Instintos
Cap.11
-Noin – llamó el Jefe Peacecraf a la guerrera – veo que has hecho lo que te dije, me alegro saber que me eres leal y que aprecias tu vida, por lo que veo el Jefe Nazca no ha sospechado nada, eso es perfecto. -Si no se le ofrece nada más me gustaría poder retirarme, Peacecraf-sama. -Esta bien puedes... -Peacecraf-sama – interrumpió la sombra que delató a Millardo – con permiso tengo que informarle de algo importante. -Espera un momento Noin – se dirigió a la guerrera - ¿qué ocurre?- preguntó al hombre. -Acabo de enterarme que la hija de Nazca a desaparecido junto con Wufei- sama y su hombre de confianza. -Vaya, vaya, así que Wufei ha decidido llevarse su recompensa antes de hacer su trabajo, esto se pone interesante. -Han salido varios grupos de hombres entre ellos el propio Nazca a buscar a su hija – comentó el hombre joven a su superior. -Primero les deja el hijo del Guerrero Touya, luego el hijo de Nazca y ahora la hija, jajaja, El poblado está bastante desprotegido ahora, están demasiado preocupados por buscar a esa joven como para darse cuenta de lo que puede ocurrir aquí. Esta es una oportunidad que no podemos desaprovechar, jajaja. -Me temo que tú descanso se tendrá que posponer Noin – le habló con ironía – te necesito ahora más que nunca, jaja – Noin te encargarás de reunir todas las armas que puedas conseguir antes del amanecer, tú – se dirigió al hombre – encárgate de agrupar a todos nuestros hombres disponibles, manda un suzako a nuestro poblado reclutando a todo hombre que pueda pelear para que antes del amanecer estén aquí listos para un ataque sorpresa al poblado, que se agrupen tras la montaña Paoz,, cuando vean nuestra señal atacarán junto con nosotros. Hacer todo esto sin levantar sospechas, ahora que Nazca no está en el poblado podremos movernos con más libertad. -Sí Peacecraf-sama – dijo la sombra para salir de la cabaña y dirigirse a las demás cabañas asignadas a los miembros del Clan Peacecraf. -Noin, en cuento tengas las armas, distribúyelas a los nuestros, estando mis hijos fuera del poblado podremos atacar libremente, me da igual lo que les ocurra a la gente de este poblado pero quiero a toda la familia de Nazca muerta para antes del anochecer de mañana ¿entendido? -Sí, Peacecraf-sama, así se hará, ¿qué pasará con los hombres de Wufei- sama? -No lo sé y no me importa, aún si se unen al Clan de Nazca no tendrán nada que hacer, en cuanto amanezca atacaremos y la aniquilación del Clan de Nazca tiene que ser rápida así cuando llegue Wufei si es que llega ya no habrá nadie a quien ayudar. -Sí Peacecraf-sama, con su permiso me retiro. -Bien hazlo, pero recuerda, tu situación es delicada, a la mínima sospecha de ti... -Lo sé Peacecraf-sama, lo tengo presente, con su permiso me voy. -De acuerdo vete – le dijo viéndola como salía de la cabaña – jajajaja, Nazca tus horas y las de tu familia están contadas, jajaja, acabaré contigo, jajaja.
Quatre caminaba intranquilo por la cabaña de su padre, esperaba noticias y ya habían pasado dos horas y no sabía nada. Su madre lo miraba con cara de preocupación pero se negaba a decir nada por miedo de preocupar más a sus hijos. Allí dentro de la cabaña estaba Kaori y Megumi (las esposas de Yuki y Touya), para darle ánimos y apoyo y su hija Yune y Quatre, llevaban horas esperando noticias y la espera les estaba crispando los nervios.
-Quatre – llamó su hermana pequeña para preguntarle – ¿puedes sentir a Hilde, sabes si está bien?. -Yune, la verdad que estoy un poco confuso, siento muchos emociones de Hilde, pero creo que está bien, por ahora – murmuró – no siento que esté herida, pero noto muchos sentimientos que interfieren, no puedo distinguir a quien pertenecen y eso me preocupa. -Tranquilo hijo, eso debe de ser porque sientes la preocupación y los nervios de tu padre y los grupos de búsqueda, por eso te interfieren y te confunden – intentó tranquilizar a su hijo. -Puede que tengas razón, pero no estoy tranquilo. -Quatre carió – habló Kaori – verás como Trowa la encuentra, él no dejará que le hagan daño. -Gracias, Kaori-san – le agradeció cuando sintió que se había acercado a él para abrazarlo para tranquilizarlo, mientras miraba como su madre consolaba a un a Yune asustada.
-¡Yuiren-sama! – es escucharon los gritos de uno de los hombres que hacían guardia - ¡Yuiren-sama!. -¿Qué ocurre? – preguntó preocupada al joven que entró a la cabaña. -Acaba de llegar un suzako con un mensaje, venía del Este. -¿Dónde está? – preguntó alarmado Quatre. -Está fuera volando en círculos encima de la cabaña. Antes de que acabase de hablar el joven Quatre ya había salido corriendo hacia fuera. En cuanto salió pudo ver como un gran suzako de plumas negras y azuladas volaba en círculos sobre el techo de la cabaña. Eleve al ver al joven que lo miraba intensamente y sintiendo la seguridad de que no le haría daño, se acerco hacia el joven. Quatre al ver que se acercaba el ave hacia él no tubo miedo, extendió su brazo para facilitar que se posase en su brazo el ave. En cuanto el ave se posó en su brazo se lo llevo hacia el hombro para poder soportar mejor el peso de la gran ave, una vez en su hombro le acarició en la cabeza y el pecho para mostrarle su confianza para poder coger el mensaje que llevaba en una pata sin ser atacado por el animal, ya que si no le transmitía confianza al animal este no dejaría que le quitasen el mensaje. Ante las caricias del joven el ave abrió sus grandes alas como forma de agradecimiento dándole a entender que podía retirar de su pata el mensaje. Una vez que Quatre tubo el mensaje en sus manos lo leyó con mucha atención. La madre de Quatre junto con las esposas de Yuki y Touya salieron para ver como Quatre leía atentamente el mensaje, sus rostros se preocuparon al notar el rostro de preocupación que puso el joven al empezar a leer el mensaje.
"Jefe Nazca, no perdáis el tiempo en buscar a tu hija, te hago saber por medio de mi suzako que tengo a tu hija Hilde en mi poder. Ella se encuentra sana y salva, por motivo que muy pronto te explicaré personalmente, me he visto obligado a llevármela, por su seguridad y la vuestra. Solo puedo decirte que ella está bien y que pronto se reunirá contigo. En breve, yo y mis hombres viajaremos hasta tus tierras, Esta mensaje no es una amenaza, solo pido formalmente que nos dejes pasar por tus tierras sin tener que enfrentarnos. Mi intención es pacífica. Te doy mi palabra de honor que yo Wufei Chang Jefe del Clan del Norte y mis hombres no os atacarán."
XXX Wufei Chang XXX
El rostro de preocupación de Quatre se suavizó un poco, tras esas breves líneas había presentido que su hermana estaba a salvo bajo la custodia del Jefe del Clan del Norte.
-Quatre – llamó a su hijo preocupada - ¿de quien es el mensaje?¿qué dice? -Es del Jefe del Clan del Norte – le comunicó a su madre viendo como retrocedía unos pasos asustada por lo que pondría el mensaje – tiene a Hilde. -Oh! Por todos los Dioses – exclamaron las mujeres alarmadas. -Oh! Mi niña – dijo Yuiren echándose a llorar - ¿qué le has hecho esos bárbaros? -Tranquila madre – intentó calmar a su madre, había sido muy brusco al dar la noticia – ella está bien, el Jefe Chang nos dice que está bien y que tiene la intención de venir con sus hombres hasta aquí, dice que traerá a Hilde. -¿Qué quieren venir? – preguntó Kaori preocupada - ¿esto no me gusta? -¿Puede que quieran atacarnos y tienen a Hilde como rehén? – dijo Megumi. -No lo creo –habló Quatre – de ser así, no nos hubieran avisado que tienen a Hilde, si nos quisieran atacar un ataque sorpresivo hubiese sido más efectivo, además el Jefe Chang dice que da su palabra de honor al decirnos que no atacarán. -¿Y crees que dice la verdad? – preguntó Megumi – se rumorea que ese Clan es bárbaro y que han hecho atrocidades a lo largo del tiempo, son ladrones, asesinos y no sé que cosas más. -Solo son rumores, nunca nos hemos podido corroborar, además son un Clan guerrero, y como tal, la palabra de un guerrero es más importante y tiene más valor que cualquier otra cosa. -Hay que avisar a tu padre y a los demás – comentó preocupada Yuiren a su hijo. -Si tienes razón, tienen que regresar cuanto antes, padre sabrá lo que hacer respecto a esto – dijo haciendo alusión al mensaje. - Tatsu, Yota – llamó Yuiren a dos de los miembros de su Clan – enviar ahora mismo a varios susakos para que avisen al Jefe Nazca y a los demás para que regresen. -Sí, Yuiren-sama – contestaron a la vez para después dirigirse a cumplir con la orden. -Ahora solo tenemos que esperar que regresen – comento Kaori a los demás. -Hay una cosa que no entiendo – comentó Yuiren a su hijo – ¿cómo Hilde cayó en las manos del Jefe Chang? -Supongo que las sospechas de Trowa respecto a los nómadas que nos ayudaron cerca del poblado Shina eran ciertas. Wufei-san y Tiang-li serían del Clan... Un momento – se sorprendió al darse cuenta de un detalle y volviendo a leer el mensaje lo dedujo. -¿Qué pasa Quatre? – preguntó Kaori. -Si Wufei-san no mintió en su nombre... puede que sea una coincidencia... si no quiere decir que... -¿Qué ocurre Quatre? Me estás asustando – dijo preocupada Yuiren. -... – volvió a mirar el mensaje – durante todos estos días hemos tenido al Jefe del Clan Chang entre nosotros y no nos hemos dado cuenta, ahora entiendo algunas cosas. -¿Ese hombretón con cicatrices, es el Jefe del Clan del Norte? – preguntó sorprendida su madre. -No madre, él no, el otro joven, Wufei-san. -Ese joven, no me lo puedo creer, parecía un joven agradable, a pesar de todo. -Pues si, ahora me explico porque ha desaparecido Hilde y el porque con él Jefe Chang esta a salvo. -No te entiendo Quatre – dijo su madre. -Wufei-san o mejor dicho Wufei Chang, está enamorado de Hilde, por eso dice que nos atacará, supongo que Hilde lo descubrió y para que no lo delatase se la llevó, o eso o que por miedo a un enfrentamiento por parte del Clan Peacecraf pudiese salir herida. -Pobre Hilde – dijo triste Yuiren – el tener que enterarse que ese joven, hipotéticamente es nuestro enemigo, no le debió gustar demasiado. -No y más sabiendo que Hilde está enamorada de él – confirmó Quatre. -Será mejor que vayamos todos a esperar a nuestros hombres a dentro, quedándonos aquí fuera no haremos que lleguen antes – dijo Kaori. -Tienes razón Kaori – dijo Yuiren – vamos a dentro.
Al cabo de una hora más o menos el grupo de hombre regresaba presuroso al poblado, había sido avisados gracias al suzako, que regresaran cuanto antes. Tan pronto como llegó el Jefe Nazca se dirigió hacia su cabaña donde se encontraba su mujer e hijos y las esposas de sus amigos, junto con él, al mismo tiempo, regresaron los demás y junto con Nazca se dirigieron a la cabaña del Jefe para saber la repentina urgencia de volver sin haber encontrado a Hilde. En cuanto entraron por la cabaña fueron recibidos por sus mujeres siendo abrazados por ellas después del mal rato que habían pasado tras los nervios y la incertidumbre, Trowa también se acercó a Quatre para abrazarlo al notarlo preocupado por la situación. Sin perder más tiempo Quatre y Yuiren resumieron la situación a Nazca, entregándole el mensaje que había traído el suzako del Clan del Norte. Pese a lo malo de la situación el Jefe Nazca pudo respirar más o menos tranquilo, él también creía en la palabra del joven Jefe Wufei, en parte agradeció el poder tener a Hilde fuera del poblado ante un posible ataque de Peacecraf. Una de las inquietudes que más preocupada al Jefe Nazca se había disipado de forma casi milagrosa, gracias a los Dioses o mejor dicho gracias a la influencia de su hija Hilde ya no tendrían que enfrentarse a un Clan tan peligroso como el Clan Chang, eso quería decir que el aliado principal y más peligroso de Peacecraf había roto su alianza. Por ahora solo tenía que vigilar al Clan Peacecraf, lo más seguro que al saber Peacecraf-sama de la ruptura de su alianza con el Clan del Norte lo hiciera enfurecer, y sería capaz de atacar en cualquier momento cegado por el odio y la desesperación. -Bueno con esto las cosas mejoran – hablo Nazca al grupo que se había reunido en su cabaña – pero no han acabado, el que ya no tenga al Clan del Norte cono aliado no significa que haya desistido de su empeño en destruirnos, con esto solo puedes pasar dos cosas, una que adelante su ataque y dos que espere a encontrar un nuevo aliado. -No creo que espere mucho – comentó Touya – está demasiado loco para tener tanta paciencia y seguro que al saber que el Clan de Norte no le apoya hará que apresure su estrategia, es capaz de hacer un ataque suicidan con tal de vencer, está demasiado loco para pensar el los demás, incluso en su propia gente. -Tienes razón – continuó Nazca – por eso debemos estar más atentos que nunca. -Mañana haré que envíen a más de mis hombres del poblado – comentó Yuki – y los que tenemos aquí haré que doblen la vigilancia. Me temo que por ahora la boda de nuestros hijos se tendrá que aplazar por un tiempo, al menos hasta que solucionemos este problema – dijo mirando a los chicos que estaban sentados juntos cogidos de las manos. -Por nosotros no hay problema – dijo Trowa mirando a Quatre ya a su padre. -Podremos esperar – habló Quatre sonrojado. -Me alegro que piensen así – les respondió Yuki. -Por esta noche creo que ha sido suficiente – comentó Nazca – será mejor que vayamos a descansar, mañana será un día muy agitado. -Sí tienes razón amigo – dijo Yuki, despidiéndose para dirigirse a su cabaña – nos vemos mañana por la mañana, a descansar y no os preocupéis por Hilde, estará bien. -Eso es – continuó Kaori – Yuiren intenta descansar un rato, mañana tendremos que preparar la ceremonia del Sol. -Si tienes razón Kaori – se abrazó a su amiga – menos mal que os tengo a las dos aquí – miro a Kaori y a Megumi – que descanséis vosotras también. -No te preocupes – dijo Megumi – que descanses, Touya nos vamos. -Sí nos vamos, buenas noches, Nazca, Yuiren, Quatre (la pobre Yune ya había caído dormida hace rato). -Buenas noches – dijo Nazca a sus amigos para después dirigirse con su mujer a descansar – Quatre ¿no vas a ir a dormir?. -Sí padre ahora voy, ve a dormir me quedo un ratito con Trowa y ahora me voy a dormir. -No te estés mucho rato despierto. -Deja los chicos en paz – acusó Yuiren a su esposo – es normal que quieran estar a solas un rato. Buenas noches cariño - se acercó a Quatre para besarle en la frente – buenas noche Trowa – se acercó a él para besarle también en la frente – que descanséis, Ah! por cierto - se acercó al oído de Trowa para susurrarle algo, que después de oírlo Trowa se puso colorado – Buenas noches chicos. -Bue... buenas noches Yuiren-san dijo nervioso a su futura suegra. -Buenas noches mama.
-¿Qué te ha dicho? – preguntó curioso Quatre. -Que se queríamos, podíamos usar la cabaña que le habían dado a Wufei para estar a solas y pasar la noche juntos – dijo rojo como un tomate. -Eso... eso te ha dicho – dijo nervioso. -Sí – se quedo mirando a su prometido - ¿quieres dar un paseo? Creo que aquí hace mucho calor. -Eh... si demos un paseo – dijo saliendo los dos de la cabaña.
Cerca de la frontera entre los territorios de Los Lagos y de Peacecraf, los hombres de Chang descasaban para después del amanecer dirigirse al poblado del Jefe Nazca. Todo el mundo dormía menos los dos hombres encargados de la vigilancia.
-Eh Dark, esos de ahí no parecen del Clan Peacecraf – hablo en vos baja a su compañero para no ser descubierto por la caravana que atravesaba el camino a unos 200 metros de su posición resguardada. -Creo que si, llevan una carreta con dos personas tendidas y... un momento esa no es Relena Peacecraf. -Si, si lo es Dark y va acompañada de un hombre, parece del Clan Heavyarms por sus tatuajes. -Akagi no crees que s muy extraño, también al uno que parece del Clan de Los Lagos por su trenza, creo que se dirigen al poblado Peacecraf, algo a tenido que suceder, ¿despertamos a Wufei-sama? -Errr... no déjalo dormir, seguro que la caprichosa de la hija de Peacecraf se cansó de estar en el Festival y pidió para regresar a su poblado, además seguro que nuestro jefe se lo debe de estar pasando genial con su chica, a mi no me gustaría que me interrumpieras, ya sabes, jeje. -Tienes razón Akagi, jeje. Seguro que no es nada pero mejor se lo cuento a Tiang-li. -Bien, ve, pero no tardes.
Tiang-li al estar enterado de lo que habían visto los hombres que vigilaban, tomó a su tigris y siguió a la caravana sin ser visto, averiguaría que hacían tan pronto de regreso a su poblado y regresaría para antes del amanecer el poblado Peacecraf estaba solo a una hora de allí, tendría tiempo suficiente.
Ya habían llegado al poblado, los primeros en desmontar fueron Relena y Heero junto con Mitsu y varios hombres del Clan Peacecraf. Relena al ver como Heero se dirigía hacia la carreta para despertar lo más seguro a Duo y a su hermano le detuvo antes de llegar a ellos con el pretexto de ir a ver la cabaña que iba a ser la suya hasta que se casaran.
