Nota previa: Para entender de mejor forma esta historia es recomendable leer primero el one short de "Es una promesa". Arigatou

Promesas pasadas

Por Kary

Capitulo II:

Encuentros, encuentros y para colmo…más encuentros

Un nuevo día amaneció en la ciudad de Tokio, las personas comenzaban su rutina diaria, mientras el sol salía por el horizonte.

Los automóviles comenzaban a movilizarse por las calles, los niños comenzaban a prepararse para ir al colegio y las madres los apresuraban.

Los comercios apenas estaban abriendo y muy pocas personas transitaban por las calles.

- ¡Mou!- gimoteó Kaoru cansada, mientras se quitaba el sudor de la frente- ¿Por qué diablos me pasa esto a mi?- murmuro jadeando. Esa mañana se había levantado temprano, para hacer los quehaceres rápido y esperar al hombre del banco, el hombre llegaría a las 11 de la mañana y cuando termino de hacer todo apenas eran las 8:30, así que entre Tae y Megumi la convencieron de que fuera a practicar kendo un rato antes de las 11. Kaoru adoraba practicar kendo y de alguna u otra forma ella se sabía algunas técnicas desde que nació, sin que nadie se las hubiese enseñado nunca. Y ahí estaba ella ahora, en el dojo Shiru, agotadísima por que tenían quien sabe cuanto tiempo sin hacer deporte, los ejercicios no le estaban saliendo muy bien, falta de practica, en un arranque tiro el bokken de sus manos hacia la pared, solo que… no le pego exactamente a la pared

- Ahhhh!!!!

La espada de madera había conectado directamente en la cabeza de alguien, propinándole un fuerte golpe en la cabeza y un paseo por el suelo, aunque parece que por acto de inercia la persona había tirado sin darse cuenta a Kaoru lo que tenía en sus manos, un bolso negro, lo cual la hizo gritar y caer al suelo.

- ¡Ah idiota! ¿Qué diablos te pasa cretino?!- grito Kaoru aun en el suelo

- Gomen nasai, no fue mi intención tirarle mi bolso señorita, creo que fue por inercia al golpe- un par de ojos lilas la vieron avergonzados por el incidente, mientras en sus manos sostenían el bokken de la muchacha, Kaoru lo vio, su cabello rojo y largo caía como lava ardiente sobre sus hombros, de seguro la coleta se le había caído con el golpe… un momento, Kaoru había visto ese cabello en algún lugar ¿no? no. Su rostro era suave y fino, y su sonrisa, su sonrisa era… por un momento Kaoru sintió un fuerte deja'vu, ella lo conocía, si… no, no lo conocía, pero…dejo ese pensamiento a un lado.

- ¿Daijoubu ka?- pregunto el pelirrojo viendo que no respondía, sintiéndose extraño, como si ese brillo en los ojos de la joven fueran conocidos

- Ah! hai, hai, estoy bien, no fue nada, fue mi culpa no debí haberlo golpeado- dijo Kaoru parándose como resorte y sonriendo, lindo papel de estúpida estaba haciendo, babeándose por el hombre… pero es que sonreía tan lindo que…

- Bueno entonces le pido que me disculpe, Sayonara!- dijo el muchacho tomando el bolso y comenzando a correr hacía la salida del gimnasio del dojo. Kaoru lo vio alejarse. Sintiendo un nudo en la garganta de pronto, se quedo como estatua por unos minutos. Vio su reloj y eran… las 11:15, dio un grito y comenzó a correr como loca hasta su automóvil, si tenía suerte, pensó prendiendo el motor, y no había tráfico, dio marcha atrás, llegaría para poder hablar con el abogado del banco. Pero la pobre Kaoru ni se imaginaba que a esas horas de la mañana, todas las vías principales de Tokio estaban total y completamente embotelladas.

- Misao- chan, onegai estate pendiente de la tienda mientras voy a guardar estos arreglos en la parte de atrás- dijo la voz de Megumi detrás un enorme arreglo de gardenias

- Hai- dijo Misao sin prestarle atención, mientras le daba vuelta a la página de su revista 'Que aburrimiento, se quieren deshacer de nosotros antes de tiempo' pensó molesta, este día se lo habían dado libre en el colegio, era una tontería ya que faltaba solo una semana para que terminaran las clases, en vez de decirles que no habría clases los próximos dos días, por que no les daban las vacaciones de una vez. Estaba algo aburrida, Megumi había terminado con los pocos arreglos que tenían que entregar ese día, Kaoru estaba haciendo ejercicio y los demás haciendo sus cosas.

La campanilla de la tienda sonó, pero Misao, muy metida en sus pensamientos no la escucho, alguien enfrente suyo hizo sonidos con la garganta para llamar su atención.

- Si ¿Qué dece…?- la voz de Misao murió en sus labios, mientras sus ojos se habrían como platitos de té al ver a la persona enfrente de ella. Era un hombre alto, bien vestido, de cabello corto y negro, sus ojos eran de un azul claro, y eran los más hermosos y bellos que Misao hubiera visto algunas vez, según su humildísima opinión.

