Instintos

Cap. 6 Omi corría velozmente sobre su Rex, tenía que llegar a tiempo para avisar al Jefe Nazca sobre lo que había oído, tenía que poner al corriente de los sucios planes de Millardo. El camino hacia el poblado de los Lagos duraba un día de camino, pero gracias al conocimiento que tenía del lugar, podría llegar en unas veinte horas, tiempo suficiente pasa avisar y poner en alerta a su gente. En camino era difícil pero lo conocía a la perfección muchas veces había jugado de pequeño en esa zona, era el sendero del desfiladero que rodeaba los lagos cercanos al poblado de clan principal. Iba esquivando ágilmente las piedras y agujeros del camino, no tenía tiempo que perder. - Tengo que llegar, no permitiré que Millardo destruya mi clan por su avaricia y deseo de poder, tengo que tranquilizarme sino, Ooooh! Dios mío no, aaahhhhhhhhggggggggg!.

Hacía varios días que Trowa y Heero habían llegado al poblado, durante ese tiempo se ofrecieron para ayudar en los quehaceres diarios del poblado, también ayudaban a acabar en los últimos retoques para el Festival En el último día comenzaron a llegar los integrantes de los Clanes que participarían en el festival incluido la familia Heavyarms. La noche pasada se hizo una cena recepción para arc la bienvenida a los integrantes que habían llegado. Fue una velada agradable, tanto el Jefe Nazca como el Jefe Yuki no pararon de hablar y bromear durante toda la noche, llevaban mucho tiempo sin verse y siempre que podían reunirse disfrutaban de la amistad que tenían entre los integrantes de los dos clanes. A la mañana siguiente amaneció soleado y claro, se podía respirar el olor de las primeras florecillas y el viento era fresco. Se repartieron las tareas diarias, mientras Quatre junto a sus hermanas y otros jóvenes de clan de dedicarían a la recolecta del maíz cercano al poblado Duo y otros jóvenes se dedicaría hacer la ronda de vigilancia de los alrededores del poblado y tierras cercanas. Tanto Trowa como Heero se hicieron voluntarios para ayudar, Trowa se marcharía con el grupo del recolecta (a así vigilar a su Quatre, jeje) y Heero se marcharía con el grupo de vigilancia. Ambos jóvenes del Clan Heavyarms no querían permanecer en el poblado, estaban hartos de aguantar las insinuaciones de sus padres sobre las posibles candidatas para sus compromisos, también otra de las razones por la cual Heero no quería quedarse en el poblado había sido que durante el desayuno escuchó decir que durante ese día llegaba el Clan Peacecraf al completo y no tenía ni las ganas ni la intención de tener que soportar a la pesada de Relena Peacecraf, ya tubo bastante en el Festival que se realizó anteriormente en el Sur. Antes de partir cada uno a sus obligaciones.

- ¡Quatre!- - Sí, Duo. - Cuando acabes con la recolecta del maíz, me gustaría poder hablar contigo, hay una cosa que necesita hablar. - Ah! Duo. Pero es que luego tengo que acompañar a Hilde a recoger los trajes para la ceremonia al poblado de Shina. - Venga porrrfiiiiiiii, tengo que hablar contigo. - Vale, vale no hace falta que pongas carita de cachorro regañado - Bien!, no vemos antes de comer en el lago, tu ya sabes, pero ven solo es importante que hablemos. - Muy bien de paso nos podemos dar un baño hace días que no vamos por allí, jeje. - Siiiiiiiiii, nos daremos un bañito, ya verás como te volveré a ganar cruzando el lago, jejeje. - Jejeje, seguro que si, ahora será mejor que nos vallamos. Nos vemos luego Duo. - Si hasta luego, jejeje.

Durante esos cuatro días que habían convivido con el Clan de Los Lagos tanto Heero como Trowa tuvieron la oportunidad de conocer mejor a los miembros del clan de Nazca en especial a los hijos de este. Trowa se dirigió hacia el maizal junto a Quatre y los demás, el maizal se podía ver desde el poblado tan solo a varios kilómetros, durante esos días había podido conocer mejor a Quatre, hablaban de cualquier tema, disfrutaban del silencio en compañía el uno del otro, paseaban de vez en cuando, incluso había descubierto el placer de observar las estrellas en las noches claras, sentían una gran atracción el uno por el otro, pero Trowa no quería presionar a Quatre, le daría todo el tiempo necesario para que se atreviese a confesar sus sentimiento, más de una vez hubo situaciones tensas debida a la tensión que se formaba, Trowa se había prometido, aún siendo en ocasiones bastante difícil, no presionar a Quatre. En el fondo deseaba poder abrazarlo, besarlo incluso hacerlo suyo pero debía de ser paciente, notaba que a Quatre algo le frenaba para poder amarlo libremente y él respetaba esa decisión. Quatre iba hablando y riendo hacia el maizal mientras era observado atentamente por un risueño Trowa que no dejaba de contemplar al chico de sus sueños que caminaba delante de él.

Por otro lado en el grupo de vigilancia varios jóvenes hacían su ronda montados en sus Rex, vigilaban los alrededores, como cada día, de posibles movimientos sospechoso o posibles escondites que podrían utilizar los hombres del Norte, estaba en aviso sobre la posibilidad de un ataque después del Festival y querían estar en alerta por si podían descubrir el modus operandi de los enemigos. - Duo! ¿Se puede saber porque estas tan alegre hoy? – comentó un joven del poblado acercándose al Rex que montaba Duo. - Sip, hoy estoy muy contento Daisuke, ¿sabes porque? – le comentó Duo al joven acercándose más para susurrarle al oído –... Quatre esta enamorado. - ¡¿Enamorado?! ¿De quien? – gritó haciendo que todo el grupo los mirase, incluso Heero que no pudo evitar mirarle con odio. - Sssssshhhh, no grites Dai-chan que nos van a oír. No puedo decírtelo, Q- chan me mataría – susurró Duo. - Venga Duito – susurró pasándole el brazo por los hombros, mientras seguían con la ronda, en forma de abrazo – sabes que siempre te he guardado los secreto, puedes confiar en mi.

Heero no aguantaba más, quería estrangular a ese baka, estaba celoso aunque no lo admitiría nunca, no soportaba ver como ese baka de Daisuke le coqueteaba a Duo y el muy tonto de Duo no se daba ni cuenta. Durante las tres primeras horas que llevaban de ronda permaneció en silencio buscando cualquier rastro sospechoso o algún indicio de movimientos extraños hasta que se dio cuenta de las constantes miradas de interés que ese joven le lanzaba a Duo las diferentes conversaciones y bromitas entre ambos. No aguantaba más incluso tubo que aguantar durante el pequeño descanso que tuvieron el coqueteo descarado y el comportamiento "estúpidamente infantil" de ese chico. Tenía que intervenir a acabaría matando a ese mocoso.

- Será mejor que cierres esa bocazas si no quieres que te la cierre yo, por tu culpa nos van a descubrir listillo. - Ey tranquilo súper hombre solo estaba hablando con Duo, además no estamos en guerra así que relájate o es que te molesta que esté hablando con él.- le miró con burla, lanzándole un desafío con la mirada. - Primero baka sin cerebro, no estamos en guerra pero si no lo sabes listillo estamos en alerta ante un posible ataque y segundo como YO esté o lo que YO haga NO ES TU ASUNTO, te quedó claro. - Ey tranquilos los dos – dijo Duo separándose de Daisuke para acercarse a Heero – será mejor que nos tranquilicemos, eh Heero-san, no te enfades – le miró con una cara de no haber roto nunca un plato – venga por favor. – estaba sorprendido por la reacción de Heero, no estaban haciendo mucho ruido y aún así Heero se enfadó, se imaginaba el porqué cosa que le hizo sonreír. - Esta bien, será mejor que continuemos, debemos encontrar los posibles lugares de acceso que les sea más fáciles a los hombres del Clan del Norte y también los posibles escondites que pudiesen usar a modo se espera para el ataque. Debemos vigilar esos lugares durante y después del Festival. - Me parece bien Heero, conozco varios sitios por esta zona que les podrían servir de escondites, sígueme – comentó separándose de Heero y poniéndose a la cabeza del grupo para guiarlos a los lugares mencionados.