-Relena, eso lo puedo ver después, primero tengo que hacer una cosa, tengo que hablar con alguien – dijo molesto. -Pero es que quiero enseñártela... no querrás que se la den a ese guerrero de Los Lagos y tú tengas que dormir conmigo – sonrió con malicia sabiendo que de esa manera no rehusaría acompañarla, había descubierto que el interés de Heero en ella era solamente para estar cerca del trenzado, pero eso ella no lo iba a permitir – además lo más seguro que ahora lleven a mi hermano y a su prometido a su cabaña para que descansen. -Está bien Relena, en enséñame donde dormiré – dijo frustrado. -Bien sígueme – sonrió triunfal.
-Duo-san – despertó Mitsu a su protegido – hemos llegado, despierte. -Mmmm, hemos llegado ya, ¿he dormido todo el camino? – dijo al abrir los ojos viendo como seguía recostado encima de Millardo, al notarlo se separo rápidamente. -Sí, Duo-san a dormido todo el camino, jeje. -Ahora que haremos. -Tranquilo, yo estoy aquí para protegerlo, no dejaré que le ocurra nada malo. -Gracias Mitsu – sonrió agradecido por el apoyo. -Duo-sama – le llamó Hana uno de los hombres de Peacecraf – acompáñame para que pueda asearse por el viaje, mientras llevarán a Millardo-sama a su cabaña para que repose, luego podrá ir con él. -Errr... si claro ahora voy cojo mis cosas, un momento – una vez que tenía todas su cosa se disponía a seguir al Hana. -Esto... solo puede venir él – se dirigió a Mitsu que seguí a su protegido – solo va a bañarse, no es necesario que lo protejas, nosotros estamos aquí para que nada le ocurra. -Lo agradezco pero es mi trabajo – contestó Mitsu sin creer del todo las palabras que había dicho ese sujeto – donde va Duo-san voy yo, es mi deber. -Pero ya te he dicho que no es necesario – dijo empezando a enfadarse. -No importa, no me separaré de él – le miró con dureza. -Muy bien como quieras – dijo sin mostrar ningún sentimiento – Ryota me acompañas a acomodar a Duo-san y a su protector – se dirigió a su compañero dándole a entender sus intenciones. -Claro ahora mismo voy – le dijo al percatarse de situación – ey... tú y tú – señaló a dos de sus hombres – encargaros de llevar a Millardo-sama a su habitación. -Sí señor – dijeron sus subordinados. -Bien vamos – comentó Ryota con una sonrisa sádica que no pudieron ver Duo y Mitsu al estar delante de él.
Los llevaron por el centro del gran poblado, aún era de noche tan solo faltaban un par de horas para el amanecer, en un momento dado Hana se situó a lado del joven trenzado para dirigirse hacía una de las cabañas más alejadas del poblado cosa que extraño a Duo pero no quiso decir nada, por otro lado Mitsu empezaba ha intranquilizarse, las cosa no le olían bien, algo tramaban esos dos. Al girarse para reclamar al guerrero Peacecraf que iba detrás de él vio como este llevaba un gran cuchillo en su mano y con una gran sonrisa diabólica lo vio como se acercaba rápidamente hacia él. Antes de dar tiempo a sacar su cuchillo para defenderse noto como ese guerrero se había abalanzado sobre él sujetándole del cuello con una mano y con la otra vio como en cuchillo le atravesaba el estómago. Al sentir el extraño movimiento y el sonido de un gemido detrás de él, Duo se giró viendo horrorizado como Mitsu era apuñalado por el guerrero Peacecraf. Antes de poder gritar, Duo sintió como el otro guerrero que iba con ellos se abalanzaba sobre él tapándole la boca para evitar que el grito se escuchase y para inmovilizarlo. -Se te avisó que no hacía falta que lo acompañas, jeje – se burló el guerrero que sujetaba a Duo. -De todas maneras habrías acabado igual tarde o temprano – se rió Ryota sacando el cuchillo del estómago de Mitsu, cayendo este de rodillas. -Malditos bastardos, esto lo pagaréis, cof, cof – intentó hablar pero la boca se le llenaba de sangre y le empezaba a costar respirar. -Eso lo veremos, jeje – se acercó a Mitsu cogiéndole del pelo para después degollarlo con la mano que tenía el cuchillo. -Nooooo!!! – gritó Duo al ver impotente como mataba a Mitsu delante de sus ojos, ojos que se le llenaron de lágrimas de rabia y desesperación. -Bien un problema menos – se burlo Ryota limpiando el cuchillo con la ropa de Mitsu – ahora nos encargaremos de ti, precioso – dijo acercándose a su compañero que sujetaba en el suelo a Duo que intentaba escapar pataleando. -¿Qué vais ha hacer conmigo? – preguntó nervioso temiendo su muerte. -Ey... tranquilo muchacho – ayudo a Hana a ponerlo de pie y sujetarlo entre los dos – por ahora no te haremos nada, jeje. Nuestro jefe te quiere vivo. Además no queremos levantar sospechas por ahora, ya que tu amiguito el Heavyarms esta aquí. -¿Mi amigo Heavyarms está aquí?¿Heero esta aquí?. -Eso es, la caprichosa de Relena se lo ha traído, pero en cuanto nos encarguemos de él, podremos divertirnos contigo. -"Heero" – pensó - ¡¡¡¡¡HEEERRRROOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!! – gritó sin pensárselo. -Cállate maldito – dijo golpeándolo en el estómago sacándole el aire y haciendo que se doblase sobre si mismo. -Cof, cof, no permitiré que os salgáis con la vuestra, cof, cof. -Eso mismo dijo tú amiguito y mira como ha acabado, jjajajajaja. -Se acabó la fiesta por ahora – dijo Hana – llevémoslo a la cabaña celda, allí no podrá escapar.
Entre la oscuridad que le proporcionaba la noche una gran sombra corpulenta se había acercado al poblado Peacecraf, dejando a su tigris fuera del alcance de cualquier miembro de ese Clan, había visto y oído todo lo que había pasado sin ser visto. Estuvo tentado a seguir a esos hombres para saber que harían con el joven Duo pero prefirió regresar por sus pasos para poner al corriente a Wufei-sama de lo que había descubierto, no antes de comprobar el estado de Millardo. En cuanto lo encontró dormido en su cabaña intentó despertarlo pero al ver que no reaccionaba y después de comprobar las constantes vitales del joven rubio supo que lo habían drogado, así sus pupilas dilatas y sin brillo lo decían, su propia gente lo había drogado seguramente al enterarse de la conversación que habían tenido con su Clan. Seguramente por eso Peacecraf había hecho volver a sus hijos al poblado, lo extraño era que había conseguido traer al joven Duo y aL guerrero Heero con ellos. Con Duo seguro que fue engañado de alguna manera pero con el guerrero Heero no sabía porque. Antes que fuera descubierto por alguien, salió de la cabaña para regresar al campamento provisional del Clan y así poner al corriendo de todo lo que había descubierto, así decidió regresar por su tigris para huir sin ser visto.
-¿Qué haces tú aquí? – le sorprendió una voz cuando estaba a punto de salir del poblado. -Yo – se giró para encarar a la voz, introduciendo su mano con disimulo para coger su cuchillo que estaba entre sus pieles, y al girarse se sorprendió al ver de quien se trataba – vaya, vaya pero si es la mismísima princesa Relena. -¿Te he dicho que haces aquí? – preguntó sin inmutarse ante el gran hombre. -Me creerías si te digo que he venido a verte. -Jaja, no me creas tan ingenua, puede que Wufei-san haya engañado a esa pobre ilusa de Hilde pero a mi no me engañas. Si estás aquí y no en el poblado de Nazca es que Hilde me creyó todo lo que le dije. -¿Lo que le dijiste?¿de que hablas?. -No lo sabes, veo que todo lo grande que eres lo tienes de tonto, jaja – se burló con malicia. -Habla claro mujer – dijo furioso al notar como Relena se burlaba de él, cogiéndola de los hombros mientras la zarandeaba para intimidarla. -Suéltame, me haces daño, bestia – se quejó la chica. -Si no me lo dices, ten por seguro que te haré más daño. -Solo le di a entender que vosotros erais el enemigo y solo estabais allí para buscar mujeres y cosa de valor. Ahora suéltame o daré la alarma de que estáis aquí -Maldita bruja – la sujetó del brazo para que no se marchara – así que fue por tu culpa que Hilde no descubriera, ahora lo entiendo. -Así que Hilde al final se atrevió a comprobarlo, jaja después de todo izo lo que tenía que hacer. -Eres una víbora caprichosa lo sabes – miro a la dicha con desprecio pero con cierto interés – sabes una cosa encanto. -¿Qué cosa? – dijo mostrándose segura y con cierta coquetería por su parte. -En mi poblado cuando un animal salvaje no muestra sumisión a su amo, se le enseña a comportarse con mano dura y paciencia. -¿Qué quieres decir con eso? – preguntó extrañada. -Tú me recuerdas a tigris salvaje al que hay que domesticar. -¿No estás intentando decirme que...? -A sí es, jeje – se rió al ver la cara de espalto que puso Relena al intuir sus intenciones – yo me encargaré de domesticarte – dijo cogiendo de repente a Relena de la cintura para cargarla sobre su hombro. -¡Como te atreves salvaje! – grito con desprecio – sabes con quien estás hablando animal. -Claro que si querida y no grites que alertarás a los demás – bajo a la chica un momento de su hombro para coger uno de los brazaletes de piel que llevaba en su brazo para después amordazar a la chica para evitar que chillara y así alertar a los suyos – eso te pasa por rondar por aquí a estas horas de la noche sola y por burlarte de mi. Yo te enseñare a respetarme querida. -Mmmmm – intentó gritar. -Yo te bajaré esos humos encanto, lo que necesitas es un hombre de verdad, jeje – se rió volviendo a cargar a Relena en su hombro para dirigirse hacia su tigris. Relena iba pataleando para poder soltarse pero ante la gran fuerza de Tiang-li nada podía hacer. En cuanto llegaron a donde estaba escondido en tigris, Tiang- li se subió en él para después subir a Relena delante de él como un saco de patatas, sin dejar de patalear y intentar que sus gritos de auxilio llegasen a su poblado, cosa que fue en vano. De la misma manera sigilosa que llego Tiang-li al poblado Peacecraf y marcharon sin ser vistos ni oídos.
Entre los dos guerreros se llevaron a Duo a rastras, una vez dentro de la cabaña lo ataron al poste central de la cabaña, con los brazos atados por encima de su cabeza, lo habían amordazado para evitar que se pusiera a chillar y así llamar la atención de Heero, también le taparon los ojos. Duo estaba bastante asustado, no podía ver nada pero podía oír como esos guerreros estaban cerca de él, incluso podía sentir la mirada de ellos sobre su cuerpo. Tenía que intentar escapar y avisar a Heero antes que intentaran matarlo. En un momento dado la cabaña de quedó en silencio, llegando a creer que sus captores se habían ido, cosa contraria a lo que había pensado ya que al rato sintió como unas manos le sujetaban del rostro. No sabía quien era de los dos pero tampoco le importo demasiado, pudo sentir el aliento del guerrero sobre su cuello, cosa que le hizo estremecerse.
-Hana – se oyó la voz de uno de ellos – porque no nos divertimos un rato con él, parece apetitoso y seguro que a nadie le importaría, ¿tú que dices? -No hay tiempo para eso Ryota, debemos regresar con los demás antes que ese guerrero Heavyarms se de cuenta de la ausencia del chico. -Venga hombre, solo será un rato, si quieres te lo cedo a ti primero, no creo que nadie se entere. -MMMmmmmm! – intentaba chillar desesperado Duo y se movía para intentar alejar a esas manos que le sujetaban. -Déjalo, ya vendrás luego, ahora... -¡Mira que llegas a ser aguafiestas! – gritó molesto – después habrá demasiado alboroto para poder divertirnos con él. Míralo – se giró para mirar a Duo atado, deslizando sus manos por el pecho desnudo hasta su cintura – Si tu no quieres de acuerdo, yo iré en un momento.
Ryota empezó a acariciar el cuerpo de Duo atrapándolo contra el poste al que estaba sujeto, Duo al sentir como era acariciado se movió desesperado, si esto seguía así lo más seguro que acabaría por ser violado por esos hombres. Ryota se acercó a Duo para besarle en el cuello dándoles leves mordiscos por el cuello y hombros volviéndose estos cada vez más fuertes y violentos. Las manos del captor cada vez acariciaban más piel del trenzado siendo más osado y atrevido llegando a introducir una de sus manos por la piel que cubría su cadera. Duo estaba aterrorizado, las lágrimas se le acumularon en los ojos e intentaba gritar para pedir auxilio. Hana al ver el comportamiento de su compañero, se giró molesto y se marchó para seguir con los planes del Jefe Peacecraf que le había ordenado.
-Ryota no tardes mucho, te espero en la cabaña de Millardo, hay que ocuparse de él antes de que despierte. -Mmm..., aaaahhh..., ahora voy – habló entrecortado por la excitación que sentía en esos momentos – solo dame una hora, ummm. Duo se retorcía para liberarse, las muñecas le empezaban a doler por la fuerza con la que tiraba para poder soltarse, si seguía así pronto empezarían a sangran. El pánico que entro cuando notó como retiraban de su cintura la piel con la que cubría. -Estate quieto – dijo Ryota molesto – por mucho que te resistas no podrás evitarlo – se susurró en su oído.
Ryota volvió ha acercarse a su cuello para morderlo esta vez con saña provocándole que sangrara del cuello, Duo sintió un fuerte dolor en su cuello haciéndele gritar pero su grito no se pudo oír por la mordaza que llevaba. Ya no pudo contener las lágrimas y lloraba desesperado, se sentía aterrorizado, volvería a usarlo como un objeto para luego desecharlo como había hecho Heero pero esta vez sería peor, deseaba que después de esos, ese hombre acabase con su vida, quería morir, de otra forma no tendría el suficiente valor para mirar a su familia a la cara y menos aún a Heero, a pesar de todo. Ryota, seguía besándolo por todo el cuerpo, dedicándose a maltratar los pezones del trenzado haciendo que en lo que tendría que ser caricias fueran pequeñas torturas aplicándolas con saña y sadismo. En un movimiento desesperado Ryota se desnudo rápidamente, el oír los quejidos de dolor de Duo lo había excitado como nunca y la necesidad de alivio le era urgente, así con un rápido movimiento giro a Duo sobre sus manos atadas al poste para quedar de espaldas a Ryota, al notar que la posición estirada de Duo no le sería muy cómoda decidió soltar las cuerdas que ataban las muñecas del trenzado para luego atarlas a la altura del medio poste, de esa forma obligar a Duo a doblarse sobre si mismo. Al intuir las intenciones de Ryota, Duo se negó a doblarse para facilitar la violación. -Maldito crío – maldijo Ryota – como te vuelvas a mover te va ha ir muy mal – le amenazó. -Mmmmm – se quejaba Duo.
Al volver a sentir la presión en su espalda para que se agachara, Duo en un intento desesperado logró dar una patada a Ryota que estaba desprevenido, logrando que cayera al suelo.
-Como te has atrevido, hijo de perra, ahora verás – dijo levantándose del suelo, sin pensarlo dos veces, golpeó a Duo en los riñones provocándole que cayera al suelo sin respiración – te voy a enseñar a ser sumiso y a cumplir las órdenes que te doy, mocoso – se agachó junto a Duo que intentaba llenar los pulmones de aire, cosa que le era muy difícil debido al dolor que sentía.
Al estar cerca del trenzado le cogió de los pelos levantándole de golpe y empujándole contra el porte recibiendo un fuerte golpe en su espalda y cabeza. Duo estaba aturdido y adolorido, no tubo mucho tiempo para recuperarse cuando sintió como le golpeaban en la cara y en el estómago. Volvió a caer hacia delante, escupiendo sangre de la boca y escurriéndole sangre de la nariz, empezaba a ver borroso y oía un zumbido en la cabeza. Ryota estaba furioso y dejándose llevar por la furia del momento siguió golpeando a Duo una y otra vez en la cara, en el estómago, piernas, etc., en cualquier lado hasta que vio que Duo había quedado inconsciente.
-Maldito crío del demonio, arrggghhhhh, me ha arruinado la fiesta – dijo furioso al ver al trenzado sangrando e inconsciente – será mejor que me valla, en el estado que estas ya no me sirves – dijo recogiendo sus pieles para vestirse de nuevo – esta me las pagaras, por ahora te has librado, desgraciado – le dijo a Duo viéndolo con desprecio el cuerpo desnudo, maniatado y lleno de sangre.
Después de vestirse salió de la cabaña donde había dejado a Duo inconsciente el suelo pero atado de nuevo en el suelo. En cuanto se calmó se dirigió hacia donde estaba Hana esperándole.
-Ya has acabado – le dijo burlón Hana al verlo aparecer por la cabaña y dándose cuenta del mal humor que traía. -No me jodas, vale. Encarguémonos de este cuanto antes mejor – dijo molesto señalando a Millardo aún dormido. -Que pasa que el trenzado se te ha resistido o es que eres de los mete y saca y ya está – se rió al ver como Ryota le lanzaba una mirada asesina. -Cierra la boca, baka si no quieres que te la cierre yo. -Uuuuuhhhhh, creo que tus planes no te han salido bien, espero que no se te haya pasado la mano con el chico. -Je je, ese aprenderá a no volver a jugármela, creo que lo recordará durante las próximas semanas, si es que vive para contarlo. -¿Qué has hecho Ryota? – preguntó preocupado al conocer el temperamento de su compañero. -No he hecho nada, solo le he enseñado a ese chiquillo quien es el que manda aquí. -Espero que no te hayas pasado, ya sabes de Peacecraf-sama lo quiere vivo. -Tranquilo vivirá, solo que con unos cuantos morados más, jajaja. -Estás loco, pero bueno, ahora ayúdame, tenemos que atarlo bien antes que despierte, ya he avisado a todos que está prohibido entrar en ésta cabaña y que solo yo o tú puede entrar incluso para alimentarle, hasta que llegue Peacecraf-sama. -Bien, venga llevémoslo hacia el fondo de la cabaña, allí nadie lo verá, hay que atarlo de pies y manos y taparle la boca para que no empiece a gritar.