- Busco a la señorita Kamiya Kaoru. Mi nombre es Shinomori Ahoshi y soy abogado del Banco Central. ¿Es usted la señorita Kaoru?- pregunto, su voz fría y su rostro serio

- Yo…yoo… soy… no…soy… 'estúpida estas tartamudeando, mira la cara que puso, Misao no hables como imbecil, ¿haz algo ¿haz algo? Ah! ya se sonríe' No, mi nombre es Misao Kamiya, mi hermana mayor es Kaoru, pero ella no se encuentra…

- Usted debe ser el hombre del banco ¿ne?- pregunto  Megumi saliendo por una puerta y sonriendo, Ahoshi asintió con la cabeza, Megumi se inclino levemente- Soy Megumi Kamiya, Onegai shimasu, acompáñeme para que pueda recorrer las instalaciones- Megumi dijo, Ahoshi hizo una reverencia en agradecimiento y siguió a la mujer sensual.

Misao escucho un "Misao encárgate de la tienda" por parte de su hermana mayor, pero poco escuchaba ella, sus ojos estaban perdidos en la hermosa imagen del hombre que había visto 'Ahoshi-sama' pensó con un suspiro.

- Okane pásame los alfileres onegai- Ella es Tomoe Himura, perdón, Tomoe Himura Kiyosato, hija mayor de Seiyuro Hiko Himura, su cabello negro esta amarrado en una cola baja, su piel es blanca como la nieve y sus ojos son de un escarlata.

- Aquí esta kaasan- esta pequeña de seis años es Okane Kiyosato, su cabello corto y negro amarrado en dos coletas, su piel suave y blanca, sus ojos lilas y su vestido rosa la hacen ver como si fuera una muñeca de cristal, ella es la única hija del matrimonio Kiyosato. Es decir de Tomoe y Akira. La pequeña le paso una almohadita pequeña y roja llena de alfileres a su madre.

- Arigatou- dijo Tomoe tomándolo con una mano, mientras que con la otra sostenía una tela suave y roja sobre un maniquí de mujer.

Ella era una de las diseñadoras más prestigiadas del país, Tomoe era reconocida tanto por la delicadeza y originalidad de los vestidos como por sus precios bastante altos. El taller de confección y costura era bastante elegante para ser solo un taller, las paredes eran de tonos suaves, habían muchos espejos y maniquíes con elegantes vestidos de gala, habían varios anaqueles de vidrio con telas y cintas. Todo allí se veía extremadamente delicado, y daba la impresión de que al menor movimiento la magia y la delicadeza se rompería.

- kaasan ¿Dónde esta ojiisan? Debería haber llegado hace rato a buscarme- dijo la niña sentándose sobre un banquito, Tomoe suspiro

- No sé. Debe estar por llegar. Sabes que tiene la cabeza por las nubes, pero no te preocupes, si no llega dentro de media hora, yo misma te llevo a… ¿A dónde es que querías ir?

- A comprar una muñeca, y no me puedes acompañar kaasan, por que ojiisan  prometió llevarme  

- Yare, yare. ¿Pero para que quieres otra muñeca? Ya tienes suficientes y…

- Esta me la va a regalar ojiisan- dijo ella de forma testaruda. Tomoe suspiro poniéndole otro alfiler a la tela. Okane parecía más hija de su hermano que suya, igual de tercos los dos.

El automóvil de Kaoru se estaciono atropelladamente en la calle frente a la floristería, era tarde, muuy tarde. Bajo del auto corriendo y entro dejando una estela de humo y pétalos (de la pobres flores que arrollo) a la tienda, allí estaba su hermana menor Misao, viendo a la nada, con una verdadera cara de boba, soñando despierta

- Imouto-chan ¡¿Dónde esta el sujeto del banco?!- pregunto apresurada Kaoru moviendo su mano frenéticamente sobre la cara de su hermana, que parecía en otro mundo

- No te va a contestar Kaoru, lleva soñando despierta desde hace rato- la voz de Megumi se escucho debajo del mostrador, Kaoru se asomo y vio a Megumi roseándole agua a algunas flores, esta se levanto y miro seriamente a Kaoru- Imouto-chan no hay muy buenas noticias, Shinomori- san dijo que no era muy probable que nos dieran el crédito, dice que las instalaciones son perfectas pero que las cuentas de la administración no estaban muy bien y que faltaban algunos papeles, además dijo que en gerente general del banco, opinaba que invertir aquí era una perdida de tiempo… Kaoru… ¡¿Qué demonios piensas hacer?!

- Voy a llamar a ese imbecil y decirle lo que pienso, ja! ¡Decir que mi floristería, el patrimonio de toda mi familia, es una pérdida de tiempo! ¡pérdida de tiempo le voy a dar!- grito Kaoru tomando el teléfono y quitándole una libreta negra a Misao de las manos (la cual ni se inmuto)

- Kaoru-chan- dijo quitándole la libreta de la mano- por ahora no vale la pena gritarle a ese hombre, Shinomiri-san dijo que hablaría con él

- ¡Mou! Esta bien, pero ¿Cómo es que se llama el cretino ese?