Pasaron varias horas más donde Duo mostró los lugares que había dicho, Heero memorizó esos lugares para después hacérselo saber a su hombre y así ponerlos desde hoy mismo bajo vigilancia. Para regresar al poblado el grupo tomó un camino diferente al que habían tomado para hacer la ronda, era un sendero que recorría el camino del desfiladero hasta el poblado, estaba lleno de piedras debido a los constantes desprendimientos de rocas.

- Duo! Mira allí parece que hay alguien en el suelo y parece que está herido.

Duo se acercó, con los demás miembros del grupo de vigilancia, al joven que había en el suelo tirado, junto al muchacho tumbado había un Rex que no podía ponerse en pie debido a que tenía una de las tapas fracturadas. El joven estaba tumbado boca a bajo saliéndole sangre de una herida que tenía en la cabeza, estaba inconsciente y estaba lleno de rasguños. - Dios mío es Omi – se sorprendió Duo al girar al muchacho para comprobar el estado del joven. - ¿Omi? – preguntó intrigado Heero. - Si es amigo de Quatre es de un poblado cerca de aquí aun día más o menos de viaje, no sé que le ha podido ocurrir, me parece extraño Omi conoce a la perfección este sitio. - No te preocupes por eso ahora, será mejor que llevemos a este muchacho al poblado no sabemos cuanto tiempo lleva inconsciente, hay que curarlo cuanto antes. - Si, tienes razón. Que vamos ha hacer con el Rex de Omi. - Lamentándolo mucho habrá que sacrificarlo, tiene una tapa rota y no se puede hacer nada por él, para que no sufra será mejor matarlo. - Pero es que yo no... - No te preocupes por eso, si quiere me encargo yo de eso – interrumpió Heero a Duo viento que no se decidía a sacrificar al animal.

Después de sacrificar al animal con su cuchillo y de la manera más rápida y menos dolorosa para el animal, Heero cogió al muchacho y lo subió a su tigris Zero mientras los demás se montaba en su Rex y se dirigían rápidamente al poblado sin esperar más.

En el maizal, la mañana pasó sin ningún altercado, fue una mañana tranquila, solo se oían las risas de los jóvenes que recogían el maíz. Trowa no perdió de vista en ningún momento a Quatre, estaban a punto de acabar, todo el maíz estaba recogido en grande cestas esperando que fuese llevado al poblado, se acercaba la hora de comer. Cada uno de los integrantes del grupo de recolecta cogió un cesto para dirigirse hacia el pueblo, los más retardados eran Quatre y Yune que hablaban y bromeaban mientras llevaban sus cestos y más atrás de ellos estaba Trowa que mira como su ángel sonreía al hablar con su hermana, estaba muy contento por poder pasar al menos esos momentos junto a su adorado Quatre. El grupo se dirigía por el camino hacia el poblando, iban hablando entre ellos, a unos metros de allí vieron como un joven de larga cabellera rubia, siéndoles desconocido, este observaba a todo los del grupo intentando encontrar a alguien en particular, cuando lo vio se acercó directamente a él ignorando a los demás del grupo.

- Valla, valla, eres más encantador de lo que podía recordar – comentó el rubio acercándose a Quatre – la última vez que te vi, hace mucho tiempo de eso, me pareciste precioso pero veo que con los años has mejorado muchísimo – acercándose más a él sujetándolo al barbilla a Quatre para que no pudiese agachar la cabeza cuando se avergonzó por la situación. - Me... me parece que te equivocas... yo no... no te conozco. – respondió sonrojado agarrando fuertemente su cesto para que lo se le cayese, al ver a un joven bastante atractivo tratarle con tanta familiaridad. Trowa el comportamiento del rubio hacia Quatre se enfureció dejando caer el cesto para acercase a los jóvenes para impedir que el rubio siguiese intimando a Quatre. - ¡Suéltalo maldito desgraciado, como le pongas un solo dedo encima eres hombre muerto! – gruñó gritando Trowa, acercándose al rubio para separar al rubio de Quatre y ponerse en medio de ambos, mientras apretaba los puños con fuerza para contener la rabia, cosa que no pasó desapercibida por los demás del grupo haciendo que se acercasen a ellos. - Pero mira a quien tenemos aquí, si es el gran guerrero del Clan Heavyarms, Trowa de Heavyarms, su puede saber que hacer aquí, la última vez que nos vimos fue en el Festival del Sur y de esos hace varios años, que pasa que ahora te dedicas a proteger a jóvenes desvalidos, jajaja. – se burló el rubio haciendo enfurecer más a Trowa. - Maldito bastardo como te atrevas acercarte a Quatre a sus hermanas me vas a oír. Aléjate de ellos Millardo. - ¿Mi... Millardo? Preguntaron asustados Quatre y Yune que se habían escondido detrás de Trowa. - Si soy Millardo Peacecraf, y tengo derecho de estar aquí y de hablar con Quatre, por cierto tú debes ser la hija menor del Jefe Nazca, ¿no? – dijo intentando acercarse para saludar a la muchacha que se escondía detrás de su hermano – eres igual de hermosa que tu hermano, lástima que solo pueda quedarme con uno de vosotros, jajajaja. - Te he dicho que te alejes de ellos, os que estas sordo, además tú no tienes ningún derecho sobre ellos, entendido. - Eso es lo que tu crees chaval, tengo el derecho, pues Quatre será mi futuro esposo y cuando eso pase, cuando se anuncie nuestro compromiso en el Festival, ni tú ni nadie podrá impedir que me acerque a él, tu me entiendes ¿verdad? – se rió. - Como tú has dicho, cuando se anuncie así que hasta que llegue ese momento no te acerque a él sino te las verás conmigo. - ¿Me estas amenazando Trowa?. - No solo te estoy avisando, quien avisa no es traidor. – miró con furia a Millardo. - Ah! Por cierto, se me olvidaba, pienso quedarme por aquí hasta que finalice el Festival de ese modo podré estar más tiempo con él.- señaló a Quatre que apenas contenía las lágrimas por el miedo que sentía por Millardo. - Olvídate de eso Millardo, antes tendrás que matarme para poder estar con él. - Eso tiene arreglo – amenazó a Trowa acercándose a Trowa con intención de golpearlo – no olvides a quien pertenece, además no me gusta compartir mis cosas, te queda claro. - Maldito hijo de... – se abalanzó hacia Millardo para golpearlo también pero fue detenido por la sujeción de su brazo por parte de Quatre. - ¿Quatre? – se frenó al ver el comportamiento de Quatre. - No Trowa, no te pelees por favor, déjalo, volvamos al poblado por favor – rogó a Trowa mientras contenía las lágrimas, no quería que Trowa saliese lastimado por su culpa. - ¿Pero él? – intentó excusarse por su comportamiento. - Déjalo no importa lo que me diga, volvamos, por favor – volvió a rogar a Trowa mientras le cogía del brazo para que no se fuera. - De acuerdo, volvamos al poblado. - Por esta vez te has salvado – se burló Millardo al ver que Trowa accedía a la petición de Quatre. - Ya no veremos, te lo aseguro Millardo. – mientras se marchaban hacia el poblado. - Lo mismo te digo, Trowa. – dijo dirigiéndose al sentido contrario, estaba furioso y necesitaba pensar, las cosas no estaban saliendo como él quería. - Hilde llévate a Yune y a los demás al poblado y que se lleven nuestras cestas, yo iré ahora con Quatre cuando se tranquilice un poco - le dijo a la hermana de Quatre mientras se acercaba a Quatre para abrazarlo y hacer que se le pasase el susto – ah, por cierto no digáis nada de esta a nadie y menos a tu padre, no necesitamos que se preocupen por esto, yo me encargo de todo, ¿vale?. - De acuerdo como tu digas, Trowa. - Bien vámonos. Hacía apenas unos minutos que habían llegado el grupo de vigilancia, sin perder tiempo se dirigieron a la cabaña del curandero para que Omi fuese atendido, una vez instalado al herido en la cabaña, fueron a avisar al Jefe Nazca del hallazgo del joven herido y de la vigilancia que se efectuaría en los lugares. Después se dirigieron a guardar a los Rexs y al tigris de Heero a la cerca del establo para que descansasen los animales, cuando iba ha marcharse Duo para el lago. - Duo..., Duo! hahahahhaahhah! Duo te estaba buscando.- gritó una joven que corría hacia él. - Rika, por Dios respira, que te vas ahogar, que te pasa. - Duo, llevo un rato buscándote, hahahaha, Mi... Millardo esta aquí y está buscando a Quatre. - ¿Qué?, ¡Que Millardo está aquí! – gritó sorprendido haciendo que Heero se girarse hacia Duo. - Si vino hace unas horas preguntando por Quatre fue a buscarlo al maizal. - ¿Qué ocurre Duo, porque gritas? – Preguntó Heero. - Es Millardo, está aquí y está buscando a Quatre, hay que prevenirle, hay que avisarle, hay que... – decía nerviosamente y rápidamente, caminando de un lado a otro. - Tranquilízate Duo, cálmate, ponerse nervioso no servirá de nada – interrumpió a un histérico Duo mientras lo cogía de los brazos para obligarle a mirarlo a la cara – no le va a pasar nada, Trowa está con él. - Sí lo sé, pero maldita sea tengo que encontrar a Quatre antes que él, tengo que advertirle que él está aquí. - Está bien vamos hacia el maizal a buscarlo pero como te he dicho Trowa no dejará que le ocurra nada. - Heero, puedo pedirte un favor. - ¿Eh...? Si... dime. - Quisiera que... me prometieras... que pase lo que pase o ocurra lo que me ocurra, protegerás a Quatre y a mis hermanas. - ¿ Se puede saber que hablas? – preguntó sorprendido por la petición. - Por favor prométemelo. - No sé a que te refieres, a ti no te va pasar nada y además a Quatre no es exactamente a mí a quien le concierne protegerlo. - Eso lo sé, pero Trowa no está aquí para poder pedírselo, prométemelo, por favor, necesito que me lo digas – le rogó reflejando la tristeza que sentía en ese momento al recordar el problema que se le avecinadaba. - De acuerdo, sabes que puedes contar conmigo, Trowa y yo le dimos nuestra palabra a tu padre que os protegeríamos. - Gracias – se lanzó al cuello de Heero para abrazarlo en forma de agradecimiento – no sabes cuanto de lo agradezco – dijo avergonzado al darse cuenta que se había lanzado hacia Heero de manera demasiado efusivo. - Eeerrr... no pasa nada... no tienes que agradecérmelo... – dijo también avergonzado por la repentina muestra de cariño de Duo. - Será... será mejor que vayamos... hacia el maizal. Rika, avísale a mi padre que Millardo está aquí, lo más seguro que su familia no tarde en venir, tenemos que zanjar este asunto cuanto antes. - Si Duo, ahora mismo voy.

