Instintos
Cap. 13 Epílogo
El enfrentamiento entre el Clan Peacecraf y el Clan de Los Lagos tuvo un final dramático para muchos, numerosas pérdidas personales hubieron entre los dos bandos sumándose los cuantiosos daños materiales que sufrieron el pueblo de Jefe Nazca. Sin embargo el desenlace fue positivo. Gracias a la intervención de Millardo, el hijo de Peacecraf-sama se pudo evitar daños mayores, después de muchas conversaciones por parte de ambos bandos implicados se llegó a un pacto de alianza y compromiso por parte de ambos, eso implicaría un nuevo trato entre ambos pueblos y nuevas relaciones fraternales entre los Clanes. No solamente se mejoró las relaciones con el nuevo Clan Peacecraf, también se hicieron nuevos tratos y se iniciaron nuevas relaciones con el hasta ahora temido Clan del Norte. Pese a los rumores infundados y erróneos alrededor del Clan Chang, el Jefe Nazca no tuvo inconveniente a relacionarse con ellos. Su joven Jefe Wufei Chang demostró su nobleza y valía como gobernante de su pueblo.
A pesar de ser otoño hacía un día caluroso y despejado, el olor de las flores silvestres aún se podía apreciar, la estación fría no tardaría a comenzar, muchos de los animales autóctonos habían empezado a emigrar. Después de siete meses de reconstrucción por fin el poblado volvía a lucir como antiguamente, nuevas casas y establos se habían construido, los animales que se habían perdido se habían repuesto, todo eso gracias a la ayuda proporcionada de los Clanes Heavyarms y Chang. Los miembros del Clan que escaparon a la matanza al esconderse en el bosque regresaron sanos y a salvo viendo con horror lo que había sucedido con sus personas queridas y con sus hogares. Después de superar el dolor inicial por las pérdidas humanas todos los miembros de Los Lagos se volcaron en la remodelación de su aldea.
Hoy era un día especial para muchos en especial para dos jóvenes parejas que por fin hoy se cumplía el sueño más esperado desde que se conocieron.
Como en meses atrás, antes del enfrentamiento, cientos de personas de diversos Clanes se reunieron de nuevo en el poblado de Los Lago, como en los Festivales del Sol. El pasado Festival fue suspendido por fuerzas mayores, pero esta vez la congregación de los diversos Clanes era para celebrar una ceremonia especial y ansiada para algunos. Habían venido miembros del Clan Heavyarms, del Clan Chang, el Clan de los acantilados, y Clanes menores incluso los supervivientes del Clan Peacecraf.
Allí estaban todos reunidos ante un hermoso altar adornado con bellísimas flores siendo presidido por el Shaman de Los Lagos. Ante toda la multitud, dos jóvenes Heavyarms, ataviados con las mejores galas, esperaban nerviosos a quien sería en pocos minutos sus esposos y compañeros por el resto de sus vidas. La emoción se respiraba en el aire, en primera fila se encontraba el Jefe Nazca que abrazaba a una Yuiren emocionada y llorosa, y llena de felicidad. Al lado de ellos se encontraba el guerrero Touya quien también abrazaba cariñosamente a su esposa Megumi que sonreía llena de felicidad y sorpresa al ver a su pequeño tan nervioso e impaciente. Kaori lloraba emocionada y daba gracias a los Dioses por concederle la dicha de ver a su pequeño, convertido en el joven Jefe del Clan Heavyarms, debido a lo sucedido a su padre en el enfrentamiento. Sin poder contener las lágrimas se abrazó a un debilitado Yuki (jeje, no lo pude dejar muerto) que a pesar de haber sobrevivido milagrosamente, cedió el titulo de Jefe del Clan de su pueblo, era hora de dejar paso a los jóvenes. Se recuperaba lentamente de sus heridas pero ahora sería el turno de su joven muchacho. En la fila de atrás y ante la sorpresa que ocasionó a muchos incluso a sus padres al informar de su compromiso matrimonial, Yune estaba abrazada, igualmente que su madre y tías, a un sonriente Treize, que no dejaba de mirar a su joven prometida con ojos de enamorado. Durante estos meses, Treize decidió quedarse en el poblado para ayudar con la reconstrucción y poco a poco se fue integrando en lo hoy en día era su nueva familia, al principio surgió una buena amistad con al hija menor de Nazca pero esa amistad fue creciendo día a día hasta que juntó el valor suficiente para poder declarase, llevándose la mayor sorpresa al comprobar que sus sentimientos eran correspondidos, desde entonces no se habían separado el uno del otro, para su enlace decidieron que se realizaría en la próxima primavera. Al lado de la joven pareja se encontraba una radiante Hilde, que era abrazada por detrás por los brazos fuertes de Wufei, que le acariciaba el gran vientre abultado mientras le susurraba al oído palabras dulces y llenas de amor mientras le regalaba suaves besos en su cuello y nuca y recordaba el día de su reencuentro.
Flash back
Wufei había regresado del poblado del Jefe Nazca con la autorización del padre de Hilde para casarse, prometiendo que antes llevaría a su hija al poblado para hablar y comprobar que ella estaba de acuerdo. Todos en el poblado Chang estaban a la espera de las noticias sobre el desenlace de la lucha. Hacía una semana que habían llegado Hilde y Relena con dos de los hombres de Wufei con instrucciones de instalar a Hilde en la cabaña de Wufei y Relena en la cabaña de Tiang-li. Una vez instaladas se les mostró el poblado y se les presentó a los principales miembros del Clan como las futuras esposas de Wufei y Tiang-li, ganándose el respeto de todos los integrantes del Clan Chang. Era tarde ya, tan solo faltaba un par de horas para el anochecer cuando Wufei, Tiang-li y sus hombres llegaron al poblado. Se les recibió con todos los honores, se les preparó una suculenta cena para todos los hombres Wufei tubo que ausentarse durante un rato para informar a sus consejeros sobre las nuevas relaciones que había iniciado con el Clan de Los Lagos. Tiang-li se dirigió a su cabaña en busca de su mujer a la cual no vio cuando llegó, lo más seguro es que nos se encontraría bien. Wufei después de una hora, salió de la cabaña del Shaman, donde normalmente se hacían las reuniones, dirigiéndose a su cabaña para ver a Hilde. -Hola princesa – saludo al entrar en su cabaña, viendo a Hilde sentada sobre unas pieles mientras cosía distraídamente - ¿qué estás haciendo? No te vi cuando llegue – dijo acercándose a ella. -¡Wufei! – se asustó al no esperarse que entrara nadie - ¿cua... cuando has llegado? -¿No me has oído? – preguntó sorprendido. -La verdad es que no... – dijo sonrojada – estaba pensando en mis cosas. -Pensabas en mi – dijo sensualmente acercándose a ella hasta quedar de rodillas. -Eeehhh... yo... – dijo nerviosa - ¿cómo ha ido todo, están todos bien? – preguntó preocupada. -Teniendo en cuenta que fue una batalla dura, todo fue más o menos bien, tu familia está a salvo, un poco heridos pero nada grave. -¿Y Duo, que ha sido de él? -Está bien, Heero lo rescató del poblado Peacecraf, para asombro de todos Millardo se volvió en contra de su padre y nos ayudó. -En serio – dijo sin poder contener su alegría – Cuéntame más. -Ahora no, luego si quieres te contaré todo. Sabes una cosa – le comentó rodeándola por la cintura estrechándola a su cuerpo – he estado hablando con tu padre y después de hablar con él y tras demostrarle mis intenciones respecto a ti, me ha dado autorización para poder casarme contigo. -¿Dijo que sí? – preguntó sorprendida. -¿Acaso lo dudabas? Te dije que serías mi esposa – y sin dar tiempo ha responder Hilde, Wufei atrapó los labios de ella con los suyos. La besó con pasión y deseo, todo el que acumuló desde que la vio por primera vez, hasta que rompió el beso. -Hilde – la miró fijamente - ¿Quieres ser mi esposa? – le preguntó – vivirás aquí conmigo y jamás te faltará de nada, serás la esposa del Jefe Chang, ¿aceptas? – preguntó impaciente. -Yo... – habló Hilde nerviosa y completamente roja, entre los brazos de Wufei – no, no quiero. -¡¿Queee?! – gritó sorprendido por la respuesta de Hilde – Pero, yo te dije que... -Sshhhh – le interrumpió Hilde poniéndole un dedo sobre sus labios – no quiero casarme con el Jefe Chang..., sino con el joven engreído del que me enamoré en mi poblado – dijo sonriendo. -Esto me lo pagarás. – dijo fingiendo enfado, empujando a Hilde quedando los dos tumbados sobre la cama – por un momento pensé que me estabas rechazando – la miró a la cara apoyando su peso en sus manos para no aplastarla – te quiero y deseo hacerte mía cuanto antes, por eso te marcharás mañana a tu poblado para que puedas estar con tu familia y cuando tú quieras y estés preparada, regresa entonces nos casaremos. -¿Por qué quieres que me vaya tan pronto, acabas de llegar? – preguntó preocupada. -Es que te deseo demasiado y si te quedas no podré controlarme y querré hacerte mía – le contestó mirándola a la cara y mostrándole el deseo que su apreciaba en su mirada. -Eres tonto – le susurró acariciándole las mejillas – no me pienso ir por esa tontería, quiero estar contigo, te quiero Wufei y también te deseo, para mí ya estoy casada contigo no tienes que esperar hasta la boda. -¿Estas segura? Dijo incrédulo – puedo esperar no quiero presionarte. -No me presionas – dijo bajando sus manos que estaban en sus mejillas para descender por su cuello hasta el pecho por dentro del chaleco de piel que siempre llevaba.