Estaban acabando de atar a Millardo cuando este empezó a despertarse, al principio Millardo se sentía desorientado y aturdido, le dolía fuertemente la cabeza y sentía una presión dolorosa en las muñecas y los tobillos, al intentar moverse noto que no podía moverse, entonces su cabeza de despejo de golpe.
-Vaya, vaya el príncipe arrogante a despertado – se burló Ryota al ver la cara de desconcierto de Millardo. -¿Dónde estoy?¿Cuánto tiempo he dormido? ¡contéstame maldito! – exigió furioso. -Tus exigencias no sirven de nada ahora Millardo – comentó Hana – estás bajo arresto por orden de tu padre y para tu información estamos en el poblado. -¿En nuestro poblado? – preguntó asombrado – me habéis drogado y me habéis traído aquí sin mi consentimiento. -Son órdenes de tu padre, olvidas quien es el Jefe del Clan. -Malditos desgraciados, como os habéis atrevido lo pagaréis caro y mi padre también, eso hombre se ha vuelto loco. -Plasss!! – golpeó Ryota a Millardo en la mejilla – más respeto a tu Jefe me oyes. -Que vais hacer conmigo – dijo Millardo seriamente. -Por ahora te mantendremos aquí encerrado y cuando llegue tu padre, él decidirá que hacer contigo, por ahora pórtate como un buen chico, si quieres hacer las cosas fáciles sino lo haremos difíciles, ¿lo entiendes? -No me trates como un niño, baka, esto no quedará así, te lo juro, vosotros lo pagaréis. -Jaja, eso me hace gracia, en poco tiempo ya van tres veces que me lo dicen – se rió Ryota – por ahora ni tu prometido ni su guardián lo han conseguido, crees que tú lo conseguirás, jajaja. -¿Mi prometido?¿Duo?¿Duo está aquí? -Ah!! es verdad, no lo sabes, jajaja, tú padre se las ingenió para que dejasen venir a tu chico alegando que tenía que cuidarte. -¿Qué donde está?¿qué habéis hecho con él? – exigió una respuesta molesto. -Que tierno - se burló Ryota – no te preocupes por él, yo ya me encargué de él, solo tuve que hacerle entender quien manda aquí. -Como le hayáis puesto una mano encima os la veréis conmigo. -Una mano, jeje – se rió Hana – sí una mano y por poco algo más eh Ryota. -Jejeje, si pero será dentro de un rato cuando despierte. -No te atreverás a tocarlo, desgraciado. -Tranquilo te lo dejaré lo suficientemente entero para que puedas usarlo, jajaja. – se burló Ryota -Hijo de... – pero no pudo hablar ya que Hana le golpeó en la cara para callarlo – cierra la boca, ya estoy cansado de oírte. -Bastardo – le insultó, escupiéndole en la cara a Hana, que se había acercado para golpearlo. -Desgraciado – se limpió la saliva con restos de sangre que le había escupido Millardo – te voy a enseñar yo - y de igual manera que Ryota hizo con Duo, Hana comenzó a golpearlo violentamente y con saña, Millardo al estar atado no pudo defenderse, solo se limitaba a recibir los golpes, unos tras otros hasta que debido al dolor cayó nuevamente inconsciente. -Ya es suficiente Hana, vas a matarlo – dijo Ryota deteniendo a su compañero – y luego me dices a mí que no se me pase la mano jeje, serán baka. -Maldición – se quejó al ver al rubio desmayado – este me saca de mis casillas. -Venga Hana, será mejor que nos vayamos a descansar, aún quedan varias horas para el amanecer. Mañana ya nos encargaremos del guerrero Heero, seguro que esta noche Relena ya se encargará de él. -Tienes razón Ryota, por hoy ya ha sido suficiente – se alejó del cuerpo de Millardo en el suelo sin antes de darle una patada en el estómago.
Así salieron de la cabaña para dirigirse para a sus respectivas cabañas. Por esta noche ya no podían hacer nada. Solo quedaba deshacerse del guerrero Heavyarms y esperar noticias de Peacecraf-sama.
Después de una larga conversación aburrida sobre los planes de futuro que Relena tenía planeados para ambos, Heero por fin pudo deshacerse de la muchacha alegando que estaba cansado y necesitaba descansar. Pese a las negativas de Relena a dejarlo solo en la cabaña que le había asignado, al final tubo que ceder y dejarlo solo. Por ahora tendría que dejarlo solo, en cuanto amaneciese se encargaría de mantener alejado al guerrero Heavyarms del chico trenzado. Estaba obsesionada con conseguir que Heero fuera para ella y no iba a permitir que nadie le estropease sus planes. Ante las numerosas ideas que se le ocurrían para evitar que el trenzado se acercase a su novio, Relena decidió dar un paseo, ya que no podía dormir.
En cuanto Relena se marchó Heero se tumbó para intentar conciliar el sueño, pero algo en él no le dejaba dormir. Durante varias horas estuvo dando vueltas en su cama sin conseguir dormir en absoluto, tenía una extraña sensación en el pecho, algo no andaba bien. Al tenerse que haberse ido sin saber que había pasado con Millardo y Duo no le gustaba nada y sumándole el extraño comportamiento de los hombres de Peacecraf hacía que estuviera más inquieto. Sin poder aguantar más en su cama, decidió levantarse para poder salir a respirar un poco de aire y tranquilizarse un poco. Al salir todo estaba en silencio, todo el mundo dormía, salir decidió pasear por el poblado y de paso intentar averiguar en cual de todas esas cabañas se encontraba Duo. Por varios minutos estuvo revisando las cabañas sin levantar sospechas hasta que vio una donde había un hombre guardando la entrada, al acercarse silenciosamente pudo comprobar que el vigilante se había quedado dormido delante de la puerta cosa que le hizo gracia al comprobar lo ineptos que eran ese Clan. Con sigilo se deslizó como una sombra al interior de la cabaña, estaba a oscuras y no se podía oír nada, siguió revisando la cabaña hasta que llegó al fondo de ella, allí pudo identificar un bulto en el suelo que pudo reconocer como una persona maniatada y aparentemente dormida, eso en un principio le asustó, pesando que podía tratarse de Duo. Al acercarse para comprobar la identidad de la persona en el suelo, vio con sorpresa que se trataba de Millardo, estaba atado y amordazado y parecía que lo habían golpeado salvajemente debido a los numerosos moratones y cortes sangrantes que tenía por todo el cuerpo. Se acercó más para comprobar si estaba muerto. Estaba vivo pero su pulso era débil y respiraba dificultosamente, para no llamar la atención de nadie decidió dejar atado a Millardo no sin antes colocarlo en una mejor posición para que pudiese respirar mejor al darse cuenta que tenía como mínimo dos costillas rotas, le limpió por encima las heridas más graves. Por ahora no podía hacer nada más por él. La preocupación de Heero aumentó considerablemente, si habían hecho eso con el hijo de Peacecraf-sama, ¿que le podrían haber hecho a Duo? y lo que más le preocupaba, ¿dónde estaba Duo?, en esa cabaña no había rastros del trenzado. Sin pensárselo más salió de la misma manera que había entrado a la cabaña, comprobando que el vigilante seguía profundamente dormido. Una vez fuera de la cabaña volvió a comprobar las demás cabañas que le quedaban, sin mucho éxito. Algo había pasado por alto, Duo tenía que estar en algún lado, en alguna de esas cabañas, pero las revisó todas y no lo encontró. Su preocupación se convirtió en desesperación, su mente se negaba a creer que habían matado a Duo y por esos no podía dar con él, decidió volver a recorrer todas las cabañas cuando un camino que no había visto antes apareció delante de él, su corazón brincó en un destello de esperanza, quizás aún tenía posibilidades de encontrarlo, sin pensárselo más se adentró por ese camino, parecía que se usaba normalmente debido a las altas plantas que cubrían ciertas partes del camino, seguramente era un camino secundario ya que se alejaba del poblado con dirección a una pequeña arboleda que se encontraba en la parte Sur del poblado, siguió caminando por el camino cuando pudo divisar una pequeña construcción a la entrada de la arboleda, parecía medio abandonada y estaba a oscuras, pero algo más le llamó la atención. A unos quinientos metros de distancia de la cabaña, algo brillaba con la escasa luz que emitía la luna, al acercarse al objeto brillante pudo comprobar que se trataba de un cuchillo tallado en hueso blanco que reflejaba la luz de la luna haciendo destello, al examinarlo reconoció que se trataba de un cuchillo del Clan de Los Lagos, por la cruz con filigranas tallada en el mango, eso le preocupó pero lo que en verdad del desesperó fue encontrar cerca de donde estaba el cuchillo, fueron los restos de sangre fresca sobre la hierba. Cogiendo el cuchillo corrió desesperado hacia la construcción que había divisado en un principio. Una vez llegó delante la entrada de la barraca y controlando sus jadeos por la corrida que había hecho y por los nervios a encontrar algo que no estaba seguro de querer encontrar. Dándose valor a sí mismo decidió entrar para comprobar si Duo se encontraba allí o no. En cuanto entro tubo que acostumbrarse a la oscuridad casi completa, olía a humedad y a suciedad, en el centro de la barraca se encontraba el porte central que sujetaba la estructura, al dar un paso para reconocer el lugar, lo que vio le congeló la sangre y le detuvo el corazón. Ante la sorpresa se le cayó en cuchillo que llevaba en la mano y abrió desmesuradamente los ojos, allí delante de él estaba Duo, desnudo, atado de pies y manos, inconsciente y golpeado por todo en cuerpo con rastros de sangre, y lo peor de todo es que parecía muerto. Tras recuperarse del shock. Inicial se acercó corriendo hacia él, y con el cuidado con el se coge una figurita del más frágil cristal, Heero lo desató y lo recogió del suelo a Duo para sostenerlo en sus brazos apoyando la cabeza del trenzado en su hombro.
-Duo – susurró desesperado – abre los ojos, soy yo, sor Heero, mírame por favor – rogaba.
Heero comprobó preocupado sus signos vitales, su respiración y sus latidos eran muy débiles, parecía que se iban a detener en cualquier momento.
-Duo, por todos los Dioses, abre tus ojos – suplicaba, por primera vez en su vida las lágrimas se le acumulaban en sus ojos con la intención de derramarse en cualquier momento – no puedes morir, me oyes. Abre los ojos. Tienes que vivir, maldita sea, dime algo lo que sea, pégame, insúltame pero dime algo, Duo, abre los ojos, no te rindas, no ahora, por favor.
Duo seguía inconsciente y no perecía mejorar en absoluto, haciendo que Heero se desesperase a cada minuto que pasada. Lo zarandeaba suavemente para no provocarla más heridas, lo llamaba susurrándole palabras dulces.
-Duo despierta, por favor, sé que he sido un desgraciado y que me he comportado como un baka, pero tenía mis motivos, Duo abre los ojos, te necesito, despierta. A Heero se le paró el corazón cuando noto que Duo había dejado de respirar. -¡¡¡¡¡Nooooooooooooo!!!!!! – gritó desesperado – ¡¡¡¡¡¡¡Duuuuoooooo!!!!!!!, resiste no te mueras por favor – se horrorizó, tumbado al Duo sobre el suelo para intentar reanimarlo – respira – repetía mientras realizaba la respiración artificial – respira Duo, no me dejes – notó como sus mejillas eran mojadas por sus lágrimas. Estuvo varios minutos insuflándole aire, no permitiría que se le muriese, mientras seguía dándole aire pudo notar con Duo hizo un movimiento débil y comprobó con alegría que Duo volvía a respirar y viéndoles como tosía con dificultad arrojando borbotones de sangre que se le habían acumulado en la garganta. Heero para evitarle que se volviera a ahogar con su propia sangre y saliva incorporó al trenzado volviéndolo a apoyar en su pecho. -Duo, abre los ojos, tranquilo soy yo Heero – se identificó al notar como se tensaba Duo – mírame, Duo por favor mírame. -Cof, cof cof, - tosió - ¿Hee... Heero?¿eres tú? – preguntó desorientado. -Si Duo soy yo, tranquilo, no te muevas – le dijo al notar como se quería levantar - ya estoy aquí, no dejaré que te hagan daño, shhhh, tranquilo – lo miró con preocupación. -Heero – se abrazó a él para llorar en su pecho – han... han matado a Mitsu... y quieren... quieren matarte a ti también, snif, snif. -Ssshhhhhh, no te preocupes por eso ahora estoy contigo – miró a Duo con ternura, tenía la necesidad de preguntarle algo pero no se atrevía del todo – Duo... tú... ¿qué ha pasado? -Yo... – miró angustiado a Heero que lo miraba preocupado, al notar que estaba desnudo ante él y al recodar lo ocurrido horas atrás, supo a lo que se refería y se encogió sobre si mismo ocultando su desnudez – ellos... -Si no quieres no tienes porque contármelo Duo, solo quiero saber quienes han sido. -Yo, snif..., no estoy seguro del todo, nos trajeron hasta aquí y cuando Mitsu se dio cuenta que era una trampa... iba a atacarles pero antes de que pudiese hacer algo... ese hombre le apuñaló... y luego le cortó el cuello,... fue horrible – lloraba mientras se refugiaba en los brazos de Heero – luego entre los dos hombre me trajeron aquí y me ataron, pensaba que me iban a matar, se rieron de mi y me dijeron que Peacecraf-sama me quería vivo pero que a ti te matarían, intente escapar pero no pude, ese hombre Ryota creo que se llama era más fuerte que yo, me iban a dejar aquí... pero ese... ese se lo pensó mejor y le dijo al otro que se quedaría para divertirse conmigo, Snif, intenté escapar te lo juro, pero... -Tranquilo, shhhhh, cálmate Duo – intentaba consolar al trenzado e intentaba controlarse él mismo, estaba furioso como nunca lo había estado en su vida, iba a matar al desgraciado que se había aprovechado de su chico. Dio gracias a los Dioses por que Duo no le contó el abuso que había sido sometido, porque sino no se hubiese podido contener y habría salido a matar a esos tipos. -Yo... estaba asustado, uno se marcho pero el otro... -No es necesario, no tienes que darme explicaciones. -No, tengo que decírtelo, como estaba atado al poste... se aprovecho que no podía defenderme y... se aprovecho de mí, en un descuido suyo cuando me desató para forzarme para... ya sabes – dijo avergonzado – pude golpearle y derribarlo al suelo, eso provocó que se enfadara y comenzó a golpearme, snif, snif – volvió a llorar – lue... luego no se que ocurrió, me desmaye... y no se si... -¿No estas seguro se te violó? – preguntó conteniendo su ira, la sangre le hervía - ¿Te duele...? – no se atrevió a preguntar. -Me duele todo el cuerpo no puedo distinguir si me violó o no. Oh! Heero que voy ha hacer ahora, seguro que todo el mundo me repudiará, hasta Millardo no querrá que yo... -No digas estupideces Duo, nadie te repudiará, no pienso permitirlo. -¿Por qué haces esto? – se separó del cuerpo de Heero sin atreverse a mirarlo a la cara. -¿Hacer que? – preguntó curioso. -Primero me haces creer que sientes algo por mí, me usas para luego despreciarme y ahora... tú. Porque quieres confundirme, no crees que ya te has burlado lo suficiente de mí – dijo con amargura. -Duo yo... – intentó hablar con él. -No Heero, auchhh! – se quejó al levantarse, los golpes recibidos le dolían horrores – yo solo estaba preocupado por ti, solo... quería avisarte para decirte que corrías peligro, ya me las arreglaré solo, puedes irte con tú novia, estoy bien. -Escúchame Duo – se acercó a Duo que se había alejado para vestirse con alguna dificultad – sé que me he portado mal contigo. -¿Portado mal? – ironizó Duo, había recobrado su autoestima y ahora se sentía dolido por como sido tratado por Heero. -Mírame Duo – le sujetó por los brazos, viendo con sorpresa Duo como aún habían rastros de lágrimas en su rostro – todo a sido un error, pensé que si actuaba así podría protegerte pero me equivoque, cuando te vi ahí tirado en el suelo, pensé que te había perdido para siempre, yo... -¿Qué pasa con Relena? – preguntó sorprendido por la confesión. -Ella no me importa, nunca me ha importado, deje que todos pensarais que éramos para poder estar aquí cuando se decidiera que vendrías con Millardo para casarte con él. -¿A que has venido? -Me enteré por casualidad que venías al poblado de Millardo y tuve miedo que te ocurriera algo por eso no lo pensé y con Relena, mi padre y Trowa creen que les he traicionado al marcharme. -Yo no sé que decir Heero, me hiciste mucho daño, yo... -Lo siento Duo – se acercó para abrazarlo – lo siento mucho no sabía como salvarte de tu compromiso con Millardo – le miró a los ojos – lo de aquella noche, fue verdad, todo lo que te hice sentir y lo que sentir fue verdadero, me dolió en el alma tener que separarme de ti – miró a Duo que derramaba de nuevo lágrimas – jamás he dejado de querer estar a tu lado, ahora se que no actué de forma correcta, intentaba evitarte que sufrieras y has sufrido más por mi culpa. Perdóname Duo – miró esos hermosos ojos violetas – te suplico que me perdones. -... – Duo no sabía que decir, su corazón quería perdonarlo pero su cabeza temía un nuevo engaño. -No llores Duo, me partes el alma, te quiero, te amo.
