Instintos
Cap. 8
Hacia 5 minutos que Heero y los demás habían llegado al poblado Shina, el jefe del poblado ofreció su ayuda a los muchachos ofreciéndoles alojamiento, alimentos y bebidas para todos. Se atendieron las heridas de Quatre, Hilde y Hiroshi que por suerte pudieron llegar a tiempo antes de que muriese debido a sus heridas y a la perdida de sangre. Una vez curados y Hiroshi fuera de peligro se dirigieron una de las cabañas para que descansarán mientras Duo, Trowa, Heero junto con el jefe Mioyan se dirigían a la cabaña principal para poder hablar.
- Joven Duo gracias a los Dioses que os encontráis bien – dijo el jefe Mioyan, encargado del bienestar del poblado – hace varios días que no muy lejos de aquí han aparecido dos dinosaurios de las montañas y estábamos preocupados por un posible ataque de esas criaturas al poblado. No teníamos forma de avisar a tu padre el Jefe Nazca para que no vinieran por aquí por los trajes de la ceremonia del Festival, pero... - No te preocupes Mioyan, ya todo paso y estamos bien, sobretodo gracias a Wufei-san y Tiang- li-san que ya protegido a mis hermanos y han acabado con esas bestias. - ¿Esas bestias están muertas? – preguntó asombrado – varios de nuestros jóvenes guerreros han perdido la vida intentando matar a esas bestias y hasta hoy no lo han conseguido – dijo apesadumbrado – incluso hemos tenido que suspender todo tipo de celebración o fiesta incluso la boda de mi hijo que se tendría que haber realizado ayer, por miedo a que los ruidos de las fiestas pudiesen atraer a esos animales hacia el poblado. - ¿Porque no se nos aviso?, mi padre os habría ayudado, habrían matado a esos animales con la ayuda de nuestros guerreros. - Y ver como mueren más jóvenes guerreros, no podía hacer esos, seguramente esto es castigo de los Dioses, nos castigan por haber hecho algo indebido por eso nos han mandado a esas bestias, como escarmiento. - No diga estupideces, viejo supersticioso – intervino Heero que estaba oyendo la conversación dentro de la cabaña del jefe. - ¡Heero¡ por favor – le recriminó Trowa. - Ni Heero ni nada, si son unos cobardes y no pudieron acabar con esos reptiles no es culpa de ningún Dios es solo culpa de ellos. - Heero por favor – le dijo Duo preocupado por el comentario – este poblado no es un poblado guerrero, se dedican al conreo y al ganado, a pesar que haya algunos hombres armados no son guerreros, no les puedes pedir que actúen como lo harías tú o tu gente. ¿ Creo que les debes una disculpa, no crees? - ¿Una disculpa?, no lo creo. Como jefe de su poblado está en la obligación de proteger y velar por la seguridad de su gente. Si no lo hace o sabe hacerlo no debería seguir siendo el jefe de este poblado – dijo levantándose con intención de marcharse. - ¡Heero! – exclamaron Trowa y Duo al oír esa acusación. - No por favor no increpen a su amigo – dijo el jefe Mioyan - bajo su punto de vista es lógico que piense así, él es un guerrero, un guerrero Heavyarms por lo que veo, pero solo una cosa joven antes de que se marche, supongamos que Ud. y solo Ud. está bajo el cuidado de varios niños, entre ellos un bebe de varios meses, los tiene que proteger, proporcionarles bebida y alimento ya que sus padres no están en ese momento, ¿podría hacerlo?. - Claro que si, menuda tontería, ¿a qué viene esa pregunta?. - Y si al bebe que esta a tu cuidado se pusiese a llorar sin para o se pondría malo, ¿sabrías que hacer? - Yo... - ¿Sabrías saber lo que le pasa?, si tiene hambre, frío, le duele la algo. - Yo...
Tanto Trowa como Duo miraban sorprendidos como Heero intentaba salir de la situación, jamás pensaron que un hombre como Heero estaría en una situación como aquella, por primera vez Heero estaba desarmado y no sabía como actuar ni que decir.
- ¿Serías capaz de asistir al parto de un carnero, sin hacer daño a la madre como a cachorro? ¿Serías capaz de dar consejo a una madre preocupada por su hijo o a un joven por su prometida? - Yo... yo... eso son cosas de mujeres. - Te equivocas joven, con esto no estoy intentando ridiculizarte, si es lo que piensas, con todo esto quiero que veas, que aunque no estés preparado para hacer según que tipo de cosas no significa que no seas apto para otras cosas. Puede que tengas razón referente a que sea un cobarde al no querer enfrentar a gente de mi poblado que seguramente morirían sin haber conseguido matar a esos animales, pero una cosa quiero que sepas, si con mi vida pudiese hacer desaparecer a esas bestias, ten por seguro que la daría si con ello nadie más de mi poblado saliese herido. Cada uno tiene su cometido en la vida joven, el tuyo lo más seguro es proteger a los tuyos con tu fuerza y con tu valor guerrero, el mío es dar consejo y velar por mi gente sin derramar sangre innecesaria. Cada persona tiene su cometido en esta vida, solo es cuestión de saber cual es el de uno propio y hacerlo todo lo mejor que se pueda. - Yo... lamento lo que he dicho antes, lo siento –dijo en un susurro antes de salir de la cabaña. - Lamento lo que ha dicho mi primo jefe Mioyan. - No te preocupes muchacho, es joven y temperamental, es normal. - Espero que no le haya ofendido, Heero es solo un poco cabezota – intentó defender Duo a Heero. - No te preocupes joven Duo, no me ha ofendido, ese muchacho se ve de buen corazón. Cambiando de tema joven Duo, antes me he fijado que traías contigo a un suzako. - Si así es, ¿ocurre algo?. - No tranquilo, es porque me gustaría que os quedarais en nuestro poblado al menos esta noche y para que tu padre no se preocupara podrías mandarle un mensaje con tu ave suzako. - Ah! Eso sería genial no crees Trowa – dijo Duo mirando como Trowa asentía con la cabeza – y de paso, si no es mucho atrevimiento proponerlo, podríamos ver como celebra la boda de vuestro hijo, me han dicho que vuestras fiestas son de las más divertidas de esta zona, sería maravilloso, jejeje. - La boda de mi hijo, no sé si será posible – dijo dudando el jefe Mioyan. - Pues sería una ocasión perfecta, el problema de esos animales ya no existe y según nos contó la boda se tubo que suspender ayer por lo que seguro que los preparativos estarán listos. - Si eso es verdad además mi hijo y su prometida están ansiosos por casarse, jeje. - Pues no se hable más, jejejeje. ¡Esta noche boda!, me hago voluntario para ayudar en lo que haga falta, hace mucho tiempo que no voy a una fiesta de esta manera todos nos relajaremos y nos divertiremos, jejeje, será genial. - Creo que tienes razón joven Duo, mi gente a estado muy preocupada y triste durante estos días, creo que una fiesta nos vendría bien a todos. Mandaré que lo tengan todo preparado para esta noche, iré hablar con mi hijo, seguro que estará de acuerdo. - Perfecto yo ayudaré en todo lo que pueda. - Bien será mejor que nos pongamos en marcha, habrá que hablar con las mujeres para preparar la cena y con el Shaman para que prepare la ceremonia. Acompáñame Duo. - De acuerdo. Ah! Por cierto Trowa puedes ir a ver como esta Quatre y Hilde yo iré más tarde, me harías ese favor. - No tienes ni que pedirlo, de todas maneras ahora iba para allí, no te preocupes yo me encargo de ellos, seguro que se alegraran al saber que esta noche hay una fiesta, también les conviene que se distraigan un poco sobretodo después del susto que se han dado. Yo voy para allá si necesitas algo dímelo, ¿de acuerdo?. - De acuerdo, nos vemos luego.
Mientras se preparaba los preparativos de la boda del hijo del jefe Mioyan, en una de las cabañas descansaban Wufei y Tiang-li y cerca de allí Quatre y Hilde intentaban descansar después del susto que se habían llevado.
- Chang- sama, ¿quien cree que pueden ser esos jóvenes que nos hemos encontrado en el bosque?. - No estoy seguro Tiang-li y llámame Wufei no quiero que nadie nos descubra mi apellido puede ser reconocido por alguien. - Si señor, esto... quiero decir Wufei. Sospechas de alguien ¿pertenecerán al Clan de los Lagos?. - Que son del Clan de Los Lagos no hay duda al menos los dos chicos y la chica los otro son del Clan Heavyarms sus tatuajes les delatan además estoy convencido que se tratan de personas importantes dentro del Clan de Los Lagos ya que tanto el chico llamado Quatre y la chica Hilde iban escoltados y otra cosa que me hace pensar que son importantes es que el hecho que un grupo de guerreros Heavyarms junto con el otro hermano ese tal Duo fuese en su ayuda con tanta rapidez, estaban más interesados en saber como se encontraban que es averiguar quienes éramos, todo eso me hace sospecharlo. - Tienes razón Wufei, todo se creyeron que éramos nómadas, jajaja, son unos ilusos. - No todos Tiang-li, estoy convencido que esos dos Heavyarms no se lo tragaron del todo, debemos de ser precavidos y tenemos que tener cuidado con lo que decimos, sobretodo si algunos de ellos está presente. - Puede que tengas razón por cierto, me di cuenta que te gustó bastante esa muchacha es bastante bonita, te la llevarás con nosotros cuando nos marchemos, no falta mucho para que la acción comience y aún no te has decidido por nadie, estaba seguro que buscarías a alguien para llevártela a nuestro poblado. - Je, pues si me gusta bastante pero no sé si me la llevaré se ve muy unida a sus hermanos cuando se entere de la verdad no sé que haría. - Vaya, vaya nuestro señor se preocupa por una joven muchacha, jajaja, eso es nuevo. - No seas baka, no lo digo por eso cabeza hueca, lo digo porque cuando se entere de todo me odiará y será capaz de matarse antes que aceptarme y no estoy dispuesto a perder mi tiempo conquistándola para que me dure solo unas semanas. - No estas siendo muy negativo Wufei, seguro que habrá alguna solución, una vez que la conquistes dudo que quiera separase de tu lado, según tus antiguas amantes muchos matarían a sus propias madres con tal de poder estar contigo. - Exageras amigo, pero gracias, eso ya lo veremos, primero a lo que vamos, tenemos que sacarles la mayor información posible a esos chicos, de donde son, quienes son y si son quienes creo que son, tenemos que provocar que nos inviten a ir a su Clan, una vez dentro todo será mucho más fácil. - Sobre la información no creo que sea muy difícil conseguirla lo difícil será quitarnos de encima a esos Heavyarms. - No creo que sea tan difícil, solo hay que tenerlos entretenidos con algo y creo saber como solo tengo que comprobar unas cosas y todo quedará arreglado. Tú encárgate de...
Mientras en la otra cabaña Hilde y Quatre hablaban de cosas sin importancia, Quatre intentaba calmar a su hermana todo aquello había superado por completo a Hilde, se sentía asustada y confundida pero gracias a la charla con su hermano se fue tranquilizando. Estuvieron hablando del Festival, la reciente boda de Quatre con Trowa, del compromiso de Duo, etc. - Quatre crees que podremos hacer algo para evitar que Millardo se case con Duo. - No lo sé Hilde, llevo dándole vueltas mucho tiempo y no consigo sacar nada en claro, creo que el único que podría impedir esa boda es Heero. - ¿Heero?, porque dices eso. - No sé si te has dado cuenta pero aunque lo ha intentando ocultar muy bien, estoy seguro que Heero siente algo por Duo. - ¿Por Duo?, no sé no se le nota, siempre están discutiendo y es bastante distante, no parece tratar muy bien a Duo. - Eso lo hace para disimular, Heero es el típico chico duro que no muestra nunca sus sentimientos, teme parecer débil, pero si te fijas bien podrás notar que siempre está pendiente de él, tan solo tienes que fijarte en como lo mira, además a mi no me puede engañas, puedo sentir como se siente cuando está cerca de Duo, lo malo es que no quiere aceptarlo no se si es por el hecho que Duo es un hombre o porque piensa que es una debilidad amar a alguien, pero estoy seguro que lo quiere aunque está muy confundido. - Pues deberán aclarase cuanto antes, tiene que evitar que Duo se case, podríamos hablar con él. - Si hablamos con él puede que le confundamos más, tiene que darse cuenta por si mismo. - Espero que así lo haga, creo que Duo se merece a alguien mejor pero prefiero a Heero que a ese Millardo. - Heero no es tal malo como parece – intervino Trowa que llegaba en ese momento interrumpiendo la charla de los dos hermanos – no es por que sea mi primo pero estoy seguro que Heero haría muy feliz a Duo. - ¡Trowa! – se sorprendió Quatre. - Yo no quería insultar a tu primo Trowa yo... - Tranquila Hilde se como te sientes, a veces yo también mataría a mi primo, es un cabezota de primer grado pero en el fondo y bajo esa mascara de guerrero perfecto al un joven que está deseando amar a alguien y ser amado de eso estoy seguro. - Trowa ¿Dónde está Duo? ¿Y Heero?. - Duo está ayudando a preparar la boda del hijo del jefe Mioyan y Heero no lo sé, habrá ido a dar una vuelta, es que tubo una pequeña conversación poco agradable para él con el jefe Mioyan. - ¿La boda del hijo del jefe Mioyan? ¿Cuándo? – preguntaron los hermanos. - Si, jeje, Duo convenció al jefe Mioyan para que se realizase esta noche. - ¿Esta noche? – pregunto Quatre. - Si le pareció que una fiesta nos distraería a todos. - Ese Duo es único – rió Hilde. - Por cierto, ¿cómo estáis? – dijo Trowa acercándose a Quatre para quedar sentado junto a él y a su hermana que descansaba en las pieles mullidas de la zona de descanso. - Bien – comentó Hilde – el susto inicial ya paso. - ¿Y tú Quatre? ¿Os duelen las heridas? - No estamos bien, solo un leve dolor de cabeza pero yo estoy bien y Hilde creo que también. - Si estoy bien, gracias a los Dioses no me ocurrió nada. - Mejor dicho, gracias a Wufei-san y a Tiang-li – dijo sonriendo Quatre. - Esto... sí.. creo que si – dijo nerviosa y sonrojada Hilde – si no fuera por él... yo estaría... - No te preocupes por eso ahora Hilde – habló Trowa – todos le agradecemos lo que han hecho por vosotros, pero... - ¿Ocurre algo Trowa? – dijo preocupado Quatre. - No estoy seguro del todo pero debemos ser precavidos. Hemos sabido que hombres del Clan del Norte incluso el propio Jefe de ese Clan está por estos parajes, y me hace muy sospechoso que unos nómadas estén por esta zona sabiendo que en breve se realizarán los Festivales del Sol. Además no tienen mucha pinta de nómadas, parecen más unos guerrero que unos viajantes. - ¿Estas diciendo que Wufei-san y Tiang-li podrían ser del Clan de Norte y que están aquí para atacarnos? – dijo sorprendida Hilde. - No estoy seguro del todo pero no podemos negar esa posibilidad, por eso os pido que tengáis cuidado con ellos, aún no tengo pruebas que demuestren lo contrario, es solo que se me hace sospechoso. - No creo que sean del Clan del Norte – defendió Hilde – ni fueran ellos no nos hubieran ayudado, hubiesen dejado que esos animales nos matasen, así tendrían un problema menos. - No los estoy acusando Hilde es solo que no estoy seguro de que estén diciendo la verdad además lo que en teoría los hombres del Clan del Norte están buscando por aquí es a alguien de su agrado, para podérselo llevar a su poblado, antes de que empiece la lucha. Y la verdad tanto tu hermano como tú podrían superar las expectativas de búsqueda de esos dos si fueran ellos. - Sus... expectativas... yo no sé – dijo ruborizada Hilde. - Solo os pido que tengáis cuidado solo eso, estando nosotros aquí no creo que intenten nada, y como he dicho no estoy seguro si son o no son ellos. - Entonces – comentó Quatre – ¿será mejor alejarnos de ellos?. - No eso podría levantar sospechas si fueran ellos en realidad, por ahora será mejor actuar como si nada pero no digáis que sois los hijos del Jefe Nazca, es mejor que sea secreto. - De acuerdo así lo haremos, pero me preocupa una cosa. - ¿Qué cosa Quatre? - Durante el tiempo que pasamos con ellos en el bosque y camino hacia aquí, pude notar como Wufei-san tiene un gran interés en Hilde. -¡¿Queeeeee?! – exclamó sorprendida Hilde. - Si pude sentirlo aunque no fue un sentimiento negativo sino todo lo contrario, pude percibir que incluso el propio Wufei-san se sorprendía por lo que Hilde le hacía sentir. - Yo... pero si yo no hice nada... - Eso podría ser una ventaja – dijo Trowa – podrías acercarte a él y de manera disimulada sacarle información. - Yo... yo sabría hacer eso... no podría... además yo... - El problema Trowa es que a Hilde tampoco le es indiferente, jejeje. - ¡Quatre! - Es verdad Hilde no puedes negarlo no a mí. No debes avergonzarte Wufei- san es muy atractivo es normal que tú... - ¿Atractivo? – interrumpió molesto Trowa y mirando a su prometido con una mirada dura por el comentario de Quatre. - Esto yo... solo quería decir que es normal que ha Hilde le guste Wufei es... - ¿Normal? ¿Wufei? Desde cuando hay tanta familiaridad entre vosotros. - Yo... no... no hay familiaridad... yo quería decir Wufei-san es que me he puesto nervioso, solo me refería que a Hilde le podía gustar, solo eso yo no... - Trowa, no pongas más nervioso a Quatre, jajaja, que no ves que solo dice tonterías. Quatre solo tiene ojo para ti, jajaja, no tienes que ponerte celoso porque Quatre haya dicho eso de Wufei, jajaja. - Yo no estoy celoso. - Es verdad yo solo tengo ojos para ti – dijo Quatre ruborizado bajando la cabeza – a mi solo me interesas tú – comento en un susurro apenas audible. - ¿Es verdad eso Quatre? - Cla... claro que sí, yo. - Bueno será mejor que vaya a dar una vuelta así podrán estar un rato solos. - No... no es necesario Hilde – exclamó Quatre – quédate Trowa y yo podremos estar a solas luego. - No importa Quatre, me apetece dar un paseo, de verdad. - No deberías ir sola – comentó Trowa. - No pasará nada, si veo que puedo estar en peligro vendré enseguida, solo será un paseo, además el poblado está lleno de gente, así que no os preocupéis, ¿vale?. - De acuerdo pero ve con cuidado. - Tranquilo Q-chan y a ver que hacéis que os quedáis solos, ¿eh?. - Nosotros nada, que cosas dices Hilde – dijo abochornado Quatre. - Jajaja, si, si lo que tú digas, hasta luego tortolitos – se rió Hilde saliendo de la cabaña. - Hasta luego – dijo la pareja. - Por fin un rato a solas – le susurró Trowa al oído a Quatre acercándose para abrazarlo y recostarlo sobre las pieles de la cama. - Eerrr. Si, claro – intentó hablar nervioso por la cercanía de su prometido – Trowa en serio no quiero que piense que podría fijarme en otro, solo te quiero a ti – dijo levantado los brazos para rodear el cuello de Trowa y quedar más cerca de él. - Lo siento Quatre, no debí ponerme así, es solo que te quiero solamente para mí, solo quiero que tengas ojos para mí – dijo rozándoles sus labios con los suyos en una caricia suave. - Vaya Trowa, me sorprendes, no sabía que fueras tan posesivo y celoso – sonrió Quatre. - Yo tampoco – declaró Trowa atrapando por fin los labios de Quatre en un beso apasionado.