Heero y Duo se dirigieron rápidamente hacia el maizal, a medio camino vieron como el grupo de recolectores volvía hacia el poblado pero en un principio no vieron a Quatre ni a Trowa cosa que les preocupó. Al pasar junto al grupo pudieron ver a Hilde y a Yune, al verlas tan preocupadas se asustaron.

- ¿Hilde habéis visto a Millardo? ¿A ocurrido algo? ¿Dónde está Quatre? – interrogó a Duo . - Eeehh., Si hemos visto a Millardo, Dios mío Duo ha venido por Quatre quiere... quiere llevárselo. - ¿Dónde están? ¿Dónde está Trowa y Quatre? – preguntaron Duo y Heero. - Están allí detrás, Trowa esta tratando de tranquilizar a Quatre, vienen de camino, nos dijo Trowa que volviéramos al poblado. - Si Trowa tiene razón, volver al poblado, nosotros iremos a buscarlos, no os preocupéis.

Unos metros más atrás pudieron ver a Quatre era abrazado por Trowa mientras caminaban de regreso al pueblo. - ¡Quatre! – gritó Duo para que Quatre lo oyese. - ¡Duo! – dijo Quatre corriendo hacia su hermano mientras intentaba inútilmente contener las lágrimas – snif, snif, oh Duo, Millar... Millardo está aquí y quiere... - Sssshhhhh! No te preocupes por eso ahora, todo saldrá bien, no dejaremos que te ocurra nada ni a ti ni a nuestras hermanas no tienes de que preocuparte. - No es eso Duo, cuando Millardo me tocó, snif, pude sentir... snif, Duo, Millardo tiene el corazón lleno de resentimiento y rencor, es capaz de cualquier cosa y... y temo que se desquite con alguno de nosotros, seguramente contigo al querer ser tú su prometido. - No te preocupes, ya hemos hablado de eso anteriormente. - Pero lo que he sentido hoy solo hacer que confirme mis temores, como puedes decir que no me preocupe, snif, no lo entiendes, snif. - Te agradezco tu preocupación pero eso se arreglará, lo principal es buscar el modo de que Millardo no pueda reclamaros a vosotros como prometidos, lo demás ya veremos. - Pero... - Quatre Duo tiene razón lo primordial es buscar el modo o la excusa convincente para que Millardo no se interese por vosotros y luego por Duo – habló Heero. - Será mejor que volvamos, la comida debe de estar preparada y vuestro padre estará preocupado sobretodo si se ha enterado que Millardo está aquí. – comentó Trowa. Un poco más calmados tanto los hijos de Nazca como los jóvenes Heavyarms se dirigieron hacia la cabaña central donde se preparaban las comidas y se reunían los miembros del clan con los invitados al Festival del Sol. Al llegar el Jefe Nazca los esperaba ansioso, había oído hablar que el joven Millardo Peacecraf estaba buscando a su hijo menor y eso le preocupó. Al verlos todos reunido se alivió un poco aunque la preocupación no se disipó del todo y para empeorar la situación el Clan Peacecraf hacía veinte minutos que había llegado. Pese al intento de aligerar la situación se podía notar que el ambiente era tenso. Tanto los miembros principales del Clan de Los Lagos y el propio Jefe Peacecraf se sospechaba de las intenciones de este último clan, pero debían aparentar todo lo contrario, por le bien de sus hijos y del propio clan. No debían precipitarse, no antes de tener un plan para contrarrestar al Clan Peacecraf. - Hijos ¿estáis bien?, El Clan Peacecraf acaba de llegar y Millardo Peacecraf estaba buscándote Quatre. - Si lo sabemos padre, nos lo hemos encontrado hace un momento. - Ha intentado algo, Duo. - No Jefe Nazca... – interrumpió Trowa – no he dejado que le hiciera nada a Quatre, en todo momento no me he separado de él, al encontrarnos con Millardo ha demostrado su interés por comprometerse con él pero no ha pasado nada grave. - Te lo agradezco Trowa, no sabes el peso que me quitas de encima, ¿puedo confiar en ti para proteger a mis hijos?. - Claro que si Jefe Nazca, puede contar con Heero y conmigo para eso además puede contar con la ayuda mi Clan. - Padre, perdona que os interrumpa pero... la familia de Millardo esta aquí, ¿no?. - Si hijo, pero por eso no te preocupes Duo. - No, no es eso, es solo que... quiero acabar de una vez con todo esto, no voy a tolerar que Millardo vaya asustando a mis hermanos, hay que aclarar lo del compromiso cuanto antes. - Tienes razón hijo debemos enfrentar esto como hombres valientes, venga lo que venga, intentaré por todos los medios posibles que ninguno de vosotros se tenga que casar con el hijo del Jefe Peacecraf aunque tenga haya que pelear por eso. - Cuente con nosotros Jefe Nazca, mi Clan los apoyará en cualquier cosa. – dijo Trowa. - Esto... padre, Trowa, gracias por querer evitar el compromiso pero todos sabéis que lo más fácil y beneficioso para nuestro clan es un pacto pacifico y si para ello tengo que casarme con Millardo lo haré, es mi deber dar tranquilidad y prosperidad a mi gente y no meterla en problemas que se pueden facilitar de otro modo. - Pero hijo – miró a su hijo Duo con preocupación. – estas seguro de ello. - Si padre lo estoy. - Pero Duo no sabes como es Millardo, no sabes como te tratará su corazón está lleno de resentimiento y... - Tranquilo Quatre sabré arreglármelas, lo principal es vuestro bienestar y ahora será mejor que vallamos a comer, se hace tarde y estoy hambriento, jejeje – intentó alegrar a los demás. - Será lo mejor – comentó Heero dirigiéndose hacia el gran comedor– Duo ha tomado una decisión y hay que respetarla. - Pero que dices – le increpó Trowa a Heero, hablándole sin que se enteraran los demás que iban hacia el comedor – porque no has dicho nada, es que no te molesta que Duo se case con Millardo, porque no has intentado hacerle cambiar de opinión. - Porque tendría que hacerlo, él es el futuro Jefe del Clan de Los Lagos, tiene que procurar lo mejor para su gente, tiene sus obligaciones, los intereses de su gente deben de estar por encima de sus propios interese, deberías saberlo. - No me vengas con gilipolleces Heero, a mi no me la intentes dar con queso, sé que te jode que se tenga que casar con Millardo, sabes perfectamente como es. - Te vuelvo a decir que a mi no me importa, es que estas sordo. - Mira que llegas a ser baka, vas a dejar que ese mal nacido le arruine la vida a Duo, sabes perfectamente que quizás no llegue a maltratarlo físicamente pero tú sabes mejor que nadie que hay mil formas de tortura. - Cállate – susurró para que los demás no lo oyeran, estaba conteniendo la ira que se le iba acumulando mientras oía hablar a su primo. - No, no me callo, escúchame... – le detuvo cogiéndole del brazo, viendo como los demás se metían dentro del comedor. - Ocurre algo – preguntó Quatre al notar la furia que se incrementaba dentro de los dos jóvenes y al ver que se habían detenido fuera del comedor. - No, no pasa nada Quatre, ve con tu padre, ahora vamos nosotros, tengo que comentarle una cosa a Heero antes de comer. - De acuerdo pero no tardéis mucho, vale – dijo dirigiéndose después al comedor. - Se puede saber que bicho te ha picado Trowa, yo no tengo nada que ver con Duo.