- mmm… al parecer el que esta encargado en estos momentos es el hijo del dueño…creo que se llama…    

- De verdad creo que no esta tan mal ese lugar

- Pero ya revisamos eso y faltan cosas, los papeles más importantes no están. Y si hay falta de organización nada puede llegar a tener futuro

- Lo se pero…

Una puerta de roble se abrió dejando entrar a dos hombres, el alto de cabello negro y ojos azules es Ahoshi Shinomori, abogado, de tal vez veinticinco  años, vestido elegante, con corbata. El otro hombre es mucho más bajo, su cabello como el fuego es desordenado y largo (algunos lo consideran como muestra de rebeldía) y sus ojos son de un color malva, suave y tranquilo, su rostro es suave, de rasgos finos, viste de una forma menos elegante, una camisa vino tinto con los tres primeros botones abiertos y un pantalón negro, simple, ellos dos eran amigos desde que podían recordar.

- Podrías darles otra oportunidad Battousai…

- Battousai Himura- dijo distraídamente Megumi a su hermana menor- o por lo menos así es como le dicen

- ¡¡¡¡Battousai Himura cuando te vea te mato!!!!- grito Kaoru sacando de su ensueño a Misao, que dio un brinco hasta llegar al techo.

- No me llames así Ahoshi, no me gusta- dijo el pelirrojo sentándose en un escritorio en su silla frente al escritorio negro. La habitación era de lo más elegante y amplia, había un ventanal que daba vista a la ciudad de Tokio (la oficina estaba en el quincuagésimo y último piso) pero en ese momento las cortinas rojas estaban cerradas, una alfombra negra cubría el piso del lugar por completo, algunas lámparas claras estaban en las esquinas, habían varios libreros y una computadora negra, un lugar bastante elegante, por los cuadros que estaban en las blancas paredes. 

- Pero si tú te ganaste ese nombre, todos te conocen por el, deberías estar orgulloso de eso- dijo Ahoshi sentándose en la silla, frente al pelirrojo- Como te decía con respecto a lo de las Kamiya…

- No veo de que tenga que sentirme orgulloso- dijo prendiendo la computadora- y con respecto a lo de esas muchachas… si no hay cifras correctas, no hay crédito

- Después te quejas de que te llamen Battousai- murmuro Ahoshi cruzándose de brazos

- ¡¡Ohaiyo minna-san!!- de once o doce años, cabello café apuntando hacía el cielo y ojos como almendras, este es Yahiko Mioyin. Cuando era más pequeño Kaoru le enseñaba las bases del kendo, además de que su madre y la madre de ella habían sido amigas desde siempre, por eso Yahiko siempre estaba en casa de las Kamiya, incluso se podía decir que prácticamente vivía allí.

- Ohaiyo Yahiko-kun- saludaron Megumi y Misao, Yahiko vio como a un costado, Kaoru estaba sentada en el piso con las piernas cruzadas, a su alrededor habían muchas carpetas y papeles, ella revisaba los papeles casi con histeria

- ¿Qué le pasa a la busu?- pregunto  Yahiko, un instante después una carpeta azul choco contra su cabeza- ahhh!!!

- ¡¡Será mejor que te calles Yahiko-chan!!- grito ella sin dejar de revolver los papeles

- ¡¡¡¿Ha quien llamas –chan bruja?!!!- pregunto tirándole devuelta la carpeta azul, la cual Kaoru esquivo con facilidad   

- Oneesan ha estado todo el día de mal humor, será mejor que no la provoques más- le sugirió Misao

- Últimamente eso es normal- susurro Yahiko, tratando de que Kaoru no lo escuchara, conocía lo suficientemente bien a la chica Kamiya como para dejar de tomar en serio las palabras de Misao, claro falló en su intento de bajar la voz, por que una vez más la carpeta azul dio directamente en su cabeza- ahh!!!

- No deberías enojarte cuando te dicen la verdad Kaoru- dijo sonriendo con ironía Megumi, es que era tan fácil hacer enfadar a la Takuni-chan. Kaoru subió la mirada, la vio enfadada y luego siguió revolviendo los papeles mientras le daba vueltas a la calculadora

- Ah! Hoy en la noche llega mi hermano, ayer me llamó- dijo emocionado Yahiko. Él vivía con su madre a unas tres casas de Kaoru y sus hermanas, pero hacía unas dos semanas su madre había muerto (sufría de cáncer en los pulmones) y Yahiko había quedado solo, su padre había muerto cuando el era muy pequeño y solo le quedaba su hermano, bueno, medio hermano, este era hijo del primer matrimonio de su madre, pero hacía muchos años que vivía fuera del Japón, y ahora regresaba para encargarse de su hermano menor.

- Creo que me acuerdo de él- dijo Megumi pensativa- tenía solo cinco años la última vez que lo vi, recuerdo que era un abusivo y un holgazán de primera

- Hai- asintió sonriente Yahiko- Pero… tengo algo que hará que por lo menos se esfuerce en conseguir un trabajo- del bolsillo de su chamarra saco un sobre grande y blanco

- ¿Qué es eso?- pregunto curiosa Misao

- Una carta de mamá- dijo Yahiko sonriendo y guardándola nuevamente- con esto, mi hermano no tendrá excusas

- Ya veo…- dijo Misao, recordando como eran las "sutiles" formas de la madre de Yahiko para convencer (obligar) a alguien a hacer algo, estaba segura que si leía esa carta tendría pesadillas por lo menos por una semana.