Los brazos de Quatre estaban sujetos al cuello de Trowa jugando con sus dedos en el cabello lacio y a la vez rebelde de Trowa. Este a su vez acariciaba la espalda y pecho de Quatre al mismo tiempo que devoraba con ansias los labios de su prometido. La respiración y los latidos de sus corazones se iban acelerando por momentos, la temperatura de sus cuerpos se elevaba de manera sorprendente, pronto las simples caricias se volvían más exigentes sin llegar a ser indebidas, por el momento. Los labios de Trowa abandonaron los de Quatre para deslizarse por el cuello hacia su clavícula dando pequeños mordiscos y succionando levemente mientras sus manos acariciaban el pecho suave dando mejor trato a la zona sensible de sus pezones, arrancándole gemidos de placer a su prometido. Quatre jugaba con los mechones de pelo que le acariciaban el pecho por donde pasaba Trowa, sentía la lengua caliente en su pezón derecho para luego sentirlo en el izquierdo. Sentía una fuerte oleada de calor que le recorría todo el cuerpo junto con en cosquilleo en el estómago. Poco a poco el control de su cuerpo se iba diluyendo en ese mar de placer que por primera vez Trowa le esta mostrando y pensaba que no lo podría resistir. Trowa se volvió a posicionar de nuevo sobre Quatre par volver a probar los dulces labios de Quatre, su cuerpo reaccionaba de manera asombrosa ante las caricias de Quatre necesitaba sentirlo, hacerlo suyo, la atracción que sentía por Quatre se hacía cada vez más insoportable. Los besos se volvían desesperantes, se devoraban el uno al otro en una continua lucha de sus lenguas por querer explorar la boca del otro. Tanto Quatre como Trowa estaba perdiendo el control de la situación, ahora eran sus cuerpos los que actuaban, los que reaccionaban bajos los contactos y caricias, bajo las sensaciones y los placeres que se brindaban el uno al otro. Las manos de Trowa bajaron hasta las caderas de Quatre y allí hasta las firmas y suaves nalgas de Quatre por encima de la vestimenta que llevaba, se las apretaba y las masajeaba haciendo que la escasa distancia que separaba sus cuerpos fuese nula. Quatre al sentir el trato que recibía su trasero de manera instintiva se acerco más a Trowa rozando y frotando sus partes más sensibles y endurecidas en esos momentos logrando que ambos gimiesen ante esa nueva caricia. Trowa al no notar ningún tipo de rechazo por parte de su rubio decidió continuar llevando sus caricias a un nivel más íntimo. Sin desatar la piel que cubría la cintura de Quatre, resbaló su mano por el interior de esta hasta poder tocar la piel suave y caliente de las nalgas de su chico. A Quatre las manos de Trowa le estaban quemando la piel, jamás había sentido nada parecido, a pesar de ser la primera vez de su vida en estar en una situación tan íntima con alguien no se sentía nervioso. Quizás un poco pero al saber que era con Trowa estaba seguro que el no lo lastimaría, sabía que sería muy gentil con él. No estaba en el sitio que esperaba para su primera vez pero no le importaba demasiado, lo principal era que sería con la persona que más ama del mundo con Trowa. La respiración de ambos era entrecortada y el pensar cada vez era más difícil pero en un momento de lucidez Trowa se dio cuanta de lo que estaba a punto de hacer. - Quatre..., no sabes como te deseo pero... estas seguro que quieres continuar con esto... yo puedo esperar – habló entrecortadamente debido a la excitación que sentía en esos momentos. - Yo... yo también te deseo... te quiero mucho... y haré... haré lo que tú quieras. - No Quatre... lo que yo quiera no – dijo besando de nuevo su boca – lo que tú quieras. - Yo quiero... de verdad..., estoy un poco nervioso solo es eso. - En serio que solo es eso, puedes confiar en mi Quatre te respeto mucho y si quieres puedo esperar, no pasa nada. - No pasa nada es solo que... – dijo ruborizándose más si era posible. - Dímelo no te avergüences, confía en mi, yo te quiero, te amo. - Es una tontería, no tiene importancia. - Si es una tontería, cuéntamelo, por favor. - Es... esta bien pero no te rías por favor. - No me reiré, te lo prometo. - Es que yo... bueno la verdad es que para... mi primera vez... me había imaginado... que sería en un sitio especial, un lugar hermoso, ya que la primera vez nunca se olvida, pero eso da igual lo importante es que estoy aquí contigo, lo demás da igual..., es una tontería ya te lo había dicho. - ¿Para ti es importante? – le dijo dulcemente abrazando a Quatre haciendo que se apoyase en él. - Antes puede que si pero ahora ya no me importa, en serio Trowa. - Pues si fue importante alguna vez para ti para mí también lo es. - Pero es da igual ahora yo... - Ssssshhhh – hizo callar Trowa a Quatre poniendo un dedo sobre sus labios – déjame darte esa ilusión, puedo esperar te lo aseguro, te amo y por ti haría cualquier cosa. - Yo, no sé que decir, lamento haber estropeado este momento con tonterías. - No has estropeado nada y no son tonterías si es importante para ti para mí también además solo lo hemos pospuesto, ¿no?. - ¡Claro! – dijo rápidamente pero al darse cuenta de cómo había sonado se sonrojó avergonzado. - Bien me alegra saber que lo deseas tanto como yo, jajaja. - Esto... yo... - Tranquilo no es malo demostrar tu deseo por tu pareja es lo más normal del mundo ¿no crees?. - Supongo que sí. - Bien, por ahora será mejor que nos tranquilicemos un poco – dijo haciendo alusión a sus miembros erectos, no es conveniente asustar a los niños de este poblado ni escandalizar a nadie, jejeje. - Tienes razón, jajaja, sería muy vergonzoso que alguien nos viese a si. - Si es verdad, ven – dijo haciendo que Quatre se acomodase a su lado abrazándole – duerme un poco yo velaré tus sueños mi ángel. - Gracias – se acurrucó entre sus brazos descansando su cabeza en su hombro y acariciando el contorno de sus tatuajes del pecho en una suave caricia – jamás había tocado una piel tatuada, es muy suave. - ¿Habías visto alguna vez algún hombre tatuado? - Hace mucho tiempo vi a unos hombres, cuando era pequeño y pensaba que era pintura. - ¿Te desagrada que esté tatuado? No a todo el mundo le gusta. - No, no me desagrada, me gusta como te queda, te ves muy varonil te queda muy bien. - Vaya gracias. - ¿Duele mucho cuando te lo hacen? - Para serte sincero si, duele un poco pero es algo por lo que tenemos que pasar todos los guerreros de mi Clan. - ¿Están obligados a hacerlo? - No, no es obligatorio pero para nosotros es un honor, es una distinción de nuestro Clan, no es tan solo decoración por decirlo de alguna manera, también son protectores bajo nuestras creencias, con ellos los Dioses nos protegen. Incluso las mujeres de nuestro Clan para tener la protección de nuestros Dioses se tatúan, hay muchos tipos de tatuajes, según para que lo destines. - ¿Las mujeres también?, no he visto que tu madre ni la Heero los llevasen. - El que no los veas no significa que no los lleven, los de las mujeres nos muy pequeños a comparación con los de los guerreros y se los hacen en zonas que las pieles de su vestimenta tapan, como el vientre, caderas, pecho, etc... - Entonces, ¿cuándo nos casemos deberé tatuarme? - No es necesario si no quieres, para protegerte estaré yo – le dijo besándole tiernamente.
Así Quatre y Trowa siguieron hablando hasta que les comenzó la fiesta de la noche.
Mientras todo eso sucedía Hilde por su lado estuvo dando un paseo por el poblado viendo como los niños jugaban, las mujeres ultimaban los últimos preparativos para boda y algunos hombres preparaba las grandes hogueras que alumbrarían esa noche la ceremonia y les proporcionaría lumbre para la cena y para calentarse. Hilde se sentó a observar a unos niños que jugaban cerca del riachuelo, poco a poco la alegría de esos chiquillos la estaban contagiando, haciendo olvidar los problemas por los que pasaba su pueblo. - Puedo acompañarte un rato, pareces muy sola – una voz la sorprendió haciendo que se girase rápidamente para encontrarse con aquel joven apuesto de mirada penetrante. - Me has asustado Wufei-san. - Siento haberte asustado, pasaba por aquí y te he visto tan sola que he querido hacerte compañía si no te molesta y llámame solo Wufei. - No, no me molesta Wufei, salí a dar un paseo y así darles a mi hermano y a su prometido un poco de privacidad. - Vaya que considerada que eres, supongo que tu prometido debe de estar muy orgulloso de ti. - ¿Pro... prometido? No no tengo prometido. - En serio, es extraño, una chica tan guapa con tú y no tienes prometido, los hombres de tu Clan deben de estar ciegos. - Gra... gracias por el cumplido pero no creo que sea para tanto supongo que hasta ahora no he encontrado al hombre de mi vida. - Estoy seguro de eso, porque hasta ahora no nos habíamos conocido. - Insinúas que tú eres el hombre de mi vida – bromeo Hilde, poco a poco iba cogiendo más confianza con ese chico, se le hacía extraño que pudiese ser un bárbaro del Norte, parecía amable, inteligente y muy pero muy atractivo. - No lo insinúo lo afirmo – dijo sentándose al lado de la muchacha. - Vaya, vaya veo que te tienes en gran autoestima y estas seguro de ti mismo. - Pues si para que negarlo, soy irresistible, jeje. - Seguro que se lo dices a todas. - No, de eso estoy seguro, si quieres comprobar que soy tu hombre descríbemelo y yo te diré si coincido o no con tu descripción. - De acuerdo, será divertido. Haber por donde empiezo, ummmm la descripción física no te la diré porque sería muy fácil, pero haber ummmm. ¡Ya sé!. Mi hombre ideal es... Inteligente. - Conozco 10 dialectos diferentes, el sistema de escritura antiguo y moderno, me conozco los nombres de todas las montañas, montes, ríos y poblados del Norte, Sur, Este y Oeste del continente, tengo noción en medicina, música, caza y sobre estrategia bélica. Además... - Vale, vale, me abrumas, ya capté la idea, aunque podrías estar mintiendo y no habría forma de saberlo. - Pruébame y te demostraré que es verdad – le dijo mirándola intensamente a los ojos. - No... no será necesario, confiaré en tu palabra – dijo sonrojada sin evitar su mirada. - Me parece bien, ¿qué sigue?. - ¿Qué sigue...? A sí perdona. Mi hombre ideal es... Cariñoso. - Puedo llegar a ser un cachorro si me lo propongo, mi madre decía que era un niño muy dulce y con mis hermanas soy atento y bastante permisivo pero estricto cuando es necesario. - ¿Tú madre te lo decía? Es que ahora eres un niño malo – se burló. - No, es que mi madre hace diez años que murió. - Lo... lo siento no sabía que... - No te preocupes, es lógico que no lo supieras, nos acabamos de conocer, sigue que más. - Bueno creo que tolerante y estricto cuando se requiere ya lo has dicho tu con tu descripción de cariñoso, así que lo siguiente sería... Familiar, que creyera en la familia. - Bueno para serte sincero desde muy pequeño no he tenido una familia propiamente dicha, siempre se me apartó de mis hermanas y mi madre murió siendo yo muy joven... - ¿Y tu padre? - Mi padre... como te lo diría, era un gran hombre pero muy entregado a sus responsabilidades por decirlo de alguna manera, no tubo mucho tiempo para mí, solo lo junto para educarme y entrenarme, para ser lo que un día fue mi padre. - ¿A que se dedicaba tu padre? - Creo que nos estamos desviando del tema principal ¿no crees encanto?. - Lo siento no quería que te enfadaras. - Tranquila no me enfado es solo que no me gusta hablar de mi padre, no son precisamente buenos recuerdos pero en fin, como te iba diciendo, el día que cree yo una familia será lo principal para mí, le daré a los míos lo que a mi se me negó. Siguiente cualidad. - Errr... - cada vez que se describía le parecía más imposible que se tratase de quien Trowa tenía sospechas, por mucho que intentaba negárselo, Hilde se sentía cada vez más atraída por él -... Valiente. - No le temo a la muerte, sería capaz de enfrentarme a cien hombres armados solo – dijo serio. - Fiel. - Cuando estoy con alguien solo le pertenezco a esa persona. - Sincero. - Jamás miento y siempre digo lo que pienso, que por suerte o por desgracia muchas veces me ha causado más de un problema, jeje. - Fuerte. - ¿Fuerte?, bueno no está muy bien que yo lo diga pero haber como lo diría para que lo entendieras... - Prueba, seguro que se te ocurre algo. - ¡Ya sé! - exclamó acercándose a Hilde quedando pegados tomándole una de las manos y acercándosela al pecho por debajo del chaleco para que acariciase los músculos de su pecho y abdomen. - Cre... creo que es suficiente – dijo retirando su mano del pecho de Wufei, evidentemente sonrojada. Ese contacto había hecho que una descarga eléctrica le recorriese el cuerpo por completo – como te atreves, por quien me toda, yo no soy una de tus supuestas amiguitas que puedes encontrar por ahí – dijo enfadada poniéndose de pie. - Ey espera, no era mi intención insultarte, perdona, la verdad pensaba que no te molestaría, me gustas mucho y yo pensaba... - Pensabas que un par de frases bonitas y cuatro insinuaciones yo caería rendida a tus pies, ¿no?. - Pues la verdad es que si, para serte sincero, jamás ninguna mujer se ha negado a complacerme. - Ja, esto es el colmo, si no lo veo no lo creo, pero quien te piensas que eres, el mismo Dios Amoth, eres increíble, sabes una cosa don todopoderoso una de las cualidades que tendría el hombre ideal para mí y que ahora sé que no serías tu sabes cual es... HUMILDAD. - ¿Humildad? Yo soy humilde. - Ja no me hagas reír, tú humilde, venga ya, si para ti las mujeres solo te sirven como mero objeto para proporcionarte placer. Pues siento desilusionarte, machito, yo no soy de esas. - Ey, espera – le dijo agarrándola del brazo para evitar que se marchara – no entendiste lo que quería decirte. - Suéltame, no me toques – dijo poniendo sus manos sobre el pecho de Wufei para apartarse al notar como el moreno la cogía por la cintura en un agarre parecido a un abrazo – ¡suéltame ya! - Ey, ey, tranquila, no te voy hacer nada, solo déjame explicarme – dijo viéndola a la cara cuando notó que dejaba de moverse – lo que quise decir es que como tú has dicho hasta ahora solo he tratado con mujeres fáciles, solo comprobaba si me había equivocado contigo. - ¿Equivocarte conmigo? - Si, si eras una chica decente o otra... - ¿Facilona? - Si eso, me alegra saber que no me equivoque contigo. - ¿A no? - No tú eres diferente a todas las demás. Eres especial. - Vaya no sé con que tipo de mujeres tratabas anteriormente pero te advierto que como intentes volver hacer algo parecido, te las verás conmigo y ten por seguro que no soy tan permisiva como ahora. - De eso estoy seguro, guapa, lista y con carácter, como a mí me gustan. - Déjalo ya Wufei – dijo sonrojada – y suéltame, no te he dado permiso para que me abraces. - Lo siento princesa, es la tentación – dijo sonriendo – pero una última cosa. ¿Voy mal encaminado para convertirme en tu hombre ideal? - Jaja, eso no te lo voy a decir aunque no lo ruegues. - Y si... – con un movimiento rápido Wufei atrapo los labios de Hilde con los suyos en un beso tierno, suave y la vez cargado de sentimientos – te beso. - ¡Plafff! Como te atreves – exclamó al darle una bofetada Hilde al notarse liberada del agarre de Wufei. - Eso significa que soy tu hombre. - Baka – dijo Hilde al dándole la espalda para marcharse pero sin poder contener la sonrisa que se le formó en la cara. - ¡Nos vemos en la cena princesa! – gritó al ver como Hilde se alejaba de él sin girarse. - Lo que tú digas todopoderoso – ironizó intentando sonar indiferente. - Que así sea – sonrió Wufei, se sentía pletórico. Había descubierto que pese a la apariencia débil de un principio Hilde superaba todas las expectativas que se había imaginado de ella, era una mujer de carácter fuerte no esa débil y influenciable chica que le pareció al principio. - Quizás si es buena idea llevármela después de todo, sería una estupenda reina para mí – dijo sin contener su sonrisa mientras se dirigía de nuevo hacia la cabaña que le habían designado para espera hasta que llegase la cena.
En el poblado de Nazca estaban muy preocupados por la tardanza de los chicos, el grupo de Duo había salido hacía tres horas y aún no había señales de ellos. El Jefe Nazca se preparó para partir en busca de sus hijos cuando su esposa que entro en el establo se dirigió corriendo hacia él.
- Nazca, cariño. - Que ocurre Yuiren, se sabe algo de los chicos. - Si, acaba de llegar Shinigami y trae un mensaje de Duo, cariño. - ¿Dónde esta el mensaje? - Aquí toma, no lo he abierto todavía – le dijo entregándoselo. - Si, es de Duo y dice... – hizo una pausa mientras leía el contenido del mensaje – gracias a los Dioses están bien. - Si, ¿dónde están? ¿por qué no han regresado? - Están en el poblado Shina, el grupo de Quatre fue atacado por dos reptiles de las montañas... - Ay, por Amoth, ¿qué les ha ocurrido?. - ...están todos a salvo, excepto Miwa que ha fallecido... - Oh! Por Amoth, pobre hombre – dijo apesadumbrada Yuiren. - ...se quedarán en el poblado para descansar y mañana volverán para aquí. No te preocupes mujer están fuera de peligro, será mejor que avisemos a los demás, no será necesario partir para ir a buscarlos, de lo diré a Yuki y a Touya. - Si es mejor, también ellos estaban preocupados por sus hijos. - Bien volvamos a la cabaña, hay que preparar la cena para nuestros invitados.
En el poblado Shina Heero no paraba de dar vueltas por los alrededores, se sentía estúpido por haberse alterado de esa manera, de haber dicho todas esas tonterías al jefe Mioyan, pero últimamente no era el mismo, apenas no se reconocía, toda esta situación le estaba crispando los nervios y lo que más le inquietaba era que no sabía como actuar, tenía una idea aunque un tanto peligrosa, si salía como el pensaba evitaría la confrontación del Clan de Los Lagos contra el Clan Peacecraf, evitaría la boda de Duo y Millardo y podría reclamar como suyo a la persona de la que se había enamorado, ahora lo sabía. Pero si fracasaba lo perdería todo. Estaba decidido se arriesgaría, por primera vez en su vida lo haría por él, por su felicidad.
