Con leche, porfissss…- y se entretuvo embetunando el pan con el dulce, parecía tan despreocupado que Milgazia se preguntó si las cosas volverían a ser como antaño. Suspiró y se incorporó de su asiento dándole una miradita fugaz al Metallium. Le conocía desde mucho, eran casi vecinos, porque la casa del amatista estaba dándole la vuelta a la manzana, es decir, vivía a los pies de su propio hogar.

Fue así como desde niño se había acostumbrado a ver a Xellos encaramado a la pandereta que estaba en su patio y que por ende separaba ambas viviendas. Milgazia sonrió disimuladamente, aún recordaba el día que le había conocido. El amatista tendría unos cinco años cuando colgado de la bendita pared intentó robarse las uvas de la pequeña parra que daba a su propiedad. Lo divertido de la historia es que para su pésima suerte, Filia le había pillado con las manos en la masa y como buena defensora de lo que consideraba de su familia, le había aventado a Sofi, la muñequita de porcelana china, el regalo de su cumpleaños más reciente.

Milgazia volteó levemente y observó al amatista de reojo, aún conservaba aquella cicatriz, la prueba existente y real de ese día.

Sí, movió la cabeza con resignación, al fin y al cavo, así había conocido al pequeño y rememoraba muy bien cada detalle, Xellos choqueado por el golpe, en el servicio de urgencia y con cinco puntadas sobre la ceja y un hematoma detrás de la nuca, porque se con el golpe de la muñequita en su frente, había perdido el equilibrio y se había ido de cabeza contra la cerámica de su patio.

-… ¿Qué sucede?...- preguntó de pronto el amatista al percibir la mirada del rubio sobre su rostro.

-… Oh nada…- Milgazia inclinó la cabeza al notar la confusión pintada en los ojos de Xellos –… Sólo recordaba viejos tiempos…A todo esto, ¿no se ha demorado un poco?…- el rubio se había detenido justo antes de ingresar a la cocina y volteó para fijar su vista en el pasillo que conectaba a las habitaciones.

-… Para nada…- Xellos esbozó una media sonrisa y observó su reloj de pulsera -…6, 5, 4, 3, 2, 1….-

-… ¡¡¡¡¡MILGAZIAAAAAAAAAAAAAA!!!!...-

-… Si no fuera por tu hermano me muero de hambre…- refunfuñó Xellos con la tostada en la boca. Volteó para encarar a la recién llegada más repentinamente sus ojos se habían dilatado.

La rubia se detuvo en el centro de la salita y le lanzó una mirada fulminante. Llevaba entre sus manos su viejo bat de béisbol de la primaria.

-… ¡¡¡¡¡MILGAZIAAAAAAAAAAAAAA!!!!...-

-… Ya va… ya va Filia…- Milgazia que venía saliendo de la cocina con una tacita café con leche, repentinamente se quedó de piedra -… Fi…Fi…-

-…CALLA, JODER…¡¡¡¡¿SE PUEDE SABER QUE HACE ESTE DEMONIO AQUÍ?!!!!...- apuntó al amatista con un dedo acusador.

-… Fi…-

-… ¡¡¡NO LO PUEDO CREER, MI PROPIA FAMILIA ME TRAICIONA, LO ALOJASTE EN CASA ANOCHE, ¿VERDAD?!!!...-

-… Pero Fi…-

-… ¡¡¡¡A CALLARRRR!!!!… SE SUPONE QUE ERES MI HERMANO Y DEBES DEFENDERME… ESE DEMONIO ODIOSO S"LO HA HECHO DE MI VIDA UNA PESADILLA DESDE QUE LLEG"…. AYER… AYER ARRUIN" MI PRESENTACI"N, ENGA" A MIS PACIENTES Y…- la rubia volteó y guardó silencio cuando percibió la sonrisa lujuriosa del amatista. ¿Por qué la miraba así?, retrocedió unos pasos. ¿Cómo se suponía que debía reaccionar?, la mirada de Xellos era aguda y se le hizo demasiado incomoda. La coartaba.