- exclamó al no soportar la mirada furiosa que le dedicaba su primo. - Óyeme bien Heero, a mi no puedes engañarme sé que te interesa Duo, más de lo que tu quieres admitir. - Eso no es cierto. - No me interrumpas, primero escúchame y si después sigues pensado igual que ahora entonces no me involucraré más, de acuerdo. - De acuerdo – refunfuño. - Como te he dicho antes, Millardo puede que no quiera maltratar físicamente a Duo pero te aseguro que se aprovechara de él, le arrebatará la inocencia y la pureza que le caracteriza, lo usará hasta cansarse de él y luego lo desechará como algo inservible. Ten por seguro que el que más va a sufrir será él y además Quatre será consciente de todo haciéndole sufrir a él también. - ¿Entonces por quien estás preocupado, por Duo o por no poder ser feliz con tu Quatre?. - Maldito desagradecido – se lanzó a golpear a su primo dándole un puñetazo directo a la mandíbula haciendo que se le partiera el labio. – serás baka, como puedes decirme una cosa así, me preocupo por ti, baka del demonio, eres mi primo no lo entiendes quiero que seas feliz y estoy seguro que Duo sería el único que te podría soportar, es lo suficientemente paciente y alocado para domarte. - ¡A mi no tienen que domarme, me oyes! - Es solo una manera de hablar Heero, además hay una cosa que no sabes de Duo y creo que deberías saberlo, si realmente no te interesa en absoluta lo que te voy a decir de será indiferente pero si no es así espero que te haga reaccionar. - A sí, pues dime aunque creo que esto es una pérdida de tiempo. - Puede que si, pero... te acuerdas de lo que hablamos cuando llegamos aquí, la primera vez que hablamos con el Jefe Nazca. - Si me acuerdo que pasa con eso. - Si recuerdas, el Jefe Nazca nos dijo que lo más seguro es que el Jefe Peacecraf propusiera el matrimonio para hacerlo sufrir a él para arrebatarle lo más preciado que tenía, sus hijos. - Sí ¿y?. - La manera fácil y rápida de destruir al enemigo es desde dentro, en otras palabras, destruyendo a su hijo lo destruirá a él y esos Millardo y su padre lo saben. Intentarán destruir no a Duo físicamente sino a la persona que es Duo. En una ocasión estuve hablando con Quatre sobre esto, según he podido averiguar a Millardo le gusta jugar con sus amantes, es lo suficientemente listo para conseguir lo que se propone. Una vez casado nadie tendrá autoridad para interferir en lo que suceda dentro de ese matrimonio. Si quiere pude obligar a Duo a cometer cualquier locura que se le ocurra a Millardo y conociendo sus gustos, no quiero ni pensar de lo que es capaz de obligarle a realizar. Sabes tan bien como yo que Duo solo accedería a relacionarse con alguien que le fuese de su agrado, solo se entregaría a la persona de la cual estuviera enamorado y sabes lo que sería para él, tener que complacer al hombre que sabe que en cualquier momento podría acabar con su familia, por ellos se sacrificaría pero eso no es todo, por desgracia, a Millardo no le suelen durar mucho su interés por una misma persona, al principio, los primeros años, Duo tendría que soportar las infidelidades de su esposo pero luego lo más seguro es que Millardo se deshiciera de él. Alegaría incompatibilidad de carácter o cualquier otra estúpida excusa con tal de anular el matrimonio o simplemente lo abandonaría a su suerte dentro de su clan pudiendo ser reclamado por cualquier otro del Clan de Millardo. - Eso... eso es un riesgo que deberá correr..., tampoco... sabemos lo que va ocurrir. - Ahora no te hagas el inocente Heero que no te pega, lo malo de todo esto es que Millardo habrá conseguido lo que buscaba, destruir al Nazca. - No veo como, Duo estará en el clan Peacecraf no veo como afectaría a su clan estando tan lejos de ellos. - Desde luego como estratega y guerrero eres el mejor Heero pero como conocedor de sentimientos estas pegado, sabes que Quatre tiene el don de percibir los sentimientos de las personas sobretodo con las personas más cercanas a él, por suerte o por desgracia, en este caso desgracia, Quatre podrá percibir todo lo que le ocurre a Duo, por muchos kilómetros que les separen, sabrá que Duo sufre, sabrá si está triste, preocupado o incluso si está herido, como crees que se sentirá sabiendo como vive su hermano y por mucho que lo intente a Quatre se le nota cuando esta preocupado o cuando le ocurre algo y aún más sabiendo que la situación que Duo vivirá será por quererlo salvar a él, crees sinceramente que alguien podría ser feliz así, todos sufrirán por lo que le ocurra a Duo. Tanto Quatre como sus hermanas y sus padres morirían de pena. - Yo... yo. - No es solo eso Heero, en el mejor de los casos, suponiendo que Duo lograse escapar o pudiese convencer al Clan Peacecraf de dejarlo volver a su Clan, conque ojos miraría a su familia sabiendo que durante años a sido ultrajado y utilizado por diversión por quien fuera su esposo. Dudo incluso que se permitiese volver a encauzar sé vida, no podría amar a nadie sería infeliz para el resto de su vida si no decide antes quitársela. - ¡Que estupidez dices! Porque se quitaría la vida, eso es una tontería. - Tontería, no lo creo. Ponte en su lugar. Un joven que en la flor de la vida estando enamorado de otro joven se entrega a un tercero para proteger a los suyos, éste último lo usa y abusa de él hasta cansarse durante años. ¿Crees que sería capaz de volver a ver a su amor verdadero después de saber lo que a pasado con él, después de entregarse a un hombre que no amaba y que lo utilizó solo con el propósito de hacer daño a su familia quitándole el sentido de su vida y felicidad? Como crees que se sentiría, como crees que te sentirías tú. - Como una basura... - Ves ahora una estupidez el quitarte la vida. - Quitarse la vida es de cobardes – dijo apenas en un susurro. - Puede que si Heero pero no todo el mundo tiene la fuerza para seguir adelante después de una cosa así, y sinceramente dudo que Duo pueda aguantar eso. Y lo que más me duele es que si eso llegase a pasar... sé que después de Duo se iría Quatre, por mucho que intentase evitarlo o intentase consolarlo, Quatre siempre se sentirá culpable por eso. - ¿Esta diciéndome que me hacer responsable de lo que le ocurra a Duo o a Quatre? – dijo molesto tocándose el labio adolorido. - Mira que llegas a ser baka, no te hago responsable de nada Heero solo intento evitar que suceda, entiéndelo. ¿En serio no te importa?, me he fijado como le miras cuando crees que nadie te ve, como intentas estar con él aunque sea para pelearos, no me digas ahora que te es indiferente. Incluso estabas dispuesto a casarte sin conocerlo cuando los vimos por primera vez en el lago. - Eso fue diferente, pensaba que era una mujer. - Menuda excusa más falsa. - No es una excusa y ya estoy harto, haré lo que tenga que hacer, me has oído, no quiero que me vuelvas a hablar del tema. - Pero es por tu bien Heero. - ¡Me da igual! Estoy cansado de que me digáis lo que tengo que hacer, preocúpate de... - Pero mira a quien tenemos aquí – se oyó una voz burlona que se acercaba hacia ellos, interrumpiendo la conversación de los dos jóvenes. - Mierda el que faltaba – dijo entre dientes Trowa. - Primero me encuentro con el valiente guerreo del Clan Heavyarms y ahora con su segundo, vaya, vaya esto si que es suerte, seguro que mi hermana se pondrá muy contenta al verte, no ha dejado de hablar de ti desde la última vez que nos vimos en el Festival del Sur, jajajaja. - Vete al diablo Millardo, no estoy de humor para aguantarte, a si que lárgate. - Uuuuuuuhhhh, pero que humor nos gastamos hoy, veo que alguien ya te ha parado los pies, jajajaja, no se como dejas que tus amantes que golpeen de esa manera, jajajajaja. - Olvídame quieres, métete en tus asuntos, yo me largo, aquí os quedáis.- dijo marchándose en ese momento recordó una frase de Duo que ahora le vio el sentido que antes no entendió – ..."Quisiera que... me prometieras... que pase lo que pase o ocurra lo que me ocurra, protegerás a Quatre y a mis hermanas"...