Había oscurecido y la ceremonia de la boda estaba apunto de empezar, en el centro del poblado todos los miembros del poblado y los invitados estaba presentes. Una gran hoguera ardía violenta ante los presentes delante de ella enfrente de los asistentes el Shaman del poblado iniciaba la ceremonia, allí delante de la Shaman la comitiva del novio representada por los padres de este y el alto consejero de Shina esperaba la comitiva de novia formada por esta, sus padres y un hermano de ella. Todos ellos engalanados con las mejores vestimentas. En cuanto apareció la novia acompañada por su padre y el resto de la comitiva detrás de ella los murmullos y halagos por parte de los asistentes no se hizo espera. Una vez que el padre de la novia entrego a su hija al futuro esposo uniendo sus manos con la cinta ceremonial bordado con finos filigranas se acercó a su consuegro para intercambiar regalos como ofrendas para enlazar a las dos familias y dar prosperidad al futuro matrimonio. Todos en el poblado estaban emocionados, muchas de las parejas allí presentes se podía apreciar la felicidad y la envidia (sana) por los futuros esposos. Cerca de las primeras finas en que se encontraban los invitados se hallaban los jóvenes de Los Lagos, Heavyarms y los jóvenes caminantes. Heero estaba en un extremo en las pieles asignadas como asientos observando la ceremonia y desviando su mirada de vez en cuando hacia la dirección donde Duo se sentaba. Al lado de Heero se sentaba Trowa junto a Quatre tomándose de la mano y dirigiéndose mirada tiernas, anhelando el día en que ellos serían los protagonistas de una boda parecida. A continuación se sentaba Duo con Hilde a su lado, también cogidos de la mano ante tan emotiva ceremonia. Y una fila más atrás junto con los demás invitados y estando detrás de Duo y Hilde se sentaba Wufei que en ningún momento separó la vista de Hilde, y a su lado Tiang-li. La ceremonia no fue muy larga, ambos ofrecieron sus votos el uno al otro y el Shaman bendijo la unión con el poder de los Dioses. Fue una boda precisa. Después de esta todos los invitados junto con los padres de los novios y los ya recién casados se dirigieron a la zona donde había preparado un gran banquete. Había todo tipo de comida y bebida en abundancia, los esposos de situaron en la cabecera de la mesa y los demás asistentes a lo largo de esta. La cena estuvo exquisita, todo comieron hasta no poder más, hubieron bromas, risas y conversaciones de todo tipo. Después todos se dirigieron hacia las hogueras del centro del poblando donde se realizaría el baile, con danza, y música que amenizase la fiesta. Todo el mundo bailaba, todo eran risas y bromas, hacía tiempo que no disfrutaban de una velada como esa. Trowa y Quatre bailaban abrazados disfrutando de la cercanía del uno del otro, Hilde bailaba con Duo o con cualquier otro joven que se lo pedía amablemente mientras Heero, Wufei y Tiang-li los observaban sin atreverse a participar en la fiesta. - Bailarías conmigo – dijo una muchacha un poco nerviosa por la invitación efectuada a ese hombre. - Yo... no sé que decir – se sorprendió al comprobar que era a él a quien esa muchacha bastante bonita le había propuesto bailar. - Venga hombre, que no muerde – le increpó su compañero de viajes – venga Tiang-li diviértete aunque sea una vez en tu vida. - De acuerdo pero de esto ni una palabra – le comentó a Wufei en tono amenazador. - Tranquilo tu honor estará a salvo, jajajaja – se burló al ver como se alejaba con la joven que apenas le llegaba a los hombros – será divertido ver como un hombre tan grande como Tiang-li intenta bailar como un adolescente, jajaja, eso será épico, jajaja. Y tú Heero, ¿ese es tu nombre?. - Hn. - No tienes a nadie a quien cortejar. - Hn. -Vaya no eres un hombre de muchas palabras. - Hn. - Pues deberías divertirte, nunca se sabes cuando volverás a poder hacerlo. ¿chico o chica? - A que te refieres. - Que si prefieres chico o chica para una relación. - Eso no es asunto tuyo - Bueno, bueno no hace falta que te pongas así, solo quería mantener una conversación. La verdad es que aquí hay bastante para elegir, aunque creo que ya te has fijado en alguien. - ¿A que te refieres? - He visto como miras a ese chico de la trenza, aunque no te lo podría recriminar, es precioso. - No sé que me hablas. - Si, si lo que tu digas, aunque para mi gusto prefiero a su hermana. - ¿A Hilde?. Aléjate de ella, si le haces algo te las verás conmigo, ¿entendiste?. - Tranquilo, no tengo intención de hacerle nada, si ella no quiere. - Ella no es de esas. - Jaja, ya he podido comprobarlo – dijo sobándose la mejilla donde Hilde le había abofeteado – es una chica con carácter. - Me imagino – dijo sonriendo al intuir lo que había pasado con la chica – creo que es de familia. - Puede que tengas razón, pero no por eso voy a desistir, cuando me interesa algo, hago lo que sea por conseguirlo. - Espero no tener que intervenir, no te gustaría tenernos como enemigos. - Jeje, seguramente que no – sonrió – pero no me doy por vencido. Haré que me acepte. - No te será fácil. - Lo sé pero hay que intentarlo. Por ahora me conformo con un baile – dijo poniéndose de pie para dirigirse hacia donde estaba la muchacha – ¡deséame suerte!. - Hn.
La música y danza seguía, durante todo la velada se fue sirviendo todo tipo de bebidas de destilación casera junto con todo tipo de aperitivos para que a quien le diese hambre pudiese comer durante la noche. El vino corría por todo lado cuyo efecto se dejaba apreciar en algunos más que a otros. Los más reservados se comenzaban a retirar a sus cabañas quedando los más jóvenes y atrevidos.
- ¡Venga Quatre!, jajaja, bebe un poco – dijo riéndose Duo ofreciéndole un vino dulzón que fue el éxito de la fiesta a Quatre mientras saltaba de alegría – ven baila conmigo un rato, no te has separado ni un momento de Trowa, ¿es que no quieres a tu hermanito ya?. - No digas tonterías Duo, jeje creo que has bebido demasiado. ¿Te encuentras bien? - Sí mejor que nunca, jeje. - Estas muy colorado – dijo acercándose y poniéndole una mano en su frente – ¡estás ardiendo¡. - Estoy perfectamente, solo tengo calor, es por bailar tanto, no te preocupes. - ¡Estas borracho! – se preocupó Quatre. - Pero que dices solo estoy contento anda ven a baila un rato conmigo. - Esta bien, pero no bebas más. - De acuerdo.
Un poco más retirados de ellos.
- Uff, estoy muerta – dijo cansada Hilde al joven que bailaba con ella. - ¿Quieres que te traiga algo para beber? - No gracias, te lo agradezco, pero ya he bebido demasiado – dijo sonriendo. - Perdona – se oyó una voz a su espalda – me permitirías bailar contigo princesa. - ¡ Wufei! Que haces aquí, pensaba que estarías cortejando alguna pobre chica ingenua. - Me ofendes, princesa, para mi solo hay una mujer en estos momentos. - ¿Qué insinúas? - Ya te lo dije princesa, me interesas y no desistiré hasta que me aceptes. - No estoy tan borracha aún. Pero por ser un día señalado te concederé tu deseo. - ¿Te casarás conmigo? - No tientes a tu suerte, Wufei-sama – ironizó – pero te dejare que bailes conmigo. - Algo es algo – dijo acercándose a ella – me permites – le dijo al chico con el que estaba bailando antes – esta princesa es ahora mía, así que te recomiendo que te buscas a otro. - No podrías ser más cortés Wufei. - Claro como tu desees, tus deseos son ordenes para mí – le dijo tomándola de la cintura para empezar a bailar.
En otra zona de la fiesta.
- Heero, bebiendo y mirándole de lejos no se va ha arreglar nada, al menos intenta divertirte un poco. - Olvídame Trowa. - Habla con él al menos, quedándote al margen ni a ti ni a él le haces bien. - Olvidas que está prometido. - ¡Venga ya!, sabes tan bien como yo que ese compromiso no vale nada para él. - Te gusta, solo tú puedes evitar que case. - ¿Qué te hace pensar eso?, lo único que hacemos es discutir y pelearnos. - ¿A quien intentas convencer? Porque a mi no. - ¡Ja!, creo que este vino me está afectado, creo que ya hemos hablado demasiado de mí, me voy a dar una vuelta, a ver si me refresco y se me pasa el efecto del vino, estoy mareado. - ¡Lo que necesitas es un buen baño de agua fría, a ver si así entras en razón! – gritó burlándose de su primo, mientras veía como se alejaba y se perdía entre la gente para luego dirigirse hacia las afueras del poblado.
Cerca de la hoguera. - Uff, estoy muerto – se quejo Duo – creo que estoy mareado, ese vino me dio fuerte. - Te lo avisé Duo, será mejor que te acompañe a refrescarte, necesitas quitarte todo es sudor y acabarás enfermo. - Q-chan, prométeme que serás feliz con Trowa – sollozó abrazando a su hermano. - Otra vez con lo mismo, ya te dije que si, no te pongas así, tienes que ser fuerte, verás que entre todos encontraremos una salida. - Lo dudo, no sé porque... los Dioses me han castigado... porque no puedo ser feliz – dijo comenzando a llorar. - Eh, Duo por favor no llores – intentó consolar apartándose del grupo de gente para tener más privacidad – los Dioses no te han castigado, solo es una prueba de la vida, debes de ser fuerte, no me gusta que hables así, tú más que nadie tienes derecho a ser feliz, estoy seguro que alguien muy cercano a ti te está esperando y te ayudará a superar esto, esa persona te hará el ser más feliz del mundo, estoy seguro. - ¿Alguien cercado a mí?, no creo que halla nadie que le interese – dijo permaneciendo abrazado - Abre bien los ojos y te darás cuenta, a veces las apariencias engañan. Ya sabes que del amor al odio y del odio al amor hay un paso. - No estarás insinuando que... – exclamó separándose de su hermano – que Heero y yo... - Yo no dije ningún nombre – sonrió – lo dijiste tú. - Yo... no lo creo, el no me soporta – dijo agachando la cabeza – solo soy una molestia para él. - No lo creo. - Qua... Quatre, me estoy mareando, voy a... - ¡Duo! – gritó preocupado al acercarse a él para verle como se doblaba para vomitar – tranquilo quédate aquí voy a buscar ayuda, voy a buscar a Trowa. - No tardes... me siento fatal.
Al cabo de unos minutos Quatre y Trowa se acercaban corriendo hacia donde estaba Duo sentado apoyado en una valla, encogido con los brazos rodeando sus piernas y la cabeza escondida entre ellas. - Duo te encuentras bien – dijo Trowa preocupado al ver el estado de Duo. - No... no muy bien, me siento un desgraciado – dijo alzando la cabeza para mostrar todo el rostro lleno de lágrimas y unos ojos rojos y hinchados por el alcohol y el llanto. - Por todos los Dioses Duo, no deberías haber bebido tanto si no sabes aguantar el vino. - No es por eso, snif... es por todo. - Tranquilo todo se arreglará. - ¡NO SE VA ARREGLAR MALDITA SEA¡ – gritó exaltado Duo – soy incapaz de evitar el enfrentamiento del Clan Peacecraf, me tengo que casar con un hombre al que temo y del que no estoy enamorado y que lo más seguro es que me viole y cuando de halla cansado de mi me de a otros o incluso me mate y para colmo ESTOY ENAMORADO DE UN HOMBRE SIN CORAZÓN Y SENTIMIENTOS QUE PIENSA QUE SOY UN ESTORBO Y UN INÚTIL. En serio creéis que se va arreglar mi situación – hablo cada vez más suave – yo creo que no. - Duo, yo... - No Quatre, no te sientas mal por mi culpa, no era mi intención estropearte la noche – dijo levantándose lentamente – será mejor que me de una vuelta y me dé el aire... - Duo – dijo Trowa acercándose a Duo para sujetarlo de los hombros – ven conmigo, cerca de aquí hay un pequeño lago, iremos a que te des un baño, el agua te sentará bien, estás bastante bebido y no sabes lo que dices. - No Trowa, no es necesario, puedo ir solo tú quédate con Q-chan, yo me las arreglaré solo. - No Duo, déjanos acompañarte, necesitas ese baño, por favor. - Como queráis, no estoy para discutir ahora, jeje.
Al llegar al lago todo estaba tranquilo solo se podía apreciar el sonido de algún animal del bosque, la luna se podía reflejar en las aguas tranquilas del lago. Duo parecía que se encontraba un poco mejor el paseo hasta el lago le había servido para despejar su cabeza. Duo se acercó a la orilla para comprobar la temperatura del agua para después comenzar a desvestirse para poder nada más a gusto.
- Quatre ayuda a tu hermano y vigila que no se ahogue yo iré a vigilar los alrededores así podrá bañarse con más intimidad. - De acuerdo Trowa y gracias te loa agradezco – dijo Quatre acercándose a Duo para ayudarlo a desatar su larga trenza. - Siento que te molestes tanto por mí – dijo tristemente Duo – porque no te vas con Trowa, yo puedo quedarme aquí un rato, no me ocurrirá nada – mientras se desnudaba por completo. - No te preocupes por eso, báñate tranquilo, yo te espere aquí - Pero estoy bien, ¡ups... ! – se quejó al tropezarse y caerse dentro del agua – jeje creo que aún estoy un poco mareado, jeje. - Lo ves, jeje, ten cuidado y no nades muy para adentro, no estas en condiciones. - Jeje, no pasa nada, uf esta agua esta muy fría, porque no te bañas conmigo un rato hasta que venga Trowa a buscarnos. - No gracias no me apetece, estoy bien así.
No muy lejos de allí Trowa recorría las orillas de lago entre el bosque, había preferido dar privacidad a los hermanos. Duo no lo estaba pasando muy bien y el estar en compañía de Quatre le ayudaba aunque fuera un poco. Llevaba un rato caminando cuando se detuvo al escuchar unos pasos que se dirigían hacia el lago. Fue a esconderse para poner sorprender a la persona que se escondía entre los árboles, en un principio no lo reconoció pero luego se sorprendió al verlo por allí y más al darse cuenta de la forma que iba caminando. Intentó contener la risa para no ser descubierto. Allí frente a él iba el hombre se hielo sujetándose de los árboles para no caerse ante el visible mareo que se advertía que tenía. - Mira que te he dicho veces que el alcohol no te sienta bien, jeje. – se burló Trowa al sorprender a su primo que al no esperarse encontrar a nadie por allí casi se cae al suelo al verse sorprendido. - Maldito baka, me has asustado – dijo enfadado – ¿qué haces aquí?. - Vaya, vaya ¿así qué te asuste?, estás bajando la guardia querido primo, eso no es propio de ti, creo que si te afectó mucho el vino de la fiesta. - Olvídame ¿quieres? No estoy de humor, además no deberías estar con tu prometido en la fiesta - ¿Estás de mal humor? No sé porque me sorprendo. Y si estoy con Quatre, solo he salido a vigilar los alrededores mientras Duo se refrescaba. - ¿Duo? - Si, jeje, creo que el vino que bebió le afecto igual que a ti, estaba mareado y pensamos que le sentaría bien un baño. - Ese baka sería capaz de ahogarse. - Es posible, pero Quatre le está vigilando, ahora que lo pienso. - ¿Hn?. - ¿Me harías un favor? - ¿Un favor? ¿qué tipo de favor? - Me gustaría dar un paseo a solas con Quatre. - ¿Y? - ¿Te podrías quedar vigilando que Duo no se ahogue? - Porque tendría que hacerlo yo. - ¿Prefieres que se lo pida a cualquier otro y pueda ver a Duo desnudo mientras se baña? - Hn. - ¿Eso es un sí? - Hn. - Como quieras se lo pediré a Wufei-san. - ¡Espera!, iré yo. - Bien no esperaba menos, ven acompáñame.
- ¡Quatre! – gritó para que se diera cuanta que se acercaba. - Si Trowa, estoy aquí. ¿Heero? Que haces aquí, ¿nos tenemos que marchar ya? - No, no que va, solo vine a buscarte para ir a dar un paseo. - ¿Un paseo? ¿Y Duo?, no podemos dejarlo solo. - Eso ya lo sé no te preocupes, por eso Heero me va hacer el favor de vigilarlo por nosotros, ¿verdad? - Hn. - Pero y si... - Tranquilo sé lo que hago – interrumpió a su prometido. - Esta bien, vamos. Heero, Duo esta junto a esas piedras vigílalo parece cansado pero a mi no me hace caso. - No te preocupes, Heero se encargará de él, ¿verdad?. - Hn. - ¿Lo ves? – se burló Trowa haciendo alusión a la repuesta de Heero. - Vámonos y tú Heero compórtate. – le dijo mientras lo veía como se sentaba en la orilla mirando hacia donde se suponía que estaba Duo nadando.
Pasaron varios minutos.
- ¿Quatre aún no ha venido... – se cayó al ver que no estaba Quatre y en su lugar estaba Heero. - Quatre no está se ha marchado con Trowa. - ¿No... está? – se puso nervioso al darse cuenta que estaba a poca distancia de él, desnudo y con el agua tapándole a duras penas su intimidad. - Se han ido a dar un paseo y me han pedido que vigile a un baka como tú para que no se ahogue en el agua mientras se baña – dijo sin quitarle la vista de encima. Su mirada le recorría por todo el cuerpo sin ningún pudor. - ¿Baka? ¿a quien llamas baka? – dijo enfurecido dando un paso hacia delante para acercarse a Duo pero al darse cuenta de su desnudez retrocedió sonrojado. - A quien sino a ti – dijo conteniendo una sonrisa. - Eres... eres... – intentó insultarlo pero ante el nerviosismo que sentía ante Heero se dio la media vuelta y volvió a sumergirse en las aguas. Pasaron varios minutos más y Duo empezaba a notarse cansado de tanto nada pero no se atrevía a salir estando Heero allí, nadó hacia las piedras salientes que estaban un poco alejadas de Heero para poder descansar pero antes de llegar, un fuerte dolor en su pierna derecho de imposibilitó a alcanzarlas provocándole que gimiera de dolor y que se hundiera en el agua. Le era imposible salir a flote, su pierna no le respondía y la otra no podía con su cuerpo cansado, por mucho que lo intentaba solo podía ver como el reflejo de la luna sobre el agua se alejaba cada vez más, cada vez de sentía más desesperado y el aire se le estaba acabando. Moriría ahogado y ni si quiera Heero se había dado cuenta de nada, por estar alejado de él. Su respiración se le estaba agotando, empezó a sentir que su cuerpo no reaccionaba y la conciencia se le perdía, ya no había salida, pero antes de caer desmayado pudo sentir como unos brazos lo sujetaban de la cintura y lo subían a la superficie. Por fin pudo salir a la superficie siendo apoyado sobre unas rocas aún cubierto por el agua mientras era sostenido por unos brazos, una gran bocanada de aire logró llegar a sus pulmones haciéndole tose repetidas veces expulsando toda el agua que había tragado. Su visión era borrosa por lo cual no pudo identificar a su salvador.