- Kaoru… Kaoru…- llamo Megumi a su hermana que estaba muy concentrada revisando los papeles, mientras ponía y quitaba el lápiz de su oreja- ¡¡¡¡Kaoru!!!!

- ¡¡¿¿Qué??!!- saltó ella, varios papeles volaron por el aire con su salto

- Hay dos ramos que entregar, y yo me tengo que ir a la universidad- dijo ella quitándose el delantal

- Ah!!!!!- grito Kaoru dándose cuenta de la hora, se paro como resorte comenzando a recoger los papeles del piso- ¡¡Yo también me tengo que ir, hoy tengo el último examen!!

- ¿Y como se supone que los arreglos van a llegar a las casas, por arte de magia?- pregunto con sarcasmo Megumi, Kaoru la miro

- No se- dijo

- Yo tengo que quedarme aquí- dijo Misao descuidadamente

- ¿Acaso no hay nadie que pueda hacernos un favor?- pregunto al aire Megumi, luego tres pares de ojos se clavaron en el joven Yahiko que sudo frío

- Oh no… yo no…de ninguna manera- murmuro Yahiko, viendo con horror como las tres hermanas se le acercaban.

Un segundo después vemos a Yahiko yendo en su bicicleta por las calles de Tokio, llevando dos enormes, y cuando digo enormes son enormes ramos de rosas blancas y margaritas.

- Maldición- murmuro con un suspiro Yahiko a su derrota.

La puerta de la oficina se abrió de golpe, sobresaltado al pelirrojo que estaba concentrado escribiendo algunos papeles.

- ¡¿Que?!- levanto la vista para encontrarse a una pequeña de 6 años bastante enojada  

- ¡Ojiisan lo prometiste!- grito molesta Okane mientras caminaba hacia el escritorio

- Gomen, se empeño en venir- dijo la voz de Tomoe desde el marco de la puerta 

- ¡Que!- murmuro el pelirrojo, recordando que le había prometido a la pequeña acompañarla a comprar una muñeca- Gomen nasai, gomen nasai, gomen nasai- dijo parándose de la silla, se inclino a la altura de la pequeña pidiendo disculpas graciosamente- lo olvide Okane, gomen nasai

- Esta bien, te perdono- dijo ella riendo- pero ahora me tienes que acompañar

- Hai- dijo él sonriendo calidamente, Okane sonrió y tomo la mano de su tío sacándolo de la oficina

- Creo que te convenció- dijo Tomoe viéndolos salir

- Hai- dijo el sonriendo, luego de dirigió a su secretaria, una mujer rubia de cabello corto- Por favor Minako-dono cancele todas mis citas de la tarde, onegai shimasu

- Demo Himura-san, si hago eso…

- Arigatou- dijo él entrando al ascensor con la niña y Tomoe

- Diablos- murmuro Megumi mientras esperaba la llegada del autobús público, el sol se estaba poniendo levemente sobre la ciudad y el autobús tenía media hora de retrazo. Con un suspiro pensó en porque diablos no le había hecho caso a Kaoru, esta cuando la había dejado en la facultad de medicina le pregunto si no necesitaba que la fuera a buscar, pero Megumi le dijo que no se preocupara que ella se iría sola, Y ahora estaba de  muy mal humor esperando el autobús.

Los frenos del transporte sonaron cuando se detuvo en la parada. La puerta del autobús se abrió y Megumi dando un suspiro subió, paso su ticket por el torniquete de metal, el conductor le dio una mirada maliciosa, pero ella no le hizo caso y camino hacía un asiento libre al final, no habían muchas personas, una anciana con un niño, tres muchachos estaban sentados hablando y murmurando cosas, y dirigiéndole miradas obscenas a Megumi, un muchacho estaba en el último puesto del autobús, mirando por la ventana, una cinta roja estaba sobre su frente, lo vio por un momento y el dándose cuenta de su escrutinio la miro y sus ojos se encontraron, como si el tiempo se hubiera detenido, se miraron, como si no existiera nada ni nadie; el sonido de la bocina de un auto trajo a Megumi a la realidad, apartando la mirada se sentó en uno de los puestos vacíos.

- Oi nena, ¿Por qué tan solita?- uno de los tres hombres que estaban murmurando se sentó en el puesto de adelante. Megumi, lo miro con fastidio sin decir nada, ya estaba acostumbrada a lidiar con 'tarados sin cerebro' como ella les llamaba.

- Oye, oye, comparte hermano, no seas egoísta- dijo acercándose el otro, seguido por uno más pequeño. 'Idiotas' pensó molesta Megumi

- Bueno nena que tal si nos cuentas de ti-

- 'Muy bien Megumi tendrás que aplicar el dicho a palabras necias oídos sordos'- pensó mirando a la ventana, sin prestarle ni un medio de atención a los hombres. Ellos por su parte estuvieron todos los 10 minutos en el trasporte, hablando como loros, tratando de que Megumi dijera algo, (lo cual no lograron) invitándola a salir, diciéndole cosas, adulándola etc.