Para Wufei esa caricia fue la afirmación que estaba esperando, no se contuvo más, se acercó de nuevo a ella para besar a Hilde, un beso lleno de deseo y pasión. Con rapidez Wufei comenzó a acariciarla por todo el cuerpo mientras iba retirando lentamente toda piel que se le ponía por el camino dejando expuesta para él la suave y delicada piel de su prometida. Hilde gemía por las atrevidas caricias de Wufei, sin darse cuenta Wufei logró retirarle la parte de arriba de su indumentaria y ahora se dedicaba a acariciar y estimular uno de sus pechos con la boca mientras que con la mano se dedicaba al otro. Con manos nerviosas Hilde quitó el chaleco, dejando a la vista los firmes músculos del pecho y vientre. Wufei comenzó a descender por el vientre plano de Hilde hasta llegar a su cintura, con cuidado fue retirando las últimas prendas de ella, dejándola desnuda.
-Eres preciosa, ¿lo sabes? – le dijo observándola con detenimiento – ven cércate – dijo haciendo que se sentase un momento en la cama, acercándose a ella para poder deshacer su larga trenza – me gusta verte con el pelo suelto – le comentó. -Estoy nerviosa – le confesó Hilde agachando su mirada. -No tienes porque – la abrazó para tranquilizarla – voy a ser muy dulce contigo, no te haré daño, te lo prometo. Wufei volvió a tumbar a Hilde quedando sobre ella, la besó y la acarició para tranquilizarla, al notar como se relajaba entre sus brazos, volvió a descender sobre el cuerpo de la chica hasta quedar de nuevo sobre su cadera pero ahora sin prenda que le molestase descendió un poco más hasta llegar a su intimidad haciendo que separase lentamente sus piernas para poder tener más acceso a la fuente de sus deseo. -No Wufei – dijo nerviosa al intuir las intenciones de Wufei y cerrando sus piernas – me da vergüenza – e confesó completamente sonrojada. -No tienes porque avergonzarte, confía en mi – le dijo volviendo abrir sus piernas. Con delicadeza Wufei se posicionó frente a su intimidad y comenzó a estimularla con la lengua, pudo notar como se tensaba y como un fuerte gemido salió de su compañera. Con maestría fue estimulando su clítoris y sus labios vaginales, Hilde gemía cada vez más intensamente y se agarraba a las pieles que estaba debajo de ella. Wufei estuvo saboreando de ella con deseo y lujuria, su propio cuerpo exigía atención, haciendo caso omiso a sus necesidades siguió acariciándola con su lengua. -Aaaaaaaaaaahhhhhh!!!!! Wufei, siiiiiiiiiiiiiiiiiii, no pares, aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh!!!!!!!!
Wufei deseoso de proporcionarle más placer con cuidado deslizó una de sus manos hasta su vagina y lentamente introdujo un dedo en ella haciendo que Hilde arqueara su espalda. La respiración de Hilde comenzó a ser entrecortada y a medida que Wufei introducía más dedos en ellas, Hilde gemía más hasta que en una oleada de placer incontenible Hilde llegó al clímax sin poder contenerse y con en gran gemido se lo hizo saber. Wufei orgulloso de haber provocado el primer orgasmo a su prometida se acercó a besarla con pasión.
-A... a sido... fantástico – jadeaba todavía. -Lo sé, pero esto es el principio mi princesa – le sonrió levantándose para observarla con lujuria y sin perder más tiempo se quitó los pantalones, mostrando su poderosa erección a una super sonrojada Hilde que lo miraba con miedo y nerviosismo. -Tranquila princesa – se agachó para quedar tumbado al lado de ella – si lo de antes te gustó te prometo que los viene ahora te gustará mucho más – y la acercó a su cuerpo.
Wufei volvió a besarla con deseo, sus manos la acariciaban con nervios Hilde también se atrevió a acariciarle, pasaba sus manos por su pecho ancho y sus fuertes músculos, acariciaba su espalda y los cabellos negros como la noche que caían por sus fuertes hombros. Wufei cogió a Hilde y la sentó sobre su cadera mientras la besaba salvajemente, el contacto de sus intimidades provocó en los dos que gimieran y se abrazasen para obtener el mayor contacto posible. Hilde comprobó como con un ligero movimiento sobre él hacía que su entrepierna rozase el miembro duro de Wufei haciendo que éste gimiera de manera incontrolado, por eso quiso devolverle el placer que antes sintió ella intensificando los roces y movimientos sobre él.
-Aaahhhhhh Hilde, si sigues así no podré... contenerme... aaaaaahhhh siiiii, ahhhhh, mmmm. -Wufei, mmmmmm hazloooooo, te deseooooo, hazme tuyaaaa, aaaaahhhhhh. Con cuidado Wufei guió su miembro a la entrada de Hilde y con mucho cuidado se fue internando en ella, ambos jadeaban y gemían, fue penetrándola hasta que sintió como una barrera le impedía el paso.
-Hilde – la llamó – mírame aaaahh, a... ahora puede que te duela... pero confía en mi, te amo – le dijo abrazándose a ella. -Confío en ti – le sonrió.
Con cuidado hizo más presión hacia dentro rompiendo la barrera que le obstaculizaba el paso deteniéndose cuando quedó completamente dentro de ella hasta que se acostumbrara.
-Estoy... estoy bien – dijo Hilde al ver la cara de preocupación de Wufei – continua. Con lentitud comenzó a moverse dentro de ella, primero lentamente hasta ir incrementando la rapidez, ambos gemían y se besaban. Con un rápido movimiento Wufei cogió a Hilde para cambiar de posición, girando sobre si mismo para que Hilde descansara sobre las pieles y él tener mayor movilidad para poder otorgarle más placer. Los minutos pasaban y las envestidas del moreno eran más profundas y rápidas, los dos estaban en el límite, la intensidad del acto amatorio les estaba dejando sin respiración, hasta que en una nueva envestida Wufei gimió con mayor intensidad vaciándose dentro de ella y Hilde con otro fuerte gemido volvió a sumergirse en el placer más absoluto. Wufei cayó sobre la cama arrastrando a Hilde para que quedara sobre su pecho para descansar y regularizar sus respiraciones, seguían abrazados y aún no se habían separado de su unión. No necesitaron palabras para expresar lo que sentían, permanecieron juntos durante toda la noche hasta el nuevo día, ni si quieran salieron para cenar, esa noche preferían estar solo y juntos, mañana que comerían ahora solo querían disfrutar el uno del otro.
Fin flash back
Wufei después del enfrentamiento pidió permiso al Jefe Nazca para poder casarse con su hija, al obtener el permiso no tardó mucho en regresar a su Clan y un mes después ante el asombro de casi todos se realizó la boda en tierras del Norte, al que fueron invitados los familiares de Hilde y el Clan Heavyarms. Gracias al fruto de ese enlace, Hilde mostraba orgullosa y llena de felicidad su barriga de seis meses. Tiang-li también se encontraba al lado de Wufei, junto a él estaba una embarazadísima y cambiada Relena, sonriente y abrazada al fuerte brazo de su esposo. Igual que Wufei al regresar, como había prometido a Relena, a su Clan después de la lucha no esteró demasiado en casarse, a la semana de estar allí se realizó una celebración sencilla donde se encontraba su hermano Millardo el nuevo Jefe del Clan, Duo, Quatre, Trowa y Heero, y varios miembros de su antiguo Clan, también estuvo Hilde que después de regresar a su poblado dos días después de la muerte de Peacecraf-sama y ante el permiso de su padre a quedarse y vivir con Wufei, regresó para poder ver a su ahora amiga Relena. Otra pareja de enamorados que se encontraba allí era Millardo con su eterno amor Omi. En un principio Omi perdió la esperanza de que Millardo volviera para ir a buscarlo como había prometido, habían pasado dos meses desde que terminó el enfrentamiento y no sabía nada de él, tubo noticias de cómo había acabado todo pero de Millardo ni rastros. Dos meses después y para asombro de Omi, Millardo apareció en el poblado donde se estuvo escondiendo y le contó que debido a sus heridas y su lenta recuperación no pudo venir antes a buscarle como le había prometido. Omi al verlo se lanzó sobre él dándolo una calurosa y emotiva bienvenida. Llevaban dos meses casados y ahora vivían en el poblado de Millardo ya que éste se vio obligado a tomar la responsabilidad de Jefe del Clan.