- ¿Ves como tenía que evitar que un baka como tú no se ahogase? - ¿Hee... Heero? – pudo identificar Duo a su salvador por su voz y por la regresión de su vista. - Claro que soy yo ¿a quien esperabas?. - Yo... cof, cof, gracias por... salvarme, cof, cof. - Si supieras lo que haces no tendrías que darme las gracias. - Yo... – intentó disculparse cuando se dio cuenta de su cercanía, ya que aún les sujetaba por la cintura y se ruborizó más al acordarse de su desnudez – pue... puedes soltarme ya estoy bien. - ¿Te a dado una rampa? ¿Puedes mover la pierna?. - Creo que... ¡auch! – se quejó agarrándose instintivamente al cuello de Heero – me duele. - Tranquilo yo te llevaré a la orilla – se ofreció Heero sujetándole más firme a su cuerpo. - ¿Puedes esperar un momento? – se sonrojó por la pregunta – es que... me duele la pierna cuando la muevo – le dijo mirándole a los ojos fijamente. - ¿Te duele aquí? – dijo presionando el muslo derecho de Duo provocando que se tensara Duo al sentir su mano sobre su pierna. - Eh.. Sí.. – dijo bajando su brazo del cuello de Heero para apartar la mano de su pierna ya que la sensación de las manos de Heero sobre su piel lo estaba volviendo loco – no es necesario que... - se cayó de repente al notar que al bajar su mano para apartar la mano de Heero había rozado la pierna de éste y había notado la desnudez de Heero. - ¿Ocurre algo? – preguntó extrañado por la reacción de Duo. - ¿Esta... estas? - Estoy ¿qué... ? - ¿¡Estas desnudo!? - Sí ¿y que? Es normal si quieres bañarte ¿no?. - Pero... tú.. y yo. - ¿Hn? – miraba divertido como Duo intentaba alejarse de él conteniendo las muecas de dolor por su pierna – Estate quieto o empeorarás tu situación o la mía. - Yo... – quiso quejarse pero prefirió quedarse quieto ya que cualquier movimiento que hacía provocaba un roce sobre el cuerpo de Heero. - Eso está mejor – sonrió Heero mirándole a los ojos sin soltarle. La distancia de los dos cuerpos era muy escasa cosa que hacía que involuntariamente alteraba a los dos - ¿sabes una cosa? - ¿Qué... que? – preguntó temeroso. - Cuando estás callado eres precioso – Dijo Heero sin percatarse de lo que estaba diciendo, el vino, la cercanía del cuerpo de Duo estaba consiguiendo que Heero liberase todos los sentimientos que guardaba dentro de él. - Hee... Heero, creo que no sabes lo que estas diciendo, el vino te afecto como a mí hace un rato. - No lo creo – dijo acercándose más al cuerpo de Duo – es tu olor el que me afecta – dijo apenas rozando los labios de Duo y enredando los dedos de su mano libre en los sedosos cabellos sueltos de Duo que se esparcían sobre la superficie del agua. - Heero, no... – pero no pudo continuar ya que los labios de Heero habían aprisionado los suyos. Al principio intentó rehusarse pero conforme el beso se iba haciendo más intenso, la necesidad y el deseo que sentía Duo por Heero acabó por hacerle ceder y corresponder con la misma pasión con la que era besado por Heero. Heero besaba con una pasión salvaje, le besaba mientras acariciaba todo su cuerpo, sin que se diera cuenta Heero fue llevado a Duo a la orilla para poder recostarse ambos en la arena. En ningún momento dejaron de besarse y de acariciarse mutuamente solo lo necesario para llenar sus pulmones de aire y volverse a besar. No se dijeron nada por miedo de romper ese momento, ambos deseaban mostrar lo que sentían en ese momento, para ellos el resto del mundo ya no importaba. Heero acariciaba el cuerpo expuesto para el sobre la orilla del lago, no podía creer que aquel cuerpo poseyera tal perfección, suave, delicado pero a la vez firme, sus labios viajaban de los labios de Duo a su oreja haciendo delirar a su ahora amante, poco a poco se fue deslizado por el cuello de este hasta su hombro a la vez que sus manos masajeaban su pecho y se concentraban con gran interés sobre sus pezones provocando numerosos gemidos de placer por parte de ambos. Por su parte Duo acariciaba la espalda firme de Heero aferrándose a él con los brazos y piernas incrementando el roce de los dos cuerpos húmedos. Heero siguió bajando por el cuerpo de Duo besando y mordiendo levemente el vientre y caderas de éste sin llegar al centro de la necesidad del trenzado.
- Aaahhhh! Heero, yo – la gran excitación de Duo le estaba haciendo perder el control. - No digas nada... aaaaahhhhh!, solo disfrútalo – hablaba jadeando por la excitación.
Las manos de Heero se dedicaron a acariciar los muslos y después de un rato las nalgas de Duo, al sentir sus manos calientes sobre su piel ardiendo una electricidad le recorrió todo el cuerpo separando las piernas para facilitar las caricias de Heero. Antes de centrarse en el miembro erecto de Duo volvió a subir para quedar a la altura de Duo para volver a besarle con deseo a la misma vez que su mano se ocupaba de la necesidad de Duo. Un fuerte gemido por parte de Duo escapó de su boca pero fue amortiguado por los labios de Heero que no de besarle, provocando una lucha intensa de sus lenguas. El movimiento de la mano de Heero fue lento y suave pero con el paso de los minutos se volvió cada vez más rápido e intenso, Duo no paraba de gemir y retorcerse de placer bajo Heero, si seguía así no tardaría en acabar por lo que bajo su mano hasta la mano que le estaba masturbando haciéndola para.
- No... no sigas... aaahhh! Si no... sino voy ha acabar... enseguida aaahhh.
Heero le miró sonriendo volviendo a besar a Duo para darle tiempo para que se recuperase un poco, las manos de Duo seguían acariciando la espalda, hombros y pecho de Heero, siendo recompensado por los gemidos de éste ante tal tratamiento y haciendo que sus erecciones se rozasen con mayor intensidad. - Aaahhh! no aguanto más, quiero poseerte Duo. - Mmmmm. si yo tampoco puedo más, yo... ¿puedo... aaaahhhh preguntarte... una cosa? - Este no es el mejor momento para preguntar Duo – dijo entre molesto y sorprendido. - Es que... aaaahhhh. - Esta bien... pregunta aaahhh. - ¿Es... mmmm. la primera vez que... ? – no se atrevió a acabar su pregunta. - ¿... que me acuesto con alguien? – finalizó por él. - Er... si – dijo más ruborizado. - Con una mujer no, con un hombre sí ¿Y tú? - Yo... yo si – dijo en un susurró apenas audible. - ¿Eres virgen? - Si, te sorprende. - La verdad esperaba que así fuera pero ahora dejemos de hablar hay cosas mejores que hacer – dijo deslizándose sobre el vientre de Duo haciendo un recorrido de besos y caricias hasta llegar a donde momentos antes su mano ocupaba aquella zona. Sin pensárselo más y sin previo avisó se introdujo el miembro erecto de Duo haciendo que se arqueara la espalda ante tan intensa caricia. Heero succionaba primero lentamente jugueteando con su lengua desde la base de su miembro hasta la punta, y a medida que oía los gemidos de Duo intensificaba la velocidad y la presión. Podía sentir vibrar el cuerpo de debajo de él ante sus caricias, deseaba proporcionarle el mayor placer posible, lentamente sin que Duo se diera cuenta Heero deslizo una de sus manos hacia su entrada no antes de mojar sus dedos con la saliva y la secreción del miembro de Duo. Lentamente fue adentrándose en Duo notando como éste se tensaba ante la intrusión, ante las muestras de molestia de Duo Heero detuvo su avance para darle tiempo a que se acostumbrara, una vez que notó como se relajó volvió a penetrarlo más profundamente simulando una penetración para acostumbrarlo a la invasión y para poderlo preparar para lo que vendría a continuación. Así estuvo varios minutos introduciendo hasta tres dedos dentro de él, Duo se estaba acostumbrando a la invasión y del dolor inicial paso a disfrutarlo con total intensidad.
- Aaaaaahhhhhhh!!!!!!! Heeeeerrrrrooooooo! Mmmmmmmm, no pareeeeeesssss!
Antes de llegar al clímax y que su cuerpo explotara por la intensidad de sensaciones que estaba sintiendo, con un gruñido por la frustración de tener que apartarse de la boca de Heero en el momento culminarte, Duo consiguió girar a Heero quedando él encima de su amante sentado sobre las caderas de éste.
- A... ahora... me toca a mí... torturarte – dijo con malicia y reflejando la lujuria en sus ojos. - No te... no te lo recomiendo... si me provocas... luego no te quejes, aaaaahhhh! – gimió al sentir los labios de Duo sobre sus pezones. - Vas a sufrir mmmm. por todo lo que me has hecho... suplicaras por que te dé alivio – sonrió.
Heero le miraba embelesado, Duo sentado sobre su cadera completamente desnudo, con el pelo suelto y mojado cayéndole por la espalda y parte del pecho haciendo que numerosas perlas de agua resbalasen por su cuerpo, con una sonrisa y mirada llena de deseo y lujuria y con la intención de hacerle suplicar por el placer que le iba a brindar en breve. Simplemente era un sueño y no quería despertar.
- ¿Sabes una cosa hombre de hielo? Tus tatuajes te sientan muy bien, te hacen ver irresistiblemente poderoso y fiero, pareces un chico malo, ¿y sabes que?, me vuelven loco los chicos malos, jeje. – le dijo mirándole fijamente acariciando su pecho y brazos con sus manos y acercándose al pecho de éste para delinear su tatuaje del pecho con su lengua. - Así que te gustan los chicos malos ¿eh?, todos en general o solo yo – ironizó conteniendo los gemidos que le provocaba esa caricia húmeda. - Solo tú – le contestó seriamente – aún no comprendo como me he podido enamorar de un hombre de hielo como tú. - ... – se sorprendió en un principio ante tal declaración pero consiguió que no se le notase - con que un hombre de hielo, eso me lo dirás después – declaró después de incorporarse para poder besar de nuevo a Duo.
Duo empujó a Heero para que se volviera a recostar sobre la arena y volver a posesionarse de sus pezones acariciando el firme pecho y abdomen. Lo cubrió de besos y mordiscos descendiendo lentamente por el vientre hasta llegar a su miembro dolorosamente erguido y sin aviso lo enterró dentro de su boca. Jugueteó con él acariciándolo con su lengua y saboreando el sabor entre dulce y amargo de su esencia, de igual manera que él anteriormente notó como se tensaba y se estremecía por el placer que le proporcionaba. Lo lamía con intensidad y deseo deteniéndose cuando notaba que Heero acabaría oyendo un gruñido en forma de protesta. Así durante unos minutos para él y una eternidad para Heero, Duo torturó su miembro erecto con succiones profundas e intensas a la vez que rápidas para después frenar o tan solo disminuir la velocidad de sus caricias bucales. Heero ya no controlaba su cuerpo si seguía con esa tortura acabaría tomando a Duo sin contemplación para poseerlo sin miramientos, su mente se le nublaba y dentro de él se estaba formando una bestia que no tardaría en salir. Al ver las muestras de frustración y de deseo contenido Duo entendió que estaba forzando mucho a Heero, jamás conseguiría que suplicase por alivio, sería capaz de cualquier cosa antes que suplicar, y debido a su propia necesidad, decidió concederle aquello que sabía que Heero deseaba. Lentamente se separó del miembro de Heero volviendo a escuchar un gruñido en protesta para acercarse a los labios de Heero para poderlo besar de nuevo y acercándose a su cuerpo para quedar tendido sobre él permaneciendo aún sentado sobre su cadera.
- Aaaahhhh! Duo... no tientes a tu suerte... aaahhh! como... como sigas así... no me hago... responsables de mis actos..., te lo advierto, aaaahhh!
- ¿Es un aviso o una amenaza? – se burló. - No... juegues conmigo Duo. - No juego Heero, para mí esto es muy serio – dijo seriamente, bajando su mano para atrapar el miembro de Heero y dirigirlo a su entrada – te deseo Heero de Heavyarms, te amo – dijo besando con pasión sin darle oportunidad de hablar y haciendo presión con su cuerpo para penetrarse el mismo lentamente pero sin parar en ningún momento hasta sentir que Heero estaba completamente dentro de él.
Un fuerte gemido se oyó por parte de los dos, Heero se quedó quieto para que Duo se pudiese acostumbrar a él, sentía que miles de sensaciones le recorrían por el cuerpo, sintió como caía al vacío para luego elevarse más allá de las nubes, un remolino de sensaciones que en ese momento no podía describir. El rostro de Duo reflejaba dolor y una solitaria lágrima resbaló por su rostro para caer sobre el rostro de Heero.
- ¿Estas bien? – preguntó Heero preocupado. - Si... si estoy bien... enseguida se me pasa. Cuando se acostumbró y el dolor desapareció Duo comenzó a moverse lentamente. Heero besaba a Duo para intentar hacer olvidar el dolor que pudiera sentir en esos momentos. Los movimientos de Duo se fueron acelerando, el dolor había desaparecido transformándose en placer, Heero sujetaba a Duo de la cadera para intensificar la penetración e evitar que se separase demasiado de su cuerpo. El placer volvió a envolverlos, mientras seguían el ritmo se acariciaban y se besaban con deseo, Heero se incorporó quedando sentado y obligando a que Duo lo abrazase con las piernas por la cintura logrando que las penetraciones fueran más profundas e intensas. Los gemidos de ambos se oían por todo el lago mezclándose con los sonidos de la noche. Heero tomó el control de la situación guiando el ritmo de las penetraciones sujetando fuertemente a Duo contra su cuerpo. La temperatura de sus cuerpos subía junto con las respiraciones y los latidos de sus corazones, el sudor también cubría sus cuerpos, el momento del clímax estaba ya muy cerca.
- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh! Heeeeerroooooo, me coorrrroooooooo! - Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh! Duuuuuuooooooooooooo! – gimieron los dos a la vez.
Habían llegado al clímax los dos a la vez y sin que Heero llegase a estimular el miembro de Duo que quedo aprisionado entre los dos cuerpos. Sin moverse ninguno de los dos permanecieron los dos en silencio, intentando recuperar el aliento, sin salir de dentro de Duo, Heero recostó a Duo sobre su pecho para quedar los dos tendidos en la orilla del lago y así poder descansar un poco. Al poco rato Duo quedó dormido sobre su pecho, lo observaba detenidamente, de pronto se percató de lo que había hecho, solo tenía que vigilarlo para que no se ahogase y en cambio había provocado que se acostase con él, acostarse con el no, lo que había ocurrido no era simplemente sexo, por primera vez en su vida había sentido que había hecho el amor, Duo era especial y lo amaba profundamente aunque hacía relativamente poco que se conocían, pero esto alteraba sus planes, tenía que seguir con lo planeado sino lo que había obtenido esta noche lo perdería para siempre. Dejó descansar un rato a Duo, después sin despertarlo lo vestiría y lo llevaría a la cabaña que nos habían asignado, así podrían descansar lo que quedase de noche. Mañana sería un día muy duro.
No muy lejos de allí pero a una cierta distancia donde la privacidad de una pareja no era molestada, dos jóvenes hablaba y se profesaba amor tranquilamente a la espera del amanecer.
- Ahora pensándolo mejor, ¿crees que he hecho bien dejando a Duo con Heero? - No te preocupes, Duo está bien. - Es que mi primo a veces es imposible no entiendo como puede ser tan frío. - Sé que Duo está bien, jeje, Heero cuida muy bien de él. - Cómo lo sabes – hizo una pausa – Aaaah! ya entiendo ¿tú don? - Aja, no hay que preocuparse por ellos, jejeje. - Supongo que tienes razón.
La fiesta ya había acabado, casi todo el mundo estaba ya descansando, solo algunos pocos se veían pasear por el poblado. Unos de los últimos que estaban aún despiertos en el poblado estaban cerca de un pequeño jardín sobre una pequeña loma debajo de un único y frondoso árbol una pareja también esperaba el amanecer.
- Ven acércate no voy hacerte nada, te lo prometo – dijo Wufei que se encontraba sentado apoyado en el tronco del árbol – puedes apoyarte en mi hombro, estarás más cómoda. - ¿Porque tendría que hacerlo? – dijo intentando parecer enfadada. - Porque me prometiste que si me comportaba como un caballero toda la noche me concederías un amanecer contigo. - ¿Y? - Que aún queda una hora para que amanezca, ¿vas a estar todo ese rato ahí de pie? - De acuerdo pero no intentes nada. - Te dije que me comportaría como un caballero y yo cumplo mis promesas, ven apóyate en mi. - ¿No deberías estar con Tiang-li?, es tu compañero de viajes. - Es mayorcito para cuidarse solo además creo que se marchó con aquella chica que le sacó a bailar y que estuvo con ella toda la noche. - Ah! Si, jajaja, se veía muy divertido, jajaja, intentaba no pisar a aquella chica mientras bailaban. - Si, jajaja, un tipo tan grande intentando bailar, parecía un pato. - No te rías así de él, hacía lo que podía. - ¡Pero si te has reído tú primero! - ¡No es verdad! - Si lo es, pero da igual, jeje, ¿tienes frío? - No estoy bien – dijo acercándole un poco más a Wufei - ¿ hacia donde os marchareis mañana? - Pues la verdad no sé, no tenemos una ruta fija, ¿por qué? - No por nada, mañana volveremos a nuestro poblado, ya que tenemos que seguir preparando el Festival del Sol y la boda de mi hermano. - ¿El Festival el Sol? ¿es ahora? ¿he oído hablar de ello, dicen que es precioso, me gustaría verlo? Pero creo que se necesita una invitación o pertenecer a un Clan poderoso. - ¡No que va!, puede ir quien quiera, ¿te gustaría venir? - La verdad es que si, siempre que he querido asistir a uno he estado demasiado alejado para poder asistir. - Pues este año no tienes excusa, ven con nosotros, seguro que a mi padre y al Jefe de mi Clan no le importa. - ¿Estas segura? ¿no les molestará que unos viajeros vayan? - Claro que no además fuiste tú y Tiang-li quien nos salvó la vida a mi hermano y a mí, ¿no?. - De acuerdo iremos pero con la condición que me expliques algo más de ti. - ¿De mí? ¿Que quieres saber? - Todo, todo sobre ti me interesa – dijo acercándola más a su pecho.
Así estuvieron hasta el amanecer, Hilde le contó más o menos sobre su vida, omitiendo nombres y parentescos que la pudieran delatar o reconocer quien era en realidad.
Continuará...
Este es otro de mis capítulos, espero que les haya gustado. Un saludo hasta pronto. Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia. Advertencias: Escenas: Cómicas, Angs., Lemon Yaoi., según capítulos. Época: La historia transcurre en la prehistoria, antes de cualquier época de civilización moderna.
chipitaeresmas.com Nota: Ruego disculpéis mi retraso, feliz año nuevo.
Cap. 9
Un nuevo día había comenzado, el sol lucía brillante y los habitantes del poblado Shina se levantaba algunos mejores que otros. En la cabaña de los invitados los primeros en levantarse fueron Quatre, Trowa y Heero, después de asearse se dirigieron hacia la cabaña-comedor para desayunar, tan pronto como se levantasen los demás y desayunasen partirían hacia en poblado de Los Lagos. Habían pasado una hora cuando el resto de los chicos de despertaron y fueron a desayunar, el desayuno fue en abundancia. Hilde con ayuda de Duo después de desayunar y sin haber visto a los demás fueron a buscar los vestidos para la ceremonia de dentro de dos días mientras los demás preparaban los tigris para el viaje. - Quatre, Trowa – los llamó Hilde tras regresar de la cabaña del jefe Mioyan – tengo que contaros una cosa. - Dime Hilde – contestó Trowa. - Verás... – dijo un poco temerosa por la reacción del chico al saber lo que les tenía que decir – yo anoche... - ¿Si? – dijo curioso Quatre al ver tan nerviosa a su hermana. - Yo... anoche estuve hablando con Wufei-san. - ¿Y? – preguntó Trowa. - Estuvimos hablando de mi y de él y... bueno... yo le invité a venir a ver el Festival del Sol. - ¿Queee? – grito sorprendido Quatre - ¿sabes lo que acabas de hacer. - Es que... yo no creo que sea un salvaje del Norte Quatre, conmigo se ha comportado muy correctamente, no es un bárbaro como esos que dicen. - Hilde – interrumpió Trowa – no quiero que te enfades pero creo que no estas siendo objetiva. - ¿Objetiva? - Si, a ti te gusta Wufei y no quieres hacerte a la idea que pudiese ser nuestro enemigo. - No... no es eso Trowa, yo. - No pasa nada, lo hecho hecho está, mirándolo de otra manera así lo podremos controlar más. - Pero esos será muy arriesgado – comentó Quatre. - Si, pero es la única solución por ahora, el negarle la invitación de Hilde levantaría más sospechas. - Lo siento – dijo apenada Hilde – pero no creí que fuera peligroso, el se ha comportado muy bien conmigo. - Puede que esté fingiendo, no has pensado eso Hilde – le dijo Trowa. - No creo se ve que es sincero, no me mentiría. - Pero no lo conoces – le recriminó Quatre. - se que casi no lo conozco pero se que no me haría daño
Cap. 8
Hacia 5 minutos que Heero y los demás habían llegado al poblado Shina, el jefe del poblado ofreció su ayuda a los muchachos ofreciéndoles alojamiento, alimentos y bebidas para todos. Se atendieron las heridas de Quatre, Hilde y Hiroshi que por suerte pudieron llegar a tiempo antes de que muriese debido a sus heridas y a la perdida de sangre. Una vez curados y Hiroshi fuera de peligro se dirigieron una de las cabañas para que descansarán mientras Duo, Trowa, Heero junto con el jefe Mioyan se dirigían a la cabaña principal para poder hablar.