El corazón de Duo estalló de alegría, se lo había dicho, por primera vez Heero le había expresado directamente que lo amaba, sin pensárselo lo abrazó atrapando con sus labios los labios de Heero. Ante la reacción repentina de Duo, Heero se sorprendió pero luego correspondió al beso que Duo le daba. Pese a todo lo que habían pasado hasta ahora, se sentían felices, los malos ratos habían desaparecido de sus mentes, tan solo estaban ellos dos. En beso dulce y suave inicial se fue convirtiendo en uno apasionado y salvaje, el contacto de sus cuerpos hacía que la pasión se desbordara ante el mínimo contacto que tuvieran. Heero fue quien rompió el beso al notar como Duo intentaba ocultar las muecas de dolor que le producían cualquier contacto en su piel.
-¿Estas bien?¿Te duelen mucho las heridas? –preguntó preocupado. -La verdad que un poco – contestó sonrojado. -¿Puedes caminar? -Creo que sí. -Bien, iré a por Zero y luego vendré a buscarte para marcharnos de aquí. -¡No! – dijo asustado – no me dejes solo por favor – se cogió a su brazo. -Tranquilo – le abrazó – de acuerdo vendrás conmigo, pero no tienes que hacer ruido. -Vale. -¿Confías en mi? -Errr... sí – dijo en un susurró y completamente sonrojado, Heero tenía ese efecto en él y no podía evitarlo, sabía que podía volverlo a engañar pero eso ya no le importaba, deseaba estar con él aunque fuese solo una vez más. -Duo – se sujetó la barbilla para levantarle el rostro – jamás vuelvas a dudar de mis sentimientos hacia ti, te amo – y volvió a besar los labios de Duo. -Yo también – le respondió al finalizar el beso.
Así con mucho cuidado, ocultándose en las sombras de la noche, llegaron hasta la cabaña donde Heero tenía sus cosas, una vez en su poder se dirigieron hacia donde estaba Zero descansando. Heero al notar que Duo tenía dificultades para caminar, cogió a Duo en brazos ante la negativa de éste pero luego aceptó gustoso. Antes de salir Heero se dedico a curar las heridas más urgentes de Duo con la ayuda de unos vendajes y desinfectantes que siempre llevaba Heero entre sus cosas, una vez curado y vendado las heridas que necesitaban más atención se prepararon para partir. Primero acomodó a Duo sobre Zero y luego se subió él, estuvo tentado a regresar a buscar a Millardo pero desistió por miedo a que se diese la alarma y no pudiera sacar a Duo del peligro que sería quedarse en el poblado.
-Heero – llamó al guerrero - ¿sabes algo de Millardo?, me dijeron que estaba enfermo pero me pareció muy extraño, estaba como inconsciente. -Lo has drogado – dijo seriamente, poniéndose en marcha hacia la salida del poblado. -¿Drogado?¿Quién lo ha hecho? – preguntó sorprendido. -Supongo que su padre, algo ha tenido que ocurrir para que lo drogaran y lo apalizaran como lo han hecho. -¿Lo han golpeado como a mí? -Sí, antes de encontrarte a ti di con él, estaba igual que tú o peor, será mejor que regresemos cuanto antes al poblado, creo que Peacecraf-sama tiene intención de atacar el poblado ahora que sus hijos no están además el hecho que hayan encerrado a Millardo me da a pensar que provocado que la situación halla cambiado, por suerte a nuestro favor. -¿Qué habrá ocurrido? -No lo sé, pero la intuición que tu hermana Hilde y Wufei tienen algo que ver. Estoy seguro que Wufei es del Clan del Norte. -¿Dejaremos a Millardo indefenso? – dijo preocupado por el rubio. -¿Te preocupa eso? – dijo molesto por el interés de Duo por su supuesto prometido. -No, no es por lo que piensas, es que... no se como explicártelo... últimamente Millardo se ha comportado muy bien conmigo, parecía que quería protegerme. No sé en la ceremonia del alba se portó diferente a como me lo esperaba. -Lo dices por la forma que te beso, ya me di cuenta que no te molestó en absoluto. -¿Me vistes? – dijo avergonzado. -Yo y todo el poblado – dijo molesto- parece que después de todo no te desagrada tu prometido. -Como puedes decir eso – dijo molesto y sorprendido – creo que estas celoso – sonrió. -¿Celoso? – miró sorprendido a Duo como sonreía – yo... lo reconozco, me sentó como una patada en el hígado. -No seas tonto – se giró un poco para verle directamente a la cara – solo me interesas tú – le beso tiernamente. -Más te vale – le abrazó posesivamente – no te preocupes por ese rubio, no creo que se atrevan a matarlo. -Eso espero -Duo – habló Heero en un tono bastante serio, cosa que preocupó a Duo. -Sí. -¿Quiénes fueron los que te atacaron? -No estoy muy seguro de sus nombres... – dijo con cierta tristeza -... fueron los que me llevaron de mi poblado al poblado de Millardo, uno creo que oí que se llama Ryota y el otro Hana. ¿Por qué?. -Es solo para saber quien serán los primeros en caer. -¿Que?. -No voy a permitir que unos desgraciados hayan puesto las manos a mi prometido y mucho menos permitir que lo hayan golpeado, como lo hicieron. -¿Pro... prometido, has dicho? -Sí, no pensarás que después de lo que pasó entre nosotros no voy a ser responsable con mis actos. Fuiste mi amante y eso conlleva una responsabilidad. -No quiero que te sientas obligado conmigo por eso. -Mira que llegas ha ser baka – dijo medio molesto – te he dicho que te amo y por eso quiero, comprometerme contigo, no lo entiendes, no quiero que nuestra relación se base solo en sexo. -Valla, Heero, me dejas sin palabras – dijo sorprendido – es la petición de matrimonio más extraña que he oído en mi vida, jeje. -Yo... – intentó hablar pero estaba avergonzado y sonrojado por el comentario de Duo, no fue su intención sonar tan patético – lo siento, es que... no se me dan muy bien expresar mis sentimientos, supongo que esperabas otra cosa – dijo apenado. -No, no pasa nada, es solo que me sorprendió como lo dijistes. -Entonces – detuvo a Zero para girar a Duo y verlo a la cara - ¿Quieres casarte conmigo?- le propuso. -Yo... – miró avergonzado a Heero. -¿Que ocurre? – le preguntó preocupado por una posible negativa por parte del trenzado. -Heero, ¿estas seguro de querer que yo sea tu esposo? – preguntó dudoso. -Por supuesto, ¿porque lo preguntas?. -Es que... no estoy seguro de lo que llegó a pasar... en ese barracón, puede... que hayan abusado de mí... me halaga que me consideres merecedor de ser tu esposo pero entenderé y respetaré que me rechaces por lo ocurrido –dijo con los ojos vidriosos. -Duo, mírame – le alzo el rostro – te amo, se me revuelven las tripas de pensar que esos hijos de perra te hayan tocado pero tú no tienes la culpa, te amo y te amaré siempre, pase lo que pase y no te reprocho nada, no te diré que no me importa porque no es así, esos bastardos pagaran por lo que te han hecho, pero a ti me sería imposible rechazarte, deseo que te conviertas en mi esposo, ahora más que nunca, déjame hacerte olvidar ese mal rato, déjame amarte y borras esas caricias sucias con las mías. Que me dices, ¿quieres ser mi esposo y casarte conmigo?. -Heero – se abrazó a su cuello volviendo a llorar pero de alegría – si quiero, claro que quiero. -Eso está mejor – dijo sonriendo – por un momento pensé que no querías casarte conmigo. -Baka – se limpió las lágrimas y le dedicó una gran sonrisa. -Sujétate fuerte. Zero corre, debemos llegar cuanto antes al poblado – ordenó a su tigris.
Así entre la oscuridad de la noche Heero y Duo salieron del poblado sin problemas en dirección al poblado del Jefe Nazca, tan solo quedaban una hora para el amanecer.
Tiang-li hacía rato que había llegado a su campamento, Akagi y Dark se sorprendieron al ver como Tiang-li cargaba en su hombro a la hija de Peacecraf. Después de la sorpresa inicial y de haber escuchado el motivo por el cual se había llevado a la hija del Jefe del Clan al haberse descubierto Tiang-li por la joven Peacecraf, no pudieron más que reírse por la situación tan comprometida que se encontraba. La veían como pataleaba e intentaba gritar para que la dejaran libre, ante las burlas de los hombres solo hacía que Relena se sintiera más enfadado y humillada. Tiang-li empezó a sentirse cansado por lo cual decidió retirarse para por descansar aunque fuesen las pocas horas que quedaban para el amanecer. -Dark, Akagi, quedaros en guardia, yo me voy a dormir, tener los ojos bien abiertos, ante la menor sospecha avisarme. -Si señor – respondieron los dos. -Queda alguna tienda libre para la princesa – se burló mirándola al verla como lo miraba fijamente. -Me temo que no – dijo Dark – solo quedaban dos Tiang-li, la suya y la de Wufei-sama. -Bueno, entonces no quedará más remedio que la princesa comparta tienda conmigo, así se hará una idea de lo que le espera en un futuro, jeje. -Tienes razón, jeje, seguro que la señorita Peacecraf no se opondrá – se rió Dark. -Mmmmmmm – intentó protestar la joven. -Creo que la señorita Peacecraf quiere darle las gracias por tu hospitalidad – se burló Akagi. -Jeje, creo que sí – se rió Tiang-li – bueno chicos nosotros nos vamos – dijo cogiendo a Relena por la cintura como si se tratase de un saco. -Que lo paseéis bien – dijeron al unísono los dos hombres riéndose al ver como Relena se movía como una serpiente para liberarse.
Al poco rato Tiang-li ya estaba dentro de su tienda, puso a Relena aún amordazada y atada de manos en el fondo de la tienda para evitar que escapara, teniendo que pasar por delante de él si quería salir de la tienda. Relena intentó salir corriendo pero después de varios intentos fallidos desistió de hacerlo, esperaría a que se durmiera para poder escaparse. Al ver que Relena desistió de escaparse decidió irse a dormir no antes de asegurarse que la chica no podría salir de allí. Bajo la atenta mirada de Relena se comenzó a desvestir, ya que tenía la misma manía de dormir que Wufei, al ver lo que hacía el guerrero, Relena se sonrojó y desvió la mirada del hombre, a pesar de la corpulencia y la pinta amenazadora del Tiang-li reconoció que era un hombre bastante atractivo y con un cuerpo bien trabajado y desarrollado, seguramente era mayor que ella pero eso no desmerecía el atractivo salvaje que poseía. Antes de quitarse la última pile que cubría sus partes nobles, se acercó a la muchacha, cosa que asustó a la joven que se echo instintivamente hacia atrás.
-Tranquila, no te voy ha hacer nada, si te portas bien no habrá ningún problema, quiero que sepas que no me gusta pegar a las mujeres, jamás lo he hecho pero no lo dudaré si no me obedecer, me entiendes – le dijo viendo como esta asentían afirmativamente – bien, ahora te voy a desatar y te voy a quitar la mordaza, espero que no hagas una tontería ni que te pongas a chillar, ¿entendido? – volvió a ver que asentían. -Me duelen las muñecas – se quejó la chica frotándose las muñecas al estar libre y sin mordaza. -Lo siento pero era necesario – comentó Tiang-li. -¿Dónde voy a dormir? – preguntó perturbada por la cercanía del hombre casi desnudo. -Ahí – señaló la cama. -¿Y tú?- preguntó extrañada al ver solo un lecho. -Ahí también – sonrió -Pero eso es imposible, no pienso compartir la cama contigo – dijo molesta. -Tu misma – se levantó para acercarse a la cama con la intención de meterse entre las suaves pieles – si no quieres puedes dormir en el suelo aunque no te lo recomiendo, pueden haber bichos que se te metan entre la ropa – dijo para asustarla mientras se quitaba la última piel para quedarse completamente desnudo antes la mirada asombrada de Relena. -Yo... yo... me da igual – giró la vista para no ver al hombre – dormiré sentada. -Como quieras – se tumbó entre las pieles.
Habían pasado varios minutos en silencio, Relena hacían todo lo posible para no quedarse dormida, pero le estaba costando mucho, la idea que algún insecto le entrase en la ropa le daba escalofríos, pero a pesar de sus intentos por quedar despierta no lo conseguía. Al ver los intentos fallidos de la chica por mantenerse despierta, Tiang-li se levantó para acercarse a la chica cogiéndola en brazos para meterla en la cama junto a él.
-Tranquila, no te voy hacer nada, esta noche hace frío y si te duermes sentada mañana te dolerá todo el cuerpo y no quiero oír luego reproches. -Pero no... -Sssshhhhh, duerme, no tienes que tener nada.
Relena se dio la vuelta para darle la espalda, tenía frío pero podía sentir el calor que emanaba ese hombre, habían pasado y parecía que el hombre se había dormido por la respiración lenta y pausada. Relena se movió con la intención de levantarse pero antes de poder destaparse para levantarse sintió como Tiang-li se había dado la vuelta apoyando su pecho en su espalda y pasando su gran brazo por su cintura, cosa que hizo que se estremeciera.
-Ni lo intentes – oyó la voz de Tiang-li haciendo que se tensara su cuerpo – no querrás que me enfade, ¿verdad? – le dijo estrechando su agarre hasta tenerla completamente pegada a su cuerpo. -Yo no iba hacer nada – dijo con miedo. -Segura – la volteó quedando sobre ella pero sin apoyar todo su peso sobre ella. -Yo...
No pudo decir nada, ya que sintió como atrapaban sus labios en un salvaje beso. Quiso resistirse y apartarlo pero el peso y la fuerza del Tiang-li no se lo permitieron.
-Te dije que hicieras las cosa por las buenas. -No, No lo volveré ha hacer, te lo prometo – dijo asustada. -Me temo que ahora es tarde tendré que enseñarte quien manda aquí. -No... pero los labios de Tiang-li volvieron a atrapar los de la chica.
Relena forcejeaba cosa que no importo en absoluto al hombre, en un descuido sujetó la piel que cubría el pecho de Relena tirando de ella hasta partirla por la mitad dejando el pecho desnudo al descubierto.
-No por favor – suplicaba Relena -Te avisé, ahora atente a las consecuencias.
Relena se retorcía bajo el cuerpo del hombretón cosa que hacía que Tiang-li se excitase más por los roces del cuerpo de la chica. Tiang-li abandonó los labios de la chica para recorrer su cuello hasta llegar a su pecho al cual acarició y succionó con deleite y pasión. Pese a la negativa de Relena su cuerpo empezó a estimularse antes las caricias acertadas del guerrero, sin darse cuenta los gemidos de protesta y negativa se fueron transformando en gemidos de placer y deseo. Al ver Tiang-li que Relena empezaba a disfrutar sus caricias decidió llegar un poco más lejos, con gran habilidad le retiró toda las pieles que llevaba la chica dejándola expuesta ante él, cosa que agradeció y se deleitó ante el espectáculo que daba la hija de Peacecraf, desnuda y excitaba por sus caricias. Tiang-li siguió estimulando los pezones sensibles de la chica y bajando su mano se dedicó a masajear y estimular la entrepierna de la chica, recibiendo gemido de gratitud por sus atenciones. Al ver la gran excitación de la chica decidió concederle unas caricias más intensas a las recibidas hasta ahora, así que sin previo aviso abandono sus pezones para centrarse en saboreas el néctar que derramaba Relena entre sus piernas. Relena se tensó y arqueó la espalda al sentir tal explosión de placer. Durante varios minutos estuvo nadando dentro del mar del placer notando como en momentos perdía la conciencia y la orientación de donde estaba y con quien estaba. Tiang-li no podía más, la excitación que sentía se le estaba haciendo dolorosa, su pene estaba completamente erguido e hinchado, necesitaba el alivio que la misma Relena le pedía entre gemido y gemido. -No aguanto más, aaaaahhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!, a partir... de ahora aaaaahhhh, serás mía y de nadie más, lo sabes, ¿verdad?, aaaaaahhhhh!!!! Mmmmmmm!!!!!! – se rozaba contra la entrepierna de Relena.
-Siiiiiiii!!!!!!! Aaaaahhhhhhhh!!!!!!!!!!!!, hazlo, quiero sentirteeeeeee!!!!!!!!! – gemía la chica.
Sin previo aviso, Tiang-li enterró su pene dentro de Relena de una sola estocada.
-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!! – exclamaron los dos.
Al notar la mueca de dolor de Relena, Tiang-li se quedó quieto, al ver que se recuperaba comenzó a moverse dentro de ella, primero lentamente y luego cada ver más deprisa, las envestidas cada vez eran más rápidas y profundas, Relena disfrutaba y gemía presa de la lujuria y en placer que le ofrecía y Tiang-li a pesar de la experiencia de antiguas amantes tubo que reconocer que Relena era increíble, era apasionada y ardiente, cada vez le exigía más pero a la vez se entregaba más. En momento cumbre no tardó llegar, explotando los dos a la vez en un orgasmo intenso y salvaje. Se quedaron quietos hasta que pudieron regularizar sus respiraciones.
-¿Sabes lo que esto significa? –preguntó Tiang-li mirando fijamente a la chica. -¿Sabes lo que esto significa? – le mostró la mano después de pararla por la piel donde estaba ella acostada a la altura de trasero, manchándose en el proceso de sangre. -¿Tú eras...? – miró extrañado a la chica. -Si lo era, no creerás que me acuesto con el primero que se me presenta – dijo molesta. -Me alegra saberlo, desde ahora serás mi mujer y como tal, espero tu obediencia y respeto hacia mí. -No esperaras que sea tu esclava – dijo molesta. -No te pido eso, si me obedecer no tienes por que temer nada. -Solo espero que me trates como hasta ahora – dijo sonriendo con malicia. -Si tú lo quieres así será y volvió a besar a la que de ahora en adelante sería su mujer.
Continuará...
Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia. Advertencias: Escenas: Cómicas, Angs., Lemon Yaoi., según capítulos. Época: La historia transcurre en la prehistoria, antes de cualquier época de civilización
Cap.11
-Noin – llamó el Jefe Peacecraf a la guerrera – veo que has hecho lo que te dije, me alegro saber que me eres leal y que aprecias tu vida, por lo que veo el Jefe Nazca no ha sospechado nada, eso es perfecto. -Si no se le ofrece nada más me gustaría poder retirarme, Peacecraf-sama. -Esta bien puedes... -Peacecraf-sama – interrumpió la sombra que delató a Millardo – con permiso tengo que informarle de algo importante. -Espera un momento Noin – se dirigió a la guerrera - ¿qué ocurre?- preguntó al hombre. -Acabo de enterarme que la hija de Nazca a desaparecido junto con Wufei- sama y su hombre de confianza. -Vaya, vaya, así que Wufei ha decidido llevarse su recompensa antes de hacer su trabajo, esto se pone interesante. -Han salido varios grupos de hombres entre ellos el propio Nazca a buscar a su hija – comentó el hombre joven a su superior. -Primero les deja el hijo del Guerrero Touya, luego el hijo de Nazca y ahora la hija, jajaja, El poblado está bastante desprotegido ahora, están demasiado preocupados por buscar a esa joven como para darse cuenta de lo que puede ocurrir aquí. Esta es una oportunidad que no podemos desaprovechar, jajaja. -Me temo que tú descanso se tendrá que posponer Noin – le habló con ironía – te necesito ahora más que nunca, jaja – Noin te encargarás de reunir todas las armas que puedas conseguir antes del amanecer, tú – se dirigió al hombre – encárgate de agrupar a todos nuestros hombres disponibles, manda un suzako a nuestro poblado reclutando a todo hombre que pueda pelear para que antes del amanecer estén aquí listos para un ataque sorpresa al poblado, que se agrupen tras la montaña Paoz,, cuando vean nuestra señal atacarán junto con nosotros. Hacer todo esto sin levantar sospechas, ahora que Nazca no está en el poblado podremos movernos con más libertad. -Sí Peacecraf-sama – dijo la sombra para salir de la cabaña y dirigirse a las demás cabañas asignadas a los miembros del Clan Peacecraf. -Noin, en cuento tengas las armas, distribúyelas a los nuestros, estando mis hijos fuera del poblado podremos atacar libremente, me da igual lo que les ocurra a la gente de este poblado pero quiero a toda la familia de Nazca muerta para antes del anochecer de mañana ¿entendido? -Sí, Peacecraf-sama, así se hará, ¿qué pasará con los hombres de Wufei- sama? -No lo sé y no me importa, aún si se unen al Clan de Nazca no tendrán nada que hacer, en cuanto amanezca atacaremos y la aniquilación del Clan de Nazca tiene que ser rápida así cuando llegue Wufei si es que llega ya no habrá nadie a quien ayudar. -Sí Peacecraf-sama, con su permiso me retiro. -Bien hazlo, pero recuerda, tu situación es delicada, a la mínima sospecha de ti... -Lo sé Peacecraf-sama, lo tengo presente, con su permiso me voy. -De acuerdo vete – le dijo viéndola como salía de la cabaña – jajajaja, Nazca tus horas y las de tu familia están contadas, jajaja, acabaré contigo, jajaja.
Quatre caminaba intranquilo por la cabaña de su padre, esperaba noticias y ya habían pasado dos horas y no sabía nada. Su madre lo miraba con cara de preocupación pero se negaba a decir nada por miedo de preocupar más a sus hijos. Allí dentro de la cabaña estaba Kaori y Megumi (las esposas de Yuki y Touya), para darle ánimos y apoyo y su hija Yune y Quatre, llevaban horas esperando noticias y la espera les estaba crispando los nervios.
-Quatre – llamó su hermana pequeña para preguntarle – ¿puedes sentir a Hilde, sabes si está bien?. -Yune, la verdad que estoy un poco confuso, siento muchos emociones de Hilde, pero creo que está bien, por ahora – murmuró – no siento que esté herida, pero noto muchos sentimientos que interfieren, no puedo distinguir a quien pertenecen y eso me preocupa. -Tranquilo hijo, eso debe de ser porque sientes la preocupación y los nervios de tu padre y los grupos de búsqueda, por eso te interfieren y te confunden – intentó tranquilizar a su hijo. -Puede que tengas razón, pero no estoy tranquilo. -Quatre carió – habló Kaori – verás como Trowa la encuentra, él no dejará que le hagan daño. -Gracias, Kaori-san – le agradeció cuando sintió que se había acercado a él para abrazarlo para tranquilizarlo, mientras miraba como su madre consolaba a un a Yune asustada.
-¡Yuiren-sama! – es escucharon los gritos de uno de los hombres que hacían guardia - ¡Yuiren-sama!. -¿Qué ocurre? – preguntó preocupada al joven que entró a la cabaña. -Acaba de llegar un suzako con un mensaje, venía del Este. -¿Dónde está? – preguntó alarmado Quatre. -Está fuera volando en círculos encima de la cabaña. Antes de que acabase de hablar el joven Quatre ya había salido corriendo hacia fuera. En cuanto salió pudo ver como un gran suzako de plumas negras y azuladas volaba en círculos sobre el techo de la cabaña. Eleve al ver al joven que lo miraba intensamente y sintiendo la seguridad de que no le haría daño, se acerco hacia el joven. Quatre al ver que se acercaba el ave hacia él no tubo miedo, extendió su brazo para facilitar que se posase en su brazo el ave. En cuanto el ave se posó en su brazo se lo llevo hacia el hombro para poder soportar mejor el peso de la gran ave, una vez en su hombro le acarició en la cabeza y el pecho para mostrarle su confianza para poder coger el mensaje que llevaba en una pata sin ser atacado por el animal, ya que si no le transmitía confianza al animal este no dejaría que le quitasen el mensaje. Ante las caricias del joven el ave abrió sus grandes alas como forma de agradecimiento dándole a entender que podía retirar de su pata el mensaje. Una vez que Quatre tubo el mensaje en sus manos lo leyó con mucha atención. La madre de Quatre junto con las esposas de Yuki y Touya salieron para ver como Quatre leía atentamente el mensaje, sus rostros se preocuparon al notar el rostro de preocupación que puso el joven al empezar a leer el mensaje.
"Jefe Nazca, no perdáis el tiempo en buscar a tu hija, te hago saber por medio de mi suzako que tengo a tu hija Hilde en mi poder. Ella se encuentra sana y salva, por motivo que muy pronto te explicaré personalmente, me he visto obligado a llevármela, por su seguridad y la vuestra. Solo puedo decirte que ella está bien y que pronto se reunirá contigo. En breve, yo y mis hombres viajaremos hasta tus tierras, Esta mensaje no es una amenaza, solo pido formalmente que nos dejes pasar por tus tierras sin tener que enfrentarnos. Mi intención es pacífica. Te doy mi palabra de honor que yo Wufei Chang Jefe del Clan del Norte y mis hombres no os atacarán."
XXX Wufei Chang XXX
El rostro de preocupación de Quatre se suavizó un poco, tras esas breves líneas había presentido que su hermana estaba a salvo bajo la custodia del Jefe del Clan del Norte.
-Quatre – llamó a su hijo preocupada - ¿de quien es el mensaje?¿qué dice? -Es del Jefe del Clan del Norte – le comunicó a su madre viendo como retrocedía unos pasos asustada por lo que pondría el mensaje – tiene a Hilde. -Oh! Por todos los Dioses – exclamaron las mujeres alarmadas. -Oh! Mi niña – dijo Yuiren echándose a llorar - ¿qué le has hecho esos bárbaros? -Tranquila madre – intentó calmar a su madre, había sido muy brusco al dar la noticia – ella está bien, el Jefe Chang nos dice que está bien y que tiene la intención de venir con sus hombres hasta aquí, dice que traerá a Hilde. -¿Qué quieren venir? – preguntó Kaori preocupada - ¿esto no me gusta? -¿Puede que quieran atacarnos y tienen a Hilde como rehén? – dijo Megumi. -No lo creo –habló Quatre – de ser así, no nos hubieran avisado que tienen a Hilde, si nos quisieran atacar un ataque sorpresivo hubiese sido más efectivo, además el Jefe Chang dice que da su palabra de honor al decirnos que no atacarán. -¿Y crees que dice la verdad? – preguntó Megumi – se rumorea que ese Clan es bárbaro y que han hecho atrocidades a lo largo del tiempo, son ladrones, asesinos y no sé que cosas más. -Solo son rumores, nunca nos hemos podido corroborar, además son un Clan guerrero, y como tal, la palabra de un guerrero es más importante y tiene más valor que cualquier otra cosa. -Hay que avisar a tu padre y a los demás – comentó preocupada Yuiren a su hijo. -Si tienes razón, tienen que regresar cuanto antes, padre sabrá lo que hacer respecto a esto – dijo haciendo alusión al mensaje. - Tatsu, Yota – llamó Yuiren a dos de los miembros de su Clan – enviar ahora mismo a varios susakos para que avisen al Jefe Nazca y a los demás para que regresen. -Sí, Yuiren-sama – contestaron a la vez para después dirigirse a cumplir con la orden. -Ahora solo tenemos que esperar que regresen – comento Kaori a los demás. -Hay una cosa que no entiendo – comentó Yuiren a su hijo – ¿cómo Hilde cayó en las manos del Jefe Chang? -Supongo que las sospechas de Trowa respecto a los nómadas que nos ayudaron cerca del poblado Shina eran ciertas. Wufei-san y Tiang-li serían del Clan... Un momento – se sorprendió al darse cuenta de un detalle y volviendo a leer el mensaje lo dedujo. -¿Qué pasa Quatre? – preguntó Kaori. -Si Wufei-san no mintió en su nombre... puede que sea una coincidencia... si no quiere decir que... -¿Qué ocurre Quatre? Me estás asustando – dijo preocupada Yuiren. -... – volvió a mirar el mensaje – durante todos estos días hemos tenido al Jefe del Clan Chang entre nosotros y no nos hemos dado cuenta, ahora entiendo algunas cosas. -¿Ese hombretón con cicatrices, es el Jefe del Clan del Norte? – preguntó sorprendida su madre. -No madre, él no, el otro joven, Wufei-san. -Ese joven, no me lo puedo creer, parecía un joven agradable, a pesar de todo. -Pues si, ahora me explico porque ha desaparecido Hilde y el porque con él Jefe Chang esta a salvo. -No te entiendo Quatre – dijo su madre. -Wufei-san o mejor dicho Wufei Chang, está enamorado de Hilde, por eso dice que nos atacará, supongo que Hilde lo descubrió y para que no lo delatase se la llevó, o eso o que por miedo a un enfrentamiento por parte del Clan Peacecraf pudiese salir herida. -Pobre Hilde – dijo triste Yuiren – el tener que enterarse que ese joven, hipotéticamente es nuestro enemigo, no le debió gustar demasiado. -No y más sabiendo que Hilde está enamorada de él – confirmó Quatre. -Será mejor que vayamos todos a esperar a nuestros hombres a dentro, quedándonos aquí fuera no haremos que lleguen antes – dijo Kaori. -Tienes razón Kaori – dijo Yuiren – vamos a dentro.
Al cabo de una hora más o menos el grupo de hombre regresaba presuroso al poblado, había sido avisados gracias al suzako, que regresaran cuanto antes. Tan pronto como llegó el Jefe Nazca se dirigió hacia su cabaña donde se encontraba su mujer e hijos y las esposas de sus amigos, junto con él, al mismo tiempo, regresaron los demás y junto con Nazca se dirigieron a la cabaña del Jefe para saber la repentina urgencia de volver sin haber encontrado a Hilde. En cuanto entraron por la cabaña fueron recibidos por sus mujeres siendo abrazados por ellas después del mal rato que habían pasado tras los nervios y la incertidumbre, Trowa también se acercó a Quatre para abrazarlo al notarlo preocupado por la situación. Sin perder más tiempo Quatre y Yuiren resumieron la situación a Nazca, entregándole el mensaje que había traído el suzako del Clan del Norte. Pese a lo malo de la situación el Jefe Nazca pudo respirar más o menos tranquilo, él también creía en la palabra del joven Jefe Wufei, en parte agradeció el poder tener a Hilde fuera del poblado ante un posible ataque de Peacecraf. Una de las inquietudes que más preocupada al Jefe Nazca se había disipado de forma casi milagrosa, gracias a los Dioses o mejor dicho gracias a la influencia de su hija Hilde ya no tendrían que enfrentarse a un Clan tan peligroso como el Clan Chang, eso quería decir que el aliado principal y más peligroso de Peacecraf había roto su alianza. Por ahora solo tenía que vigilar al Clan Peacecraf, lo más seguro que al saber Peacecraf-sama de la ruptura de su alianza con el Clan del Norte lo hiciera enfurecer, y sería capaz de atacar en cualquier momento cegado por el odio y la desesperación. -Bueno con esto las cosas mejoran – hablo Nazca al grupo que se había reunido en su cabaña – pero no han acabado, el que ya no tenga al Clan del Norte cono aliado no significa que haya desistido de su empeño en destruirnos, con esto solo puedes pasar dos cosas, una que adelante su ataque y dos que espere a encontrar un nuevo aliado. -No creo que espere mucho – comentó Touya – está demasiado loco para tener tanta paciencia y seguro que al saber que el Clan de Norte no le apoya hará que apresure su estrategia, es capaz de hacer un ataque suicidan con tal de vencer, está demasiado loco para pensar el los demás, incluso en su propia gente. -Tienes razón – continuó Nazca – por eso debemos estar más atentos que nunca. -Mañana haré que envíen a más de mis hombres del poblado – comentó Yuki – y los que tenemos aquí haré que doblen la vigilancia. Me temo que por ahora la boda de nuestros hijos se tendrá que aplazar por un tiempo, al menos hasta que solucionemos este problema – dijo mirando a los chicos que estaban sentados juntos cogidos de las manos. -Por nosotros no hay problema – dijo Trowa mirando a Quatre ya a su padre. -Podremos esperar – habló Quatre sonrojado. -Me alegro que piensen así – les respondió Yuki. -Por esta noche creo que ha sido suficiente – comentó Nazca – será mejor que vayamos a descansar, mañana será un día muy agitado. -Sí tienes razón amigo – dijo Yuki, despidiéndose para dirigirse a su cabaña – nos vemos mañana por la mañana, a descansar y no os preocupéis por Hilde, estará bien. -Eso es – continuó Kaori – Yuiren intenta descansar un rato, mañana tendremos que preparar la ceremonia del Sol. -Si tienes razón Kaori – se abrazó a su amiga – menos mal que os tengo a las dos aquí – miro a Kaori y a Megumi – que descanséis vosotras también. -No te preocupes – dijo Megumi – que descanses, Touya nos vamos. -Sí nos vamos, buenas noches, Nazca, Yuiren, Quatre (la pobre Yune ya había caído dormida hace rato). -Buenas noches – dijo Nazca a sus amigos para después dirigirse con su mujer a descansar – Quatre ¿no vas a ir a dormir?. -Sí padre ahora voy, ve a dormir me quedo un ratito con Trowa y ahora me voy a dormir. -No te estés mucho rato despierto. -Deja los chicos en paz – acusó Yuiren a su esposo – es normal que quieran estar a solas un rato. Buenas noches cariño - se acercó a Quatre para besarle en la frente – buenas noche Trowa – se acercó a él para besarle también en la frente – que descanséis, Ah! por cierto - se acercó al oído de Trowa para susurrarle algo, que después de oírlo Trowa se puso colorado – Buenas noches chicos. -Bue... buenas noches Yuiren-san dijo nervioso a su futura suegra. -Buenas noches mama.
-¿Qué te ha dicho? – preguntó curioso Quatre. -Que se queríamos, podíamos usar la cabaña que le habían dado a Wufei para estar a solas y pasar la noche juntos – dijo rojo como un tomate. -Eso... eso te ha dicho – dijo nervioso. -Sí – se quedo mirando a su prometido - ¿quieres dar un paseo? Creo que aquí hace mucho calor. -Eh... si demos un paseo – dijo saliendo los dos de la cabaña.
Cerca de la frontera entre los territorios de Los Lagos y de Peacecraf, los hombres de Chang descasaban para después del amanecer dirigirse al poblado del Jefe Nazca. Todo el mundo dormía menos los dos hombres encargados de la vigilancia.
-Eh Dark, esos de ahí no parecen del Clan Peacecraf – hablo en vos baja a su compañero para no ser descubierto por la caravana que atravesaba el camino a unos 200 metros de su posición resguardada. -Creo que si, llevan una carreta con dos personas tendidas y... un momento esa no es Relena Peacecraf. -Si, si lo es Dark y va acompañada de un hombre, parece del Clan Heavyarms por sus tatuajes. -Akagi no crees que s muy extraño, también al uno que parece del Clan de Los Lagos por su trenza, creo que se dirigen al poblado Peacecraf, algo a tenido que suceder, ¿despertamos a Wufei-sama? -Errr... no déjalo dormir, seguro que la caprichosa de la hija de Peacecraf se cansó de estar en el Festival y pidió para regresar a su poblado, además seguro que nuestro jefe se lo debe de estar pasando genial con su chica, a mi no me gustaría que me interrumpieras, ya sabes, jeje. -Tienes razón Akagi, jeje. Seguro que no es nada pero mejor se lo cuento a Tiang-li. -Bien, ve, pero no tardes.
Tiang-li al estar enterado de lo que habían visto los hombres que vigilaban, tomó a su tigris y siguió a la caravana sin ser visto, averiguaría que hacían tan pronto de regreso a su poblado y regresaría para antes del amanecer el poblado Peacecraf estaba solo a una hora de allí, tendría tiempo suficiente.
Ya habían llegado al poblado, los primeros en desmontar fueron Relena y Heero junto con Mitsu y varios hombres del Clan Peacecraf. Relena al ver como Heero se dirigía hacia la carreta para despertar lo más seguro a Duo y a su hermano le detuvo antes de llegar a ellos con el pretexto de ir a ver la cabaña que iba a ser la suya hasta que se casaran.