- ¿Qué haces aquí Millardo no te habías ido? – preguntó molesto Trowa al verle la sonrisa burlona. - Solo fui a dar un paseo, me están esperando para comer para luego concretar uno asuntos, tu ya sabes. – comentó antes de marcharse para el gran comedor. - Ten por seguro que te estaré vigilando. Le dijo caminando delante de él para regresar con los demás. - Seguro que sí. – se burlo.

En el comedor se había preparado una gran mesa para unos cincuenta comensales, dispuesta a pocos centímetros del suelo rodeada de pieles para poderse sentar en el suelo y estar un poco cómodos, había cantidad y variedad de alimentos y bebidas. Todo en mundo conversaba mientras comían, estaban los principales miembros de los Clanes Peacecraf, Heavyarms, Los Lagos y algún que otro Clan no tan poderos. Pese al clima tenso del principio la comida fue amena y tranquila, tanto Heero como Trowa pese a la discusión anterior se comportaron con normalidad incluso Millardo se comportó con normalidad sin hacer los típicos cometarios burlones o hirientes de siempre, eso si no disimuló las constantes miradas hacia Quatre durante la comida haciendo que Quatre se sintiera molesto en algunos momentos. Durante la comida se evitó tocar el tema del compromiso, a los implicados en cuestión, no les interesaba que se supiese algunos de los detalles del asunto, los demás miembros ajenos al compromiso debían de quedar al margen. Una vez finalizada la comida el Jefe Peacecraf pidió tener una reunión privada con el Jefe Nazca para tratar el compromiso de sus hijos. Nazca al no poder evitar la reunión accedió muy a su pesar, retirándose a su cabaña para conversar. A la reunión fueron: por parte del Clan Peacecraf, el Jefe Peacecraf, Millardo con su hermana Relena y la guerrera Noin; por parte del Clan de Los Lagos, el Jefe Nazca, su esposa Yuiren sus hijos Duo, Quatre, Hilde y Yune y el consejero Rashid; y por expreso deseo del Jefe Nazca también estuvo presentes El Jefe Yuki con su esposa Kaori, el guerrero Touya con su esposa, Trowa y Heero.