El autobús se detuvo en la parada en la que Megumi tenía que bajar, así que sin decir nada, agarro sus pesados libros y comenzó a caminar a la salida.

- ¿Para donde vas belleza?- dijo el más alto tomándola de la muñeca, Megumi se soltó bruscamente, comenzando a fastidiarse bastante, bajo del autobús, los tres muchachos se bajaron también. Megumi suspiro molesta…

- Ahora… podemos ir a un lugar más cómodo- dijo uno evitándole el paso, Megumi lo miro ceñuda

- Puede quitarse de mi camino, si no es mucha molestia- dijo molesta ella

- ¡¡Hey!! ¡Hasta que el bombón hablo!! Creí que era muda-

- No, creo que no me puedo quitar- dijo el hombre que le impedía el paso, el tercero la agarro de la muñeca, sin decir nada

- Bueno vamos a otro lugar…

- Yo creo que no van a llevarla a ninguna parte- dijo una voz, los tres hombres y Megumi se dieron vuelta para ver al dueño de la voz. Megumi ensancho sus ojos, era el joven al que se le había quedado viendo en el transporte, el de la cinta roja, estaba cruzado de brazos sobre un poste, mientras, con los ojos cerrados, hablaba con actitud arrogante

- Ja! ¿Y quien eres tú idiota?- hablo el más grande soltando la muñeca de Megumi y enfrentado al muchacho

- Bueno eso no te importa, pero confórmate con saber que soy tu peor pesadilla- dijo abriendo sus ojos de un color miel, el hombre se le lanzó un puño al muchacho, el cual esquivo fácil, y le dio un codazo por la espalda, el pobre infeliz calló pesadamente al suelo, muy débil o cobarde para seguir peleando, salio corriendo

- ¡Ja! Eso fue fácil- dijo el muchacho sacudiéndose las manos y dándose vuelta para enfrentar a los otros dos hombres. Abrió los ojos sorprendido, mientras, sentía una gota rodar por su nuca, los otros dos pobres diablos estaban tirados en el suelo, al parecer inconscientes, con enormes marcas cuadradas y rojas en la cara, y la muchacha estaba recogiendo sus libros del suelo

- Y pensar que me queje todo el año por cargar estos libros- murmuro Megumi alegre, no era difícil lidiar con idiotas, y menos si les dabas algunos golpes con los pesados libros de microbiología y genética

- Oi eres una zorra astuta, no creí que te defendieras tan bien sola, aunque esos tipos no era muy fuertes y… ¡oye espera!- Megumi había comenzado a caminar hacía su casa, molesta 'Idiota, como se atreve. Y yo que le iba a agradecer por haberme ayudado, aunque no lo necesitara. Estúpido, llamarme zorra a mi…' pensó molesta mientras le pisaba la cara a uno de los hombres que había dejado aplastado sobre el suelo. Él muchacho la vio caminar rápidamente, se dio vuelta y comenzó a caminar en dirección contraria a ella 'Que malagradecida, yo que la ayude y ni si quiera me dio la gracias, bueno… de malagradecidos esta lleno el mundo' pensó tomando un bolso blanco del suelo y cargándolo perezosamente en su espalda.

La puerta principal de la residencia Kamiya se cerró con un fuerte azote. Megumi tiro sus libros sobre el mueble negro  y se sentó murmurando cosas. Misao estaba sentada en el suelo sobre un cojín, mientras, cambiaba los canales de la televisión, Ayame y Suzume estaban cada una a un lado de ella acostadas, sosteniendo sus cabezas entre sus manos mientras veían los canales que Misao cambiaba, esperando a que ella se decidiera por uno.

- ¿Qué paso oneesan? Por que estas de tan mal humor- pregunto Misao pasando los  canales.

- Es que todos los hombres son unos idiotas- dijo Megumi, parándose del mueble

- Ahoshi-sama no- dijo Misao sin verla, Megumi dio un suspiro. Misao solo había visto una vez en la vida a ese tal Ahoshi y parecía como si estuviera encantada por el. Bueno… después de todo aun era una niña que se enamoraba fácilmente. Camino hasta la cocina y vio a Kaoru en su intento de cocinar algo que pudiera ser digno de llamar 'comestible'

- Hola oneesan, que bueno que llegaste, me tenías preocupada, ya iba a llamarte al celular, viste te dije que si te iba a buscar llegabas más temprano, pero no importa ya llegaste, como no llegabas tuve que empezar a preparar la cena, bueno… si a eso se le puede llamar cena- dijo bajando su tono acelerado de voz, había hablado muy rápido y Megumi apenas había entendido algunas cosas

- El estúpido autobús no llegaba, por eso llegue más tarde, y…- dijo mirando la olla donde se supone que había comida, por que más parecía una pasta pegajosa que cualquier cosa comestible- que tal si me dejas terminar la cena a mi- dijo Megumi tratando de salvar su vida y la de sus hermanas menores de las artes culinarias de Kaoru

- Bueno si quieres- dijo ella dándole la cuchara que tenía en las manos a su hermana

- ¿Y como te fue en el examen?- le pregunto Megumi apagando la candela

- Bien, estuvo más fácil de lo que creí y… ahhh Megumi!!!- grito molesta, viendo con la boca abierta como  Megumi tiraba todo el contenido de la olla al fregadero

- De noche es mejor comer algo más ligero 'mejor dicho algo que no nos mate'- dijo y luego pensó Megumi medio sonriendo, mientras la mezcla desaparecía en el fregadero. 