Flash back Omi estaba haciendo sus quehaceres como cada día, se había adaptado al nuevo poblado con facilidad, la gente de ese poblado lo acogió amablemente. Era bastante temprano y pese a ser temprano el sol calentaba lo suficiente como para apetecer bañarse en el río. A Omi le tocaba esa mañana lavar en el río. Estaba en el río con el agua hasta los muslos lavando sobre unas rocas, hasta que sintió unos brazos que le rodeaban la cintura. -No te muevas – se oyó una voz a su espalda que le asustó – déjame abrazarte y olerte una vez más. -Mi... Millardo – se giró llenándose los ojos de lágrimas – pensé que no volverías - dijo lanzándose a sus brazos cayendo los dos al agua. -Sshhh tranquilo pequeño, lo siento mucho – se abrazaron al salir a la superficie – lamento haberte preocupado pero te recompensaré. -¿Sí? ¿cómo? – le dijo limpiando sus lágrimas y sonriéndole con malicia. -Como tu quieras, pídeme lo que quieras que te lo concederé. -Te perdono si me prometes que no habrán otros ni otras – dijo sonrojado. -Eso está hecho, por culpa de mis amoríos caso te pierdo, no voy a dejar que eso vuelva a pasar, tú eres el único que me interesas – se abrazó a él y se besaron. -Te he echado mucho de menos – le comentó Omi. Se volvieron a besar, habían pasado por muchas cosa y habían estado separados por mucho tiempo, según ellos, y ahora que tenían la oportunidad de volver a estar juntos no desaprovecharían la ocasión. Al ser temprano no había gente por allí aunque tampoco les importaba mucho, pero para tener más intimidad Millardo cogió en brazos a Omi y se dirigieron hacia unas rocas cerca de la orilla donde tendrían más intimidad. Una vez en la orilla se volvieron a abrazar y a besar con desesperación, mientras las traviesas manos de Millardo recorrieron el pecho de Omi hasta llegar a la cuerda que ataba la piel a su cintura dejándole desnudo. Con ansiedad Omi también retiró las ropas de Millardo quedando los dos desnudos y observándose, se volvieron a abrazar para recostarse en la arena del río para profesarse caricias y besos por todos lados. Omi con ansiedad se posicionó sobre la cadera de Millardo para besarle cada músculo de la piel desde su cuello hasta el fuerte pecho concentrándose en los pezones acariciándolos con su lengua, Omi deseaba volver estar con Millardo de esa manera tan íntima y sin previo aviso se situó sobre su cadera y de golpe se introdujo el miembro erecto y sensible de Millardo haciendo que éste lanzase un fuerte gemido de placer. Omi lamía todo el miembro del rubio mientras jugueteaba con su orificio, las succiones de Omi eran profundas y cada vez más rápidas, volviendo loco a Millardo. Al ver que Omi no le soltaría hasta obtener lo que deseaban fu girando hasta poder alcanzar el miembro también erecto de Omi y de esa manera regalarle las mismas atenciones que le brindaba a él. Ambos se devoraban mutuamente, lamiendo y acariciándose los testículos y masajeando la parte del miembro que quedaba fuera al chuparse para intensificar las sensaciones, Ante tal placer a Omi y a Millardo no se quedaría mucho tiempo, seguían concentrándose en acariciarse con la boca y lamerse cada vez con más intensidad hasta que se oyó un fuerte gemido amortiguado por los miembros de su pareja que descargaba su semilla dentro de la boca de su hombre. Con reticencia a separarse y antes que pudiesen decirse nada, se tumbaron uno al lado del otro para compartir otro beso más de los que se darían pero este sería uno especial ya que tenían aún el sabor de su amor compartiendo de esta manera el sabor del uno en el otro y viceversa. Tras descansar un rato Omi se tumbo sobre Millardo y con voz traviesa le dijo.
-Aún no te he perdonado – sonrió. -¿No? ¿y que quieres que haga para que me perdones? – dijo sonriendo también. -Hazme el amor – le susurró en el oído – aún te deseo. Al oír la petición de su joven amante se acercó para besarlo con pasión renovada, no tardaron mucho en que sus cuerpos estuvieran nuevamente receptivos a los estímulos. Millardo besaba a su amante y con un movimiento rápido hizo que quedase sobre la arena y él sobre Omi, le beso por todo el cuerpo, centrándose en las parte erógenas que sabía que Omi tenía, después de varios minutos concentró su atención en el miembro palpitante de Omi, lamiéndolo y estimulándolo con la mano, después de torturarlo un poco con su boca separó las piernas de Omi con sus manos para tener más acceso a la parte más sensible y erógena de Omi, con lentitud y sin abandonar el miembro de Omi que lo estimulaba con una mano, Millardo levanto levemente las caderas de Omi para acceder con su lengua a la zona en cuestión, estuvo besando y lamiendo la entrada de Omi mientras con su mano seguía masturbando a un Jadeante y acalorado Omi que no reprimía sus gemidos. La lengua traviesa de Millardo jugaba con el contorno de su entrada lamiendo para lubrificar la superficie para cuando llegase el momento no sintiera dolor. Ante los gemidos de Omi intensificó las caricias, alargó su mano libre para introducir los dedos dentro de la boca de Omi quien los chupaba con desesperación, cuando creyó que era suficiente saco los dedos de la boca de Omi para introducirlos primero uno dentro de su entrada, Omi gimió más fuerte al sentir la intromisión pero se relajó enseguida, después del primer dedo entró un segundo y luego un tercero hasta estar lo suficientemente dilatado para no sentir dolor. Millardo retiró los dedos de su amante para posicionarse sobre él y con toda la calma que le fue posible guió su miembro dolorido al interior de Omi, lentamente se fue introduciendo con relativa facilidad, Omi ya estaba acostumbrada a él pero quería ser dulce y cuidadoso. Una vez dentro inició sus movimientos, adentrándose por completo en él para luego salir casi totalmente de él, ambos gemían y se decían palabras llenas de amor y deseo, las envestidas de Millardo ce aceleraban, siendo cada vez más rápidas. Sin salirse de él y con movimiento casi malabar consiguió que Omi quedase boca a bajo, Millardo estaba sobre su cuerpo abrazado a él sujetándose con una mano es la cadera de Omi y con la otra estimulaba el miembro erecto al ritmo que sus envestidas. Omi estaba apoyado sobre la arena, solo las caderas de éste estaban un poco levantadas para pode dar a Millardo acceso a su miembro. Millardo aceleró el ritmo de sus estocadas y de su mano en Omi, los jadeos eran constantes, Omi sentía las caricias de las hebras rubias en su espalda, se giro un poco para atrapar los labios de Millardo cundo sintió que este se tensaba ante el inminente orgasmo, orgasmo que compartió al mismo instante con él, derramándose sobre la arena a la ver que Millardo se derramaba dentro de él. Después del esfuerzo hecho por los dos cayeron sobre la arena para descansar abrazados y así recuperar el aliento que se le había escapado con el fabuloso orgasmo. Después de ese día Omi recogió sus cosas y de fue con Millardo a su poblado.
Fin Flash back
Ya estaba todo listo y preparado para ese gran día, Heero y Trowa esperaban en el altar la llegada de Duo y Quatre. Lucían las mejores pieles de color marrón claro adornador con cuerdas de piel doradas que sujetaba la piel de su cadera larga hasta los pies, para esa ocasión no llevaban las sandalias de siempre, esta vez lucían un calzado de piel marrón oscuro hasta media pierna donde con cuerdas doradas sujetaban la pernera del igual color que llevaban debajo de la larga piel, a la especie de bota. Sobre el pecho y brazos desnudos de los Heavyarms descansaban numeroso adornos hechos para la ocasión de huevos y piedras pulidas de colores y para finalizar su atuendo una piel que les llegaba hasta un poco más debajo de sus hombros de igual color que la piel de la cintura, sujetaba los cabellos rebeldes de los jóvenes. Tanto Trowa como Heero estaban ansiosos por llegar ver a sus respectivos prometidos. El barullo de las risas y conversaciones de los invitados se podía oír por toda la zona, de repente se hizo un silencio haciendo que tanto Trowa como Heero se girasen para mirar lo que había provocado que los invitados se callaran. Allí a unos veinte metros de distancia caminaban hacia ellos los dos seres más hermosos que habían pisado la tierra. Duo y Quatre caminaban hacia ellos con una sonrisa sin igual. Llevaban trajes de piel blanca que constaba de la piel larga hasta los pies en forma de falda y un fajín ancho de color negro con filigranas en blanco y oro, esta vez no iban descalzos, llevaban una sencillas sandalias de piel blanca con adornos en negro, el pecho lo llevaban al descubierto luciendo un collar en forma de peto de cuentas blancas y negras haciendo juego con los brazaletes que tenían en muñecas y brazos. Sus largas cabelleras las llevaban trenzadas hasta media es espalda luego caían sin trenzar hasta pasar su cadera, los mechones de su frente eran sujetados con una cinta más o menos ancha de color blanca que se anudaba por la parte de atrás cayendo los extremos a lo largo de sus espaldas. En sus manos llevaban un cuenco finamente tallado con escrituras en color dorado y negro. Al ver las miradas intensas de sus prometidos sobre ellos no pudieron esconder su sonrojo, ambos pensaron que sus prometidos se veían increíblemente atractivo con esos atuendos. La ceremonia iba a comenzar, con pasos lentos pero sin pausa, se acercaron a su prometido dedicándoles una sonrisa nerviosa pero llena de felicidad. Entregaron los cuencos al Shaman que los depositó en la mesa de piedra del altar.