- Bien como sabes Nazca, he venido personal mente para tratar el compromiso de mi hijo Millardo con tu hijo. Sabes lo que nos jugamos con esto. - Si lo sé bien y para serte sincero no me gusta esto, hasta ahora las cosas han funcionado bien, no veo la necesidad de obligar a nuestros hijos a contraer un matrimonio que los hará infelices. - Yo no lo veo así Nazca, para asegurar cualquier problema futuro debemos entablar una alianza más fuerte que la que tenemos ahora. Sabes tan bien como yo que durante mucho tiempo estuvimos enfrentados, muchos de los tuyo y de los míos aún tienen resentimiento por ello y quien sabe que si el día de mañana cuando ni tú ni yo estemos, nuestra gente querrá respetar ese pacto, con un matrimonio entre nuestros hijos, nadie podrá hacer nada en contra del Clan del esposo de alguno de ellos dos. - Eso es absurdo- interrumpió Trowa conteniendo la rabia al ver la hipocresía del Jefe Peacecraf- quien asegura que incluso después del matrimonio no habrá traición igual. - Por eso no te preocupes jovencito – dijo molesto por la intromisión el Jefe Peacecraf – además eso no es asunto tuyo. - Si lo es, y no me llamo jovencito, mi nombre es Trowa, el Clan de Los Lagos son un Clan amigo y en especial el Jefe Nazca y sus hijos, así que es mi asunto. - Cálmate Trowa, hijo mío – le dijo Kaori al ver lo exaltado que estaba. - Haz caso a tu madre, jejeje – se burló Millardo, ya te dije antes que esto no va contigo. - Cierra la boca o te la cierro yo – gruñó Trowa levantándose preparado para lanzarse contra él. - ¡Trowa!, Muestra más tu respeto por tus anfitriones, siéntate y tranquilízate – exigió el Jefe Yuki a su hijo – exasperándote de esa manera no se consigue nada, ahora siéntate. - Si padre – dijo sentándose a regañadientes viendo como Quatre le dedicaba una sonrisa preocupada intentando agradecerle los esfuerzos por evitar el compromiso. - Trowa tiene razón quien me asegura que después de que mi hijo se comprometa mantendréis vuestra palabra – culpó al Jefe Peacecraf. - De eso se encargará mi hijo, él será el responsable de que a tú hijo no les pase nada y tendrá que hacer prevalecer la alianza por nuestra parte. – dijo mirando fijamente a su padre. - Eso tenerlo por seguro – dijo de forma ácidamente serio, mirando con rabia a su padre. El cometario que hizo su padre no le gustó en absoluto, primero tramaba destruir al Clan de los Lagos el solo, para después hacerlo a él responsable de cualquier acción – yo protegeré a Quatre de cualquier intento de lastimarlo. - De Quatre no tendrás que preocuparte Millardo – interrumpió Duo al rubio – ya que Quatre jamás se casará contigo. - ¿Qué significa esto Nazca? – preguntó molesto el Jefe Peacecraf.- acordamos que me darías a uno de tus hijos. - Así es, y mantengo lo que dije en su momento, pero nunca te dije a cual de mis hijos. - Así que se trata de eso – se encaró Millardo hacia Duo – ¿y quien va ser el afortunado o afortunada que se convierta en mi consorte?, puestos a elegir y preferiría a Quatre pero si no preferiría a... - No estás en posición de elegir Millardo, que te quede claro – interrumpió enfadado Duo – Yune es muy joven aún para casarse por eso está descargada. - Bien – asintió Millardo escuchando las alegaciones que exponía Duo para evitar el compromiso con sus hermanos. - Hilde... Hilde - "mierda que le digo" pensaba Duo – Hilde tiene... tiene que pasar las pruebas que la convertirá la primavera siguiente en sacerdotisa de... de Bastis por eso no puede tener ningún compromiso con nadie. - De acuerdo y tu hermano – preguntó divertido por la situación. - Quatre... Quatre – miró a su hermano que tenía la cabeza agachada, todo le miraban esperando una respuesta – Quatre... Quatre está comprometido con Trowa – soltó sin pensárselo. - ¡¿Qué?! – exclamaron todos los presentes ante la noticia. - ¿Es verdad hijo?- pregunto sorprendido el Jefe Yuki a su hijo. - Esto yo no... – intentó decir algo pero la sorpresa le había dejado sin habla, estaba totalmente ruborizado, no es que no quisiera comprometerse con Quatre, es solo que quería darle tiempo para que se acostumbrara a él, no quería precipitarse. - ¡¿Quatre, porque no me habías dicho nada?! – preguntó emocionada su madre. - Ma... madre es que yo... – también intentaba hablar, su rostro se volvió extremadamente rojo, no se atrevía a mirar a Trowa, se sentía muy avergonzado de mostrar la perturbación que las palabras de Duo le había causado. - Hijo – habló el Jefe Nazca – ¿es cierto eso, tienes intención de comprometerte con Trowa?. - Padre – interrumpió Duo – ya sabes lo tímido que es Quatre, no os dijo nada porque era una sorpresa verdad Trowa. - Eeehhh... si, si claro, queríamos decíroslo durante el Festival pero Duo se nos ha adelantado, jejeje. - Sip, lo siento Trowa pero he tenido que decirlo, se me escapó, jejeje – miró agradeciendo a Trowa por seguirle la mentira, aunque en el fondo sabía que Trowa hablaba en serio. - Ya que se ha descubierto la sorpresa – dijo Trowa levantándose de su sitio acercándose al Jefe Nazca mirando de reojo a Quatre – le pido Jefe Nazca formalmente la mano de su hijo Quatre. - ¡Trowa! – exclamó ruborizado y sorprendido Quatre al ver que Trowa hablaba seriamente. - Esto... estoy sorprendido Trowa no me lo esperaba pero que puedo decir... si Quatre está de acuerdo por mi no hay problema, te aprecio como a un hijo, a sí que, bienvenido a la familia, jeje. - Gracias Jefe Nazca – dijo volviéndose hacia Quatre para luego acercarse a él – Quatre sé que no es como había planeado – le dijo en voz baja para que solo él lo escuchara para luego alzar la voz – Quatre, ¿quieres casarte conmigo?. - Yo... – miró ruborizado – yo... - Te lo digo de todo corazón – le aclaró a Quatre por si pensaba que lo hacia por lástima. - Yo... sí acepto – sonrió levemente conteniendo el nerviosismo que sentía en esos momentos sobretodo al notar como las manos de Trowa había cogido sus manos cariñosamente transmitiéndole un poco de tranquilidad, para luego abrazarse el uno al otro. - Snif, snif, que bonito – comentó Kaori intentando contener las lágrimas de alegría y emoción mientras se abrazaba a su amiga Yuiren.

Por un momento la tensión que reinaba se esfumó mientras los presentes observaban a la joven pareja, tanto la madre de Trowa y Quatre como la madre de Heero lloraban emocionadas por en recién compromiso de los jóvenes mientras se abrazaban a sus respectivos maridos. Todos los presentes excepto los del Clan Peacecraf se alegraban por esos muchachos, al menos algo bueno había salido de todo este problema.

- Ejem, ejem – carraspeó molesto Millardo para que le prestasen atención – siento tener que interrumpir pero aún que un detalle que concreta – dijo molesto – visto lo últimos acontecimientos, solo queda uno de los hijos del Jefe Nazca para comprometerse. - Me temo que sí – dijo Duo perdiendo la alegría de hacía un momento – seré yo quien se case contigo, lo tomas o lo dejas. - Visto de esta manera – dijo acercándose lentamente a Duo hasta quedarse frente a él, apenas unos centímetros – sería un baka si no te aceptase, eres igualmente hermoso – le comentó cogiéndole de la barbilla para que le mirase a los ojos – te acepto y estoy deseoso de casarme – luego se acerco a su oído y le susurró sin que nadie lo oyera– para pasar nuestra primera noche de bodas.

Duo de apartó rápidamente muy ruborizado de Millardo, sabía que se había metido en la boca del lobo, pero tenia que hacerlo, por su gente por su familia. Heero observaba la escena con una aparente tranquilidad cosa contraria a lo que sentía en su interior, apretaba con fuerza sus manos haciéndolas sangrar al cortarse con sus propias uñas. La charla que tubo con su primo si le afecto, más de lo que quería reconocer, odiaba esa situación, al pensar que Millardo podía poner sus sucias manos en Duo le hacía hervir la sangre, tenía que impedirlo pero no sabía como. No le gustó la mirada que le dedicó a Duo incluso sin haber oído lo que le dijo Millardo pudo ver la reacción que tubo Duo y hacerse una idea de lo que le había dicho, estaba molesto muy molesto. No podía hacer lo mismo que Trowa porque entonces la única opción que les quedaría sería obligar a la joven Yune a casarse o a enfrentarse al Clan Peacecraf por faltar a la palabra dada en el pasado. Cualquier de las dos opciones no eran aceptables, tenía que conseguir que ese compromiso no se realizase pero no sabía como aunque encontraría el modo de hacerlo. La única forma de impedirlo sería buscar el punto débil de Millardo, debía de tener uno y él encontraría cual era aunque le llevase la vida en ello.