-… Y a ti que mosca te pico...- frunció el ceño -… ¿quieres burlarte?, anda suéltalo de una vez, se que quieres burlarte...- Filia levantó su bat y amenazó al amatista -… SUELTALO DE UNA VEZ, PERO NO ME MIRES ASÍ…- de pronto la rubia había saltado sobre Xellos para aplicarle una mortífera llave de judo.

-… Itaaaiii… Itaiiiiii…- Se quejó el Metallium moviendo sus brazos desesperadamente -…Fi-chan, te lo diría si al menos me dejaras respirar…- se estaba poniendo azul y Filia gruñendo se vio obligada a aflojar la llave que le había aplicado en el cuello con el bat.

Xellos volvió a sonreír y le guiñó un ojo -… ¿No crees que te has excedido?, pensé que aún guardabas un poco de pudor… Tú me entiendes mujer, me has dejado mudo…

Filia se estremeció y le soltó confundida, ¿de que estaba hablando ese loco?.

Xellos apoyó su brazo en la mesa y la miró fijamente -… El encaje es sexy y atrevido, me gusta…-

Y la rubia había soltado el bat espantada. Un recuerdo vino a su mente como un flash cegador. Ella encerrándose deprimida en su habitación, ella quitándose la ropa con desgana y lanzándose a la cama para desahogar toda su rabia contenida en llanto, ella quedándose dormida en bragas negras de encaje y con una camisetita demasiado ligera que a penas ocultaba lo que debía ocultar de su bien dotado busto.

Filia sintió la sangre subírsele a la cabeza. Dios, ¿qué había hecho?, rápidamente trató de ocultar su desnudes con los brazos y dio un paso vacilante cuando Xellos se incorporó de su asiento -… Presentarte en esas fachas y luego agredirme con un bat, nunca pensé que se te dieran las practicas sadomaso…-

Xellos se inclinó para recoger la barra de madera y se la ofreció a Filia con una sonrisa maliciosa -… ¿Deseas golpearme "ama"?, ¿quieres que te ruegue por un par nalgaditas?, ¿me vas a violar?…-

Filia frunció el ceño indignada, no escucharía las burlas de ese demonio, de un manotazo quitó el bat que le extendía, no tenía porque quedarse en ese lugar para ser humillada, volteó su cuerpo en un arranque de furia, con tal mala suerte que tropezó con un mueble y cayó de espaldas sobre el sillón de la sala. Lo peor es que en la caída había arrastrado al amatista con ella.

Xellos sonrió entretenido al verse sobre la mujer -… Ohhhh, ya veo…- arrinconó a la rubia con sus brazos impidiendo cualquier intento de huida -… prefieres que yo lleve la iniciativa, ¿verdad?...-

Y Filia pegó un brinco cuando sintió la mano masculina del Metallium recorrer su suave abdomen en una caricia que ascendía lentamente por un costado. Abrió la boca pero un leve gemido fue lo único que obtuvo. ¿Dónde estaba Milgazia cuando se le necesitaba?. Buscó con la mirada y aturdida observó como su hermano bebía su café sin más ni más. Estaba sentado en el comedor y tenía una pequeña gotita sobre su cabeza. Filia le lanzó una mirada asesina, no parecía dispuesto e entrometerse.

Entonces no había otra solución que salir de aquella situación por su propia cuenta. Filia forcejeó y forcejeó, pero para su desagrado Xellos la había aprisionado muy bien y al parecer no tenía intenciones de soltarla por las buenas, lo miró rabiosa -… ¡¡¡¡SUELTAME PERVERTIDO!!!!…-

-… Pero si todavía no hemos comenzado Fi-chan…- Le susurró sobre el cuello, y la rubia tembló de pies a cabeza cuando sintió la boca del amatista cerrándose sobre su piel pálida, succionando cuan vampiro sobre su palpitante yugular. Cerró los ojos confundida, ¿por qué?... ¿por qué aquello se sentía tan bien?, sólo deseaba que la soltara, que no la avergonzara, más algo que no lograba entender le aceleraba el corazón con un anormal palpitar. ¿Le agradaba?, ¿lo detestaba?. Que desconcierto.