- Ya voy, ya voy- dijo Yahiko a la insistencia de la persona que tocaba el timbre de su casa. Abrió la puerta y frente a el se encontró a un hombre alto, apoyado en el marco, su cabello era café y apuntaba al cielo, como el suyo propio, sus ojos era de un color miel, en su frente tenía una larga cinta roja y en su boca masticaba una espina de pescado.

- ¡¡Yahiko!!- dijo alegremente cuando el niño abrió la puerta

- ¡¿Sanosuke?! ¡¿Eres tu Sano?!- pregunto emocionado Yahiko

- Pues claro que soy yo- dijo alegremente, el es Sanosuke Sagara, el tan esperado hermano de Yahiko, algo holgazán, busca pleitos, grosero y mal hablado, pero también de gran corazón y fidelidad a la amistad.

- Ya llegamos kaasan!- dijo alegre Okane mientras entraba a su lujosa casa, seguida por su tío

- Hola! ¿la pasaron bien?- saludo Tomoe

- Hai. Y mira lo que me compro ojiisan- dijo la niña feliz mostrando una muñeca que apenas podía sostener, teniendo en cuenta que era tres veces más grande que ella

- Esta muy linda- sonrió ella. Él pelirrojo se sentó cansado sobre el mueble de color perla

- Te canso mucho ¿ne?- este es Akira Kiyosato, esposo de Tomoe, y cuñado del pelirrojo, es bastante amable y divertido, según la opinión de los que lo conocen.

- Hai. Okane tiene mucha energía- suspiro el pelirrojo

- Bueno Kenshin, sumada la energía desgastante de Okane y tú trabajo en la oficina es normal que estés tan cansado- dijo ella sentándose frente a Kenshin Himura, mejor conocido como Battosai Himura, por su destreza en el kendo se había ganado el apodo del samurai sanguinario de la era Meiji, además que lo comparaban por su frialdad en las situaciones más criticas, tanto en los negocios como en las competencias de kendo, claro el odiaba ese sobrenombre, que por alguna razón le dejaba un sentimiento amargo cada vez que se lo decían.

- Es culpa de otousan, ¿Por qué tenía que irse en estos momentos a dar la vuelta al mundo?- pregunto Kenshin imaginándose a su padre recorrer el mundo, comprando cosas por todas partes y caminando feliz, mientras el lidiaba todos los días con los problemas del banco

- Bueno hermano, ya conoces a papá, le gusta divertirse

- Si ya lo se- dijo Kenshin suspirando.

- Hable con Enishi esta tarde- dijo Kaoru, mientras arropaba  a Suzume que dormía placidamente

- ¿Y que te dijo?- le pregunto Megumi poniendo una manta sobre Ayame que también dormía y quitándole el dedo de la boca, el cuarto que compartían las dos niñas era espacioso, y tenía muchos juguetes, ellas por ser pequeñas eran las únicas que compartían la habitación, todas las demás tenían sus propios cuartos.

- Bueno… dijo que no me aseguraba nada pero que intentaría hablar en el banco, con su jefe, el tal Battousai- dijo con un suspiro Kaoru

- Ya es hora que haga algo útil- dijo saliendo de la habitación Megumi.

- ¡¿Qué yo tengo que hacer que?!- grito Sano, mientras, terminaba de leer la carta que le había dejado su madre, su cara tenía una mueca de espanto y su ceja temblaba de miedo mientras el sudor recorría su frente, derrotado murmuro- Okaasan era muy cruel

- Bueno Sano tendrás que ponerte a trabajar, a menos que quieras desobedecer a mamá- dijo sonriendo Yahiko, él no había leído la carta pero sabía que era lo que de seguro decía

- No, no puedo hacer eso, demo, en donde voy a encontrar un trabajo donde me paguen bien, y no tenga que hacer mucho

- ¡¡Ya se!!- brillo Yahiko- mañana te llevare a un lugar donde puedes trabajar

- Como que… no tengo ninguna otra opción- suspiro Sanosuke tumbándose en el sofá.

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- ¡¡Ohaiyou Tokio!! ¡¡Son las 8:30 de la mañana!! ¡¡Este día tan especial tenemos muchos invitados para todos ustedes, gente maravillosa del Japón!, el primer invitado esta mañana es la cantante…!!- la voz de la radio despertadora se murió con el manotazo que le dio Misao, tenía mucho sueño ya que la noche anterior se había acostado muy tarde viendo una película, pero se había olvidado de reprogramar el despertador. Dio un suspiro y se estiro entre las sabanas blancas de su cama, se paro, paso al baño, se ducho canturreando una canción, se cambio, un short negro y una camisa blanca, y bajo al comedor, Ayame y Suzume estaba comiendo cereales mientras cantaban alguna canción que de seguro habían aprendido en el preescolar.