-Bien – comenzó a hablar el Shaman extendiendo sus manos hacia delante – hoy es un día especial o más bien doblemente especial – sonrió a las dos parejas – hoy se tendría que realizar la unión de nuestro queridísimo Quatre con su joven prometido pero ante las prisas de estos dos jóvenes enamorados – miró a Duo y a Heero que se sonrojaron por el comentario – nos vemos obligados a celebrar una unión doble – bromeó el Shaman haciendo que todos los presente comenzaran a reír. -Así que me veo doblemente gratificado por este hecho. Heero – le llamó el Shaman - ¿lo has traído? – le preguntó. -Sí Shaman – dijo entregándole una banda de tela con filigranas en blanco y rojo. -Duo acércate y unir vuestras manos – dijo tomando las manos de los jóvenes para enlazarlas y enrollar la banda que le entregó Heero sobre sus manos a la vez que recitaba unos versos sagrados. -Trowa – se acercó a la otra pareja -¿lo has traído tú también? – le preguntó con una sonrisa. -Sí, Shaman – le respondió entregándole una banda igual que la de Heero. -Ven acércate Quatre y une tú mano con la de Trowa – y procedió a recitar los mismos versos que recitó para Heero y Duo.
-Y ahora Trowa precede – le dijo el Shaman a Trowa – debes iniciar la ceremonia con tus votos. -Yo Trowa de Heavyarms te entrego a ti Quatre la cita ceremonial como símbolo de nuestra unión eterna – dijo acercándose a Quatre retirando la cinta que adornaba su frente para ponerle la cinta que minutos antes estaba entre sus manos y que bendijo el Shaman – sin desconfianza, reparos ni enredos – fue diciendo sus votos, mientras acercándose más a Quatre pasando sus brazos alrededor de él para poder ir deshaciendo la trenza suavemente entre caricias mientras seguía hablando – amándote día a día y protegiéndote y jurándote fidelidad eterna – finalizó al acabar de soltar el pelo de su prometido sonriéndole. -A... acepto – dijo Quatre nervioso. -Yo, Quatre de Los Lagos – comenzó a decir totalmente sonrojado – te entrego a ti Trowa éste cuenco matrimonial – dijo cogiendo el cuenco que anteriormente el Shaman había dejado sobre la mesa del altar – como símbolo de que mi sangre, cuerpo y alma te pertenecen – y se lo entregó a Trowa. -Acepto encantado– dijo Trowa tomando el cuenco para beber el vino de su interior, tragando parte de él para luego acercarse a Quatre para pasarle el resto del sorbo de vino en un beso dulce y romántico.
Quatre bebió de los dulces labios de Trowa como lo estipula el ritual. Después del beso ambos se separaron.
-Por el poder que los Dioses me ha otorgado como Shaman, desde hoy hasta la eternidad, Trowa de Heavyarms y Quatre de Los Lagos, quedan enlazados por la unión del compromiso matrimonial por eso quedáis declarados esposos por toda la eternidad – anunció el Shaman provocando los aplausos y gritos de alegría de los invitados – Trowa, Quatre, podéis besaros como nuevos esposos. -¡¡¡¡¡¡Vivaaaaaaaaaa los novios!!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡Hurraaaaaaaaaaaaa!!!!!!! – se oyeron las felicitaciones de los invitados.
Quatre y Trowa se besaron de nuevo ante los invitados compartiendo el primer beso de esposos, después esperaron abrazados a que el Shaman hablara de nuevo.
-Y ahora tú, Heero precede – le dijo el Shaman a Heero – debes decir tus votos. -Yo Heero de Heavyarms te entrego a ti Duo la cita ceremonial como símbolo de nuestra unión eterna – dijo acercándose a Duo para retirarle la cinta que adornaba su frente para ponerle la cinta que minutos antes estaba entre sus manos y que bendijo el Shaman – sin desconfianza, enredos – fue diciendo sus votos igual que había hecho Trowa, mientras acercándose más a Duo pasó sus brazos alrededor de él para poder ir deshaciendo la trenza mientras seguía hablando – amándote día a día y protegiéndote de todo mal – finalizó al acabar de soltar el pelo de su prometido. -Acepto – dijo Duo nervioso. -Yo, Duo de Los Lagos – comenzó a decir totalmente sonrojado – te entrego a ti Heero éste cáliz – dijo cogiendo el cuenco que anteriormente el Shaman había dejado sobre la mesa del altar igual que había hecho Quatre – como símbolo de que mi sangre, cuerpo y alma te pertenecen – y se lo entregó a Heero. -Acepto – dijo Heero tomando el cuenco para beber el vino de su interior, tragando parte de él para luego acercarse a Duo pasándole lo que quedaba en su boca con un beso lleno de amor y pasión.
Duo bebió de los labios de Heero como lo estipula el ritual de la misma manera que hizo su hermano momentos antes. Después del beso ambos se separaron levemente para observarse durante un instante.
-Por el poder que los Dioses me ha otorgado como Shaman, desde hoy hasta la eternidad, Heero de Heavyarms y Duo de Los Lagos, quedan enlazados por la unión del compromiso matrimonial por eso quedáis declarados esposos por toda la eternidad – anunció el Shaman provocando los aplausos y gritos de alegría de los invitados – Heero, Duo, podéis besaros como nuevos esposos. -¡¡¡¡¡¡Vivaaaaaaaaaa los novios!!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡Vivaaaaaaaaaaaaa!!!!!!! – se oyeron de nuevo las felicitaciones de los invitados.
Duo y Heero se volvieron a besar ante los invitados siendo éste su primer beso como esposos, después esperaron abrazados como Trowa y Quatre a que el Shaman siguiera hablado.
-Ahora, que estas jóvenes parejas ya son esposos y ante la impaciencia de sus familiares, muchachos – dijo el Shaman mirando a los nuevos esposos – ya podéis ir con vuestros familiares – volvió a anunciar entre los aplausos y felicitaciones para los nuevos esposos.
Después de la hablar el Shaman tanto Quatre con Trowa y Duo con Heero se acercaron a sus padres y hermanos para recibir las felicitaciones. Todos los invitados se acercaron a las parejas para desearles felicidad y felicitarles por la nueva vida que llevarían de hoy para adelante. Al finalizar la ceremonia había preparado una gran comida, como las que se organizaban en cualquier festival, con baile y espectáculos para los novios.
Comieron, bebieron y bailaron durante todo el día y parte de la noche, poco a poco los invitados se fueron retirando hasta quedar los más allegados. Ese había sido un gran día y ahora quedaba disfrutar de la noche, pero una noche en intimidad. Así que poco a poco todas las parejas se fueron retirando a sus respectivas cabañas para celebrar en privado la nueva vida que iniciaban unos o el nuevo día que seguían viviendo para otros.
A más de uno se les hacía extraño como había pasado el tiempo, tan solo habían pasado siete meses del enfrentamiento con Peacecraf-sama y ya habían tenido tres bodas sin contar con esta, los malos recuerdos habían sido olvidados para construir nuevos y buenos recuerdos. Habían cambiado muchas cosas pero esos cambios no impidieron que los sueños y alegrías de las gentes de Los Lagos y sus aliados se hicieran realidad.
Fin.
Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia. Advertencias: Escenas: Cómicas, Angs., Lemon Yaoi., según capítulos. Época: La historia transcurre en la prehistoria, antes de cualquier época de civilización
Notas:
Ahora si es el final, jeje, espero que os haya gustado mi historia, os mando un saludo y un abrazo a todos los miembros del grupo. Como he dicho en alguna ocasión este ha sido mi primer fics por eso espero no haber cometido muchos errores. Para comentarios y críticas de cualquier cosa, ya sabéis escribirme a mi correo o a través del grupo. Espero Carmín que te haya gustado mi escena de Quatre y Trowa, elegí el lugar de encuentro como me sugeristes, jeje. Un saludo y un abrazo para todos/as.