-Relena, eso lo puedo ver después, primero tengo que hacer una cosa, tengo que hablar con alguien – dijo molesto. -Pero es que quiero enseñártela... no querrás que se la den a ese guerrero de Los Lagos y tú tengas que dormir conmigo – sonrió con malicia sabiendo que de esa manera no rehusaría acompañarla, había descubierto que el interés de Heero en ella era solamente para estar cerca del trenzado, pero eso ella no lo iba a permitir – además lo más seguro que ahora lleven a mi hermano y a su prometido a su cabaña para que descansen. -Está bien Relena, en enséñame donde dormiré – dijo frustrado. -Bien sígueme – sonrió triunfal.
-Duo-san – despertó Mitsu a su protegido – hemos llegado, despierte. -Mmmm, hemos llegado ya, ¿he dormido todo el camino? – dijo al abrir los ojos viendo como seguía recostado encima de Millardo, al notarlo se separo rápidamente. -Sí, Duo-san a dormido todo el camino, jeje. -Ahora que haremos. -Tranquilo, yo estoy aquí para protegerlo, no dejaré que le ocurra nada malo. -Gracias Mitsu – sonrió agradecido por el apoyo. -Duo-sama – le llamó Hana uno de los hombres de Peacecraf – acompáñame para que pueda asearse por el viaje, mientras llevarán a Millardo-sama a su cabaña para que repose, luego podrá ir con él. -Errr... si claro ahora voy cojo mis cosas, un momento – una vez que tenía todas su cosa se disponía a seguir al Hana. -Esto... solo puede venir él – se dirigió a Mitsu que seguí a su protegido – solo va a bañarse, no es necesario que lo protejas, nosotros estamos aquí para que nada le ocurra. -Lo agradezco pero es mi trabajo – contestó Mitsu sin creer del todo las palabras que había dicho ese sujeto – donde va Duo-san voy yo, es mi deber. -Pero ya te he dicho que no es necesario – dijo empezando a enfadarse. -No importa, no me separaré de él – le miró con dureza. -Muy bien como quieras – dijo sin mostrar ningún sentimiento – Ryota me acompañas a acomodar a Duo-san y a su protector – se dirigió a su compañero dándole a entender sus intenciones. -Claro ahora mismo voy – le dijo al percatarse de situación – ey... tú y tú – señaló a dos de sus hombres – encargaros de llevar a Millardo-sama a su habitación. -Sí señor – dijeron sus subordinados. -Bien vamos – comentó Ryota con una sonrisa sádica que no pudieron ver Duo y Mitsu al estar delante de él.
Los llevaron por el centro del gran poblado, aún era de noche tan solo faltaban un par de horas para el amanecer, en un momento dado Hana se situó a lado del joven trenzado para dirigirse hacía una de las cabañas más alejadas del poblado cosa que extraño a Duo pero no quiso decir nada, por otro lado Mitsu empezaba ha intranquilizarse, las cosa no le olían bien, algo tramaban esos dos. Al girarse para reclamar al guerrero Peacecraf que iba detrás de él vio como este llevaba un gran cuchillo en su mano y con una gran sonrisa diabólica lo vio como se acercaba rápidamente hacia él. Antes de dar tiempo a sacar su cuchillo para defenderse noto como ese guerrero se había abalanzado sobre él sujetándole del cuello con una mano y con la otra vio como en cuchillo le atravesaba el estómago. Al sentir el extraño movimiento y el sonido de un gemido detrás de él, Duo se giró viendo horrorizado como Mitsu era apuñalado por el guerrero Peacecraf. Antes de poder gritar, Duo sintió como el otro guerrero que iba con ellos se abalanzaba sobre él tapándole la boca para evitar que el grito se escuchase y para inmovilizarlo. -Se te avisó que no hacía falta que lo acompañas, jeje – se burló el guerrero que sujetaba a Duo. -De todas maneras habrías acabado igual tarde o temprano – se rió Ryota sacando el cuchillo del estómago de Mitsu, cayendo este de rodillas. -Malditos bastardos, esto lo pagaréis, cof, cof – intentó hablar pero la boca se le llenaba de sangre y le empezaba a costar respirar. -Eso lo veremos, jeje – se acercó a Mitsu cogiéndole del pelo para después degollarlo con la mano que tenía el cuchillo. -Nooooo!!! – gritó Duo al ver impotente como mataba a Mitsu delante de sus ojos, ojos que se le llenaron de lágrimas de rabia y desesperación. -Bien un problema menos – se burlo Ryota limpiando el cuchillo con la ropa de Mitsu – ahora nos encargaremos de ti, precioso – dijo acercándose a su compañero que sujetaba en el suelo a Duo que intentaba escapar pataleando. -¿Qué vais ha hacer conmigo? – preguntó nervioso temiendo su muerte. -Ey... tranquilo muchacho – ayudo a Hana a ponerlo de pie y sujetarlo entre los dos – por ahora no te haremos nada, jeje. Nuestro jefe te quiere vivo. Además no queremos levantar sospechas por ahora, ya que tu amiguito el Heavyarms esta aquí. -¿Mi amigo Heavyarms está aquí?¿Heero esta aquí?. -Eso es, la caprichosa de Relena se lo ha traído, pero en cuanto nos encarguemos de él, podremos divertirnos contigo. -"Heero" – pensó - ¡¡¡¡¡HEEERRRROOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!! – gritó sin pensárselo. -Cállate maldito – dijo golpeándolo en el estómago sacándole el aire y haciendo que se doblase sobre si mismo. -Cof, cof, no permitiré que os salgáis con la vuestra, cof, cof. -Eso mismo dijo tú amiguito y mira como ha acabado, jjajajajaja. -Se acabó la fiesta por ahora – dijo Hana – llevémoslo a la cabaña celda, allí no podrá escapar.
Entre la oscuridad que le proporcionaba la noche una gran sombra corpulenta se había acercado al poblado Peacecraf, dejando a su tigris fuera del alcance de cualquier miembro de ese Clan, había visto y oído todo lo que había pasado sin ser visto. Estuvo tentado a seguir a esos hombres para saber que harían con el joven Duo pero prefirió regresar por sus pasos para poner al corriente a Wufei-sama de lo que había descubierto, no antes de comprobar el estado de Millardo. En cuanto lo encontró dormido en su cabaña intentó despertarlo pero al ver que no reaccionaba y después de comprobar las constantes vitales del joven rubio supo que lo habían drogado, así sus pupilas dilatas y sin brillo lo decían, su propia gente lo había drogado seguramente al enterarse de la conversación que habían tenido con su Clan. Seguramente por eso Peacecraf había hecho volver a sus hijos al poblado, lo extraño era que había conseguido traer al joven Duo y aL guerrero Heero con ellos. Con Duo seguro que fue engañado de alguna manera pero con el guerrero Heero no sabía porque. Antes que fuera descubierto por alguien, salió de la cabaña para regresar al campamento provisional del Clan y así poner al corriendo de todo lo que había descubierto, así decidió regresar por su tigris para huir sin ser visto.
-¿Qué haces tú aquí? – le sorprendió una voz cuando estaba a punto de salir del poblado. -Yo – se giró para encarar a la voz, introduciendo su mano con disimulo para coger su cuchillo que estaba entre sus pieles, y al girarse se sorprendió al ver de quien se trataba – vaya, vaya pero si es la mismísima princesa Relena. -¿Te he dicho que haces aquí? – preguntó sin inmutarse ante el gran hombre. -Me creerías si te digo que he venido a verte. -Jaja, no me creas tan ingenua, puede que Wufei-san haya engañado a esa pobre ilusa de Hilde pero a mi no me engañas. Si estás aquí y no en el poblado de Nazca es que Hilde me creyó todo lo que le dije. -¿Lo que le dijiste?¿de que hablas?. -No lo sabes, veo que todo lo grande que eres lo tienes de tonto, jaja – se burló con malicia. -Habla claro mujer – dijo furioso al notar como Relena se burlaba de él, cogiéndola de los hombros mientras la zarandeaba para intimidarla. -Suéltame, me haces daño, bestia – se quejó la chica. -Si no me lo dices, ten por seguro que te haré más daño. -Solo le di a entender que vosotros erais el enemigo y solo estabais allí para buscar mujeres y cosa de valor. Ahora suéltame o daré la alarma de que estáis aquí -Maldita bruja – la sujetó del brazo para que no se marchara – así que fue por tu culpa que Hilde no descubriera, ahora lo entiendo. -Así que Hilde al final se atrevió a comprobarlo, jaja después de todo izo lo que tenía que hacer. -Eres una víbora caprichosa lo sabes – miro a la dicha con desprecio pero con cierto interés – sabes una cosa encanto. -¿Qué cosa? – dijo mostrándose segura y con cierta coquetería por su parte. -En mi poblado cuando un animal salvaje no muestra sumisión a su amo, se le enseña a comportarse con mano dura y paciencia. -¿Qué quieres decir con eso? – preguntó extrañada. -Tú me recuerdas a tigris salvaje al que hay que domesticar. -¿No estás intentando decirme que...? -A sí es, jeje – se rió al ver la cara de espalto que puso Relena al intuir sus intenciones – yo me encargaré de domesticarte – dijo cogiendo de repente a Relena de la cintura para cargarla sobre su hombro. -¡Como te atreves salvaje! – grito con desprecio – sabes con quien estás hablando animal. -Claro que si querida y no grites que alertarás a los demás – bajo a la chica un momento de su hombro para coger uno de los brazaletes de piel que llevaba en su brazo para después amordazar a la chica para evitar que chillara y así alertar a los suyos – eso te pasa por rondar por aquí a estas horas de la noche sola y por burlarte de mi. Yo te enseñare a respetarme querida. -Mmmmm – intentó gritar. -Yo te bajaré esos humos encanto, lo que necesitas es un hombre de verdad, jeje – se rió volviendo a cargar a Relena en su hombro para dirigirse hacia su tigris. Relena iba pataleando para poder soltarse pero ante la gran fuerza de Tiang-li nada podía hacer. En cuanto llegaron a donde estaba escondido en tigris, Tiang- li se subió en él para después subir a Relena delante de él como un saco de patatas, sin dejar de patalear y intentar que sus gritos de auxilio llegasen a su poblado, cosa que fue en vano. De la misma manera sigilosa que llego Tiang-li al poblado Peacecraf y marcharon sin ser vistos ni oídos.
Entre los dos guerreros se llevaron a Duo a rastras, una vez dentro de la cabaña lo ataron al poste central de la cabaña, con los brazos atados por encima de su cabeza, lo habían amordazado para evitar que se pusiera a chillar y así llamar la atención de Heero, también le taparon los ojos. Duo estaba bastante asustado, no podía ver nada pero podía oír como esos guerreros estaban cerca de él, incluso podía sentir la mirada de ellos sobre su cuerpo. Tenía que intentar escapar y avisar a Heero antes que intentaran matarlo. En un momento dado la cabaña de quedó en silencio, llegando a creer que sus captores se habían ido, cosa contraria a lo que había pensado ya que al rato sintió como unas manos le sujetaban del rostro. No sabía quien era de los dos pero tampoco le importo demasiado, pudo sentir el aliento del guerrero sobre su cuello, cosa que le hizo estremecerse.
-Hana – se oyó la voz de uno de ellos – porque no nos divertimos un rato con él, parece apetitoso y seguro que a nadie le importaría, ¿tú que dices? -No hay tiempo para eso Ryota, debemos regresar con los demás antes que ese guerrero Heavyarms se de cuenta de la ausencia del chico. -Venga hombre, solo será un rato, si quieres te lo cedo a ti primero, no creo que nadie se entere. -MMMmmmmm! – intentaba chillar desesperado Duo y se movía para intentar alejar a esas manos que le sujetaban. -Déjalo, ya vendrás luego, ahora... -¡Mira que llegas a ser aguafiestas! – gritó molesto – después habrá demasiado alboroto para poder divertirnos con él. Míralo – se giró para mirar a Duo atado, deslizando sus manos por el pecho desnudo hasta su cintura – Si tu no quieres de acuerdo, yo iré en un momento.
Ryota empezó a acariciar el cuerpo de Duo atrapándolo contra el poste al que estaba sujeto, Duo al sentir como era acariciado se movió desesperado, si esto seguía así lo más seguro que acabaría por ser violado por esos hombres. Ryota se acercó a Duo para besarle en el cuello dándoles leves mordiscos por el cuello y hombros volviéndose estos cada vez más fuertes y violentos. Las manos del captor cada vez acariciaban más piel del trenzado siendo más osado y atrevido llegando a introducir una de sus manos por la piel que cubría su cadera. Duo estaba aterrorizado, las lágrimas se le acumularon en los ojos e intentaba gritar para pedir auxilio. Hana al ver el comportamiento de su compañero, se giró molesto y se marchó para seguir con los planes del Jefe Peacecraf que le había ordenado.
-Ryota no tardes mucho, te espero en la cabaña de Millardo, hay que ocuparse de él antes de que despierte. -Mmm..., aaaahhh..., ahora voy – habló entrecortado por la excitación que sentía en esos momentos – solo dame una hora, ummm. Duo se retorcía para liberarse, las muñecas le empezaban a doler por la fuerza con la que tiraba para poder soltarse, si seguía así pronto empezarían a sangran. El pánico que entro cuando notó como retiraban de su cintura la piel con la que cubría. -Estate quieto – dijo Ryota molesto – por mucho que te resistas no podrás evitarlo – se susurró en su oído.
Ryota volvió ha acercarse a su cuello para morderlo esta vez con saña provocándole que sangrara del cuello, Duo sintió un fuerte dolor en su cuello haciéndele gritar pero su grito no se pudo oír por la mordaza que llevaba. Ya no pudo contener las lágrimas y lloraba desesperado, se sentía aterrorizado, volvería a usarlo como un objeto para luego desecharlo como había hecho Heero pero esta vez sería peor, deseaba que después de esos, ese hombre acabase con su vida, quería morir, de otra forma no tendría el suficiente valor para mirar a su familia a la cara y menos aún a Heero, a pesar de todo. Ryota, seguía besándolo por todo el cuerpo, dedicándose a maltratar los pezones del trenzado haciendo que en lo que tendría que ser caricias fueran pequeñas torturas aplicándolas con saña y sadismo. En un movimiento desesperado Ryota se desnudo rápidamente, el oír los quejidos de dolor de Duo lo había excitado como nunca y la necesidad de alivio le era urgente, así con un rápido movimiento giro a Duo sobre sus manos atadas al poste para quedar de espaldas a Ryota, al notar que la posición estirada de Duo no le sería muy cómoda decidió soltar las cuerdas que ataban las muñecas del trenzado para luego atarlas a la altura del medio poste, de esa forma obligar a Duo a doblarse sobre si mismo. Al intuir las intenciones de Ryota, Duo se negó a doblarse para facilitar la violación. -Maldito crío – maldijo Ryota – como te vuelvas a mover te va ha ir muy mal – le amenazó. -Mmmmm – se quejaba Duo.
Al volver a sentir la presión en su espalda para que se agachara, Duo en un intento desesperado logró dar una patada a Ryota que estaba desprevenido, logrando que cayera al suelo.
-Como te has atrevido, hijo de perra, ahora verás – dijo levantándose del suelo, sin pensarlo dos veces, golpeó a Duo en los riñones provocándole que cayera al suelo sin respiración – te voy a enseñar a ser sumiso y a cumplir las órdenes que te doy, mocoso – se agachó junto a Duo que intentaba llenar los pulmones de aire, cosa que le era muy difícil debido al dolor que sentía.
Al estar cerca del trenzado le cogió de los pelos levantándole de golpe y empujándole contra el porte recibiendo un fuerte golpe en su espalda y cabeza. Duo estaba aturdido y adolorido, no tubo mucho tiempo para recuperarse cuando sintió como le golpeaban en la cara y en el estómago. Volvió a caer hacia delante, escupiendo sangre de la boca y escurriéndole sangre de la nariz, empezaba a ver borroso y oía un zumbido en la cabeza. Ryota estaba furioso y dejándose llevar por la furia del momento siguió golpeando a Duo una y otra vez en la cara, en el estómago, piernas, etc., en cualquier lado hasta que vio que Duo había quedado inconsciente.
-Maldito crío del demonio, arrggghhhhh, me ha arruinado la fiesta – dijo furioso al ver al trenzado sangrando e inconsciente – será mejor que me valla, en el estado que estas ya no me sirves – dijo recogiendo sus pieles para vestirse de nuevo – esta me las pagaras, por ahora te has librado, desgraciado – le dijo a Duo viéndolo con desprecio el cuerpo desnudo, maniatado y lleno de sangre.
Después de vestirse salió de la cabaña donde había dejado a Duo inconsciente el suelo pero atado de nuevo en el suelo. En cuanto se calmó se dirigió hacia donde estaba Hana esperándole.
-Ya has acabado – le dijo burlón Hana al verlo aparecer por la cabaña y dándose cuenta del mal humor que traía. -No me jodas, vale. Encarguémonos de este cuanto antes mejor – dijo molesto señalando a Millardo aún dormido. -Que pasa que el trenzado se te ha resistido o es que eres de los mete y saca y ya está – se rió al ver como Ryota le lanzaba una mirada asesina. -Cierra la boca, baka si no quieres que te la cierre yo. -Uuuuuhhhhh, creo que tus planes no te han salido bien, espero que no se te haya pasado la mano con el chico. -Je je, ese aprenderá a no volver a jugármela, creo que lo recordará durante las próximas semanas, si es que vive para contarlo. -¿Qué has hecho Ryota? – preguntó preocupado al conocer el temperamento de su compañero. -No he hecho nada, solo le he enseñado a ese chiquillo quien es el que manda aquí. -Espero que no te hayas pasado, ya sabes de Peacecraf-sama lo quiere vivo. -Tranquilo vivirá, solo que con unos cuantos morados más, jajaja. -Estás loco, pero bueno, ahora ayúdame, tenemos que atarlo bien antes que despierte, ya he avisado a todos que está prohibido entrar en ésta cabaña y que solo yo o tú puede entrar incluso para alimentarle, hasta que llegue Peacecraf-sama. -Bien, venga llevémoslo hacia el fondo de la cabaña, allí nadie lo verá, hay que atarlo de pies y manos y taparle la boca para que no empiece a gritar.