-… Xellosss…- murmuró con la voz ahogada. Crispó los dedos alrededor de la sudadera del médico y levantó una pierna. El amatista se separó levemente y sonrió de medio lado.

-… ¿Te ha gustado?…-

-… ¿Qué crees tú?…- le respondió la rubia dedicándole una de sus miradas más dulces y tímidas.

La sonrisa del amatista desapreció y sus labios se abrieron en una mueca pasmada. ¿Qué… qué estaba pasando ahí?, sintió sus mejillas arder y trató de levantarse pero Filia le detuvo de los hombros.

-… ¿Fi… Filia?…- alzó una ceja nervioso cuando la joven le sonrió encantadoramente.

-… Espera Xellos, tú mismo lo dijiste, aún falta lo mejor…-

-… ¿Qué… qué?…- pero no pudo continuar, abrió los ojos aterrado, era demasiado tarde y lamentablemente no había captado los inusuales movimientos de la enfermera.

Milgazia que observaba la escena algo distante de los otros dos, cerró los ojos en un gesto doloroso. Xellos se había caído del sillón y en ese preciso momento se revolcaba sobre el piso protegiendo con sus manos aquellas partes privadas que Filia le había lastimado.

-… ¡¡¡¡SI ME VUELVES A TOCAR JURO QUE TE DEJO SIN DESCENDENCIA DE POR VIDA!!!!…- se puso de pie y se marcho enfurecida.

-… Jo… joder… murmuró con la voz ahogada y temblorosa, sacando a penas la respiración -… creo que no bromeaba con eso de dejarme sin descendencia…- Xellos se apoyó en el sillón para incorporarse a duras penas. Milgazia sonrió con disimulo, el amatista estaba tan pálido que parecía papel.

-… Tú te lo buscaste, eres un desquiciado, no puedes acosar a Filia sin recibir nada a cambio…-

Xellos hizo un puchero -… pero fue divertido…- cojeó hasta la mesa y tomó asiento junto a Milgazia.

Ambos se observaron en un silencio sereno.

-… ¿Y bien?…-

-… Yo…- Xellos apretó los dientes -… ¡¡¡¡Oh Diablos esto va a doler por días!!!!…- de pronto se había encogido en su apoyo ocultando con su mano una mueca de dolor.

Milgazia suspiró -… Me imagino…-

-… A todo esto…- Xellos alzó el rostro levemente y esbozó una dificultosa sonrisa -… gracias por recibirme en tu casa, no he querido ni pretendo abusar de tu hospitalidad, tampoco deseo incordiar la relación que tienes con tu hermana, ella está furiosa porque me alojaste anoche. No me quedaré mucho tiempo… - frunció el ceño -… sólo lo necesario hasta que Zellas se digne desalojar sus cosas de mi habitación…-

Milgazia asintió y bebió su café -… Puedes quedarte el tiempo que gustes, aquí siempre ha sobrado un cuarto, por mi no hay problema, te conozco desde que usabas pañales y eres un amigo de la familia, no tienes que preocuparte…-

-… Pero a Filia le daría un infarto…- soltó una carcajada.

-… Eso no lo dudo, por lo menos le has subido el ánimo, el rompimiento con su novio la dejó muy destrozada…-

-… Amh, sí…- Xellos giró el rostro y el rubio le observó de reojo, de pronto la atmósfera no era tan confortable.

-… Si no te conociera diría que estás celoso…-

El medico había dado un respingo para dedicarle una mueca rencorosa a Milgazia -… ¡¡¡¡Ni que estuviera loco, tú hermana nunca me ha interesado en ese sentido y tú lo sabes!!!…-

-… Está bien, no te exaltes hombre, era un comentario…- Milgazia levantó sus manos para defenderse de la inesperada reacción de Xellos -… Aunque no me negarás que mi hermanita te simpatiza, si no fuera así, no te hubieras dignado a hacerle la vida color de hormiga…-

-… Eso no tiene nada que ver, simplemente no congeniamos, somos como el agua y el aceite…- Xellos se puso de pie para retirarse de la salita.