- Joven Duo gracias a los Dioses que os encontráis bien – dijo el jefe Mioyan, encargado del bienestar del poblado – hace varios días que no muy lejos de aquí han aparecido dos dinosaurios de las montañas y estábamos preocupados por un posible ataque de esas criaturas al poblado. No teníamos forma de avisar a tu padre el Jefe Nazca para que no vinieran por aquí por los trajes de la ceremonia del Festival, pero... - No te preocupes Mioyan, ya todo paso y estamos bien, sobretodo gracias a Wufei-san y Tiang- li-san que ya protegido a mis hermanos y han acabado con esas bestias. - ¿Esas bestias están muertas? – preguntó asombrado – varios de nuestros jóvenes guerreros han perdido la vida intentando matar a esas bestias y hasta hoy no lo han conseguido – dijo apesadumbrado – incluso hemos tenido que suspender todo tipo de celebración o fiesta incluso la boda de mi hijo que se tendría que haber realizado ayer, por miedo a que los ruidos de las fiestas pudiesen atraer a esos animales hacia el poblado. - ¿Porque no se nos aviso?, mi padre os habría ayudado, habrían matado a esos animales con la ayuda de nuestros guerreros. - Y ver como mueren más jóvenes guerreros, no podía hacer esos, seguramente esto es castigo de los Dioses, nos castigan por haber hecho algo indebido por eso nos han mandado a esas bestias, como escarmiento. - No diga estupideces, viejo supersticioso – intervino Heero que estaba oyendo la conversación dentro de la cabaña del jefe. - ¡Heero¡ por favor – le recriminó Trowa. - Ni Heero ni nada, si son unos cobardes y no pudieron acabar con esos reptiles no es culpa de ningún Dios es solo culpa de ellos. - Heero por favor – le dijo Duo preocupado por el comentario – este poblado no es un poblado guerrero, se dedican al conreo y al ganado, a pesar que haya algunos hombres armados no son guerreros, no les puedes pedir que actúen como lo harías tú o tu gente. ¿ Creo que les debes una disculpa, no crees? - ¿Una disculpa?, no lo creo. Como jefe de su poblado está en la obligación de proteger y velar por la seguridad de su gente. Si no lo hace o sabe hacerlo no debería seguir siendo el jefe de este poblado – dijo levantándose con intención de marcharse. - ¡Heero! – exclamaron Trowa y Duo al oír esa acusación. - No por favor no increpen a su amigo – dijo el jefe Mioyan - bajo su punto de vista es lógico que piense así, él es un guerrero, un guerrero Heavyarms por lo que veo, pero solo una cosa joven antes de que se marche, supongamos que Ud. y solo Ud. está bajo el cuidado de varios niños, entre ellos un bebe de varios meses, los tiene que proteger, proporcionarles bebida y alimento ya que sus padres no están en ese momento, ¿podría hacerlo?. - Claro que si, menuda tontería, ¿a qué viene esa pregunta?. - Y si al bebe que esta a tu cuidado se pusiese a llorar sin para o se pondría malo, ¿sabrías que hacer? - Yo... - ¿Sabrías saber lo que le pasa?, si tiene hambre, frío, le duele la algo. - Yo...
Tanto Trowa como Duo miraban sorprendidos como Heero intentaba salir de la situación, jamás pensaron que un hombre como Heero estaría en una situación como aquella, por primera vez Heero estaba desarmado y no sabía como actuar ni que decir.
- ¿Serías capaz de asistir al parto de un carnero, sin hacer daño a la madre como a cachorro? ¿Serías capaz de dar consejo a una madre preocupada por su hijo o a un joven por su prometida? - Yo... yo... eso son cosas de mujeres. - Te equivocas joven, con esto no estoy intentando ridiculizarte, si es lo que piensas, con todo esto quiero que veas, que aunque no estés preparado para hacer según que tipo de cosas no significa que no seas apto para otras cosas. Puede que tengas razón referente a que sea un cobarde al no querer enfrentar a gente de mi poblado que seguramente morirían sin haber conseguido matar a esos animales, pero una cosa quiero que sepas, si con mi vida pudiese hacer desaparecer a esas bestias, ten por seguro que la daría si con ello nadie más de mi poblado saliese herido. Cada uno tiene su cometido en la vida joven, el tuyo lo más seguro es proteger a los tuyos con tu fuerza y con tu valor guerrero, el mío es dar consejo y velar por mi gente sin derramar sangre innecesaria. Cada persona tiene su cometido en esta vida, solo es cuestión de saber cual es el de uno propio y hacerlo todo lo mejor que se pueda. - Yo... lamento lo que he dicho antes, lo siento –dijo en un susurro antes de salir de la cabaña. - Lamento lo que ha dicho mi primo jefe Mioyan. - No te preocupes muchacho, es joven y temperamental, es normal. - Espero que no le haya ofendido, Heero es solo un poco cabezota – intentó defender Duo a Heero. - No te preocupes joven Duo, no me ha ofendido, ese muchacho se ve de buen corazón. Cambiando de tema joven Duo, antes me he fijado que traías contigo a un suzako. - Si así es, ¿ocurre algo?. - No tranquilo, es porque me gustaría que os quedarais en nuestro poblado al menos esta noche y para que tu padre no se preocupara podrías mandarle un mensaje con tu ave suzako. - Ah! Eso sería genial no crees Trowa – dijo Duo mirando como Trowa asentía con la cabeza – y de paso, si no es mucho atrevimiento proponerlo, podríamos ver como celebra la boda de vuestro hijo, me han dicho que vuestras fiestas son de las más divertidas de esta zona, sería maravilloso, jejeje. - La boda de mi hijo, no sé si será posible – dijo dudando el jefe Mioyan. - Pues sería una ocasión perfecta, el problema de esos animales ya no existe y según nos contó la boda se tubo que suspender ayer por lo que seguro que los preparativos estarán listos. - Si eso es verdad además mi hijo y su prometida están ansiosos por casarse, jeje. - Pues no se hable más, jejejeje. ¡Esta noche boda!, me hago voluntario para ayudar en lo que haga falta, hace mucho tiempo que no voy a una fiesta de esta manera todos nos relajaremos y nos divertiremos, jejeje, será genial. - Creo que tienes razón joven Duo, mi gente a estado muy preocupada y triste durante estos días, creo que una fiesta nos vendría bien a todos. Mandaré que lo tengan todo preparado para esta noche, iré hablar con mi hijo, seguro que estará de acuerdo. - Perfecto yo ayudaré en todo lo que pueda. - Bien será mejor que nos pongamos en marcha, habrá que hablar con las mujeres para preparar la cena y con el Shaman para que prepare la ceremonia. Acompáñame Duo. - De acuerdo. Ah! Por cierto Trowa puedes ir a ver como esta Quatre y Hilde yo iré más tarde, me harías ese favor. - No tienes ni que pedirlo, de todas maneras ahora iba para allí, no te preocupes yo me encargo de ellos, seguro que se alegraran al saber que esta noche hay una fiesta, también les conviene que se distraigan un poco sobretodo después del susto que se han dado. Yo voy para allá si necesitas algo dímelo, ¿de acuerdo?. - De acuerdo, nos vemos luego.
Mientras se preparaba los preparativos de la boda del hijo del jefe Mioyan, en una de las cabañas descansaban Wufei y Tiang-li y cerca de allí Quatre y Hilde intentaban descansar después del susto que se habían llevado.
- Chang- sama, ¿quien cree que pueden ser esos jóvenes que nos hemos encontrado en el bosque?. - No estoy seguro Tiang-li y llámame Wufei no quiero que nadie nos descubra mi apellido puede ser reconocido por alguien. - Si señor, esto... quiero decir Wufei. Sospechas de alguien ¿pertenecerán al Clan de los Lagos?. - Que son del Clan de Los Lagos no hay duda al menos los dos chicos y la chica los otro son del Clan Heavyarms sus tatuajes les delatan además estoy convencido que se tratan de personas importantes dentro del Clan de Los Lagos ya que tanto el chico llamado Quatre y la chica Hilde iban escoltados y otra cosa que me hace pensar que son importantes es que el hecho que un grupo de guerreros Heavyarms junto con el otro hermano ese tal Duo fuese en su ayuda con tanta rapidez, estaban más interesados en saber como se encontraban que es averiguar quienes éramos, todo eso me hace sospecharlo. - Tienes razón Wufei, todo se creyeron que éramos nómadas, jajaja, son unos ilusos. - No todos Tiang-li, estoy convencido que esos dos Heavyarms no se lo tragaron del todo, debemos de ser precavidos y tenemos que tener cuidado con lo que decimos, sobretodo si algunos de ellos está presente. - Puede que tengas razón por cierto, me di cuenta que te gustó bastante esa muchacha es bastante bonita, te la llevarás con nosotros cuando nos marchemos, no falta mucho para que la acción comience y aún no te has decidido por nadie, estaba seguro que buscarías a alguien para llevártela a nuestro poblado. - Je, pues si me gusta bastante pero no sé si me la llevaré se ve muy unida a sus hermanos cuando se entere de la verdad no sé que haría. - Vaya, vaya nuestro señor se preocupa por una joven muchacha, jajaja, eso es nuevo. - No seas baka, no lo digo por eso cabeza hueca, lo digo porque cuando se entere de todo me odiará y será capaz de matarse antes que aceptarme y no estoy dispuesto a perder mi tiempo conquistándola para que me dure solo unas semanas. - No estas siendo muy negativo Wufei, seguro que habrá alguna solución, una vez que la conquistes dudo que quiera separase de tu lado, según tus antiguas amantes muchos matarían a sus propias madres con tal de poder estar contigo. - Exageras amigo, pero gracias, eso ya lo veremos, primero a lo que vamos, tenemos que sacarles la mayor información posible a esos chicos, de donde son, quienes son y si son quienes creo que son, tenemos que provocar que nos inviten a ir a su Clan, una vez dentro todo será mucho más fácil. - Sobre la información no creo que sea muy difícil conseguirla lo difícil será quitarnos de encima a esos Heavyarms. - No creo que sea tan difícil, solo hay que tenerlos entretenidos con algo y creo saber como solo tengo que comprobar unas cosas y todo quedará arreglado. Tú encárgate de...
Mientras en la otra cabaña Hilde y Quatre hablaban de cosas sin importancia, Quatre intentaba calmar a su hermana todo aquello había superado por completo a Hilde, se sentía asustada y confundida pero gracias a la charla con su hermano se fue tranquilizando. Estuvieron hablando del Festival, la reciente boda de Quatre con Trowa, del compromiso de Duo, etc. - Quatre crees que podremos hacer algo para evitar que Millardo se case con Duo. - No lo sé Hilde, llevo dándole vueltas mucho tiempo y no consigo sacar nada en claro, creo que el único que podría impedir esa boda es Heero. - ¿Heero?, porque dices eso. - No sé si te has dado cuenta pero aunque lo ha intentando ocultar muy bien, estoy seguro que Heero siente algo por Duo. - ¿Por Duo?, no sé no se le nota, siempre están discutiendo y es bastante distante, no parece tratar muy bien a Duo. - Eso lo hace para disimular, Heero es el típico chico duro que no muestra nunca sus sentimientos, teme parecer débil, pero si te fijas bien podrás notar que siempre está pendiente de él, tan solo tienes que fijarte en como lo mira, además a mi no me puede engañas, puedo sentir como se siente cuando está cerca de Duo, lo malo es que no quiere aceptarlo no se si es por el hecho que Duo es un hombre o porque piensa que es una debilidad amar a alguien, pero estoy seguro que lo quiere aunque está muy confundido. - Pues deberán aclarase cuanto antes, tiene que evitar que Duo se case, podríamos hablar con él. - Si hablamos con él puede que le confundamos más, tiene que darse cuenta por si mismo. - Espero que así lo haga, creo que Duo se merece a alguien mejor pero prefiero a Heero que a ese Millardo. - Heero no es tal malo como parece – intervino Trowa que llegaba en ese momento interrumpiendo la charla de los dos hermanos – no es por que sea mi primo pero estoy seguro que Heero haría muy feliz a Duo. - ¡Trowa! – se sorprendió Quatre. - Yo no quería insultar a tu primo Trowa yo... - Tranquila Hilde se como te sientes, a veces yo también mataría a mi primo, es un cabezota de primer grado pero en el fondo y bajo esa mascara de guerrero perfecto al un joven que está deseando amar a alguien y ser amado de eso estoy seguro. - Trowa ¿Dónde está Duo? ¿Y Heero?. - Duo está ayudando a preparar la boda del hijo del jefe Mioyan y Heero no lo sé, habrá ido a dar una vuelta, es que tubo una pequeña conversación poco agradable para él con el jefe Mioyan. - ¿La boda del hijo del jefe Mioyan? ¿Cuándo? – preguntaron los hermanos. - Si, jeje, Duo convenció al jefe Mioyan para que se realizase esta noche. - ¿Esta noche? – pregunto Quatre. - Si le pareció que una fiesta nos distraería a todos. - Ese Duo es único – rió Hilde. - Por cierto, ¿cómo estáis? – dijo Trowa acercándose a Quatre para quedar sentado junto a él y a su hermana que descansaba en las pieles mullidas de la zona de descanso. - Bien – comentó Hilde – el susto inicial ya paso. - ¿Y tú Quatre? ¿Os duelen las heridas? - No estamos bien, solo un leve dolor de cabeza pero yo estoy bien y Hilde creo que también. - Si estoy bien, gracias a los Dioses no me ocurrió nada. - Mejor dicho, gracias a Wufei-san y a Tiang-li – dijo sonriendo Quatre. - Esto... sí.. creo que si – dijo nerviosa y sonrojada Hilde – si no fuera por él... yo estaría... - No te preocupes por eso ahora Hilde – habló Trowa – todos le agradecemos lo que han hecho por vosotros, pero... - ¿Ocurre algo Trowa? – dijo preocupado Quatre. - No estoy seguro del todo pero debemos ser precavidos. Hemos sabido que hombres del Clan del Norte incluso el propio Jefe de ese Clan está por estos parajes, y me hace muy sospechoso que unos nómadas estén por esta zona sabiendo que en breve se realizarán los Festivales del Sol. Además no tienen mucha pinta de nómadas, parecen más unos guerrero que unos viajantes. - ¿Estas diciendo que Wufei-san y Tiang-li podrían ser del Clan de Norte y que están aquí para atacarnos? – dijo sorprendida Hilde. - No estoy seguro del todo pero no podemos negar esa posibilidad, por eso os pido que tengáis cuidado con ellos, aún no tengo pruebas que demuestren lo contrario, es solo que se me hace sospechoso. - No creo que sean del Clan del Norte – defendió Hilde – ni fueran ellos no nos hubieran ayudado, hubiesen dejado que esos animales nos matasen, así tendrían un problema menos. - No los estoy acusando Hilde es solo que no estoy seguro de que estén diciendo la verdad además lo que en teoría los hombres del Clan del Norte están buscando por aquí es a alguien de su agrado, para podérselo llevar a su poblado, antes de que empiece la lucha. Y la verdad tanto tu hermano como tú podrían superar las expectativas de búsqueda de esos dos si fueran ellos. - Sus... expectativas... yo no sé – dijo ruborizada Hilde. - Solo os pido que tengáis cuidado solo eso, estando nosotros aquí no creo que intenten nada, y como he dicho no estoy seguro si son o no son ellos. - Entonces – comentó Quatre – ¿será mejor alejarnos de ellos?. - No eso podría levantar sospechas si fueran ellos en realidad, por ahora será mejor actuar como si nada pero no digáis que sois los hijos del Jefe Nazca, es mejor que sea secreto. - De acuerdo así lo haremos, pero me preocupa una cosa. - ¿Qué cosa Quatre? - Durante el tiempo que pasamos con ellos en el bosque y camino hacia aquí, pude notar como Wufei-san tiene un gran interés en Hilde. -¡¿Queeeeee?! – exclamó sorprendida Hilde. - Si pude sentirlo aunque no fue un sentimiento negativo sino todo lo contrario, pude percibir que incluso el propio Wufei-san se sorprendía por lo que Hilde le hacía sentir. - Yo... pero si yo no hice nada... - Eso podría ser una ventaja – dijo Trowa – podrías acercarte a él y de manera disimulada sacarle información. - Yo... yo sabría hacer eso... no podría... además yo... - El problema Trowa es que a Hilde tampoco le es indiferente, jejeje. - ¡Quatre! - Es verdad Hilde no puedes negarlo no a mí. No debes avergonzarte Wufei- san es muy atractivo es normal que tú... - ¿Atractivo? – interrumpió molesto Trowa y mirando a su prometido con una mirada dura por el comentario de Quatre. - Esto yo... solo quería decir que es normal que ha Hilde le guste Wufei es... - ¿Normal? ¿Wufei? Desde cuando hay tanta familiaridad entre vosotros. - Yo... no... no hay familiaridad... yo quería decir Wufei-san es que me he puesto nervioso, solo me refería que a Hilde le podía gustar, solo eso yo no... - Trowa, no pongas más nervioso a Quatre, jajaja, que no ves que solo dice tonterías. Quatre solo tiene ojo para ti, jajaja, no tienes que ponerte celoso porque Quatre haya dicho eso de Wufei, jajaja. - Yo no estoy celoso. - Es verdad yo solo tengo ojos para ti – dijo Quatre ruborizado bajando la cabeza – a mi solo me interesas tú – comento en un susurro apenas audible. - ¿Es verdad eso Quatre? - Cla... claro que sí, yo. - Bueno será mejor que vaya a dar una vuelta así podrán estar un rato solos. - No... no es necesario Hilde – exclamó Quatre – quédate Trowa y yo podremos estar a solas luego. - No importa Quatre, me apetece dar un paseo, de verdad. - No deberías ir sola – comentó Trowa. - No pasará nada, si veo que puedo estar en peligro vendré enseguida, solo será un paseo, además el poblado está lleno de gente, así que no os preocupéis, ¿vale?. - De acuerdo pero ve con cuidado. - Tranquilo Q-chan y a ver que hacéis que os quedáis solos, ¿eh?. - Nosotros nada, que cosas dices Hilde – dijo abochornado Quatre. - Jajaja, si, si lo que tú digas, hasta luego tortolitos – se rió Hilde saliendo de la cabaña. - Hasta luego – dijo la pareja. - Por fin un rato a solas – le susurró Trowa al oído a Quatre acercándose para abrazarlo y recostarlo sobre las pieles de la cama. - Eerrr. Si, claro – intentó hablar nervioso por la cercanía de su prometido – Trowa en serio no quiero que piense que podría fijarme en otro, solo te quiero a ti – dijo levantado los brazos para rodear el cuello de Trowa y quedar más cerca de él. - Lo siento Quatre, no debí ponerme así, es solo que te quiero solamente para mí, solo quiero que tengas ojos para mí – dijo rozándoles sus labios con los suyos en una caricia suave. - Vaya Trowa, me sorprendes, no sabía que fueras tan posesivo y celoso – sonrió Quatre. - Yo tampoco – declaró Trowa atrapando por fin los labios de Quatre en un beso apasionado.