Cap. 13 Epílogo
El enfrentamiento entre el Clan Peacecraf y el Clan de Los Lagos tuvo un final dramático para muchos, numerosas pérdidas personales hubieron entre los dos bandos sumándose los cuantiosos daños materiales que sufrieron el pueblo de Jefe Nazca. Sin embargo el desenlace fue positivo. Gracias a la intervención de Millardo, el hijo de Peacecraf-sama se pudo evitar daños mayores, después de muchas conversaciones por parte de ambos bandos implicados se llegó a un pacto de alianza y compromiso por parte de ambos, eso implicaría un nuevo trato entre ambos pueblos y nuevas relaciones fraternales entre los Clanes. No solamente se mejoró las relaciones con el nuevo Clan Peacecraf, también se hicieron nuevos tratos y se iniciaron nuevas relaciones con el hasta ahora temido Clan del Norte. Pese a los rumores infundados y erróneos alrededor del Clan Chang, el Jefe Nazca no tuvo inconveniente a relacionarse con ellos. Su joven Jefe Wufei Chang demostró su nobleza y valía como gobernante de su pueblo.
A pesar de ser otoño hacía un día caluroso y despejado, el olor de las flores silvestres aún se podía apreciar, la estación fría no tardaría a comenzar, muchos de los animales autóctonos habían empezado a emigrar. Después de siete meses de reconstrucción por fin el poblado volvía a lucir como antiguamente, nuevas casas y establos se habían construido, los animales que se habían perdido se habían repuesto, todo eso gracias a la ayuda proporcionada de los Clanes Heavyarms y Chang. Los miembros del Clan que escaparon a la matanza al esconderse en el bosque regresaron sanos y a salvo viendo con horror lo que había sucedido con sus personas queridas y con sus hogares. Después de superar el dolor inicial por las pérdidas humanas todos los miembros de Los Lagos se volcaron en la remodelación de su aldea.
Hoy era un día especial para muchos en especial para dos jóvenes parejas que por fin hoy se cumplía el sueño más esperado desde que se conocieron.
Como en meses atrás, antes del enfrentamiento, cientos de personas de diversos Clanes se reunieron de nuevo en el poblado de Los Lago, como en los Festivales del Sol. El pasado Festival fue suspendido por fuerzas mayores, pero esta vez la congregación de los diversos Clanes era para celebrar una ceremonia especial y ansiada para algunos. Habían venido miembros del Clan Heavyarms, del Clan Chang, el Clan de los acantilados, y Clanes menores incluso los supervivientes del Clan Peacecraf.
Allí estaban todos reunidos ante un hermoso altar adornado con bellísimas flores siendo presidido por el Shaman de Los Lagos. Ante toda la multitud, dos jóvenes Heavyarms, ataviados con las mejores galas, esperaban nerviosos a quien sería en pocos minutos sus esposos y compañeros por el resto de sus vidas. La emoción se respiraba en el aire, en primera fila se encontraba el Jefe Nazca que abrazaba a una Yuiren emocionada y llorosa, y llena de felicidad. Al lado de ellos se encontraba el guerrero Touya quien también abrazaba cariñosamente a su esposa Megumi que sonreía llena de felicidad y sorpresa al ver a su pequeño tan nervioso e impaciente. Kaori lloraba emocionada y daba gracias a los Dioses por concederle la dicha de ver a su pequeño, convertido en el joven Jefe del Clan Heavyarms, debido a lo sucedido a su padre en el enfrentamiento. Sin poder contener las lágrimas se abrazó a un debilitado Yuki (jeje, no lo pude dejar muerto) que a pesar de haber sobrevivido milagrosamente, cedió el titulo de Jefe del Clan de su pueblo, era hora de dejar paso a los jóvenes. Se recuperaba lentamente de sus heridas pero ahora sería el turno de su joven muchacho. En la fila de atrás y ante la sorpresa que ocasionó a muchos incluso a sus padres al informar de su compromiso matrimonial, Yune estaba abrazada, igualmente que su madre y tías, a un sonriente Treize, que no dejaba de mirar a su joven prometida con ojos de enamorado. Durante estos meses, Treize decidió quedarse en el poblado para ayudar con la reconstrucción y poco a poco se fue integrando en lo hoy en día era su nueva familia, al principio surgió una buena amistad con al hija menor de Nazca pero esa amistad fue creciendo día a día hasta que juntó el valor suficiente para poder declarase, llevándose la mayor sorpresa al comprobar que sus sentimientos eran correspondidos, desde entonces no se habían separado el uno del otro, para su enlace decidieron que se realizaría en la próxima primavera. Al lado de la joven pareja se encontraba una radiante Hilde, que era abrazada por detrás por los brazos fuertes de Wufei, que le acariciaba el gran vientre abultado mientras le susurraba al oído palabras dulces y llenas de amor mientras le regalaba suaves besos en su cuello y nuca y recordaba el día de su reencuentro.
Flash back
Wufei había regresado del poblado del Jefe Nazca con la autorización del padre de Hilde para casarse, prometiendo que antes llevaría a su hija al poblado para hablar y comprobar que ella estaba de acuerdo. Todos en el poblado Chang estaban a la espera de las noticias sobre el desenlace de la lucha. Hacía una semana que habían llegado Hilde y Relena con dos de los hombres de Wufei con instrucciones de instalar a Hilde en la cabaña de Wufei y Relena en la cabaña de Tiang-li. Una vez instaladas se les mostró el poblado y se les presentó a los principales miembros del Clan como las futuras esposas de Wufei y Tiang-li, ganándose el respeto de todos los integrantes del Clan Chang. Era tarde ya, tan solo faltaba un par de horas para el anochecer cuando Wufei, Tiang-li y sus hombres llegaron al poblado. Se les recibió con todos los honores, se les preparó una suculenta cena para todos los hombres Wufei tubo que ausentarse durante un rato para informar a sus consejeros sobre las nuevas relaciones que había iniciado con el Clan de Los Lagos. Tiang-li se dirigió a su cabaña en busca de su mujer a la cual no vio cuando llegó, lo más seguro es que nos se encontraría bien. Wufei después de una hora, salió de la cabaña del Shaman, donde normalmente se hacían las reuniones, dirigiéndose a su cabaña para ver a Hilde. -Hola princesa – saludo al entrar en su cabaña, viendo a Hilde sentada sobre unas pieles mientras cosía distraídamente - ¿qué estás haciendo? No te vi cuando llegue – dijo acercándose a ella. -¡Wufei! – se asustó al no esperarse que entrara nadie - ¿cua... cuando has llegado? -¿No me has oído? – preguntó sorprendido. -La verdad es que no... – dijo sonrojada – estaba pensando en mis cosas. -Pensabas en mi – dijo sensualmente acercándose a ella hasta quedar de rodillas. -Eeehhh... yo... – dijo nerviosa - ¿cómo ha ido todo, están todos bien? – preguntó preocupada. -Teniendo en cuenta que fue una batalla dura, todo fue más o menos bien, tu familia está a salvo, un poco heridos pero nada grave. -¿Y Duo, que ha sido de él? -Está bien, Heero lo rescató del poblado Peacecraf, para asombro de todos Millardo se volvió en contra de su padre y nos ayudó. -En serio – dijo sin poder contener su alegría – Cuéntame más. -Ahora no, luego si quieres te contaré todo. Sabes una cosa – le comentó rodeándola por la cintura estrechándola a su cuerpo – he estado hablando con tu padre y después de hablar con él y tras demostrarle mis intenciones respecto a ti, me ha dado autorización para poder casarme contigo. -¿Dijo que sí? – preguntó sorprendida. -¿Acaso lo dudabas? Te dije que serías mi esposa – y sin dar tiempo ha responder Hilde, Wufei atrapó los labios de ella con los suyos. La besó con pasión y deseo, todo el que acumuló desde que la vio por primera vez, hasta que rompió el beso. -Hilde – la miró fijamente - ¿Quieres ser mi esposa? – le preguntó – vivirás aquí conmigo y jamás te faltará de nada, serás la esposa del Jefe Chang, ¿aceptas? – preguntó impaciente. -Yo... – habló Hilde nerviosa y completamente roja, entre los brazos de Wufei – no, no quiero. -¡¿Queee?! – gritó sorprendido por la respuesta de Hilde – Pero, yo te dije que... -Sshhhh – le interrumpió Hilde poniéndole un dedo sobre sus labios – no quiero casarme con el Jefe Chang..., sino con el joven engreído del que me enamoré en mi poblado – dijo sonriendo. -Esto me lo pagarás. – dijo fingiendo enfado, empujando a Hilde quedando los dos tumbados sobre la cama – por un momento pensé que me estabas rechazando – la miró a la cara apoyando su peso en sus manos para no aplastarla – te quiero y deseo hacerte mía cuanto antes, por eso te marcharás mañana a tu poblado para que puedas estar con tu familia y cuando tú quieras y estés preparada, regresa entonces nos casaremos. -¿Por qué quieres que me vaya tan pronto, acabas de llegar? – preguntó preocupada. -Es que te deseo demasiado y si te quedas no podré controlarme y querré hacerte mía – le contestó mirándola a la cara y mostrándole el deseo que su apreciaba en su mirada. -Eres tonto – le susurró acariciándole las mejillas – no me pienso ir por esa tontería, quiero estar contigo, te quiero Wufei y también te deseo, para mí ya estoy casada contigo no tienes que esperar hasta la boda. -¿Estas segura? Dijo incrédulo – puedo esperar no quiero presionarte. -No me presionas – dijo bajando sus manos que estaban en sus mejillas para descender por su cuello hasta el pecho por dentro del chaleco de piel que siempre llevaba.