- ¡Ohaiyo!- saludo Misao

- ¡Ohaiyo Misao- neesan!- saludaron ambas niñas

- ¿Dónde están Kaoru y Megumi?- pregunto sirviéndose leche en un vaso

- Kaoru-neesan fue al parque ha hacer ejercicio antes de que todos nos levantáramos, dejo una nota y Megumi-neesan fue ha abrir la floristería- explico expertamente Ayame

- Megumi-neesan nos preparo el desayuno!- dijo Suzume jugando con la cuchara    

- Que raro que Kaoru haya salido tan temprano, bueno… estoy en la floristería ya vengo- dijo abriendo la puerta que conectaba mediante el pasillo la floristería de la casa

- ¡¡Hai!!- dijeron ambas niñas

- ¡Ohaiyou!- saludo Yahiko entrando alegremente por la puerta de la floristería, haciendo que la campañilla sonara, recibió el saludo caluroso de Misao y Megumi, la primera estaba escribiendo algo y la otra estaba dada vuelta del mostrador, regando algunas plantas que estaban en orden

- Megumi ¿aun necesitan un repartidor?- pregunto ansioso Yahiko

- Hai- respondió ella sin darse vuelta- ¿acaso quieres el empleo Yahiko? aunque estas muy pequeño

- Iie. Yo no pero tengo alguien que si puede aceptarlo- dijo Yahiko saliendo por la puerta

- ¿Quién será?- pregunto Misao levantando la vista, Yahiko traía casi arrastrando a un muchacho alto, que traía una cinta roja en su frente, la campanilla de la tienda sonó otra vez cuando Yahiko abrió la puerta

- De seguro es un amigo de él- dijo Megumi tomando algunas violetas y formando un pequeño ramito

- ¡El es mi hermano! De seguro le pueden dar el empleo ¿ne?- dijo Yahiko, Sano veía para todas partes, sorprendiéndose de la cantidad de flores

- Bueno…- dijo Misao viéndolo, al fin había conocido al hermano de Yahiko, parecía que la carta de su madre lo había convencido a buscar trabajo, por que ha simple vista se veía como una vago de primera.

Megumi comenzó a darse vuelta, sorprendida de que fuera el hermano de Yahiko quien le pidiera el empleo de repartidor, claro que se lo daría, por que era el hermano del niño.

Sano se dio vuelta para ver a las dos muchachas, una era pequeña como una comadreja, pensó, y la otra era mayor, aunque no podía verle el rostro por que estaba volteada.

Megumi se volteo, el ramillete de violetas se cayo al suelo cuando levanto las manos, viendo al hermano de Yahiko. Sano abrió la boca

- ¡¡¡Tú!!!- gritaron ambos señalándose de forma acusatoria, bajo las miradas confundidas y sorprendidas de Misao y Yahiko.

- ¿¡Por que a mi!?- grito molesta Kaoru mientras le pegaba con la espada de madera a un muñeco de tela con fuerza, en el enorme gimnasio de kendo en el que había estado el día anterior. El teléfono había sonado a las siete de la mañana despertándola, y que peor noticia pudo recibir cuando se estaba levantando si no era que le habían vuelto a negar el préstamo, frustrada y dolida le colgó el teléfono al abogado, molesta y con el día ya amargado, decidió salir a caminar, era temprano por lo cual no quiso despertar a nadie, así que dejo una nota diciendo que había salido a practicar kendo un rato. Necesitaba despejarse o mataría a alguien en cualquier momento. Su vista se nublo por un momento, mientras seguía golpeando el muñeco con maña, no podía llorar, no por culpa de un tarado que se negaba a ayudarla, ella no se rendiría y sacaría su negocio familiar adelante, como aquella vez cuando estuvo sola y el la ayudo ¿el? ¿Qué estaba pensando si no conocía a…

*past*

- ah!!!

Nuevamente el pensamiento de Kaoru fue interrumpido cuando el muñeco de tela se desprendió del techo y fue directamente hacía alguien en la entrada, que, milagrosamente pudo esquivarlo, pero Kaoru estaba demasiado molesta como para ver quien era o que hacía, como estaba, o simplemente para reaccionar de una forma civilizada, y opto por deshacerse de la rabia que tenía, mala suerte la del pobre hombre que salio golpeado esta vez con su bokken

-¡¡Maldito cretino!!- grito cuando la espada golpeo al joven, claro no le gritaba a el en si, si no al hombre que le estaba arruinando la existencia

- ¡¡Oro!!!!!!!- el muchacho pelirrojo calló al suelo, sin darse cuenta, preocupado más por otras cosas, por segunda vez en la semana no se fijo en el camino y ahora repentinamente termino estrellado contra el piso

Kaoru reacciono de repente, dándose cuenta del error que había cometido, corrió hacía el pelirrojo

- Gomen nasai- dijo inclinándose levemente- no fue mi intención golpearlo tan fuerte ¿se hizo daño?

- Iie- respondió Kenshin viendo a la muchacha. Era la misma con la que había tropezado el día anterior, la muchacha bonita de lindos ojos azules, ojos que el había visto una vez… hacía mucho tiempo… Kaoru también se dio cuenta de eso- creo que fue cosa del destino que nos encontráramos de esta forma… otra vez- dijo Kenshin sonriendo, mientras alejaba de su mente esas extrañas inquietudes

- Eso parece- dijo Kaoru sonriendo también. De pronto sintió sus piernas débiles y presa de la rabia y la impotencia, cayó sollozando sobre el tami del gimnasio junto al pelirrojo. Kenshin la vio preocupado.