Los brazos de Quatre estaban sujetos al cuello de Trowa jugando con sus dedos en el cabello lacio y a la vez rebelde de Trowa. Este a su vez acariciaba la espalda y pecho de Quatre al mismo tiempo que devoraba con ansias los labios de su prometido. La respiración y los latidos de sus corazones se iban acelerando por momentos, la temperatura de sus cuerpos se elevaba de manera sorprendente, pronto las simples caricias se volvían más exigentes sin llegar a ser indebidas, por el momento. Los labios de Trowa abandonaron los de Quatre para deslizarse por el cuello hacia su clavícula dando pequeños mordiscos y succionando levemente mientras sus manos acariciaban el pecho suave dando mejor trato a la zona sensible de sus pezones, arrancándole gemidos de placer a su prometido. Quatre jugaba con los mechones de pelo que le acariciaban el pecho por donde pasaba Trowa, sentía la lengua caliente en su pezón derecho para luego sentirlo en el izquierdo. Sentía una fuerte oleada de calor que le recorría todo el cuerpo junto con en cosquilleo en el estómago. Poco a poco el control de su cuerpo se iba diluyendo en ese mar de placer que por primera vez Trowa le esta mostrando y pensaba que no lo podría resistir. Trowa se volvió a posicionar de nuevo sobre Quatre par volver a probar los dulces labios de Quatre, su cuerpo reaccionaba de manera asombrosa ante las caricias de Quatre necesitaba sentirlo, hacerlo suyo, la atracción que sentía por Quatre se hacía cada vez más insoportable. Los besos se volvían desesperantes, se devoraban el uno al otro en una continua lucha de sus lenguas por querer explorar la boca del otro. Tanto Quatre como Trowa estaba perdiendo el control de la situación, ahora eran sus cuerpos los que actuaban, los que reaccionaban bajos los contactos y caricias, bajo las sensaciones y los placeres que se brindaban el uno al otro. Las manos de Trowa bajaron hasta las caderas de Quatre y allí hasta las firmas y suaves nalgas de Quatre por encima de la vestimenta que llevaba, se las apretaba y las masajeaba haciendo que la escasa distancia que separaba sus cuerpos fuese nula. Quatre al sentir el trato que recibía su trasero de manera instintiva se acerco más a Trowa rozando y frotando sus partes más sensibles y endurecidas en esos momentos logrando que ambos gimiesen ante esa nueva caricia. Trowa al no notar ningún tipo de rechazo por parte de su rubio decidió continuar llevando sus caricias a un nivel más íntimo. Sin desatar la piel que cubría la cintura de Quatre, resbaló su mano por el interior de esta hasta poder tocar la piel suave y caliente de las nalgas de su chico. A Quatre las manos de Trowa le estaban quemando la piel, jamás había sentido nada parecido, a pesar de ser la primera vez de su vida en estar en una situación tan íntima con alguien no se sentía nervioso. Quizás un poco pero al saber que era con Trowa estaba seguro que el no lo lastimaría, sabía que sería muy gentil con él. No estaba en el sitio que esperaba para su primera vez pero no le importaba demasiado, lo principal era que sería con la persona que más ama del mundo con Trowa. La respiración de ambos era entrecortada y el pensar cada vez era más difícil pero en un momento de lucidez Trowa se dio cuanta de lo que estaba a punto de hacer. - Quatre..., no sabes como te deseo pero... estas seguro que quieres continuar con esto... yo puedo esperar – habló entrecortadamente debido a la excitación que sentía en esos momentos. - Yo... yo también te deseo... te quiero mucho... y haré... haré lo que tú quieras. - No Quatre... lo que yo quiera no – dijo besando de nuevo su boca – lo que tú quieras. - Yo quiero... de verdad..., estoy un poco nervioso solo es eso. - En serio que solo es eso, puedes confiar en mi Quatre te respeto mucho y si quieres puedo esperar, no pasa nada. - No pasa nada es solo que... – dijo ruborizándose más si era posible. - Dímelo no te avergüences, confía en mi, yo te quiero, te amo. - Es una tontería, no tiene importancia. - Si es una tontería, cuéntamelo, por favor. - Es... esta bien pero no te rías por favor. - No me reiré, te lo prometo. - Es que yo... bueno la verdad es que para... mi primera vez... me había imaginado... que sería en un sitio especial, un lugar hermoso, ya que la primera vez nunca se olvida, pero eso da igual lo importante es que estoy aquí contigo, lo demás da igual..., es una tontería ya te lo había dicho. - ¿Para ti es importante? – le dijo dulcemente abrazando a Quatre haciendo que se apoyase en él. - Antes puede que si pero ahora ya no me importa, en serio Trowa. - Pues si fue importante alguna vez para ti para mí también lo es. - Pero es da igual ahora yo... - Ssssshhhh – hizo callar Trowa a Quatre poniendo un dedo sobre sus labios – déjame darte esa ilusión, puedo esperar te lo aseguro, te amo y por ti haría cualquier cosa. - Yo, no sé que decir, lamento haber estropeado este momento con tonterías. - No has estropeado nada y no son tonterías si es importante para ti para mí también además solo lo hemos pospuesto, ¿no?. - ¡Claro! – dijo rápidamente pero al darse cuenta de cómo había sonado se sonrojó avergonzado. - Bien me alegra saber que lo deseas tanto como yo, jajaja. - Esto... yo... - Tranquilo no es malo demostrar tu deseo por tu pareja es lo más normal del mundo ¿no crees?. - Supongo que sí. - Bien, por ahora será mejor que nos tranquilicemos un poco – dijo haciendo alusión a sus miembros erectos, no es conveniente asustar a los niños de este poblado ni escandalizar a nadie, jejeje. - Tienes razón, jajaja, sería muy vergonzoso que alguien nos viese a si. - Si es verdad, ven – dijo haciendo que Quatre se acomodase a su lado abrazándole – duerme un poco yo velaré tus sueños mi ángel. - Gracias – se acurrucó entre sus brazos descansando su cabeza en su hombro y acariciando el contorno de sus tatuajes del pecho en una suave caricia – jamás había tocado una piel tatuada, es muy suave. - ¿Habías visto alguna vez algún hombre tatuado? - Hace mucho tiempo vi a unos hombres, cuando era pequeño y pensaba que era pintura. - ¿Te desagrada que esté tatuado? No a todo el mundo le gusta. - No, no me desagrada, me gusta como te queda, te ves muy varonil te queda muy bien. - Vaya gracias. - ¿Duele mucho cuando te lo hacen? - Para serte sincero si, duele un poco pero es algo por lo que tenemos que pasar todos los guerreros de mi Clan. - ¿Están obligados a hacerlo? - No, no es obligatorio pero para nosotros es un honor, es una distinción de nuestro Clan, no es tan solo decoración por decirlo de alguna manera, también son protectores bajo nuestras creencias, con ellos los Dioses nos protegen. Incluso las mujeres de nuestro Clan para tener la protección de nuestros Dioses se tatúan, hay muchos tipos de tatuajes, según para que lo destines. - ¿Las mujeres también?, no he visto que tu madre ni la Heero los llevasen. - El que no los veas no significa que no los lleven, los de las mujeres nos muy pequeños a comparación con los de los guerreros y se los hacen en zonas que las pieles de su vestimenta tapan, como el vientre, caderas, pecho, etc... - Entonces, ¿cuándo nos casemos deberé tatuarme? - No es necesario si no quieres, para protegerte estaré yo – le dijo besándole tiernamente.
Así Quatre y Trowa siguieron hablando hasta que les comenzó la fiesta de la noche.
Mientras todo eso sucedía Hilde por su lado estuvo dando un paseo por el poblado viendo como los niños jugaban, las mujeres ultimaban los últimos preparativos para boda y algunos hombres preparaba las grandes hogueras que alumbrarían esa noche la ceremonia y les proporcionaría lumbre para la cena y para calentarse. Hilde se sentó a observar a unos niños que jugaban cerca del riachuelo, poco a poco la alegría de esos chiquillos la estaban contagiando, haciendo olvidar los problemas por los que pasaba su pueblo. - Puedo acompañarte un rato, pareces muy sola – una voz la sorprendió haciendo que se girase rápidamente para encontrarse con aquel joven apuesto de mirada penetrante. - Me has asustado Wufei-san. - Siento haberte asustado, pasaba por aquí y te he visto tan sola que he querido hacerte compañía si no te molesta y llámame solo Wufei. - No, no me molesta Wufei, salí a dar un paseo y así darles a mi hermano y a su prometido un poco de privacidad. - Vaya que considerada que eres, supongo que tu prometido debe de estar muy orgulloso de ti. - ¿Pro... prometido? No no tengo prometido. - En serio, es extraño, una chica tan guapa con tú y no tienes prometido, los hombres de tu Clan deben de estar ciegos. - Gra... gracias por el cumplido pero no creo que sea para tanto supongo que hasta ahora no he encontrado al hombre de mi vida. - Estoy seguro de eso, porque hasta ahora no nos habíamos conocido. - Insinúas que tú eres el hombre de mi vida – bromeo Hilde, poco a poco iba cogiendo más confianza con ese chico, se le hacía extraño que pudiese ser un bárbaro del Norte, parecía amable, inteligente y muy pero muy atractivo. - No lo insinúo lo afirmo – dijo sentándose al lado de la muchacha. - Vaya, vaya veo que te tienes en gran autoestima y estas seguro de ti mismo. - Pues si para que negarlo, soy irresistible, jeje. - Seguro que se lo dices a todas. - No, de eso estoy seguro, si quieres comprobar que soy tu hombre descríbemelo y yo te diré si coincido o no con tu descripción. - De acuerdo, será divertido. Haber por donde empiezo, ummmm la descripción física no te la diré porque sería muy fácil, pero haber ummmm. ¡Ya sé!. Mi hombre ideal es... Inteligente. - Conozco 10 dialectos diferentes, el sistema de escritura antiguo y moderno, me conozco los nombres de todas las montañas, montes, ríos y poblados del Norte, Sur, Este y Oeste del continente, tengo noción en medicina, música, caza y sobre estrategia bélica. Además... - Vale, vale, me abrumas, ya capté la idea, aunque podrías estar mintiendo y no habría forma de saberlo. - Pruébame y te demostraré que es verdad – le dijo mirándola intensamente a los ojos. - No... no será necesario, confiaré en tu palabra – dijo sonrojada sin evitar su mirada. - Me parece bien, ¿qué sigue?. - ¿Qué sigue...? A sí perdona. Mi hombre ideal es... Cariñoso. - Puedo llegar a ser un cachorro si me lo propongo, mi madre decía que era un niño muy dulce y con mis hermanas soy atento y bastante permisivo pero estricto cuando es necesario. - ¿Tú madre te lo decía? Es que ahora eres un niño malo – se burló. - No, es que mi madre hace diez años que murió. - Lo... lo siento no sabía que... - No te preocupes, es lógico que no lo supieras, nos acabamos de conocer, sigue que más. - Bueno creo que tolerante y estricto cuando se requiere ya lo has dicho tu con tu descripción de cariñoso, así que lo siguiente sería... Familiar, que creyera en la familia. - Bueno para serte sincero desde muy pequeño no he tenido una familia propiamente dicha, siempre se me apartó de mis hermanas y mi madre murió siendo yo muy joven... - ¿Y tu padre? - Mi padre... como te lo diría, era un gran hombre pero muy entregado a sus responsabilidades por decirlo de alguna manera, no tubo mucho tiempo para mí, solo lo junto para educarme y entrenarme, para ser lo que un día fue mi padre. - ¿A que se dedicaba tu padre? - Creo que nos estamos desviando del tema principal ¿no crees encanto?. - Lo siento no quería que te enfadaras. - Tranquila no me enfado es solo que no me gusta hablar de mi padre, no son precisamente buenos recuerdos pero en fin, como te iba diciendo, el día que cree yo una familia será lo principal para mí, le daré a los míos lo que a mi se me negó. Siguiente cualidad. - Errr... - cada vez que se describía le parecía más imposible que se tratase de quien Trowa tenía sospechas, por mucho que intentaba negárselo, Hilde se sentía cada vez más atraída por él -... Valiente. - No le temo a la muerte, sería capaz de enfrentarme a cien hombres armados solo – dijo serio. - Fiel. - Cuando estoy con alguien solo le pertenezco a esa persona. - Sincero. - Jamás miento y siempre digo lo que pienso, que por suerte o por desgracia muchas veces me ha causado más de un problema, jeje. - Fuerte. - ¿Fuerte?, bueno no está muy bien que yo lo diga pero haber como lo diría para que lo entendieras... - Prueba, seguro que se te ocurre algo. - ¡Ya sé! - exclamó acercándose a Hilde quedando pegados tomándole una de las manos y acercándosela al pecho por debajo del chaleco para que acariciase los músculos de su pecho y abdomen. - Cre... creo que es suficiente – dijo retirando su mano del pecho de Wufei, evidentemente sonrojada. Ese contacto había hecho que una descarga eléctrica le recorriese el cuerpo por completo – como te atreves, por quien me toda, yo no soy una de tus supuestas amiguitas que puedes encontrar por ahí – dijo enfadada poniéndose de pie. - Ey espera, no era mi intención insultarte, perdona, la verdad pensaba que no te molestaría, me gustas mucho y yo pensaba... - Pensabas que un par de frases bonitas y cuatro insinuaciones yo caería rendida a tus pies, ¿no?. - Pues la verdad es que si, para serte sincero, jamás ninguna mujer se ha negado a complacerme. - Ja, esto es el colmo, si no lo veo no lo creo, pero quien te piensas que eres, el mismo Dios Amoth, eres increíble, sabes una cosa don todopoderoso una de las cualidades que tendría el hombre ideal para mí y que ahora sé que no serías tu sabes cual es... HUMILDAD. - ¿Humildad? Yo soy humilde. - Ja no me hagas reír, tú humilde, venga ya, si para ti las mujeres solo te sirven como mero objeto para proporcionarte placer. Pues siento desilusionarte, machito, yo no soy de esas. - Ey, espera – le dijo agarrándola del brazo para evitar que se marchara – no entendiste lo que quería decirte. - Suéltame, no me toques – dijo poniendo sus manos sobre el pecho de Wufei para apartarse al notar como el moreno la cogía por la cintura en un agarre parecido a un abrazo – ¡suéltame ya! - Ey, ey, tranquila, no te voy hacer nada, solo déjame explicarme – dijo viéndola a la cara cuando notó que dejaba de moverse – lo que quise decir es que como tú has dicho hasta ahora solo he tratado con mujeres fáciles, solo comprobaba si me había equivocado contigo. - ¿Equivocarte conmigo? - Si, si eras una chica decente o otra... - ¿Facilona? - Si eso, me alegra saber que no me equivoque contigo. - ¿A no? - No tú eres diferente a todas las demás. Eres especial. - Vaya no sé con que tipo de mujeres tratabas anteriormente pero te advierto que como intentes volver hacer algo parecido, te las verás conmigo y ten por seguro que no soy tan permisiva como ahora. - De eso estoy seguro, guapa, lista y con carácter, como a mí me gustan. - Déjalo ya Wufei – dijo sonrojada – y suéltame, no te he dado permiso para que me abraces. - Lo siento princesa, es la tentación – dijo sonriendo – pero una última cosa. ¿Voy mal encaminado para convertirme en tu hombre ideal? - Jaja, eso no te lo voy a decir aunque no lo ruegues. - Y si... – con un movimiento rápido Wufei atrapo los labios de Hilde con los suyos en un beso tierno, suave y la vez cargado de sentimientos – te beso. - ¡Plafff! Como te atreves – exclamó al darle una bofetada Hilde al notarse liberada del agarre de Wufei. - Eso significa que soy tu hombre. - Baka – dijo Hilde al dándole la espalda para marcharse pero sin poder contener la sonrisa que se le formó en la cara. - ¡Nos vemos en la cena princesa! – gritó al ver como Hilde se alejaba de él sin girarse. - Lo que tú digas todopoderoso – ironizó intentando sonar indiferente. - Que así sea – sonrió Wufei, se sentía pletórico. Había descubierto que pese a la apariencia débil de un principio Hilde superaba todas las expectativas que se había imaginado de ella, era una mujer de carácter fuerte no esa débil y influenciable chica que le pareció al principio. - Quizás si es buena idea llevármela después de todo, sería una estupenda reina para mí – dijo sin contener su sonrisa mientras se dirigía de nuevo hacia la cabaña que le habían designado para espera hasta que llegase la cena.
En el poblado de Nazca estaban muy preocupados por la tardanza de los chicos, el grupo de Duo había salido hacía tres horas y aún no había señales de ellos. El Jefe Nazca se preparó para partir en busca de sus hijos cuando su esposa que entro en el establo se dirigió corriendo hacia él.
- Nazca, cariño. - Que ocurre Yuiren, se sabe algo de los chicos. - Si, acaba de llegar Shinigami y trae un mensaje de Duo, cariño. - ¿Dónde esta el mensaje? - Aquí toma, no lo he abierto todavía – le dijo entregándoselo. - Si, es de Duo y dice... – hizo una pausa mientras leía el contenido del mensaje – gracias a los Dioses están bien. - Si, ¿dónde están? ¿por qué no han regresado? - Están en el poblado Shina, el grupo de Quatre fue atacado por dos reptiles de las montañas... - Ay, por Amoth, ¿qué les ha ocurrido?. - ...están todos a salvo, excepto Miwa que ha fallecido... - Oh! Por Amoth, pobre hombre – dijo apesadumbrada Yuiren. - ...se quedarán en el poblado para descansar y mañana volverán para aquí. No te preocupes mujer están fuera de peligro, será mejor que avisemos a los demás, no será necesario partir para ir a buscarlos, de lo diré a Yuki y a Touya. - Si es mejor, también ellos estaban preocupados por sus hijos. - Bien volvamos a la cabaña, hay que preparar la cena para nuestros invitados.
En el poblado Shina Heero no paraba de dar vueltas por los alrededores, se sentía estúpido por haberse alterado de esa manera, de haber dicho todas esas tonterías al jefe Mioyan, pero últimamente no era el mismo, apenas no se reconocía, toda esta situación le estaba crispando los nervios y lo que más le inquietaba era que no sabía como actuar, tenía una idea aunque un tanto peligrosa, si salía como el pensaba evitaría la confrontación del Clan de Los Lagos contra el Clan Peacecraf, evitaría la boda de Duo y Millardo y podría reclamar como suyo a la persona de la que se había enamorado, ahora lo sabía. Pero si fracasaba lo perdería todo. Estaba decidido se arriesgaría, por primera vez en su vida lo haría por él, por su felicidad.