-… Lo que no entiendo es el por qué, en el jardín de párvulos, después del accidente con las uvas, ambos terminaron limando las asperezas, recuerdo que se hicieron amigos y parecían congeniar muy bien.

-… Eso no es cierto…-

-… ¿Qué no?…- Milgazia ahogó una carcajada detrás de su mano y Xellos gruñó molesto -… Tengo pruebas mi querido amigo…- El rubio tomó su billetera del bolsillo posterior de su pantalón y buscó algo dentro de ésta.

-… ¿Y ahora me vas a decir lo mismo?...- le extendió una fotito. En el retrato aparecía una niña de trenzas rubias, con un diente menos, porque los estaba cambiando, junto a un pequeño amatista de cabello alborotado y con un parche sobre la ceja, él estaba abrazándola por la espalda mientras le hacía un cómico gesto de conejito sobre la cabeza.

Xellos abrió la boca, se había quedado sin palabras, más repentinamente dio un respingo y volteó el rostro aparentando arrogancia.

-… Jo… lo único que has probado es que desde pequeña tu hermana ya era bien fea, ¿verdad?...- Se incorporó de su asiento, no sin antes soltar un pequeño gemido por el movimiento apresurado.

Milgazia suspiró y guardó nuevamente la fotito en la billetera -… ¿Dónde quedo aquella amistad?, ¿qué sucedió?...-

Xellos se giró un poco y agudizó la mirada -… Simplemente crecimos y nos dimos cuenta que hay cosas que no pueden ser ni durar para siempre…- se retiró del saloncito cojeando.


Lina sonrió entretenida, siempre que visitaba a los "abuelitos justicieros", el mundo parecía más agradable. La pelirroja tocó su cabello, aún tenía restos de crema chantilly en la cabeza. Esa mañana había comprado un pastel de chocolate y les había invitado a desayunar. Se rió entre dientes, aún recordaba el rostro atónito de la enfermera cuando les observó en plena batalla de comida en la salita que ocupaban dentro del hospital.

La pelirroja suspiró y apretó la manguito de su portafolio negro, lo había pasado bien, pero ahora debía trabajar, su pequeña y confortable oficinita le esperaba con un montón de papeleo que solucionar.

Caminó por el pasillo con tranquilidad, iba a tiempo, aún faltaban unos 15 minutos para marcar su llegada en el reloj de entrada. Saludó con la mano al jefe de seguridad, su amigo Zangulus, en ese momento el moreno daba algunas órdenes a unos subordinados. Lina esbozó una leve sonrisita, al parecer su rompimiento con Martina si le había afectado, se le notaba ojeroso y algo taciturno. Esos dos se querían pero eran muy obstinados a la hora de ceder.

La joven asistente social se detuvo entonces frente al reloj de entrada, las 7:48, siempre a la hora, hasta ese entonces nunca había marcado un atraso y se enorgullecía de ello. Los ojos le brillaban, además no estaba dispuesta a perder aquella comisión monetaria que año a año recibía en reconocimiento a su puntualidad.

Sacó una tarjetita de registro con su nombre y la introdujo dentro de la maquinita que marcaba su llegada. Esperó un momento que en la pantalla le marcara su ingreso, pero nada sucedió. Lina frunció el ceño, volvió a ingresar la tarjetita y nuevamente la maquina se la devolvió sin marcar. Examinó la credencial de lado a lado, ya comenzaba a desesperarse y el reloj seguía avanzado.

Estuvo así más de 5 minutos y cada vez que ingresaba la endemoniada tarjeta la maquina se la devolvía sin más.

-…¡¡¡SI NO MARCAS DE UNA VEZ JURO QUE TE DESMANTELO Y TE HAGO CHATARRA AQUÍ MISMO!!!…- intentó otra vez, la maquina seguía sin reaccionar.