- Como veo que mi hijo Millardo está de acuerdo con el cambio de esposo no me opondré pero hay una cosa que... no es que desconfíe de ti Nazca ni de la palabra de tus hijos, pero ya que estamos todo aquí reunidos podrías celebrar la boda de tu hijo Quatre en el Festival, se que es un poco precipitado pero así me quedaría más tranquilo, hice planes para tu hizo Quatre en nuestro poblado, es justo que al menos sea testigo de su boda no crees. - Es muy precipitado Peacecraf, no nos daría tiempo, es el hijo del Jefe del Clan y se merece una boda como manda los reglamentos. - Estas insinuado que no es cierto nuestra boda – acusó Trowa al Jefe Peacecraf. - Yo no acuso a nadie – le dijo de forma burlesca – pero me gustaría comprobarlo por mis propios ojos, solo eso. - Por mi no hay problema – dijo Quatre tímidamente – no es necesario una gran boda padre con que estén mis seres queridos me basta, además no soy el heredero legítimo al Clan. - Eso no tiene nada que ver Quatre, eres mi hijo y quiero lo mejor para ti. - Lo sé padre pero no me importaría, te lo aseguro. - Quatre – se dirigió Trowa a su prometido – estás seguro, yo también quiero darte lo mejor. - Estoy seguro Trowa – dijo ruborizado. - Pues si estás seguro así se hará, nos casaremos aquí en el Festival, tanto mi Clan, con tu permiso padre, y el Clan de mi prometido, con el permiso del Jefe Nazca, harán los preparativos necesarios para la boda, en total quedan cuatro días. - Por mí me parece bien hijo, y a ti Nazca ¿qué opinas?. - Por mí me parece bien consuegro, jejejeje. - Bien, que alegría – comentó Yuiren – déjanos los preparativos a nosotras hijo, verás que pese al poco tiempo que tenemos, tendrás una boda preciosa, ¿verdad Kaori?. - Claro que sí – dijo emocionada la madre de Trowa – será única. - Muy bien – dijo el Jefe Peacecraf – solo queda un último detalle que aclarar, la boda de mi hijo, ¿cuándo se celebrará?. - Eh..., la boda de Duo y Millardo – habló Nazca – tendrá que ser más adelante, sabes que una boda de esa magnitud no se puede tomar a la ligera, los dos son herederos legítimos y su unión conlleva la unión de dos Clanes importantes, además primero tenemos que celebrar la boda de mi hijo Quatre. - Supongo que tienes razón Nazca – dijo Peacecraf – será mejor que la pospongamos al menos hasta pasado el Festival del Sol, será mejor para dejarlo para la época estival. - Sí, será mejor así. - Bien, entonces solo queda disfrutar de este Festival y esperar a que llegue el día de la boda. - Si, así será por ahora será mejor que descanséis en la cabaña que os han designado solo queda dos días para el comienzo de las primeras ceremonias del Festival y luego dos días más para la boda. - Entonces, nosotros nos retiramos, Relena, Millardo y Noin vámonos.

Durante toda la reunión tanto las hijas de Nazca con Relena y Noin estuvieron calladas solo observaban a los diferentes miembros de la reunión, en ningún momento quisieron intervenir por respeto a sus padres aunque a veces no estuvieras de acuerdo con algún punto tratado. Antes de retirarse el Clan Peacecraf, Relena de acercó a Heero agachándose para saludarlo.