Había oscurecido y la ceremonia de la boda estaba apunto de empezar, en el centro del poblado todos los miembros del poblado y los invitados estaba presentes. Una gran hoguera ardía violenta ante los presentes delante de ella enfrente de los asistentes el Shaman del poblado iniciaba la ceremonia, allí delante de la Shaman la comitiva del novio representada por los padres de este y el alto consejero de Shina esperaba la comitiva de novia formada por esta, sus padres y un hermano de ella. Todos ellos engalanados con las mejores vestimentas. En cuanto apareció la novia acompañada por su padre y el resto de la comitiva detrás de ella los murmullos y halagos por parte de los asistentes no se hizo espera. Una vez que el padre de la novia entrego a su hija al futuro esposo uniendo sus manos con la cinta ceremonial bordado con finos filigranas se acercó a su consuegro para intercambiar regalos como ofrendas para enlazar a las dos familias y dar prosperidad al futuro matrimonio. Todos en el poblado estaban emocionados, muchas de las parejas allí presentes se podía apreciar la felicidad y la envidia (sana) por los futuros esposos. Cerca de las primeras finas en que se encontraban los invitados se hallaban los jóvenes de Los Lagos, Heavyarms y los jóvenes caminantes. Heero estaba en un extremo en las pieles asignadas como asientos observando la ceremonia y desviando su mirada de vez en cuando hacia la dirección donde Duo se sentaba. Al lado de Heero se sentaba Trowa junto a Quatre tomándose de la mano y dirigiéndose mirada tiernas, anhelando el día en que ellos serían los protagonistas de una boda parecida. A continuación se sentaba Duo con Hilde a su lado, también cogidos de la mano ante tan emotiva ceremonia. Y una fila más atrás junto con los demás invitados y estando detrás de Duo y Hilde se sentaba Wufei que en ningún momento separó la vista de Hilde, y a su lado Tiang-li. La ceremonia no fue muy larga, ambos ofrecieron sus votos el uno al otro y el Shaman bendijo la unión con el poder de los Dioses. Fue una boda precisa. Después de esta todos los invitados junto con los padres de los novios y los ya recién casados se dirigieron a la zona donde había preparado un gran banquete. Había todo tipo de comida y bebida en abundancia, los esposos de situaron en la cabecera de la mesa y los demás asistentes a lo largo de esta. La cena estuvo exquisita, todo comieron hasta no poder más, hubieron bromas, risas y conversaciones de todo tipo. Después todos se dirigieron hacia las hogueras del centro del poblando donde se realizaría el baile, con danza, y música que amenizase la fiesta. Todo el mundo bailaba, todo eran risas y bromas, hacía tiempo que no disfrutaban de una velada como esa. Trowa y Quatre bailaban abrazados disfrutando de la cercanía del uno del otro, Hilde bailaba con Duo o con cualquier otro joven que se lo pedía amablemente mientras Heero, Wufei y Tiang-li los observaban sin atreverse a participar en la fiesta. - Bailarías conmigo – dijo una muchacha un poco nerviosa por la invitación efectuada a ese hombre. - Yo... no sé que decir – se sorprendió al comprobar que era a él a quien esa muchacha bastante bonita le había propuesto bailar. - Venga hombre, que no muerde – le increpó su compañero de viajes – venga Tiang-li diviértete aunque sea una vez en tu vida. - De acuerdo pero de esto ni una palabra – le comentó a Wufei en tono amenazador. - Tranquilo tu honor estará a salvo, jajajaja – se burló al ver como se alejaba con la joven que apenas le llegaba a los hombros – será divertido ver como un hombre tan grande como Tiang-li intenta bailar como un adolescente, jajaja, eso será épico, jajaja. Y tú Heero, ¿ese es tu nombre?. - Hn. - No tienes a nadie a quien cortejar. - Hn. -Vaya no eres un hombre de muchas palabras. - Hn. - Pues deberías divertirte, nunca se sabes cuando volverás a poder hacerlo. ¿chico o chica? - A que te refieres. - Que si prefieres chico o chica para una relación. - Eso no es asunto tuyo - Bueno, bueno no hace falta que te pongas así, solo quería mantener una conversación. La verdad es que aquí hay bastante para elegir, aunque creo que ya te has fijado en alguien. - ¿A que te refieres? - He visto como miras a ese chico de la trenza, aunque no te lo podría recriminar, es precioso. - No sé que me hablas. - Si, si lo que tu digas, aunque para mi gusto prefiero a su hermana. - ¿A Hilde?. Aléjate de ella, si le haces algo te las verás conmigo, ¿entendiste?. - Tranquilo, no tengo intención de hacerle nada, si ella no quiere. - Ella no es de esas. - Jaja, ya he podido comprobarlo – dijo sobándose la mejilla donde Hilde le había abofeteado – es una chica con carácter. - Me imagino – dijo sonriendo al intuir lo que había pasado con la chica – creo que es de familia. - Puede que tengas razón, pero no por eso voy a desistir, cuando me interesa algo, hago lo que sea por conseguirlo. - Espero no tener que intervenir, no te gustaría tenernos como enemigos. - Jeje, seguramente que no – sonrió – pero no me doy por vencido. Haré que me acepte. - No te será fácil. - Lo sé pero hay que intentarlo. Por ahora me conformo con un baile – dijo poniéndose de pie para dirigirse hacia donde estaba la muchacha – ¡deséame suerte!. - Hn.
La música y danza seguía, durante todo la velada se fue sirviendo todo tipo de bebidas de destilación casera junto con todo tipo de aperitivos para que a quien le diese hambre pudiese comer durante la noche. El vino corría por todo lado cuyo efecto se dejaba apreciar en algunos más que a otros. Los más reservados se comenzaban a retirar a sus cabañas quedando los más jóvenes y atrevidos.
- ¡Venga Quatre!, jajaja, bebe un poco – dijo riéndose Duo ofreciéndole un vino dulzón que fue el éxito de la fiesta a Quatre mientras saltaba de alegría – ven baila conmigo un rato, no te has separado ni un momento de Trowa, ¿es que no quieres a tu hermanito ya?. - No digas tonterías Duo, jeje creo que has bebido demasiado. ¿Te encuentras bien? - Sí mejor que nunca, jeje. - Estas muy colorado – dijo acercándose y poniéndole una mano en su frente – ¡estás ardiendo¡. - Estoy perfectamente, solo tengo calor, es por bailar tanto, no te preocupes. - ¡Estas borracho! – se preocupó Quatre. - Pero que dices solo estoy contento anda ven a baila un rato conmigo. - Esta bien, pero no bebas más. - De acuerdo.
Un poco más retirados de ellos.
- Uff, estoy muerta – dijo cansada Hilde al joven que bailaba con ella. - ¿Quieres que te traiga algo para beber? - No gracias, te lo agradezco, pero ya he bebido demasiado – dijo sonriendo. - Perdona – se oyó una voz a su espalda – me permitirías bailar contigo princesa. - ¡ Wufei! Que haces aquí, pensaba que estarías cortejando alguna pobre chica ingenua. - Me ofendes, princesa, para mi solo hay una mujer en estos momentos. - ¿Qué insinúas? - Ya te lo dije princesa, me interesas y no desistiré hasta que me aceptes. - No estoy tan borracha aún. Pero por ser un día señalado te concederé tu deseo. - ¿Te casarás conmigo? - No tientes a tu suerte, Wufei-sama – ironizó – pero te dejare que bailes conmigo. - Algo es algo – dijo acercándose a ella – me permites – le dijo al chico con el que estaba bailando antes – esta princesa es ahora mía, así que te recomiendo que te buscas a otro. - No podrías ser más cortés Wufei. - Claro como tu desees, tus deseos son ordenes para mí – le dijo tomándola de la cintura para empezar a bailar.
En otra zona de la fiesta.
- Heero, bebiendo y mirándole de lejos no se va ha arreglar nada, al menos intenta divertirte un poco. - Olvídame Trowa. - Habla con él al menos, quedándote al margen ni a ti ni a él le haces bien. - Olvidas que está prometido. - ¡Venga ya!, sabes tan bien como yo que ese compromiso no vale nada para él. - Te gusta, solo tú puedes evitar que case. - ¿Qué te hace pensar eso?, lo único que hacemos es discutir y pelearnos. - ¿A quien intentas convencer? Porque a mi no. - ¡Ja!, creo que este vino me está afectado, creo que ya hemos hablado demasiado de mí, me voy a dar una vuelta, a ver si me refresco y se me pasa el efecto del vino, estoy mareado. - ¡Lo que necesitas es un buen baño de agua fría, a ver si así entras en razón! – gritó burlándose de su primo, mientras veía como se alejaba y se perdía entre la gente para luego dirigirse hacia las afueras del poblado.
Cerca de la hoguera. - Uff, estoy muerto – se quejo Duo – creo que estoy mareado, ese vino me dio fuerte. - Te lo avisé Duo, será mejor que te acompañe a refrescarte, necesitas quitarte todo es sudor y acabarás enfermo. - Q-chan, prométeme que serás feliz con Trowa – sollozó abrazando a su hermano. - Otra vez con lo mismo, ya te dije que si, no te pongas así, tienes que ser fuerte, verás que entre todos encontraremos una salida. - Lo dudo, no sé porque... los Dioses me han castigado... porque no puedo ser feliz – dijo comenzando a llorar. - Eh, Duo por favor no llores – intentó consolar apartándose del grupo de gente para tener más privacidad – los Dioses no te han castigado, solo es una prueba de la vida, debes de ser fuerte, no me gusta que hables así, tú más que nadie tienes derecho a ser feliz, estoy seguro que alguien muy cercano a ti te está esperando y te ayudará a superar esto, esa persona te hará el ser más feliz del mundo, estoy seguro. - ¿Alguien cercado a mí?, no creo que halla nadie que le interese – dijo permaneciendo abrazado - Abre bien los ojos y te darás cuenta, a veces las apariencias engañan. Ya sabes que del amor al odio y del odio al amor hay un paso. - No estarás insinuando que... – exclamó separándose de su hermano – que Heero y yo... - Yo no dije ningún nombre – sonrió – lo dijiste tú. - Yo... no lo creo, el no me soporta – dijo agachando la cabeza – solo soy una molestia para él. - No lo creo. - Qua... Quatre, me estoy mareando, voy a... - ¡Duo! – gritó preocupado al acercarse a él para verle como se doblaba para vomitar – tranquilo quédate aquí voy a buscar ayuda, voy a buscar a Trowa. - No tardes... me siento fatal.
Al cabo de unos minutos Quatre y Trowa se acercaban corriendo hacia donde estaba Duo sentado apoyado en una valla, encogido con los brazos rodeando sus piernas y la cabeza escondida entre ellas. - Duo te encuentras bien – dijo Trowa preocupado al ver el estado de Duo. - No... no muy bien, me siento un desgraciado – dijo alzando la cabeza para mostrar todo el rostro lleno de lágrimas y unos ojos rojos y hinchados por el alcohol y el llanto. - Por todos los Dioses Duo, no deberías haber bebido tanto si no sabes aguantar el vino. - No es por eso, snif... es por todo. - Tranquilo todo se arreglará. - ¡NO SE VA ARREGLAR MALDITA SEA¡ – gritó exaltado Duo – soy incapaz de evitar el enfrentamiento del Clan Peacecraf, me tengo que casar con un hombre al que temo y del que no estoy enamorado y que lo más seguro es que me viole y cuando de halla cansado de mi me de a otros o incluso me mate y para colmo ESTOY ENAMORADO DE UN HOMBRE SIN CORAZÓN Y SENTIMIENTOS QUE PIENSA QUE SOY UN ESTORBO Y UN INÚTIL. En serio creéis que se va arreglar mi situación – hablo cada vez más suave – yo creo que no. - Duo, yo... - No Quatre, no te sientas mal por mi culpa, no era mi intención estropearte la noche – dijo levantándose lentamente – será mejor que me de una vuelta y me dé el aire... - Duo – dijo Trowa acercándose a Duo para sujetarlo de los hombros – ven conmigo, cerca de aquí hay un pequeño lago, iremos a que te des un baño, el agua te sentará bien, estás bastante bebido y no sabes lo que dices. - No Trowa, no es necesario, puedo ir solo tú quédate con Q-chan, yo me las arreglaré solo. - No Duo, déjanos acompañarte, necesitas ese baño, por favor. - Como queráis, no estoy para discutir ahora, jeje.
Al llegar al lago todo estaba tranquilo solo se podía apreciar el sonido de algún animal del bosque, la luna se podía reflejar en las aguas tranquilas del lago. Duo parecía que se encontraba un poco mejor el paseo hasta el lago le había servido para despejar su cabeza. Duo se acercó a la orilla para comprobar la temperatura del agua para después comenzar a desvestirse para poder nada más a gusto.
- Quatre ayuda a tu hermano y vigila que no se ahogue yo iré a vigilar los alrededores así podrá bañarse con más intimidad. - De acuerdo Trowa y gracias te loa agradezco – dijo Quatre acercándose a Duo para ayudarlo a desatar su larga trenza. - Siento que te molestes tanto por mí – dijo tristemente Duo – porque no te vas con Trowa, yo puedo quedarme aquí un rato, no me ocurrirá nada – mientras se desnudaba por completo. - No te preocupes por eso, báñate tranquilo, yo te espere aquí - Pero estoy bien, ¡ups... ! – se quejó al tropezarse y caerse dentro del agua – jeje creo que aún estoy un poco mareado, jeje. - Lo ves, jeje, ten cuidado y no nades muy para adentro, no estas en condiciones. - Jeje, no pasa nada, uf esta agua esta muy fría, porque no te bañas conmigo un rato hasta que venga Trowa a buscarnos. - No gracias no me apetece, estoy bien así.
No muy lejos de allí Trowa recorría las orillas de lago entre el bosque, había preferido dar privacidad a los hermanos. Duo no lo estaba pasando muy bien y el estar en compañía de Quatre le ayudaba aunque fuera un poco. Llevaba un rato caminando cuando se detuvo al escuchar unos pasos que se dirigían hacia el lago. Fue a esconderse para poner sorprender a la persona que se escondía entre los árboles, en un principio no lo reconoció pero luego se sorprendió al verlo por allí y más al darse cuenta de la forma que iba caminando. Intentó contener la risa para no ser descubierto. Allí frente a él iba el hombre se hielo sujetándose de los árboles para no caerse ante el visible mareo que se advertía que tenía. - Mira que te he dicho veces que el alcohol no te sienta bien, jeje. – se burló Trowa al sorprender a su primo que al no esperarse encontrar a nadie por allí casi se cae al suelo al verse sorprendido. - Maldito baka, me has asustado – dijo enfadado – ¿qué haces aquí?. - Vaya, vaya ¿así qué te asuste?, estás bajando la guardia querido primo, eso no es propio de ti, creo que si te afectó mucho el vino de la fiesta. - Olvídame ¿quieres? No estoy de humor, además no deberías estar con tu prometido en la fiesta - ¿Estás de mal humor? No sé porque me sorprendo. Y si estoy con Quatre, solo he salido a vigilar los alrededores mientras Duo se refrescaba. - ¿Duo? - Si, jeje, creo que el vino que bebió le afecto igual que a ti, estaba mareado y pensamos que le sentaría bien un baño. - Ese baka sería capaz de ahogarse. - Es posible, pero Quatre le está vigilando, ahora que lo pienso. - ¿Hn?. - ¿Me harías un favor? - ¿Un favor? ¿qué tipo de favor? - Me gustaría dar un paseo a solas con Quatre. - ¿Y? - ¿Te podrías quedar vigilando que Duo no se ahogue? - Porque tendría que hacerlo yo. - ¿Prefieres que se lo pida a cualquier otro y pueda ver a Duo desnudo mientras se baña? - Hn. - ¿Eso es un sí? - Hn. - Como quieras se lo pediré a Wufei-san. - ¡Espera!, iré yo. - Bien no esperaba menos, ven acompáñame.
- ¡Quatre! – gritó para que se diera cuanta que se acercaba. - Si Trowa, estoy aquí. ¿Heero? Que haces aquí, ¿nos tenemos que marchar ya? - No, no que va, solo vine a buscarte para ir a dar un paseo. - ¿Un paseo? ¿Y Duo?, no podemos dejarlo solo. - Eso ya lo sé no te preocupes, por eso Heero me va hacer el favor de vigilarlo por nosotros, ¿verdad? - Hn. - Pero y si... - Tranquilo sé lo que hago – interrumpió a su prometido. - Esta bien, vamos. Heero, Duo esta junto a esas piedras vigílalo parece cansado pero a mi no me hace caso. - No te preocupes, Heero se encargará de él, ¿verdad?. - Hn. - ¿Lo ves? – se burló Trowa haciendo alusión a la repuesta de Heero. - Vámonos y tú Heero compórtate. – le dijo mientras lo veía como se sentaba en la orilla mirando hacia donde se suponía que estaba Duo nadando.
Pasaron varios minutos.
- ¿Quatre aún no ha venido... – se cayó al ver que no estaba Quatre y en su lugar estaba Heero. - Quatre no está se ha marchado con Trowa. - ¿No... está? – se puso nervioso al darse cuenta que estaba a poca distancia de él, desnudo y con el agua tapándole a duras penas su intimidad. - Se han ido a dar un paseo y me han pedido que vigile a un baka como tú para que no se ahogue en el agua mientras se baña – dijo sin quitarle la vista de encima. Su mirada le recorría por todo el cuerpo sin ningún pudor. - ¿Baka? ¿a quien llamas baka? – dijo enfurecido dando un paso hacia delante para acercarse a Duo pero al darse cuenta de su desnudez retrocedió sonrojado. - A quien sino a ti – dijo conteniendo una sonrisa. - Eres... eres... – intentó insultarlo pero ante el nerviosismo que sentía ante Heero se dio la media vuelta y volvió a sumergirse en las aguas. Pasaron varios minutos más y Duo empezaba a notarse cansado de tanto nada pero no se atrevía a salir estando Heero allí, nadó hacia las piedras salientes que estaban un poco alejadas de Heero para poder descansar pero antes de llegar, un fuerte dolor en su pierna derecho de imposibilitó a alcanzarlas provocándole que gimiera de dolor y que se hundiera en el agua. Le era imposible salir a flote, su pierna no le respondía y la otra no podía con su cuerpo cansado, por mucho que lo intentaba solo podía ver como el reflejo de la luna sobre el agua se alejaba cada vez más, cada vez de sentía más desesperado y el aire se le estaba acabando. Moriría ahogado y ni si quiera Heero se había dado cuenta de nada, por estar alejado de él. Su respiración se le estaba agotando, empezó a sentir que su cuerpo no reaccionaba y la conciencia se le perdía, ya no había salida, pero antes de caer desmayado pudo sentir como unos brazos lo sujetaban de la cintura y lo subían a la superficie. Por fin pudo salir a la superficie siendo apoyado sobre unas rocas aún cubierto por el agua mientras era sostenido por unos brazos, una gran bocanada de aire logró llegar a sus pulmones haciéndole tose repetidas veces expulsando toda el agua que había tragado. Su visión era borrosa por lo cual no pudo identificar a su salvador.