Estaban acabando de atar a Millardo cuando este empezó a despertarse, al principio Millardo se sentía desorientado y aturdido, le dolía fuertemente la cabeza y sentía una presión dolorosa en las muñecas y los tobillos, al intentar moverse noto que no podía moverse, entonces su cabeza de despejo de golpe.
-Vaya, vaya el príncipe arrogante a despertado – se burló Ryota al ver la cara de desconcierto de Millardo. -¿Dónde estoy?¿Cuánto tiempo he dormido? ¡contéstame maldito! – exigió furioso. -Tus exigencias no sirven de nada ahora Millardo – comentó Hana – estás bajo arresto por orden de tu padre y para tu información estamos en el poblado. -¿En nuestro poblado? – preguntó asombrado – me habéis drogado y me habéis traído aquí sin mi consentimiento. -Son órdenes de tu padre, olvidas quien es el Jefe del Clan. -Malditos desgraciados, como os habéis atrevido lo pagaréis caro y mi padre también, eso hombre se ha vuelto loco. -Plasss!! – golpeó Ryota a Millardo en la mejilla – más respeto a tu Jefe me oyes. -Que vais hacer conmigo – dijo Millardo seriamente. -Por ahora te mantendremos aquí encerrado y cuando llegue tu padre, él decidirá que hacer contigo, por ahora pórtate como un buen chico, si quieres hacer las cosas fáciles sino lo haremos difíciles, ¿lo entiendes? -No me trates como un niño, baka, esto no quedará así, te lo juro, vosotros lo pagaréis. -Jaja, eso me hace gracia, en poco tiempo ya van tres veces que me lo dicen – se rió Ryota – por ahora ni tu prometido ni su guardián lo han conseguido, crees que tú lo conseguirás, jajaja. -¿Mi prometido?¿Duo?¿Duo está aquí? -Ah!! es verdad, no lo sabes, jajaja, tú padre se las ingenió para que dejasen venir a tu chico alegando que tenía que cuidarte. -¿Qué donde está?¿qué habéis hecho con él? – exigió una respuesta molesto. -Que tierno - se burló Ryota – no te preocupes por él, yo ya me encargué de él, solo tuve que hacerle entender quien manda aquí. -Como le hayáis puesto una mano encima os la veréis conmigo. -Una mano, jeje – se rió Hana – sí una mano y por poco algo más eh Ryota. -Jejeje, si pero será dentro de un rato cuando despierte. -No te atreverás a tocarlo, desgraciado. -Tranquilo te lo dejaré lo suficientemente entero para que puedas usarlo, jajaja. – se burló Ryota -Hijo de... – pero no pudo hablar ya que Hana le golpeó en la cara para callarlo – cierra la boca, ya estoy cansado de oírte. -Bastardo – le insultó, escupiéndole en la cara a Hana, que se había acercado para golpearlo. -Desgraciado – se limpió la saliva con restos de sangre que le había escupido Millardo – te voy a enseñar yo - y de igual manera que Ryota hizo con Duo, Hana comenzó a golpearlo violentamente y con saña, Millardo al estar atado no pudo defenderse, solo se limitaba a recibir los golpes, unos tras otros hasta que debido al dolor cayó nuevamente inconsciente. -Ya es suficiente Hana, vas a matarlo – dijo Ryota deteniendo a su compañero – y luego me dices a mí que no se me pase la mano jeje, serán baka. -Maldición – se quejó al ver al rubio desmayado – este me saca de mis casillas. -Venga Hana, será mejor que nos vayamos a descansar, aún quedan varias horas para el amanecer. Mañana ya nos encargaremos del guerrero Heero, seguro que esta noche Relena ya se encargará de él. -Tienes razón Ryota, por hoy ya ha sido suficiente – se alejó del cuerpo de Millardo en el suelo sin antes de darle una patada en el estómago.
Así salieron de la cabaña para dirigirse para a sus respectivas cabañas. Por esta noche ya no podían hacer nada. Solo quedaba deshacerse del guerrero Heavyarms y esperar noticias de Peacecraf-sama.
Después de una larga conversación aburrida sobre los planes de futuro que Relena tenía planeados para ambos, Heero por fin pudo deshacerse de la muchacha alegando que estaba cansado y necesitaba descansar. Pese a las negativas de Relena a dejarlo solo en la cabaña que le había asignado, al final tubo que ceder y dejarlo solo. Por ahora tendría que dejarlo solo, en cuanto amaneciese se encargaría de mantener alejado al guerrero Heavyarms del chico trenzado. Estaba obsesionada con conseguir que Heero fuera para ella y no iba a permitir que nadie le estropease sus planes. Ante las numerosas ideas que se le ocurrían para evitar que el trenzado se acercase a su novio, Relena decidió dar un paseo, ya que no podía dormir.
En cuanto Relena se marchó Heero se tumbó para intentar conciliar el sueño, pero algo en él no le dejaba dormir. Durante varias horas estuvo dando vueltas en su cama sin conseguir dormir en absoluto, tenía una extraña sensación en el pecho, algo no andaba bien. Al tenerse que haberse ido sin saber que había pasado con Millardo y Duo no le gustaba nada y sumándole el extraño comportamiento de los hombres de Peacecraf hacía que estuviera más inquieto. Sin poder aguantar más en su cama, decidió levantarse para poder salir a respirar un poco de aire y tranquilizarse un poco. Al salir todo estaba en silencio, todo el mundo dormía, salir decidió pasear por el poblado y de paso intentar averiguar en cual de todas esas cabañas se encontraba Duo. Por varios minutos estuvo revisando las cabañas sin levantar sospechas hasta que vio una donde había un hombre guardando la entrada, al acercarse silenciosamente pudo comprobar que el vigilante se había quedado dormido delante de la puerta cosa que le hizo gracia al comprobar lo ineptos que eran ese Clan. Con sigilo se deslizó como una sombra al interior de la cabaña, estaba a oscuras y no se podía oír nada, siguió revisando la cabaña hasta que llegó al fondo de ella, allí pudo identificar un bulto en el suelo que pudo reconocer como una persona maniatada y aparentemente dormida, eso en un principio le asustó, pesando que podía tratarse de Duo. Al acercarse para comprobar la identidad de la persona en el suelo, vio con sorpresa que se trataba de Millardo, estaba atado y amordazado y parecía que lo habían golpeado salvajemente debido a los numerosos moratones y cortes sangrantes que tenía por todo el cuerpo. Se acercó más para comprobar si estaba muerto. Estaba vivo pero su pulso era débil y respiraba dificultosamente, para no llamar la atención de nadie decidió dejar atado a Millardo no sin antes colocarlo en una mejor posición para que pudiese respirar mejor al darse cuenta que tenía como mínimo dos costillas rotas, le limpió por encima las heridas más graves. Por ahora no podía hacer nada más por él. La preocupación de Heero aumentó considerablemente, si habían hecho eso con el hijo de Peacecraf-sama, ¿que le podrían haber hecho a Duo? y lo que más le preocupaba, ¿dónde estaba Duo?, en esa cabaña no había rastros del trenzado. Sin pensárselo más salió de la misma manera que había entrado a la cabaña, comprobando que el vigilante seguía profundamente dormido. Una vez fuera de la cabaña volvió a comprobar las demás cabañas que le quedaban, sin mucho éxito. Algo había pasado por alto, Duo tenía que estar en algún lado, en alguna de esas cabañas, pero las revisó todas y no lo encontró. Su preocupación se convirtió en desesperación, su mente se negaba a creer que habían matado a Duo y por esos no podía dar con él, decidió volver a recorrer todas las cabañas cuando un camino que no había visto antes apareció delante de él, su corazón brincó en un destello de esperanza, quizás aún tenía posibilidades de encontrarlo, sin pensárselo más se adentró por ese camino, parecía que se usaba normalmente debido a las altas plantas que cubrían ciertas partes del camino, seguramente era un camino secundario ya que se alejaba del poblado con dirección a una pequeña arboleda que se encontraba en la parte Sur del poblado, siguió caminando por el camino cuando pudo divisar una pequeña construcción a la entrada de la arboleda, parecía medio abandonada y estaba a oscuras, pero algo más le llamó la atención. A unos quinientos metros de distancia de la cabaña, algo brillaba con la escasa luz que emitía la luna, al acercarse al objeto brillante pudo comprobar que se trataba de un cuchillo tallado en hueso blanco que reflejaba la luz de la luna haciendo destello, al examinarlo reconoció que se trataba de un cuchillo del Clan de Los Lagos, por la cruz con filigranas tallada en el mango, eso le preocupó pero lo que en verdad del desesperó fue encontrar cerca de donde estaba el cuchillo, fueron los restos de sangre fresca sobre la hierba. Cogiendo el cuchillo corrió desesperado hacia la construcción que había divisado en un principio. Una vez llegó delante la entrada de la barraca y controlando sus jadeos por la corrida que había hecho y por los nervios a encontrar algo que no estaba seguro de querer encontrar. Dándose valor a sí mismo decidió entrar para comprobar si Duo se encontraba allí o no. En cuanto entro tubo que acostumbrarse a la oscuridad casi completa, olía a humedad y a suciedad, en el centro de la barraca se encontraba el porte central que sujetaba la estructura, al dar un paso para reconocer el lugar, lo que vio le congeló la sangre y le detuvo el corazón. Ante la sorpresa se le cayó en cuchillo que llevaba en la mano y abrió desmesuradamente los ojos, allí delante de él estaba Duo, desnudo, atado de pies y manos, inconsciente y golpeado por todo en cuerpo con rastros de sangre, y lo peor de todo es que parecía muerto. Tras recuperarse del shock. Inicial se acercó corriendo hacia él, y con el cuidado con el se coge una figurita del más frágil cristal, Heero lo desató y lo recogió del suelo a Duo para sostenerlo en sus brazos apoyando la cabeza del trenzado en su hombro.
-Duo – susurró desesperado – abre los ojos, soy yo, sor Heero, mírame por favor – rogaba.
Heero comprobó preocupado sus signos vitales, su respiración y sus latidos eran muy débiles, parecía que se iban a detener en cualquier momento.
-Duo, por todos los Dioses, abre tus ojos – suplicaba, por primera vez en su vida las lágrimas se le acumulaban en sus ojos con la intención de derramarse en cualquier momento – no puedes morir, me oyes. Abre los ojos. Tienes que vivir, maldita sea, dime algo lo que sea, pégame, insúltame pero dime algo, Duo, abre los ojos, no te rindas, no ahora, por favor.
Duo seguía inconsciente y no perecía mejorar en absoluto, haciendo que Heero se desesperase a cada minuto que pasada. Lo zarandeaba suavemente para no provocarla más heridas, lo llamaba susurrándole palabras dulces.
-Duo despierta, por favor, sé que he sido un desgraciado y que me he comportado como un baka, pero tenía mis motivos, Duo abre los ojos, te necesito, despierta. A Heero se le paró el corazón cuando noto que Duo había dejado de respirar. -¡¡¡¡¡Nooooooooooooo!!!!!! – gritó desesperado – ¡¡¡¡¡¡¡Duuuuoooooo!!!!!!!, resiste no te mueras por favor – se horrorizó, tumbado al Duo sobre el suelo para intentar reanimarlo – respira – repetía mientras realizaba la respiración artificial – respira Duo, no me dejes – notó como sus mejillas eran mojadas por sus lágrimas. Estuvo varios minutos insuflándole aire, no permitiría que se le muriese, mientras seguía dándole aire pudo notar con Duo hizo un movimiento débil y comprobó con alegría que Duo volvía a respirar y viéndoles como tosía con dificultad arrojando borbotones de sangre que se le habían acumulado en la garganta. Heero para evitarle que se volviera a ahogar con su propia sangre y saliva incorporó al trenzado volviéndolo a apoyar en su pecho. -Duo, abre los ojos, tranquilo soy yo Heero – se identificó al notar como se tensaba Duo – mírame, Duo por favor mírame. -Cof, cof cof, - tosió - ¿Hee... Heero?¿eres tú? – preguntó desorientado. -Si Duo soy yo, tranquilo, no te muevas – le dijo al notar como se quería levantar - ya estoy aquí, no dejaré que te hagan daño, shhhh, tranquilo – lo miró con preocupación. -Heero – se abrazó a él para llorar en su pecho – han... han matado a Mitsu... y quieren... quieren matarte a ti también, snif, snif. -Ssshhhhhh, no te preocupes por eso ahora estoy contigo – miró a Duo con ternura, tenía la necesidad de preguntarle algo pero no se atrevía del todo – Duo... tú... ¿qué ha pasado? -Yo... – miró angustiado a Heero que lo miraba preocupado, al notar que estaba desnudo ante él y al recodar lo ocurrido horas atrás, supo a lo que se refería y se encogió sobre si mismo ocultando su desnudez – ellos... -Si no quieres no tienes porque contármelo Duo, solo quiero saber quienes han sido. -Yo, snif..., no estoy seguro del todo, nos trajeron hasta aquí y cuando Mitsu se dio cuenta que era una trampa... iba a atacarles pero antes de que pudiese hacer algo... ese hombre le apuñaló... y luego le cortó el cuello,... fue horrible – lloraba mientras se refugiaba en los brazos de Heero – luego entre los dos hombre me trajeron aquí y me ataron, pensaba que me iban a matar, se rieron de mi y me dijeron que Peacecraf-sama me quería vivo pero que a ti te matarían, intente escapar pero no pude, ese hombre Ryota creo que se llama era más fuerte que yo, me iban a dejar aquí... pero ese... ese se lo pensó mejor y le dijo al otro que se quedaría para divertirse conmigo, Snif, intenté escapar te lo juro, pero... -Tranquilo, shhhhh, cálmate Duo – intentaba consolar al trenzado e intentaba controlarse él mismo, estaba furioso como nunca lo había estado en su vida, iba a matar al desgraciado que se había aprovechado de su chico. Dio gracias a los Dioses por que Duo no le contó el abuso que había sido sometido, porque sino no se hubiese podido contener y habría salido a matar a esos tipos. -Yo... estaba asustado, uno se marcho pero el otro... -No es necesario, no tienes que darme explicaciones. -No, tengo que decírtelo, como estaba atado al poste... se aprovecho que no podía defenderme y... se aprovecho de mí, en un descuido suyo cuando me desató para forzarme para... ya sabes – dijo avergonzado – pude golpearle y derribarlo al suelo, eso provocó que se enfadara y comenzó a golpearme, snif, snif – volvió a llorar – lue... luego no se que ocurrió, me desmaye... y no se si... -¿No estas seguro se te violó? – preguntó conteniendo su ira, la sangre le hervía - ¿Te duele...? – no se atrevió a preguntar. -Me duele todo el cuerpo no puedo distinguir si me violó o no. Oh! Heero que voy ha hacer ahora, seguro que todo el mundo me repudiará, hasta Millardo no querrá que yo... -No digas estupideces Duo, nadie te repudiará, no pienso permitirlo. -¿Por qué haces esto? – se separó del cuerpo de Heero sin atreverse a mirarlo a la cara. -¿Hacer que? – preguntó curioso. -Primero me haces creer que sientes algo por mí, me usas para luego despreciarme y ahora... tú. Porque quieres confundirme, no crees que ya te has burlado lo suficiente de mí – dijo con amargura. -Duo yo... – intentó hablar con él. -No Heero, auchhh! – se quejó al levantarse, los golpes recibidos le dolían horrores – yo solo estaba preocupado por ti, solo... quería avisarte para decirte que corrías peligro, ya me las arreglaré solo, puedes irte con tú novia, estoy bien. -Escúchame Duo – se acercó a Duo que se había alejado para vestirse con alguna dificultad – sé que me he portado mal contigo. -¿Portado mal? – ironizó Duo, había recobrado su autoestima y ahora se sentía dolido por como sido tratado por Heero. -Mírame Duo – le sujetó por los brazos, viendo con sorpresa Duo como aún habían rastros de lágrimas en su rostro – todo a sido un error, pensé que si actuaba así podría protegerte pero me equivoque, cuando te vi ahí tirado en el suelo, pensé que te había perdido para siempre, yo... -¿Qué pasa con Relena? – preguntó sorprendido por la confesión. -Ella no me importa, nunca me ha importado, deje que todos pensarais que éramos para poder estar aquí cuando se decidiera que vendrías con Millardo para casarte con él. -¿A que has venido? -Me enteré por casualidad que venías al poblado de Millardo y tuve miedo que te ocurriera algo por eso no lo pensé y con Relena, mi padre y Trowa creen que les he traicionado al marcharme. -Yo no sé que decir Heero, me hiciste mucho daño, yo... -Lo siento Duo – se acercó para abrazarlo – lo siento mucho no sabía como salvarte de tu compromiso con Millardo – le miró a los ojos – lo de aquella noche, fue verdad, todo lo que te hice sentir y lo que sentir fue verdadero, me dolió en el alma tener que separarme de ti – miró a Duo que derramaba de nuevo lágrimas – jamás he dejado de querer estar a tu lado, ahora se que no actué de forma correcta, intentaba evitarte que sufrieras y has sufrido más por mi culpa. Perdóname Duo – miró esos hermosos ojos violetas – te suplico que me perdones. -... – Duo no sabía que decir, su corazón quería perdonarlo pero su cabeza temía un nuevo engaño. -No llores Duo, me partes el alma, te quiero, te amo.