Para Wufei esa caricia fue la afirmación que estaba esperando, no se contuvo más, se acercó de nuevo a ella para besar a Hilde, un beso lleno de deseo y pasión. Con rapidez Wufei comenzó a acariciarla por todo el cuerpo mientras iba retirando lentamente toda piel que se le ponía por el camino dejando expuesta para él la suave y delicada piel de su prometida. Hilde gemía por las atrevidas caricias de Wufei, sin darse cuenta Wufei logró retirarle la parte de arriba de su indumentaria y ahora se dedicaba a acariciar y estimular uno de sus pechos con la boca mientras que con la mano se dedicaba al otro. Con manos nerviosas Hilde quitó el chaleco, dejando a la vista los firmes músculos del pecho y vientre. Wufei comenzó a descender por el vientre plano de Hilde hasta llegar a su cintura, con cuidado fue retirando las últimas prendas de ella, dejándola desnuda.
-Eres preciosa, ¿lo sabes? – le dijo observándola con detenimiento – ven cércate – dijo haciendo que se sentase un momento en la cama, acercándose a ella para poder deshacer su larga trenza – me gusta verte con el pelo suelto – le comentó. -Estoy nerviosa – le confesó Hilde agachando su mirada. -No tienes porque – la abrazó para tranquilizarla – voy a ser muy dulce contigo, no te haré daño, te lo prometo. Wufei volvió a tumbar a Hilde quedando sobre ella, la besó y la acarició para tranquilizarla, al notar como se relajaba entre sus brazos, volvió a descender sobre el cuerpo de la chica hasta quedar de nuevo sobre su cadera pero ahora sin prenda que le molestase descendió un poco más hasta llegar a su intimidad haciendo que separase lentamente sus piernas para poder tener más acceso a la fuente de sus deseo. -No Wufei – dijo nerviosa al intuir las intenciones de Wufei y cerrando sus piernas – me da vergüenza – e confesó completamente sonrojada. -No tienes porque avergonzarte, confía en mi – le dijo volviendo abrir sus piernas. Con delicadeza Wufei se posicionó frente a su intimidad y comenzó a estimularla con la lengua, pudo notar como se tensaba y como un fuerte gemido salió de su compañera. Con maestría fue estimulando su clítoris y sus labios vaginales, Hilde gemía cada vez más intensamente y se agarraba a las pieles que estaba debajo de ella. Wufei estuvo saboreando de ella con deseo y lujuria, su propio cuerpo exigía atención, haciendo caso omiso a sus necesidades siguió acariciándola con su lengua. -Aaaaaaaaaaahhhhhh!!!!! Wufei, siiiiiiiiiiiiiiiiiii, no pares, aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh!!!!!!!!
Wufei deseoso de proporcionarle más placer con cuidado deslizó una de sus manos hasta su vagina y lentamente introdujo un dedo en ella haciendo que Hilde arqueara su espalda. La respiración de Hilde comenzó a ser entrecortada y a medida que Wufei introducía más dedos en ellas, Hilde gemía más hasta que en una oleada de placer incontenible Hilde llegó al clímax sin poder contenerse y con en gran gemido se lo hizo saber. Wufei orgulloso de haber provocado el primer orgasmo a su prometida se acercó a besarla con pasión.
-A... a sido... fantástico – jadeaba todavía. -Lo sé, pero esto es el principio mi princesa – le sonrió levantándose para observarla con lujuria y sin perder más tiempo se quitó los pantalones, mostrando su poderosa erección a una super sonrojada Hilde que lo miraba con miedo y nerviosismo. -Tranquila princesa – se agachó para quedar tumbado al lado de ella – si lo de antes te gustó te prometo que los viene ahora te gustará mucho más – y la acercó a su cuerpo.
Wufei volvió a besarla con deseo, sus manos la acariciaban con nervios Hilde también se atrevió a acariciarle, pasaba sus manos por su pecho ancho y sus fuertes músculos, acariciaba su espalda y los cabellos negros como la noche que caían por sus fuertes hombros. Wufei cogió a Hilde y la sentó sobre su cadera mientras la besaba salvajemente, el contacto de sus intimidades provocó en los dos que gimieran y se abrazasen para obtener el mayor contacto posible. Hilde comprobó como con un ligero movimiento sobre él hacía que su entrepierna rozase el miembro duro de Wufei haciendo que éste gimiera de manera incontrolado, por eso quiso devolverle el placer que antes sintió ella intensificando los roces y movimientos sobre él.
-Aaahhhhhh Hilde, si sigues así no podré... contenerme... aaaaaahhhh siiiii, ahhhhh, mmmm. -Wufei, mmmmmm hazloooooo, te deseooooo, hazme tuyaaaa, aaaaahhhhhh. Con cuidado Wufei guió su miembro a la entrada de Hilde y con mucho cuidado se fue internando en ella, ambos jadeaban y gemían, fue penetrándola hasta que sintió como una barrera le impedía el paso.
-Hilde – la llamó – mírame aaaahh, a... ahora puede que te duela... pero confía en mi, te amo – le dijo abrazándose a ella. -Confío en ti – le sonrió.
Con cuidado hizo más presión hacia dentro rompiendo la barrera que le obstaculizaba el paso deteniéndose cuando quedó completamente dentro de ella hasta que se acostumbrara.
-Estoy... estoy bien – dijo Hilde al ver la cara de preocupación de Wufei – continua. Con lentitud comenzó a moverse dentro de ella, primero lentamente hasta ir incrementando la rapidez, ambos gemían y se besaban. Con un rápido movimiento Wufei cogió a Hilde para cambiar de posición, girando sobre si mismo para que Hilde descansara sobre las pieles y él tener mayor movilidad para poder otorgarle más placer. Los minutos pasaban y las envestidas del moreno eran más profundas y rápidas, los dos estaban en el límite, la intensidad del acto amatorio les estaba dejando sin respiración, hasta que en una nueva envestida Wufei gimió con mayor intensidad vaciándose dentro de ella y Hilde con otro fuerte gemido volvió a sumergirse en el placer más absoluto. Wufei cayó sobre la cama arrastrando a Hilde para que quedara sobre su pecho para descansar y regularizar sus respiraciones, seguían abrazados y aún no se habían separado de su unión. No necesitaron palabras para expresar lo que sentían, permanecieron juntos durante toda la noche hasta el nuevo día, ni si quieran salieron para cenar, esa noche preferían estar solo y juntos, mañana que comerían ahora solo querían disfrutar el uno del otro.
Fin flash back
Wufei después del enfrentamiento pidió permiso al Jefe Nazca para poder casarse con su hija, al obtener el permiso no tardó mucho en regresar a su Clan y un mes después ante el asombro de casi todos se realizó la boda en tierras del Norte, al que fueron invitados los familiares de Hilde y el Clan Heavyarms. Gracias al fruto de ese enlace, Hilde mostraba orgullosa y llena de felicidad su barriga de seis meses. Tiang-li también se encontraba al lado de Wufei, junto a él estaba una embarazadísima y cambiada Relena, sonriente y abrazada al fuerte brazo de su esposo. Igual que Wufei al regresar, como había prometido a Relena, a su Clan después de la lucha no esteró demasiado en casarse, a la semana de estar allí se realizó una celebración sencilla donde se encontraba su hermano Millardo el nuevo Jefe del Clan, Duo, Quatre, Trowa y Heero, y varios miembros de su antiguo Clan, también estuvo Hilde que después de regresar a su poblado dos días después de la muerte de Peacecraf-sama y ante el permiso de su padre a quedarse y vivir con Wufei, regresó para poder ver a su ahora amiga Relena. Otra pareja de enamorados que se encontraba allí era Millardo con su eterno amor Omi. En un principio Omi perdió la esperanza de que Millardo volviera para ir a buscarlo como había prometido, habían pasado dos meses desde que terminó el enfrentamiento y no sabía nada de él, tubo noticias de cómo había acabado todo pero de Millardo ni rastros. Dos meses después y para asombro de Omi, Millardo apareció en el poblado donde se estuvo escondiendo y le contó que debido a sus heridas y su lenta recuperación no pudo venir antes a buscarle como le había prometido. Omi al verlo se lanzó sobre él dándolo una calurosa y emotiva bienvenida. Llevaban dos meses casados y ahora vivían en el poblado de Millardo ya que éste se vio obligado a tomar la responsabilidad de Jefe del Clan.