- ¿Se encuentra bien?- pregunto- ¿Se hizo algún daño?

- No- respondió ella- hay cosas que hacen más daño que un golpe

- Bueno, puede contármelo si eso la hace sentir mejor- dijo Kenshin sonriendo, Kaoru lo vio un momento, sus ojos azules, llenos de lagrimas que no dejaba salir, vieron mucha sinceridad en los ojos violetas, de ese pelirrojo tan dulce, sintiendo nuevamente esa sensación de deja'vu pero mucho más fuerte, como si lo que ocultaban esos ojos ella lo supiera mejor que nadie. Y sin dudarlo más comenzó a desahogarse.

Notas de la autora:

Hola!! ¡¡¡¿Qué tal?!! ¿Cómo quedo? Les gusto, de verdad espero que si. Fue un capitulo muy largo para mi gusto, pero espero que haya quedado bien.

Bueno al fin se encontraron los personajes, ahora hay que ver que pasará jijiji

Bueno creo que ya no se parece tanto a la trama que lleva la novela, trato de alejarme cada vez mas porque sinceramente esa novela me choca ¬_¬ (perdón para las perdonas a las que le s guste ^^) por eso solo toco partes esenciales que si me agradan

Muchas gracias por sus review, me alegra mucho que les este gustando, creo que el proximo capitulo tardará un poquito, por culpa de algo maligno llamado colegio ^^' es que me tienen hasta el cuello con cosas. Al igual creo que tarde en el capitulo de mi otro fic 'Futuro Incierto' pues es la idea que tengo no me gusta como queda, he escrito ese capitulo como cinco veces y no me termina de gustar, así que seguiré intentando y cuando lo logre lo publico.

Agradecimientos:

Sakura Kinomoto: Gracias por tu review, espero que te guste este capitulo y te allá gustado el encuentro de Kenshin y Kaoru ^o^

Ale: Bueno ya aprecio Kenshin ¿Qué tal? Espero que te allá gustado y muchas gracias por tus ánimos

Jockerita: Gracias por tu mensaje, me anima a seguir, bueno espero que este capitulo halla sido de tu agrado   ^^

Roxy: Hola!! Pues si me pareció que fui muy mala con Ken-san y Kaoru-chan en el fic anterior y por eso quise hacer esta historia. No te preocupes, pronto seguiran apareciendo los personajes, por ahora han aparecido ya varios.

Kaily: Bueno ya aprecio Ken-san que tal? No es una preciosura ^O^!! gracias por tu mensaje. Por cierto cuando vas a seguir con tu historia, mira que ando esperando ¬.¬

Hitokiri Lady: Gracias por tu mensaje y por tu apoyo de siempre. Eres un gran apoyo moral sabes? ^^ Las cosas comenzaran a desarrollarse pronto espero que te guste ^^ y no te preocupes creo que todas andamos como Kaoru -_- Arigatou

Cath: ¬.¬' bueno… pues releyendo el capitulo anterior pues si, si se parece bastante a la novela en muchos aspectos ^^' pero no me culpes manita es mi obsesión con las flores, no me pude resistir a poner la floristería. Pero este capitulo no se parece tanto ya (^^ según mi opinión) dime que tal quedo. Espero que bien. Vale a ver si algún día puedo hablar decentemente contigo y no me caiga del msn ^^'''

Chi2: Gracias!! Bueno aquí va el segundo capitulo, espero que te halla gustado.

Flor Dulce: Hola!! Bueno al parecer también eres de Venezuela no? Que alegría! Bueno espero que me des tu opinión de este capitulo

Smcg2: Hola!! Gracias por tu mensaje, espero que te guste la historia. Espero ver pronto mas historias tuyas ^^
Gaby-chan: ^^' pues si al principio es algo extraña pero luego que la lees (según creo yo) se entiendo mejor. Pobre Kaoru verdad, y en este capitulo también andaba algo loca ¬.¬ se parece  a mi ya con tanto trabajo- Pues si soy (muy orgullosamente ^^) de Venezuela, tu también? Por que si lo eres me da mucha alegría. Gracias por tu mensaje, ájala te guste este capitulo

Laza: Hola!! Pues si no he podido estar más de 5 minutos en el msn ;_; esa cosa me odia verdaderamente. Con respecto a tu pregunta, si el Aoiya era un restaurante, y en realidad estaba en Kyoto, pero no me pareció que hubieran dos restaurantes famosos y además de parientes, seria como competencia familiar y no es la idea, por eso lo puse como peluqueria. -_-' que mala como le dices a tu mamá… bueno dime que te parece este capitulo!!!

En fin espero que a todos les allá gustado este capitulo y no se olviden de dejarme sus mensajes, también me gustaría si no es mucha molestia claro que me dijeran algunas criticas constructivas, como que no les gusto y por que o que si les gusto y por que, así me ayudan a mejorar mis historias. Gracias!!!!

Kary

Ja ne