Lina ya no aguantaba más dio un pequeño golpe a la endemoniado traste y un sonido característico anunció que comenzaba a analizar sus datos, suspiró más calmada, por fin el estupida maquina se dignaba a hacer su trabajo.

Pero de pronto una aguda alarma se hizo audible y la pantalla comenzó a devolverle mensajes de "Error" repetidamente.

-… Pero… pero ¿qué?...- Abrió los ojos espantada cuando el artefacto le devolvió la credencial por otra ranura hecha tiritas. Aturdida leyó la pantalla que pulsaba en colores amarillos y rojos.

-… QUEEEEEEEE…. ¡¡¡¡¿C"MO QUE ES UNA CREDENCIAL FALSA?!!!…- se lanzó sobre la maquina hecha una fiera.

Y mientras la pelirroja desataba toda su furia, una delgada sombra se movió de su escondite y caminó por el pasillo opuesto alejándose del sitió donde la Lina daba gritos rabiosos. Eris cogió su teléfono celular y esbozó una sonrisa villana -… Aló, sí, seguridad…-


Continuará...

Je… Otro capítulo más, ¿Les ha gustado?...

Como verán en esta entrega me he centrado más en Xellos y Filia, es que no lo puedo evitar, me encanta esa parejita, ¿a ustedes no?. En fin, prometo que en la próxima publicación también aparecerán los otros personajes haciendo de las suyas.

Gracias a todos los que me han leído, y como siempre digo, espero sus opiniones, ¿vale?...

Y ahora los Rewiers:

ZLaS MTALlUm: Oh gracias querida amiga. Entonces, ¿te gusto el cap anterior?. A mi también se me ha hecho muy graciosa la situación de Lina y sus intentos frustrados por seducir a Gourry. Pero estarás de acuerdo conmigo, si tenemos que hablar de personas con mala suerte, Filia ha sobrepasado todas las marcas. Pobrecita, va a terminar con los nervios destruidos, je. En cuanto a Xellos, concuerdo con aquello de que por lo visto, de niño no tiene ni un pelo, je je je, ya ves como nos ha salido pervertido y mujeriego.

ALPHA-JACK: Ohhh, ¿así que también escribes?, genial, me gustaría leer tus proyectos. Gracias por todo el apoyo, ten por seguro que seguiré trabajando para tener más de este fic. En cuanto a lo de "ER" y "Silen Hill", creo que me has mal entendido, cuando decía que sería mi propia versión de la serie, me refería a que sería mi ultra versión original. Sniffff, es que no conozco mucho de las series verdaderas, sólo he visto uno que otro capítulo suelto. Aunque no pretendo decepcionarte, después de todo, cuento con experiencias propias de lo que es trabajar dentro del hospital (estoy en mi último año de enfermería). Si supieras, tengo muchas anécdotas graciosas.

Nadesiko-san: Arigatouuuuu, je. La verdad es que he recibido tan poquitos Reviews que a veces me pregunto si a los lectores le gusta mi fic, pero son sus comentarios los que me animan a continuar escribiendo, gracias por tu apoyo. ¿Si va a ver Ameria y Zelgadis?… JO JO JO. Eso es un secreto, pero de antemano te puedo decir que me encanta esa pareja.

MGAFGA: Sí, pobre Filia, su vida va en una cuerda floja y Xellos no ayuda mucho. Aunque apuesto que no te esperabas que fuesen amigos de niños, ¿verdad?. Y esto sólo es el comienzo, ya verás como se desenvuelve la vida de nuestra amiga a medida que transcurra la historia.

Elena (Mi querida amiga Shadir): Jo, ¿qué te ha parecido este capítulo?. Oh, My GOD, mi mente pervertida va dando frutos. Y tienes razón, de ahora en adelante van a ver muchos enredos y Lina no va a estar muy de buenas. Ya sabes como es ella con aquellas cosas que la enfurecen.