Flash back Omi estaba haciendo sus quehaceres como cada día, se había adaptado al nuevo poblado con facilidad, la gente de ese poblado lo acogió amablemente. Era bastante temprano y pese a ser temprano el sol calentaba lo suficiente como para apetecer bañarse en el río. A Omi le tocaba esa mañana lavar en el río. Estaba en el río con el agua hasta los muslos lavando sobre unas rocas, hasta que sintió unos brazos que le rodeaban la cintura. -No te muevas – se oyó una voz a su espalda que le asustó – déjame abrazarte y olerte una vez más. -Mi... Millardo – se giró llenándose los ojos de lágrimas – pensé que no volverías - dijo lanzándose a sus brazos cayendo los dos al agua. -Sshhh tranquilo pequeño, lo siento mucho – se abrazaron al salir a la superficie – lamento haberte preocupado pero te recompensaré. -¿Sí? ¿cómo? – le dijo limpiando sus lágrimas y sonriéndole con malicia. -Como tu quieras, pídeme lo que quieras que te lo concederé. -Te perdono si me prometes que no habrán otros ni otras – dijo sonrojado. -Eso está hecho, por culpa de mis amoríos caso te pierdo, no voy a dejar que eso vuelva a pasar, tú eres el único que me interesas – se abrazó a él y se besaron. -Te he echado mucho de menos – le comentó Omi. Se volvieron a besar, habían pasado por muchas cosa y habían estado separados por mucho tiempo, según ellos, y ahora que tenían la oportunidad de volver a estar juntos no desaprovecharían la ocasión. Al ser temprano no había gente por allí aunque tampoco les importaba mucho, pero para tener más intimidad Millardo cogió en brazos a Omi y se dirigieron hacia unas rocas cerca de la orilla donde tendrían más intimidad. Una vez en la orilla se volvieron a abrazar y a besar con desesperación, mientras las traviesas manos de Millardo recorrieron el pecho de Omi hasta llegar a la cuerda que ataba la piel a su cintura dejándole desnudo. Con ansiedad Omi también retiró las ropas de Millardo quedando los dos desnudos y observándose, se volvieron a abrazar para recostarse en la arena del río para profesarse caricias y besos por todos lados. Omi con ansiedad se posicionó sobre la cadera de Millardo para besarle cada músculo de la piel desde su cuello hasta el fuerte pecho concentrándose en los pezones acariciándolos con su lengua, Omi deseaba volver estar con Millardo de esa manera tan íntima y sin previo aviso se situó sobre su cadera y de golpe se introdujo el miembro erecto y sensible de Millardo haciendo que éste lanzase un fuerte gemido de placer. Omi lamía todo el miembro del rubio mientras jugueteaba con su orificio, las succiones de Omi eran profundas y cada vez más rápidas, volviendo loco a Millardo. Al ver que Omi no le soltaría hasta obtener lo que deseaban fu girando hasta poder alcanzar el miembro también erecto de Omi y de esa manera regalarle las mismas atenciones que le brindaba a él. Ambos se devoraban mutuamente, lamiendo y acariciándose los testículos y masajeando la parte del miembro que quedaba fuera al chuparse para intensificar las sensaciones, Ante tal placer a Omi y a Millardo no se quedaría mucho tiempo, seguían concentrándose en acariciarse con la boca y lamerse cada vez con más intensidad hasta que se oyó un fuerte gemido amortiguado por los miembros de su pareja que descargaba su semilla dentro de la boca de su hombre. Con reticencia a separarse y antes que pudiesen decirse nada, se tumbaron uno al lado del otro para compartir otro beso más de los que se darían pero este sería uno especial ya que tenían aún el sabor de su amor compartiendo de esta manera el sabor del uno en el otro y viceversa. Tras descansar un rato Omi se tumbo sobre Millardo y con voz traviesa le dijo.
-Aún no te he perdonado – sonrió. -¿No? ¿y que quieres que haga para que me perdones? – dijo sonriendo también. -Hazme el amor – le susurró en el oído – aún te deseo. Al oír la petición de su joven amante se acercó para besarlo con pasión renovada, no tardaron mucho en que sus cuerpos estuvieran nuevamente receptivos a los estímulos. Millardo besaba a su amante y con un movimiento rápido hizo que quedase sobre la arena y él sobre Omi, le beso por todo el cuerpo, centrándose en las parte erógenas que sabía que Omi tenía, después de varios minutos concentró su atención en el miembro palpitante de Omi, lamiéndolo y estimulándolo con la mano, después de torturarlo un poco con su boca separó las piernas de Omi con sus manos para tener más acceso a la parte más sensible y erógena de Omi, con lentitud y sin abandonar el miembro de Omi que lo estimulaba con una mano, Millardo levanto levemente las caderas de Omi para acceder con su lengua a la zona en cuestión, estuvo besando y lamiendo la entrada de Omi mientras con su mano seguía masturbando a un Jadeante y acalorado Omi que no reprimía sus gemidos. La lengua traviesa de Millardo jugaba con el contorno de su entrada lamiendo para lubrificar la superficie para cuando llegase el momento no sintiera dolor. Ante los gemidos de Omi intensificó las caricias, alargó su mano libre para introducir los dedos dentro de la boca de Omi quien los chupaba con desesperación, cuando creyó que era suficiente saco los dedos de la boca de Omi para introducirlos primero uno dentro de su entrada, Omi gimió más fuerte al sentir la intromisión pero se relajó enseguida, después del primer dedo entró un segundo y luego un tercero hasta estar lo suficientemente dilatado para no sentir dolor. Millardo retiró los dedos de su amante para posicionarse sobre él y con toda la calma que le fue posible guió su miembro dolorido al interior de Omi, lentamente se fue introduciendo con relativa facilidad, Omi ya estaba acostumbrada a él pero quería ser dulce y cuidadoso. Una vez dentro inició sus movimientos, adentrándose por completo en él para luego salir casi totalmente de él, ambos gemían y se decían palabras llenas de amor y deseo, las envestidas de Millardo ce aceleraban, siendo cada vez más rápidas. Sin salirse de él y con movimiento casi malabar consiguió que Omi quedase boca a bajo, Millardo estaba sobre su cuerpo abrazado a él sujetándose con una mano es la cadera de Omi y con la otra estimulaba el miembro erecto al ritmo que sus envestidas. Omi estaba apoyado sobre la arena, solo las caderas de éste estaban un poco levantadas para pode dar a Millardo acceso a su miembro. Millardo aceleró el ritmo de sus estocadas y de su mano en Omi, los jadeos eran constantes, Omi sentía las caricias de las hebras rubias en su espalda, se giro un poco para atrapar los labios de Millardo cundo sintió que este se tensaba ante el inminente orgasmo, orgasmo que compartió al mismo instante con él, derramándose sobre la arena a la ver que Millardo se derramaba dentro de él. Después del esfuerzo hecho por los dos cayeron sobre la arena para descansar abrazados y así recuperar el aliento que se le había escapado con el fabuloso orgasmo. Después de ese día Omi recogió sus cosas y de fue con Millardo a su poblado.
Fin Flash back
Ya estaba todo listo y preparado para ese gran día, Heero y Trowa esperaban en el altar la llegada de Duo y Quatre. Lucían las mejores pieles de color marrón claro adornador con cuerdas de piel doradas que sujetaba la piel de su cadera larga hasta los pies, para esa ocasión no llevaban las sandalias de siempre, esta vez lucían un calzado de piel marrón oscuro hasta media pierna donde con cuerdas doradas sujetaban la pernera del igual color que llevaban debajo de la larga piel, a la especie de bota. Sobre el pecho y brazos desnudos de los Heavyarms descansaban numeroso adornos hechos para la ocasión de huevos y piedras pulidas de colores y para finalizar su atuendo una piel que les llegaba hasta un poco más debajo de sus hombros de igual color que la piel de la cintura, sujetaba los cabellos rebeldes de los jóvenes. Tanto Trowa como Heero estaban ansiosos por llegar ver a sus respectivos prometidos. El barullo de las risas y conversaciones de los invitados se podía oír por toda la zona, de repente se hizo un silencio haciendo que tanto Trowa como Heero se girasen para mirar lo que había provocado que los invitados se callaran. Allí a unos veinte metros de distancia caminaban hacia ellos los dos seres más hermosos que habían pisado la tierra. Duo y Quatre caminaban hacia ellos con una sonrisa sin igual. Llevaban trajes de piel blanca que constaba de la piel larga hasta los pies en forma de falda y un fajín ancho de color negro con filigranas en blanco y oro, esta vez no iban descalzos, llevaban una sencillas sandalias de piel blanca con adornos en negro, el pecho lo llevaban al descubierto luciendo un collar en forma de peto de cuentas blancas y negras haciendo juego con los brazaletes que tenían en muñecas y brazos. Sus largas cabelleras las llevaban trenzadas hasta media es espalda luego caían sin trenzar hasta pasar su cadera, los mechones de su frente eran sujetados con una cinta más o menos ancha de color blanca que se anudaba por la parte de atrás cayendo los extremos a lo largo de sus espaldas. En sus manos llevaban un cuenco finamente tallado con escrituras en color dorado y negro. Al ver las miradas intensas de sus prometidos sobre ellos no pudieron esconder su sonrojo, ambos pensaron que sus prometidos se veían increíblemente atractivo con esos atuendos. La ceremonia iba a comenzar, con pasos lentos pero sin pausa, se acercaron a su prometido dedicándoles una sonrisa nerviosa pero llena de felicidad. Entregaron los cuencos al Shaman que los depositó en la mesa de piedra del altar.