- Hola Heero, hace mucho tiempo que no nos veíamos. - Hn – fue la única respuesta de Heero. - Espero que en otro momento podamos hablar con más tranquilidad. - Hn. - Bueno me voy, nos vemos luego – se acercó a Heero para besarle en la mejilla, cosa que sorprendió a todo y al propio Heero. - Pero que... – intentó protestar Heero, pero fue cortado por Relena. - Espero verte más tarde, ya te buscaré – y se marchó. - Vaya hijo, no sabía que te interesase la hija de Peacecraf. - No digas tonterías padre. – se levantó y se marchó, necesitaba pensar tranquilamente, su mente era un torbellino de ideas, tenía que aclararse y actuar contra antes mejor. - Vaya, este hijo mío no cambiará nunca – dijo preocupada la madre de Heero. - No te preocupes, tu hijo es un chico estupendo es solo que está confundido. – disculpó Yuiren a Heero. - ¿Confundido? – preguntó Touya. - Si eso es, no conozco mucho a Heero, parece un chico distante y que no muestra fácilmente sus sentimientos pero últimamente he notado que algo le ha cambiado. - Yuiren tiene razón – dijo Trowa – está un poco cambiado pero en muy cabeza dura no lo admitirá nunca. - Se me hace extraño que Heero tenga sentimiento alguno respecto alguna persona, es demasiado severo y frío para eso. – dijo molesto Duo – lo único que le interesa en mandar recibir órdenes y discutir conmigo. - Eso es nuevo. – dijo la madre de Heero mostrando una sonrisa – Heero jamás discute con nadie, siempre se controla hay muy poca gente que le saque de sus casillas. - Pues Duo tiene el don de hacerlo con facilidad, jejejeje – se rió Quatre. - Eso no es verdad – se quejó Duo. - Ya creo que si, debes admitir que eres el único con el que se puede tirar horas discutiendo – bromeo Trowa. - Eso es verdad Duo, hijo mío eso no lo puedes negar te he visto muchas veces discutir, jejejeje parecéis un joven matrimonio – comentó Yuiren. - Eso no es verdad – dijo ruborizado. - Si es verdad – dijo Quatre. - Bueno ya está bien – medió Nazca – será mejor que nos pongamos en marcha, hay muchas cosas que hacer en pocos días, hay que seguir vigilando a Peacecraf y a sus hijos y preparar la boda y el Festival. Así que manos a la obra. - Tienes razón Nazca, tú Trowa junto con Heero os encargareis de tener vigilado al Clan Peacecraf, ya me habías dicho que tenéis a varios hombres apostados en los posibles escondites en el bosque, por consiguiente eso es un problema menos, nuestras mujeres se encargarán de los preparativos de la boda y tu gente Nazca que se preocupe de los últimos retoques del Festival. - Muy bien Yuki – dijo preparado para salir de la cabaña para asignar a sus hombres lo que quedaba por realizar, antes de que saliera Quatre lo detuvo - Ah, por cierto Quatre no te olvides de acompañar a tu hermana al poblado de Shina para recoger los trajes de la ceremonia. - No te preocupes padre no se me había olvidado. - Llévate contigo algún guerrero que os escolte hasta el poblado. - No es necesario padre, el poblado Shina no está muy lejos además no creo que el Clan Peacecraf intente nada después de saber que me voy a casa con Trowa. - Pero estaría más tranquilo si un guerrero os acompañara. - Está bien padre, que nos acompañe uno de nuestros hombres. - Bien hijo, le diré a Hiroshi que os acompañe con los Rexs. - Iré a buscar a Hilde y esperaremos en la cerca de los Rexs a Hiroshi. - Ir con cuidado vale, tenéis que estar atentos por si acaso. - No te preocupes lo tendremos, no vemos antes de la cena. - Hasta la cena, hijo. Una vez que salieron todos de la cabaña del Jefe Nazca, se dirigieron a sus respectivas tareas, Trowa, Heero y algunos hombres del Clan Heavyarms se dirigieron hacia el establo para coger a sus tigris para volver hacer la ronda de vigilancia mientras otros hombres vigilaban de cerca de los Peacecraf sin que fueran notados, Duo junto algunos de su Clan se dedicaron a acabar los preparativos del Festival, no antes de avisar a Quatre que pospondrían ala charla para después de la cena, mientras las mujeres de los Jefe Heavyarms y de Los Lagos corrían de un lado al otro para iniciar los preparativos de la boda de Trowa y Quatre. Mientras Trowa, Heero y sus hombres preparaban sus tigris en el establo para partir, se encontraron con Quatre, Hilde y dos hombres del Clan del Jefe Nazca que se preparaban también para marchar con sus Rexs. - Quatre – llamó Trowa acercándose a él – ¿a dónde vas? - Ah! Trowa no te había visto – se sorprendió Quatre al verlo – tengo que acompañar a Hilde al poblado Shina para recoger los trajes para la ceremonia del Festival – dejo sonrojado a su prometido, todavía no se hacía a la idea que pronto se convertiría en su esposo. - ¿Tienes que ir tú? ¿No puede ir otro en tu lugar?, No me gusta la idea que te alejes del poblado, podría pasarte algo y yo no voy a estar, espérame al menos a que regrese. - Gracias por preocuparte Trowa, pero no pasa nada, además hay dos hombres de mi padre que vienen con nosotros, y... sabiendo que yo... me voy a casar contigo – tartamudeo nervioso sin atreverse a mirarlo a la cara – no creo que Millardo intente nada, tú Clan es uno de los más poderosos, no le conviene enemistarse con vosotros. - Eso no me tranquiliza – dijo Trowa acercándose para abrazar a Quatre y sostener la barbilla para que le mirase a los ojos – preferiría acompañarte yo – le susurró – me volvería loco si te pasase algo. - Eeehhh... no te preocupes no pasará nada... además el poblado... no está muy lejos de aquí – dijo Quatre completamente sonrojado, la cercanía del cuerpo de Trowa lo estaba poniendo nervioso – solo... solo tardaremos un par de horas... después no me marcharé de aquí. - Eso espero – dijo acercándose más al rostro de Quatre – aunque no me gusta la idea dejaré que te vayas... - Gra... gracias – dijo perturbado, los cuerpos a ambos jóvenes estaban completamente pegados solo les separaban la distancia de poco centímetros de sus rostros. - ... solo si me das algo a cambio. - ¿A ... a cambio?. - Sí, un beso tuyo. - ¿Un be... be... beso? Yo... - Sí, un beso de despedida. ¿te molestaría? Si no quieres no importa yo... - ¡No! – interrumpió nervioso – no es eso, si que quiero pero... me da vergüenza. Nos podría ver alguien, aquí hay mucha gente. - No te preocupes por eso – tranquilizó Trowa besándolo tiernamente, era el primer beso que se daba. El beso no duró mucho, fue muy dulce y tierno, los dos jóvenes querían transmitir al otro todo lo que sentía por el otro. Al separarse ambos estaban sonrojados y respiraban nerviosamente, Trowa miraba divertido como Quatre intentaba no mirarle directamente, notaba el nerviosismo de Quatre, para el joven rubio se notaba que había sido su primer beso en su vida y Trowa se alegró de haber sido él el único en habérselo dado. - No sientas vergüenza Quatre, no es nada malo además dentro de unos días te convertirás en mi esposo, es lógico que queramos mostrar nuestros sentimientos en público, no debes apenarte por ello. Yo te quiero, pero si no quieres que lo vuelva ha hacer, si no te gustó, no lo haré más, solo tienes que decírmelo. - No.. no es eso Trowa... es que yo... no sé... como comportarme, jamás... he estado con nadie y no sé lo que esperas de mí... no si estaré a la altura, tú pareces... pareces más experto en esto y... no se si te gustará como yo... - No digas tonterías Quatre, no espero nada de ti, puede que yo tenga más experiencia que tú pero no me importaría, no enseñarte porque yo tampoco me considero un experto, pero me gustaría que aprendiéramos los dos, jamás haría nada de lo que tú no estuvieras seguro, te aprecio mucho y si alguna vez hago algo que te moleste, por favor dímelo. - Está bien, lo haré... - Lo único que me interesa es saber si te gustó que te besara. - Esto yo... yo creo... creo que sí, yo... si, si me gustó – dijo agachando el rostro sonrojado. - Bien eso es lo que importa. – sonrió divertido. - Trowa, tenemos que irnos – se escuchó la voz de Heero un poco alejada, en la entrada del establo. - Si, ahora voy Heero, bueno, será mejor que te vallas tú también y ten mucho cuidado, si veis algo extraño, regresar de inmediato, vale. – dijo volviendo a abrazar a Quatre. - De acuerdo Trowa, no nos arriesgaremos. – dijo correspondiendo al abrazo. - Bien eso me alegra y ahora vete que Hilde te tiene que estar esperando. - Jejeje, si supongo que sí. Me voy Trowa – dijo separándose un poco de él – nos vemos luego. - Sí, nos vemos luego – le susurró acercándose de nuevo a él para darle un beso en la frente – tener mucho cuidado, mi ángel. Ambos se giraron para regresar a sus grupos pero cuando llevaban unos varios metros de distancia, Quatre se giró de improvisto llamando a su prometido y corriendo en dirección hacia él para lanzarse en sus brazos y besarle apasionadamente. En un principio Trowa se sorprendió de la reacción de su pareja pero rápidamente correspondió con la misma pasión o más. El beso cada vez se hacía más apasionado y violento, ninguno de los dos quería separarse del otro aún sabiendo que pronto les faltaría el aire para respira. Trowa tenía agarrado Quatre por la cintura mientras acariciaba la espalda desnuda y Quatre se sujetaba del firme cuello de Trowa mientas enterraba los dedos de una de sus manos en el cabello oscuro a la vez que con la otra se aferraba al pecho musculado de su prometido. El beso parecía interminable. - Ejem... ejem... – carraspeó una voz haciendo que se separasen los jóvenes completamente sonrojados y respirando entrecortadamente – siento interrumpir Quatre pero tenemos que marcharnos ya – dijo avergonzada Hilde por encontrar a su hermano en una situación un poco comprometida. - Ah Hilde, yo... siento haberte hecho esperar, solo... estaba... – intento hablar Quatre. - Solo se estaba despidiendo de mi Hilde, pero ya se iba – completó Trowa la frase de Quatre. - Eh, si, no os preocupéis, siento la interrupción no sabia que... - Tranquila no pasa nada, yo también me tengo que ir, jejeje, no nos habíamos dado cuenta que llevamos rato hablando. - Si, jejeje, es verdad - se rió nerviosamente Quatre. - Bueno, será mejor que nos vayamos todos y por cierto, tener cuidado al menor indicio de algo extraño regresar de inmediato, ya se he dicho a Quatre, vale. - No te preocupes, cuñado – sonrió a Trowa – vamos escoltados y el poblado Shina no está muy lejos. - Sí eso lo sé, pero tener cuidado igualmente, bien nos vemos luego, adiós. - Eeehh, si adiós Trowa nos vemos luego – dijo Quatre aún sonrojado. - Sí, nos vemos luego Trowa – se despidió Hilde. De eso modo el grupo de vigilancia y el grupo de Quatre emprendió la marcha hacia sus respectivos destinos.

Continuará...

Este es otro de mis capítulos, espero que les haya gustado. Un saludo hasta pronto. Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia. Advertencias: Escenas: Cómicas, Angs., Lemon Yaoi., según capítulos. Época: La historia transcurre en la prehistoria, antes de cualquier época de civilización moderna.
chipitaeresmas.com Nota: Ruego disculpéis mi retraso, tuve problemas con el archivo donde tenía grabado este fics y se me borró por completo teniendo que volver a rescribirlo entero, además estas últimas semanas he tenido mucho trabajo espero que me perdonéis, jejeje, espero mandar el siguiente capítulo lo antes posible.