- ¿Ves como tenía que evitar que un baka como tú no se ahogase? - ¿Hee... Heero? – pudo identificar Duo a su salvador por su voz y por la regresión de su vista. - Claro que soy yo ¿a quien esperabas?. - Yo... cof, cof, gracias por... salvarme, cof, cof. - Si supieras lo que haces no tendrías que darme las gracias. - Yo... – intentó disculparse cuando se dio cuenta de su cercanía, ya que aún les sujetaba por la cintura y se ruborizó más al acordarse de su desnudez – pue... puedes soltarme ya estoy bien. - ¿Te a dado una rampa? ¿Puedes mover la pierna?. - Creo que... ¡auch! – se quejó agarrándose instintivamente al cuello de Heero – me duele. - Tranquilo yo te llevaré a la orilla – se ofreció Heero sujetándole más firme a su cuerpo. - ¿Puedes esperar un momento? – se sonrojó por la pregunta – es que... me duele la pierna cuando la muevo – le dijo mirándole a los ojos fijamente. - ¿Te duele aquí? – dijo presionando el muslo derecho de Duo provocando que se tensara Duo al sentir su mano sobre su pierna. - Eh.. Sí.. – dijo bajando su brazo del cuello de Heero para apartar la mano de su pierna ya que la sensación de las manos de Heero sobre su piel lo estaba volviendo loco – no es necesario que... - se cayó de repente al notar que al bajar su mano para apartar la mano de Heero había rozado la pierna de éste y había notado la desnudez de Heero. - ¿Ocurre algo? – preguntó extrañado por la reacción de Duo. - ¿Esta... estas? - Estoy ¿qué... ? - ¿¡Estas desnudo!? - Sí ¿y que? Es normal si quieres bañarte ¿no?. - Pero... tú.. y yo. - ¿Hn? – miraba divertido como Duo intentaba alejarse de él conteniendo las muecas de dolor por su pierna – Estate quieto o empeorarás tu situación o la mía. - Yo... – quiso quejarse pero prefirió quedarse quieto ya que cualquier movimiento que hacía provocaba un roce sobre el cuerpo de Heero. - Eso está mejor – sonrió Heero mirándole a los ojos sin soltarle. La distancia de los dos cuerpos era muy escasa cosa que hacía que involuntariamente alteraba a los dos - ¿sabes una cosa? - ¿Qué... que? – preguntó temeroso. - Cuando estás callado eres precioso – Dijo Heero sin percatarse de lo que estaba diciendo, el vino, la cercanía del cuerpo de Duo estaba consiguiendo que Heero liberase todos los sentimientos que guardaba dentro de él. - Hee... Heero, creo que no sabes lo que estas diciendo, el vino te afecto como a mí hace un rato. - No lo creo – dijo acercándose más al cuerpo de Duo – es tu olor el que me afecta – dijo apenas rozando los labios de Duo y enredando los dedos de su mano libre en los sedosos cabellos sueltos de Duo que se esparcían sobre la superficie del agua. - Heero, no... – pero no pudo continuar ya que los labios de Heero habían aprisionado los suyos. Al principio intentó rehusarse pero conforme el beso se iba haciendo más intenso, la necesidad y el deseo que sentía Duo por Heero acabó por hacerle ceder y corresponder con la misma pasión con la que era besado por Heero. Heero besaba con una pasión salvaje, le besaba mientras acariciaba todo su cuerpo, sin que se diera cuenta Heero fue llevado a Duo a la orilla para poder recostarse ambos en la arena. En ningún momento dejaron de besarse y de acariciarse mutuamente solo lo necesario para llenar sus pulmones de aire y volverse a besar. No se dijeron nada por miedo de romper ese momento, ambos deseaban mostrar lo que sentían en ese momento, para ellos el resto del mundo ya no importaba. Heero acariciaba el cuerpo expuesto para el sobre la orilla del lago, no podía creer que aquel cuerpo poseyera tal perfección, suave, delicado pero a la vez firme, sus labios viajaban de los labios de Duo a su oreja haciendo delirar a su ahora amante, poco a poco se fue deslizado por el cuello de este hasta su hombro a la vez que sus manos masajeaban su pecho y se concentraban con gran interés sobre sus pezones provocando numerosos gemidos de placer por parte de ambos. Por su parte Duo acariciaba la espalda firme de Heero aferrándose a él con los brazos y piernas incrementando el roce de los dos cuerpos húmedos. Heero siguió bajando por el cuerpo de Duo besando y mordiendo levemente el vientre y caderas de éste sin llegar al centro de la necesidad del trenzado.
- Aaahhhh! Heero, yo – la gran excitación de Duo le estaba haciendo perder el control. - No digas nada... aaaaahhhhh!, solo disfrútalo – hablaba jadeando por la excitación.
Las manos de Heero se dedicaron a acariciar los muslos y después de un rato las nalgas de Duo, al sentir sus manos calientes sobre su piel ardiendo una electricidad le recorrió todo el cuerpo separando las piernas para facilitar las caricias de Heero. Antes de centrarse en el miembro erecto de Duo volvió a subir para quedar a la altura de Duo para volver a besarle con deseo a la misma vez que su mano se ocupaba de la necesidad de Duo. Un fuerte gemido por parte de Duo escapó de su boca pero fue amortiguado por los labios de Heero que no de besarle, provocando una lucha intensa de sus lenguas. El movimiento de la mano de Heero fue lento y suave pero con el paso de los minutos se volvió cada vez más rápido e intenso, Duo no paraba de gemir y retorcerse de placer bajo Heero, si seguía así no tardaría en acabar por lo que bajo su mano hasta la mano que le estaba masturbando haciéndola para.
- No... no sigas... aaahhh! Si no... sino voy ha acabar... enseguida aaahhh.
Heero le miró sonriendo volviendo a besar a Duo para darle tiempo para que se recuperase un poco, las manos de Duo seguían acariciando la espalda, hombros y pecho de Heero, siendo recompensado por los gemidos de éste ante tal tratamiento y haciendo que sus erecciones se rozasen con mayor intensidad. - Aaahhh! no aguanto más, quiero poseerte Duo. - Mmmmm. si yo tampoco puedo más, yo... ¿puedo... aaaahhhh preguntarte... una cosa? - Este no es el mejor momento para preguntar Duo – dijo entre molesto y sorprendido. - Es que... aaaahhhh. - Esta bien... pregunta aaahhh. - ¿Es... mmmm. la primera vez que... ? – no se atrevió a acabar su pregunta. - ¿... que me acuesto con alguien? – finalizó por él. - Er... si – dijo más ruborizado. - Con una mujer no, con un hombre sí ¿Y tú? - Yo... yo si – dijo en un susurró apenas audible. - ¿Eres virgen? - Si, te sorprende. - La verdad esperaba que así fuera pero ahora dejemos de hablar hay cosas mejores que hacer – dijo deslizándose sobre el vientre de Duo haciendo un recorrido de besos y caricias hasta llegar a donde momentos antes su mano ocupaba aquella zona. Sin pensárselo más y sin previo avisó se introdujo el miembro erecto de Duo haciendo que se arqueara la espalda ante tan intensa caricia. Heero succionaba primero lentamente jugueteando con su lengua desde la base de su miembro hasta la punta, y a medida que oía los gemidos de Duo intensificaba la velocidad y la presión. Podía sentir vibrar el cuerpo de debajo de él ante sus caricias, deseaba proporcionarle el mayor placer posible, lentamente sin que Duo se diera cuenta Heero deslizo una de sus manos hacia su entrada no antes de mojar sus dedos con la saliva y la secreción del miembro de Duo. Lentamente fue adentrándose en Duo notando como éste se tensaba ante la intrusión, ante las muestras de molestia de Duo Heero detuvo su avance para darle tiempo a que se acostumbrara, una vez que notó como se relajó volvió a penetrarlo más profundamente simulando una penetración para acostumbrarlo a la invasión y para poderlo preparar para lo que vendría a continuación. Así estuvo varios minutos introduciendo hasta tres dedos dentro de él, Duo se estaba acostumbrando a la invasión y del dolor inicial paso a disfrutarlo con total intensidad.
- Aaaaaahhhhhhh!!!!!!! Heeeeerrrrrooooooo! Mmmmmmmm, no pareeeeeesssss!
Antes de llegar al clímax y que su cuerpo explotara por la intensidad de sensaciones que estaba sintiendo, con un gruñido por la frustración de tener que apartarse de la boca de Heero en el momento culminarte, Duo consiguió girar a Heero quedando él encima de su amante sentado sobre las caderas de éste.
- A... ahora... me toca a mí... torturarte – dijo con malicia y reflejando la lujuria en sus ojos. - No te... no te lo recomiendo... si me provocas... luego no te quejes, aaaaahhhh! – gimió al sentir los labios de Duo sobre sus pezones. - Vas a sufrir mmmm. por todo lo que me has hecho... suplicaras por que te dé alivio – sonrió.
Heero le miraba embelesado, Duo sentado sobre su cadera completamente desnudo, con el pelo suelto y mojado cayéndole por la espalda y parte del pecho haciendo que numerosas perlas de agua resbalasen por su cuerpo, con una sonrisa y mirada llena de deseo y lujuria y con la intención de hacerle suplicar por el placer que le iba a brindar en breve. Simplemente era un sueño y no quería despertar.
- ¿Sabes una cosa hombre de hielo? Tus tatuajes te sientan muy bien, te hacen ver irresistiblemente poderoso y fiero, pareces un chico malo, ¿y sabes que?, me vuelven loco los chicos malos, jeje. – le dijo mirándole fijamente acariciando su pecho y brazos con sus manos y acercándose al pecho de éste para delinear su tatuaje del pecho con su lengua. - Así que te gustan los chicos malos ¿eh?, todos en general o solo yo – ironizó conteniendo los gemidos que le provocaba esa caricia húmeda. - Solo tú – le contestó seriamente – aún no comprendo como me he podido enamorar de un hombre de hielo como tú. - ... – se sorprendió en un principio ante tal declaración pero consiguió que no se le notase - con que un hombre de hielo, eso me lo dirás después – declaró después de incorporarse para poder besar de nuevo a Duo.
Duo empujó a Heero para que se volviera a recostar sobre la arena y volver a posesionarse de sus pezones acariciando el firme pecho y abdomen. Lo cubrió de besos y mordiscos descendiendo lentamente por el vientre hasta llegar a su miembro dolorosamente erguido y sin aviso lo enterró dentro de su boca. Jugueteó con él acariciándolo con su lengua y saboreando el sabor entre dulce y amargo de su esencia, de igual manera que él anteriormente notó como se tensaba y se estremecía por el placer que le proporcionaba. Lo lamía con intensidad y deseo deteniéndose cuando notaba que Heero acabaría oyendo un gruñido en forma de protesta. Así durante unos minutos para él y una eternidad para Heero, Duo torturó su miembro erecto con succiones profundas e intensas a la vez que rápidas para después frenar o tan solo disminuir la velocidad de sus caricias bucales. Heero ya no controlaba su cuerpo si seguía con esa tortura acabaría tomando a Duo sin contemplación para poseerlo sin miramientos, su mente se le nublaba y dentro de él se estaba formando una bestia que no tardaría en salir. Al ver las muestras de frustración y de deseo contenido Duo entendió que estaba forzando mucho a Heero, jamás conseguiría que suplicase por alivio, sería capaz de cualquier cosa antes que suplicar, y debido a su propia necesidad, decidió concederle aquello que sabía que Heero deseaba. Lentamente se separó del miembro de Heero volviendo a escuchar un gruñido en protesta para acercarse a los labios de Heero para poderlo besar de nuevo y acercándose a su cuerpo para quedar tendido sobre él permaneciendo aún sentado sobre su cadera.
- Aaaahhhh! Duo... no tientes a tu suerte... aaahhh! como... como sigas así... no me hago... responsables de mis actos..., te lo advierto, aaaahhh!
- ¿Es un aviso o una amenaza? – se burló. - No... juegues conmigo Duo. - No juego Heero, para mí esto es muy serio – dijo seriamente, bajando su mano para atrapar el miembro de Heero y dirigirlo a su entrada – te deseo Heero de Heavyarms, te amo – dijo besando con pasión sin darle oportunidad de hablar y haciendo presión con su cuerpo para penetrarse el mismo lentamente pero sin parar en ningún momento hasta sentir que Heero estaba completamente dentro de él.
Un fuerte gemido se oyó por parte de los dos, Heero se quedó quieto para que Duo se pudiese acostumbrar a él, sentía que miles de sensaciones le recorrían por el cuerpo, sintió como caía al vacío para luego elevarse más allá de las nubes, un remolino de sensaciones que en ese momento no podía describir. El rostro de Duo reflejaba dolor y una solitaria lágrima resbaló por su rostro para caer sobre el rostro de Heero.
- ¿Estas bien? – preguntó Heero preocupado. - Si... si estoy bien... enseguida se me pasa. Cuando se acostumbró y el dolor desapareció Duo comenzó a moverse lentamente. Heero besaba a Duo para intentar hacer olvidar el dolor que pudiera sentir en esos momentos. Los movimientos de Duo se fueron acelerando, el dolor había desaparecido transformándose en placer, Heero sujetaba a Duo de la cadera para intensificar la penetración e evitar que se separase demasiado de su cuerpo. El placer volvió a envolverlos, mientras seguían el ritmo se acariciaban y se besaban con deseo, Heero se incorporó quedando sentado y obligando a que Duo lo abrazase con las piernas por la cintura logrando que las penetraciones fueran más profundas e intensas. Los gemidos de ambos se oían por todo el lago mezclándose con los sonidos de la noche. Heero tomó el control de la situación guiando el ritmo de las penetraciones sujetando fuertemente a Duo contra su cuerpo. La temperatura de sus cuerpos subía junto con las respiraciones y los latidos de sus corazones, el sudor también cubría sus cuerpos, el momento del clímax estaba ya muy cerca.
- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh! Heeeeerroooooo, me coorrrroooooooo! - Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh! Duuuuuuooooooooooooo! – gimieron los dos a la vez.
Habían llegado al clímax los dos a la vez y sin que Heero llegase a estimular el miembro de Duo que quedo aprisionado entre los dos cuerpos. Sin moverse ninguno de los dos permanecieron los dos en silencio, intentando recuperar el aliento, sin salir de dentro de Duo, Heero recostó a Duo sobre su pecho para quedar los dos tendidos en la orilla del lago y así poder descansar un poco. Al poco rato Duo quedó dormido sobre su pecho, lo observaba detenidamente, de pronto se percató de lo que había hecho, solo tenía que vigilarlo para que no se ahogase y en cambio había provocado que se acostase con él, acostarse con el no, lo que había ocurrido no era simplemente sexo, por primera vez en su vida había sentido que había hecho el amor, Duo era especial y lo amaba profundamente aunque hacía relativamente poco que se conocían, pero esto alteraba sus planes, tenía que seguir con lo planeado sino lo que había obtenido esta noche lo perdería para siempre. Dejó descansar un rato a Duo, después sin despertarlo lo vestiría y lo llevaría a la cabaña que nos habían asignado, así podrían descansar lo que quedase de noche. Mañana sería un día muy duro.
No muy lejos de allí pero a una cierta distancia donde la privacidad de una pareja no era molestada, dos jóvenes hablaba y se profesaba amor tranquilamente a la espera del amanecer.
- Ahora pensándolo mejor, ¿crees que he hecho bien dejando a Duo con Heero? - No te preocupes, Duo está bien. - Es que mi primo a veces es imposible no entiendo como puede ser tan frío. - Sé que Duo está bien, jeje, Heero cuida muy bien de él. - Cómo lo sabes – hizo una pausa – Aaaah! ya entiendo ¿tú don? - Aja, no hay que preocuparse por ellos, jejeje. - Supongo que tienes razón.
La fiesta ya había acabado, casi todo el mundo estaba ya descansando, solo algunos pocos se veían pasear por el poblado. Unos de los últimos que estaban aún despiertos en el poblado estaban cerca de un pequeño jardín sobre una pequeña loma debajo de un único y frondoso árbol una pareja también esperaba el amanecer.
- Ven acércate no voy hacerte nada, te lo prometo – dijo Wufei que se encontraba sentado apoyado en el tronco del árbol – puedes apoyarte en mi hombro, estarás más cómoda. - ¿Porque tendría que hacerlo? – dijo intentando parecer enfadada. - Porque me prometiste que si me comportaba como un caballero toda la noche me concederías un amanecer contigo. - ¿Y? - Que aún queda una hora para que amanezca, ¿vas a estar todo ese rato ahí de pie? - De acuerdo pero no intentes nada. - Te dije que me comportaría como un caballero y yo cumplo mis promesas, ven apóyate en mi. - ¿No deberías estar con Tiang-li?, es tu compañero de viajes. - Es mayorcito para cuidarse solo además creo que se marchó con aquella chica que le sacó a bailar y que estuvo con ella toda la noche. - Ah! Si, jajaja, se veía muy divertido, jajaja, intentaba no pisar a aquella chica mientras bailaban. - Si, jajaja, un tipo tan grande intentando bailar, parecía un pato. - No te rías así de él, hacía lo que podía. - ¡Pero si te has reído tú primero! - ¡No es verdad! - Si lo es, pero da igual, jeje, ¿tienes frío? - No estoy bien – dijo acercándole un poco más a Wufei - ¿ hacia donde os marchareis mañana? - Pues la verdad no sé, no tenemos una ruta fija, ¿por qué? - No por nada, mañana volveremos a nuestro poblado, ya que tenemos que seguir preparando el Festival del Sol y la boda de mi hermano. - ¿El Festival el Sol? ¿es ahora? ¿he oído hablar de ello, dicen que es precioso, me gustaría verlo? Pero creo que se necesita una invitación o pertenecer a un Clan poderoso. - ¡No que va!, puede ir quien quiera, ¿te gustaría venir? - La verdad es que si, siempre que he querido asistir a uno he estado demasiado alejado para poder asistir. - Pues este año no tienes excusa, ven con nosotros, seguro que a mi padre y al Jefe de mi Clan no le importa. - ¿Estas segura? ¿no les molestará que unos viajeros vayan? - Claro que no además fuiste tú y Tiang-li quien nos salvó la vida a mi hermano y a mí, ¿no?. - De acuerdo iremos pero con la condición que me expliques algo más de ti. - ¿De mí? ¿Que quieres saber? - Todo, todo sobre ti me interesa – dijo acercándola más a su pecho.
Así estuvieron hasta el amanecer, Hilde le contó más o menos sobre su vida, omitiendo nombres y parentescos que la pudieran delatar o reconocer quien era en realidad.
Continuará...
Este es otro de mis capítulos, espero que les haya gustado. Un saludo hasta pronto. Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia. Advertencias: Escenas: Cómicas, Angs., Lemon Yaoi., según capítulos. Época: La historia transcurre en la prehistoria, antes de cualquier época de civilización moderna.
chipitaeresmas.com Nota: Ruego disculpéis mi retraso, feliz año nuevo.
Cap. 9
Un nuevo día había comenzado, el sol lucía brillante y los habitantes del poblado Shina se levantaba algunos mejores que otros. En la cabaña de los invitados los primeros en levantarse fueron Quatre, Trowa y Heero, después de asearse se dirigieron hacia la cabaña-comedor para desayunar, tan pronto como se levantasen los demás y desayunasen partirían hacia en poblado de Los Lagos. Habían pasado una hora cuando el resto de los chicos de despertaron y fueron a desayunar, el desayuno fue en abundancia. Hilde con ayuda de Duo después de desayunar y sin haber visto a los demás fueron a buscar los vestidos para la ceremonia de dentro de dos días mientras los demás preparaban los tigris para el viaje. - Quatre, Trowa – los llamó Hilde tras regresar de la cabaña del jefe Mioyan – tengo que contaros una cosa. - Dime Hilde – contestó Trowa. - Verás... – dijo un poco temerosa por la reacción del chico al saber lo que les tenía que decir – yo anoche... - ¿Si? – dijo curioso Quatre al ver tan nerviosa a su hermana. - Yo... anoche estuve hablando con Wufei-san. - ¿Y? – preguntó Trowa. - Estuvimos hablando de mi y de él y... bueno... yo le invité a venir a ver el Festival del Sol. - ¿Queee? – grito sorprendido Quatre - ¿sabes lo que acabas de hacer. - Es que... yo no creo que sea un salvaje del Norte Quatre, conmigo se ha comportado muy correctamente, no es un bárbaro como esos que dicen. - Hilde – interrumpió Trowa – no quiero que te enfades pero creo que no estas siendo objetiva. - ¿Objetiva? - Si, a ti te gusta Wufei y no quieres hacerte a la idea que pudiese ser nuestro enemigo. - No... no es eso Trowa, yo. - No pasa nada, lo hecho hecho está, mirándolo de otra manera así lo podremos controlar más. - Pero esos será muy arriesgado – comentó Quatre. - Si, pero es la única solución por ahora, el negarle la invitación de Hilde levantaría más sospechas. - Lo siento – dijo apenada Hilde – pero no creí que fuera peligroso, el se ha comportado muy bien conmigo. - Puede que esté fingiendo, no has pensado eso Hilde – le dijo Trowa. - No creo se ve que es sincero, no me mentiría. - Pero no lo conoces – le recriminó Quatre. - se que casi no lo conozco pero se que no me haría daño