-Bien – comenzó a hablar el Shaman extendiendo sus manos hacia delante – hoy es un día especial o más bien doblemente especial – sonrió a las dos parejas – hoy se tendría que realizar la unión de nuestro queridísimo Quatre con su joven prometido pero ante las prisas de estos dos jóvenes enamorados – miró a Duo y a Heero que se sonrojaron por el comentario – nos vemos obligados a celebrar una unión doble – bromeó el Shaman haciendo que todos los presente comenzaran a reír. -Así que me veo doblemente gratificado por este hecho. Heero – le llamó el Shaman - ¿lo has traído? – le preguntó. -Sí Shaman – dijo entregándole una banda de tela con filigranas en blanco y rojo. -Duo acércate y unir vuestras manos – dijo tomando las manos de los jóvenes para enlazarlas y enrollar la banda que le entregó Heero sobre sus manos a la vez que recitaba unos versos sagrados. -Trowa – se acercó a la otra pareja -¿lo has traído tú también? – le preguntó con una sonrisa. -Sí, Shaman – le respondió entregándole una banda igual que la de Heero. -Ven acércate Quatre y une tú mano con la de Trowa – y procedió a recitar los mismos versos que recitó para Heero y Duo.
-Y ahora Trowa precede – le dijo el Shaman a Trowa – debes iniciar la ceremonia con tus votos. -Yo Trowa de Heavyarms te entrego a ti Quatre la cita ceremonial como símbolo de nuestra unión eterna – dijo acercándose a Quatre retirando la cinta que adornaba su frente para ponerle la cinta que minutos antes estaba entre sus manos y que bendijo el Shaman – sin desconfianza, reparos ni enredos – fue diciendo sus votos, mientras acercándose más a Quatre pasando sus brazos alrededor de él para poder ir deshaciendo la trenza suavemente entre caricias mientras seguía hablando – amándote día a día y protegiéndote y jurándote fidelidad eterna – finalizó al acabar de soltar el pelo de su prometido sonriéndole. -A... acepto – dijo Quatre nervioso. -Yo, Quatre de Los Lagos – comenzó a decir totalmente sonrojado – te entrego a ti Trowa éste cuenco matrimonial – dijo cogiendo el cuenco que anteriormente el Shaman había dejado sobre la mesa del altar – como símbolo de que mi sangre, cuerpo y alma te pertenecen – y se lo entregó a Trowa. -Acepto encantado– dijo Trowa tomando el cuenco para beber el vino de su interior, tragando parte de él para luego acercarse a Quatre para pasarle el resto del sorbo de vino en un beso dulce y romántico.
Quatre bebió de los dulces labios de Trowa como lo estipula el ritual. Después del beso ambos se separaron.
-Por el poder que los Dioses me ha otorgado como Shaman, desde hoy hasta la eternidad, Trowa de Heavyarms y Quatre de Los Lagos, quedan enlazados por la unión del compromiso matrimonial por eso quedáis declarados esposos por toda la eternidad – anunció el Shaman provocando los aplausos y gritos de alegría de los invitados – Trowa, Quatre, podéis besaros como nuevos esposos. -¡¡¡¡¡¡Vivaaaaaaaaaa los novios!!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡Hurraaaaaaaaaaaaa!!!!!!! – se oyeron las felicitaciones de los invitados.
Quatre y Trowa se besaron de nuevo ante los invitados compartiendo el primer beso de esposos, después esperaron abrazados a que el Shaman hablara de nuevo.
-Y ahora tú, Heero precede – le dijo el Shaman a Heero – debes decir tus votos. -Yo Heero de Heavyarms te entrego a ti Duo la cita ceremonial como símbolo de nuestra unión eterna – dijo acercándose a Duo para retirarle la cinta que adornaba su frente para ponerle la cinta que minutos antes estaba entre sus manos y que bendijo el Shaman – sin desconfianza, enredos – fue diciendo sus votos igual que había hecho Trowa, mientras acercándose más a Duo pasó sus brazos alrededor de él para poder ir deshaciendo la trenza mientras seguía hablando – amándote día a día y protegiéndote de todo mal – finalizó al acabar de soltar el pelo de su prometido. -Acepto – dijo Duo nervioso. -Yo, Duo de Los Lagos – comenzó a decir totalmente sonrojado – te entrego a ti Heero éste cáliz – dijo cogiendo el cuenco que anteriormente el Shaman había dejado sobre la mesa del altar igual que había hecho Quatre – como símbolo de que mi sangre, cuerpo y alma te pertenecen – y se lo entregó a Heero. -Acepto – dijo Heero tomando el cuenco para beber el vino de su interior, tragando parte de él para luego acercarse a Duo pasándole lo que quedaba en su boca con un beso lleno de amor y pasión.
Duo bebió de los labios de Heero como lo estipula el ritual de la misma manera que hizo su hermano momentos antes. Después del beso ambos se separaron levemente para observarse durante un instante.
-Por el poder que los Dioses me ha otorgado como Shaman, desde hoy hasta la eternidad, Heero de Heavyarms y Duo de Los Lagos, quedan enlazados por la unión del compromiso matrimonial por eso quedáis declarados esposos por toda la eternidad – anunció el Shaman provocando los aplausos y gritos de alegría de los invitados – Heero, Duo, podéis besaros como nuevos esposos. -¡¡¡¡¡¡Vivaaaaaaaaaa los novios!!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡Vivaaaaaaaaaaaaa!!!!!!! – se oyeron de nuevo las felicitaciones de los invitados.
Duo y Heero se volvieron a besar ante los invitados siendo éste su primer beso como esposos, después esperaron abrazados como Trowa y Quatre a que el Shaman siguiera hablado.
-Ahora, que estas jóvenes parejas ya son esposos y ante la impaciencia de sus familiares, muchachos – dijo el Shaman mirando a los nuevos esposos – ya podéis ir con vuestros familiares – volvió a anunciar entre los aplausos y felicitaciones para los nuevos esposos.
Después de la hablar el Shaman tanto Quatre con Trowa y Duo con Heero se acercaron a sus padres y hermanos para recibir las felicitaciones. Todos los invitados se acercaron a las parejas para desearles felicidad y felicitarles por la nueva vida que llevarían de hoy para adelante. Al finalizar la ceremonia había preparado una gran comida, como las que se organizaban en cualquier festival, con baile y espectáculos para los novios.
Comieron, bebieron y bailaron durante todo el día y parte de la noche, poco a poco los invitados se fueron retirando hasta quedar los más allegados. Ese había sido un gran día y ahora quedaba disfrutar de la noche, pero una noche en intimidad. Así que poco a poco todas las parejas se fueron retirando a sus respectivas cabañas para celebrar en privado la nueva vida que iniciaban unos o el nuevo día que seguían viviendo para otros.
A más de uno se les hacía extraño como había pasado el tiempo, tan solo habían pasado siete meses del enfrentamiento con Peacecraf-sama y ya habían tenido tres bodas sin contar con esta, los malos recuerdos habían sido olvidados para construir nuevos y buenos recuerdos. Habían cambiado muchas cosas pero esos cambios no impidieron que los sueños y alegrías de las gentes de Los Lagos y sus aliados se hicieran realidad.
Fin.
Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia. Advertencias: Escenas: Cómicas, Angs., Lemon Yaoi., según capítulos. Época: La historia transcurre en la prehistoria, antes de cualquier época de civilización
Notas:
Ahora si es el final, jeje, espero que os haya gustado mi historia, os mando un saludo y un abrazo a todos los miembros del grupo. Como he dicho en alguna ocasión este ha sido mi primer fics por eso espero no haber cometido muchos errores. Para comentarios y críticas de cualquier cosa, ya sabéis escribirme a mi correo o a través del grupo. Espero Carmín que te haya gustado mi escena de Quatre y Trowa, elegí el lugar de encuentro como me sugeristes, jeje. Un saludo y un abrazo para todos/as.