El corazón de Duo estalló de alegría, se lo había dicho, por primera vez Heero le había expresado directamente que lo amaba, sin pensárselo lo abrazó atrapando con sus labios los labios de Heero. Ante la reacción repentina de Duo, Heero se sorprendió pero luego correspondió al beso que Duo le daba. Pese a todo lo que habían pasado hasta ahora, se sentían felices, los malos ratos habían desaparecido de sus mentes, tan solo estaban ellos dos. En beso dulce y suave inicial se fue convirtiendo en uno apasionado y salvaje, el contacto de sus cuerpos hacía que la pasión se desbordara ante el mínimo contacto que tuvieran. Heero fue quien rompió el beso al notar como Duo intentaba ocultar las muecas de dolor que le producían cualquier contacto en su piel.
-¿Estas bien?¿Te duelen mucho las heridas? –preguntó preocupado. -La verdad que un poco – contestó sonrojado. -¿Puedes caminar? -Creo que sí. -Bien, iré a por Zero y luego vendré a buscarte para marcharnos de aquí. -¡No! – dijo asustado – no me dejes solo por favor – se cogió a su brazo. -Tranquilo – le abrazó – de acuerdo vendrás conmigo, pero no tienes que hacer ruido. -Vale. -¿Confías en mi? -Errr... sí – dijo en un susurró y completamente sonrojado, Heero tenía ese efecto en él y no podía evitarlo, sabía que podía volverlo a engañar pero eso ya no le importaba, deseaba estar con él aunque fuese solo una vez más. -Duo – se sujetó la barbilla para levantarle el rostro – jamás vuelvas a dudar de mis sentimientos hacia ti, te amo – y volvió a besar los labios de Duo. -Yo también – le respondió al finalizar el beso.
Así con mucho cuidado, ocultándose en las sombras de la noche, llegaron hasta la cabaña donde Heero tenía sus cosas, una vez en su poder se dirigieron hacia donde estaba Zero descansando. Heero al notar que Duo tenía dificultades para caminar, cogió a Duo en brazos ante la negativa de éste pero luego aceptó gustoso. Antes de salir Heero se dedico a curar las heridas más urgentes de Duo con la ayuda de unos vendajes y desinfectantes que siempre llevaba Heero entre sus cosas, una vez curado y vendado las heridas que necesitaban más atención se prepararon para partir. Primero acomodó a Duo sobre Zero y luego se subió él, estuvo tentado a regresar a buscar a Millardo pero desistió por miedo a que se diese la alarma y no pudiera sacar a Duo del peligro que sería quedarse en el poblado.
-Heero – llamó al guerrero - ¿sabes algo de Millardo?, me dijeron que estaba enfermo pero me pareció muy extraño, estaba como inconsciente. -Lo has drogado – dijo seriamente, poniéndose en marcha hacia la salida del poblado. -¿Drogado?¿Quién lo ha hecho? – preguntó sorprendido. -Supongo que su padre, algo ha tenido que ocurrir para que lo drogaran y lo apalizaran como lo han hecho. -¿Lo han golpeado como a mí? -Sí, antes de encontrarte a ti di con él, estaba igual que tú o peor, será mejor que regresemos cuanto antes al poblado, creo que Peacecraf-sama tiene intención de atacar el poblado ahora que sus hijos no están además el hecho que hayan encerrado a Millardo me da a pensar que provocado que la situación halla cambiado, por suerte a nuestro favor. -¿Qué habrá ocurrido? -No lo sé, pero la intuición que tu hermana Hilde y Wufei tienen algo que ver. Estoy seguro que Wufei es del Clan del Norte. -¿Dejaremos a Millardo indefenso? – dijo preocupado por el rubio. -¿Te preocupa eso? – dijo molesto por el interés de Duo por su supuesto prometido. -No, no es por lo que piensas, es que... no se como explicártelo... últimamente Millardo se ha comportado muy bien conmigo, parecía que quería protegerme. No sé en la ceremonia del alba se portó diferente a como me lo esperaba. -Lo dices por la forma que te beso, ya me di cuenta que no te molestó en absoluto. -¿Me vistes? – dijo avergonzado. -Yo y todo el poblado – dijo molesto- parece que después de todo no te desagrada tu prometido. -Como puedes decir eso – dijo molesto y sorprendido – creo que estas celoso – sonrió. -¿Celoso? – miró sorprendido a Duo como sonreía – yo... lo reconozco, me sentó como una patada en el hígado. -No seas tonto – se giró un poco para verle directamente a la cara – solo me interesas tú – le beso tiernamente. -Más te vale – le abrazó posesivamente – no te preocupes por ese rubio, no creo que se atrevan a matarlo. -Eso espero -Duo – habló Heero en un tono bastante serio, cosa que preocupó a Duo. -Sí. -¿Quiénes fueron los que te atacaron? -No estoy muy seguro de sus nombres... – dijo con cierta tristeza -... fueron los que me llevaron de mi poblado al poblado de Millardo, uno creo que oí que se llama Ryota y el otro Hana. ¿Por qué?. -Es solo para saber quien serán los primeros en caer. -¿Que?. -No voy a permitir que unos desgraciados hayan puesto las manos a mi prometido y mucho menos permitir que lo hayan golpeado, como lo hicieron. -¿Pro... prometido, has dicho? -Sí, no pensarás que después de lo que pasó entre nosotros no voy a ser responsable con mis actos. Fuiste mi amante y eso conlleva una responsabilidad. -No quiero que te sientas obligado conmigo por eso. -Mira que llegas ha ser baka – dijo medio molesto – te he dicho que te amo y por eso quiero, comprometerme contigo, no lo entiendes, no quiero que nuestra relación se base solo en sexo. -Valla, Heero, me dejas sin palabras – dijo sorprendido – es la petición de matrimonio más extraña que he oído en mi vida, jeje. -Yo... – intentó hablar pero estaba avergonzado y sonrojado por el comentario de Duo, no fue su intención sonar tan patético – lo siento, es que... no se me dan muy bien expresar mis sentimientos, supongo que esperabas otra cosa – dijo apenado. -No, no pasa nada, es solo que me sorprendió como lo dijistes. -Entonces – detuvo a Zero para girar a Duo y verlo a la cara - ¿Quieres casarte conmigo?- le propuso. -Yo... – miró avergonzado a Heero. -¿Que ocurre? – le preguntó preocupado por una posible negativa por parte del trenzado. -Heero, ¿estas seguro de querer que yo sea tu esposo? – preguntó dudoso. -Por supuesto, ¿porque lo preguntas?. -Es que... no estoy seguro de lo que llegó a pasar... en ese barracón, puede... que hayan abusado de mí... me halaga que me consideres merecedor de ser tu esposo pero entenderé y respetaré que me rechaces por lo ocurrido –dijo con los ojos vidriosos. -Duo, mírame – le alzo el rostro – te amo, se me revuelven las tripas de pensar que esos hijos de perra te hayan tocado pero tú no tienes la culpa, te amo y te amaré siempre, pase lo que pase y no te reprocho nada, no te diré que no me importa porque no es así, esos bastardos pagaran por lo que te han hecho, pero a ti me sería imposible rechazarte, deseo que te conviertas en mi esposo, ahora más que nunca, déjame hacerte olvidar ese mal rato, déjame amarte y borras esas caricias sucias con las mías. Que me dices, ¿quieres ser mi esposo y casarte conmigo?. -Heero – se abrazó a su cuello volviendo a llorar pero de alegría – si quiero, claro que quiero. -Eso está mejor – dijo sonriendo – por un momento pensé que no querías casarte conmigo. -Baka – se limpió las lágrimas y le dedicó una gran sonrisa. -Sujétate fuerte. Zero corre, debemos llegar cuanto antes al poblado – ordenó a su tigris.
Así entre la oscuridad de la noche Heero y Duo salieron del poblado sin problemas en dirección al poblado del Jefe Nazca, tan solo quedaban una hora para el amanecer.
Tiang-li hacía rato que había llegado a su campamento, Akagi y Dark se sorprendieron al ver como Tiang-li cargaba en su hombro a la hija de Peacecraf. Después de la sorpresa inicial y de haber escuchado el motivo por el cual se había llevado a la hija del Jefe del Clan al haberse descubierto Tiang-li por la joven Peacecraf, no pudieron más que reírse por la situación tan comprometida que se encontraba. La veían como pataleaba e intentaba gritar para que la dejaran libre, ante las burlas de los hombres solo hacía que Relena se sintiera más enfadado y humillada. Tiang-li empezó a sentirse cansado por lo cual decidió retirarse para por descansar aunque fuesen las pocas horas que quedaban para el amanecer. -Dark, Akagi, quedaros en guardia, yo me voy a dormir, tener los ojos bien abiertos, ante la menor sospecha avisarme. -Si señor – respondieron los dos. -Queda alguna tienda libre para la princesa – se burló mirándola al verla como lo miraba fijamente. -Me temo que no – dijo Dark – solo quedaban dos Tiang-li, la suya y la de Wufei-sama. -Bueno, entonces no quedará más remedio que la princesa comparta tienda conmigo, así se hará una idea de lo que le espera en un futuro, jeje. -Tienes razón, jeje, seguro que la señorita Peacecraf no se opondrá – se rió Dark. -Mmmmmmm – intentó protestar la joven. -Creo que la señorita Peacecraf quiere darle las gracias por tu hospitalidad – se burló Akagi. -Jeje, creo que sí – se rió Tiang-li – bueno chicos nosotros nos vamos – dijo cogiendo a Relena por la cintura como si se tratase de un saco. -Que lo paseéis bien – dijeron al unísono los dos hombres riéndose al ver como Relena se movía como una serpiente para liberarse.
Al poco rato Tiang-li ya estaba dentro de su tienda, puso a Relena aún amordazada y atada de manos en el fondo de la tienda para evitar que escapara, teniendo que pasar por delante de él si quería salir de la tienda. Relena intentó salir corriendo pero después de varios intentos fallidos desistió de hacerlo, esperaría a que se durmiera para poder escaparse. Al ver que Relena desistió de escaparse decidió irse a dormir no antes de asegurarse que la chica no podría salir de allí. Bajo la atenta mirada de Relena se comenzó a desvestir, ya que tenía la misma manía de dormir que Wufei, al ver lo que hacía el guerrero, Relena se sonrojó y desvió la mirada del hombre, a pesar de la corpulencia y la pinta amenazadora del Tiang-li reconoció que era un hombre bastante atractivo y con un cuerpo bien trabajado y desarrollado, seguramente era mayor que ella pero eso no desmerecía el atractivo salvaje que poseía. Antes de quitarse la última pile que cubría sus partes nobles, se acercó a la muchacha, cosa que asustó a la joven que se echo instintivamente hacia atrás.
-Tranquila, no te voy ha hacer nada, si te portas bien no habrá ningún problema, quiero que sepas que no me gusta pegar a las mujeres, jamás lo he hecho pero no lo dudaré si no me obedecer, me entiendes – le dijo viendo como esta asentían afirmativamente – bien, ahora te voy a desatar y te voy a quitar la mordaza, espero que no hagas una tontería ni que te pongas a chillar, ¿entendido? – volvió a ver que asentían. -Me duelen las muñecas – se quejó la chica frotándose las muñecas al estar libre y sin mordaza. -Lo siento pero era necesario – comentó Tiang-li. -¿Dónde voy a dormir? – preguntó perturbada por la cercanía del hombre casi desnudo. -Ahí – señaló la cama. -¿Y tú?- preguntó extrañada al ver solo un lecho. -Ahí también – sonrió -Pero eso es imposible, no pienso compartir la cama contigo – dijo molesta. -Tu misma – se levantó para acercarse a la cama con la intención de meterse entre las suaves pieles – si no quieres puedes dormir en el suelo aunque no te lo recomiendo, pueden haber bichos que se te metan entre la ropa – dijo para asustarla mientras se quitaba la última piel para quedarse completamente desnudo antes la mirada asombrada de Relena. -Yo... yo... me da igual – giró la vista para no ver al hombre – dormiré sentada. -Como quieras – se tumbó entre las pieles.
Habían pasado varios minutos en silencio, Relena hacían todo lo posible para no quedarse dormida, pero le estaba costando mucho, la idea que algún insecto le entrase en la ropa le daba escalofríos, pero a pesar de sus intentos por quedar despierta no lo conseguía. Al ver los intentos fallidos de la chica por mantenerse despierta, Tiang-li se levantó para acercarse a la chica cogiéndola en brazos para meterla en la cama junto a él.
-Tranquila, no te voy hacer nada, esta noche hace frío y si te duermes sentada mañana te dolerá todo el cuerpo y no quiero oír luego reproches. -Pero no... -Sssshhhhh, duerme, no tienes que tener nada.
Relena se dio la vuelta para darle la espalda, tenía frío pero podía sentir el calor que emanaba ese hombre, habían pasado y parecía que el hombre se había dormido por la respiración lenta y pausada. Relena se movió con la intención de levantarse pero antes de poder destaparse para levantarse sintió como Tiang-li se había dado la vuelta apoyando su pecho en su espalda y pasando su gran brazo por su cintura, cosa que hizo que se estremeciera.
-Ni lo intentes – oyó la voz de Tiang-li haciendo que se tensara su cuerpo – no querrás que me enfade, ¿verdad? – le dijo estrechando su agarre hasta tenerla completamente pegada a su cuerpo. -Yo no iba hacer nada – dijo con miedo. -Segura – la volteó quedando sobre ella pero sin apoyar todo su peso sobre ella. -Yo...
No pudo decir nada, ya que sintió como atrapaban sus labios en un salvaje beso. Quiso resistirse y apartarlo pero el peso y la fuerza del Tiang-li no se lo permitieron.
-Te dije que hicieras las cosa por las buenas. -No, No lo volveré ha hacer, te lo prometo – dijo asustada. -Me temo que ahora es tarde tendré que enseñarte quien manda aquí. -No... pero los labios de Tiang-li volvieron a atrapar los de la chica.
Relena forcejeaba cosa que no importo en absoluto al hombre, en un descuido sujetó la piel que cubría el pecho de Relena tirando de ella hasta partirla por la mitad dejando el pecho desnudo al descubierto.
-No por favor – suplicaba Relena -Te avisé, ahora atente a las consecuencias.
Relena se retorcía bajo el cuerpo del hombretón cosa que hacía que Tiang-li se excitase más por los roces del cuerpo de la chica. Tiang-li abandonó los labios de la chica para recorrer su cuello hasta llegar a su pecho al cual acarició y succionó con deleite y pasión. Pese a la negativa de Relena su cuerpo empezó a estimularse antes las caricias acertadas del guerrero, sin darse cuenta los gemidos de protesta y negativa se fueron transformando en gemidos de placer y deseo. Al ver Tiang-li que Relena empezaba a disfrutar sus caricias decidió llegar un poco más lejos, con gran habilidad le retiró toda las pieles que llevaba la chica dejándola expuesta ante él, cosa que agradeció y se deleitó ante el espectáculo que daba la hija de Peacecraf, desnuda y excitaba por sus caricias. Tiang-li siguió estimulando los pezones sensibles de la chica y bajando su mano se dedicó a masajear y estimular la entrepierna de la chica, recibiendo gemido de gratitud por sus atenciones. Al ver la gran excitación de la chica decidió concederle unas caricias más intensas a las recibidas hasta ahora, así que sin previo aviso abandono sus pezones para centrarse en saboreas el néctar que derramaba Relena entre sus piernas. Relena se tensó y arqueó la espalda al sentir tal explosión de placer. Durante varios minutos estuvo nadando dentro del mar del placer notando como en momentos perdía la conciencia y la orientación de donde estaba y con quien estaba. Tiang-li no podía más, la excitación que sentía se le estaba haciendo dolorosa, su pene estaba completamente erguido e hinchado, necesitaba el alivio que la misma Relena le pedía entre gemido y gemido. -No aguanto más, aaaaahhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!, a partir... de ahora aaaaahhhh, serás mía y de nadie más, lo sabes, ¿verdad?, aaaaaahhhhh!!!! Mmmmmmm!!!!!! – se rozaba contra la entrepierna de Relena.
-Siiiiiiii!!!!!!! Aaaaahhhhhhhh!!!!!!!!!!!!, hazlo, quiero sentirteeeeeee!!!!!!!!! – gemía la chica.
Sin previo aviso, Tiang-li enterró su pene dentro de Relena de una sola estocada.
-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!! – exclamaron los dos.
Al notar la mueca de dolor de Relena, Tiang-li se quedó quieto, al ver que se recuperaba comenzó a moverse dentro de ella, primero lentamente y luego cada ver más deprisa, las envestidas cada vez eran más rápidas y profundas, Relena disfrutaba y gemía presa de la lujuria y en placer que le ofrecía y Tiang-li a pesar de la experiencia de antiguas amantes tubo que reconocer que Relena era increíble, era apasionada y ardiente, cada vez le exigía más pero a la vez se entregaba más. En momento cumbre no tardó llegar, explotando los dos a la vez en un orgasmo intenso y salvaje. Se quedaron quietos hasta que pudieron regularizar sus respiraciones.
-¿Sabes lo que esto significa? –preguntó Tiang-li mirando fijamente a la chica. -¿Sabes lo que esto significa? – le mostró la mano después de pararla por la piel donde estaba ella acostada a la altura de trasero, manchándose en el proceso de sangre. -¿Tú eras...? – miró extrañado a la chica. -Si lo era, no creerás que me acuesto con el primero que se me presenta – dijo molesta. -Me alegra saberlo, desde ahora serás mi mujer y como tal, espero tu obediencia y respeto hacia mí. -No esperaras que sea tu esclava – dijo molesta. -No te pido eso, si me obedecer no tienes por que temer nada. -Solo espero que me trates como hasta ahora – dijo sonriendo con malicia. -Si tú lo quieres así será y volvió a besar a la que de ahora en adelante sería su mujer.
Continuará...
Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia. Advertencias: Escenas: Cómicas, Angs., Lemon Yaoi., según capítulos. Época: La historia transcurre en la prehistoria, antes de cualquier época de civilización
